Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El novio por Are

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 


Kuroko no basket pertenece a Tadatoshi Fujimaki, la historia es totalmente mía y la publico sin fines de lucro.


 

El novio


La música suave inundó la catedral y todos voltearon a la entrada, donde, por el hermoso arco de flores que la adornaba, entraban el novio caminando con paso tímido, atravesando el recinto con la cabeza levemente agachada. Todos lo miraban con una sonrisa, sabían que era una persona tímida y no les sorprendía que aún el día de su boda mostrara aquella extraña actitud no tan efusiva.


Cuando llegó al altar el padre le sonrió y el intentó corresponder, pero su sonrisa solo fue una extraña mueca con sus labios. Todos los atribuyeron a los nervios, incluso el sacerdote, quien volvió a mirar al frente, esperando a la otra persona que completara a la hermosa pareja que uniría esa tarde en sagrado matrimonio.


Kuroko imitó al cura y miró hacia al frente, pero no hacia la entrada, sino hacia las demás personas presentes, a su izquierda conocía a todos, sus amigos estaban ahí, al menos la mayoría; gran parte de ellos con una pareja de la mano o simplemente junto a otros, dándole con una sonrisa la paz que dentro de sí no encontraba.


Entonces lo vio, agitado y con la corbata a medio arreglar llegó corriendo hasta la primera fila, donde sonrió cuando Midorima le riño y compuso su corbata azul, un azul platinado que combinaba a la perfección con sus ojos. Ignorando lo que pasa giró para saludar con la mano a todos los demás presentes que se encontraban tras él. Akashi le miró con el ceño fruncido por interrumpir y Takao regreso la vista al costado, observando a las mujeres con bonitos vestidos rosas pasar del brazo de varios de sus amigos. Rio divertido al ver el rostro sonrojado de Kagami, casi compitiendo con su cabello; él se había negado a hacer eso, obviamente, había aceptado se el padrino, aunque renunciara a último momento, pero no entraría de la mano de una mujer que no conocía.


Su risa murió de golpe al observar hacia el frente y verlo a él, con esos ojos azules mirándole fijamente, atento a cada uno de sus movimientos, nada más importó, Solo su carita de miedo mirándolo fijamente.


Kuroko sintió su corazón detenerse cuando le vio, pensó que después de haberlo rechazado no vendría, era lo menos que se merecía por ser un cobarde, por no haber aceptado abiertamente lo que sentía. Sus ojos se llenaron de lágrimas y notó como los del moreno también se humedecieron.


Recordó su cobardía, y las lágrimas se derramaron por sus mejillas. Takao le dijo que lo amaba ¡Que lo amaba! Y él ¿Qué hizo? Quedarse en shock para luego responder que iba a casarse. ¡Importaba un carajo su compromiso en ese momento! ¿Cuánto tiempo estuvo enamorado del pelinegro con temor a confesar sus sentimientos por él? Desde que estaban en jardín de niños, y ahora que el mismo Kazumari se le confesaba él lo rechazaba, por miedo al qué dirán, por miedo a romper el corazón de Momoi al decirle que el realidad amaba a Takao, un hombre. Akashi le dijo que estaba provocando dos corazones rotos en lugar de uno, y era cierto, no solo estaba destrozándose a sí mismo, sino también a Takao, todavía le duelen sus lágrimas, sus sonrisas tristes resignándose a que el pequeño se casaría y no había vuelta atrás.


Takao le sonrió tratando de reconfortarlo. Era su día, el día en que se casaba, no podría estar menos que feliz cuando se encontraba frente al altar esperando a la mujer que amaba. Así que tragándose todo su dolor le sonrió, pero su sonrisa no llegó a sus ojos, lo que hizo sentir aún más miserable a Kuroko, quien abrió la boca aun mirándolo fijamente a los ojos, pero no dijo nada, fue interrumpido por el sonido de la marcha nupcial.


Ambos voltearon para observar a la pelirrosa entrando del brazo de su padre. Hermosamente vestida de blanco con una sonrisa en los labios y la felicidad marcada en el rostro. Kuroko no notó como avanzaba por la alfombra hasta que se halló a su lado, mirándolo sonriente bajo el velo que cubría su cara.


El sacerdote comenzó a hablar, mirando a la feliz pareja y de vez en cuando a los demás en la iglesia, ignorando el rostro afligido del novio, que miraba de reojo hacia donde el pelinegro comenzaba a llorar, disfrazando con una sonrisa un llanto de tristeza por uno de felicidad. Akashi tras él le miraba fijamente, con la decepción marcada en el rostro, esperando que no fuera tan cobarde como para permitirse pasar el resto de su vida junto a una mujer que no amaba.


Entonces el momento llegó, aquella frase que podría ser su salvación fue pronunciada por el párroco – Si hay alguien en este lugar que se oponga a esta unión, que hable ahora o calle para siempre.


Todo estaba en silencio, Kuroko volteó a ver a Kazunari, quien tenía la mirada baja. ¿Qué motivos tenía él, Takao, para impedir la boda? Ninguna, Kuroko ya le había rechazado, era más que obvio que quería estar con Momoi y no con él, por lo que mejor guardó silencio, agachando la mirada para evitar ver aquel beso que sellaría la unión, que sería el fin de su vida. Midorima le acarició la espalda en un gesto de comprensión mientras miraba a Kuroko con rabia, ¿acaso no veía que todos sufrían por su indecisión? Incluso Kagami se había dado cuenta de que ellos, Kuroko y Takao, se amaban con locura, ¿Por qué el de cabello celeste no podría verlo?


– Bueno, si no hay nadie, entonces…


– Yo me opongo– Se escuchó en un susurro. Takao levantó la mirada y volteó buscando a la persona que había detenido su martirio notando la mirada sorprendida de todos.


‘Yo me opongo a esta boda– Dijeron con más fuerza y entonces entendió que el que había detenido la ceremonia era ni más ni menos que Kuroko, el novio.


– Tetsu-kun– Susurró Momoi con los ojos llorosos.


Kuroko volteó a ver a los padres de la pelirrosa e hizo una reverencia a modo de disculpa para después regresar su vista a Momoi. Tomó su mano y dio un cálido beso sobre el dorso de su mano. – Lo siento, Momoi-san. Tú mereces a alguien que te ame sin condiciones, a alguien que esté dispuesto a dar su vida por ti y ese alguien no soy yo. Te quiero mucho, eras… eres mi mejor amiga, pero no te amo. Lo siento– Un marcada reverencia coronó la disculpa.


Todos estaban en silencio, asombrados por la repentina declaración del novio, quien bajó del altar para caminar hacia donde sus amigos se encontraban. Akashi le sonrió con satisfacción cuando lo miró caminar hasta posarse frente a Takao, quien, aún en shock, no daba crédito a lo que sucedía.


‘Takao-kun– Kazunari parpadeo al escuchar su nombre de los labios de Kuroko – Lo siento, de verdad siento haberte rechazado la otra vez. Perdóname… Yo… También te amo– Los sonidos de impresión no se hicieron esperar, pero Kuroko no prestó atención a nada más que a los ojos llenos de lágrimas de Takao.


– Tet-chan– Susurró Takao mientras tomaba las mejillas de Kuroko entre sus manos y le besaba tiernamente, sintiendo las manos de Kuroko enredarse en sus negros cabellos.


Nada más importaba en ese momento, solo ellos dos y el amor desmedido que se tenía desde hacía mucho tiempo. Escucharon los reclamos, los llantos y las amenazas, pero no podrían importarles menos. Tomados de las manos salieron de la iglesia, sin rumbo alguno, solo querían estar juntos, ser uno mismo en salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, estar juntos hasta que la muerte los separase y aún después de esta; se amarían en el paraíso si es que existía, y si por amarse deberían irse al infierno no les importaba, se amarían incluso en las llamas ardientes. Confiaban en que si Dios realmente existía y quería que todos fueran felices no tendría por qué oponerse a su amor, después de todos, él mismo los había hecho el uno para el otro.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).