LO QUE PERDI
“Pasajeros del vuelo 502 con destino Japón por favor bajar del avión, muchas gracias por preferirnos que tenga un buen día”
Un hombre con abrigo color beige se coloco sus guantes para empezar a bajar del avión, al estar en la puerta respiro el aire de su país, sintiendo una alegría de volver después de tantos años a su patria.
—Señor por favor siga adelante—Habló una azafata para mostrarle con su mano que siguiera adelante, haciendo que el hombre solo despertara o dejara sus pensamientos a un lado
—Lo siento, estaba recordando —respondió el hombre para bajar del avión con una sonrisa nostálgica pero a la vez con la esperanza de volver a ver a su amado, todavía recordaba la ultimas que se tuvieron que despedir era como si fuera ayer y no los cinco años que habían sido.
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—No te vayas por favor, no me dejes —suplico un joven de cabellos negros abrazando por la espalda a otro joven más alto que él que tomando sus manos las manos contrarias las separo para caminar varios pasos adelante.
—Tengo que hacerlo, solo de esa forma tendremos un futuro Izuki, no seas egoísta y deja que me vaya —hablo el joven acomodándose sus lentes viendo de reojo que el menor solo bajo la mirada para apretar sus puños, con su cuerpo temblando señal que estaba sollozando mordiéndose los labios regreso para levantarle la barbilla.
— ¿Por qué me dejas Hyuga, apenas tenemos de novios un par de meses y ahora me sales con esto, no es justo ni por una milésima de arroz? —hablo Izuki viendo esos ojos verdosos que solo lo observaban pero al ver el rostro frágil de su novio iba a cercarse para darse su primer beso cuando faltaba poco Shun se movió un poco logrando que los labios contrarios solo tocaran sus mejillas.
—No me beses si te vas Junpei solo quédate a mi lado, es mucho lo que te estoy pidiendo, apenas tenemos —suplico nuevamente el doncel viendo como el otro solo negó con la cabeza besando su frente.
—Tengo que hacerlo pero te promete que te llamare, escribiré todo los días hasta que regrese nuevamente para casarnos y que yo te de la vida que te mereces —dijo serio Junpei viendo como su novio se separa lentamente para verlo fijamente.
—Tenemos solo 16 años, si ambos trabajamos en el futuro podremos realizar todo eso pero no necesariamente te tienes que ir. Pero si lo has decidió no puedo hacer nada —contesto el otro tratando de no volver a llorar.
— ¡Prometo regresar por ti Izuki Shun en dos años! —grito Junpei tomando sus maletas se dirigió al avión que le llevaría a su destino, no miro atrás para no ver las lagrimas de dolor de su novio tomando una fuerte bocanada de aire siguió adelante.
—Prometo esperarte Junpei Hyuga ese tiempo —susurro Shun poniendo sus dos manos a la altura de su pecho, dejando que un camino de lagrimas delinearan su delicado rostro.
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—He regresado por ti Izuki, esta vez no habrá nada que nos impida casarnos como lo planeamos —susurro para sí mismo Junpei tomando su maleta peros extraño al ver que muchos pasajeros estaban todavía en el aeropuerto viendo fijamente la puerta de salida —¿Qué está pasando? —pregunto con voz alta pero siendo ignorado hasta que un hombre de su misma edad al parecer solo tomaba una maleta como otras cosas, una era extremadamente pesado, al ejercer fuerza le dio en el hombro para que el causante de ese golpe se disculpara como desordenando sus negros cabellos.
—No lo sabes, hubo una fuerte tormenta de nieve y muchos taxis están fuera de servicio por eso no se dan abasto para llevarse a los pasajeros, sería una suerte si se encuentra uno en servicio que te lleve a tu destino lo recomendable es que busques un hotel o si tienes suerte alguien que haya encontrado un taxi y vaya al mismo lugar que tú vas amigo. ¿Cómo te llamas porque por tu cara se nota que llevas muchos años lejos de tu país y no conoces a nadie? —informo el otro tomando sus maletas viendo que el otro estaba preocupado pero también deseoso de ver a su amado, ya no quería perder más el tiempo necesitaba estar con Shun.
—Me llamo Junpei Hyuga y tienes razón amigo llevo lejos de Japón por cinco años pero he vuelto para quedarme —se presento Hyuga cuando iba a presentarse el otro levanto la mano para llamar la atención a su chofer privado.
—Dame una muy buena razón de porque demonios estoy siendo tu chofer privado para llevarte al centro de Tokio—rugió el otro viendo como Hyuga miraba extrañado a Aomine Daiki vestido como oficial de policía deseando matar al otro pelinegro que solo embozo una sonrisa de medio lado.
—Por Kise y Kuroko el primero porque es tu esposo y te dejaría en abstinencia aun después del embarazado y tu sabes que no puedes contradecir a tu lindo esposo y más si está esperando a tu primer hijo y segundo mi cuñado solo debió mostrar esa mirada suya porque mi brother esta en servicio —respondió el otro viendo como Aomine deseaba descuartizarlo pero sabiendo cómo era Kise y mas con sus siete meses de embarazado era mejor no hacerlo enojar ya que Daiki no deseaba volver a dormir afuera de la casa.
—Tsk, ni que les tuviera miedo a ese par; ahora muévete antes que te deje tirado por ahí y me vale un pepino el berrinche de Kise por abandonarte a tu suerte Tatsuya —contestó Aomine tratando de ocultar el escalofrío que recorrió su espina dorsal si su esposo como Tetsu al imaginarse el un buen castigo por no obedecer el pequeño favor que le encomendaron. Tatsuya sólo negó con la cabeza tomando sus cosas viendo al oficial llamando a Ryota para asegurar que todo estuviera bien.
Himuro al fin se sentía parte de una enorme familia y no es que con Alex y Taiga no fueran familia sino hubieran sido por ellos dos en esos momentos se sentirá tan lleno de paz como sentirse parte de un hogar.
—Vamos Aomine, antes que te vaya a dar algo —respondió Himuro tomando su maleta y observado como el otro rodaba sus ojos, causando la risa interna del otro. Porque quien hubiera pensado que tanto la generación de los milagros como su hermano Taiga pertenecerían a una gran familia en que cada integrante se cuidaba y él siendo el mejor amigo de Murasakibara.
—Amigo, Tatsuya verdad no pude dejar de escuchar que vas al centro de Tokio, yo voy ahí y me urge ir a ese lugar, ya no puedo esperar más sin ver a mi amado, cada noche tras noche en soñado tenerlo nuevamente en mis brazos —pidió Hyuga viendo como Tatsuya solo asintió viendo Aomine el cual con un encogimiento de hombros le informo que le daba igual si se iba o se quedaba su amigo.
—Vamos, el sargento ya nos dio permiso —contestó divertido Tatsuya para que los tres tomaron camino al auto del moreno que estaba más al pendiente de su celular que otra cosa por eso decidió irse detrás con su nuevo amigo para conversar porque lo más seguro era que Daiki iba a estar en comunicación con Ryota para verificar su estado de salud como de los otros embarazados, Takao, Kuroko, Akashi como seguramente iban a estar el amor de su vida ya que todos los embarazados se diferenciaban por meses de gestación siendo el más grande Akashi de ocho meses y medio y el menor su pareja de dos meses.
DETRÁS DEL AUTO
— ¿No puede ir más rápido?, siento que el tiempo es más lento y solo quiero estar con mi amado fueron muchos años que me fui de su lado —hablo Hyuga acomodándose sus lentes pero fue ignorado por el policía el cual ahora hablaba ahora por radio.
—Creo que sea posible ir más rápido, la mente de Aomine debe estar ocupado por el trabajo o pensando en su esposo Ryota y su futuro bebé y por nada del mundo correrá con esa tormenta de nieve —respondió Tatsuya soltando una risa al ver como el otro está desesperado por estar enfrente de su amado —No crees que para matar el tiempo no conversamos un poco, ¿cinco años lejos de tu tierra debió ser difícil verdad y mas para tu novio? —pregunto el otro recordando que el tuvo que irse por dos semanas lejos de su pareja, todavía a su mente le venía el rostro afligido del menor pero con algo de temor lo dejo ir a su trabajo.
—Es una lindo doncel de cabellos negros como mirada que la misma noche envidiaría, me fui para el otro lado para poder trabajar duramente, no hubo ningún momento que no pensara en él durante esos cinco años y ahora que junte dinero pienso casarme con él y cuéntame ¿Tienes pareja? —pregunto Hyuga viendo que el otro solo observo un rato el techo.
—Si tengo y estoy profundamente enamorado de él, tiene unos ojos tan hermosos de un color negro como la noche sin estrellas me costó enamorarlo porqué el esperaba una promesa que no se cumplió —contesto Himuro mostrando una enorme sonrisa pero
—Debió ser duro para él yo debo confesar algo por dedicarme a trabajar día y noche me olvide de mis promesas con mi amado, nunca le escribí, ni lo llame, ni cuando se cumplió el plazo que le hice para volver pero ahora he vuelto y sé que será una enorme sorpresa para él —hablo el de lentes sintiendo un nudo en su garganta
—Yo también debo confesar que a él se lo gane un hombre que no supo valorarlo y lo dejo en el olvido sufrió mucho por ese mal amor el cual jamás dio señales de vida —contestó Tatsuya recordando las veces que lucho por conquistar a su pareja.
— ¿Sufrió demasiado? —quiso saber Hyuga viendo como el moreno solo lo observaba desde el retrovisor para nuevamente seguir conduciendo
—Hubo un tiempo que sufría en silencio, siempre estaba en la oficina de correo esperando que su novio le entregara una simple carta, alguna nota que le informara sobre él pero eso nunca paso. Cuando lo conocí estaba llorando me consto conquistarlo. Él fue fiel a su primer amor pero con mucho esfuerzo —contó Tatsuya para acomodarse mejor en el asiento deseaba contar sobre ese hecho que lo hizo el hombre más feliz del mundo.
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—Otra vez que no tengo ninguna señal tuya amor ya son dos años y no cumpliste tu promesa —susurro un doncel de cabellos negros apretando fuertemente con sus puños el acero del columpio dejando que las lágrimas caerán libremente al suelo pero se tenso al ver un pañuelo blanco como un mano que se lo entregaba.
—Alguien tan hermoso no debería estar llorando por un mal amor —dijo una voz grave, haciendo que le menor levantara su rostro para ruborizarse al ver a un varón de cabellos negros un mechón de cabello cubría una parte de sus ojos dejando a la vista un lunar abajo del otro.
—Acaso eres un acosador —contesto el otro para limpiarse las lágrimas e irse de ese lugar pero el otro previendo eso lo tomo del hombro para abrazarlo sintiendo el cuerpo del menor estremecerse para abrazarlo y dejar que el dolor saliera al fin de su cuerpo al llorar en el pecho de ese desconocido.
—Tranquilo, todo va a pasar, debo confesar que tal vez tenga un poco de acosador porque te he observado por mucho tiempo, mejor dicho un año atrás cuando mi hermano Taiga me presento a su grupo de básquetbol fue cuando te vi por primera vez, pero siempre vienes a esta oficina a buscar correspondencia el imbécil que te abandono, y cuando nuevamente tus ilusiones son rotas vienes a llorar a este lugar pensando que nadie te ve, pero yo soy testigo silencioso de tu dolor, cuidándote que nada te pase hasta que llegues a tu hogar —susurro Tatsuya levantando la barbilla del menor que lo miraba con los ojos completamente abiertos como las mejillas completamente rojas.
— ¿Por qué? —susurro él, siempre se sentía observado cuando estaba ahí pero jamás pensó que el hermano de Taiga se haya fijando en el tan siempre como él, y más sabiendo como Tatsuya era bien cotizado por las damas y donceles entonces porque se tomaría las molestias de vigilarlo.
—No te das la idea porque, desde que te vi me enamore de ti, y más al verte tan frágil, deseando que alguien te cuide, te enseñe como es el verdadero amor, solo te pido una oportunidad para conquistarte como tú me conquistaste y no me iré hasta que aceptes —hablo Himuro para que sus dedos acariciaran delicadamente los labios del doncel que solo trago nerviosamente y sin saber la razón asintió.
—Pierdes tu tiempo Tatsuya, yo sigo amándolo aun cuando él se haya olvidado de mi —contesto el otro pero cerró sus ojos al sentí el tibio aliento del pelinegro muy cerca de su odio.
—Te conquistare —contesto para salir corriendo dejando a un doncel en shock como el corazón palpitando como loco sacudiendo su cabeza salió en dirección a su hogar, no podía gustarle Himuro eran apenas las veces que hablaban aunque el mayor siempre lo buscaba y trataba de charla o lo cuidaba si salia tarde del club.
Desde ese día el doncel recibía un ramo de rosas al salir de su hogar, como diferentes detalles, cartas escritas por Tatsuya, cada día se sentía tan especial. Habían pasado seis meses desde la confesión de Himuro y él no podía sacárselo de la mente, cada día esperaba que el pelinegro estuviera en la puerta de su hogar esperándolo con algún detalle.
Después de un año, ambos salían a citas convivían con sus amigos y en ningún momento Tatsuya falto a su promesa cada día le mostraba su amor a él, logrando que su corazón palpitara como loco y que las ilusiones rotas fueran renacidas por el amor del otro, el cual había logrado su objetivo.
Ahora ya no iba a la oficina de correos todos los días primero fue cada semana, con el pasar del tiempo fueron un mes y luego cada seis meses pero a veces temían que Tatsuya se cansara de esperarlo aun cuando el año de su conquistará se convirtiera en dos años.
Un día cuando las hojas de los arboles caían junto a sus amigos Testsuya, Takao, Kise, Akashi tomando las fotos como pruebas del corto noviazgo que tuvieron con su primer amor todos fueron a lo más alto del parque para ahí dejar ir al recuerdo como las falsas promesas de amor. Todos aplaudieron esa decisión sabiendo que eso significaba una sola cosa que se estaba dando nuevamente otra oportunidad al amor.
—Te amé y el cielo es testigo de mi amor, un amor que te espero por cuatro años, dos en que mi corazón fue solamente tuyo y en mi mente tu recuerdo vivía pero los otros dos años mentiría que te fui fiel a tu recuerdo, en ese tiempo conoció al ser noble, dulce, paciente aquel el cual cumplió sus promesas y cada día me conquista un poco mas cada momento, por eso te debo dejar ir para que yo pueda ser feliz porque ya no te amo, no mas ahora amo a Tatsuya, perdóname pero de verdad quiero ser feliz con mi amor —hablo el otro sintiendo como se formaba un nudo en la garganta pero era necesario tirándolo al aire para que el viento se llevara esos recuerdos sus amigos solo lo apoyaron.
Himuro solo observaba en silencio junto a Taiga, Midorima, Aomine y Atsushi que sabían que era cuestión de tiempo en que Tatsuya conquistara al amor de su vida y ese aceptara sus sentimientos por el pelinegro.
UN PAR DE MESES DESPUES
—Buenos días Himuro —saludo con las mejillas rojas al sentir como el mayor lo arrinconaba a la puerta y su cuerpo dejando en medio pero cerrando los ojos se dejo hacer, cuando pudo sentir esas grandes manos tomar su cintura atrayéndolo más a él dándole un apasionado beso que fue correspondido por el otro.
—Tatsuya para ti amor, vamos antes que Atsushi no soporte la tentación de ver al novio antes de la boda —hablo Tatsuya tomando la mano de su pareja que solo asintió feliz sintiendo que ahora si podía ser feliz.
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—Ahora llevamos un año de casados y mí un futuro bebé en camino, mi amor esta embarazado de dos meses y medio —relato Tatsuya con una enorme risa pero al observar al de lentes este lo estaba viendo con tristeza para sacar de su bolsillo una pequeña foto que por el tiempo se observaba deteriorada.
—Eso es imposible, esa foto es de mí esposo —Grito Tatsuya logrando que Aomine frena de golpe por lo escuchado, dejando un largo silencio en el lugar y más cuando ya estaban en la puerta del hogar de Himuro.
—Lo sospeche desde hace un rato —hablo Hyuga para tomar nuevamente la foto —se que lo he perdido y que lo conquistaste a la buena Tatsuya; tú lo supiste valor cosa que yo no hice en su momento y no será un ingrato en empañar su felicidad. Te agradezco que hayas curado el corazón roto de Shun, él se merece ser feliz y yo solo me hare a un lado —dijo el de lentes para ver la foto de su ex.
—Gracias Hyuga, no sé como agradecerte este gesto —respondió Tatsuya abriendo la puerta de la patrulla.
—Solo cuídalo y hazlo feliz pero no le digas que nos conocimos es mejor que jamás se entere de mi visita —rogo el ex de Shun observando que el otro asintió.
—Lo prometo—contesto el pelinegro tomando rápidamente su maleta que se lo entregaba Aomine, encaminándose a su hogar.
— ¡Tatsuya amor Bienvenido! —grito Shun con un pantalón negro ajustado como un abrigo de color rojo con gorra que corrió para colgarse en el cuello de su esposo para darle un beso de bienvenida.
—Que deliciosa bienvenida amor —contesto Tatsuya abrazando a su esposo para que este tomara su mano y la colocara en su vientre.
—Nuestro pequeño también te extraño mucho amor, vamos a tomar una taza de chocolate —hablo Izuki para tomar la mano de su pareja e ingresar a su hogar notando que hasta que estaban en la puerta Aomine arranco la patrulla tal vez antes de manejar había hablando al celular de Kise para ver si no tenia ningún antojo.
— ¿Me podrías llevar lejos de aquí, tal vez a un hotel mañana en la mañana regreso a Europa? —pregunto Hyuga apretando la foto de quien fue su antiguo novio. A veces el destino, la vida nos enseña lecciones para que no cometamos el mismo error. ¿Por qué quien hubiera pensado que dos completos desconocidos que se hablaron en un aeropuerto ese misma noches, tenían algo en común? Ambos hombres están enamorados de la misma persona pero solo uno fue capaz de quedarse a su lado, que brindo un hombro para que Izuki llorara en él y que también le enseño a volver a amar sin importar nada de su pasado.
—Eres un gran hombre Hyuga —hablo Aomine para retomar camino a la carretera observando como el de lentes solo le dio una risa amarga observando entrar a la pareja de esposos a su cálido hogar.
—“Te perdí Shun pero sé que serás muy feliz con tu esposo y el fruto de ese amor yo aprenderé de mi error y viviré con el también para que nunca más dejare a un lado a mi futura pareja porque el amor es una pequeña planta si no se siembra como cuida otro lo hará por nosotros y será demasiado tarde para redimir nuestro error”
Pensó Hyuga viendo como el auto arrancaba no si antes ver por última vez a Izuki en brazos de un buen hombre que lo ama con locura y curo el corazón roto que dejo cuando era un joven inmaduro.
FIN