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La Noche Después de Navidad por Noe Chan Yaoista

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Notas del fanfic:

Los personajes de esta historia no me pertenecen

Notas del capitulo:

Bueno este es mi regalo para ustedes, pero a la vez sere un poco malvada >:D (si lo se Santa no me traira regalos :c)
Si desean saber como continua esta historia dejen en los reviews x3 
Ya hice mi maldad ahora disfruten xD

  Era la mañana de navidad en Ciudad Domino, toda la ciudad estaba cubierta de nieve, era una hermosa vista, si no fuera por el frío que hacía esa mañana. La nieve cubría en todas las extensiones donde solía haber césped y también cubría los techos de las casas, el sol comenzaba a entrar por la ventana de una habitación que se encontraba en una casa-tienda, esquivando las cortinas que la cubrían para llegar hasta el rostro de quien dormía, la tenue luz del sol que no llegaba a aplacar el frío tocó el rostro de un joven de cabello tricolor y ojos color amatista, la calefacción en la casa estaba encendida así que su habitación y su cama estaban calentitas, quería seguir durmiendo un poco más, así que se dio vuelta en la cama evitando la molestoza luz, cuando logró nuevamente retomar su sueño este fue interrumpido con el timbre de la puerta y no sonó una sola vez, si no que este seguía sonando insistentemente, se encontraba solo en la casa su abuelo se encontraba en una excavación en Egipto y no regresaba hasta mañana en la noche, se sentó en su cama busco sus pantuflas y tomó el abrigo que tenía sobre la cama, a pesar que estaba la calefacción prendida apenas salir de cama da frío igual, bajo las escaleras y se dirigió hacia la puerta, miro el reloj y eran las 9 de la mañana, creía saber quienes eran los únicos que podían llegar a estar en su puerta a esa hora, quitó los seguros de estas y no se equivocó.

 

-buenos días yugi!!!

 

-chicos que hacen tan temprano? Apenas son las 9

 

-vamos yugi no pongas esa actitud, venimos a cuidarte como todos los días, como no esta tu abuelito nos dejó a cargo

 

-vamos Joey, aun puedo solo, pudieron venir unas horas más tarde

 

-no te pongas así, qué pasa si te resbalas o te caes por las escaleras? No dejare que le pase nada a mi sobrinita que ya falta poco para que llegue!!

 

  Y así los amigos de yugi, Joey, Tristan y Tea entraron a la casa-tienda cerrando la puerta, mientras Joey terminaba la frase se aferró al vientre de yugi que ya estaba bastante abultado, no importaba cuantas veces este le dijera el rubio no entendía y de una sola patada yugi se lo quitó de encima dejándolo estampillado en la pared.

 

-cuántas veces tengo que decirte que no me hagas eso!!!! Lo odio!!!

 

-cálmate yugi o te ara mal

 

  Dijo tea pero yugi la ignoró, estaba enfurecido, ya más de una vez le había dicho que no le hiciera eso, pero a Joey le entraba por una oreja y le salía por la otra como siempre.

 

-vuélveme hacerme eso y te juro que la próxima no sales vivo!!!

 

-creo que metiste mal la pata esta vez Joey

 

-tu cállate Tristan!!

 

  Luego de aquel pequeño incidente entre Joey y Yugi estos subieron a la habitación del tricolor, mientras Tristán y Joey se ponían cómodos Tea bajo a la cocina a preparar unos aperitivos, yugi volvió a su cama le encantaba el invierno, en esta estación era cuando solía salir mas, le encantaba ver y jugar con la nieve, pero ahora con la carga extra que tenía no era tan tolerante al frío últimamente, la mayor parte del día la pasaba en la cama, mirando televisión o durmiendo, su abuelo se había ido desde hace 3 semanas y les había dejado encargado a esos tres que vinieran todos los días y lo cuidaran.

 

  Tea volvió a la habitación había preparado un poco de leche con chocolate y en un plato llevaba unas galletitas, esas eran mas para Tristán y Joey los cuales se encontraban cerca de la calefacción, ella prefería la taza chocolate al igual que Yugi ultimamente no soportaba mucho la comida asi que todas las mañanas optava por una taza de chocolate. Mientras Tristán y Joey se devoraban las galletitas sin piedad alguna algo llamó la atención del rubio.

 

-Oye yugi que son estas cajas?

 

-Regalos

 

-Regalos? De quien?

 

-De Pegasus

 

-QUE!?

 

  Gritaron los tres a la vez, Joey se acercó y sacó las dos cajas grandes, eran un cochecito para bebé y una cuna.

 

-Pero esto no estaba ayer cuando nos fuimos

 

-Es por que a los minutos que se fueron él apareció

 

-Y lo dejaste entrar? - Pregunto Joey desconfiado

-Joey ni que fuera a hacerme algo…


-Sabes que a ese hombre no se le puede confiar

-Y que quería? - Desvio el tema Tea

 

-Me vino a pedir que lo eligiera como el padrino de mi niña

 

-y qué le dijiste? - Pregunto Joey

 

-Que si...

 

-QUE!? Pero yo iba a ser su padrino… - Dijo Joey comenzando a hacer puchero

 

-Vamos no te pongas así, tu serás su tío, además si el es su padrino estoy seguro que su futuro estará asegurado, seguro que le dará lo que ella quiera

 

-ese si es un buen punto… - reflexiono Joey

 

-wow yugi, ya tienes su futuro asegurado, y ya solo faltan días para este en tus brazos

 

-tienes razón Tea, el tiempo ah pasado tan rápido que no me eh dado cuenta

 

  El resto del día pasó rápido, entre bromas, regaños de Tea a Joey y Tristan, y la casi destrucción de la habitación de Yugi tratando de armar la cuna, al llegar la noche los tres amigos de Yugi se marcharon dejando solo al tricolor en su casa, este no se debió esforzarse mucho porque tea ya había dejado limpio toda la casa antes de irse así que solo se dio una baño caliente y volvió a su cama para mirar televisión.

 

  Se preguntó cómo era que eso había pasado, la respuesta era sencilla, Yugi no sabía sobre su ‘’maravillosa’’ genética la noche antes de que faraón viajará al más allá, tuvo una noche caliente con el y quedo un hermoso regalo no esperado de los dioses. Luego de que Yami se fuera de su vida no todo fue color de rosa, el simple hecho de saber que su amor era correspondido y no poder estar juntos lo destrozó, pero no todo fue tan malo luego de enterarse a los dos meses de que Yami no se había ido sin dejarle un pequeño regalo como decía Joey.

 

  Estaba logrando conciliar el sueño, una fuerte tormenta de nieve había comenzado, pero antes de que cayera en su tan acogedor mundo de sueños sintió una pequeña patadita, la ignoró por completo y justo cuando estaba logrando de nuevo dormirse, sintió dos pequeñas pataditas un poco más fuertes que la anterior, abrió sus ojos y sonrío.

 

-Veo que no quieres dormir, no importa, puedo esperar hasta que te calmes…

 

  Se sentó en la cama y comenzó a acariciar su vientre, aun no lograba creer que dentro de él estaba creciendo la hija de su amado Faraón, rogaba que el momento en que naciera fuera igual a él ya que así su soledad seria menos, en el momento en que se enteró de esa noticia estaba desconsolado no sabía que era lo que haría su mente estaba muy confundida, pero con el tiempo sus pensamientos se aclarando, todas las personas que conocieron a Yami estaban presentes para ayudarlo, pero Yugi sabía la razón por la que lo hacían…

 

-Solo lo hacen porque me tienen lastima… Mi querido Yami, no sabes que la falta que me haces en estos momentos… - miro por la ventana y comenzó a ver que la tormenta se intensifica – Estos últimos meses no han sido fáciles para mi… - sin darse cuenta pequeñas lágrimas comenzaron a caer por su rostro, sintió como su pequeña se agitaba en su interior, cada vez que él se ponía mal ella se agitaba, era como si no quisiera que él llorara, Yugi solo sonrió y secó sus lágrimas – mi pequeña… Tú siempre encuentras la forma de parar mis lágrimas, no te agrada que llore verdad? – Suspiro - todos te tienen lástima mi pequeña porque saben que crecerás sin un padre, cuánto daría porque tu padre estuviera aquí, que pudiera conocerte y tú a él, me conformaría con el simple hecho de que él supiera sobre tu existencia… Sabes, en teoría tu eres una princesa hace mucho tiempo atrás hubieras estado destinada a la grandeza y al poder, tu padre fue uno de los Faraones más grandes en Egipto que por cosas del destino a pesar de vivir en tiempos diferente nos encontramos, poco a poco el amor creció entre nosotros y bueno, tú fuiste el resultado… - se sorprendió al ver como la única luz encendida en toda la casa que era la del pasillo que pasaba por la entrada de su habitación comenzaba a parpadear, la tormenta fuera era tan fuerte que había comenzado a mover los cables de la luz, sintió como su pequeña se agitaba en su interior – tranquila mi niña, es solo una tormenta, no nos pasara nada malo mientras estemos dentro de la casa- Decía a la vez que suavemente acaricia su vientre tratando de calmarla, desde que había comenzado a sentirla moverse sabía que cada vez que había una tormenta ella se agitaba. Una vez que la pequeña se quedó quieta y tranquila se recostó en la cama con los ojos fijo en una ventana que había en el techo, se perdió en su mente, hasta que una idea se le cruzó por su mente y sin levantarse de la cama junto sus manos y cerró sus ojos – Por favor Dioses de Egipto, se lo riego y se lo imploro, permítanme a mi amado saber sobre la existencia de esta niña, es injusto que no lo sepa… por favor… - Una pequeña lágrima se escapó de su ojos derecho – Por favor… Yami tiene que saberlo…

 

  Se quedó por unos momentos mirando por la ventana y luego se cubrió con las mantas preparándose para dormir, pero de repente la única luz y la televisión se apagaron de repente haciendo que se sobresaltara y la ventana sobre él se abrió dejando que un montón de nieve entrara a su habitación y una fuerte ráfaga de viento, por instinto Yugi trato de mantenerse cubierto con las mantas de la cama para proteger su vientre, pero para su sorpresa esa corriente de aire solo lo rodeaba sin tocarlo, en un instante todo se debutó y los copos de nieve formaron siluetas a su alrededor.

 

-Tu deseo será concedido…


  Fue todo lo que escucho antes de que esas siluetas volvieran a dispersarse y formarán un pequeño torbellino en el centro de la habitación y de la misma forma que apareció se desvaneció, pero esta vez la habitación no estaba vacía, había algo en el suelo, más bien alguien…

 

-Oh por Ra – dijo Yugi mientras que con sus manos cubría su boca y las lágrimas comenzaban a correr por sus ojos, la luz volvió y el televisor volvió a encenderse, la tormenta fuera había comenzó bajado un poco la intensidad hasta ser una simple lluvia de nieve, Yugi a pesar de su estado se arrodillo en el suelo y suavemente tomó el rostro de quien estaba en la habitación, no había duda, era él, era Yami… Tomo su rostro entre sus manos y suavemente lo sacudió.

 

-Yami - dijo suavemente mientras lo sacudía, pero no obtuvo respuesta -Yami, despierta – hablo un poco más alto y la sacudida fue más fuerte pero aún sin respuesta -Yami! – grito prácticamente dándole una bofetada haciendo que Yami comenzará a reaccionar. Poco a poco este comenzó a abrir los ojos, veía todo borroso, pero poco a poco su visión se centró en un silueta frente a él.

 

-Y… Yugi… - apenas salió de su boca

 

-Yami… realmente eres tú… - dijo al borde de las lágrimas. Esas palabras y su nombre pronunciados por esa voz hicieron que todos los sentidos de él se volvieran lucidos en cuestión de segundos

 

-Yugi… Yugi! – Prácticamente gritó mientras se abalanzaba sobre él abrazándolo – Yugi, mí Yugi, no puedo creer que seas tú…

 

-Ni yo lo puedo creer, mi Yami, no sabes cuanta falta me has hecho durante todo este tiempo…

 

-No entiendo que es lo que pasó y ni cómo llegue hasta aquí, pero por algo sucedió y ahora no pienso alejarme de ti – con una sus manos comenzó a acariciar su rostro y secaba las lágrimas que caían de sus ojos.

 

-Yami, te extrañe, no sabes lo feliz que me siento ahora

 

-Igual yo, mi Yugi…

 

  Fue lo ultima que dijo antes de unir sus labios con los de Yugi, el momento fue mágico, necesitaba de ese beso, saber que ahora habían vuelto a estar juntos, pero cuando Yami intento llegar más lejos con ese beso algo entre ellos estaba molestando, había un bulto que según la lógica de Yami no debía estar entre ellos, se separó repentinamente del beso, acto que sorprendió a Yugi y luego miró hacia abajo, el bulto provenía de Yugi, lo miro por unos instantes y luego lo miro al rostro, así hizo un par de veces hasta que se notó que tenía literalmente un enorme signo de pregunta sobre su cabeza, Yugi se sonrojo a la vez que una leve risita saliera de su boca.

 

-Por qué en vez de estar preguntándote no lo tocas? – Dijo Yugi sonriendo

 

  Podía sentir como su niña estaba molesta y sabía que con el más mínimo contacto que tenga con alguien sin importar quien se movería, al principio Yami lo miró desconfiado, pero al ver que Yugi sonreía simplemente coloco su mano sobre aquel bulto y como Yugi lo había pensado la pequeña había dado una fuerte patada en donde estaba la mano de este, automáticamente saco su mano y miro extrañado a Yugi, las palabras no salían de su boca y Yugi solo sonría.


-No me mires de esa forma – sin quitar su sonrisa se incorporó del suelo y volvió a sentarse en la cama – sé que estás extrañado y que no tienes ni la más mínima idea de que fue lo que sentiste, ni siquiera yo me lo pudo creer a aun, pero este bulto que ves aquí, no es nada menos que tu hija…

  La habitación quedó en silencio, Yami no mostraba ni la más mínima expresión y eso preocupo un poco a Yugi haciendo que su sonrisa fuera reemplazada por una expresión de preocupación. Habrán sido unos 5 minutos de silencio y para sorpresa de Yugi Yami solo cerro sus ojos y cayó desplomado al suelo.

-Yami! - Grito Yugi moviéndose lo más rápido que podía para sentarse a su lado- No te desmayes! - Gritaba sacudiendo para que volviera en sí, no tuvo otra opción que volver a abofetear para que reaccionara y así fue. Yami se sentó y miro a Yugi aun un poco desconcertado - No es el momento exacto para desmayarse - lo reprocho cruzando sus brazos

-Pero… Como?

-Ni siquiera yo lo sé… En realidad si! Pero es muy complicado de explicar… - susurro mientras miraba hacia otro lado y sus mejillas se enrojecieron

-Yugi…

-Solo piensa, han pasado casi 9 meses desde que te fuiste y en muy pocos dias deberia nacer, no hay duda de que es tuya… - dijo mientras las lágrimas comenzaban a caer por sus ojos - Estaba triste porque siempre pensaba que jamás sabrías de su existencia, le rogué a los dioses por que lo supieras y luego apareciste aquí… No sabía si la idea te pondria feliz o te enfadarias, solo deseaba que lo supieras - las lágrimas siguieron corriendo hasta convertirse en llanto cubriendo su rostro con sus manos. Pudo sentir como Yami lo abrazaba.

-Ya no llores o te hará mal… - susurro con una dulce voz mientras quitaba las manos de Yugi de su rostro y secaba sus lágrimas - como puedes creer que me podría enfadar? Quizás me la noticia me dejó un poco atónito, pero estoy feliz y aun mas sabiendo que proviene de ti

-Lo dices de verdad?

-Claro que si… Por algo estoy de vuelta a tu lado

-Yami… - susurro Yugi abrazandolo tambien, solo necesitaban eso, sentir que ambos estaban juntos.

Notas finales:

Ya saben si desean saber como continua la historia dejen en los reviews!!!

Me despido

Noe~Chan


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