Shun siguió a Tatsuya hacía el interior de la clínica, ahí una chica los atendió con amabilidad, parecía ya conocer a Tatsuya y los guió a una sala donde tenía varias pantallas donde se podían ver las distintas estancias de la clínica así como también las habitaciones y los pacientes; pero Tatsuya señalo una en especial.
La tercera pantalla de la segunda fila. Se veía a una mujer, era rubia y tenía el cabello recogido en un moño alto, vestía el uniforme de los pacientes y sostenía en brazos un bebe de juguete.
-Su padre vino a verla por la mañana – informo la señorita – y la señora esta estable, no ha tenido crisis desde su última visita ¿Desea verla hoy?
-En realidad solo quiero verla de lejos como siempre – Le aclaró Tatsuya y la señorita asintió – ¿Hay manera de escucharla?
-Por supuesto
La señorita activó el micrófono de la habitación correspondiente a la madre de Himuro y se retiró. Izuki sintió su corazón contraerse en un sentimiento de angustia, la señora tarareaba una canción de cuna mientras mecía en sus brazos al muñeco. Shun miro de reojo a Tatsuya y noto como por sus pálidas mejillas resbalaban saladas lágrimas.
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Kagami caminaba de un lado a otro por el pasillo del edificio sin poder decidirse a entrar a su departamento, porque sabía que adentro seguía Kuroko y sabía que si lo veía entonces le gritaría de todo, le reclamaría por sus celos y por su egoísmo y él no quería hacer eso, porque aun cuando le dolía cuan enfermo se había vuelto su novio en cuanto a celos eso no quería decir que no lo amaba o que ahora ya no lo amara como cuando salió de ese departamento.
Aun así le dolía ¿Tan poco confiable era para Kuroko? ¿De verdad creía que lo traicionaría tan fácilmente? ¿Era necesario herir a Takao? ¿No podía confiar en sus promesas de amor?
Respiro profundo y abrió la puerta, se descalzo, dejo su suéter sobre el sillón y se dirigió a su habitación, ahí lo esperaba Kuroko, durmiendo, era adorable, tan pequeño, frágil, pero Taiga sabía que nada tenía que ver su apariencia frágil con su forma de ser, porque Kuroko era fuerte, de una extraña manera pero lo era, y era valiente, y siempre había estado dispuesto a darlo todo por sus amigos así como en algún momento ellos estuvieron dispuestos a darlo todo por él.
El peli celeste froto sus ojos y los abrió de forma pausada, en otros tiempos se habría encontrado con la sonrisa de su tigre pero ahora lo único que se encontró fue la ancha espalda del pelirrojo que estaba sentado frente a él.
-Kagami-kun…
Kuroko intento tocar el hombro de Taiga pero el pelirrojo fue más rápido y se apartó evitando el contacto.
-¿Por qué lo hiciste Kuroko?
El peli celeste bajo la mirada, no tenía que preguntar a qué se refería porque lo sabía a la perfección.
-Los necesito… no puedo dejar que él… que él… me los arrebate – Kuroko lo miro a los ojos – Veo como lo miras… de esa forma tan especial que tienes de ver a quienes amas… ¿Te olvidaste de mí? ¿Es eso? Claro que lo es…
-Solo dime una cosa Kuroko – Kagami lo tomo por los hombros - ¿Tan poco han significado mis promesas de amor para ti? ¿Me crees esa clase de persona? Porque si es así entonces no le veo futuro a esto, si realmente tu no crees en mí, qué sentido tiene, si no confías en mí, ¿vale la pena continuar con esto?
Taiga no espero una respuesta, solo respiro profundo y se dio la vuelta, había resultado que más que enojado estaba herido.
-Le debes una disculpa a Kazunari por haberle dicho aquello, también le debes una disculpa a los demás, por haber inventado esas cosas sobre ellos, pusiste palabras en sus labios para lastimar a alguien y eso, eso no se hace Kuroko, nunca creí decirlo, pero me has decepcionado.
-Kagami-kun… yo… lo siento…
-No es conmigo con quien debes disculparte.
Kagami se marchó después de decir aquello y Kuroko solo espero a escuchar la puerta del departamento abrirse y cerrarse nuevamente para por fin explotar, llorar, y tirar todo cuanto veía frente. Kazunari lo había delatado, pero ya encontraría forma alguna de hacer que se alejara nuevamente, por el momento solo le quedaba esperar a aclarar todo el problema con sus amigos, ya que por lo visto Taiga ya les había mencionado a todos lo del malentendido con Takao.
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Shun se abrochó el cinturón de seguridad, ya era de noche, habían tardado más de lo esperado. Tatsuya no regresaba al auto aun, se había detenido a hablar con el guardia que vigilaba la entrada. Izuki sintió a sus bebitos moverse en su interior y sonrió con poco ánimo, había sido una tarde difícil.
****Flash Back****
Tatsuya lloraba y él no sabía exactamente que hacer más que seguir viendo la pantalla.
-“Descansa Tatsu querido” – se escuchó que decía la señora mientras ponía con cuidado al bebe de juguete sobre la cama y se quedaba mirándolo con cariño – “Sueña con los angelitos”
¿Había dicho Tatsu? Sí ¿Se refería al mismo Tatsuya que tenía parado a su lado? Shun miro al del lunar, la respuesta fue obvia, pero aun así Tatsuya tomo aire para poder comenzar a explicar.
-Después de que nací mi madre sufrió un fuerte estrés post-parto, no sé realmente que fue lo que lo desencadeno, pero ella comenzó a odiarme, conforme crecía, al parecer, más intentaba a alejarse de mí. En mis primeros meses de vida al parecer todo fue bien, al año intento matarme.
-¿Tu madre intento matarte? – Shun no podía creer aquello, no, eso no podía ser cierto.
-Yo también deseo pensar que eso es mentira – dijo Tatsuya como leyéndole la mente – no recuerdo eso realmente, son solo cosas que me han contado mi padre y mi abuela. Se supone que después de ese incidente ella se alejó más de mí, era un bebe, pero mi padre ya me enviaba a la escuela, a los tres años entre a primaria, así que ya tenía cierto grado de conciencia y no podía evitar preguntarme porque mi madre no me quería o porque me tenían prohibido verla o buscarla. Una madre es algo que no le deben negar a un niño. Internaron a mi madre cuando tenía cuatro años, fue mi culpa.
-Tenías cuatro años, ¿Cómo pudo ser tu culpa? – Shun quiso acercarse, quiso apoyar su mano sobre el hombro ajeno pero no lo hizo.
-Rompí las reglas de la casa, me adentre en la habitación de mi madre y ella, ella ya tenía un reemplazo de mí, ese mismo que ves – aclaró Tatsuya señalando al muñeco de juguete que tanto resguardaba su madre – pero yo no lo sabía así que fui corriendo hasta ella, la abrace, llore y grite una y otra vez que sería buen niño si ella me quería. Intento ahorcarme, dijo que era un impostor, que yo no era su hijo, que la dejara en paz, que solo quería deñar a su hijo. Mi abuela junto con algunas mucamas pudieron detenerla, entonces la internaron y no se me permitió verla más que una vez al año, y solo para ver si en algún punto la terapia daba resultados. No ha funcionado hasta ahora.
-Ella… ¿No puede reconocerte? – Pregunto Shun con algo de tristeza – debió de ser muy duro para ti.
-Siempre tuve a mi abuela a mi lado… ella no me dejo caer, ella y Nash.
-¿Tu padre te amenazo con tu madre?
-Oh cierto, eso era lo que realmente tenía que explicarte, mi padre es el único con el que no enloquece, así que solo él puede verla cuando sea – comenzó a explicar Tatsuya – la primera vez que me dijo lo que tenía que hacerte me negué por completo, él dijo que sería mejor que hiciera lo que pedía o me las haría pagar, en menos de una semana mi madre fue transferida al hospital por una intoxicación por sobredosis de medicamentos, estuvo a punto de morir, en la sala de espera mi padre se acercó y me dijo: “ya sabes que soy capaz de hacer, así que más vale que aceptes”
-El la enveneno…
-Sí, yo... intente retrasar nuestro primer encuentro lo más que pude – Tatsuya lo miro por primera vez, había estado viendo hacia la pantalla – pero mi padre me dijo que actuara rápido, porque él no daba terceras oportunidades, y si no lo hacía mi madre no saldría de la clínica intoxicada, sino muerta.
Shun se quedó callado, no podía decirle algo como “no me importa, debiste negarte” ni nada parecido, él también lo habría hecho de estar en su lugar, no le habían dejado opciones, era cumplir o pagar, y el precio a pagar era muy alto.
-Yo aún tengo esperanza de que mi madre me reconozca algún día, por eso, no puedo dejar que le pase nada, porque yo se que aunque cuando me ve enloquece y me grita de las peores cosas, ella me ama, ama a su hijo, y espero que algún día pueda verme a mí, y darme tanto cariño como el que recibe ese absurdo muñeco – Tatsuya se rascó la nuca en un gesto nervioso – tal vez solo soy un poco idiota por aun esperarlo.
-Creo… que yo igual… lo seguiría esperando…
****Fin Flash Back****
-Izuki-kun, ¿te hace falta algo? Podemos pasar al centro comercial si lo deseas – le propuso Himuro con una sonrisa apenas perceptible, y Shun no pudo ignorar lo desmejorado que se veía su rostro y como a pesar de eso, seguía viéndose tan apuesto – tal vez ropa, artículos de limpieza…
-Me gustaría ir por un postre Himuro ¿Se puede?
-Por supuesto.
Y la sonrisa de Himuro se agrandó.
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-Eso fue todo lo que me dijo – termino por contar Kise a Takao – No me dijo quien le gusta ahora ni nada, pero creo saber de quién se trata…
Kazunari le acarició la espalda en un intento por darle consuelo. Habían ido directamente al departamento de Ryouta y ahora hechos olita en el sofá de la sala. Y por supuesto Takao apenas podía procesar el hecho de tan inesperada ruptura, siempre habían pensado que Aomine y Kise eran ese tipo de pareja que sería imposible separa, llevaban mucho tiempo juntos y habían superado muchas cosas juntos, ni siquiera podía imaginarse a Aomine diciendo que se había encontrado a otro, pero esa era la realidad y ni modo, tenía que buscar una forma de hacer sentir mejor a su amigo.
-Yo creo que el regresara contigo, por mucho que crea que se ha enamorado de alguien más puede que solo sea curiosidad, se le pasara y entonces regresara a ti, porque te ama más de lo que piensa – le afirmo Takao – ¿De quién crees que se trate?
-Creo que es Murasakibara cchi….
Takao se quedó de piedra, ¿En serio? ¿Con el peli morado? No podía imaginar a Aomine babeando por Atsushi.
-No pongas esa cara Takao cchi – Kise hizo un puchero al leer la incredulidad en la cara de su amigo – Se ha vuelto muy obvio por como lo mira, y como se pone celoso, puedo ser rubio pero de idiota no tengo un pelo. Lo que me molesta es que Murasakibara cchi no se da cuenta de eso, y no mira con los mismos ojos a Aomine cchi y tarde o temprano lo lastimara y yo…
-No quieres verlo sufrir – le interrumpió Takao – Eres muy noble Ki-chan.
-Mejor platícame de ti – Kise se abrazó las piernas – Qué ocurrió con Kuroko cchi y cómo se enteró Kagami cchi.
Kise necesitaba escuchar algo más, algo que no lo involucrara a él o a su ahora ex novio, algo donde no fuera más que un tercero, lo que sea para no pensar demasiado en él. Nunca nada bueno resultaba de sumirse en la depresión. Y Takao comprendió todo aquello por eso se acomodó mejor en el sillón para comenzar a relatar.
-Kuro-chan me dijo que ustedes me consideraban una molestia y yo me lo creí, siempre considere que Kuro-chan era alguien muy honesto y recto, por eso no dude de sus palabras, debería creer más en ustedes… Lo siento por eso – Takao bajo la mirada hasta que sintió una mano sobre su hombro, se animó a seguir hablando – Pero creo que ese es el menor de los problemas que ahora tengo.
-¿Pasó algo más?
-Tai-chan y Shin-chan me encontraron en plena movida con un sempai.
-¿Qué? ¿Cómo está eso? – Kise lo tomo de los hombros y comenzó a agitarlo – ¡¡Dame los detalles Takao cchi!!
-Pues… hoy es ese día – comenzó Kazunari esperando que Kise comprendiera a que se refería, el rubio asintió para que continuara – Bueno, me pongo un poco mal, ya sabes, así que falte a la escuela, me fue a entregar los apuntes Miyaji-sempai, que es hermano mayor del actual capitán del equipo de básquet, me vio mal y pues eso, comenzamos a besarnos y ahh Ki-chan no me hagas decirlo, si ya sabes a qué me refiero.
-Está bien pero y luego ¿Llegaron al final?
-No, no, tampoco, pero Tai-chan y Shin-chan llegaron – Kazunari escondió su rostro entre sus manos – discutimos un poco, todo quedo claro y yo me puse mal de nuevo, me entro el calor, creo que fue Tai-chan gritándome, no sé, pero ahí no acaba el asunto Ki-chan
-¿Qué hiciste Takao Kazunari?
-Bese a Shin-chan, ahí seguía mi sempai, Shin-chan se enojó, dijo que no debería hacer eso estando mi novio enfrente, Miyaji-sempai le aclaro que no éramos nada y se marchó, volví a besar a Shin-chan y me pregunto si lo hacía con todos, me sentí una zorra.
-Midorima cchi ¿él te dijo algo tan cruel?
-No, no lo hizo, pero yo me sentí así, al final le conté todo el rollo de mi celo, y ahh no creerás lo que me dijo.
Kazunari volvió a cubrirse la cara tenía el rostro tan rojo como un tomate y su corazón latía desbocado.
-¿Qué te dijo? No me dejes con la duda Takao cchi.
-Me dijo “no es como si me importe, pero si necesitas a alguien para calmarte, sería mejor alguien cercano, un amigo, nosotros somos amigos” La cosa más linda que jamás me hayan dicho, estaba que me lo comía a besos, pero se fue, al poco me llegó tu mensaje y salí corriendo de casa.
-Quien diría que Midorima cchi sería tan considerado, estoy feliz por ti Takao cchi.
Kise y Takao se abrazaron y prendieron la tele para ver cualquier programa que estuviese pasando, suficiente por esa noche.