Kise sonreía, tarareaba y estaba rindiendo más de lo normal. El rubio estaba feliz, mucho. Y todos podían notarlo. En realidad Ryouta tenía suficientes razones para estar triste, pero también le habían dado excelentes noticias en la mañana, así que no podía simplemente estar triste.
Todos se percataron de aquello, y se sintieron aliviados de muchas formas. Sobre todo Akashi quien veía que por fin sus amigos volver a la calma, esto era sumamente importante, porque la tranquilidad del grupo le daba tranquilidad a él, y en esos momentos la necesitaba.
-¿Por qué estás tan feliz Kise? – pregunto al fin Kagami harto de verlo parlotear tanto.
-Adivina quien hará un comercial Kagami cchi….
Todos comenzaron aprestarle total atención a Kise a penas decir eso. El tigre estaba que no se lo creía.
-¡¿Harás un comercial?! – Pregunto exaltado Kagami - ¡¿En serio?!
-¡Sí! Será impresionante, saldrá por todo el país – Kise sonreía de oreja a oreja – Esta es una gran oportunidad, no podía rechazarla.
-¿Y de que es ese comercial Kise? – pregunto Aomine serio, el rubio trago en seco.
-Son para promocionar unas aguas termales en Kioto, al parecer nuevas o algo así, pero la dueña quiere que yo salga en el comercial.
-O sea que ¿viajaras a Kioto? – le pregunto Akashi
-Sí, de eso también tenía que hablarles – Kise se giró para ver a su capitán – Solo viajo un fin de semana, suponiendo que todo salga bien es lo que tardaría, sino sería una semana, pero en el lugar hay gimnasio, así que no te debes preocupar por el entrenamiento, y de las clases se encargara de arreglarlo mi manager.
-Solo recuerda practicar, pronto vienen las eliminatorias – le dijo Akashi con calma.
-¿Aguas termales? – Volvió a hablar Aomine quien apenas podía procesar lo dicho por el rubio – ¿Harás el comercial solo?
-Eso aún no lo sé Aomine cchi – le contesto el rubio pero ya no tan feliz como al principio – ustedes lo sabrán cuando vean el comercial.
-Es una gran oportunidad Kise – le reconoció Kagami intentando que la atmosfera volviera a la normalidad – tienes que esforzarte.
-¡Eso hare Kagami cchi!
Y Kise sonrió nuevamente.
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Midorima se acomodó los lentes ¿Había algo más incómodo que estar en una cita con Takao? Sí, estar en una doble cita con Takao, Kuroko y Kagami. Era completamente ridículo, en primer lugar el ni siquiera quería salir a una cita con Takao, menos habría querido salir a una doble cita. Pero ahí estaban, todos juntos en el Maji Burger esperando una orden grande de hamburguesas.
Respiro profundo, mirando a su novio sonreír y platicar animado con la otra pareja. Kagami le ponía atención y de vez en vez comentaba algo, Kuroko no decía nada, solo miraba con seriedad al peli negro. Kagami había pasado un brazo detrás de Kuroko, no era un abrazo, más bien el pelirrojo mantenía el brazo apoyado en el respaldo en un gesto desinteresado.
Kazunari seguía hablando, riendo, soltaba bromas al azar, bebía de su refresco, y volvía a retomar el tema. Shintaro ni siquiera sabía de qué iba la conversación, escucharla le parecía molesto, le dolía la cabeza como para seguir escuchando el parloteo de del peli negro.
Antes de encontrarse con Kagami y Kuroko su cita había estado bien, normal. Habían tomado un almuerzo ligero en una modesta cafetería, habían caminado un buen rato buscando su objeto de la suerte, un disco de una banda suiza viejísima, que por cierto le había costado bastante caro, pero al parecer no había logrado aumentar su suerte, no, porque de haber conseguido suerte no estaría en aquella doble cita.
Kagami y Takao soltaron una carcajada, Kazunari tenía una bonita sonrisa, y él se perdió observándolo.
-Eh Midorima…. Midorima… - lo llamo Kagami agitando su mano frente a sus ojos, hasta que el peli verde reacciono – Parecías perdido ¿estás bien?
-Estoy bien, ¿Qué pasa? Nanodayo.
-Que ya llegaron las hamburguesas Shin-chan – le respondió Takao sonriente pasándole su orden – pareces distraído el día de hoy.
-Estoy bien
Repitió Midorima y abrió su hamburguesa para comerla y por fin irse. Les había dicho que no tenía mucho tiempo, que se iría después de comer. Comió rápido y se excusó con la otra pareja para luego jalar a Takao y marcharse. El peli negro ni siquiera había terminado de comer.
Kazunari fue enojado todo el camino hasta su casa. Midorima había notado aquello pero no tenía ganas de seguir escuchando a Takao y menos si estaba enojado, vaya dolor de cabeza.
-Te dejo aquí – le dijo Shintaro cuando estuvieron frente a la casa del azabache – Nos vemos luego.
-Shin-chan, no me agrado lo que hiciste hoy – comenzó a decir Kazunari, quien era ferviente creyente de que si algo le molestaba tenía que decirlo y no quedarse callado para evitar problemas posteriores – a mí, me gusta comer con calma y sin prisas y sobre todo terminar de comer, tal vez tu tengas dinero hasta el cuello, pero yo he tenido que ganarme el dinero de hoy con mi trabajo, también he tenido que trabajar extra para tener libre el día.
-Si tanto te costó conseguir un día, podrías haberlo apreciado más y no colar gente a nuestra cita Takao.
Kazunari se quedó callado por la sorpresa ¿Shin-chan quería estar solo con él? Parecía demasiado irreal, y el peli verde seguía siendo tan tierno como antes. El azabache le sonrió después de unos segundos.
-Si querías pasar tiempo a solas conmigo solo tenías que decirlo Shin-chan~~~
-¡Nadie quiere pasar tiempo a solas contigo! Nanodayo
Takao soltó una carcajada, luego tomo el cuello de la camisa de Midorima, lo jaló con fuerza hasta tenerlo a su altura y lo beso. Un beso corto y calmado. Shintaro se sonrojo hasta las orejas y Kazunari volvió a reír antes de entrar su casa. Ya en su cuarto el azabache se dejó tumbar encima de la cama, debatiéndose mentalmente acerca de lo que sentía.
¿Le gustaba Midorima? Sí, le gustaba, seguía siendo el chico tsundere tierno que le encantaba molestar, pero…. Ese era el problema ahora ya había peros, pero ahora le gustaba más como amigo, pero ahora ya no sentía nada especial cuando estaban cerca, aquel beso a pesar de haber sido lindo, no tenía ni una pizca de química…
Frustrado marcó el teléfono de Kise, el rubio no tardó en responderle.
-“¡Takao cchi! ¿Qué tal tu cita con Midorima cchi?” – le contesto el rubio a modo de saludo.
-Pues estuvo bien, no hicimos nada en especial… nos encontramos con Kuro-chan y Tai-chan nos quedamos con ellos para comer
-“¿Eh? ¿Por qué sueñas tan decepcionado?”
-Es sobre lo que te hable Ki-chan….
-“Supongo que ahora te das cuenta que no funcionara mucho ¿eh? Pero creo que no te hace mal intentarlo, vamos ¿qué podría pasar?”
-No creo que sea justo jugar con los sentimientos de Shin-chan así.
-“En eso tienes razón… pero al intentarlo no juegas con él, todo lo contrario, le estas dando una oportunidad, puede que él también no tenga claro sus sentimientos”
-Tienes razón Ki-chan… hoy estaba muy pensativo, debe ser que está en las mismas que yo, solo debemos intentarlo y ya.
-“Exacto, solo déjalo fluir, y que tenga lo que tenga que pasar, en las relaciones no puedes controlar las rupturas…”
-Ya no pienses en Aomine – Le recomendó Takao con pesar y sabiendo que era lo que pensaba su rubio amigo – Mejor dime, ¿Qué tal están esas aguas termales?
-“Son fantásticas Takao cchi, tenemos que venir un día de vacaciones, aparte estoy trabajando de nuevo con Davi, el extranjero que te mencione, es muy talentoso”
-Y muy guapo Ki-chan. No estaría mal que se dieran un baño…
-“¡Takao cchi! ¿Cómo puedes pensar en esas cosas? Yo estoy trabajando y soy todo un profesional”
-Claro, claro, pero debes admitir que incluso tú te lo has sabroseado.
-“¡Takao cchi!”
Kazunari soltó una carcajada al imaginar la cara roja de Kise, le parecía en extremo gracioso la inocencia que podía tener cuando se trataba de otros hombres, pues hasta donde sabía con Aomine tuvieron mucha acción, así que inocente, inocente, no era.
-Tenga que irme Ki-chan, ya mero llegan mis hermanos y hoy me toca calentarles la cena.
-“Esta bien Takao cchi, salúdalos de mi parte”
-Claro que sí, siempre que tú le des una nalgada al extranjero de mi parte.
-“¡Taka-
Kazunari se fue antes de que Kise pudiese gritarle algo más y sonrió, hablar con su rubio amigo siempre le subía el humor.
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-Kagami-kun ¿te sientes bien? – Pregunto Kuroko un poco preocupado pues el tigre había estado muy serio desde que habían llegado al departamento – ¿Kagami-kun?
-Solo pensaba Kuroko – el pelirrojo estrecho al peli celeste entre sus brazos – Pensaba en que… Tatsuya me mandó un mensaje, dice que mañana quiere que vaya a desayunar con él y con Izuki-sempai.
-Oh que bien, será agradable desayunar con ellos mañana.
-Creo que no me entendiste Kuroko – Kagami le hablo serio – Tatsuya me ha pedido que no los lleve, ni siquiera a ti, eso es lo que me tiene pensativo.
-Es raro que Himuro-san te pida que no nos invite – Kuroko se aferró un poco más al pecho de su pareja – Pero debe tratarse de algo muy importante por lo que quiere que estés ahí, así que debes acompañarlo.
-Lo sé.
Kagami beso la frente de Tetsuya, y poco a poco lo fue recostando junto a él en el sofá mientras veían la televisión. Kuroko se quedó dormido al poco rato. Taiga era experto en hacer que el peli celeste quedara dormido, siempre que lo abrazaba y le acariciaba los cabellos, era como una nana que arrullaba a su novio. El pelirrojo ya estaba más en orden con sus sentimientos. Kuroko se había mostrado arrepentido, había hecho lo que le había pedido, y simplemente no podía dejar de quererlo así de la nada. Había pasado muchas cosas con Tetsuya, habían prometido muchas cosas, desde hace mucho tiempo, él había tenido que ganarse la aprobación de los demás milagros para estar con Kuroko. Y lo había conseguido, había prometido proteger a Kuroko, y lo haría.
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Kise guardo el celular en el bolsillo de su pantalón y camino hacía el restaurante donde lo estaban esperando. Su manager y la manager de Davi estaban sentados uno al lado de otro mientras platicaban. Davi estaba sentado mirándolos de frente, al entrar Kise, le dedico una sonrisa. El rubio se sentó al lado del extranjero.
Los managers hablaban acerca de las tomas que harían, que luces favorecían a los modelos, el tipo de vestuarios que les pondrían. Ese día se había dedicado por completo a recorrer las aguas termales, las cuales aparte de tener los baños públicos y privados, tenían un gimnasio bien equipado, canchas de básquet, tennis y baseball; un restaurante con hermosa vista; debido a que estaba en las montañas, se podían hacer largas caminatas; también habían diversos talleres como danza, yoga y artes marciales mixtas; para el hospedajes ofrecían habitaciones de hotel cinco estrellas y cabañas familiares; en resumen un centro turístico que prometía bastante.
Davi se mantenía callado, miraba cada dos minutos la pantalla de su celular, estaba serio y no había rastro ni de su sonrisa ni de sus hoyuelos. 117, 118, 119, 120… contó Kise en su mente y Davi volvió a mirar a su teléfono.
El rubio soltó un suspiro bastante audible captando la atención de sus acompañantes.
-Estoy algo cansado, mañana tenemos que estar al cien ¿no? – Comenzó a hablar el rubio con una sonrisa - ¿Qué les parece que mientras ustedes discuten eso de las luces nosotros nos vamos a dar un baño en las aguas termales?
Los managers apenas asintieron volviendo a sus asuntos. Kise miro a Davi esperando una respuesta, que para suerte fue afirmativa. Ambos modelos fueron a las aguas termales. Ya ahí, el rubio consiguió que su acompañante se relajase.
De alguna manera Kise se las había arreglado para hacerle plática al extranjero. Davi era un chico simpático, hablaba un fluido japonés, y seguía la plática de Kise con total naturalidad. A Ryouta la agradaba.
Al terminar con el baño se dirigieron a la suite donde se quedarían, esta era amplia tenía una pequeña sala donde se pusieron a ver un rato la televisión, Davi volvió a su tic de fijarse en el teléfono, hasta que este, gracias al cielo sonó.
Kise se mostraba curioso por aquella actitud, así que no se movió ni un momento para escuchar la llamada de Davi. Era su instinto de chismorreo. Lamentablemente no había podido entender nada, pues Davi había dejado de hablar en japonés, y tampoco estaba hablando en inglés, no… ¿Qué idioma era ese? No era francés, eso seguro… ¡Español! Davi estaba hablando en español, lástima que Ryouta poco conociera del idioma, lo único que pudo traducir eran palabras como “puta, chingada madre, joder, pendeja, etc.” y según sabía aquellas eran malas palabras.
-¿Todo bien? – Le pregunto el rubio con una sonrisa – Te escuchabas enojado.
-Discúlpame Ryouta, solo problemas en casa – Davi le devolvió la sonrisa – ¿Te molesta si mañana alguien se nos une?
-No, supongo que no.
-Perfecto, gracias Ryouta.
Kise asintió un par de veces, luego el extranjero le dijo que se iría a dormir. Ryouta no tardó en hacer lo mismo.
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Akashi se levantó de su asiento, estiro sus brazos y piernas, luego salió del cuarto de hospital donde se encontraba y se dirigió a la cafetería para comprar algo de beber. Había estado en el hospital todo el día, desde que ingresaron a Nash para su segunda biopsia hasta ese momento. Por supuesto no lo había visto despierto, su orgullo le impedía acercarse sabiendo que el rubio lo trataría de forma tosca; pero una parte de él, le obligaba a quedarse ahí era tan molesto. Ahora, con un café en la mano, regresó al cuarto de Nash, el rubio dormía gracias a los sedantes. Akashi llevaba un par de horas cuidándolo, y cada vez se sorprendía la aparente paz con la que dormía.
Seijuuro volvió a tomar asiento y tomó un sorbo de su café. ¿Qué hacía ahí? Debería simplemente marcharse.
-Deberías irte.
El pelirrojo se sorprendió al escuchar la ronca voz de Nash, tomo otro sorbo de café antes de responder.
-Deberías dormir, yo no te estoy molestando.
-Tu presencia me molesta, lárgate.
Seijuuro respiro profundamente antes de contestarle, tenía que recordar una vez más que estaban en un hospital y no debía de armar alborotos.
-Qué poco agradecido eres – le dijo después de tranquilizar sus ganas de ahorcarlo – No puedes simplemente dar gracias a la persona que ha estado aquí esperando a saber de ti.
-Pues nadie te ha pedido que vinieras, así que lárgate, si no quería a Tatsuya o a Shuu menos te querría a ti.
-Que desagradable eres – Seijuuro le dedico una mirada fría antes de salir del cuarto.
Una vez que Nash vio a Seijuuro cerrar la puerta de su cuarto, soltó un alarido de dolor, grito y maldijo tanto como no pudo hacer en la biopsia y en lo que Akashi estuvo ahí cuidándole e sueño; el dolor desgarrador de las biopsias, tanto de las que acaban de hacerle como las que le habían hecho de niño, parecían grabadas en su memoria, podía sentir casi en carne propia el dolor de las gruesas agujas atravesando los huesos de su cadera. Era el infierno sentir aquello y apenas era el principio.
Seijuuro se encontraba recargado detrás de la puerta, escuchando los gritos desgarradores solo pudo abrazarse a sí mismo y sin razón alguna, comenzó a llorar ¿Su madre había sufrido lo mismo?
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Tatsuya y Shun estaban recostados en la cama el mayor acariciaba el vientre contrario feliz de sentir pataditas contra sus palmas, también había comenzado a hablarles, aunque eso solo lo hacía cuando Shun dormía.
-¿Estas nervioso? – le pregunto Tatsuya intentando romper el silencio.
-Sí, mucho.
-No deberías, todo estará bien.
-Aun si todo sale bien, tengo nervios de saber cómo reaccionara mi familia al ver tu casa, espero que no se hagan ideas erróneas.
-Por eso no debes preocuparte Shun – Tatsuya termino de tocar el vientre y se puso serio – deberías pensar en eso de la boda, yo no tengo problema, pero tú debes pensarlo bien, se trata de atar nuestras vida. Tu vida. Y por supuesto yo aceptare lo que pidas, si quieres que solo sea de apariencia, lo respetare, pero quiero que estés bien seguro de hacer esto. No tienes que demostrarle nada a nadie, tú eres lo que importa.
-Gracias Tatsuya, me lo pensaré bien – Shun se acomodó entre las mantas y luego agregó – Por ahora solo preocupémonos por el almuerzo de mañana.
Himuro asintió bajito y ambos se quedaron dormidos como hacía tiempo venían durmiendo, juntos y abrazados, de alguna forma habían comprobado que le hacía bien a Shun y que al parecer hacía a los bebés más activos. Tatsuya era feliz por solo dormir al lado de Shun y esperaba que al doncel le sintiera lo mismo.