-¿Puedes calmarte? – Shun miro con molestia y un poco de preocupación a Himuro – Nos pones de nervios.
-Lo siento Shun, no puedo evitarlo – Tatsuya se pasó las manos por el cabello despejando por un par de segundos su rostro – No sé cómo rayos les explicare todo a los chicos. Taiga va a odiarme.
-No son tan niños como tú y Nash piensan – Shun dejo a un lado la libreta en la que intentaba escribir – Ellos comprenderán si se los explican de la forma como es debida, tampoco es del todo tu culpa, tú no les hiciste eso, fueron sus padres.
-Pero he estado a cargo de ellos desde hace años, he trabajado para mi padre y he hecho cosas terribles – Himuro se sentó al lado de Izuki, estiro su mano para acariciar el vientre contrario pero la retiro antes de llegar a su objetivo – Horribles… Perdóname Shun…
-Estabas acorralado… no tuviste opción – Shun tomo la mano de Tatsuya y la coloco donde sentía las pataditas de sus hijos – He aprendido a sobrellevar esta nueva vida, y aunque eso no quiere decir que te perdone del todo, intento darte una oportunidad, quiero creer por el bien de ellos.
-Gracias…
-Sí yo pude darte una segunda oportunidad, ellos también podrán hacerlo.
Himuro asintió. De la lista de cosas de las que se arrepentía, Shun era de lo que más se arrepentía, o mejor dicho de haber tenido que abusar de él. No era lo que se imaginaba para su futuro, para su familia… Hubiera deseado hacer todo de distinta forma, hubiera deseado enamorar a Izuki, llevarlo a citas, ayudarlo a conseguir sus libros para la universidad y recogerlo después de clases para ir a un café y leer juntos, visitar museos e incluso viajar a las afueras de la ciudad o a la playa, tal vez al extranjero, hubiera querido llevarlo a un bonito restaurant de comida extranjera en su primer aniversario, llevarlo a un hotel cinco estrellas con terraza, velas y flores para su primera noche juntos, hubiera ansiado cada llamada y cada mensaje de amor por las noches hablando con su novio… Demasiados hubiera y lamentablemente, los hubiera no existen.
-¿Qué intentas escribir? – Pregunto Himuro al ver la libreta nuevamente en manos de Shun, estaba llena de rayones y tachaduras
- Solo intento hacer un juego de palabras – Shun cambio de página al no ver otro espacio en blanco donde rayar – Pero no puedo, parece que la chispa murió, antes podía hacer rimas increíbles.
-Lo sé – Himuro tomo el bolígrafo y rayó sobre la hoja – Los escuche la primera vez que te vi, fue en el café… y eran pésimos.
-No digas eso, si eran geniales, inmortales – Shun sonrió le quito el boli a Tatsuya y lo escribió a un lado del pequeño dibujo de un bebé que había dibujado el del lunar – Dibujas como niño.
-Soy bioquímico, no Da Vinci. Es nuestro campeón – Aclaró Tatsuya volviendo a tomar el boli – Ahora es turno de la princesa y por cierto esa rima fue un asco.
-Cállate – Shun observo como Himuro dibujaba a la bebé – Es solo que estoy oxidado.
-Durante este tiempo no te he escuchado decir ni una sola rima – Tatsuya había terminado con la bebé, ahora hacía un trazo más y los ojos grises de Shun no dejaban de seguir los movimientos de la mano de Himuro, que por cierto era bastante grande – Creo que sé a qué se debe tu falta de inspiración…
-Mis padres dicen que por fin he madurado ahora que estoy en cinta – Shun sonrió al ver el ultimo dibujo terminado – Kiyoshi y Hyuga, aunque están agradecidos de no escucharme más, te culpan a ti, dicen que me has robado la felicidad o alguna otra cosa igual de estúpida que esa.
-Es mi culpa, lo sé – Himuro agrego al final un corazón en medio de los trazos de los tres bebés dibujados sobre el papel, formaban un triángulo y el bebé en la punta tenía alas a sus costados, eran ciertamente dibujos infantiles pero lindos – Ya están, nuestros niños, campeón princesa y angelito. Aunque suena terrible, deberíamos ponerles nombres, en dos meses nacerán y aún no tenemos nada.
-También hay que ver los preparativos de la boda, mi madre y mis hermanas lo han estado haciendo todo, confío en ellas, pero al final es nuestra boda, se verá raro si no intervenimos o algo.
-Creí que sería para cuando estuvieran más grandes, con unos seis meses de edad – Himuro repaso las líneas dibujadas con las yemas de sus dedos - ¿Paso algo?
-Para mi familia entre más pronto mejor – Shun hizo una mueca – Por parte de mi padre todos son muy víboras, y por mi madre no se quedan atrás, están preocupados de que empiecen a hablar si la boda tarda demasiado.
-Está bien, también tengo que hacerme cargo de eso – Himuro se levantó – Dile a tu madre que iremos después de año nuevo, algo se me debe ocurrir para agregar detalles a la boda.
-Primero ocúpate de los chicos – Shun le sonrió, había escuchado la puerta principal abrirse – Ellos necesitan respuestas ahora.
-Joder Shun, deja de enamorarme – Himuro junto sus frentes – Porque cuando quieras irte, yo no podré darte esa libertad, también puedo ser posesivo.
Shun no dijo nada, con el aroma y la predominancia de Himuro en él no pudo ni apartarse un milímetro, menos pudo hacer cuando sus labios fueron rozados con sutileza. Deseo que el contacto durará más, su cuerpo tenía dueño, lo sabía, eso no cambiaría hasta que fuera impregnado por alguien más pero ¿realmente quería eso? No sabía nada.
Himuro se separó de él, le susurro algo que su pobre cabeza aturdida no alcanzo a procesar, pero tampoco pudo preguntar qué fue lo que dijo porque el del lunar se había marchado para enfrentar a los milagros, Shun tomo el dibujo lo arranco y se fue a la habitación de sus bebés.
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Estaban todos los milagros sentados en la sala, Nash se encontraba parado rabiando en una esquina, había mandado a que todo el personal de trabajo se tomase el día y se fueran lo más pronto posible. Nijimura y Haizaki igual estaban presentes, tenían caras más calmadas.
Tal y como habían dicho, los milagros se disculparon con Nijimura, ahora solo esperaban a que Himuro hablara, pero el del lunar no tenía palabra, no tenía por dónde empezar y esperaba que los milagros hicieran la primer pregunta.
-Así que somos experimentos ¿no? – Al final fue Akashi quien tomó la palabra – Nash dijo que son como nosotros ¿Cómo?
-Somos un proyecto, en total 10 sujetos – Himuro miro a los chicos con tristeza – Nash y yo fuimos los primeros, luego ustedes junto con Satsuki, la verdadera razón por la que se ha ido a un internado al extranjero es explotar sus prodigiosas cualidades intelectuales, ustedes tiene suerte a comparación de ella.
-No hemos sabido nada de ella desde secundaria – Midorima frunció el ceño – Y tú sí, ¿por qué tu sí? se supone que nadie puede tener contacto con ella.
-No tengo contacto directo, pero soy el encargado de llevar todos sus registros y avances, también hago lo mismo con ustedes – Himuro dejo sobre la mesa de centro extendidos diez folders amarillos con etiquetas blancas, con los nombres de cada uno, incluidos Tatsuya y Nash – Pueden ver solo sus expedientes, el mío y el de Nash solo los he traído como evidencia.
-Es injusto – Akashi tomo su folder y puso la mano sobre el de Nash – Ustedes han visto los nuestros.
-Ok, para que sea justo, pueden ver el mío – Himuro retiro el folder de Nash – Pero no el de Nash, él no ha visto los suyos.
-No te creo – Akashi volvió a tomar el de Nash – Parece saber mucho.
-Lo superficial, yo no trabajo en esto, solo soy un mandado de Tatsuya – esta vez Nash fue por su folder – El asunto es que el necesita alguien que le ayude a administrar lo que no puede por ocuparse de sus registros y de otros asuntos.
-Entonces…. – Akashi lo miro interrogante pensando en cada vez que lo vio en las empresas – ¿Qué era lo hacías en las empresas?
-Ya lo dije, solo era un mandado de Tatsuya, necesita las autorizaciones de sus padres para realizar pruebas y chequeos, también para dejar de hacerlos – Nash los miro con fastidio – Ahora dejen de ser estúpidos y escuchen todo lo que Tatsuya tiene que decirles.
-Niños sus padres no pueden saber que ahora saben, sé que pueden estar enojados y con ganas de reclamarles todo, pero es importante que ustedes no mencionen nada – Himuro se tocó las sienes – si eso llagase a suceder sus padres lo mandarían a un internado, como a Satsuki, ella también sabe, no estoy seguro como es que se enteró de todo esto, pero la solución para que no les dijera nada a ustedes era enviarla lejos. Ustedes las tienen de perder si lo que quieren es pelear contra ellos.
-¿Qué sugieres? ¿Qué nos quedemos como perros sumisos y nos dejemos hacer lo que sea? – Aomine se levantó mostrando una mirada furiosa - ¡No juegues! ¡No somos un puto ratón de laboratorio!
-Eso ya lo sé Daiki, mejor que cualquiera de ustedes – Himuro les sonrió amargamente – No pueden ganarles a ellos, tienen los trucos más sucios y despreciables para obligarlo a hacer lo que ellos quieran, no intenten desafiarlos. Se los digo por experiencia.
Los milagros se miraron entre sí, sin decir nada, esperando porque el mayor les contase aquella experiencia propia. Pero era imposible, Himuro no les diría nada, y lo supieron cuando vieron al mayor fruncir el ceño.
-Eso no importa, lo que importa de verdad es que de ahora en adelante ustedes serán los hijos ejemplares de siempre, cumplirán todo lo que sus padres les digan, se disculparan por el escándalo causado, irán con gusto al campamento de invierno al que sus padres les propondrán ir y se quedaran callados, hasta que encuentre una forma de acabar con todo esto – Tatsuya volvió a sonreírles – Ustedes querían actuar como adultos, pero son solo niñitos asustados que no entienden nada. No debieron meterse en esto.
-No somos niños – dijeron los milagros al unísono.
Tatsuya y Nash rieron con burla. Haizaki y Nijimura, quienes se habían quedado al margen de todo soltaron también una pequeña risilla. Los chicos no hicieron más que fruncir el ceño.
-Ok. Señores adultos – Nash se sentó junto a Tatsuya – Si son tan maduros, y saben tanto de la vida ¿Por qué no nos dicen cómo hacemos para regresarlos a las panzas de sus madres y evitamos que los muten? ¿Qué hacemos para evitar que nos muten a nosotros? ¿Por qué no nos dicen que harán después de rebelarse a sus padres? ¿De qué vivirán? ¿Quién les dará empleo con solo 17 años? ¿Dónde piensan vivir? La vida no es tan sencilla malditos monos.
-Niños solo tienen que ser pacientes, de ahora en adelante yo les pasare información, lo que necesiten saber, pero deben mantener las cosas como si no pasará nada, por el bien de ustedes – Shuuzo les sonrió mientras ponía una mano sobre el hombro de Nash en un intento de calmarlo – Tatsuya me pasará a mí los expedientes y documentos que ustedes deban conocer, cuando sepamos como parar el asunto del experimento se los haremos saber, por ahora la única opción es que pase a manos de Tatsuya y él lo cancele.
-Momoi cchi… ella… ¿regresara una vez terminado el experimento? – Pregunto Kise con los ojos rojos, estaba tan furioso, quería a su amiga de regreso - ¿Qué pasará con ella?
-He intentado persuadir a sus padres para que regrese a Japón, pero solo han aceptado regresarla si el experimento concluye – Himuro saco un sobre y de este varias fotografías de Momoi Satsuki, mientras los chicos observaban aquellas imágenes, Tatsuya tomo un documento, leyendo un poco del expediente de la chica – Ha tenido avances impresionantes en estos años, sus padres están complacidos, mi padre también, se espera que el proyecto dos pueda cumplirse casándola con alguno de ustedes. Genéticamente ella es omega, pero puede tener respuestas de alfa. La mayoría del tiempo se comporta como beta. Una peculiaridad – Himuro los observo un segundo solo para asegurarse de que lo estaban escuchando con atención – Se supone que el producto de la boda será la tercera generación, la que tendrá a los sujetos exitosos.
-¿Se supone? – Kuroko hizo la pregunta obvia.
-Sí, es el plan a seguir si mi padre dura a cargo hasta que ella cumpla los 21, pero los cálculos nos dicen que para ese entonces el que estará a cargo seré yo, cuando tome el control de los laboratorios cancelare todo esto y ustedes serán libres, de alguna manera.
-Cabrones dejen sus malditas preguntas y hagan lo que decimos – Nash los miro aún más molesto que antes – No podemos parar a los de arriba, usen un poco esos cerebros estúpidos que tienen y dense cuenta que sus padres tiene el poder suficiente para evadir cualquier cosa, se lo que piensan, lo mismo que Tatsuya y yo pensamos desde que supimos la verdad, que debíamos buscar el respaldo de la ley, denunciar la experimentación con humanos; sería inútil, entre todos tiene el poder suficiente para que nuestras palabras sean enterradas tres metros bajo tierra. Dile Tatsuya, dile a Taiga lo que pensamos.
-Nash… es demasiado… Ni siquiera estamos seguros de la acusación, nos hacen falta más pruebas.
-¿Para probar qué? – Taiga miro a Tatsuya con preocupación, un presentimiento se había instalado en su pecho, un mal presentimiento – Dímelo, por favor, Tatsuya eres como mi hermano, dime por favor que es lo que no saben con seguridad.
-Como dije aun nos hacen faltas pruebas, pero…. Nash y yo creemos – Himuro aparto la mirada, no era capaz de mirar aquellos ojos rubí – Qué mi padre es el responsable de la muerte de los tuyos…
-¿Qué? ¿Qué es lo que dices?
-Nos faltan pruebas, pero creemos que tus padres estuvieron en desacuerdo con el experimento e intentaron denunciar a mi padre, creo que él pudo dar la orden para que ellos fueran emboscados en carretera. Lo siento Taiga.
Kagami no pudo contestar, sus piernas flaquearon, su vista se hizo borrosa y antes de que pudiese hacer algo, su cuerpo ya estaba en el suelo inconsciente. Demasiadas emociones por un día.