-¿Y qué te tiene tan mal? No has probado la tarta.- preguntó Erick mirando a JungSoo que seguía moviendo la cuchara con el betún de la rebanada que le obsequió. –¿Tiene que ver con tu escuela?- sintió el tono compresivo y paternal que terminó por esbozar un pucherito.
Luego suspiró fuerte.
-No es nada.- susurró casi sin separar sus labios, moviendo la cereza de un lado a otro. –Perdón pero creo que te estoy quitando tiempo.- dejó el tenedor sobre la rebanada de pastel y retiró su plato, luego iba levantarse pero las manos de Erick se posaron en sus hombros, impidiendo que lo hiciera. –Erick.- susurró buscándolo sus ojos.
-Descuida, hoy la pastelería está algo tranquila.- lo regresó al asiento. –Quiero ayudarte y sabes que puedes confiar en mí.-
-Gracias pero no estoy de ánimo, sólo quería… pastel pero ahora no tengo apetito.-
Erick iba a decirle algo pero sólo quedó con sus labios separados porque la campanilla de la puerta de la pastelería había sonado, así que sólo le sonrió a Jungsoo para salir hacia la vitrina de pasteles.
Leeteuk volvió a sentarse. No porque quisiera estar preocupando más a Erick sino porque no quería regresar a la casa de Minsoo, y las llaves de su casa aun no estaban lista hasta dentro de dos días, cuando le hayan cambiado las cerraduras a la puerta principal. Tampoco quería rentar un departamento por esos dos días, pero estaba seguro que en algún momento tendría que regresar a la casa de Minsoo.
Y eso le provocaba una sensación agridulce.
-Entonces ¿me puedes decir qué te molesta?- Erick regresó con una taza de té negro para dejarlo sobre la mesa del lado de Jungsoo. –O sólo bébelo. Te tranquilizará un poco.-
-Gracias.- suspiró tomando la taza, dándose cuenta de que estaba fría, notando los hielos dentro de la bebida.
-Lo compré para mí pero creo que a ti te servirá más.- susurró abriendo la silla para sentarse a un lado de Leeteuk. –Sé que prefieres el café pero un té no te viene mal.-
-Erick, ¿alguna vez te has aburrido de un sabor… en tus tartas?- preguntó JungSoo mirándolo.
-Andy decía que de tanto comer pastel de chocolate, le ha dejado de saber a pastel de chocolate.- respondió asintiendo lentamente. –Así que creo que es posible que después de probar siempre lo mismo termines aburriéndote.-
-Vaya.- ojala no lo hubiera respondido de esa manera. –¿Y si ese sabor es tu preferido?-
-Si es mi preferido dejaría de comer antes de enfermarme.-
Jungsoo sólo apretó el pucherito que inconscientemente se había apoderado de sus labios.
-¿Tú no te has enfadado del café?-
-Yo no.- contestó rápido, afinando su garganta. –Pero parece que él sí.-
-¿Quién es él?- preguntó Erick curioso, sin dejar de ver a Leeteuk que sólo miraba el té negro.
-Siempre lo dijo.- susurró Leeteuk sonriendo, pero el gesto le supo amargo. –Que él lo prefería descafeinado.- hiperventiló tan fuerte que logró asustar a Erick. –Y no le quise creer.-