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Die For You por Witch Chameleon

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Notas del fanfic:

El fanfic nació cuando pensé lo tierno que sería Hiroto en una situación donde extrañase tanto a Shou que lo necesitase con todas sus fuerzas. Aunque principalmente mi idea era sólo algo de besos y besos y más besos…Por alguna razón nunca puedo cumplir mi cometido cuando comienzo a escribir y de pronto surgieron los problemas. ¿Por qué no un poco de drama? A nadie le hace mal y de paso la intensidad de esos besos serán incluso mejores. Pero luego cambie de nuevo, lamentablemente siempre me pasa que tengo una idea, pero cuando la escribo la modifico tanto que nunca termina a como yo la pensé primero.

 

De todos modos, logré escribirla y me siento satisfecha con la simpleza del mismo.

Notas del capitulo:

El titulo fue elegido por una canción de DIAWOLF que me gusta mucho y que en el rol que tengo de la pareja, Shou se la dedico a Hiroto. Me pareció interesante colocarle en el fic, aunque el mismo no relate ningún hecho del rol y sea completamente distinto a la historia que manejo de ellos. Principalmente busque algo donde ambos estuvieran juntos, amándose. He escrito fics de ellos un poco tristes y donde han estado separados y lamento decir que con ellos lo cursi me sale a borbotones y lo disfruto mucho, así que esto es más que nada como un deleite para Fin de año. Algo así como un presente :)

 

El fic está enteramente dedicado a Kao_Kao que espero que te guste mucho, lo termine rápido pero quería regalártelo como motivo de lo que has sido este año para mí. Te agradezco mucho por ser la persona que eres, te lo he dicho muchas veces, pero realmente te adoro <3 y Te quiero <3


¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!

¡Disfrútenlo!

 

Enero había llegado y con ello un frio polar que azotaba a toda la ciudad. Se podía sentir en cada rincón de la casa, al menos para Hiroto que no lograba calentar su cuerpo de ninguna forma. Aunque normalmente no sufría de frio, siempre estaba activo de un lado al otro, pero aquellos días, extrañamente se sentía triste. Su tristeza se reflejaba en su cuerpo que había desencendido unos cuantos grados. Mogu, dormía en su regazo, para brindarle un poco de su calor, puesto que sabía cómo estaba su “Papá”, no sólo necesitado de aquel calor que hacía mover a la sangre por cada rincón de su cuerpo, sino también del calor de afecto. Hiroto sabía que su “hijo” lo entendía, incluso más de lo que él mismo se entendía.

 

Las tardes las pasaba mirando películas, tomando café y tapado con una enorme manta azul que el castaño vocalista, le había regalado. El amargo liquido que bebía, era de las pocas cosas que al menos le daba ánimos para ver aquellas películas aburridas. Nunca había sido aficionado a las escenas cargadas de ese romanticismo cursi, tan obvio como abrumador. A las palabras tan bien guionadas, pero… Eran las favoritas de Shou. Otra vez Shou. Maldecía cada segundo de aquella asquerosa semana.

 

Cuando una película iba a los cortes, observaba su iPhone en busca de alguna señal del vocalista, pero el mismo sólo se comunicaba en los horarios donde Hiroto apenas conciliaba el sueño. Ese hombre lo tenía hecho un lio. Comenzando por lo principal, era el tipo más atractivo que había visto en toda su vida. Tan angelical como diabólico. Tan frio como ardiente. La voz de Shou estremecía cada poro de la piel del guitarrista, la forma en que le expresaba su amor. El modo en que le hacía el amor. Todo… cada gesto, cada palabra. Hiroto estaba seguro de conocer cada rincón del bello vocalista, llevaba amándolo aproximadamente una década. Lo había visto llorar, reír y hasta bailar. Llevaban juntos apenas unos tres años, era poco pero se conocían hace tanto que ese tiempo a su lado era maravilloso.

 

Pero el castaño no había tenido mejor idea que viajar a otra prefectura para buscar algo que necesitaba para DIAWOLF y dado que era su trabajo en solitario, había aprovechado aquellos días libres que tenían con A9 para viajar. Hiroto apoyaba cada idea del castaño, pero en ese momento se sentía desolado. Había pensando que aquellos días libres podían salir juntos de compras, ir a comer afuera, mirar películas. Pero nada de ello era posible y todo por DIAWOLF, en realidad no le molestaba el proyecto solista del castaño, pero le abrumaba el quedarse solo por tanto tiempo. Quería acompañarlo, pero Shou le pidió que descansara y aunque el guitarrista solía ser de espíritu libre, cuando el vocalista le pedía algo como ello, no se podía negar.

 

Es así como término triste, solo y con frio sobre aquel sofá. El reloj estaba a punto de marcar las 8:00 pm, las luces de la ciudad se visualizaban apenas desde los ventanales, una a una iban prendiendo y quizás para Hiroto ese era el panorama más dinámico que lograba ver día tras día. El rubio se preguntaba cuanto faltaba para la vuelta del más alto, y cada noche la respuesta era  la misma. “No lo sé”, porque Shou no había sido especifico. En realidad ni siquiera el castaño sabía cuánto tardaría y por ello no había dado una fecha exacta, puesto que conocía al menor y si le decía el día y la hora, el mismo iba a estar tan ansioso por ese día, que ni siquiera dormiría. Pero esa falta de información, también abrumaba al más joven que apenas lograba dormir unas horas cada noche.

 

Una nueva película había comenzado, por lo que intentó volver  a concentrarse en la pantalla, pero un sonido lo puso en alerta y observó hacia uno de sus costados. La puerta de entrada había cedido de forma repentina, el corazón de Hiroto dio un brinco tan alto que prácticamente estaba por salirse de su pecho, parado frente a la puerta estaba el dueño de su tristeza, pero también de todo su amor. Mogu tuvo que bajarse del regazo del rubio, puesto que el guitarrista pegó un grito lleno de emoción al verlo llegar y rápidamente cruzo el living para  prenderse del cuello ajeno, abrazándolo con fuerza. Shou complacido por aquel recibimiento, acarició los cabellos contrarios con suavidad y beso la frente del mismo en un gesto amoroso.

 

–        ¿Cómo te sientes Hiroto?— Preguntó alarmado el vocalista, al ver al rubio demacrado, mientras se terminaba de quitar los zapatos y buscaba dentro de su chaqueta una flor blanca.-

 

 

–        Estoy muy bien…Mejor ahora. En verdad te extrañe mucho, Kazu. ¡Oh que belleza! ¿Dónde la conseguiste?— Preguntó admirado, mientras disfrutaba del suave aroma de aquel flor.-

 

 

–        ¿En serio? ¿No me estás ocultando algo, Pon?— Preguntó serio el castaño, a medida que se quitaba el abrigo y movía su equipaje, para dejarlo cerca de la entrada. Hiroto suspiro dado que no le podía mentir al vocal, el mismo parecía percatarse de cada detalle.-

 

 

–        No me regañes.— Inmediatamente respondió, formando un puchero. Shou rápidamente le clavó la mirada, pero sin pronunciar  palabra algunas. — No podía dormir… No podía dejar de pensarte. Te extrañaba mucho. Sé que suena algo…-

 

 

–        ¿No habrás pensando que te estaba engañando, verdad?— Shou preguntó lo siguiente, tomando por sorpresa al guitarrista.— No me mires así, Ogata. No sería la primera vez que terminas llorando por hacerte ideas que no son. Sería incapaz de meterte los cuernos. Ya deberías saberlo.— Pronunció ofuscado el castaño. Hiroto no entendió porque Shou había reaccionado de aquel modo.-

 

 

–        No… Te juro que no, Kazu. Ni siquiera pensé en ello. Sólo estoy un poco sensible…-

 

 

–        ¿Sensible? ¿Estas embarazado, amor?— El vocalista camino hacia la cocina, para poder tomar algo, puesto que sentía la garganta seca. Pero aquella pregunta formulada y que había dejado en el aire, le había hecho sentir mal a Hiroto. Principalmente porque el tono empleado para hacerlo, era de completa ironía. De pronto Shou parecía enojado y no entendía la razón.

 

 

–        No… No estoy embarazado. Ojala lo estuviera, haber si por lo menos me prestaras un poco de tu atención. Te la pasas viajando de aquí para allá y yo soy el único estúpido que cree que algún día seré tu prioridad. – Hiroto se sentía impotente porque había esperado tanto su regreso y se comportaba de aquel modo que no lograba entenderlo.-

 

 

–        ¿De qué estás hablando? Intento pasar todo el tiempo que puedo contigo. Sabes que tenemos trabajos que…-

 

 

–        Ni  siquiera me dejaste acompañarte. ¿Qué tienes que no quieres que te acompañe?—

 

 

–        Lo sabía. Lo único que piensas es que te engaño y por eso me voy…

 

–        Estas muy equivocado, Ohara. Pero no importa. No tienes intensiones de escucharme.— El rubio guitarrista dio una media vuelta, antes de retirarse de la cocina, con sus ojos llenos de lagrimas. Tenía mucha bronca, no había pensado en ningún momento que el castaño se enojaría de la nada con él. Cuando lo había extrañado todo ese tiempo.

 

Por su parte el vocalista, frunció el entrecejo antes de negar ligeramente apoyado sobre la mesada de la cocina. Había cometido un terrible error, se había dejado llevar por su enojo. Principalmente porque le había pedido al menor que se cuidase y lo primero que hizo fue no dormir. Claro que le molestaba, más que nada porque conociendo al más chico, se la había pasado pensando en las mil formas en que era capaz de engañarlo y la imaginación del mismo era tan amplia que claramente era difícil calcularla. Incluso estaba seguro de saber que no se había alimentado bien, y se sentía culpable de verlo tan demacrado. Probablemente después de esto, terminaría pescando un resfriado.  Para Shou era imposible no preocuparse, lo hacía todo el tiempo por Hiroto, porque era la persona más preciada que había tenido en toda su vida, luego de su abuela.

 

Hiroto para él era como la calma en medio de su propia tempestad, la alegría en medio de sus tristezas, la ternura en medio de su brutalidad. Era lo perfectamente opuesto, y lo amaba. Sabía cocinarle sus platos favoritos, mimarlo cuando sabía que necesitaba una caricia, sin siquiera pedírselo, sabía hacerle el amor y enloquecerlo de placer. Hiroto era su todo en la máxima expresión, por eso se sentía tan triste por haber actuado de la peor manera, cuando llevaban tanto tiempo sin verse.

 

Arrepentido camino hasta el dormitorio, encontrándose con Hiroto acostado boca abajo, sollozando. Esa sola imagen, le rompía el corazón a pedazos. No le gustaba hacerle llorar y lo había hecho una vez más y esta vez por una  forma inadecuada de decir las cosas. Con cautela se acercó hasta el rubio, para acariciar sus cabellos. Hiroto lloró un poco más fuerte y Shou sólo sentía que eso lo destrozaba. Lo abrazó como pudo desde esa posición y le pidió perdón.

 

—     Lo siento mucho, Hiroto. Por favor, no llores amor.— Pidió, con la voz quebrada.— Sé que me equivoque. Sólo quería que te cuides y verte así…-

 

 

—     Sólo no dormí…Me sentía triste. Pero ya no tiene caso decirte como me siento. — El rubio no podía dejar de llorar, mientras intentaba secarse las lágrimas de algún modo.-

 

 

—     Hiroto, sé que en este momento no quieres ni verme. Pero te pido que por favor me mires. — El vocalista espero unos segundos, hasta que Hiroto se animó a observarlo con sus ojos rojos, completamente hinchados. Shou rápidamente le ayudo a sentarse sobre la enorme cama y le seco las lágrimas como si de un niño se tratara. Beso las mejillas enrojecidas a causa de la sal de las gotas que había derramado. Hiroto se dejo hacer, sin oponer fuerzas, aunque mantenía su mirada fija sobre el cubre cama.— Perdóname, mi precioso. Por favor.-

 

 

—     ¿Sabes que es lo que yo más quería?— Preguntó de repente, observándolo de reojo. — Verte de nuevo. No me importaba más nada. Compartir estos días libres contigo.-

 

 

—     Lo sé…y Sé que fui un idiota al enojarme contigo, sin siquiera mencionarte porque lo hice. Dije cosas que…—Shou no pudo seguir hablando, porque en un gesto impensado, Hiroto se escondió en su pecho.-

 

 

—     No importa ya…No quiero estar mal contigo y no pensé en ningún momento en que me engañaste. Sé que antes llegué a dudar de ti, pero entendí que tan importante soy para ti, y no necesito nada más.— Hiroto habló escondido en el pecho del vocal, mientras con sus dedos se aferraba a la camisa del mismo.

 

 

 

—     Me siento una mierda Hiroto. Tú eres tan hermoso conmigo y yo no logro ni siquiera calmar este maldito mal carácter… mi mal humor constante.- Se lamentó el castaño.-

 

 

—     A mí no me importa. Te amo así, tienes gestos y formas de amarme maravillosas. Y esto…Son cosas que pasan. Fue doloroso pero…Entiendo que me descuide y eso te ha molestado. Discúlpame.

 

 

 

—     No… yo te descuide a ti. Te deje solo aquí…Déjame compensarte con lo que más quieras. Pídeme lo que quieras.— El mayor, tomó la mano libre de Hiroto para entrelazar sus dedos, esperando su respuesta.-

 

 

—     Besos…—El rubio se separó del pecho ajeno para poder mirar al vocalista durante unos segundos, sintiendo la pesadez de sus ojos.- Quiero todo los besos que me debes…desde que te fuiste hasta los de hoy. — La ternura con que el rubio había pedido aquello, había logrado que el corazón de Shou estallara de emoción, y unas lagrimas escaparan de sus ojos. –

 

 

—     Te los daré… ¿Puedo empezar?— Preguntó, mientras buscaba la mirada ajena, la cual había presenciado sus lagrimas pero no había expresado palabra alguna. —

 

El guitarrista lo miró expectante, Shou se había detenido a contemplarlo mientras las pequeñas gotas que habían surcado de sus ojos comenzaban a desvanecerse o perderse por debajo de su mentón. Un destello en su mirada, lograban que aquellos ojos marrones oscuros brillaran mágicamente, a medida que un profundo suspiro era liberado de sus labios. En ese momento el tiempo parecía haberse detenido, el vocalista movió sus dedos hasta las mejillas contrarias para acariciarlas con sus manos, borrando cualquier rastro de lágrimas  saladas que habían irritado la piel ajena. Hiroto se había dejado hacer, sin perder detalle de cada expresión en el rostro contrario. Shou volvió a conectar sus miradas y con una simple y tierna sonrisa se acercó hasta el puente de la nariz ajena para depositar un suave beso. Un pequeño beso que termino dibujando un camino imaginario que terminaba sobre la comisura superior del guitarrista.

 

La primera sensación de aquel delicado roce, causo que la piel del menor se estremeciera y sintiera una satisfacción que mermaba el dolor que había sentido hacía apenas unos minutos atrás. Cerró los ojos en cuanto sintió como el vocalista movía sus dedos hasta la cintura y lo envolvía con sus finos dígitos, adentrando los mismos por debajo de su ropa para recorrerlo con ternura, antes de que los labios de Shou aprisionaran en una nueva caricia su labio inferior, produciendo un goce que le hizo temblar.

 

Hiroto movió sus manos que estaban aferrados a las telas de la camisa ajena para recorrer el pecho ajeno a medida que abría sus labios, entregándose al contacto sutil de los labios contrarios, no había imaginado sentir aquellas sensaciones que le recorrían de la punta de los dedos hasta sus cabellos. Sus bocas se comunicaron con roces que expresaban lo que una deseaba de la otra y pronto los movimientos comenzaron a acoplarse en un ritmo pausado, buscándose y encontrándose, entre cada caricia que los envolvía. No era un beso necesitado, sino más bien uno cargado de ternura.

 

El aire no falto en ese momento, puesto que el roce entre sus comisuras les otorgaba el aire necesario, pero Shou no pudo contener sus ganas y en un ligero movimiento, termino acostado sobre el cuerpo del menor, simplemente para continuar besándolo, aunque el movimiento de sus labios variaba según la necesidad. El guitarrista movió sus dedos hasta la cintura del vocal, para devolverle aquellas caricias sobre su piel, que le erizaba todo el cuerpo. Ladeo su rostro sólo cuando lo sintió necesario, en el momento en que sus bocas se buscaban con un poco más de desenfreno y avidez.

 

 

El calor comenzó a aumentar sobre la cama, por lo que sin cortar el beso, comenzaron a deshacerse de las prendas que les cubría, hasta quedarse completamente desnudos. Los dedos del castaño se movieron ahora vertiginosos sobre las caderas del rubio, dejándose llevar por el roce de sus pieles que comenzaba a ser cada vez más ardiente, elevándolos sin vuelta atrás. La chispa que había encendido aquel beso, comenzaba a profundizar aquel deseo de sentir al otro con cada punto de su cuerpo.

 

Para cuando Shou se detuvo mínimamente, sabiendo que desde el momento en que el otro se lo había pedido, no había dejado de besarlo, observó como los labios pulposos del guitarrista estaban enrojecidos y como si de una extraña magia se tratara, Hiroto se mordió la comisura inferior volviéndolo de un rojo mucho más intenso. Su pecho agitado y sus cabellos revueltos le demostraban que estaba excitado y completamente ciego por él. El vocal sonrió, antes de comenzar a dejar pequeños besos, sonriendo tímido ante la forma en la que se encontraban actualmente. Hiroto también rió y aunque sus ojos pesaban un poco, debido a las lágrimas, los mismos se achinaban de la pura felicidad.

 

—     No creo haber mencionado que te detengas, Kazu.— Agregó burlón el rubio, mientras sus dedos revolvían los cabellos ajenos, acariciándolos suavemente.-

 

 

—     ¿No te duelen? Digo…Tus labios, parece que estoy a punto de romperlos.— Preguntó preocupado el castaño, llevando una de sus manos hasta los labios pomposos, para acariciarlos con las yemas, logrando que ese mínimo contacto erizara la piel del guitarrista.-

 

 

—     Me dolían cuando no estabas. Me dolían porque se secaban. Si ahora mismo tú los rompes, ni siquiera me dolerá. ¿Puedes entenderlo?— Hiroto preguntó aquello, sin dejar de mirar el brillo de los ojos ajenos, que estaban más oscuros debido a la tenue luz que les iluminaba. Shou asistió a sus palabras antes de ajar su mirada para contemplar sus cuerpos desnudos.-

 

 

—     Quiero hacer el amor contigo. Quiero borrar todo el dolor y convertirlo en placer.- Shou añadió lo último acariciando el pecho desnudo del guitarrista, esperando su respuesta.-

 

 

—     Lo preguntas cuando ya sabes la respuesta, Kazu. Me recuerda a nuestra primera vez…Nunca la voy a olvidar, no sólo por haber sido mi primer hombre, sino también, por la forma amorosa con la que me trataste… Sabes enamorarme todo los días…Incluso si he llorado, lloró por tu amor. –Hiroto expresó aquello, con sus ojos vidriosos de emoción.-

 

—     Hiroto, gracias a ti aprendí el significado de la palabra amor. — Shou se acercó a las comisuras ajenas, antes de iniciar un nuevo beso.-

 

 

El nuevo roce entre sus labios, originó que sus cuerpos se unieran, dado lo excitante que habían sido los minutos previos, ambos estaban preparados para el siguiente paso. En cuanto el más alto se fundió en el guitarrista, para volverse uno, sus cuerpos hablaron por si solos y los besos ya no eran sólo entre sus comisuras,  sino que esta vez se habían expandido. Cuanto más intensa se volvían las penetraciones, sus bocas comenzaban a recorrer otros puntos de la anatomía contraria.

 

De ese modo los gemidos se escuchaban claramente, mezclados de forma sutil, intercalado con alguna caricia. Ya no sólo de aquellos que provenían de sus bocas, sino también de sus manos. Shou estaba cegado por la satisfacción que le producía hacer el amor con el guitarrista, por lo que no lograba controlar la intensidad y podía sentirse al borde de la cornisa, a medida que lo hacía se escondía sobre el cuello ajeno para liberar sonoros jadeos que lo estaban llevando al éxtasis. Hiroto se abría mucho más hacía el, enredando sus cuerpos de una forma tan sensual que también le volvía loco. Sabía que ante la necesidad de sus cuerpos y aquel deseo prominente, no podían luchar.

 

Bastaron unas fuertes y veloces embestidas, para sentir la humedad blanca, aquella que cubría todo a su alrededor, logrando que el placer absoluto de volverse uno con la persona amada, sea incomparable con cualquier otro placer mundano. Hiroto gimió fuerte el nombre del vocalista, antes de esconderse en el pecho ajeno, a medida que recuperaba el aire. La habitación parecía haberse reducido, a causa de la tensión y el calor de sus cuerpos. Las sabanas estaban mojadas, y sus anatomías estaban enredadas por completo.

 

Unos cuantos minutos más tarde, la calma reino entre los dos. Prácticamente podían haberse quedado dormidos, pero aún restaban besos que Shou le debía al guitarrista y que no tardó en continuar  “pagando” uno a uno. Hiroto apenas abría sus ojos, pero sonreía entre el medio de los roces de sus bocas, antes de pronunciar en un susurro  -“Te amo,Kazu”- A lo que el castaño abrió sus labios, antes de pensar unos segundos y a viva voz repetir- “TE AMO HIROTO”- Rió sonrojado ante el sonido de su voz atravesando las paredes. Hiroto se tapo los ojos por unos segundos, antes de negar suavemente.

 

—     Nos van a echar de este edificio… No lo digas así.— El guitarrista no pudo evitar sonrojarse ante la forma en que Shou había gritado prácticamente aquellas palabras, seguramente había llegado a despertar algún vecino.-

 

 

—     ¿Qué? Por favor…Solo estoy declarándote mi amor… ¿No es lo que querías?

 

 

—     Si…Pero Kazu…

 

—     El amor no se tiene por que esconder, Hiroto. Y mucho menos cuando se siente como lo siento contigo. Aunque no lo puedo expresar abiertamente, tanto como me gustaría, estoy dentro de mi casa, estoy con la persona que amo a la que acabo de hacerle el amor, y si quiero gritar que te amo, me siento libre de hacerlo. Porque contigo pienso casarme, tener hijos y comprarme una casa, donde podamos gritar todo lo que deseemos.— La vorágine de palabras que Shou había expresado de repente, era algo a lo que Hiroto no estaba acostumbrado, por lo que sus mejillas estaban rojas. Pero antes de dejarle continuar, beso las comisuras ajenas con sutileza.-

 

 

—     Gracias…Por tus hermosas palabras. También quiero todo contigo.— Respondió el más bajo, antes de añadir.— Gracias por volver antes. Quería pasar mis días libres contigo.-

 

 

—     Lo haremos…Aunque seguro mañana no te dejare salir de esta cama. Sólo te lo advierto.— Mencionó juguetón el vocalista, acariciando el vientre empapado de Hiroto, recorriéndolo con las yemas.— ¿Puedo quedarme dentro de ti?— Pidió de repente.-

 

 

—     Mhm…Sí. No doy más.— Confesó el guitarrista, sintiéndose completamente agotado. Shou volvió a besarlo en los labios.-

 

 

—     Buenas Noches, precioso.  Descansa.— Para cuando las últimas palabras del vocal fueron pronunciadas, Hiroto había cerrado sus ojos, quedándose completamente dormido entre sus brazos. Shou sonrió antes de animarse a acurrucarse sobre el hombro contrario, depositando más besos, conciliando el sueño minutos después, sin dejar de contemplar la figura del guitarrista. -

 

Puede que a Hiroto no le gustasen las películas cursis, pero cabía destacar que con Shou podía volverse tan romántico, que le era imposible detenerse. Sólo Shou conseguía ello en el guitarrista. Y viceversa, por eso se aman, sin importar las peleas o los celos, siempre el amor entre ambos es más fuerte.

FIN-  

 

 

Notas finales:

Espero que haya sido del agrado de todos los que lo han leído. Sé que fue algo simplona, pero necesitaba hacer algo de ellos completamente tierno y bonito, más allá del pequeño drama, quería festejar el año nuevo con todo. Gracias a todos los que han leído mis fics y sobre todo los de esta pareja, espero que en el 2016 pueda escribir más de ellos.



¡CUIDENSEN MUCHO!



¡BESOS!  


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