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Las veces que… veo tus labios por 1827kratSN

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Notas del fanfic:

Holaaaa

muajajajaj vengo con otra de mis obligaciones... ok no, en realidad es un placer hacer todo esto, me encanta ^_^

Notas del capitulo:

Holi a todos

Una vez más holi, bueno esto es un pedido (creo... no se si es promesa o pedido pero bueno) si tienen el gusto de empezar a leer esto es porque cierta personita me hizo crear esa pareja en mi imaginación jajajaj, sip esa es Valeryn ... espero que te guste querida y gracias por la insistencia inicial jajaja 

 

Antes de nada FELIZ AÑO NUEVO

XD

 

 

 

-En una tierra lejana existía un hermoso reino rodeado por montañas, rico en recursos, con gente amable y… - en el salón se podía admirar a un par de rubios concentrarse en la lectura, el uno con la piel pálida, su cuerpo delgado, por el contario del mayor que mostraba su cuerpo ancho y su piel bronceada – puedes repetirlo despacio para que te acostumbres a la pronunciación – el mayor de ellos sostenía entre sus manos un texto de pasta gruesa, fijándose en que el más joven se concentrara en  la oración que debía seguir

-In una terra lontana c'era… un regno circondato da bellissime montagne… ricca di risorse, con gente simpatica e… - su voz temblaba ligeramente mientras repetía el texto en italiano, cuando se equivocaba gruñía o hacia pucheros y el mayor solo sonreía divertido – Sawada-sensei estoy aburrido – se quejó el menor de pronto mientras se recostaba sobre la mesa suspirando

-estás progresando Dino-kun, verás que pronto lo logras… además dime solo Iemitsu – el maestro soltó sus materiales, dado que sabía perfectamente que su alumno se quejaría durante unos minutos

-más me vale porque el viaje será pronto y no quiero llegar sin poder hablar casi a la perfección – se levantó de su lugar estirándose resignado, le sonrió al sensei mientras se quitaba sus anteojos – ¿quiere comer algo?... tomaremos un pequeño descanso

-aceptaré porque ya es tarde – sonrió mientras seguía al menor para ayudarlo en la cocina

-pues será solo un postre con té porque no tengo quien cocine algo delicioso – bromeó Dino mientras tomaba la tetera

-vivir solo no es fácil – sonrió mientras en un rápido movimiento evitaba que el menor tirara una de las tazas – eso estuvo cerca – dijo aliviado levantando la vajilla y colocándola en la mesa

-lo… lo siento – se disculpó de inmediato – a veces no controlo  mi torpeza – se sonrojó levemente mientras ponía a salvo los demás platos

-no hay problema – se rio bajito despeinando al jovencito

-sensei no me trates así, tengo 18 años, no soy un niño – se quejó mientras se separaba del agarre

-pues eres tan tierno como un niño – se burló mientras el otro solo gruñía bajito

-deberías comportarte de acuerdo a tu edad

-pues solo tengo 26 soy joven y tengo derecho a burlarme de mi alumno

 

 

Esa situación se repetía mucho últimamente pues las clases se habían vuelto diarias hace un par de meses, la razón era simple, el viaje del menor a Italia estaba planeado debido a la transferencia de su padre en el trabajo, añadiéndole que quería estudiar en ese país, las artes eran su pasión y la universidad le ofrecía beneficios. Solo había un problema y era el idioma, además de que tenía que quedarse hasta que el nuevo dueño de la casa llegara por las llaves, eso explicaba que no hubiera nada más que lo necesario en la cocina, y lo último estuviera empacado en cajas, según calculaba Dino un par de semanas bastarían o hasta un mes máximo,  por su parte Iemitsu fue contratado para enseñarle Italiano, era un gran hombre de confianza, amigo de su madre porque ella fue la maestra de Iemitsu, algo raro en todos los sentidos pero así eran las cosas

 

Sus padres se habían marchado desde hace un par de semanas y ahora podía decirse que Dino vivía solo, independiente, así que… no se sentía diferente. Podía tomar las clases que quisiera, es decir a veces tomaba dos horas, en otras ocasiones tomaba cuatro, dependía de que tan cansado estuviera de practicar o la hora, ya que la casa de Iemitsu estaba lejos, debía pensar en los inconvenientes para el mayor también

 

 

-La lluvia piedras trae… La pioggia porta pietre… repítelo – Iemitsu se concentraba en enseñar todo lo que sabía, con paciencia y habilidad

- La pioggia porta pietre… –Dino se esforzaba en seguir el ritmo, memorizando cada movimiento de labios que hacía el mayor

- al mattino, il vento freddo invade i sensi… repítelo – el mayor solía sentarse en frente de su alumno e indicar el correcto pronunciamiento una y otra vez

- en la mañana la brisa fría invade mis sentidos… al mattino, il vento freddo invade i sensi… – y el menor se fijaba en cómo mover sus labios, imitando esos movimientos, concentrándose en cada detalle, memorizando como Iemitsu pronunciaba cada palabra

-eres un buen alumno, pronto conseguirás dominar el idioma – cada palabra salía con paciencia, cada movimiento era sencillo y Dino lo sabía porque…

- sei un bravo studente, presto si ottiene padroneggiare la lingua... – memorizó cada palabra de sus labios… y ¡ese era el problema!

-tonto, no tenías que repetir eso – acarició la cabellera del menor quien se sonrojaba al darse cuenta que estaba diciendo más de lo necesario, pero cuando se perdía en esos movimientos, era imposible no hundirse en un mar de… ilusiones

-entonces tomemos un descanso… ¿quieres postre? – era el ofrecimiento común, Dino amaba esos momentos cuando dejaban a un lado la faceta de profesor y alumno porque podía verlo sonreír, bromear, suspirar en ciertas ocasiones

-duerme bien, nos veremos mañana – el menor se despedía con una sonrisa pero en el fondo sentía un vacío porque esa persona se marchaba… pero al menos podía memorizar cada movimiento de esos labios

 

 

Luego de esas clases, se quedaba solo… Dino solía suspirar mientras aguardaba unos minutos en la puerta hasta que su tristeza se desvaneciera lentamente, regresaba a la cocina, admiraba el postre del día y con sus dedos recogía la crema de uno de los pedazos sobrantes, untaba un poco en sus labios lamiéndose con calma “¿tendrán sus labios este sabor?” Su mente le proporcionaban miles de preguntas… deslizaba sus dedos por sus labios y seguía pensando “¿así podré sentirlos alguna vez?”... introducía sus dedos y acariciaba su lengua degustando el sabor dulce, suspirando al sentir el invasor en su boca “¿por qué no te has dado cuenta?”

 

Su cuarto guardaba los sonidos que emitía en soledad, recordando el movimiento de aquellos labios se sentía feliz, saboreando la dulzura de aquel postre podía sentirlo más cerca, tocándose él mismo imaginaba que Iemitsu lo hacía, su mano en su miembro le daba la ilusión que necesitaba para que su erección creciera “La pioggia porta pietre…” podía recordar el movimiento delicado de sus labios, acariciaba los suyos con sus dedos mientras el vaivén en su intimidad aumentaba, soltaba gemidos bajitos pronunciando su nombre, cerraba sus ojos para tener la imagen deseada, viva, imaginaba que Iemitsu lo tocaba… “Io ti amo, tu sei tutto per me” soñaba que su sensei era el único en decirle esas palabras en italiano, la voz grave susurrándole al oído, esos labios moviéndose sobre los suyos… el sabor de sus bocas mezclándose a través de sus salivas “Iemi…tsu” jadeaba profundamente conteniendo el grito que deseaba soltar cuando derramaba su esencia, se arqueaba debido al placer del orgasmo, respiraba agitadamente mientras observaba la evidencia de su deseo deslizarse entre sus dedos, se preguntaba cuándo podría tenerlo en verdad y suspiraba con tristeza al darse la respuesta “nunca… mai” 

 

La primera vez que Dino lo escuchó hablar en otro idioma fue hace un año, cuando el mayor visitó a su madre, le interesó aprender pero cuando él decía esas palabras nada era igual, con el tiempo tomó clases los fines de semana solo para escuchar a Iemitsu porque le encantaba como sonaba ese extraño idioma desde sus labios, después simplemente un día se imaginó cada movimiento con tal claridad tanto como su memoria lo permitiese, su primera erección  con ese método lo tomó de sorpresa, no supo por qué pero era inevitable, se volvió costumbre después de un tiempo… cuando sus clases intensivas comenzaron se volvió peor y un día se le ocurrió el postre… si compartía el mismo sabor al menos lo tendría cerca, parecía absurdo pero no lo era tanto, así al menos su orgasmo era satisfactorio, aunque sus sueños lascivos jamás se cumplieran, al menos podía desahogarse un poco

 

En ciertas ocasiones Dino se sentía culpable, indigno de ver a Iemitsu a los ojos pero se perdía en sus iris, le gustaba escucharlo, le gustaba tenerlo cerca, adoraba que le sonriera… y eso estaba siendo un doloroso problema, no solo porque su conciencia le reprochaba el hecho de que se masturbara pensando en él, sin consentimiento alguno, sino porque pronto se iría lejos, y sabía perfectamente que no sería capaz de decir lo que sentía por él… ¿cómo se confesaba un sentimiento tan… impuro y lleno de deseo? Simplemente no había forma

-¿cómo va el viaje de tus padres?... seguramente te extrañan – Iemitsu se veía preocupado por el menor

-me llaman cada noche para saber cómo me encuentro y si ya llegó el nuevo dueño – solía sonreírle cariñosamente

-y ese dichoso nuevo dueño… ¿te ha llamado?

-aún no pero mis padres se contactaron con él, me han dicho que tiene algunos problemas que resolver antes de venir

-sabes… me harás falta, incluso tus torpezas

-pues también me hará falta mi maestro… mi aburrido sensei

 

“El dolor de perderlo sin haberlo tenido realmente” ¿Dónde había escuchado eso? Se preguntaba Dino mientras despedía a su sensei nuevamente, pero antes de dejarlo ir el teléfono los sorprendió, Dino contestó con rapidez mientras Iemitsu se alistaba para irse, pero por alguna razón sus padres decidieron hablar con Iemitsu… el menor se quedó alejado para no incomodar, cuando al fin lo vió colgar recibió la noticia “hoy me quedaré contigo, los rumores dicen que hay un criminal a los alrededores” Dino no entendió mucho pero al parecer su madre había llamado a una de las vecinas, la cual le dijo las noticias, así que por el miedo de que algo malo le pasara a su hijo pidió al confiable sensei y amigo de la familia que se quedara con el menor solo por esa noche… sonaba extraño pero conociendo a su madre, era normal, siendo el hijo que está fuera de sus “alas protectoras” la sobreprotección estaba en el ámbito normal

 

-Parece que tenemos una pijamada que hacer – bromeó Iemitsu dejando sus cosas en la sala

-podemos preparar algo de cenar… algo sencillo puedo hacerlo – sonrió Dino mientras se dirigía a la cocina

-te ayudaré, soy bueno en esas cosas, pues será la primera vez que comas algo que yo prepare… te deleitaré con mis habilidades – pronto estaban usando un par de delantales rosas, los únicos que había en casa mientras se repartían los labores para tamaña hazaña, así era… Dino de vez en cuando se salvaba de tirar algo de la mesa, por su parte Iemitsu salvaba las cosas que el menor dejaba caer

-en verdad lo lamento, creo que estoy cometiendo más errores de lo normal – Dino sabía la razón, era por la simple idea de que Iemitsu estaría cerca de él y… no podría desahogarse esa noche, la ansiedad lo invadiría… eso sonaba a tortura

-¿es que acaso te pongo nervioso? – el mayor se acercó al menor hasta susurrarle al oído mientras le quitaba el cuchillo de las manos – Dino… solo bromeo – Iemitsu sonrió mientras se alejaba dejando al joven más sonrojado que de costumbre

-yo… no es eso – se controló sintiendo su corazón palpitar sin control, aquella voz era parte de sus sueños ¿cómo no iba a estar nervioso?

-¿te incomoda tenerme aquí? – de pronto detuvo todo lo que hacía para mirar directamente a los ojos del menor, la tristeza de esas palabras hicieron que Dino se sintiera culpable

-no es eso… me agrada que mi sensei se quede aquí – se sonrojó un poco desviando la mirada, era difícil mantenerse calmado mientras lo observaba así que mejor se puso a hacer cualquier cosa con las verduras

-te irás pronto – la risita baja del mayor hizo que Dino se tensara

-si… es algo inevitable – de lo único que se arrepentía era de no confesarse – yo extrañaré todo… desde la comida hasta los vecinos

-¿y a mí? – el menor levantó la vista para fijarse en la seriedad del mayor

-a usted también – le sonrió mientras volvía a la tarea de cortar las verduras – me gusta su compañía

-Dino… me gustan tus ojos – el menor levantó su vista unos segundos para observar aquella mirada clara que mostraba… ¿cariño?

-yo… – su torpeza se hizo presente de nuevo, tiró el cuchillo y de paso las verduras al suelo – maldición – se quejó mientras se agachaba para recoger todo, escuchó la carcajada de su sensei quien de inmediato lo ayudaba – odio ser así

-eso te hace tierno – cuando Dino levantó su vista Iemitsu estaba cerca de su rostro

-jamás seré tierno – se quejó nervioso mientras se levantaba para dejar las cosas que sostenía en sus manos – soy un desastre

-solo eres despistado – se acercó una vez más al menor hasta estar detrás de él – y jamás te das cuenta de las cosas

-puede tener razón – se giró para contestarle algo más cuando se sintió acorralado por su sensei, se pegó contra la mesa nervioso al tenerlo tan cerca… si eso seguía, tendría problemas – pero no puedo evitarlo

-no tienes que hacerlo – susurró mientras se acercaba – Dino yo…

-Iemit… - se quedó paralizado pensando si era correcto revelar sus sentimientos, ¡era el momento perfecto! Pero el sonido silbante de la olla los hizo saltar y separarse de pronto… Dino suspiraba aliviado en parte porque estaba demasiado nervioso, no era normal que su sensei lo mirara con tanta intensidad o se acercara tanto “¿acaso no percibe que mi cuerpo reacciona ante usted?” maldecía internamente por no poder controlarse, podía sentir el calor en su rostro que trataba de ocultar lo mejor que podía, sus manos le temblaban un poco – disculpe, regresaré en un momento – se encamino fuera y cuando estuvo lejos del alcance del mayor soltó el aire que guardaba mientras dejaba reposar su cuerpo contra una de las paredes, si eso seguía así el rubio menor no podría superar esa noche

 

Por otro estaba el mayor de ellos, quien solo sonreía ante las evidentes muestras de su alumno, ese sonrojo que lo acompañada, las miradas furtivas o los leves suspiros, hace mucho que se había dado cuenta del interés de Dino hacia su persona y no podía estar más feliz, lo malo era que... lo perdería pronto, pero “al menos esta noche me olvidaré de eso” con cautela siguió el camino que tomó el menor de ellos, lo buscó con la mirada en la sala y ahí lo tenía en cuclillas sosteniendo su rostro con sus manos mientras negaba levemente, indudablemente ese jovencito era adorable, jamás conoció a alguien tan… inocente y a la vez maduro, en ocasiones, a esa edad, una combinación un poco extraña pero Dino era especial

 

-Dino – lo vio saltar debido al susto mientras se caía produciendo un leve ruido

-me asustó – se quejó el menor mientras trataba de levantarse

-lo siento pero tenía que revisar si estabas bien – le sonrió mientras lo ayudaba

-no soy un niño que necesite ayuda – se quejó mientras miraba a su sensei

-pero – al verlo ahí un poco nervioso… ¿a quién engañaba?... Dino se veía lindo – eres… eres así, un pequeño niño

-creo que eso debería ofenderme – se quejó mientras sentía como su sensei se acercaba y solo pudo retroceder hasta que… ¡la pared le impedía el piso!

- no trato de ofenderte – sonrió mientras acorralaba al menor pegándose un poco, tanto como para que el cuerpo más joven se tensara ante su presencia

-yo… bueno, creo que – esa situación hacia que su cuerpo temblara, un poco más de cercanía y podía asegurar que sus piernas le fallarían

-Dino… puedo decirte algo – se agachó levemente hasta estar a la altura del odio del más joven

-claro pero la cocina – nos sabía porque se sentía que sus deseos de huir le ganaban a la felicidad por tenerlo tan cerca

-no te preocupes – acarició la mano del menor quien solo saltó levemente – pero esto es importante

-Iemitsu sensei… yo

-me gustas – soltó al fin mientras entrelazaba sus dedos con los del menor que solo se estremeció – me gustas mucho – repitió mientras se acercaba al rostro de Dino – ¿puedo besarte?

-eh… - eso era un sueño ¿verdad?... ¿estaba soñado?, al sentir el cálido aliento cerca de sus labios supo que no era un sueño y… ¡al demonio la timidez! – si… hazlo

-eso significa que me correspondes – sonrió de lado sin dejarle tiempo para responder, unió sus labios en un contacto corto, solo probando el sabor del menor, como imaginó… era dulce

-sensei… Iemitsu – se corrigió sintiendo sus mejillas arder y sus piernas temblar – yo – quiso decirle que estaba enamorado de él pero el sonido de algo silbante los distrajo

-creo que no quieren que sigamos así – el más alto se rio bajito separándose – terminemos de cocinar y podemos seguir con esto – besó levemente al menor para después retirarse a la cocina

 

Dino se quedó sin decir nada, cuando lo vio desaparecer en la cocina suspiró profundamente dejando que su cuerpo se deslizara por la pared, sostuvo sus cabellos con sus manos sin creer aun lo que ocurrió, ¿era correspondido? ¡Eso era bueno!... o no tanto, su viaje estaba próximo, su vida cambiaria  y él… pero estaba feliz y su corazón se lo decía… parecía una chica pero qué diablos importaba ¡era correspondido! … espera, ¿y si eso era una broma?... no podía serlo ¿verdad? Se encaminó a la cocina para verificarlo, tenía dudas todavía pero ahí estaba, aquel hombre que preparaba la cena… ¡lo había besado!

 

-No fue broma – habló Iemitsu sin voltear, las dudas eran normales debido a la repentina confesión

-ya veo – sonrió mientras caminaba hacia Iemitsu, quiso ayudarlo pero… la emoción se le adelantó, lo abrazó por la espalda, suspirando al sentir el calor contrario – Mi piaci

-tú también me gustas – sonrió mientras dejaba lo que estaba haciendo para voltearse y abrazar al menor – y al parecer te gusta mucho cuando hablo en italiano, ¿no es verdad?

- lo hice si pensar – se disculpó… no era bueno que lo escuchara

- ti piace – sonrió viendo al menor sonrojarse

-me gusta pero no es bueno que yo… - se calló al ver al mayor acercarse, sintió la caricia en su mejilla y suspiró, un contacto cálido que lo tomaba por sorpresa – Iemitsu yo… no es bueno que yo te escuche en este momento

- Perché dici questo? – susurró en el oído del más joven, aunque en el fondo tenía cierta sospecha

-no es bueno – se quejó mientras cerraba sus ojos y ocultaba su mirada en el pecho del mayor ¡no podía pasar por una avergüenza de ese tamaño! – por favor no lo hagas

-perché? – insistió levantando el rostro del menor hasta hacer contacto visual, el sonrojo era intenso en Dino, besó sus mejillas y descendió hasta su cuello insistiendo una y otra vez para que le dijera la razón

-yo…mgh – se sentía acalorado y eso era malo… muy malo – necesito descansar un poco – soltó de repente separándose del mayor de inmediato, no quería tener cierto problemita en ese momento – lo siento – huyó hacia la sala en dirección a su habitación, podía sentir su cuerpo tenso, ¡no era nada bueno!

- non correré – sonrió mientras perseguía al menor – te atraparé Dino – lo alcanzó en el sofá tirando de él para que dejara de huir

-si dejas todo ahí se quemará – se excusó mientras trataba de mantenerse alejado al menos un poco

-apagué todo… no tenía intenciones de seguir después de todo me acabas de aceptar – sonrió divertido viendo el nerviosismo en el menor

-lo siento pero yo – Iemitsu lo tomó por el mentón para que lo viera pero por instinto el más joven cerró sus ojos, su mente le estaba jugando una mala pasada y no quería ayudarla

-¿tanto te asusta mirarme? – rio bajito mientras lo envolvía con una de sus brazos para pegarse más, lo escuchó suspirar quedito - Mi piace il tuo arrossire – sonrió burlonamente

-¿te gusta mi sonrojo? – se dio un golpe mental por repetir lo que decía, estaba tan acostumbrado a hacerlo que ahora era inevitable

-eres lindo – susurró mientras lo besaba para que no huyera, deslizando sus labios sobre los ajenos, guiándolo en un movimiento simple, descendiendo su mano por la espalda del menor que se arqueaba un poquito mientras apretaba su pecho, lamió la comisura de aquella boca, llevaba tiempo siendo tentado por ese chiquillo, tanto que ahora era inevitable sentir el deseo de devorarlo lentamente – il mio piccolo Dino – susurró sobre los labios ajenos mordiéndolo levemente

-no soy pequeño – se quejó intentando separarse pero le dio oportunidad al mayor para que deslizara su lengua lentamente como pidiendo permiso para continuar… lo permitió, lo hizo porque quiso hacerlo, sentir aquella invasión, esa caricia suave en su lengua, Iemitsu lo guió en el movimiento suave, estaba completamente nervioso y fascinado al mismo tiempo , sentir la calidez de ese beso francés, escuchaba ciertos soniditos que ocasionaba su beso… intenso – ah… - no pudo evitar soltar ese pequeño gemido de satisfacción avergonzándose completamente

- mi sono allettanti – apretó la cintura del menor para acercarlo más a su cuerpo

-el que está tentándome eres tú – se quejó cuando se sintió prisionero entre esos brazos – yo… ah – se avergonzó mucho cuando su cuerpo tembló sintiendo como  su cuerpo se calentaba más, el mayor mordió suavemente su mejillas – ah… – se separó de inmediato después de su segundo gemido, ni siquiera miró al mayor que seguramente estaba sorprendido

-Dino tú… - el menor salió corriendo sin pensarlo, sus piernas le temblaban levemente y si… sentía que su parte baja empezaba a reaccionar – espera – el más alto lo persiguió sin pensarlo

-yo no… yo solo – quería que la tierra se lo tragara, no sabía cómo podía excitarse con tan solo escucharlo… apenas y se había enterado que era correspondido y  ya tenía el deseo recorriéndole por el cuerpo, subió las escaleras con prisa tratando de entrar a su cuarto y encerrarse pero justo cuando estaba por cerrar Iemitsu lo impidió, trató de evitar que ingresara pero fue imposible

-Dino espera – la pequeña carrera lo hizo estar agitado pero estaba seguro de lo que esos gemidos trataban de decir – yo…

-lo siento pero mi cuerpo… yo solo reacciono así porque…

-te excita escucharme hablando en italiano – completó la frase mientras el menor solo ocultaba su vergüenza con sus manos

-yo… lo siento, pero cuando te escucho… no puedo controlarme – se apoyó en la pared de su habitación respirando con dificultad, podía sentir la sensibilidad en su cuerpo

-no lo hagas – se acercó lentamente observándolo temblar y bajar la mirada – te puedo ayudar

-no… yo solo, necesito estar solo un rato… lo siento pero yo me excito si estas cerca y tu voz – le aterraba la idea de que Iemitsu pensara que era un desvergonzado o que sus hormonas estaban al tope

-¿cómo soportabas las clases entonces? – susurró mientras  levantaba el rostro del menor, observando el sonrojo y el leve temblor que este tenía, su mirada cristalina

-es porque no estás tan cerca… pero en las noches yo solo… pierdo el control, lo siento… debes pensar que soy horrible – sintió la mirada cariñosa del mayor, la caricia en su mejilla y solo ahí levantó su mirada

-no te contengas – le susurró pegándose un poco a su cuerpo – puedo ayudarte – deslizó una de sus manos delineando el costado del más joven viéndolo temblar ligeramente – déjame ayudarte

-Iemitsu… yo no puedo – fue callado por un beso, uno intenso, diferente a los anteriores, podía sentir como sus cuerpos se pegaban más, la caricia en su cintura, la lengua de Iemitsu ingresar en su cavidad, se aferró a su pecho con desesperación, el calor en su rostro era insoportable, pero dejó que su lengua siguiera el compás que le marcaban – ah… - se separó cuando se sintió mareado, observando el hilillo de saliva que los unía, jadeó cuando fue presionado contra la pared, sintió la pierna de Iemitsu abrirse paso entre las suyas

- lascia che ti aiuti – lo ayudaría las veces que fueran necesarias, el deseo que Dino sentía se contagió a su cuerpo también

-no hables así – susurró desesperado sintiendo como su erección nacía, la vergüenza lo llenaba, la desesperación también – yo no puedo controlar… mi cuerpo –

-deja que te ayude, deja que el deseo que siento por ti se iguale al que tu sientes por mí – mordió el lóbulo del menor mientras deslizaba su mano acariciando sus piernas, Dino solo se aferraba a sus hombros con desesperación, la mirada cristalina llena de deseo, para el más alto era tan… hermoso

-sé gentil – dijo al final mientras se dejaba llevar, ya no aguantaba tanta pasión contenida, quería sentir esas manos sobre su piel, compartía el beso más tierno y a la vez salvaje de esa noche, jadeó entre sus labios cuando su labio inferior era mordido, sentía como los dedos del mayor se deslizaban debajo de su ropa, rodeó el cuello de Iemitsu dejando que su cuerpo se liberara, la erección ahora ya era evidente y la rodilla del mayor rozándose contra su intimidad lo estaba volviendo loco – Ie…mitsu yo… ah… mgh – sintió como las manos del mayor se deslizaban por sus piernas abriéndolas un poco y de repente obligándolo a elevarse un poco y rodear la cintura de su sensei –espera… ¿qué?... – se sorprendió cuando sintió como era cargado y… se dirigían a su cama, ¡ahora entendía!

-será más cómodo aquí – le dijo mientras lo dejaba en la cama,  recostó con cuidado al menor viéndolo detenidamente, el sonrojo fuerte, la respiración agitada, las manos temblorosas, las piernas abiertas y el bulto en aquella zona, sentía su propia erección nacer solo por la influencia de esa imagen – te haré mío aquí y será nuestro secreto – no le dio tiempo a responder y devoró sus labios, deslizó sus manos hasta que encontró la piel del menor, subió aquella camiseta hasta encontrar los botones, acarició uno de ellos viendo retorcerse al dueño, sonrió mientras besaba su barbilla y descendía mordiéndolo de vez en cuando, lo escuchaba gemir bajito mientras lo atedia. Se quedó fascinado cuando retiró la prenda, aquel cuerpo delgado parecía ser frágil, mordió sectores de esa piel, mientras acariciaba, pellizcaba y torturaba los botoncitos de Dino… hasta que tuvo una idea –te éxito que hable en italiano  ¿verdad?– le sonrió mientras Dino lo veía jadeando

-si… pero – el mayor le dio un beso casto, su mente estaba en las nubes debido a la excitación, era su sueño hecho realidad pero faltaba algo simple

-entonces traduce lo que diré – Iemitsu sonrió juguetón mientras deslizaba su mano por el abdomen del menor viéndolo tensarse levemente – Giusto?

-de acuerdo – obedeció estremeciéndose, y es que esa voz… era su sueño completo

- Mi piace il tuo corpo – deslizó sus dedos hasta el pantalón del más joven desabrochándolo con paciencia, observándolo tensarse mientras intentaba cerrar sus piernas pero Iemitsu lo evitó

-me gusta tu… cuerpo – susurró mientras observaba como el mayor deslizaba su prenda con cuidado, el frio tocaba su cuerpo y solo gimió bajito cuando fue liberado – ah… mgh

-Mi piace il tuo petto – descendió sus besos por el cuello del menor –  i capezzoli– mordió uno de los mencionados haciendo que el gemido se escapara de lo más profundo de Dino – tu vientre – deslizó sus dedos admirando el sonrojo del menor que solo se aferraba a las sabanas con desesperación

- me gusta tu pecho – mientras lo decía con dificultad observaba al mayor quitarse cada prenda con lentitud – tus pezones… tu vientre – se cubrió el rostro por la vergüenza del momento, podía escucharlo mientras se desprendía de su ropa, la sensación de deseo aumentaba… lo vio por unos momentos, la piel bronceada, el abdomen marcado, los músculos de su brazos, sus piernas y… la erección… estaba completamente desnudo

- rendere il vostro corpo a volontà – sonrió con malicia mientras veía a Dino tensarse, se acercó a sus labios pegando su cuerpo desnudo al del más joven, rozándose íntimamente

-marcarás mi cuerpo… a tu antojo ah… ah – sintió la caricia sobre su bóxer, se abrazó a Iemitsu en busca de soporte, gimió en su oído sin saber que el deseo aumentaba en su pareja, sintió el ligero apretón y el descenso de su prenda – Iemitsu… - el más joven fue despojado de todo mientras sus piernas eran abiertas lo suficiente como para que el mayor lograra posicionarse sobre él cómodamente, ¿cuantas veces soñó con ese contacto tan cálido? y ahora ni siquiera sabía si en verdad estaba sucediendo

- Prenderò la tua verginità – acarició la intimidad del menor con cariño, observando cada reacción, escuchando cada suspiro, movió su mano en un vaivén tortuoso mientras acariciaba la mejilla del pequeño

-tomarás mi… mi virginidad – alargó sus dedos para tocar el rostro de su ahora amante mientras sentía como aquellos dedos se deslizaban en sus labios introduciéndose en su boca, gimió recordando las veces que hizo lo mismo simulando que era la lengua de Iemitsu quien lo invadía, lamió sus dedos, los succionó de vez en cuanto sintiendo las caricias debajo de su lengua o alrededor de ella, sintió el roce en sus nalgas, la erección se restregaba contra él, gimió de placer ansiando lo que venía, su miembro presionado en la punta lo hizo ver estrellas y tuvo que dejar esos dedos para dejar salir su gemido alto

- Ti affondato in voi performare un unico essere – descendió sus dedos a la entrada virginal con cuidado acariciándolo un par de veces, besó uno de los pezones que clamaban atención escuchando como Dino gemía ya sin control por todas las atenciones a su cuerpo

-te hundirás en mi AAH… – abrió más sus piernas al momento de sentir la intromisión, le dolía pero cada palabra en ese idioma tan sensual lo hacía delirar un poco más, sentía que su cuerpo temblaba sin control – para formar… aah… un solo ser – retorció las sábanas entre sus dedos al sentir el segundo dedo entrar profundamente, gimió alto casi llegando a los gritos – Iemitsu… yo – gritó al sentir como de un solo movimiento los tres dedos estaban su interior, en lo más profundo, un nuevo movimiento lo hizo temblar y gritar – SENSEI…

- presto il mio pene che è dentro di voi – sacó e introdujo de nuevo sus dedos de forma brusca haciendo que el rubio se arqueara de placer y se derramara tras emitir un grito lleno de placer, un orgasmo placentero, el más alto sintió la presión en sus dedos y gimió imaginando la deliciosa sensación en otra parte de su anatomía – dilo…

-yo… yo… ah – su mente en blanco no dejaba que sus labios lo pronunciaran, sentía la electricidad en su espalda y en todo su cuerpo, sus piernas le temblaba y solo podía derramar algunas lágrimas debido al placer – tu pene… tu pene – susurró aquello con deseo, suspiró profundo mientras se mordía el labio, si sintió el mundo moverse al correrse solo con… esos dedos, ¿cómo sería después?

-complétalo – exigió mientras se acomodaba entre las piernas del más joven, le dolía su erección, se frotaba contra aquella entradita recién usurpada, ahora vacía, mientras acariciaba las piernas blancas y las levantaba un poco para tener mayor acceso, vio al más joven estrujar sus almohadas mientras trataba de regular su respiración, la frente aperlada de sudor, el sonrojo, los labios separados… quería hacerlo suyo – dilo, pídelo

-tu pene… dentro de… mí – pronuncio con desespero mientras sentía como sus piernas eran flexionadas levemente, dejando así su entrada a merced de aquel hombre al que adoraba, cerró sus ojos y sostuvo las sábanas entre sus dedos – por favor… hazlo

- Sarà un piacere – de un solo movimiento se introdujo en lo más profundo de aquel jovencito que solo gritó doblándose, arqueándose de placer mientras derramaba finas lágrimas, apretó las piernas de Dino dejando marcas rojizas, gimió profundamente mientras sentía aquella prisión en su falo – delicioso – susurró mientras se inclinaba hasta el rostro del menor quien sollozaba bajito y respiraba con dificultad

-un placer… un doloroso placer – dijo en voz bajita soportando el dolor que la última acción le causó, como pudo se abrazó a Iemitsu quien lamía sus mejillas recogiendo la evidencia de sus lágrimas –  Iemitsu… – inició un beso suave mientras seguía acostumbrándose a estar lleno completamente, de sentir la calidez y el suave cosquilleo en su parte baja

- dolore presto passa – Iemitsu le susurró al oído mientras comenzaba a estrujar los pezones una vez más, lamió su cuello y besó sus mejillas mientras se controlaba para no embestirlo – pasará… solo espera

-Iemitsu… yo – suspiro profundamente cuando su miembro era acariciado nuevamente – estoy ena… morado de ti – confesó mientras lo abrazaba con fuerza y dejaba que un par de lágrimas se le escaparan

-yo también – sonrió mientras se movía levemente – Io sono innamorato di te – la primera embestida fue lenta ocasionando que el menor presionara sus dedos en la espalda desnuda, la segunda liberó un pequeño gemido de parte de Dino, la siguiente ocasionó el placer personal del mayor y así empezó todo, en un principio lento, escuchando los leves gemidos, sintiendo los dedos deslizarse en su espalda, agarró al más joven por la cintura para ganar profundidad mientras lo embestía

-Iemit… su – susurraba cada vez más alto pues de nuevo su cuerpo temblaba al sentir cuan profundo llegaba, gimió en su oído tentándolo a ir más de prisa, el dolor se iba y era reemplazado… por lujuria, por locura, sin darse cuenta rasguñaba aquella espalda amplia, podía sentirlo entrar y salir con mayor rapidez con el pasar de los minutos, se sentía maravilloso ser poseído con aquel salvajismo

-Dino… pequeño – gruñó mientras sentía la mordida en su hombro, sonrió mientras tomaba velocidad extasiado por lo estrecho y cálido de su amante, enterró sus uñas en la piel clara mientras dejaba que su cuerpo marcara el del más joven

-Iemit…su AHH… más – pidió sin recato cuando sintió cierta extraña parte ser golpeaba, se arqueó soltando su agarre para retorcerse de placer al ser golpeado de nuevo en esa zona, gritó mientras su espalda se arqueaba – MAAAS… SENSEI – pidió invadido por el placer, enredó sus piernas en las caderas ajenas mientras estrujaba las sábanas de su cama

-qué lindo – susurró mientras arremetía sin piedad, cada vez que llegaba profundo sentía mayor presión en su falo haciendo que también el placer lo recorriera desde lo más bajo de su vientre, hasta incluso tensar los músculos de su espalda – estrecho… – vio a Dino gritar y convulsionar levemente, apresuró sus embestidas mientras lo masturbaba

-sensei… yo… ah… ahh – su voz ahora era ronca, en un acto desesperado se abrazó al mayor quien empezó a masturbarlo con rapidez – dentro… hazlo DENTRO – gritó con desespero sintiendo su cuerpo tensarse y un inmenso calor se esparció por su vientre

-Dino – gruñó mientras llegaba al orgasmo acompañado de su amante, dejó salir todo su semen, llenado al menor que se derramaba en su mano y entre sus vientres, la satisfacción fue enorme… su liberación sublime y la visión se le nubló por unos instantes

 

 

Un sueño hecho realidad para ambos pero solo uno de ellos no resistió el cansancio y la felicidad para quedarse dormido casi instantáneamente tras el orgasmo, el mayor de ellos solo sonrió cuando su cuerpo se recuperó ligeramente, ver a su pequeño amante perdido en el mar de sueños le causó ternura, todavía conservaba ese rostro dulce… quitó el par de mechones de la frente, lo besó en la mejilla susurrándole que tuviera dulces sueños, salió de su interior dejando que con el descendiera un poco de su semen por la piel clara, escuchó un pequeño quejido … se acodó a su lado, abrazándolo mientras los cubría por las sabanas, lo acompañó en ese descanso, el cansancio en su cuerpo le gañó y tomó la mano de Morfeo para viajar en las ilusiones y sueños

 

 

En la mañana al despertarse, Dino tenía el rostro de Iemitsu muy cerca de él, se sonrojó impresionantemente mientras recordaba lo sucedido la noche anterior, se cubría el rostro debido a la vergüenza mientras trataba de no moverse mucho para no despertarlo, sintió el abrazo en su cintura y suspiró,  su cuerpo estaba  un poco pesado y pegajoso, estaba desnudo y su pareja también, no sabía cómo actuar o si debía levantarse pero

-¿siempre te remueves tanto en la mañana? – aun con los ojos cerrados habló apretando su abrazo un poco más

-yo… yo solo… etto – apenas podía creer lo que había pasado, se moría de vergüenza y sus palabras no salían

-ayer tuvimos sexo – sonrió abriendo los ojos y observando a un Dino completamente avergonzado quien se escondía en su pecho – me haré responsable de lo que suceda

-yo solo… fui atrevido y

-el atrevido fui yo – sonrió divertido – mira que hacer esto contigo apenas acabando de confesarme

-¿yo te gustaba? – preguntó con duda e ilusión

-demasiado como para no aprovechar la oportunidad, desde hace tiempo que te veo de diferente forma incluso antes de que tú te fijaras en mi

-¿lo sabias? – se tensó mientras  negaba con la cabeza

-eres un libro abierto

-soy un caos

-eres sincero e ingenuo

-mis padres me matarán – sollozó de pronto

-deja que yo hable con ellos, además me aproveché de lo que dijeron – sonrió divertido recordando la conversación con la madre de Dino

-¿qué dijeron?… la llamada de ayer fue… o mi cielo – se sorprendió por su ingenuidad

-dijeron que te ibas en cinco días porque el dueño llega mañana – sonrió mientras besaba los rubios cabellos –

-me engañaste – susurró un poco molesto

-no del todo, me dijeron que te cuidara, que estabas en mis manos

-decidiste quedarte y aprovecharte – hizo un leve puchero que, gracias a Dios, no fue visto

-yo solo quería confesarme pero todo paso y me dejé llevar

-idiota… sabes que me iré y esto solo nos hará sufrir

-eso es otra cosa – sonrió mientras se acomodaba mejor con el menor entre sus brazos – me iré contigo

-¿qué demonios?

-tu madre me consiguió empleo allá, creo que sospechaba mi  interés por ti y que era mutuo – sonrió recordando la serie de pláticas y sonrisas burlonas

-idiota

-estaremos juntos

-tonto

-¿no deberías estar feliz?

-lo estoy… pero sigues siendo un idiota – gruñó bajito ocultándose más en el pecho del mayor

-¿por qué? – hizo un puchero imitando a Dino

-¡porque puedo sentir tu esperma resbalando! – hizo un pequeño berrinche golpeando el pecho de Iemitsu

-quien dijo “hazlo dentro”

-¡cállate! – se exaltó Dino de pronto queriendo separarse – ¡aléjate!

-nunca más me iré de tu lado – sonrió Iemitsu mientras lo besaba con cariño

-más te vale – sonrió mientras dejaba que esa profunda voz retumbara en su mente y que la sonrisa del más grande se grabara en lo más profundo de su memoria, porque sería parte de un lindo recuerdo que no quería perder

 

 

Notas finales:

¿qué tal?

Bueno la idea fue sencilla y usé un cliché para hacer un lemon, que intenté que en todo lo posible fuera... un poco intenso, al menos lo intenté... ustedes dirán

Quería subirlo antes de fin de año pero bueno la revisión de errores y edición final me tomó más tiempo del que pensé y sip... en mi país son las dos de la mañana y tuve tiempito de subirlo jejejeje

 

FELIZ AÑO NUEVO, y a empezar con pie derecho

 

NOTA1:

Como ya sabrán ofrezco un shot de una pareja rara, pueden hacerlo en un review o por facebook, dependiendo de mi tiempo y de la pareja les informaré si lo hago jejejeje tiene un 90% de posibilidad de aceptación XD

NOTA2:

Creo que nos veremos pronto porque tengo escrito un RL (incompleto... tal vez lo saque en capis pequeños) que desearía compartir, bueno aun no me animo así que no prometo nada XD


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