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Entre la luna y el sol por blood rain

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Notas del fanfic:

Hola he aqui con una nueva historia de Harry Potter. Lily y James no estan muertos al contrario estan más vivos que el mismisimo Lord Oscuro.

Quería decirle que la historia "Rubrum Luna" quedara pausada por un tiempo, he tenido un bajo de inspiración con ese escrito y por más que intento no puedo continuarla, pido disculpas para todos aquellos que leían la historia y tratare de continuarla tiempo despues, muchas gracias.

Nuevos personajes, nuevas aventuras.

Notas del capitulo:

Los personajes de Harry Potter no me pertenecen son pripiedad de J.K Rowling, solo hay algunos creados por mi introducidos en esta historia, que la disfruteis.

Hace mucho tiempo en época de magia y criaturas que hoy se creen inexistentes, la tierra era propiedad de las criaturas más fuertes y hermosas de todos los tiempos: los dragones. Estas fantásticas criaturas eran las más grandes que nunca se hubiesen visto y su inteligencia era única, estaban divididos por clanes los cuales estuvieron en guerra durante siglos. Con el tiempo, los dragones comenzaron a desaparecer lo que causo gran temor en ellos, olvidando sus rivalidades optaron por heredar su magia a los mortales… de ahí nacieron los magos.

Lamentablemente, no todos fueron mágicos, la gran mayoría termino con la capacidad de convertirse en dragones cada vez que quisieran. Dracena la única Dragón del Clan Dorado que quedaba reunió a aquellos que eran capaces de tomar la misma forma que sus hermanos y los educo, le enseño las costumbres de los dragones y les llevo con algún líder de los dragones que quedaban:

Drish.- representante de los dragones rojos.

Racoth.- representante de los dragones azules.

Pires.- representante de los dragones plateados.

Sedrofía.- representante de los dragones de bronce.

Gorgol.- representante de los dragones blancos.

Dramor.- representante de los dragones negros.

Sindalcel.- representante de los dragones de cobre.

Kingryf.- representante de los dragones verdes.

Nimanek.- representante de los dragones de latón.

Con ellos se había formado un consejo de Dragones para poder estar en paz entre si y evitar alguna guerra, además ayudaban a quienes tenían la extraña capacidad de convertirse en Dragones a pesar de ser humanos.

Para que ellos pudieran vivir en paz mientras aprendían sobre su nueva condición, los dragones construyeron un enorme castillo y lo ocultaron de los ojos de los mortales. Con el tiempo, quienes adoptaron la capacidad de transformarse en dragones comprendieron que podían vivir lo mismo que los dragones mismo, es decir cientos de años. Dracena los miraba complacida como ellos se acostumbraban a su nueva condición ya sin temer herir a alguien.

Pero no todo es para siempre.

Drish la dragona roja, conocida como la más cruel del clan rojo, odiaba a por completo a Drácena e intento acabar con ella. Hizo ver a quienes tenían la marca de su clan que ella los había vuelto débiles en lugar de fortalecerlos, además de volverlos sumisos, cuando ellos eran los reyes del cielo y de la tierra, amos de ese mundo.

Aliándose con Gorgol, Dramor, Sindalcel y Nimanek ataco al consejo causando la más grande de las batallas. Drácena logró escapar junto con algunos de sus protegidos y ocultarse de la mirada de Drish, el consejo fue disuelto, los mortales no tuvieron de otra más que esconderse entre los humanos y el castillo, ese que había sido tan majestuoso por años ahora yacía en ruinas y solo unas cuantas paredes se conservaban en pie. Furiosa la dragona roja mato a Sindalcel y tomo el control de los dragones de cobre, su ira no se apaciguó incluso cuando el reino de los elfos cayó ante su ejército y mucho menos cuando los mortales se inclinaron ante ella pidiendo clemencia. Durante siglos, Drácena no pudo salir  de su escondite, pero no evitaba que sus oídos captaran los gritos de súplica y gritos de guerra. Triste por no poder hacer nada, miro al cielo y justo cuando una estrella fugaz pasaba cerro los ojos y deseo que algún día este mal acabara.

Su deseo, se realizó, muchos seres cansados de estar bajo el yugo de Drish optaron por terminar con eso. Convirtiéndose en cazadores, terminaron con todo dragón que se cruzara en su camino. Por primera vez en la historia de los humanos, se formó una alianza con los mortales, magos y elfos para combatir a un mismo enemigo.

La magia de los hechiceros solo lograba aturdir a los dragones y la única manera de matarlos era atravesando su corazón. Drish, segura de que esto era obra de Drácena fue a las aldeas causando el terror, pero eso no duro mucho un mago logro debilitarla un poco y eso dio oportunidad a un cazador de acercarse y matar a la dragona. Con Drish muerta, los demás líderes se huyeron ocultándose en las montañas, en espera de un nuevo líder. Los mortales felices por su victoria se quedaron con las tierras, pero por miedo a una traición expulsaron a los magos y elfos; los segundos se refugiaron en los bosques y nunca más se supo de ellos, los primeros en cambio, se mezclaron entre los humanos para pasar desapercibidos cuidando muy bien de cuando hacían magia, o se enfrentarían a la más cruel de las torturas.

Aquellos capaces de convertirse en dragones se refugiaron en las montañas, los humanos habían empezado a cazarlos por temor a una nueva batalla, era sencillo acabar con ellos estando en su forma humana y la única manera de identificarlos era la marca en espiral que aparecía en su brazo derecho.

Drácena pudo salir de su escondite y miro el nuevo mundo, quiso ir y ver a los suyos, pero Racoth se lo impidió, diciéndole que era peligroso, pues los mortales aún con miedo daban caza a los dragones que aparecían incluso a aquellos que habían sido bendecidos con la habilidad de convertirse en uno, no se detenían a pensar si eran aliados o enemigos.

-Mataron a Midzhar- le dijo lo más suave que pudo- también a Sedrofía y Pires, somos asesinos para ellos, nos tienen miedo.

-¿Qué podemos hacer?- pregunto Drácena tratando de no llorar frente a Racoth.

-Ocultarnos, es lo único que podemos hacer.

Dracena regreso a su escondite donde se permitió llorar, expulso todo el dolor que nació en su pecho al saber la muerte de Midzhar, lloro por el crual destino que le deparaba a los suyos.

“Ocultarnos”

No ella no quería eso, desconsolada lloro hasta que la noche cayó. Como siglos atrás miro al cielo dispuesta a pedir un deseo más.

-No quiero que ellos vivan ocultos- dijo- por favor, si me escuchas manda una estrella para que mi deseo se vuelva realidad, permíteles ser libres sin que los mortales, magos o cualquier criatura sepa que son, deja que sigan siendo fuertes y valientes guerreros, pero permíteles vivir,  yo seré una estrella y formare parte de tu cielo como pago por mi deseo.

Una estrella fugaz cruzo el cielo, sonriéndole a Drácena. Esa misma noche, Racoth encontró a la dragona sin vida  y una nueva estrella en el cielo.

-Fue por nosotros- dijo.

Los dragones que quedaban,  decidieron ocultarse en las montañas formando un nuevo consejo reuniéndose con aquellos que los habían traicionado una vez y perdonándolos al saberse que habían sido manipulados por Drish. Algunos mortales fueron con ellos para seguir aprendiendo sobre su condición, Dracena los cuidaba desde el cielo ocultando su hogar de los ojos curiosos de los humanos, magos o cualquier otra criatura. Los que no se fueron a las montañas se mezclaron con la sociedad, felices de que las marcas en sus brazos no aparecieran nuevamente.

Con el tiempo, las personas que eran capaces de convertirse en dragones fueron desapareciendo, muchos dicen que era a causa del tiempo que vivían y terminaban quitándose la vida ellos mismo, otros que habían ido a las montañas para poder buscar más conocimiento o bien buscar un lugar donde sentirse cómodos y en casa. Muchos otros fueron a los desiertos en espera de un nuevo líder que los guiara a una nueva victoria y poder recuperar las tierras que les pertenecían y ser los dueños de los cielos una vez más. Del castillo que en ruinas quedo fue reconstruido por cuatro grandes magos para crear una escuela en la cual enseñar a esos niños portadores del mayor regalo de los dragones aunque ellos no lo supiera: la magia.

Al final ese castillo fue construido para el mismo objetivo.

Enseñar.

Harry termino de leer y miro a su mejor amiga, estaba asombrado.

Podría decirse que esas personas eran como los animagos, podían transformase en dragones cuando fuese necesario.

-Profesor Lupin, ¿Es cierto que este castillo fue de los dragones?- pregunto una de las alumnas.

-Vera señorita Patil- dijo el licántropo- según quienes cuentan la historia sí.

-¿No se supone que este castillo fue construido por los fundadores?- inquirió Neville.

-Sí, así es pero no lo construyeron, lo reconstruyeron pero la historia hace referencia a que los fundadores hicieron todo.

-Por eso es tan grande- señalo Lavander.

-¿La historia es real?- pregunto Hermione.

-Eso no podría decírselo con exactitud, señorita Granger- dijo Lupin- he visto dragones, pero nunca he visto alguno que tome forma humana o viceversa.

Todos rieron por eso, menos los de Slytherin que se estaban cayendo del sueño.

-Pero creo que la habilidad de tomar forma de dragón o humana es algo que solo se le atribuye a los clanes que se mencionan en el libro- dijo.

-Profesor, si la historia fuese real- dijo Harry- ¿entonces ellos nos dieron su magia por si algún día desaparecían completamente?

-Me temo que si Harry- dijo Lupin- aunque eso hizo que sus poderes mágicos se vieran limitados solo al control de elementos y curativos.

-¿Cómo fue que los dragones ocultos en el desierto no atacaran a los mercaderes que pasan por ahí?- dijo Hermione.

-Según se, Dracena creo una barrera para los dragones entre el mundo mágico y el mundo Muggle- contesto el profesor- de esa manera quedarían encerrados en mundo mágico.

-¿Y porque no han atacado?

-Eso debe ser porque aún no encuentran a un líder.

-¿Por qué nosotros no podemos saber dónde están ocultos?- pregunto Ron.

-Dracena pensó que nosotros tendríamos miedo y solo les permitió a ellos saber en qué lugar esta su escondite. Quería proteger a los suyos del miedo de los nuestros, muchas personas consideraban a esos seres monstruos solo por poder convertirse en criaturas magnificas, de menor tamaño que los dragones originales, pero con la misma capacidad de transportar a un humano.

La campana sonó dando fin a la clase, todos tomaron sus cosas y salieron a prisa a la siguiente aula. En pociones, Harry no dejaba de pensar en la historia que había leído, había sido realmente interesante y trataba de imaginarse a Drácena, Drish y Racoth, incluso a esas personas capaces de convertirse en dragones, según Remus eran considerados híbridos humano-dragón lo que no era correcto, pero de todos modos fueron nombrados semi-dragones. Tan entretenido estaba en sus recuerdos que no se dio cuenta de lo que introducía en el caldero haciéndolo explotar.

-¡Potter!- grito Snape levantándose del escritorio para encarar al chico- ¿Qué se supone que hacía?

-Yo…- el chico no supo ni que responder, había estado distraído.

-Diez puntos menos para Gryffindor y detención conmigo a las ocho- dijo Severus antes de darse vuelta dando un pase de varita limpiando el lugar.

-¿En qué pensabas Harry?- le pregunto Hermione en voz baja.

-Imaginaba a los dragones de la historia- dijo.

-Harry, de nada sirve eso- dijo la chica- después de todo es una simple historia.

Harry salió algo molesto del aula, tenía cinco años en esa escuela y aún no lograba hacer bien una poción sin que esta explotara, además no llevaba ni dos semanas de clase cuando ya tenía una estúpida detención. Además las palabras de Hermione lo habían desanimado, el sentía que la historia era real, él sentía que esa no era una simple historia.

Durante su camino hacia el comedor, Lily se cruzó con él, ella era profesora de Historia de la Magia, desde que Dumbledore había dado descanso a Binns, la mujer pelirroja había tomado el puesto desde la caida del mago oscuro hacía un año y era la mejor profesora que hubiesen tenido jamás. Al verla, Harry la saludo con una sonrisa y le conto lo que le había pasado la primera parte de día, cuando menciono a Snape, su madre mostro una sonrisa triste, Harry sabía que se sentía mal por no hablar con el que había sido su mejor en sus años de estudiante. Lo había perdonado, pero no se lo había dicho de frente por miedo de que James lo tomara a mal, lo extrañaba mucho, Lily solía verlo discretamente en el comedor o durante las juntas de profesores, incluso en los pasillos cuando se cruzaban actuaban como si no se conocieran.

Harry tomo el brazo de su mamá y le sonrió, Lily le correspondió y lo acompaño al comedor, después del almuerzo se dirigió a la siguiente clase, igual que su madre.

-Te veré en la cena- le dijo antes de irse.

-No llegues tarde a tu detención- le recordó.

-Está bien, adiós mamá.

Notas finales:

Espero que disfruten esta historia y de nuevo una disculpa por dejar atras la otra.

Nos leemos la proxima semana

Los quiere Blood Rain


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