Hace un año
-sabes que animal se parece más al ser humano- me pregunto el ahijado de mi primo Sirius, el cual acababa de conocer hace un par de horas su nombre es Harry Potter, tiene 16 años al igual que yo, al parecer de ahora en adelante va a vivir con mi primo ya que sus padres tuvieron un accidente pocos días atrás y en el cual fallecieron trágicamente.
-la verdad, no se -y a quien le importa pensé en su momento.
-investígalo, luego me contestas va -se despidió sonriendo. Tiene una bonita sonrisa y unos ojos que parecen preciosas esmeraldas era una lástima que estuvieran opacadas por el dolor que sentía ante la pérdida de su familia… por dios, acabo de pensar que el chico Potter es lindo, algo debe estar mal en mi cabeza… me está mirando, porque, oh si la dichosa pregunta.
-claro -mencione por decir algo sin mucho compromiso, pero igual lo averiguaría para salir de esa duda minúscula, para que luego no digan que Draco Malfoy no es estudioso y con una inteligencia sobrenatural.
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Meses más tarde, en el Solsticio de invierno
Llamaron a la puerta, era él el chico Potter que venía con mi primo para pasar la noche con mi madre, la única Black aparte de mi tía Andrómeda que mantiene una relación con el chucho o pulgoso como mi padre y padrino se empeñaban en decirle. Entraron hasta la sala guiados por mi madre para que se relajaran y acomodaran mientras bebían algo en espera de la tradicional cena, mi madre regresa a la cocina para verificar que los sirvientes y chef tengan todo en su debido lugar.
Harry se mantiene rígido en la puerta mientras Sirius se desparrama cómodamente en unos de los sillones de la sala, para fastidio de mi padre.
-podrías guardar un poco la compostura y mostrar una pisca de lo que tus padres te enseñaron sobre los modales -decía mi padre frunciendo el ceño dejando en claro su irritación ante tal despliegue tan falta de estos, para goce de mi primo que sabe cómo molestar al cabecilla de los Malfoy.
-cuales oxigenado, estos –respondió Sirius con una sonrisa, subiendo los pies a la mesita de centro de caoba con detalles de dragones en las cuatro patas.
-no quiero imaginarme lo que le estés enseñando al pobre chico que ahora tienes bajo tu cuidado- espeto padre perdiendo un poco más la compostura, y creo que prefirió ir a ayudar a madre con la cena antes que seguir con aquella charla sin sentido que tenía con mi primo.
Harry observa el intercambio de palabras y se sonroja agachando la mirada cuando oye que lo han mencionado, pero por suerte la charla parecía llegar a su fin cuando desaparece padre por una de las puertas, escanea cada rincón de la habitación y al percatarse de mi presencia sonríe y parece no importarle que Sirius le haga señas para que vaya con él, se sienta y platica conmigo hasta que mi madre anuncia la cena.
Al término de la exquisita cena por parte de mi progenitora hacemos arder el árbol en símbolo de prosperidad y un año lleno de bendiciones para las personas dentro de nuestra familia postriormente para finalizar con la esperan de los primeros destellos de luz que emanan del sol como símbolo de que la luz ha venido sobre la oscuridad, por tal razón hemos salido a la terraza donde madre a dispuesto el área con algunas actividades para pasar el tiempo. Rápidamente los adultos se entretienen en una partida de ajedrez mientras Harry y yo nos sentamos en unos pub poco dignos de un Malfoy, por la postura en que nos deja, pero son cómodos y eso es lo único que me importa en estos momentos.
Harry me mira fijamente, le regreso la mirada y alzo una ceja tratando de que me diga que tanto empeño en visualizarme. Me sostiene un momento la mirada y después gira sus ojos para observar la luna.
-la luna es hermosa no te parece -pregunta fijando su vista en el firmamento y pasando su mano por el pelo, al parecer como un reflejo de nerviosismo.
-sí -digo mirando el cielo cubierto por un manto de estrellas y una luna, deslumbran,.. Hermosa. Luego miro a ese chico azabache y de piel bronceada, me parece raro y curioso, pero hay algo en él que me atrae,... tal vez más adelante logre comprender eso que siento cuando está a mi lado. Hundido en mis pensamientos vuelvo a posar la vista en aquella luna encantadora.
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Presente
Estoy con Theo Nott un amigo de la infancia.
Nuevamente llama a la puerta, me dirijo a abrirla y al hacerlo me encuentro con Potter al otro lado, el cual pregunta por mi amigo Theo, al parecer van juntos en la misma escuela, lo hago pasar para que vea a mi amigo pero también tengo curiosidad por saber porque sabía que Nott estaría en mi casa.
-disculpa por venir aquí, Theo –lo saluda con una de sus hermosas sonrisas que le dan un calorcito a mi corazón.
-¿Harry, como sabias que estaba aquí? –pregunta Nott claramente curioso igual que yo, solo que yo se disimular un poco mejor.
-te escuche en la escuela que irías a ver a los Malfoy y creí que podría ser aquí –dijo un poco apenado –vine a dejarte la libreta de inglés que dejaste olvidada en el salón –mostro la libreta -además de preguntarte otras cosas –termino de decir lo último con un leve sonrojo tiñendo sus mejillas hermosamente.
Se reúne en un sillón para dos y platican en susurros al parecer olvidándose de mí y que se encuentran en mi casa.
Siento celos por no poder estar yo con aquel chico con los ojos más hermosos que eh visto, ocupando el lugar de mi amigo y me reprendo mentalmente porque no hay ninguna razón para que tener celos. Así que decido ir a ver a mi madre y ver si puedo ayudarla para pasar el tiempo y no pensar en las dos personas que se encuentran en la sala de MI casa, mi madre está en la cocina preparando la cena, una especial ya que ella está cocinando, le pregunto en que puedo ayudar y me pide que lave y corte las verduras.
Mientras lo hacía me distraje pensando en Harry y me he cortado la palma de la mano, madre me ha mandado a curar en cuanto se recuperó de shock de ver sangre, ya que no le gusta, me eh limpiado y a pesar de que aun brota sangre de la herida no creo que necesite vendarla.
Eh decidido salir a afuera de la casa para evitar que mi madre me vea y sugiera ir por un doctor y quiera que me inyecten de no sé cuántas cosas, también para tratar de despejar mi mente embriagada de Harry, de su imagen y aroma, tan propia y única.
Ha pasado una hora, y Theo ha salido de la casa con sus cosas y Harry detrás de este. En el último momento Harry me ha visto y se encamina a donde me encuentro para terminar sentándose junto a mí.
-porque tan serio, con lo lindo que te ves sonriendo-me mira directo a los ojos, sonríe y cualquier rastro de malestar que tuvieran se desvaneció cuando deslumbro aquellos ojos verdes.
-no tengo motivos para sonreír -recordando que me he lastimando la mano cuando ayudaba a mi madre a cocinar se la muestro, por despejar una pregunta muda.
-vaya, déjame ver - se acerca a escasos centímetros de mí y toma mi mano, la cual observa detalladamente, con su otra mano delinea la herida producida por el cuchillo, (lo admito no soy muy bueno en la cocina y menos si mi cabeza está en el chico frente a mi) provocando ardor al roce de su caricia -parece que estará bien -me mira detenidamente y no entiendo por qué pero sus ojos verdes parecen mirarme con un brillo que anteriormente no había visto, hipnotizado por sus ojos nunca me percate que poco a poco había eliminado la distancia que separaban nuestros labios hasta que se fundieron en un pequeño beso, el cual me hizo que mi piel se erizara y emitiera un gritito de la impresión para un instante después haberse alejado.
-disculpa –me mira tan intensamente, como si quisiera encontrar algo en mi mirada, talvez rechazo o aceptación a lo que acababa de hacer pero que decir o expresar, realmente era algo que había ansiado desde hace un tiempo, pero no era lo correcto o ¿sí?
-me gustas –vuelve a hablar y sus ojos en ningún momento han dejado de mirarme, acerca nuevamente sus labios a los míos si que yo haga algo por detenerlo, besandono y esta vez respondo profundizándolo un poco más.
Aunque no me ha dejado responder a lo que me dijo creo mis acciones han dejado bastante claro lo que diría, porque al parecer comencé a querer a este chico desde el primer momento en que nuestras miradas se cruzaron.