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Wristband (Sarumi) por Fernanda Rojas

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Siempre ha sido así.
Solo, con las demás personas burlándose de mi y golpeándome.
-Hey! Tu idiota, ten mas cuidado por donde vas! ¿Quieres terminar muerto? ¿No ves que hay presencia en medio de la carretera? ¿Quieres pelea?

-L-Lo siento.

-Realmente odio encontrarme con esta clase de chicos depresivos.

Eran matones, nada mas, nada para tomarle mucha importancia.
Se levanto sacudiendo el polvo refugiado en sus pantalones y siguió su camino.
Es idiota vivir en este mundo hipócrita, aburrido e idiota, todos viven felizmente con sus madres y padres... ¿Por que existo yo?.-Decía en un susurro el azabache mientras pasaba un bisturí sobre su brazo.-Este mundo simplemente debería perecer.

Otro día mas en la escuela, Fushimi miraba a todos con expresión aburrida, nada aquí le llamaba la atención, eras las mismas estúpidas y felices personas de siempre.
De repente el hombro de Fushimi choco con un chico, el simplemente se preparo para pedir disculpas.

-Perdona, fue mi culpa.

Fushimi alzo su mirada y musito un 'Lo siento' nervioso y lastimero.
El chico se le quedo mirando extrañado, la monotonía de pedir disculpas incluso si no tuviera que pedirlas afloreció en ese momento, y, sin querer ganándose mas odio y miradas extrañas por parte de sus compañeros.

-Pero que te pasa? Que chico tan melancólico.-Dijo este a lo que se sumaron las opiniones en murmullos de los demás que andaban cerca.
"Si, Fushimi ha conseguido que su presencia sea tenue"
"Que chico mas aburrido"
"Nunca puedes saber lo que el esta pensando"
"En esta escuela no hay tantos chicos de ese tipo no? suspicaces huh"
<Puedo oírlos desde aquí, saben?>Pensó el de gafas con una expresión desaliñada. Le molestaba que hablaran de el, le molestaba que no lo dejasen en paz, quería cortar sus felicidades pero se detenía siempre abruptamente.
Le echo un vistazo a su horario, viendo que seguía Kendo, no quería ver mas clases, no le apetecía la remota idea ni un poco, por lo que se fue de allí y se dirigió a la terraza, iba a saltarse aquella clase, ya que podía hacerlo teniendo una copia de las llaves de la terraza.

-Definitivamente este es un mundo aburrido.-Dijo cerrando sus ojos.
La brisa fuerte del atardecer y los sonidos de los pájaros revoloteando cerca lo despertaron.

-Mierda, me dormí.-Reviso la hora sacando su celular mientras se tallaba sus ojos.-6:22 pm... Ya es tan tarde... Debería ir a casa.

Camino todo el trayecto hasta la puerta de salida donde empezó a sentirse mareado, reviso su brazo notando las mangas teñidas de un rojo sangre muy notorio, miro debajo de estas notando que sus cortadas se habían vuelto a abrir.
<Mi vista se esta volviendo borrosa>Se apoyo al marco de la puerta recostándose sobre esta atrayendo sus rodillas hacia su cuerpo.<Creo que me voy a desmayar>
No habría nadie cerca que lo pudiese ayudar y/o auxiliar en estos momentos, pero tampoco es como si quisiese que alguien supiera sobre sus cortes, hablarían con sus padres y su madre no le tomaría mucha importancia, probablemente musitando un no lo vuelvas a hacer para después retirarse, mientras que su padre tendría otro motivo mas para burlarse de el.
Suspiro derrotado aceptando su destino, cuando sintió que alguien pateaba su espalda.

-AHHH! Oye idiota! No te sientes simplemente en estos tipos de lugares!.-Fushimi miro atrás de reojo, pero se sentía demasiado mal como para responder siquiera.-Oye! Tu rostro esta tan pálido como el papel! ¿Estas bien?.-Se agacho quedando de la misma estatura al frente del azabache.

-...Eres muy ruidoso. Déjame solo.-Se sentía mal, muy mal, en cualquier momento caería y el chico aun no se había ido. <Solo...Déjame... de una vez...>
El chico se sentía preocupado y un tanto nervioso al ver como la piel del otro se volvía cada vez mas pálido y sin querer sus ojos se posaron en la manga del uniforme notando como sangraba excesivamente en ese lugar.-Oye! Hay sangre viniendo de tu brazo! Déjame echarle un vistazo.

Fushimi se tenso inmediatamente trayendo su brazo mas para si.-Pa- N-No...!

Antes de que pudiera irse de allí, el otro había agarrado su brazo tal vez con demasiada fuerza, alzando un poco la manga, su expresión se torno seria. El de gafas solo le atino a apretar sus ojos esperando lo inevitable y también para ocultar la expresión de dolor que le estaba causando este al apretar su brazo.

-...Esta es una herida realmente asquerosa... ¿Que demonios paso aquí?

Fushimi aparto su mirada y su brazo.-Es solo... Un corte con un papel...

-Bueno... cierto, ese es el porque es taaan profunda.-Se volteo dándole la espalda a este.-Espera un segundo.

<¿Este chico es enserio tan idiota? o ¿simplemente lo hace para no incomodarme?>

Tomo el brazo de Fushimi de nuevo y rodeo su muñeca con un trozo de tela áspera que se resbalaba fácil por su muñeca.-Listo!

-¿Que demonios es esto?.-Lo dejo sin palabras, estaba atónito al ver el intento fallido de el chico.

-No se puede evitar, cállate!.-Se sonrojo levemente.-Solo pude conseguir un pedazo de tela de el protector de mi psp en estos momentos!!.-Aparto su mirada, Fushimi simplemente le observaba sin apartar la mirada haciéndolo sonrojar mas.-Antes de que empeore, vamos rápido a la enfermería.

-...No quiero.-Susurro.

-Pero estas enfermo, verdad?.-Empezó a levantarse.-Dime donde vives entonces, voy a tu casa.

Fushimi se volvió a tensar.-Ellas simplemente van a sanar por su propia cuenta.

-Ha?? ¡Como el demonio que lo harán!

El ambiente lentamente cayo, y un silencio incomodo se planto entre ellos.

-Bueno, ¿Porque no primero me dices tu nombre?

El de gafas inclino su cabeza.-¿No es cortesía siempre decir el tuyo primero?.-Sonrío levemente, nada notorio.

-...Realmente tienes una actitud muy dura, huh?.-Pero aun así sonrió.-Soy Yata. Yata...Misaki.

Fushimi rió suavemente.-¿Misaki? Que nombre mas lindo.-Sin razón aparente le gustaba molestar a el ojos ámbar.

-C-CALLATE!! No me gusta mi nombre, bien?!!.-Se sonrojo intensamente para después soltar un suspiro.-D-De todos mo-modos!! Te di mi nombre así que dame el tuyo!

-No tengo ninguna razón para darte mi nombre.

-Hasta con eso!?.-Yata comenzó a agitarse.-Venga!!

Fushimi solo lo miro, hasta que el peli castaño se dio por vencido y volvió a sentarse.-...Yata.

-Ahh? Que pasa?

-...Es Fushimi.-Le brindo una sonrisa mas notoria.-Fushimi Saruhiko. Gracias por esto.

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-Fushimi-kun, si te vuelves a cortar una vez mas. Personalmente me haré de cargo de detenerte.

Fushimi se rasco sobre sus muñequeras tintadas de sangre, ignorando un tanto las palabras de su rey Munakata, con cada rasguño abriendo sus heridas una imagen de su querido Misaki llegaba a su mente.-...Entonces por favor hágalo.

Munakata frunció el ceño y suspiro.-Por cosas como estas, olvido porque te di esas muñequeras.

-Porque dijiste que odiabas el rojo, Incluso escogí un color que hiciera que la sangre no se notase...

Munakata no objeto lo que el azabache había dicho, este tipo de conversaciones se daban muy seguidas últimamente que comenzaba a cansarse de repetir las mismas palabras.-Awashima-kun, por favor atiendelo.

-Si señor.-Awashima tomo el brazo de Fushimi y procedió a limpiar las cortadas para colocar un vendaje en su muñeca.-Fushimi, ¿no te estas sintiendo anémico?

-Tsk... Estoy bien.-Mintió, su expresión de cansancio, las cejas fruncidas y los ojos apretados lo delataban.

Aun así Awashima no dijo nada y solo le atino a suspirar.-Seria bueno si las heridas sanaran pronto.

Dicho esto Awashima se retiro no sin antes darle unas cuantas advertencias y cuidados de su brazo a lo que Saruhiko chasqueo la lengua.

-Aunque yo no creo que vayan a sanar.
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Fushimi abrió sus párpados, se tallo sus ojos con pereza levantándose para colocarse rápidamente sus gafas.-Es la madrugada...uh
<Con todo el lío que los verdes dejaron, supongo que va a ser un día muy atrejado>
Subió las mangas de su pijama.-Ah. La herida se abrió de nuevo.-Suspiro.-Seria problemático si alguien vuelve a notarlo.

Miro la pequeña tela situada en su cómoda, la misma tela que le ha traído recuerdos de tiempos no tan agrios.

<Que ese chico no me iba a traicionar es una mentira.> Que sentimiento tan agridulce le dejaba el pensar sobre el oji-ambar.<Pudiendo vivir para después dejarme atrás.>

Se cubrió con la tela sus muñecas, comenzando a colocarse el uniforme del scepter 4.<¿Cual es la razón por la cual existo? No tengo idea. Pero realmente no me importa> Coloco por ultimo, sus muñequeras por encima de la tela, así seria muy poco probable que lo notaran sus compañeros o su capitán.<Aquellos que mueran no tienen nada que ver conmigo...Si ese chico me odia, entonces supongo que esta bien>
Cerro su puerta quizás demasiado fuerte, para dirigirse a las instalaciones de Scepter 4.


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