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One Trap por BE pez

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Notas del capitulo:

Siento si hace la tira que no publico (y sé que aun me quedan pendientes dos long fics, pero de veras que necesitaba escribir algo suelto para ventilarme [ y también para no perder el ritmo, claro u.u']).

En recompensa a los que esperan la continuación de alguno de mis fics, les dejo este Doffy/Croco para que lean.

Besos y abrazos desde mi estanque º>3

Con respecto a "¡Alguien secuestro mi sombrero!" no puedo darles muy buenas noticias; me he atascado en una parte en la que no consigo abanzar, y tampoco es que le dedique mucho tiempo ahora al fic, pero sigo prometiendoles que no lo dejare pausado ni en el banquillo ni nada ¡Mis fics los termino aunque tarde medio siglo!

... Así que les ruego que sean nuevamente pacientes conmigo y esperen por la conti de mi fic.

Y con referencia a "Tulipan amarillo"... no se si decir que esta igual o peor que el 1r fic, pero algo bueno si puedo decir; no estoy atascada en esta historia y sé por donde quiero llevar los tiros... pero como prometi, antes quiero terminar el 1r fic, para luego terminar el 2n... así que ruego por más paciencia para aquellos que esperen la conti de "Tulipan amarillo"

Gracias por su paciencia e dedicación y disfruten de la lectura.

Es mi primer Doffy/Croco, así que sean piadosos conmigo xS

Nos vemos abajo y... que entre lectura!

P.D.: IMPORTANTE!

El dialogo interno de Doflamingo es cursiva negrita


Y el de Crocodile en cursiva solo


una vez aclarada la duda, dentro fic!

Uno… dos… tres… ¿Cuándo llego al último botón? Es más… ¿Desde cuándo me dejo llevar? No es como si quisiese que esto acabara rápido… pero tampoco quiero que siga. Esto es una locura; ¿Por qué, de entre todos los amantes, tuve que cogerme a uno que fuese alumno de mi universidad? Tampoco es que asista a mis clases, pero aun así no dejo de ser un profesor.

No podría importarme menos la opinión de terceras personas sobre esta relación, pero hasta alguien tan arisco como yo tiene sus límites; y he de reconocer que este es uno de esos puntos donde uno cruza esa línea entre el deber y el placer.

El rubio con gafas color lila sube sus labios hasta conectarlos con los del mayor, pues hasta hace un momento los había usado para desabotonar la camisa de su profesor de Historia. Hoy por alguna razón no estaba actuando como habitualmente hace, y aunque esa faceta no le quedaba a la altura de su persona (a la del maestro cabe aclarar), ya estaba él para desvelarlo de esa actitud tan sumisa e impropia de él.

Por otra parte, Crocodile estaba en este estado porque no podía dejar de lanzarse la misma pregunta una y otra vez; ¿Por qué siempre volvía a caer? ¿Qué tenía ese maldito niño pijo, rubio arrogante e desvergonzado alumno, que tanto le encendía? ¿Era por el morbo de tirarse a un alumno? Algo “supuestamente” tabú para un profesor… pero no se veía tan desesperado para caer tan bajo. Si quería un amante podía conseguirlo sin problema, y bien que se ahorraría muchos problemas… pero no, de entre todos los posibles candidatos escoge al que más problemas e dolores de cabeza le dará.

Crocodile era de los que sabía darle la vuelta a la tortilla, que hallaba la diminuta brecha para destruirte en un solo movimiento, el que no daba tiempo muerto ni lo pedía; puesto que no lo necesitaba porque siempre iba un paso por delante de todos. De allá que siempre tuviese todo bajo control; sus relaciones sociales y sexuales, su trabajo, su vida… no había nada que se le escapase; si hasta la fecha ningún alumno había logrado copiar un examen en su clase. Era un profesor al que muchos alumnos, e incluso algún que otro profesor, temían. Solo él marcaba el baile, y solo él era el primero en dejarlo… ¿Y eso porque lo hacía? Por qué podía y porque  odiaba perder el tiempo con cosas que no captasen su interés.

A diferencia de muchos, Crocodile no se molestaba en ocultar cuando no le interesaba un tema, y si te ponías muy plasta hasta el punto de fastidiarlo o molestarlo, en menos que canta un gallo el azabache ya te cerraría la puerta en las narices (era increíble su habilidad innata para acceder siempre a puerta a la hora de darle esquinazo a alguien u ignorarlo).

Y por lo que había oído, el rubio no era muy distinto a él en ese aspecto; solo prestaba atención a cosas que eran de su benefició, y como mucho hacía el esfuerzo de prestar atención a los más cercanos a él… Pero entonces ¿Porque no escuchaba a Crocodile? Cuando este le lanzaba una negativa, le escupía veneno verbal, o lo amenazaba sin importarle la diferencia de edad o sus roles como “profesor” y “alumno” ¿Por qué el menor seguía arriesgándose? ¿Qué ganaba con ello? ¿Tirarse al profesor más malhumorado y poco paciente del campus era ahora uno de esos retos que ponían los de tercer año para “iniciar” a los nuevos?

- Todo eso no es lo importante…La primera vez fue algo que ambos disfrutamos, pero eso pasó antes de saber que él era estudiante de mi universidad. La segunda fue al día siguiente de descubrir que heramos profesor y alumno, y a partir de ahí… ¿Cuáles eran el resto de razones para vernos?

El menor lamia los finos y carnosos labios del mayor para acostumbrarlo a su lengua, a su toque, a sus ansias de poseer; porque después de los labios su lengua se abriría paso en la cavidad del mayor; lo haría hasta no dejar un centímetro sin recorrer, sin saborear ni deleitar.

¿Que ese viejo profesor de historia era un fósil que le hacía la vida imposible a sus alumnos? ¿Que ir a sus clases era sinónimo de estrés o incomodidad? ¿Que de seguro formulaba preguntas tan dichosamente retorcidas en los exámenes para que así la mayoría suspendiera? ¿Qué nadie se atrevía a acercarse a él por miedo a sentir el veneno de su lengua en carne propia?

- Todos y cada uno de ellos… doy gracias de que sean unos imbéciles ignorantes.

Y como tenía planeado, Doflamingo se hizo paso con su lengua para entrar en la boca de Crocodile. Estaba empezando a sentirse algo molesto por la ausencia de atención por parte del mayor, pero si lo que quería era cabrearlo usando la técnica de “ahora te ignoro” lo tenía claro, porque estamos hablando de nada más ni nada menos que de Donquixote Doflamingo.

No podían, no debían, ni siquiera había que otorgar el beneficio de la duda para negarse al rubio; si Doflamingo decía algo, sus palabras iban a misa… pero ya había aprendido que con su moreno profesor de Historia las cosas iban de otro modo; con el no funcionaban las palabras, y casi lo mismo con los actos. Muchos se hubieran rendido al primer pensamiento de lanzarse al azabache para siquiera soltare un piropo… pero Donquixote Doflamingo no era un cualquiera. El si pensaba algo, lo hacía en voz alta. Si le estorbaba algo, se deshacía del problema. Si deseaba  algo, lo conseguía… y ahora deseaba más que nunca a alguien en concreto; a su maestro de historia.

Mientras el menor iba re-explorando esa húmeda y cálida cavidad que tanto le encendía,  probaba a despertar el libido de su profesor pidiéndole a su lengua luchar contra la suya propia; y digo luchar porque jamás ninguno de los dos se dejaba dominar. Pero a diferencia de otras veces, ahora la lengua de Crocodile parecía responder como si de un baile se tratase; era un ritmo ni muy rápido ni muy lento, ni extremadamente apasionado ni deprimentemente frio. Era un ritmo que ayudaba al rubio a saborear con más claridad y degustación el sabor del mayor.

- Su boca…

…era tan suya; su dominio con los labios y la lengua habían sobrepasado todas las expectativas del menor ¿Y los resultados de sus acciones? Absolutamente explotados ¿Era acaso el sabor a puro el que convertía esa boca en una más madura y de sabor agridulce? ¿Por qué, por mucho que la probara, nunca se hartaba de ella, sino que pedía más y más? ¿Cómo describirá aquello que sentía cada vez que su cuerpo tocaba o anhelaba al azabache? ¿Deseo?... ¿Posesión?… ¿Obsesión?... ¿Todo a la vez, quizás?

- ¿Qué te pasa hoy, Croco-chan? ¿Tus alumnos te mandaron tantos trabajos que anoche la pasaste en vela para corregirlos? ¿Has gastado todas tus energías sin guardar nada para mí? ¿Sabes que yo no me conformo con una sola ronda, verdad? -  dijo el rubio mientras soltaba esa risita tan característicamente suya.

- ¿Es que acaso no sabes cuándo cerrar esa sucia e arrogante boca tuya?

- Ooh, pero si aún queda algo del frío y malhumorado Croco-chan… Dime ¿Me echaste de menos?

- Idiota insolente…

Pero aunque a Doflamingo le encantase picarse con Crocodile, esta vez se decantaba más por provocarlo usando otros métodos.

- …Esto cada vez pierde más control ¿Realmente quiero involucrarme hasta tal punto con este mocoso?

La boca de Doffy pasó de los labios del azabache a su coronilla, bajando suavemente hasta su clavícula, para luego lamer y morder con picardía los pezones del mayor; sobretodo jugar con ellos y ver que sonidos llegaba a sonsacarle al mayor.

- Si piensas que voy a detenerme porque te muestres poco colaborador hoy, estas muy equivocado Croco-chan…

No sabía cuándo había llegado hasta su ombligo, pero ahora que estaba atorado en esa zona tan sensible para Crocodile aprovecharía para jugar un poco más con su cuerpo… y para qué negarlo, también para escuchar más de aquellos gemidos que provenían de esa aguda y profunda voz.

Una mano fue desabrochando el cinturón del mayor, mientras que la otra acariciaba y recorría los relieves del cuerpo opuesto. Se posaba en algún que otro lugar más para hacer de sus travesuras; a veces volvía a los pezones, otras a la zona del coxis, otras veces acariciaba las zonas en donde los huesos de la columna mejor se marcaban, o hasta llegaba donde el cuello del mayor y lo presionaba con algo de fuerza; si algo le gustaba más a Doflamigo que provocar los gemidos de Crocodile, era el transformar esos sonidos en más de una sinfonía distinta; ya fuese está más pausada, repetitiva, ahogada, seca… todo lo que provenía del mayor era puro deleite para el rubio de gafas lilas.

Una vez liberado el miembro del mayor, las manos de Doffy fueron bajando del ombligo y de la pelvis; ahora una acariciaba los testículos del mayor, mientras la otra frotaba y palpaba un par de dedos por la entrada del mayor.

-Dime Croco-chan… ¿Qué quieres esta vez? ¿Dedos?

Y como si los invocara, estos hicieron más presión en la entrada de Crocodile. Se frotaban con un ritmo más lento y parsimonioso que antes, y cuando parecía que iba a introducir el primer digito, dibujaba círculos alrededor de la entrada, para de vez en cuando hacer presión sobre esta, cosa que ponía aún más ansioso al mayor (aunque este ni loco lo admitiera en voz alta, sus caderas se movían por si solas).

- ¿O prefieres… mi lengua?

Y sin poder anticiparse a sus movimientos, Doflamingo agarro las piernas del azabache para apoyarlas en sus hombros, y así tener 0 separación entre un cuerpo y otro.

Después de las piernas, tanto la parte baja de la espalda como esta misma estaban apoyadas en el cuerpo de Doffy. Con esta posición no podían besarse, puesto que Crocodile tenía apoyados los hombros en las rodillas del menor y su cabeza en uno de los muchos cojines dispersados por la cama.

Con la misma parsimonia que antes, esta vez saco a relucir su lengua hasta la punta del miembro del azabache y, al igual que con su entrada, con su lengua dibujo círculos de saliva alrededor  del tronco del mayor. Al ver que en consecuencia de su acción los gemidos de Crocodile eran más sonoros y frecuentes, repitió la serie un par de veces más hasta que su lengua llego a los testículos. Esta vez, con un ritmo más acelerado, chupo y absorbió los genitales de Crocodail, que en respuesta al placer que sentía ahora hincaba las uñas en una de las fuertes piernas de Doflamingo.

- Aun no he oído tu respuesta, Croco-chan ¿Acaso no te decides?

- C-cállate maldito flamenco…

Mientras hablaba, Doffy volvía a usar sus dedos; esta vez acerco ambos pulgares a la entrada de Crocodile para así masajearla con ambos e ir entrando un poco con ellos.

- Fufufu Si no te decides rápido lo hare yo, Croco-chan… ¿Quieres que use ambas opciones?

Y sin esperar a la respuesta del mayor, ario ambas palmas para aferrarse mejor a los muslos de Crocodile, e introdujo la mitad de ambos dedos indices; para ir preparando e dilatando más la entrada, mientras que se hacía paso e humedecía el interior de Crocodile con su lengua.

Y antes de que ambos se perdieran en lo que se avecinaba, hicieron un último pensamiento:

- Debería hacer de esta la última vez… si seguimos así a este paso me matara.

- Quiero repetir esto una y otra, y otra, y otra vez Croco-chan… Una y mil veces más… las que hagan falta para absorberlo todo de ti, y que no quede nada para nadie…

- Aun así…

-Porque así…

= “…Tu siempre serás mío”   “…Tu siempre serás mío”  

 

Una trampa es aquello que nos engaña e impide que nos liberemos de ella, pero… ¿Siempre es malo caer en una?  

Notas finales:

Bueno.... que les parecio? >////<

Ahora son las 6:45, y ya no creo poder aguantar más sin dormir (PERO ES QUE NECESITABA ESCRIBIR ALGO DE ESTA PAREJA Dx) Espero que a vosotr@s no os vengan estas neuras de escribir a las 3 de la madrugada...

Si alguien quiere dejarme algun review bienvenido sera! Y si no, espero que al menos te haya gustado este One shot de Doffy/Croco :'3

Gracias por su tiempo dedicado a leer este fic y hasta mi proxima poblucación :'D

Besos SUUUPER FUERTES y abrazos SUUUPER GRANDES desd emi estanque >3< 


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