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Bienvenida a casa. por ROOM

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POV Autor:

Ace estaba más que harto, todos los días era lo mismo ¿Cuándo es la boda? ¿Dónde la haremos? Y lo peor de todo ¿Quién iba a ser “la novia”? Menudos hijos de puta….

El viejo solo reía ante la cara de cabreo del moreno, Marco trataba de aguantarse para no reventarse, si Ace lo veía el castigo no iba a ser nada bueno, Sting y Rogue, inocentes al fin, dijeron que se vestirían como sus padres, Sting usaría lo mismo que Ace, así no se sentiría solo vistiendo diferente (porque ya estaba decidido que él era la novia), el moreno comenzó a llorar como magdalena.

Y así pasaban los días en el barco de Shirohige, de celebración en celebración y con bromas a los fututos esposos, ya todos estaban al tanto de la decisión de ellos de convertirse en los padres de los gemelos, Ace era el otou-chan y Marco el otou-san, había que diferenciarlos de alguna forma.

Barbablanca divisó un ave mensajera y cogió como siempre el diario, pero esta vez venía algo más, un nuevo cartel de “se busca”, lo revisó con curiosidad y llamó a sus comandantes.

-          Ace, Marco, mirad esto- los jóvenes tomaron el cartel.

-          ¿Trafalgar Law tiene nuevos tripulantes? ¿Y unas niñas?- los gemelos al escuchar esto le arrebataron el cartel de las manos y comenzaron a chillar.

-          ¡Son nuestras nakamas! ¡Están vivas!- los adultos les sonrieron pero los niños de pronto dejaron de saltar y correr y les miraron serios- ¿Ese hombre, es peligroso?

-          Tranquilos, es un supernova, es peligroso pero es un buen hombre, mi hermano me ha hablado de él- Ace les revolvió los cabellos y les tranquilizó- Bueno, ya sabéis que tienen a unas amigas en un lugar seguro, él es el tipo de capitán que no deja que dañen a los suyos, no os preocupéis.

-          ¿Pueden venir a la boda?

-          ¿Eh?

-          Éramos una familia en aquel lugar, solo nos teníamos los unos a los otros, queremos que estén aquí y les conozcan, por favor, otou-chan- Sting le miraba con cara de súplica y el moreno se quedó tieso.

-          Malditos rubios y sus ojos azules….- B-bueno…

-          Me parece bien, les buscaremos- el viejo se le adelantó a Ace, éste le miró incrédulo y los niños comenzaron a celebrar como si no hubiera un mañana.

-          ¿Viejo, qué cojones haces?

-          Si Trafalgar Law tiene a sus amigas podríamos hacer una buena alianza, las cosas están empeorando, Ace, y lo sabes, además, no creo que nos ataquen si están al tanto del pasado de ellas y ven a los gemelos con nosotros- Ace suspiró y Marco le abrazó por detrás rozando sus mejillas.

-          Venga, cariño, será divertido.

-          ¿Acaso soy el único que no es impulsivo aquí?- el viejo, su pareja y los niños le sonrieron de oreja a oreja inocentemente, suspiró largamente y se llevó una mano a la frente- Temo mucho por mi estabilidad mental.

 

Los dos pelirrosas seguían haciendo competencias a ver quién comía más, la tripulación entera reían como descocidos ante la escena, era todo un show. El niño de vez en cuando llamaba a Lucy por el den den mushi, al ser tan cercanos se entristecía si no sabía nada de ella, ya le había dicho su nuevo nombre y al escuchar el de ella se sonrojó como un tomate, pensaba que era precioso.

Bonney le ayudaba a entrenar y a controlar su haki, ella era una usuaria de akuma no mi así que el niño estaba en buenas manos, poco a poco mejoraba su control y peleaba mejor, no le gustaban las armas pero era muy bueno con los puños, la pelirrosa estaba orgullosa.

La noticia de la tripulación de los Heart también llegó a su barco, Natsu comenzó a gritar como loco que eran sus nakamas y llamó a Lucy que también chillaba de felicidad, no sabían nada de los gemelos pero se alegraban porque sus amigas siguieran vivas.

 

Cavendish observaba a la niña saltar de felicidad al escuchar la noticia, al menos parte de su familia estaba viva y segura con el supernova moreno.

Las cosas entre los dos rubios iban de maravilla, se volvieron más cercanos después de lo de Hakuba y Mirajane y éstos cuando salían en las noches, en vez de destrozarlo todo y asesinar a quien se les pusiera en frente, comenzaban a entrenar y a divertirse entre ellos, al menos se llevaban bien y eso era un alivio, no hacían falta dos demonios que intentaran matarse entre ellos.

Un barco de aspecto ojival se acercaba, su capitán, un hombre alto y de cuerpo atlético, con un aro dorado en la nariz, ojos rojizos y unos enormes colmillos en su mandíbula superior, dándole el aspecto de una bestia. Bajo su ojo derecho tiene un tatuaje de dos curvas que le llegan hasta la oreja. Su cabello verde y peinado en forma de cresta con patillas largas y flequillos que le caen a ambos lados de su cabeza y un tatuaje negro en el pecho, Bartolomeo “El Caníbal”, le decían.  

-          ¡Oye, Cabage!- el nombrado abrió los ojos impresionado, no esperaba encontrarse con él por esta zona.

-          ¿Bartolomeo?

-          ¿Qué clase de recibimiento es ese? Te estuve llamando por el den den mushi y no contestabas- el peliverde sonaba molesto.

-          Lo siento…. Han….. pasado muchas cosas por aquí- el chico bestia ladeó la cabeza, no era normal que el príncipe sonara con esa voz tan preocupada.

-          ¿Cabage?- una voz angelical llamó al rubio- ¿Qué pasa?- la niña se asomó en el barandal del barco y observó a Bartolomeo- ¿Quién es él, Cabage?

Bartolomeo estaba en shock ¿QUÉ COÑO HACÍA UNA MOCOSA AHÍ? ¿Y POR QUÉ LE DICE CABAGE? Miraba a la niña y al rubio como idiota, el príncipe suspiró, ahora tendría que explicarle todo al peliverde.

-          Barto, sube- el aludido obedeció, se posicionó frente al rubio y observaba a la pequeña que estaba escondida detrás de las piernas de Cavendish, el rubio acarició el cabello de la niña y poco a poco la llevó al frente- Ella es Lucy, Lucy Heartfilia.

-          ¿Heartfilia? ¿No es ese tu apellido?- el rubio tragó saliva.

-          Sí, ahora está a mi cuidado.

-          …….No sabía que tenías una hija- estaba claro, el peliverde estaba muy molesto, la niña miró a Cavendish y lo notó nervioso, algo estaba fuera de lugar y decidió intervenir.

-          Cabage me salvó- el chico bestia le observó con curiosidad y ella siguió hablando- Estaba varada en un bote con un amigo y me rescató, mi nakama se fue con Jewerly Bonney y ahora tenemos una alianza con ella, Cabage me dio su apellido porque ni siquiera tenía nombre- Lucy apretó los puños y con la mirada ensombrecida lo dijo- Él…. no es mi padre.

El silencio reinó entre los tres, Bartolomeo tenía el ceño fruncido y el rubio estaba enojado, sabía que podría no tomarse bien lo de Lucy, pero no era nadie para exigirle nada, solo eran amantes cuando se encontraban y jamás se dijeron nada de ser pareja, es más, ni siquiera se habían dicho un te quiero o algo romántico, no tenía que molestarse por adoptar a la niña.

-          Sí lo eres- Lucy le miró con sorpresa igual que el peliverde, Cavendish estaba serio, demasiado- Tienes mi apellido, eso te convierte en mi hija, la sangre no significa nada para mí. De todas formas, Caníbal, no creo que lo que haga o deje de hacer sea de tu incumbencia.    

-          ¿Qué cojones? Nunca me había llamado así- ahora él estaba nervioso.

-          Si no tienes más nada que hacer regresa a tu barco, Lucy y yo tenemos cosas pendientes- y sin decir más nada cargó a la niña y entraron a su camarote, dejando al peliverde como un pasmarote en la cubierta.

-          Tsk….mierda

Bartolomeo saltó a su barco y se encerró en su habitación. Estaba jodidamente enojado, vale quizás se pasó un poco pero siempre había sido así de posesivo, sólo él le decía al rubio Cabage, siempre el rubio le prestaba atención al máximo cuando se veían. Ahora tendría que compartirlo con la mocosa. No era nadie para exigirle nada, solo tenían polvos de vez en cuando y seguían cada uno por su lado, pero eso no quería decir que no sintiera nada. Él siempre fue considerado como un animal por sus colmillos y su apariencia de matón no mejoraba la situación, sin embargo, ese rubio tan afeminado y hermoso nunca lo trató con desprecio o asco, odiaba que fuera tan refinado pero a la vez adoraba esa mirada y sonrisa tan pura que le daba cuando se veían.

Al principio peleaban todo el tiempo, uno tan educado y caballeroso y el otro tan….bestia….pero los polos opuestos siempre se atraen y después de una noche de fiesta comenzaron a tener encuentros cuando coincidían en alguna isla o en altamar. Nunca dijo nada de tener una relación, eran piratas, pero las cosas evolucionaron y sabía que la había liado.

Si lo pensaba la mocosa era muy parecida, solo le faltaban los ojos azules, el resto era….era igual a Cavendish. Ahora se sentía como un imbécil, incluso la niña trató de defender al rubio…. Soy un maldito hijo de puta….. Dejó que cayera la noche para hablar con el príncipe, esperaba que no siguiera enojado. No sabía que iba a decirle, nunca fue bueno con las palabras, tenía la esperanza de que el rubio le comprendiera y no llegaran a discusiones mayores, o lo peor, que no le quisiera ver nunca más.

Volvió a subir al barco del joven y antes de poder llamarle una figura pequeña se adelantó hacia él.

-          ¿Bartolomeo?

-          Oh mierda….- Vine a hablar con Cabage.

-          ¿Puedo hablar contigo primero?

-          ¿…? C-claro- ambos se sentaron en la cubierta del barco, al principio no decían nada, hasta que Lucy le sonrió- ¿Qué pasa, rubia?

-          No me digas rubia, mi nombre es Lucy- el puchero que hizo le pareció adorable al peliverde, el mismo que hacía su rubio cuando se molestaba con él, se llevó una mano a su cara y suspiró.

-          Vale, Lucy.

-          ¿Bartolomeo, qué eres de Cabage?

Ya sabía que no eran simples amigos, sospechaba que él era la persona de la que Cavendish le hablaba a veces y…. había otro detalle. Bartolomeo no dijo nada ¿Qué diría de todas formas? No eran nada y no le iba a decir a una niña de nueve años que solo follaban de vez en cuando.

-          Nada, no somos nada- Lucy suspiró.

-          ¿Por qué le dices Cabage?

-          ¿Ah? Pero si fui yo quien le puso ese apodo- Lucy se golpeó la frente.

-          Aaaahhh……Realmente eres un idiota- vale eso no se lo esperaba.

-          ¿Pero qué coño…?

-          Él me dijo….. que solo las personas que más quiere pueden decirle Cabage. Y es obvio que te molestaste cuando le llamé así.

-          ……………..- el peliverde le miraba incrédulo ¿Era en serio? ¿Acaso Cavendish le quería?

-          Jejeje, no te habías dado cuenta ¿cierto?- Bartolomeo se levantó de un tirón y antes de buscar a su rubio le revolvió los cabellos a Lucy y con una sonrisa le dijo.

-          Eres igualita a él- salió disparado dejándola sonrojada pero sonriendo, ahora sí arreglarían sus problemas.

Cavendish estaba tirado en su cama mirando el techo, analizaba una y otra vez el comportamiento del peliverde y solo se confundía más, para ser una bestia era bastante complicado el muy idiota…. La puerta de su camarote se abrió de repente poniéndolo en alerta, abrió mucho los ojos al ver al dueño de sus pensamientos ahí, mirándole intensamente y con un brillo que no había visto antes. Sin embargo no caería ante él, su mirada se volvió seria.

-          ¿Qué haces aquí, Bartolomeo?- el nombrado no dijo nada, cerró la puerta con seguro y caminó hacia él- ¡Bartolomeo, te he hecho una pregunta!- antes de poder replicarle nada el chico se abalanzó sobre él, abrazándole posesivamente y hundiendo el rostro en su hombro.

-          Lo siento.

-          ¿¡…?! ¿Q-qué?

-          Lo siento, Cabage. No me había dado cuenta antes…. Y-yo….mierda.

Comenzó a devorarle sin piedad, Cavendish abrió la boca ante la sorpresa y aunque al principio no caía comenzó a corresponder el beso, volviéndose más desesperado a cada segundo hasta que se separaron por falta de oxígeno.

El peliverde volvió a devorar esos carnosos labios que tanto adoraba y comenzó a bajar, dejando una línea de besos por el cuello, desgarró la camisa de su amante y la lanzó adonde fuera, comenzó a besar su pecho y lamer sus pezones, mordiéndolos a la vez y torturándole primero con uno y luego con el otro. Cavendish se removía debajo buscando fricción con el cuerpo del peliverde y solo podía gemir ante sus caricias. Bartolomeo dejó de torturar sus pezones y comenzó a bajar nuevamente, lamiendo todo pedazo de piel libre y dando pequeñas mordidas, le quitó los pantalones llevándose a la vez la ropa interior, liberando su erección y dejando a Cavendish completamente desnudo y a su merced.

Él también se deshizo de su ropa, dejándose solamente el bóxer, su erección estaba al máximo y temblaba ante la imagen que tenía delante, pero aun quería seguir jugando, quería escuchar sus gemidos y súplicas. Acarició las piernas del rubio por el interior y las fue besando hasta llegar a su miembro, primero le lamió desde la base a la punta, sacándole un gemido lastimero al chico y luego lo engulló por completo, Cavendish arqueó la espalda y casi gritó ante aquello, el peliverde subía y bajaba, lamiendo toda su extensión sin descanso, volviendo loco al rubio, que gemía sin parar.

-          Ah….a-ah….B-Bartolomeo, si ah…. sigues así m-me voy a correr

El lívido del peliverde estaba al máximo, tener al rubio gimiendo, con las mejillas arreboladas, el cabello revuelto y un hilo de saliva saliendo de su boca y corriendo por su cuello era demasiado, su miembro dolía como los mil demonios, aun así aumentó el ritmo, haciendo gritar al chico hasta que se corrió en su boca, tragó todo y llevó sus dedos a la boca del otro, cuando pensó que era suficiente los llevó a su entrada.

Metió uno primero y Cabage se removió un poco, luego otro que si le provocó algo de dolor pero al moverlos en forma circular un tiempo, luego en tijeras y simulando penetraciones logró reemplazar el dolor por placer, finalmente vino el tercero, los movió un tiempo.

-          B-Barto, hazlo ya, n-no puedo más.

-          Aahhh mierda, Cabage.

Sacó los dedos de su interior, haciéndole moverse un poco incómodo, se posicionó entre sus piernas e hizo que le rodearan por sus caderas, llevó su miembro a la entrada y poco a poco fue entrando, llegando al fondo del rubio que prácticamente agonizaba de placer, comenzó a moverse suavemente, besándolo de forma dulce y acariciando su cuerpo, hasta que comenzó a aumentar el ritmo, los besos dulces se volvieron famélicos y el ritmo era imposible.

Cavendish arañaba su espalda y apretaba al chico con sus piernas, estaba llegando a su límite, Bartolomeo le mordió en el cuello, empezó a temblar y arqueó su espalda de forma casi felina, corriéndose entre ambos vientres gritando el nombre del peliverde, arrastrándolo en el orgasmo, quedando exhaustos y jadeantes. Bartolomeo se tiró sobre él y le abrazó posesivamente, el rubio le miraba con curiosidad, esta vez fue…¿dulce? El peliverde escondió su rostro en su hombro y al fin lo dijo.

-          Cavendish, te amo- el rubio se quedó de piedra ¿Había escuchado bien?

-          ¿Q-qué dijiste?

-          Tsk….que te amo, jodida princesa- estaba sonrojado, tenía que ser una jodida broma. Cavendish aun no reaccionaba, Bartolomeo ya se lo esperaba así que jugó su última carta, tomó las manos del rubio y lo dijo- Desde hace tiempo lo hago, solo….no me había dado cuenta, ya sabes….soy un idiota en esas cosas….yo….en serio quiero estar contigo, no solo para esto, quiero….algo más….

-          ¿Q-quieres que seamos pareja?- finalmente reaccionó- Bartolomeo….- el peliverde le besó y le regaló una sonrisa bobalicona, el rubio sonrió- Yo también te amo.

-          Behehe, lo sé- se acostaron en la cama y Cavendish se recostó sobre el pecho del peliverde- Se parece a ti- su pareja le miró con duda- Lucy, se parece mucho a ti, no me molestaría- desvió la mirada y estaba rojo hasta las orejas- cuidar a otra princesa.

Cavendish solo rio, su bestia era realmente dulce cuando quería, ahora lo tenía todo. A la mañana siguiente se levantaron con besos y caricias y al salir del camarote una sonriente Lucy les esperaba. Bartolomeo le revolvió el cabello y le devolvió la sonrisa, haciendo más que feliz al rubio al ver que se llevaban bien. La niña los llevó a una mesa a desayunar y cuando terminaron comenzó a hablar.

-          Barto-chan, hay algo que quiero contarte- Cavendish se tensó ¿Lo contaría todo tan rápido? Confiaba en su pareja pero no sabía cómo reaccionaría ante todo.

Lucy comenzó a contarle su pasado, no dejó nada sin decir, incluso le mostró a Mirajane, al cabo de una hora el silencio se hizo evidente. Bartolomeo le miraba serio y apretaba los puños claramente colérico, sin embargo, se calmó y luego comenzó a carcajearse, dejando a los dos rubios con cara de idiotas.

-          ¿Otro demonio eh? ¿Es que no os podéis parecer más? Behehe…. En fin, no importa- les rodeó a ambos con los brazos- Ahora tengo dos princesitas que cuidar behehe- la niña le miró y con una cara pícara que no presagiaba nada bueno le dijo.

-          Jeeee ¿entonces soy tu princesita?- ante la cara sonrojada del peliverde, Cavendish solo pudo echarse a reír, el chico se rascó la nuca y frunció el ceño.

-          Tsk….si no quieres serlo…

-          Si quiero- le interrumpió Lucy- Baka, otou-san- el chico soltaba humo de la cabeza, solo podía pensar en que jodidamente tierna era la mocosa, la niña se volvió hacia Cabage y con la sonrisa más hermosa le dijo- Otou-chan, ¿entonces otou-san se quedará con nosotros y se unirá a la alianza?

El rubio miró a su pareja, éste le asintió y revolviendo sus rubios cabellos sonrió.

-          Por supuesto que sí.


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