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Bienvenida a casa. por ROOM

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Notas del capitulo:

Hola hola otro cap

POV Autor:

Los gemelos llevaban días varados en el mar, las provisiones se agotaban y no había rastro de alguna isla, al menos no visible hasta donde la vista les llegaba.

-          Deberíamos comer menos, no veo ninguna isla cerca y si nos quedamos sin provisiones no sobreviviremos.

-          ¡Moriré de hambreeeeeee! Tú casi no comes pero yo sí- el rubio infló los mofletes y se cruzó de brazos.

El moreno suspiró con una gotita saliéndole de la nuca- Vaaaaale, seguiremos con las mismas raciones por ahora, al menos no ha habido tormentas, eso sí habría sido un problema.

Horas más tarde los niños vieron algo a lo lejos que se acercaba bastante deprisa, fijándose más notaron que era un flota de barcos, no lograba ver si era de la marina o no pero fue más que suficiente para tensarse y tratar de remar lejos de la flota, no se darían el lujo de ser capturados de nuevo.

La sombra de uno de los barcos los cubrió y cuando alzaron la vista vieron a un hombre muy alto, enorme en comparación con ellos, corpulento y con un bigote con forma de media luna y barba blanca.

-          Mocosos, ¿qué hacéis en medio del océano? Subid- les lanzó una escalera y esperó.

Los niños obedecieron (contra semejante personaje no se negarían), subieron por la escalera y al llegar a cubierta observaron el barco, era enooooorme, lleno de personas que charlaban, bebían o comían como cosacos.

Bueno al menos no son de la marina-pensó el moreno y cuando miró a su hermano este tenía brillo en los ojos y una sonrisa de oreja a oreja, se notaba que era un ambiente fiestero y agradable, con juegos y baile, todo lo que a su hermano le gustaba y sonrió.

Al hombre no se le pasó por alto las reacciones de los pequeños, no era la primera vez que veía esa reacción, pero estos dos mocosos en especial le recordaban a dos de sus hijos más queridos, porque cada uno de su tripulación era su hijo y los cuidaba y protegía como tal. Así que con un tono suave y burlón les habló.

-          Mocosos, aún no me han respondido que hacíais en ese bote-no se le pasó por alto que los niños se tensaron.

-          Nuestra isla se incendió y escapamos en ese bote, solo sobrevivimos nosotros -dijo el moreno y el rubio solo asentía con la cabeza.

-          Mmmmmm….. ya veo- con esas caras es obvio que eso no es todo, supongo que por ahora no dirán nada más-díganme, mocosos, ¿tenéis algún lugar adónde ir?

Los niños bajaron la cabeza y negaron, una sonrisa divertida se formó en el rostro del hombre y comenzó a reír a carcajadas, los gemelos se sobresaltaron y miraban al bigotudo con incredulidad.

-          ¡¿Qué es tan gracioso, jiji?!-gritó el rubio

-          ¡¿Jiji?!- el hombre detuvo su risa al escuchar el mote y volvió a reír aún más fuerte- ¡¡JAJAJAJA SI QUE ERES UN MOCOSO DESCARADO JAJAJA!! Les presentaré a dos de mis hijos, sois muy parecidos- se volteó- ¡ACE, MARCO, VENID AQUÍ, MOCOSOS!

-          ¿Qué ocurre?- un corpulento rubio con peinado de piña, medio moreno, ojos azules y con cara de no dormir mucho se acercó, miró a los niños y luego al bigotudo- ¿Niños? ¿Estaban en el mar?

-          Si, en un bote, les hice subir.

-          Ya veo-respondió el rubio, miró a los niños, les extendió la mano y con una sonrisa suave se presentó-Hola, soy Marco.

-          Hola- respondieron los gemelos y estrecharon sus manos igual.

-          ¿Y Ace? ¿Dónde está?- le preguntó el hombre a Marco.

-          Seguro aún duerme.

-          Mocoso del demonio, ya verá-cogió aire y-¡PORTGAS D. ACEEEEEEE!

Se sintió un estruendo y una puerta se abrió, saliendo de esta un chico igual de corpulento que Marco, de tez morena, cabello y ojos negros con muy pero que muy mala cara.

-          ¡PERO QUE COÑO, JIJI DEL DEMONIO! ¡ESA NO ES MANERA DE DESPERTAR NI A LOS MUERTOS!-gritaba el chico.

-          PUES HUBIESES VENIDO CUANDO TE LLAMÉ, MOCOSO IDIOTA.

Una gota caía por la nuca de los niños y de Marco y suspirando este les dijo- No os asustéis, esto es muy normal en este barco, nunca pasan de insultarse- los niños asintieron y siguieron mirando a los dos que seguían discutiendo.

-          Ace, quiero que conozcas a estos críos, estaban varados en un bote y les subí al barco- El joven, en cuanto escuchó eso, se volteó a ver a los gemelos y con una radiante sonrisa se hincó y les revolvió los cabellos-Hola, soy Ace, ¿y vosotros?

-          No tenemos nombre- respondieron los niños.

-          ………….. ¿Qué?-Dejó de revolverles el cabello y su cara de incredulidad dejaba mucho que decir.

-          Que no tenemos, siempre estuvimos solos.

Los tres adultos se quedaron en silencio, Ace reaccionó y volviendo a sonreír les dijo- Bueno, no podéis andar sin nombres por ahí, tenéis que poneros uno, no podemos decirles mocosos cada vez que hablemos con ustedes- su sonrisa se volvió dulce y los niños sonrieron, hasta que…

-GGGRRRR- El pequeño rubio se ruborizó y Ace se carcajeó.

- ¿Tienes hambre, pequeño?- el rubio asintió y se ruborizó aún más cuando Ace le alzó en brazos y lo sentó en una mesa repleta de comida. A los demás les salió una gotita de la nuca cuando vieron al par comer, eran iguales, parecían pozos sin fondo, sonrieron y Marco puso su mano sobre el hombro del pequeño moreno y le sentó en la misma mesa.

- También deberías comer, estás muy pálido, no les pasará nada en este barco.

- Claro que no les pasará nada porque se quedarán aquí- los jóvenes y los niños se voltearon a ver al bigotudo- Decidme, mocosos, ¿os gustaría formar parte de la tripulación de Barbablanca?

El rubio paró de comer y le miró con un brillo en los ojos tan intenso que hablaba por sí solo, el pequeño moreno sonrió y los jóvenes también.

-          Se quedarán aquí- dijo Ace revolviéndole el cabello a los niños-Aunque deben decidir un nombre.

-          No corre prisa, es algo importante y deben decidirlo bien- dijo Marco con una sonrisa.

-          Todo arreglado entonces, Ace, Marco, os encargaréis de los críos, presentadlos a la tripulación y en la noche les daremos su bienvenida- el bigotudo se retiraba pero antes de entrar a un camarote se volteó- Oh, lo olvidaba, soy el capitán de esta flota: Barbablanca, bienvenidos a la familia, mocosos.

Notas finales:

Bueno voy avanzando, quizás hoy publique otro capítulo más, depende de que tan largo me salga y si me da tiempo, ufff agotador.

Gracias por leer, chauuuu


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