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Era un día tranquilo en el Grand Line, un hermoso cielo azul, sin nubes, una brisa refrescante, era perfecto para una siesta, pensaba un pelirrosa que trataba de dormir, pero cierta rubiecita no se lo dejaría tan fácil-
- ¡¡AAAAHHHH!! PERO QUE…. ¡ESO HA DOLIDO, RUBIA!-el niño se sobaba la cabeza y miraba de reojo a su atacante.
- ¿¡Cómo puedes dormir en un momento como este?! ¡ESTAMOS EN MEDIO DE LA NADA!
- Bueno no es que haya mucho que hacer, rubia, así que si quieres vigila tú y me despiertas cuando veas algo-se volteó y se recostó en el bote, quedándose dormido enseguida y roncando como marmota.
- Si será……. Mooooooooo, ¡¡idiota!!
Resoplándole a los mil demonios se sentó en el otro extremo del bote a esperar a llegar a una isla.
Llevamos una semana así, si no muelo a golpes a ese idiota la comida no hubiese durado ni un día- suspiró largamente-¿Cómo estarán los demás? Espero que estén bien, gemelos, chicas-se giró a ver al pelirrosa y en su rostro se formó una amarga sonrisa-Ojalá yo pudiera dormir con esa tranquilidad, si sólo “ella” no estuviese, todo sería mejor.
Todo estaba calmado hasta que sintió fuertes gritos a lo lejos-Esos no son gritos de auxilio… parecen más de… ¿guerra?-la pequeña despertó al dormilón, de un salto, el niño se puso alerta y observó todo a su alrededor.
- ¡Por allá!- señaló el niño- Son dos barcos y parece q están peleando entre ellos, debemos irnos de aquí, no podemos caer en una revuelta tan grande-pero justo cuando iba a remar contrario a los barcos se acercaba una flota de marines.
- ¡NO PODEMOS IR POR ALLÍ, SON MARINES, NOS MATARÁN O NOS ENCERRARÁN DE NUEVO!-la niña estaba histérica.
- No queda de otra, iremos hacia los barcos, con suerte los soldados se entretendrán con ellos y podremos escapar.
La rubia asintió y comenzaron a remar hacia la batalla. Los barcos eran gigantescos, los niños pensaban que debían ser personas importantes para tener semejantes buques pero no tuvieron mucho tiempo de observar, la pelea estaba subiendo de nivel y solo veían saltar hombres de un arco al otro entre gritos e insultos.
- Son piratas- dijo la niña.
- ¿Piratas?- una sonrisa estupefacta se formó en el rostro del pequeño-¡Entonces son enemigos de la marina! ¡Hay que avisarles que viene una flota!
- ¿EEEEEEHHHHHHHH?- vale que no se le cayó la mandíbula a la rubia por los huesos.
El niño cogió aire y con todas sus fuerzas gritó-¡PARAAAAAAAAAAAADDD! ¡VIENEN LOS MARINES! ¡VIENE UNA FLOTA DE MARINES!-seguía gritando con todas sus fuerzas hasta que los capitanes de ambos barcos se asoman y ven el bote.
- ¿Marines?- preguntó el capitán de uno de los barcos.
- Sí, por allá-señaló el niño-Son una flota grande y vienen rápido.
- Vaya, vaya- habló la capitana del otro barco- Se nos unen a la fiesta los perros jajaja. Supongo que terminaremos con esto después, Príncipe de los piratas.
- Así será, Supernova- respondió el joven.
- Bien. ¡¡TODOS, PREPÁRENSE PARA ATACAR A LOS MARINES, SERÁ UNA ALIANZA PARA DERROTARLES, VAMOS!!
- ¡¡Sí, CAPITÁN!!- respondieron los hombres.
Ambas tripulaciones regresaron a sus barcos y se prepararon para la batalla.
- Ustedes, suban, si os quedáis ahí pueden salir heridos- el joven capitán les subió a su barco- Poneos a salvo- fue lo último que les dijo y se puso al frente de sus hombres.
La flota de marines llegó a los barcos piratas y estos sin dejarles siquiera decir el típico discurso de “ríndanse, los vamos a arrestar” saltaron a los barcos y empezaron a pelear. Los piratas eran muy fuertes, súper fuertes, la flota enemiga era grande pero estaba llena de idiotas y cobardes que salían despavoridos ante el ataque.
En el barco principal de la flota estaba el líder, los capitanes piratas saltaron a este y comenzaron a luchar contra el ejército que protegía al marine, no les costó mucho deshacerse de ellos en realidad. El marine prácticamente sudaba frío ante la escena, pero logró escabullirse y colocarse detrás de La Supernova.
A lo lejos, el pequeño pelirrosa no se perdía detalle de la pelea de los capitanes y, al darse cuenta de lo que haría el marine, corrió lo más rápido que pudo y saltó al barco enemigo, siguió corriendo y se lanzó a la espalda del marine para evitar que la capitana sufriera daño.
- ¡UGH! MALDITO, MOCOSO, SUELTA!!
- CABRÓN, ERES UN COBARDE IBAS A ATACARLA POR LA ESPALDA, COBARDE!!-forcejearon hasta que la capitana golpeó al marine y le dejó inconsciente, se volteó a ver al niño y le tendió la mano.
- Gracias, pequeño, te debo una- le guiñó un ojo- Salgamos de aquí, estos perros ya no ladrarán más- cogió al pequeño y saltó al barco del Príncipe.
Los capitanes se juntaron con los niños mientras sus tripulaciones celebraban la victoria, no todos los días terminabas con una flota de marines.
- Muchas gracias por avisarnos, pequeños- el joven capitán hizo una reverencia de agradecimiento y sonrió.
- Sí, mocosos, bien echo- respondió la mujer- ¡Eh, Princesa! A ver si seguimos donde lo dejamos- sonrió socarronamente.
- Lo lamento, Supernova, pero no será esta vez, ¿no vez que tenemos visita?
- Mmmmmm……. Cierto. Mocoso, gracias por la ayuda, fuiste muy valiente- la capitana revolvió los cabellos del pelirrosa y este sonrió.
La pequeña rubia se mantenía callada y sin mirar a nadie, el joven pirata se hincó frente a ella e intentó hablarle.
- ¿Estás bien?-la niña levantó el rostro y le observó detenidamente, el joven era muy apuesto, de hermosos ojos azules, piel pálida y perfecta, un cabello rubio que caía en dos bucles y con una sonrisa que derretiría a cualquiera, realmente era un príncipe, reaccionó y, sonriendo, le respondió.
- Sí, estoy bien- el rubio acentuó su sonrisa.
- Me alegro. Soy Cavendish, el Príncipe de los piratas. ¿Cuál es tu nombre?- se extrañó cuando la pequeña abrió mucho los ojos y comenzó a jugar con sus manos.
- No….. no tengo nombre.- se hizo silencio, inclusive la capitana del otro barco se impresionó con esto, se volteó a ver al pelirrosa y preguntó, aunque se imaginaba la respuesta.
- Oye, mocoso. ¿Tú tampoco tienes nombre?
- …………. No……. Tampoco tengo…. Y deja de decirme mocoso, kuso baba- refunfuñó el niño.
Se escuchaba el viento y las gaviotas, eso no era buena señal.
- ¿Cómo….. me llamaste….. mocoso?- los hombres retrocedieron ante el tono lúgubre con el que habló su capitana.
- ¡¿MOCOSO?! TE DIJE QUE DEJARAS DE LLAMARME ASÍ ¡TÚ, KUSO BABA!- el niño repetía sin cesar el nuevo mote a la mujer hasta que notó como el aura de ésta se formaba enorme y oscura, un escalofrío le recorrió el cuerpo y justo cuando iba a decir otra cosa notó que unas venas se hincharon en la frente de la Supernova.
- ¡¡MALDITO CRÍO DE MIERDA!! ¡TE VOY A ENSEÑAR A RESPETAR A TUS MAYORES!
- ¿QUÉ? ¿QUIERES PELEA, KUSO BABA?- comenzaron a pelearse y a todos los que les rodeaban les salió una gotita de la nuca.
Los rubios les observaban con cara de hastío y suspiraron.
- Si serán idiotas…. Será mejor pararles.
- Ni lo intentes- le dijo la pequeña- Ese idiota no parará hasta que gane o se desmaye, siempre ha sido así.
Cavendish asintió, se sentaron en el suelo y siguieron conversando.
- Bueno. ¿Cómo terminaron en el mar?- no se le pasó por alto el sutil cambio en el rostro de la niña.
- Nuestra isla se incendió, llegamos al puerto y escapamos en ese bote, llevamos días en el mar hasta que les encontramos, eso es todo.
- Mmmm…. Ya veo- se volteó a ver a los tontos que seguían peleando, notó que la capitana tenía la cabeza ladeada hacia ellos, estaba escuchando la conversación, ella dejó de pelear y se irguió, extendió su mano hacia el niño y con una sonrisa que hasta parecería dulce se presentó.
- Bonney- el niño abrió los ojos como platos y se quedó quieto- Mi nombre es Jewerly Bonney, soy capitana pirata y una Supernova- el pequeño estrechó su mano con la de ella y sonrió de oreja a oreja- Dime, niño, ¿te gustaría unirte a mí?- volvió a sonreír al ver la cara de estupefacción del otro- Eres rudo, me agradas, ven conmigo.
- ………oye, vieja, ¿es en serio?
A Bonney se le inchó una vena en la frente pero antes de poder decirle un par de insultos al crío este le interrumpió.
- SIIIIIIII!!! ¡VOY A SER PIRATAAAAAAAAAA!- el niño corría por todos lados y gritaba feliz.
- Vaya que cambio, se ve lindo así jaja- Bonney sonreía y le miraba correr.
- Capitana- le llamó su segundo al mando, se volteó a verle y éste rió, alzó una ceja dando a entender su incomprensión y el hombre prosiguió- No lo habrá notado pero, ese niño se parece mucho a usted, es como verla de niña.
Bonney miró al chico, es cierto que era como ella, tenía un carácter explosivo y muy problemático, ambos eran pelirrosas solo que el suyo era un poco más oscuro, largo y brillante que el del niño, sus ojos eran violetas y su complexión era delgada, parecía delicada, nada más lejos de la realidad…..
Los rubios observaban la escena en shock, vale que no era normal que Jewerly Bonney, una mujer vulgar y violenta actuara de esa manera, Cavendish estaba impresionado, sin embargo la pequeña rubia suspiró largamente.
- ¿Mmmm? ¿Ocurre algo?- le preguntó Cavendish.
- Estoy preocupada por mi integridad moral, ya tenía suficiente con controlar a ese idiota, ahora por lo que veo no solo la capitana es así, sino que toda la tripulación es igual de problemática- volvió a suspirar- Realmente quisiera un sitio más tranquilo y civilizado para vivir.
Cavendish la observó cuidadosamente, era tranquila, obviamente de carácter dominante para poder controlar a su amigo, inteligente y educada, parecida a él, sonrió ampliamente y miró a la niña que tenía una incógnita reflejada en su rostro.
- Puedes unirte a mí, en mi tripulación no hay salvajes, después de todo…. Soy un Príncipe- sus ojos comenzaron a destellar y un aura brillosa se formó a su alrededor, sacó una rosa roja y se la ofreció- ¿Qué me dices, pequeña dama? Es obvio que entre esos salvajes no encontrarás tu lugar, ven conmigo, estarás segura siempre, soy un caballero, nunca miento.
Ella sonrió y asintió, el rubio le tendió la mano y le ayudó a levantarse, la niña corrió hacia su amigo y le contó de su decisión.
- Entonces nos separaremos- dijo el niño con voz triste.
- Es lo mejor, así hay menos posibilidades de que nos encuentren, además, se ve que te vas con personas fuertes, y yo también, parecen buenas personas, a lo mejor y nos ayuden con nuestra promesa. Recuerda una cosa, siempre serás mi nakama, ese sitio sólo lo ocuparás tú siempre, cuando nos volvamos a encontrar tendremos aventuras como las de oji-san, te lo prometo.
- Sí- el pelirrosa abrazó a su amiga- Nos veremos pronto, nakama.
Por otro lado.
- Bonney- llamó el rubio, la chica se volteó a verle- La niña se va conmigo.
- Entiendo- hizo una pausa y miró al niño, suspiró- Supongo que no podremos pelearnos más, son nakamas- sonrió ante ese comentario- y no fuiste un inútil a la hora deshacerme de los perros marines así que quizás no seas tan mal aliado.
¿Inútil? Si será…….Ah…… no puedo esperar más de ella supongo- Estoy de acuerdo, a partir de ahora, Supernova Jewerly Bonney y yo Cavendish, Príncipe de los piratas, tenemos una alianza.