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DOLLS por Balm

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Notas del fanfic:

Para quienes hayan leído/visto Chobits o Zettai Kareshi entenderán rápido de que va esto. La historia se sitúa un poco antes de que los persocon se vuelvan comunes, en un punto intermedio entre ambos mangas. :P

Era bastante tarde. Se había quedado jugando con Kotaro hasta que se había ocultado el sol, y luego había pasado a comer una hamburguesa y al cine para matar el tiempo. Había visto dos películas... ninguna demasiado buena, pero tampoco terribles... y ahora debía volver a su casa.

Si es que podía llamarla "su casa" realmente.

Suspiró, mirando hacia arriba a aquel gigante de concreto y vidrio. Era un edificio enorme, tan ridiculamente ostentoso como su dueño.

"Ah..." suspiró de nuevo, acomodándose la mochila.

Sabía que debía estar agradecido, pero... no terminaba de estar cómodo. Él prefería los lugares más humildes, más familiares, menos estirados. Como Ryudai. Ryudai era un buen lugar para él...

Entró al edificio y un mayordomo lo recibió con una cordial reverencia. "Nimai-sama" le saludó con voz grave. "¿Puedo llevar su mochila?"

"No gracias... estoy bien..." se alejó un paso de aquel, como si temiera que fuera a robarle. "¡Buenas noches!" se apresuró hacia el ascensor.

"¡Nimai-sama! ¡Espere un momento, por favor!" insistió el mayordomo, siguiéndole. "¡Ha llegado un paquete para usted!"

"¿Un paquete?" Takashi apretó el botón de 'abrir puertas', extrañado. "No espero ningún paquete..."

"Es un regalo, Nimai-sama..."

Nimai-sama, Nimai-sama... le había dicho miles de millones de veces que podía llamarle Takashi y dale con el Nimai-sama.

"¿Un regalo?" Takashi salió del ascensor, buscando el paquete con los ojos. Y entonces lo vio. Una enorme caja con un moño rosa a un costado del hall. El único motivo para no haberse percatado antes de semejante bulto era el apuro. "¿De quién?" receloso, acercándose para buscar una tarjeta. No era su cumpleaños ni nada por el estilo.

"De su hermano" informó el mayordomo educadamente.

Takashi se dio la vuelta, nuevamente dentro del ascensor. "No lo quiero."

"¡Nimai-sama!" insistió el mayordomo, con una gotita corriendo por su frente. "Su hermano me ordenó entregárselo... le ruego que por favor lo acepte."

Takashi entrecerró los ojos y arrugó la boca. Claro. Porque si Han ordenaba algo había que hacerlo... grr. No es como si tuviera opción.

"Está bien, está bien." Igual con llevárselo hasta el departamento no significaba mucho. Luego podría regalárselo a alguien más o quizás dejarlo guardado en la bodega si nadie lo quería, fuese lo que fuese.

El mayordomo suspiró aliviado y sonrió, dando un par de aplausos para llamar a un par de fornidos botones que tomaron el paquete y lo llevaron hasta el ascensor de servicio. Takashi, mientras, firmó el recibo. "¿Alguna idea de lo que es?" le preguntó al mayordomo, sin interés realmente.

"No, Nimai-sama... su hermano fue preciso en ordenarnos no abrirlo, aunque se moviera."

...

Aunque... ¿se moviera?

Takashi parpadeó, ahora preocupado. ¿Quizás era una mascota? Era un poco grande para eso... además, la caja no parecía tener agujeros.

...

Ok, eso no descartaba el que fuese una mascota. Han era lo suficientemente bestia como para tratar a un animal como si fuera una cosa, por lo que ahí dentro podría haber hasta una criatura en peligro de extinción asfixiándose. La sola idea hizo que Takashi se pusiera blanco, y se apresuró al dormitorio rogando por estar equivocado.

Ya arriba, abrió el embalaje lo más rápido que pudo para revisar su contenido.

Y dentro, en una cama de plumavit cuya figura se adecuaba perfectamente, estaba un chico cual muñeca recién comprada. Lo que en realidad era una comparación irónicamente certera.

................

Un cadáver humano.

Esto tenía que ser una horrible, terrible broma.

Takashi empalideció, cayendo sobre sus posaderas. ¿Realmente era un regalo de Han? ¿alguien más lo habría impersonado? Quizás... quizás era un mensaje de la mafia o algo así... él no tenía cómo saber que su hermano no estaba en problemas. De hecho, siempre le había sorprendido que no tuviera problemas.

Tragó saliva.

Un momento. ¿Y si no estaba muerto?

Takashi se abalanzó sobre el cuerpo para tomar su pulso.

Nada. Frío como el mármol.

Apartó la mano como si acabara de quemarse y una lagrimita asomó a su ojo. ¿Y ahora qué hacía? ¿Llamaba a la policía? ¡¿Y... y si esta era una trampa?! ¡¿y si lo incriminaban por homicidio?!

Ohpordiosohpordiosohpordios...

Se levantó, mordiéndose la uña del pulgar y comenzando a caminar en círculos. Lo mejor sería llamar a Han. Por último sabría qué hacer.

Takashi sacó su celular y marcó el discado rápido, nervioso.

"Hermaniiitooo..." sonó la línea, y Takashi pudo imaginarse perfectamente la sonrisa burlesca de su interlocutor. Sabía por qué le llamaba, era obvio. ¿Que te pareció mi obsequio? No, mejor no me digas... no quiero saberlo."

"¡¿Qué mierda, Han?!" le gritó al teléfono, crispado. ¡¿En verdad lo había enviado él?! ¡¿acaso estaba demente?! "¡¿Por qué demonios me mandas un cadáver?! ¡¿Qué pretendes que haga con él?!" Se dio cuenta de que estaba gritando y se hizo piedra, apanicado. Corrió hacia las ventanas y cerró las cortinas, bajó las luces y miró por el agujero de la puerta que no hubiera nadie afuera.

"Es una pésima broma... de verdad... e-es... retorcido..." observó la caja a la lejanía.

"¿Cadáver?" Han se echó a reír. "Serás imbécil. No es un cadáver. Es una muñeca." Se rió y se rió. "Como sea... solo… lée las instrucciones y… diviértete. No me cuentes, no quiero saber." Y le colgaron.

"¿Muñeca? ¿Divertirme? ¡Han, no me cortes! ¡Han!"

...

Ok. Al parecer... no era un cadáver. Pero...

Takashi miró de reojo la caja y se acercó, cauteloso. ¿No era un poco... 'real' para ser una muñeca? Ya se había visto en internet que estaban avanzando un montón con esto de los robots con apariencia humana, pero esto iba un poco lejos. Además... cuando Takashi imaginaba una muñeca, se imaginaba a Barbie. Y esa cosa que tenía allí era claramente un Ken.

En todo caso: ¿qué se suponía que hiciera con él?

......................

¡¿Sería ESE tipo de muñecas?!

Takashi se sonrojó hasta las orejas. Si era el caso, ¿¿¿POR QUÉ DEMONIOS HAN LE HABÍA COMPRADO UNA MUÑECA MASCULINA???

Se tensó como un gato ofendido y rebuscó por las supuestas instrucciones. Venían en una cajita aparte, junto con lo que parecían ser cables y otros accesorios a los que Takashi no prestó demasiada atención. Era un libro bastante grueso.

"Veamos..." se sentó en el piso y buscó el índice. "Encendido. Para encender a su novio vierta unas gotas de saliva propia en su boca; por su comodidad le recomendamos que lo haga mediante un beso, pero esto no es realmente necesario." Leyó.

¿Novio? ¿beso? Takashi no pudo evitar sentirse como esos tipos ridículos que compraban esposas rusas... solo que mucho más perdedor y gay.

"No voy a besar a una muñeca, que Han se joda." Lanzó el manual lejos, cruzándose de brazos ofuscado.

...

Takashi miró a la muñeca. En realidad... no es que fuera horrible. De no saber que era falso y estaba frío, le habría parecido un muchacho durmiendo plácidamente.

Takashi miró alrededor, cerciorándose de que Han no hubiere puesto una cámara o algo así. Parecía ser que estaba todo limpio.

Quizás... quizás solo encenderlo. Por curiosidad. En realidad esa cosa no era ni siquiera un hombre real, así que besarlo no era más que besar un peluche o una taza. Claro. Era solo para ver qué hacía. Luego podría apagarlo, embalarlo y devolverlo sin que nadie se enterara.

Takashi se mordió el labio y se acercó a la muñeca. En realidad... era bonito. Tenía el pelo rubio como un gaijin y la piel rosada y tersa. Su mandíbula era firme, pero no se marcaba tanto como la Kotaro. Incluso, ahora que lo veía más de cerca, veía el detalle de los poros en su piel. Takashi acarició su mejilla. Era suave.

Bien... solo encenderlo...

Takashi cerró los ojos y se acercó, extrañamente nervioso. Cuando sintió sus labios contra los de él, sus mejillas estallaron de calor. Era un poco lindo, en realidad. No recordaba la última vez que había besado a alguien.

- Material genético detectado -
- Iniciando reconocimiento: [Hombre, 18 años, tipo de sangre A+...] -
- Actualizando datos -
- Chequeando memoria interna -
- Chequeando batería: [75%] -
- Inicializando -
- Elevando temperatura corporal a 37 grados -
- ... -

Sin abrir los ojos, el muchacho durmiente devolvió aquel beso suavemente y posó una mano en la mejilla de Takashi, delicado. Takashi entonces se apartó, asustado, y miró a la muñeca confundido.

"Buenos días, amor..." sonrió él dulce, sentándose y peinándose la nuca como quien despierta por la mañana. "Lo lamento, no pretendía asustarte..."

...

¿Amor?

Takashi se sonrojó aún más, sintiéndose fuera de lugar. ¿Le había dicho 'amor'? ¿a... a él?

Observó como se sentaba, realmente sorprendido. Se veía como un hombre. Un hombre cualquiera. Osea... un hombre muy bonito y todo, pero un hombre. Vivo. Humano. No sonaba ningún bip ni zzz ni nada parecido a algo mecánico.

Takashi tragó saliva y se llevó una mano a los labios. ¿Había hecho mal en despertarlo?

El recién despertado observó la inquietud de Takashi y le dedicó una mirada preocupada. "¿Está todo bien?" preguntó suave, inclinándose un poco hacia adelante -hacia él.

"Eh, si, si." Se alejó tanto como el otro se hubo acercado, incómodo, rascándose el brazo sin saber qué hacer ahora. "Lo siento, solo quería... uhm..." ¿Y ahora cómo lo apagaba? Takashi miró alrededor, buscando aquel manual que había lanzado por los aires hacía un segundo. ¿Dónde había quedado?

Ugh...

"Uhm... ¿necesitas ayuda para buscar algo?" la muñeca salió de la caja, cayéndose la manta de seda que hasta ese momento cubría su cuerpo. Y dejándolo literalmente descubierto.

"No, no, solo... quédate ahí un momento y..." lo miró sobre su hombro.

Desnudo. Aquella muñeca venía desnuda.

Takashi sintió que su cuerpo se derretiría por el calor. Aquella muñeca... estaba... muy... bien... dotada.

...

¡¿POR QUÉ ESA MUÑECA ESTABA 'DOTADA' EN PRIMER LUGAR?!

Se dio cuenta de que se había quedado mirando fijamente demasiado tiempo y le dio la espalda a la muñeca, avergonzadísimo. Y luego sintiéndose estúpido de sentir vergüenza. ¡Era una muñeca! ¡Era como ponerse nervioso por ver desnudo a un maniquí! Volvió a mirar de reojo, pero el realismo era demasiado. Aquel chico no parecía una muñeca.

"¿Uhm...?" el observado miró su propio cuerpo, notando el efecto que causaba en Takashi. Y sonrió. Takashi parecía estar de ánimo...

La muñeca se acercó al muchacho por la espalda y lo abrazó dulce, apoyando el mentón en su hombro. "Te ves lindo sonrojado..." susurró en su oído amorosamente.

Tembló completo, sintiendo el tibio aliento del otro en su oído. Aquellos brazos que le rodeaban eran fuertes, firmes, y la muñeca tenía un olor suave y cálido. Era... era realmente una ilusión impactante.

"G-gracias." ¿Gracias? Oficialmente estaba diciendo incoherencias.

Su cerebro estaba dividido. Una parte de él quería decirle que se apartara, pero otra estaba disfrutando profundamente su cercanía. "Ahm... yo... te conseguiré ropa, ¿si?" posó una mano en su antebrazo, sin atreverse a mirarle.

El otro chico se abrazó un poco más, apoyando todo su cuerpo contra Takashi.

"¿No prefieres... que te ayude con la tuya?" besó el costado de su mandíbula, cariñoso.

OooooohpooooooorDioooooooooooooooooooooooooooooooooooooos.

Se apartó. Eso era mucho.

"No. No, no. A ver..." se frotó la sien, temblando. "Yo... uhm... ¿qué eres?" Eso. Si rompía la ilusión no le afectaría tanto.

"Soy tu novio." Sonrió él con una sonrisa dichosa, como si aquello fuera lo más maravilloso del mundo.

Y Takashi se le quedó viendo, sin palabras. Esa sonrisa... realmente... realmente parecía la sonrisa de alguien enamorado.

Eso le hizo sentir un poco triste. ¿Realmente haría esto? ¿Realmente estaba tan desesperado que aceptaría un amor de mentira, de un juguete gigante? Aquel no era una persona... era... era algo así como un robot muy bien hecho. Pero... esa sonrisa... lucía tan real.

Takashi miró el piso con una lágrima en su ojo. ¿Estaba mal si realmente lo consideraba? Se sentía como un adicto frente al objeto de su adicción. "Ni siquiera sé tu nombre..." murmuró, culpable.

"¿Cómo te gustaría llamarme?" susurró despacio, posando ligeramente la mano sobre la cabeza del otro como si temiese romperlo.

¿Así funcionaba? ¿Debía nombrarlo? Si era como una mascota, finalmente...

Takashi suspiró, derrotado. Ya estaba allí. Ya era suyo. Lo peor que podía ocurrir es que Han se burlara de él más de lo que ya se burlaba.

Así que pensó. Un nombre... un nombre... uhm.

"Ren" habló finalmente. Parecía apropiado, dado que significaba 'amor'.

Ren asintió, feliz, y bajó la mano para acariciar la mejilla de Takashi y apoyar su frente contra la de él. "¿Y cómo debo llamarte, amor?" preguntó aun dulce, suave, devoto.

Parecía ser que para Takashi las mejillas calientes iban a ser su nuevo estado natural…

"Takashi... Tashi..." se corrigió. Le gustaba como sonaba Tashi. De alguna forma siempre había soñado que alguien le llamaría así.

"Tashi..." moduló lento, besando su frente, luego su nariz, deteniéndose solo un instante para besar sus labios.

EL otro chico cerró los ojos, sintiéndose tibio.

Lo besaban. Pero... pero no solo lo besaban. Se sentía como si lo amasen. Como si realmente lo amasen. Ren. Él lo había llamado Ren. Y ahora, aparentemente, era suyo. ¿De verdad? ¿De verdad esto estaba pasando?

Lo besó de vuelta, apoyando tímidamente las manos en sus hombros, luego abrazándolo por el cuello. Se sentía tan, pero tan bien. Se sentía tan terriblemente bien.

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Se acurrucó un poco más, cómodo y feliz. Había tenido el sueño más extraño de la tierra, y la verdad no quería despertarse. Quizás... quizás si se quedaba con los ojos cerrados otro momento, podría seguir soñando... Ah. Era como si aún pudiese sentir su aroma. Como si aún estuviese en sus brazos.

Ren lo estrechó suavemente, hundiendo la nariz en su coronilla. Takashi era mucho más pequeño que él, por lo que rodearle no era solo sencillo sino muy cómodo... era como hacer un nido a su alrededor donde acurrucarle, donde protegerle.

Ren había despertado hacía un rato, pero había preferido quedarse allí disfrutando del momento. Takashi se veía tan tranquilo durmiendo, tan plácido, que pensó que de moverse podría despertarle y acabar con su descanso. Además... no quería que el día comenzara aun. En cuánto comenzara, seguro tendría que apartarse de él... y en lo que a él respectaba, no quería que se separaran nunca.

...

Tic. Tic. Tic.

La ceja de Han se movía insistentemente. ¿Qué MIERDA estaba pasando aquí? ¿Por qué Takashi estaba en la cama con un HOMBRE?

"UHÚM." Carraspeó, demasiado fuerte para ser casual.

"¿Uh...?" Takashi abrió ligeramente los ojos, algo aturdido por el sueño. Ese era el típico carraspeo de Han-molesto. ¿Qué había hecho ahora? No recordaba haberse comido ningún último pedazo de tarta ni haber matado por error a ninguno de sus peces.

Se dio cuenta de que estaba en un lugar tibio... y abrió un poco más los ojos, extrañado. "¿Eh...?" sus ojos se pusieron como un par de puntos.

Por su parte, Ren frunció el ceño algo molesto de la repentina interrupción. No sabía quién era aquel sujeto, pero estaba despertando a su Takashi y eso no le gustaba para nada.

"Buenos días, Tashi..." le sonrió dulce, besándole la cabeza y acariciándole la frente con su nariz.

..................................

“Ah, no. No, no, no. Takashi." Bramó el recién llegado, furioso. "¿Qué demonios está pasando aquí?" Tic, tic, tic, tic, tic. El único motivo por el cuál no agarraba a patadas a ese tipo era porque creía que si se acercaba terminaría vomitándoles encima.

Takashi se sonrojó ante el gesto de Ren, aun sin enfocar del todo su atención en ningún lado. Han. ¿Han estaba enojado? Takashi se sentó en la cama, frotándose un ojo y mirando a su hermano sin comprender nada de nada.

Ren... claro. La noche anterior había recibido a Ren. Lo había despertado, le había puesto nombre... y...

Se sonrojó de pies a cabeza. Sí. Habían hecho aquello. Takashi mismo se había sorprendido de haber llegado tan lejos con recién conocerse, pero el comportamiento de Ren le había hecho sentir como si hubieran sido novios desde siempre. Y siendo francos, no era tan importante tampoco. Ren había sido demasiado lindo con él, le había tratado con demasiado amor, le había hablado de manera demasiado dulce. Takashi había caído en sus brazos sin remedio y no se arrepentía ni un poco. Había sido maravilloso... tanto que había creído que había sido un sueño.

"Eh... ¿Han?" se dió cuenta entonces. Claro. Han estaba en la puerta. Takashi se cubrió con la sábana, incómodo. "Uhm, ¿necesitas... algo?" mirando alternativamente a todos los presentes.

"Tú, vete o llamaré a seguridad." Ordenó a Ren, mirándole como a un insecto asqueroso. "Tú, te vistes y vienes a mi despacho ahora." Ordenó a Takashi, girándose con intención de irse por la puerta.

Ren arrugó la nariz. A él no le hacía ni un chiste el asunto, y no iba a aceptar semejante orden como si nada. Sin más, atrajo a Takashi con un brazo, protector.

"No me voy a ningún lado, y él tampoco. Quien quiera que seas, discúlpate y lárgate." Respondió a Han, desafiante.

Ante semejante respuesta a Han le tembló un ojo. ¿Ese degenerado pretendía hablarle así en su propia casa? Ooooh, no, nada de eso.

Han agarró una lámpara que tenía a su lado y se acercó decidido a la cama, claramente con intenciones hostiles.

Ante lo cual Takashi gateó por la cama hasta ponerse entre él y Ren, haciendo de pared humana.

"¡Ey, ey, tranquilo!" trató de calmar, mirando a su hermano con ruego. "¿Qué mierda, Han? ¿No puedo tener un poco de privacidad?" Él jamás había interrumpido a Han luego de que trajera a una chica, ¿por qué no podía tener la misma deferencia?

"¿Un poco de... privacidad?" AAAARGH, esto NO ESTABA PASANDO. ¿Desde cuándo Takashi era homo? Si, ya, de vez en vez él lo molestaba al respecto, pero de ahí a que fuera cierto era otro asunto totalmente distinto.

"Esto es una broma, ¿no? ¿Te estás vengando por lo de la muñeca? ¡Serás idiota! Era mejor que traerte a una puta; ¡no quería que te pegaras algo!" Bramó el mayor, dejando la lámpara a un lado y pateando la cama furiozo. "Ahora para con este chiste y saca a este marica de aquí antes de que devuelva mi café sobre tu cubrecamas."

Ren sintió hervir su sangre y se levantó de la cama -poco le importaba estar desnudo-, avanzó hasta el sujeto y lo agarró por el cuello, levantándolo en el aire. "Tú te largas ahora o te lanzo por la ventana." Amenazó, practicamente mostrando los colmillos.

Mientras, el cerebro de Takashi hizo tilt. "¿Muñeca? P-pero si Ren era la muñeca, ¿no?" ¿Qué estaba pasando?

"¡Ah, Ren, detente!" intervino Takashi, agarrándole por la mano libre para disuadirlo de hostilizar más la situación.

En lo que respectaba a Han, se sorprendió al sentirse alzado y normalmente habría respondido con algún buen puñetazo a su atacante, pero al escuchar a Takashi su cerebro también tuvo un pantallazo azul.

¿Ese TIPO era la muñeca?

"¡¿QUÉ?!" Con un ojo más grande que el otro, absoluta y totalmente fuera de sí. "¡¿CÓMO SE TE OCURRE QUE TE VOY A COMPRAR UNA MUÑECA HOMBRE, PEDAZO DE ANIMAL?! ¡CLARAMENTE HUBO UN ERROR!" Apartando a Ren con un violento empujón, rojo de ira y dispuesto a matar a alguien. Sino a los presentes, a lo menos al desafortunado oficinista que se había equivocado.

Ren frunció el ceño. Una parte de él estaba esperando que al intruso le estallara una vena o algo así. "Hum." Bufó, tomando la mano de Takashi posesivamente.

"P-pero... llegó en una caja... y tenía el manual y todo..." habló despacito el hermano menor, mirando a su muñeca de reojo, luego a Han, luego sus propios pies. Solo entonces reparó en que estaban desnudos, y arrastró de un tirón la sábana de la cama para cubrirlos a ambos torpemente.

"Oh, cielos... ¡¿entonces si te mandaba un mapache también te lo follabas?! Bien. Eres un idiota certificado, pero voy a resolver esto. Vamos a devolverlo, exigir la muñeca que SI pedí para ti y nos olvidaremos de este penoso episodio. Quizás con años de terapia logre olvidarlo." Suspiró Han pesadamente, asintiendo varias veces ante su propio plan.

"¿Devolverme?" Ren parpadeó y miró a Takashi, alerta. No. No quería que lo devolvieran. Eso significaba… significaba que no volvería a ver a Tashi. ¡No podía permitirlo!



Pero...

¿De verdad estaba mal? ¿Tan terrible era él? Aparentemente el problema es que era un modelo masculino... aparentemente eso era algo malo... pero, ¿por qué? Takashi era hombre y era perfecto... ¿por qué era malo que él lo fuera?

Ren apretó un poco más su mano, mirando ahora el piso. A lo que Takashi sintió algo subirle por la garganta.

"NIMAI HAN, DEJA DE COMPORTARTE COMO UN CRIO MALCRIADO Y MADURA." Bramó, haciendo volar cualquier atisbo de dulce pajarito que había sido hasta el momento. "¿Y QUÉ si me quiero quedar con él? ¿y QUÉ si me gusta tal cuál es? ¿y QUÉ si ambos somos HOMBRES? ¡Explícame CÓMO DEMONIOS eso te afecta a ti!" Ooooooh, no. No iba a dejar que semejante rabieta homofóbica le arrebatase a Ren. Sabía que Han podía ser un retardado, pero esto era el colmo.

Y eso era lo último que faltaba. "¡No puedes estar hablando en serio!" Han giró los ojos y se pasó la mano por la cabeza, exasperado. "Takashi, es una MAQUINA. Cualquier cosa que te haya dicho o... hecho..." La imagen le provocó un escalofrío. "... no fue más que su programación. Si quieres les digo a los de la compañía que traspasen los datos al nuevo modelo y ya." ¿Por qué siempre tenía que solucionarle la vida? Era el colmo que estuviera haciéndole una escena de pancarta marica así de repente.

"Tashi... si es un problema..." Ren decidió finalmente tomar la palabra.

"NO-QUIERO-OTRO-MODELO. PUNTO." Abrazó a Ren fuertemente, mirando a Han con cara de me-importa-un-bledo-tu-opinión. "¡Si tanto te molesta, me voy de aquí y así no tienes que vernos!"

Ren sintió que su corazón se aceleraba. Takashi... ¿lo estaba eligiendo de todos modos? Sentía que haría cortocircuito de pura felicidad. "Gracias..." susurró con un lagrimón en el ojo y una sonrisa gigante, devolviéndole el abrazo. "Yo... trabajaré y nos mantendré a ambos. Y cuidaré de ti, ¡no te preocupes por nada!"

Han estaba al borde de una crisis; esta pataleta sin sentido estaba yendo demasiado lejos. ¡Era ver a un niño encaprichado con una pelota defectuosa, pese a que le estaban ofreciendo una nueva! Argh.

"Oh, no señor. No te irás a ningún lado. No te voy a echar solo porque estés siendo irracional. Te haré entrar en razón y terminarás agradeciéndomelo." Declaró, decidido, dedicándole una mirada fugaz a Ren. "Tsk. Ni te atrevas a acomodarte.” Y se dió media vuelta, dando un portazo.

"¡Espera sentado!" Que tipo más prehistórico. Ya, admitía que era un poco raro esto de ser gay de repente... quizás Han solo necesitaba un poco de tiempo para asimilarlo... pero, pfffff, ¡eso no lo justificaba para ser tan descortés! ¿acaso no se daba cuenta de que podía lastimar lo sentimientos de Ren?

... "¿Ren?" parpadeó, notando que este seguía pegado a él y con un lagrimón en el ojo. ¡Han lo había hecho llorar! "¡T-tranquilo, Ren, ya se fue! ¡No le hagas caso!" intentó animarle, dándole unas palmaditas en la cabeza.

"¡Tashi!" llamó alegre solo para decir su nombre, lanzándose sobre él y cayendo ambos sobre la cama, llenando su rostro de besos.

"¡Ah, Ren!" se sonrojó el aludido, moviendo las piernas y los brazos hacia todos lados ante el repentino ataque. Bueno... parecía ser que ya estaba de buen humor. "Jajaja, ya, Ren, jajaja, me haces cosquillas." Rio alegre, apartándole la cara con las manos.

La muñeca se echó a su lado, abrazándolo mimosamente. "Te amo." Susurró feliz, en paz… a lo que Takashi sonrió un poco incómodo.

Quería decirle que él también pero...

Bueno... recién lo había conocido ayer... y...

Se sintió un poco raro de repente. Sería mentira. Le gustaba mucho Ren, era lindo y dulce y todo... pero... no aun. No podía decir que lo amase.

"Yo... debo ir a clases ya... ¿está bien si me esperas aquí? En un rato Han debería irse y entonces podrás salir del cuarto." Uhm, sí. No quería que se encontraran con Han sin él presente.

"¿A clases?" Eso... eso no le gustaba... ¿iba a quedarse solo?

"¿No... puedo ir contigo?" Rogó con ojitos de cachorro. "Prometo no molestarte... y quizás hasta te pueda ayudar."

Takashi torció una sonrisa de circunstancias. "No lo sé... ¿no te aburrirás? Es decir... uhm..." Bueno, no veía problema realmente. La verdad es que dejar a Ren allí igual se le hacía extraño. Mejor sería que lo llevara con él... con tal que en Ryudai seguro no le harían problema.

"Bien, vamos." Aceptó finalmente, levantándose y buscando su uniforme. Uh... "Tendremos que conseguirte algo de ropa... no puedes ir desnudo." Se rió, mirándole con picardía. A lo que Ren se sentó en la cama, flectó una rodilla y apoyó sobre ella su brazo, contemplando a su amante.

“Si… prefiero que solo tú me veas desnudo…” le sonrió.

Takashi le sonrió de vuelta. No había forma que Han lo convenciera. Ya se había decidido. No iba a cambiar a Ren, ni iba a renunciar a él ni aunque lo echaran a la calle y tuviera que comer ratas. Se sentía preparado para cualquier cosa que su hermano pudiese hacer, y esa sonrisa frente a él reforzaba su determinación.

Mientras, Han estaba marcando un número telefónico. “¿Aló? Cállate y escucha. Voy a hacer un nuevo pedido, pero tiene que llegar HOY.”


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