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Te contaré por 1827kratSN

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Notas del fanfic:

Me presento con un pedido nuevo, aún soy nueva por estos senderos asi que... disfruto de los retos yey~

Para todos l@s lectores les ofrezco un TsukiYama 

Notas del capitulo:

Holi~

Les presento un pedido de  Valeryn, shiiii, espero hacerlo bien porque sino... ella me mata, o la termino matando yo  o_o

Dejando eso de lado, tengo que advertir que nada es lo que parece y será un poco raro, un fic cortito con una idea sencilla, espero que lo disfruten 

 

 

Había una vez un pequeño grillo, el cual en la hamaca se mecía, hecha de hojas y un par de pétalos, sujetas con tela de araña, el viento hacía el trabajo de mecerlo. Meditando, el insecto pasaba las horas, solucionando problemas que no existían, así sus vecinos decían que era un desperdicio y nada más, guardarse la sabiduría es algo que no debía pasar…

-¿Esto es una de esas historias que te obligan a leer en la escuela? – cierto rubio hablaba con calma mientras pronunciaba cada palabra con voz suave

-Tsukki, ¿qué haces con ese libro? – un leve sonrojo se posó en sus mejillas, las pecas que lo caracterizaban ahora se veían opacadas

-estaba en tu mesa – le restó importancia a la actitud del más bajo, quien alarmado empezaba a mover sus manos sin saber qué hacer para quitarle el libro

-pero… pero esto no… yo no – trató de arrebatarle el libro, pero el otro solo se movía e incluso se levantó de la silla en la que reposaba – ¡Tsukki! – le reprochó, ahora se arrepentía de acudir al llamado del profesor, solo fueron unos minutos y no se dio cuenta de que dejó eso allí

-Un día una linda mariposa a su lado se posó, con calma una plática comenzó, habló con el grillo con mucha calma, haciéndolo sonreír en un instante, ellos estaban muy divertidos solo con simples palabras, jamás alguien los tenía que interrumpir. Al final del día muchos rodearon a la mariposa preguntando cuantas cosas averiguó y la simple respuesta fue “solo platicamos del clima, de los árboles y sobre todo de comida”

-no lo leas en voz alta – se quejó mientras sin más opción agarraba la chaqueta del más alto y tiraba de él hasta salir del salón, no quería que más miradas se posaran sobre ellos

-es una linda historia – sonrió de medio lado observando que el sonrojo del menor se incrementaba, era gracioso ver como se contrarrestaba con el cabello oscuro que llegaba a ser casi negro

-lo siento, Tsukki

-¿por qué te disculpas?

-yo… ¡solo quiero el libro! – intentó arrebatarlo nuevamente, era hora de estudio libre y afuera no había nadie, gracias al cielo por eso porque incluso saltó un par de veces para intentar agarrar el libro

-¿me ocultas algo? – sonrió mientras le entregaba el libro, no quería que alguien los viera así, además… - y por qué esa historia… ¿no la leímos antes?

-es… es un libro que leímos juntos cuando éramos niños – se explicó mientras apretaba el libro contra su pecho, cubriendo la portada colorida

-ya veo – quiso preguntarle por qué lo tenía, pero tampoco quería parecer tan interesado en el asunto

-yo… yo solo se lo prestaré a Hinata – sin pensarlo se explicó, siempre lo hacía aún si el rubio no lo pedía

-¿Por qué? – el tono que usó fue más duro de lo que debió ser, demonios, ¡se había descontrolado!

-lo siento, Tsukki – el más alto se veía enfadado, solo sentía que debía disculparse

-vamos, casi acaba la hora de…

-es para Natsu – se apresuró a terminar de relatar, un leve rubor todavía recorría sus mejillas

-vámonos – ¿qué demonios estaba haciendo?, no solía perder el control pero… últimamente estaba cambiando de actitud, para ser preciso desde que vio algo que no le gustó nada, empezó a ser más consciente de las acciones de Yamaguchi

 

Tsukishima estaba un poco más tenso, a pesar de que su aparente calma se mantenía ante los demás, hace un par de días había divisado a Yamaguchi conversando con un chico alto, de cabellera azulada, sonreían mucho, y el desconocido se había atrevido a pasar su brazo por los hombros de Yamaguchi. Muchas dudas se posaron en su mente, el sonrojo del pecoso era evidente en aquella ocasión, claro que ese día se dio media vuelta alejándose del lugar, no era asunto suyo pero ¡le molestaba!... su mal humor era visible al día siguiente, su actitud cortante se duplicó, solo pensaba en lo que vio y… ¿Desde cuándo le interesaba tanto lo que pasaba con Yamaguchi? Para ser sincero desde hace mucho tiempo, sin darse cuenta, sin desearlo ese muchacho de cabellera oscura que lo seguía a todos lados, su amigo, era al único que quería como compañía, le gustaba las atenciones que le daba el pelinegro, solo para él, de nadie más y ese desconocido no debía estar tan cercano a… ¡debía dejar de pensar en eso! o preguntarle a Yamaguchi, pero claro mejor decidió quedarse callado

Primero ese muchacho desconocido, que por más que intentaba Tsukishima no lograba olvidarlo y con ello su molestia se mostraba, ahora era Hinata ¿desde cuándo ellos se llevaban tan bien? En el entrenamiento podía verlos conversar, el pelinaranja sonreía al tomar el libro, platicaban con familiaridad, eso era molesto. A veces le desagradaba la amabilidad de Yamaguchi porque ocasionaba que muchos le hablaran, algunos no eran del todo honestos, el pecoso era inocente… al menos ya se acababa el entrenamiento

 

-¿Tadashi? – una voz interrumpió el relato de Yamaguchi hacia Tsukishima mientras retomaban a sus casas

-¿Mark?... ¿q-que haces aquí? – se tensó de inmediato, no pensó que se encontrarían justo en esa tarde

-iba a tu casa, me he perdido y estaba buscando una referencia para orientarme – aquel muchacho sonreía, mostrando un aura de paz, claro que cierto rubio no se tragaba tanta agradable visita, algo raro tenía esa mirada de tono azul cielo, era el mismo sujeto desconocido de la otra vez

-pero creí que te vería la próxima semana – el más pequeño de ellos no se fijó en la tensión que mostraban los otros dos, estaba más concentrado pensando en las razones por las que ese encuentro se dio de repente

-viviré por aquí, mi padre rentó un departamento, nos quedaremos alrededor de un mes –  Tsukishima solo por esa vez decidió quedarse con ellos, escuchando la extraña plática, se le hacía raro que no usaran honorarios, y luego estaba algo que lo descolocó – vamos, te invito a cenar, Tadashi… tu amigo puede…

-Tsuki – interrumpió a Mark en su invitación, no sería bueno que el peliazul llevara a Tsuki con él, podía ser bastante… problemático, las personalidades chocarían y correría riesgo de una pelea, que seguramente Mark iniciaría – lo siento… debo ir con Mark

-bien – mostró indiferencia mientras se alejaba de ese par

-nos veremos mañana, Tsuki – con una sonrisa se despidió; cuando vio al rubio suficientemente lejos enfrentó a su invitado – Mark, ¿qué te dije sobre seguirme?

-no lo hice

-sentí tu presencia – se quejó mientras se acomodaba el cabello con sus dedos

-que honor que alguien como tú perciba mi aura – sonrió acariciando la mejilla del más bajo – vamos – tomó la mano del más joven y lo guió – pide lo que quieras

-¡oye, espera! – trataba de liberarse pero sabía que no había opción más que aceptar – pero… esto cuenta como prueba – sonrió divertido cuando el más alto lo miraba con reproche – es porque has incumplido el pacto, me has seguido

-es imposible no hacerlo, quiero saber más de ti, pequeño – lo miraba con ternura, demasiada

-deja de llamarme así – se quejó sonrojándose pero a pesar de todo ya se acostumbró a ser tratado de esa forma

-deja que te mime mientras pueda, después tal vez no te vea – de nuevo acarició la mejilla del más bajo, inconsciente de que cierto rubio los observaba de lejos

 

 

Tsukishima vio a ese par alejarse mientras conversaban con tranquilidad, esa confiancita que mostraba ese peliazul no le agradaba nada, parecía muy interesado en el más joven, se le pegaba mucho. Quería averiguar que sucedía pero no se rebajaría a espiarlos, ya se le ocurriría como averiguar eso o mejor aún, simplemente debía esperar a que el propio Yamaguchi le contara. Pero al parecer el pecoso no quería decir nada, el siguiente día fue un poco silencioso, al menos no escuchó nada sobre ese tal Mark, el pelinegro evitaba su mirada, sonreía un poco nervioso a veces, buscaba escusas para no entrar en el tema que el rubio quería escuchar, eso no le estaba gustando, mucho menos cuando vio a ese desconocido esperando a Yamaguchi al final de la práctica. Todo el equipo se admiraba al ver la familiaridad que demostraba el recién llegado, cuchicheaban mientras veían a Yamaguchi charlar o reclamar, no sabían bien, al final todo quedó en silencio, ¿Por qué?... Pues no todos los días veían a un desconocido besar las mejillas y abrazar a un jovencito que parecía de piedra por el repentino acto, peor aún debido al silencio, las palabras de aquel chico se escucharon perfectamente, matando a todos los presentes, literalmente, ya que no pensaron escuchar un “te quiero Tadashi, espero que estemos destinados”… ¡Qué demonios estaba pasando ahí! Pero no lograron preguntar nada ya que Yamaguchi se llevó al chico lejos del gimnasio, corriendo como quien huye de su peor temor llevaba a cuestas al desconocido

 

 

Lejos de todo, y respirando  con dificultad, al fin Yamaguchi soltó a su “amigo”, se apoyó en la pared cercana tratando de buscar alguna razón, algo que le dijera que todo era una pesadilla, una ilusión, algo… pero no había nada más que la sonrisa de aquel chico que le superaba en altura

-¿qué sucede, Tadashi?

-¿por qué has hecho eso?... y ¡enfrente de todos! – sus mejillas estaban rojas, negaba constantemente ¡esto no podía pasarle!

-porque es lo que siento – la voz tranquila, esa sonrisa tenue

-acordamos que estabas a prueba, por favor deja de hacer ese tipo de cosas – ahora solo podía pensar en lo que sus compañeros dirían, las preguntas que harían, las cosas que estarían imaginando ¡eso era malo!

-¿acaso no quieres que seamos compatibles? – la mirada se entristeció logrando que el más pequeño se sintiera culpable

-no es eso, lamento si te hice creer algo así – ya no sabía qué hacer, tiró levemente sus cabellos oscuros

-mi mayor deseo es encontrar a mi ser desinado, si fueras tú me sentiría dichoso – el ambiente se calmaba de a poco, pero también el aroma a rosas se daba en aquel sitio

-pero no hemos logrado conectar muy bien, está siendo difícil – mordió su labio, era verdad que varios intentos fallidos debilitaban a cualquiera, la desesperación de Mark que era mucho mayor, no podía imaginarse qué era lo que el ojiazul sentía exactamente

-¿quieres dejar de intentarlo? – aquel desconocido suspiraba pesadamente, era doloroso verlo así

-claro que no, pero necesitamos ser realistas – se acercó a Mark para posar su mano en el hombro ajeno, reconfortarlo era lo único que podía hacer

-todavía tenemos una semana más – sonreía Mark, acarició la mejilla del menor con cariño

-pero debes dejar de hacer este tipo de cosas – dejó que el aroma a rosas desapareciera, no le estaba gustando mentirle, en el fondo sabía que no iba a funcionar

-no me gusta que se te acerquen, soy muy posesivo y lo sabes – tomó la mano del pelinegro entre las suyas, besando el dorso, observando fijamente cada reacción

-pero es mi vida, no tienes derecho a intervenir

-quiero que vengas conmigo, aun si no alcanzamos el nivel necesario

-no lo haré – de pronto el ambiente estaba tenso, ambos se miraban de forma retadora, Yamaguchi se apartó… estaba sintiendo algo extraño

-Tadashi… conservar el linaje es necesario – el rostro serio, la voz profunda, autoritaria

-mi búsqueda recién empieza

-llevo cinco años rogando al cielo que llegue el destinado pero sabes que las posibilidades son pocas

-todavía soy joven, y creo que puedo llegar a conocerlo – se tensó de pronto, esa mirada azul se opacó, estaba empezando a sentirse amenazado

-eres sangre pura al igual que yo, deberías reconsiderarlo

-¡basta! – odiaba tratar de ese tema, se sentía como uno de esos animales que tienen un certificado de pureza, además Mark estaba diferente – el ser puro o no… ese tema no me interesa

-debes saber eso es lo más importante para nosotros – frunció el ceño, estaba observando el temor en la mirada de Tadashi

-vete Mark, ya no quiero escuchar

-te haré entrar en razón – acorraló al menor contra la pared, golpeando con fuerza contra aquel muro justo a un lado del rostro lleno de pequitas – sabes bien que el linaje importa mucho

-por si no lo sabías hace cuatro generaciones mi sangre se mezcló – empujó al otro con fuerza mostrando valentía en la mirada, pero en el fondo tenía pánico al ver la  furia del pelizaul

-lo sé y aun así te doy la oportunidad, con tres generaciones me basta… no deberías protestar – retuvo al menor de nuevo, un agarre fuerte, una mirada amenazante

-ya basta, ¡aléjate! – intentó apartarse pero… el frío empezaba a invadirlo, era una mala señal – ¿acaso intentas obligarme?

-lo haré – acercó su rostro al menor, sus intenciones estaban dictadas, él quería a Yamaguchi pero…

-dijo que te alejes – aquella voz serena logró captar la atención de Yamaguchi que al levantar la vista logró toparse a cierto rubio, Tsukishima sostenía la muñeca de Mark con fuerza alejándola del menor, de un tirón lo apartó de su compañero de equipo,  el pelinegro respiró profundo al verse liberado

-¡no te metas! – gruñó el peliazul quitándose el agarre y a la vez tratando de alcanzar a aquel chico de pecas

-vamos Yamaguchi, los senpais estaban preocupados – ignoró la amenaza, sintiendo que su compañero se posicionaba a su lado

-tú te quedas – tiró de la muñeca del menor, el rubio altanero sin quitar esa expresión serena pero con el ceño levemente fruncido intentó apartarlo, pero Mark fue más rápido y se alejó junto con el pelinegro

-al parecer alguien muestra su verdadera cara – Tsukishima sonrió de medio lado al ver la rabia en esos ojos azules – que despreciable eres

-mira quien lo dice, el idiota que prefiere estar callado

-así que una pelea verbal – aquel muchacho de lentes frunció su ceño, odiaba a ese tipejo

-puedo ver tus intenciones – sonrió Mark, al ver al rubio ponerse serio decidió contraatacar  – no son mejores que las mías, al parecer no soy el único que aprecia tu dulzura, Tadashi – se giró a ver al chico que por alguna razón se mantenía callado

-¡basta! – gruñó furioso soltando el doloroso agarre de su muñeca – no quiero verte más, tu osadía será dicha… tocarme de esa forma – el pelinegro chasqueó su lengua, lo miraba con desprecio – tu padre se enterará de esto – su voz con tono duro, captó la mirada de los otros dos

-¡qué dices, Tadashi! – tembló Mark pues un dolor se entabló en sus pies – ¿acaso estás…?

-se terminó el tiempo – su rostro serio no cambió, a paso firme se adelantó, pasando junto al peliazul quien intentó agarrarlo pero – ¡dije que se acabó! – una brisa fuerte atravesó el sector, Yamaguchi abrió ligeramente sus ojos y Mark mostraba asombro

-¿eso fue? – el peliazul  observaba a su alrededor, la tierra se había movido hacia una sola dirección debido a la ráfaga dejando un sendero bien definido

-si… no hay posibilidades – Yamaguchi suspiró profundo – acabas de romper el pequeño vinculo – susurró solo para que Mark lo escuchara, se calmó un poco o perdería el control total, eso nunca era bueno –

-¡tú fuiste el que lo cortó! – Mark se lo veía indignado, furioso

-no quiero volver a verte en mi camino – fue lo único que dijo el pelinegro, antes de darle la espalda – me disculparé con tu padre después

-ya lo escuchaste… parece que ahora eres despreciable en todos los sentidos – el rubio sonrió con malicia mientras se encaminaba al gimnasio con Yamaguchi a su lado, aunque no entendió lo que ahí sucedió, le bastaba con que el menor se haya desecho del estorbo por sí solo. Pero un leve empujón lo descolocó, Yamaguchi desapareció de su lado, apenas fueron unos segundos y cuando se giró para ver a su compañero, se quedó confundido… Yamaguchi estaba observando al peliazul pero éste se encontraba a varios metros de ellos, en el suelo y soltando un gemido de dolor

-vámonos, Tsuki – se tensó al ver la mirada dorada del más alto, no podía perdonarse perder el control pero si dejaba que Mark atacara a su amigo… eso sería peor. No se atrevió a levantar la mirada pero sabía que Tsukishima lo miraba esperando una explicación – no es nada

-mientes – podía ver lo tenso que el menor estaba

-lo siento, Tsuki – aceleró el paso al ver el gimnasio cerca, pero sintió la presión en su hombro derecho, se giró con temor de esa mirada – yo…

-ingenuo – se guardó las preguntas sobre aquel pequeño asunto, muchas cosas no cuadraban, algunas otras no tenían explicación pero nada le importaba más que la especie de relación que al parecer Yamaguchi tenía con ese tal Mark

-te lo explicaré después – mintió, era la primera vez que mentía a consciencia… pero esos asuntos eran personales, no quería darlos a conocer, al menos no aún

 

 

Continuará…

 

Notas finales:

Espero no haber cometido errores, insisto en que yo no he visto el anime, solo el manga, asi que si escribo algo que no es, por favor avisadme XD

Bueno, nos veremos en la siguiente actualización y si alguno leyó un AsaNoya que publiqué... actualizaré  la próxima semana XD

 

Creo que me metí en un lío con los proyectos pero ñeee, yo solo lo hago para ver a las personas felices

Espero que lo hayan disfrutado

Cualquier duda, reclamo, crítica, lo que deseen pueden dejarlo en un review o a través de mi face (KratSn Fics) los responderé con cariño

Nos vemos

Besos~

Bye-bye~


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