- ¡hey! masamune ¿has escuchado ese nuevo rumor?
- Takafumi ¿Qué pasó ahora?- la verdad ese tipo de cosas no me interesan.
- ¿conoces la página de los ángeles?
- ¿de qué me estás hablando?
- dicen que si entran a las doce de la noche, y buscas en internet ángeles, se abre automáticamente una página web, esta te hace una pregunta, y si respondes bien se abre un espacio, ahí debes escribir un deseo y un ángel viene y lo cumple.
- nadie puede creerse eso.
- ¿te imaginas funcionara? Sería genial.
- vamos a clase. – respondió algo asqueado por lo que las gente puede inventar.
Esa era la vida de takano masamune, un chico de 20 años bastante desinteresado con el mundo, no era que no le interesara lo que sus pocos amigos le dijeran, es solo que tenía bastantes problemas como para preocuparse los demás.
Él no conocía el calor familiar, sus padres no le prestaban mucha atención, algunas veces pensó en convertirse en delincuente para llamar la atención, pero no tenía fuerzas ni para eso. Las novias que había tenido lo dejaban más o menos a las dos semanas, cuanto mucho se acostaban un par de veces, salían al parque y listo, no había sentido nada muy fuerte con ninguna hasta ese entonces.
Llegó a su casa, la cual había rentado desde hace unos meses con su trabajo de medio tiempo en una librería, tomó su computadora y empezó a hacer el trabajo para su clase con el demonio kamijou. “Sí que es tonta la gente que cree en esas idioteces”. Eran las 7 de la tarde cuándo decidió tomarse un descanso y preparar algo para cenar, su teléfono sonó interrumpiendo sus pensamientos.
- takano san, soy yo, mei – “la molesta chica que anda tras mío, de todos modos tal vez salga con ella unos días, al fin y al cabo, es guapa”.
- hola, ¿qué pasa?
- quería preguntarte si mañana me podrías prestar tus apuntes de literatura por favor – “ha ido a todas las clases, vaya excusa más tonta para llamar”.
- está bien, te lo llevo mañana.
- gracias, nos vemos mañana – “cortó la llamada, de seguro sus amigas están felicitándola en este minuto”.
Preparó su cena de esa noche, algo simple, fideos instantáneos, no tenía ganas de hacer nada más elaborado.
“ya son las 8, debo seguir trabajando” se dirigió nuevamente a su computadora, el trabajo de investigación era difícil, pero debía hacer bien su parte, mientras misaki y takafumi hacían la suya, no debía perjudicarlos con algo mal hecho, aunque tampoco le importaba mucho.
Las 11:59, recordó el estúpido rumor… “en serio no puedo estar haciendo esto”. Puso el buscador y escribió ángeles, nada pasó, pero solo para probar refrescó la página. “se está tardando más de lo norm… ¿¡pero qué!? Re direccionando era lo único que salía en su pantalla, hasta que se abrió una web sin dirección, el fondo era azul, y había una pregunta con dos respuestas posibles:
¿Es usted feliz?
a) No lo sé
b) Quiero serlo
La verdad el joven de cabellos negros estaba bastante impactado, no se esperaba eso, se quedó mirando la pantalla. ¿Ser feliz? No creo que mi situación pueda mejorar mucho, eligió la primera opción.
Espere un momento. Siguió esperando hasta que el color de la pantalla volvió a cambiar, ahora era verde limón. Felicidades, usted es una de las pocas personas honestas del mundo, mañana se le cumplirá su deseo. “vaya, idiotez ¿cómo se cumplirá mi deseo si ni siquiera me lo preguntan? Cerró su portátil y se fue a dormir.
takano despertó bastante cansado, tuvo un sueño muy extraño, caminaba por un pasillo lleno de puertas abiertas, en cada una podía verse de distintas maneras, pero todas eran muy extrañas, en una era un famoso escritor, en otra había un niño muy parecido a él, pero con ojos azules, había otra donde tocaba una guitarra, pero solo una le llamó la atención, no pudo distinguir nada mucho más que un joven castaño con ojos verdes, iba a tocar esa borrosa nube cuándo se despertó.
- buenos días masamune – esta vez era misaki quién le hablaba.
- hola misaki, te vez feliz ¿pasó algo? – caminaban juntos camino a la universidad, eran casi vecinos por lo que ese encuentro en el camino era bastante común.
- ¿te acuerdas de nuestro sempai? Usami akihiko.
- sí, ¿pasó algo?
- ¡me pidió salir con él!
- me alegro por ti – “ese brillo en los ojos que tienen las personas enamoradas ¿de verdad una persona te puede hacer tan feliz?ningunas de mis novias me ha hecho sentirme así”.
- gracias, también me dijo que un amigo suyo de nuestra edad va a entrar a nuestra facultad, se llamaba onodera ritsu – “¿de dónde conozco ese nombre?”.
- mmm, esperemos que sea buena gente.
Llegaron juntos a la universidad, misaki se despidió de su amigo después de aclarar unas cosas acerca del reporte para irse con su novio. “hay que tener agallas para ser tan cariñosos en medio de la universidad” pensaba el universitario estudiante de literatura. Ahora que lo pensaba, no tenía un sueño en concreto como el de misaki, que era ser editor de manga, suponía que se convertiría en editor o algo por el estilo. Una voz interrumpió sus pensamientos.
- am, disculpe ¿dónde está la facultad de literatura? – takano se dio media vuelta para ver quién le hablaba, lo que vio lo dejó embobado, un chico castaño, de ojos verdes, igual al del borroso sueño, una voz algo aguda, contextura delgada y una fina piel blanca.
- ¿eres el chico nuevo? – le preguntó el impactado joven ¿acaso la página funcionaba? ¡Eso era imposible! Usando la cabeza, esto solo era una cruel coincidencia del destino, pero algo dentro de él le decía que tal vez…
- sí, pero me perdí en el camino, necesito encontrar la oficina del profesor kamijou
- yo te llevo – algo dentro de él le decía que no se alejara de ese chico ¿quién era? ¿De dónde salió? ¿Qué hacía en su sueño? Con todas esas dudas siguió caminando, investigaría fondo todo lo relacionado con la página de los ángeles.
No prestó nada de atención a la clase, estuvo siempre pendiente del joven castaño. Al acabar el día masamune quería seguir a ritsu, pero la molesta chica del día anterior se acercó a él para coquetearle y pedir los apuntes. Pesadamente takano obedeció sin responder a las miradas coquetas de la chica. De reojo miró al chico que le intrigaba tanto, pero solo pudo ver sus ojos verdes que se clavaban en los suyos. Ninguno rompía el contacto hasta que los ojos verdes se cerraron y dieron media vuelta, quería correr tras él y preguntarle miles de cosas, pero la chica lo detuvo.
- espera masamune, aún quiero preguntarte algo
- no quiero salir contigo – salió corriendo del salón, pero el joven castaño ya no estaba. Sin más decidió ir a la biblioteca a ver que eran esos famosos ángeles. Buscó cuanto libro de teología encontró, pero ninguno tenía las respuestas que buscaba.
Cambió de pasillo y un libro enorme, viejo y de tapa azul le llamó la atención. “ángeles, el sueño del deseso”, que título más extraño, ojeó sus páginas rápidamente sin prestar atención a lo que veía, hasta que se quedó paralizado con una imagen en concreto de las miles que habían, “no puede ser” pensaba el joven, el pasillo de su sueño, las puertas abiertas y los salones algunos más borrosos que otros ¡¿pero cómo era posible?!
El universitario ya se estaba empezando a asustar, así que decidió empezar a leer.
Los ángeles han existido desde la invención del primer sistema de mensajería, sorprendentemente se ha actualizado su método de comunicación. Ellos siempre te harán una pregunta, donde no solo importa la respuesta, de hecho, eso es lo de menos, si no el proceso para llegar a ella. De ese modo ven quienes se merecen la felicidad. Son muy pocas las personas que logran esa bendición.
Todo era demasiado confuso, pero decidió seguir leyendo.
La aceptación de los ángeles tiene una respuesta inmediata, ya que al ir a dormir uno soñará con el pasillo de los deseos. Para entender esta parte hay que imaginar el futuro como un árbol lleno de ramas, dependiendo de las decisiones que uno tome uno puede llegar a uno u otro destino. Pues bien, en el pasillo de los deseos se presentarán todos los finales felices posibles que una persona puede tener, son infinitos, pero los puede ver. La persona en el sueño puede escoger cualquiera de los futuros, y los ángeles te encaminarán hacia él, no harán todo el trabajo, pero estarán cuidándote en todas tus decisiones, aunque nunca los podrás ver, ahí estarán.
No pudo seguir leyendo, demasiada información en muy poco tiempo, en otras palabras, el eligió un futuro donde ese chico estaba involucrado, ¡tenía que encontrarlo!