Un silbido triste y melancólico, un sonido que atraía a la tormenta, llamaba a la calamidad una dulce melodía que atraía a la soledad
Un día de primavera, la estación más bella, un día en que el sol con sus imponentes rayos alumbraba la tierra y brindaba calor a los seres que habitaban en ella
Cantares de los pájaros que animaban la mañana y cortejaban con mucho glamur a sus parejas, era la temporada del amor y la nueva vida
Animales y demás seres se perdían en el dulce néctar del amor, creando nueva vida a su alrededor, una hermosa estación, esa era la primavera en su esplendor
Mas esta se vio interrumpida por un triste silbido que vino del oeste por donde se ocultaba el sol, un melodioso sonido que oscureció el cielo llenándolo de nubes que negras cargaban con mucho líquido vital, el cual comenzó a caer convirtiéndose en una lluvia que caía sin cesar
El silbido continuo y las nubes chocaron causando enormes estruendos que espantaron a todo ser que se profesaba amor
Después de los truenos llego la tormenta, vientos fuertes e indomables que azotaban todo el lugar con gran furor y una triste voz que lamentaba su terrible misión
- ¿acaso esta es mi única opción?, ¿no puedo hacer más que esto?, ¿es necesaria mi existencia?
Eran las dudas de quien emitía tan dulce silbido, su misión y deber tan cruel era su perdición, era tan triste ver su caminar, tan doloroso que no pudo dejar de llorar
Por donde caminaba era su deber causar devastación y eso se le fue impuesto por una maldición que en ningún momento deseo
- Quiero ver el sol
Suspiraba entre sollozos pero aceptándolo al final como todos los años sin negar su desafortunada realidad
- Si tan solo pudiera---
Un irreverente crujido llamo su atención, unas ramas partiéndose causo que sus ojos fijaran dirección hacia donde provenía tremenda molestia
Fue entonces cuando lo vio, sus iris deslumbraban un pequeño ser que pedía a gritos atención y en su ayuda acudió
Se trataba de un pequeño lobo a quien habían herido con antelación y perseguido con mucho rencor por tan solo buscar saciar su hambre que lo mataba desde que su madre murió
Tomo al pequeño en brazos y lo cuido, aunque atraía tormentas su cuerpo preservaba calor y con el tiempo el pequeño lobo sobrevivió
Pasaron los años y aquel pequeño ser se convirtió en su gran servidor, que lo acompañaba en su terrible labor
- Te agradezco que estés a mi lado mi querido amigo, aunque no pueda mostrarte nada más que dolor
El que producía el silbido se lamentó pero su dolor su apaciguado por el calor de quien cuido
- Eres tan amable y puro, me alegro de tenerte a mi lado, quédate junto a mí para siempre
Un abrazo enternecedor los unió, una calidez se compartió y una lagrima rodo por la mejilla de quien en su vida solo siempre estuvo
- Oh gran calamidad que atrae la tormenta concédeme un favor, arrasa mi vida y la de mi gran señor
Palabras llenas de puro odio y rencor retumbaron en los oídos del silbador, para cumplir su deber hacia él se dirigió
- Mi venganza será tomada y tu sangre rociada a los rosales que mi madre cuido, serás la ofrenda para la tumba de quien tanto te amo
Un joven insultaba y clamaba a los cielos por justicia contra el malhechor que había cegado la vida de la madre a quien tanto amo
- No me importa morir si con ello te veo sufrir, arderé en las aguas del averno aceptando gustoso mi castigo solo por ver tu sufrir
La sonrisa sádica y malvada de un hombre miraba por encima del hombro a quien lloraba con gran pesar a quien habían matado solo por negarse a perder su libertad
- ¿Este es el hombre quien tanta maldad ha causado?
El que causaba el silbido se había interpuesto entre los presentes mostrando su mirada gélida que traía el juicio para con el hombre
- Soy quien trae la tormenta y he acudido a tu llamado, por lo cual comenzara la calamidad
El cielo crujió y la lluvia cayó, los vientos azotaron la casa del gran señor
- Tu ser inmundo que oso arrebatar una vida serás castigado a cambio de la vida de este joven que gustoso la dio
Gritos, lamentos y arrepentimiento fueron las últimas palabras de aquel hombre que en su inmundicia se ahogó hasta quedar en el olvido todo su esplendor
- Cumplí con tu deseo por ello me perteneces
El que producía el silbido hablo y el joven asintió, entregándose a él como lo prometió
Ahora se cuenta que un silbido triste y melancólico se oye morar acompañado por unas pisadas de un ser colosal y el cantar de un joven que al caminar canta la historia del comienzo de un amor que nació de una tragedia singular