El día comenzaba en una notaría del centro de la ciudad. Allí estaban reunidas todas las personas de la gran y apoderada familia Uchiha. Todos estaban esperando a que el notario empezase a leer el testamento del difunto patriarca, Madara Uchiha. El notario pidió que cada persona de aquella sala se identificara de forma oficial, pues al ser una persona tan importante el fallecido, este tenía que comprobar en su lista quién estaba permitido permanecer en ese lugar y quién debía irse.
Al terminar de escepciorarse de que todas las personas de la sala estaban en la lista, se da cuenta de que falta una de vital importancia, por lo que el testamento no podía ser leído en ese momento.
William: Siento haberlos traído aquí, pero debido a que falta una persona, el testamento no puede ser leído.
Fugaku: Nuestro tiempo en muy valioso para ser malgastado de tal manera.
William: Lo se Fugaku-sama, y pido disculpas a todos los presentes. Me contactare cuanto antes con la persona que falta, si no es mucha molestia la reunión debe ser aplazada para otro día.
Todos los Uchiha se fueron, por lo que de inmediato, William, el notario, trato de ponerse en contacto con la persona ausente, tal como el señor Madara Uchiha le estipulo en una carta personal, junto con su testamento, antes de morir.
Por la puerta volvieron a entrar la familia principal de los Uchiha, debido a la curiosidad que sentía la esposa del actual patriarca.
Mikoto: Perdone, señor William.
William: Tranquilos, pasen. ¿Hay algo en lo que les pueda ayudar?
La dulce sonrisa de aquel hombre, que entraba tímidamente a la vejez, con su barba blanca, expresaba confianza y afecto a cualquier ser humano.
Mikoto: Sí, me gustaría saber quién es la persona que ha faltado hoy.
William: Claro señora Mikoto-sama, su nombre es Uzumaki Naruto.
La sangre de Fugaku, Itachi y Sasuke se heló como glaciar al escuchar dicho nombre. Los dos mayores miraron a Sasuke.
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Al final todos volvieron a la gran mansión, en la cual vivían prácticamente cada persona del clan Uchiha de Japón, excepto algún que otro que prefería vivir algo más apartado de ella. La familia entró a la casa, donde Sakura les estaba esperando.
Sakura: Hola mi amor, ¿qué tal el asunto del testamento?
Sasuke: Hmmm.
Sasuke la ignoró por completo, pasando de largo, y como de costumbre se encerró en su despacho a trabajar. Donde tan solo él podía entrar, pues a nadie más se lo permitía. Excepto el mayordomo principal de la mansión, Gabriel, que entraba en secreto, a llevarle té o charlar con él.
Sasuke se sentó pesadamente en su cómodo sillón de cuero negro, detrás de una mesa. Observó durante unos minutos la habitación, llena de estanterías con numerosos libros de toda clase, pero en su mayoría de contabilidad y empresas. Giró la silla hacia el gran ventanal de cortinas rojas.
Sasuke: (susurro) Naruto.
Volvió a girar la silla y buscó en uno de los cajones de su mesa, sacando algunas fotos. En ellas aparecía un chico joven, alegre, pues su sonrisa ya era radiante, sus cabellos como rayos de sol y sus ojos como un par de lagos de agua cristalina.
Sasuke: "Ojala estuviera a tu lado Naruto. Quiero verte, quiero verte, mi Naruto"
El pelinegro notó como por su rostro se resbalaban unas gotas de agua salada.
Sasuke: "No debes llorar imbécil, ya no eres un niño pequeño, eres un Uchiha. Ojala no hubiese nacido con ese maldito apellido. Si no lo tuviera... ahora estarías entre mis brazos"
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Los días pasaban lentamente tortuosos para Sasuke, que ansiaba volver a saber algo de Naruto, después de todos esos años de agonía que había vivido. El día de la reunión al fin llego. Todos los Uchiha llegaron juntos a la notaría, pero se sorprendieron notablemente al ver a Uzumaki Naruto hablando amenamente con el notario.
Sin poder evitarlo Sasuke corre hacia él para estrecharlo al fin entre sus brazos, y poder volver a la vida, pues él solo se sentía como un muerto que seguía con su monotonía y su trabajo. Antes de llegar a su rubio William lo para.
William: Venga Sasuke-sama, hablemos.
Sasuke: ¿Por qué me apartas de él William?
William: No debe acercarse a él precipitadamente Sasuke-sama.
Sasuke: Dame una buena razón antes de que te aparte.
William: Él.... (suspiro) él perdió la memoria hace tiempo. No sabe quién es usted.
Sasuke: ¿¡Comó!?
William: Fue en un accidente de coche hace ya muchos años. Lo siento mucho Sasuke-sama, se que usted le tenía en gran estima.
El corazón de Sasuke dio un vuelco por completo, se oprimía duramente en su pecho. Si hubiese estado solo se hubiese puesto a llorar desgarradoramente, pero aquel no era el momento. A pesar de todo el dolor que sentía, sacó fuerza de la nada para seguir en pie, y apenas expresar lo que por mil veces le pasaba.