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Vamos a festejar por Lauui

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Notas del capitulo:

Feliz dia Aokaga para tod@s!

Yo solo queria dejar algo para hoy, asi que me apure con esto, entonces aunque sea una historia corta espero que les guste x)

 

 

El día había llegado a su fin y con el triunfo de Vorpal Sword todos en el equipo, así como los más allegados a ellos habían decidido ir a festejar de última hora.


Cómo siempre el departamento de Kagami era el lugar más fiable para desarrollar dicho evento. Y así poco a poco el departamento comenzó a llenarse con personas, la pequeña mesa con alimentos y el refrigerador con bebidas. Desde refrescos, hasta algo de alcohol que los sempais graduados habían conseguido para amenizar el ambiente, y brindar un poco por aquél gran logró.


–Gracias por prestar tu casa para esto Kagami-kun –expreso el peli celeste en nombre de aquellos que lo acompañaban.


Al terminar el partido cada uno se había retirado a su casa para descansar un rato y prepararse para la noche.


–¡Llegan tarde! –se quejó abriéndoles el paso a los seis recién llegados. Porque en aquel recinto los únicos que faltaban eran aquellos de cabelleras extravagantes, y quienes por cierto eran los principales motivos de la fiesta.


–Taiga empezaba a impacientarse –comentó Himuro con una sonrisa a los recién llegados.


–Por supuesto, muero de hambre –aclaró y miró a Riko, que junto con Hyuga le habían prohibido siquiera acercarse a los alimentos para evitar que arrasara con ellos


–Está bien, ya que estamos todos presentes podemos empezar –dijo alegré la castaña y así dio luz verde al pelirrojo para empezar a llenar su estómago, en el cuál no había caído alimento en todo el día gracias al alboroto que se formó en su casa con los preparativos que habían sido hechos mayormente por sus compañeros de equipo en Seirin.


–Pero antes... –interrumpió Takao quién salió de entre la multitud con botella en mano hasta llegar al frente de la puerta de entrada dónde aún estaba la kiseki no sedai, y se acomodó a un costado de Midorima quien lo miró de reojo acomodándose los anteojos –...¡vamos a brindar por la victoria contra Jabberwock!


El grito de muchos se dejó escuchar apoyando la idea del peli negro, y los vasos plásticos fueron llenados y repartidos rápidamente.


–¡Salud! –Levantó su vaso al frente en cuanto notó ya todos contaban con su bebida –felicidades~ –se giró y pasó su vaso por cada uno de los milagros dedicándoles una sonrisa hasta detenerse en el peli verde –felicidades, Shin-chan~ –su vaso chocó con el del más alto, y tras oír el coro de "felicitaciones" detrás suyo bebió por completo el líquido.


–¡A comer! –dio media vuelta, y cómo si fuera la señal que todos estaban esperando, una multitud se encaminó hasta la mesa donde había pizza, hamburguesas, y todo tipo de alimentos chatarra.


–Maldición... –farfulló Kagami y se abrió caminó rápidamente, ya no soportaba los rugidos de su estómago gritando por comida.

 

 

 Una vez todos terminaron de satisfacer su apetito pequeños grupos comenzaron a formarse a lo largo de la sala para hablar animadamente sobre las mejores jugadas del día, por lo tanto los cumplidos no dejaban de llegar a cada uno de los milagros.


Hasta que el velo de la noche cubrió en el exterior, y en la fiesta el alcohol empezaba a hacer de las suyas en aquellos que decidieron beber sin reparo.


–Oi, Bakagami. A qué me lucí, ¿cierto? –dijo el moreno mientras tomaba asiento en el apoyabrazos a lado del pelirrojo ya que no había lugar libre en la sala donde el pelirrojo escuchaba las historias que el base de Shutoku llevaba rato contando sin parar.


Kagami lo miró de reojo y se movió levemente para hacer espacio al recién llegado.


–Bakagami, lo hice genial ¿a qué si? –insistió buscando los ojos rubís con insistencia, a lo que Kagami tuvo que rehuir a la cercanía del otro expresando molestia en su expresión.


–¿Has estado tomando, imbécil? ya déjalo –le arrebato su vaso con brusquedad y lo dejó en la pequeña mesa de centro para volver a enfocarse en la conversación general que ahí se estaba desarrollando.


–Kagami, deja de evadir mi pregunta –de un movimiento le halo del hombro para atraer su atención nuevamente.


–¿Aomine-kun quiere recibir un halago de Kagami-kun? –pico el chico fantasma quién escuchaba su discusión sentado a un costado del tigre que le fulminó con la mirada ante su comentario cargado de burla.


–Claro que no, este tipo sólo quiere molestar...


–Solo di que soy cool –pasó su brazo por sobre sus hombros atrayéndolo ligeramente hacia sí.


–Oi, imbécil. Déjame en paz...


–No sabía que habían empezado a llevarse tan bien –el peli celeste miraba divertido la escena que el par de luces estaba desarrollando. Y es que aunque todos sabían que ése par había empezado a quedar a escondidas para jugar básquet, seguían pretendiendo odio mutuo cada que algo más grande era organizado.


–Alucinas –dijo aun forcejeando al agarre contrario que se había aferrado aún más ante sus intentos de escape.


–A mí me lo parece –se encogió de hombros e inocentemente volvió la vista al frente pretendiendo regresar a prestar atención a la conversación del grupo.


–Y tú, imbécil mala copa. Suéltame ya.


–Kagami... vamos a tu cuarto –susurró apoyando sus labios directamente sobre su oreja causando un estremecimiento en el cuerpo contrario, quien le empujó y se alejó con rapidez.


–¿Eres imbécil? –miró de reojo qué tan atentos estaban sus compañeros en ellos, pero por suerte todos parecían metidos en sus propios asuntos.


–Hace mucho que no lo hacemos... vamos a tu habitación... –dijo arrastrando las palabras y su mirada sería se clavó en Kagami, que parecía tenso por su repentina conducta.


–C-claro que no, mi casa está llena.


–No importa –acaricio su mejilla, y su mirada azul se intensificó notoriamente.


–Y estás borracho –capturó la mano que se paseaba con delicadeza en su rostro y miró con seriedad al moreno que acortaba la distancia entre ellos –Aomine... –susurró suplicante cuando pudo sentir el aliento caliente chocando contra sí –nos están...


–Te necesito ya... –su voz ronca vibró sobre los labios contrarios de los cuales un suspiro salió al contacto.


–... Yo... también –soltó con voz queda antes de responder a aquel beso que tanto deseaba mandando al demonio a su subconsciente que gritaba por mantener la cordura.


Enredó sus dedos en las cortas hebras color azul y su boca adoptó el ritmo de los labios contrarios que acariciaban devotamente sobre los suyos.


–Jugar en el mismo equipo... los entrenamientos contigo... fue todo genial, pero realmente... extrañaba esto... –dijo el moreno pausadamente mientras recorría la distancia suficiente hasta llegar al cuello del pelirrojo, donde continuó besando con mayor intensidad provocando escalofríos en el mismo.


Kagami rio internamente ante la sinceridad que el alcohol estaba provocando en su mayormente malhumorado y orgulloso rival, pero la succión que arremetía contra su cuello desestabilizo el ritmo de su respiración que se convirtió en jadeos que apenas y podía controlar.


–Ah... espera, no dejes... marcas –apretó los ojos, y los puños sobre la camiseta contraria. Realmente había pasado un tiempo desde que siquiera se tocaron, y estaba sintiendo demasiado el tacto sobre su cuerpo.


Ignorando las palabras contrarias continuó chupando con mayor fuerza sobre la misma zona, y deslizó sus dedos por toda la columna vertebral contraria hasta el borde de los pantalones del mismo, haciendo que el tigre se encorvara a su paso.


"Eres tan sexy" se alejó levemente con el fin de decir aquéllas palabras, pero en su lugar se cruzo con unos ojos que le miraban detenidamente cortándole de lleno.


–...

 

 

–¡Eres un imbécil Bakagami! –gritó con verdadera molestia con su celular en mano mientras que Kagami caminaba de un lado a otro recogiendo la basura a su paso y colocando todo en una bolsa plástica.


–¿Qué? el imbécil eres tú, ¡Ahomine! –respondió con el ceño fruncido sin dejar en ningún momento de hacer lo suyo.


–¿Quién mierda se cree éste imbécil para mandarme un mensaje así –farfulló oprimiendo teclas con más fuerza de la necesaria.


–Tch... porque no vuelves a dormir y terminas de callarte... –dijo ya fastidiado.


Luego de haberse ganado la atención de todos los invitados Aomine se adelantó a su recámara dónde cayó dormido enseguida, mientras tanto él terminó teniendo que lidiar con los cuchicheos, miradas, y una que otra pregunta atrevida.


No habia podido huir y en consecuencia ganarse más rumores de los necesarios encerrándose en la habitación con Aomine, porque suponía que haberse dejado llevar ya era suficiente error por su parte.


–Quién quiere dormir... voy a matar a éstos idiotas –respondió sin perder de vista la pantalla del móvil que vibraba continuamente en sus manos.


–Claro... –suspiró y froto sus ojos que ya picaban del sueño, pero de hecho el pelirrojo era muy ordenado cuando de su departamento se trataba, y dejar el desorden tal cual había quedado no era una posibilidad, así que continuó limpiando mínimo las manchas de los alimentos que podrían complicarse más tarde.


Una vez despejó su sala de estar se sintió conforme cómo para permitirse dormir de una vez por todas.


Dejó sus utensilios de limpieza en cualquier lugar mientras bostezaba y emprendía camino hasta su habitación prácticamente con los ojos cerrados.


–¿Eres un maniático de la limpieza, o algo así? –dijo el moreno con una sonrisa burlona sin perderse ningún movimiento del pelirrojo.


Ya hacia un rato había dejado a un lado su celular para mirar divertido a Kagami haciendo las tareas cómo todo un zombi.


–Si... gracias por la ayuda... –dijo sarcástico con una fulminante mirada que careció de efecto alguno.


–De nada –respondió mientras se encogía de hombros –entonces Bakagami, vamos a hacerlo –se levantó del comedor dónde había estado sentado todo el rato y avanzó tras él.


–Vete a la mierda –abrió la puerta que daba a su recámara y levantó las sábanas dispuesto a acostarse.


–Hablo en serio.


–Entraste dos veces a la zona, que hay con ésa resistencia del demonio –intentó bromear mientras se acomodaba sobre la cama y cerraba sus ojos con pesadez.


–No tiene nada que ver, ¿cuánto tiempo crees que me he estado aguantando?


–Exactamente... ¿una semana?


–La más larga de mi vida –se acercó al borde de la cama y se dejó caer a un costado de la misma para luego clavar sus labios en la nuca contraria y depositar un suave beso sobre la misma.


–Qué pasa contigo hoy... –se removió ante el cosquilleo y abrió los ojos nuevamente –ya en serio, ¿qué tanto tomaste, imbécil?


–No demasiado, en realidad...


–Sí, claro –se burló y resignado de dejarse envolver por los brazos de Morfeo se giró hasta encarar al moreno, quién no se movió ni un milímetro ni siquiera cuando el pelirrojo unió su frente con la suya y sonrió con algo de prepotencia –entonces pareciera como si realmente te gustará mucho.


El silencio reinó por unos segundos en los que Kagami no vio ni indicios de obtener la respuesta que esperaba por parte del más alto, así su sonrisa desapareció de su rostro que adquirió un semblante serio.


–Bebí mucho, está bien...


Un suspiro salió desde el fondo de su garganta y llevó su mirada hacia el blanco en su techo intentando recomponer su acelerado corazón.


–...y se me salió de las manos, pero todo fue porque...


–Está bien, eso fue mi culpa –realmente no quería hablar sobre el tema, pero Aomine no pensaba de la misma manera, así que continuó.


–Estaba realmente ansioso por estar contigo hoy, se suponía que era para tranquilizarme un poco, pero sólo sentí que te deseaba cada vez más...


El ambiente se notaba tenso, y más con los largos silencios que estaban formándose tan continuamente.

 

–En el juego de hoy... –su voz vacilante se dejó oír suavemente, y la mirada azul se clavó en su perfil esperando con curiosidad –en el partido de hoy, lo hiciste genial. Yo... realmente no podía apartar mis ojos de ti... –de soslayo pudo ver una pequeña sonrisa formándose en el rostro contrario sintiéndose avergonzado al instante y arrepentido de haber abierto la boca sin pensárselo antes.


Pero no iba a echarse para atrás justo a la mitad, así que continuó.


–Eres... realmente cool... –su rostro se tiñó en color escarlata cuando la risa de Aomine se dejó oír resonando por toda la habitación.


–Eso no era necesario –respondió aún entre risas y cuando pudo contenerse un poco se rascó en la nuca mientras desviaba la mirada –lo hice... supongo que fue lo primero que se me ocurrió para acercarme a ti... pero bueno, supongo que soy muy genial –sonrió con su característica sonrisa altanera y Kagami se incorporó echando humo.


–Maldito...


–Oi, Kagami...  –su semblante se puso serio de un momento a otro, y buscó los ojos del pelirrojo que parecían brillar intensamente aun bajo la tenue luz del amanecer –me he dado cuenta de algo...


Su cuerpo se tenso cuando su mente divago en las posibilidades hasta que el tacto de aquellos labios sobre los suyos lo sacó de sus pensamientos –...


–Kagami... –susurró mientras capturaba su nuca y atraía más hacía si para intensificar el beso.


Sus lenguas se enredaron sin dudarlo ni un segundo en una batalla de roces en la que dominar o llevar el control no era el objetivo principal, si no saborear y devorar cada rincón de aquellas cavidades que tenían el poder de encender con su calidez cada rincón de sus cuerpos.


–Aomine... espera... –dijo jadeante separándose levemente del moreno que aprovechó la oportunidad para acomodarse a horcadillas sobre el –espera... no puedo, yo...


–Lo necesito, Kagami... realmente no puedo esperar... –sin perder el tiempo deslizó las manos por debajo de la camisa del pelirrojo y acarició su piel con insistencia –vamos a hacerlo... al menos déjame tocarte...  –su voz ronca fue acallada por Kagami que profundizó en un nuevo beso que correspondió al instante.


–Lo siento, por meterte en rumores... en la fiesta... –dijo entre jadeos y con voz pausada halando la playera de Aomine hasta deshacerse de ella.


–De que hablas... –frunció el ceño pero imitó a su compañero quitándole la playera de un movimiento, para pasar a desabrochar sus pantalones con maestría.


–Estabas borracho, todos se dieron cuenta... puedes... culparme por todo, no me importa.


–¿Eres imbécil? está claro que fui yo quien se lanzó encima tuyo –sus movimientos se detuvieron en seco y sus cejas terminaron de unirse con molestia.


–También fuiste tú quien lo detuvo, así que está bien –sintiendo la ausencia de cualquier toque sobre su cuerpo se abalanzó al cuello moreno el cual besó con insistencia.


–No haré eso –sus manos se aferraron a cada uno de los hombros contrarios y de un movimiento lo alejó lo suficientemente para hacer contacto visual –¿y sabes porque? –su enfado pudo notarse en su voz que salió más grave al hacer aquella pregunta.


Las extrañas cejas de Kagami se fruncieron con molestia y se alejó hasta zafarse del agarre para sentarse por su cuenta  –¿cómo mierda voy a saberlo?


–Porque eres el idiota más malditamente difícil.


–... ¿Perdón? –soltó con irritación ¿qué mierda se suponía que significaba aquello?


–Que se jodan los demás, ¿qué vas aprovechándote de cada borracho que se cruza en tu camino? ¡qué clase de estúpida mentira es esa!


–¿Qué mierda...? ¡no es lo que yo dije!


–¿Y luego qué? ¿lo harás creíble por mi bien?


–¿Por qué no te mueres? –alcanzó la almohada a un costado suyo y la lanzó directo al rostro del mas alto para hacerlo callar de una vez por todas –¿quién mierda te entiende? te molesta que los demás te molesten con malditos mensajes sin sentido, ¿y también poder zafarte de ellos?


–No entiendes...


–Tch... buenas noches –se acostó calmadamente decidiendo ignorar todo para evitarse el hacer mas corajes.


–Escucha... –se acercó hasta acomodarse detrás suyo para acostarse y clavar su cabeza sobre la espalda del pelirrojo intentando calmarse a sí mismo –los mensajes no me importan... Los mensajes no tienen sentido. –Inhalo profundamente para capturar todo lo que más podía de aquella fragancia que tanto le gustaba, y la única que le hacía dormir tranquilo cada que la tenía cerca suyo –hasta qué te mencionan a ti.


Sus ojos color rubí se abrieron con calma, y luchó por no girarse hasta terminar de escuchar todo lo que el peli azul tuviera que decir.


–No me hagas decirlo, estúpido Bakagami...


–¿Eres bipolar acaso? –soltó luego del quejido que salió desde el fondo de su garganta cuando los fuertes brazos le rodearon de la cintura y apretaron con fuerza.


–Es tú culpa... –respondió con los labios apretados sobre la piel ajena ahogando levemente el sonido de su voz –y no se te ocurra hacer nada respecto a lo que pasó en la fiesta.


–... ¿Tengo prohibido hablar sobre el tema? –levantó una de sus cejas y soltó con cierta burla.


–No hay nada que aclarar, debió de haber quedado completamente claro para todos.


–¿Qué demonios se supone que significa eso? –con la ayuda de su codo se apoyó sobre la cama girando levemente el cuello con el fin de encarar al moreno que no le soltó en ningún momento dificultando su tarea –Oi, Aomine – insistió dando leves empujones en los brazos que le tenían sujeto.


–Que estamos juntos, claro.


Sus ojos se abrieron con sorpresa, y cada rincón de su rostro comenzó a arder de la nada.


–Y... ¿qué significa... eso para ti...?


–...


–¡Ahomine!


–Significa... que nadie se puede acercar a ti, porque eres mío... y soy tuyo...


Una pequeña sonrisa se comenzó a instalar sobre su rostro, y tuvo que aspirar una gran bocanada de aire para poder continuar sin que su voz le terminará traicionando –¿por qué mierda tienes que complicar tus palabras de más? –con gran esfuerzo se dio la vuelta hasta lograr acomodarse a la altura del moreno para apoyar su frente contra la suya –...yo también te amo... –susurró mientras dejaba un delicado beso sobre un sorprendido Aomine que hervía de vergüenza.


–Y-ya lo sabía.


–Por cierto, ya hace rato que se me fue el sueño. Entonces... ¿deberíamos... continuar dónde lo dejamos?


–Joder, si –en un ágil movimiento se coloco encima del pelirrojo que aprovechó para acercarse lo suficiente e iniciar un beso profundo.


–¿Sabes durante cuánto tiempo he estado esperando por esto? –preguntó de la nada con una gran sonrisa pintada en el rostro.


–¿Una semana? –siguió el juego levantando levemente una ceja.


–No... –mordió su labio por un segundo y continuó –toda la vida.

 

 

Notas finales:

Gracias por leer ^^)/

 


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