Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La sombra del Amante por Silvia_Riffie

[Reviews - 161]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Sí, es la típica idea del hermano gemelo que usurpa el lugar del otro, mas en esta oportunidad, la cosa será diferente, lean y veran.

Notas del capitulo:

Holas, que tal, esta es otra idea loca que me encantó realizar, espero que les guste y le den una oportunidad.

Dos meses, habían transcurridos sesentas días de ensueños, ni su más loca imaginación creó el maravilloso escenario en el cual estaba viviendo, Namikaze Naruto sonrió tontamente mientras caminaba con paso danzarín hasta su armario, buscando una linda tenida para ese día, para su sábado especial, soltó una carcajadita de felicidad y emoción por el día que viviría,  mientras con mirada analítica veía su escuálido repertorio de ropa, pero se dio ánimos, si bien no tenía mucho, las piezas que yacían en su armario eran todas de buena calidad, de corte impecable, que el calzaba con orgullo, eligió una playera blanca con un estampado de calavera en gris, sobre ella una camisa a cuadros roja con capucha la dejó abierta, se vistió con unos jeans negros gastados estilo pitillos, esos que remarcaban sus glúteos de manera coqueta pero sin llegar hacer obsceno, se calzó con unas lonas Vanz color rojo sangre, fue hacía su tocador, busco un anillo de acero inoxidable ahumado con un signo de remolino grabado en él, busco una muñequera negra con tachas, la última moda, y un zarcillo de dos milímetros; una pequeña expansión que colocó en su oreja derecha. Domó su arremolinado cabello de trigo con un poco de crema para peinar, igualmente desordenado pero otorgándole cierta estructura; tomó su adorado perfume Black XS, todo un lujo para él, un practicante de arquitectura apenas y recibía un sueldo decente, pero era uno de sus pequeños placeres culpables, que se permitía una vez cada seis meses, se perfumó levemente detrás de sus orejas, un poco en su nuca y en mucho menos cantidad sobre su camisa a cuadros.


Naruto Namikaze soltó una risilla boba, cuando se vio en el espejo, se veía perfecto, para su primera real cita, algo totalmente diferente después de dos meses de furtivos y encendidos encuentros en una habitación de hotel de cinco estrellas.


Sasuke al final la semana anterior a esa, le había propuesto su primera cita formal, dijo que deseaba llevar las cosas a un nivel complemente diferente, hacerlo su doncel, su novio, al recordar a su amante sus tiernas mejillas se arremolinaron de rojo intenso en ellas destacaban tres marquitas como forma de bigotes, una marca de nacimiento que compartía con su gemelo “Menma”.


El espejo le devolvía la imagen de un hermoso y deseable Doncel, que a primera vista quedaba la duda si era un varón o un Doncel, le gustaba aquello, era su arma, tanto mujeres como varones y donceles se le acercaban tratando de coquetear con él, él hacía bien el personaje del conejito escapando de su cazador, pero nadie nunca lo había cautivado como Sasuke


Lo conoció una noche en un Night-club,  no gustaba mucho de esos lugares, pero la insistencia de sus mejores amigos les acompañó, jamás pensó que iba agradecer tanto al bocazas de Kiba por insistirle hasta el cansancio de ir a ese antro que se posicionaba en Tokio como el local más top de la vida nocturna nipona, tuvo que aceptar que el ambiente, la música y la gente que estaba ahí eran de todo su gusto, se sentó en la barra, pidiendo una Cola con rodajas de limón y hielo, no le gustaba beber, no al principio de la noche, menos si podía ligar, le gustaba estar en sus siete sentidos, a los pocos minutos se vio rodeado de algunos varones que trataban de hacerse los agradables con él para conseguir que accediera a bailar con alguno de ellos, pero la verdad no le interesaba, no era idiota, no al menos en cuanto al pensar de los hombres, era claro ellos estaban apostando que tenía la suficientemente suerte de ser elegido por el conejito, el premio.


Sonrió con la diplomacia y la gracia que sus padres le habían enseñado a tener, diciendo que lo sentía pero ya había puesto todo su atención en alguien más, los varones le miraron con censura como tratando de evidenciar su mentira, pero Naruto antes muerto que darle en el gusto a ellos, se levantó con suavidad, moviendo su cuerpo con un son sensual que dejó a más de uno loco al ver su redondo trasero meneándose al son de la música electrónica del lugar.


El Namikaze se sentó al lado de un hombre que le daba la espalda, una enorme y ancha espalda, que podía examinar a gusto gracias a la perfecta camisa blanca que la cubría pero que no dejaba nada a la imaginación, Naruto le hizo un movimiento al barman para que le diera al varón un trago de lo que estuviera tomando y para él otro cola.


El rubio se reclinó en el bar, colocando sus codos sobre el mesón, comenzó a jugar con su anillo mirando las muchas botellas de alcohol y brebajes para crear tragos y cocteles, los envases de vidrio reproducían las luces laceres del lugar de manera difusa. Se tensó levemente cuando el Barman con una sonrisa pícara le entregó el Whisky al varón, al cual por cierto Naruto ni siquiera había visto de frente, pero esa espalda era todo lo que necesitaba para sentirse atraído por aquel extraño.


El barman le dio una risita traviesa al hombre que, supuso el doncel, estaba desconcertado, no habían muchos Donceles regalando tragos y menos a varones, por estúpido que fuera en ese sentido las mujeres eran muchas más valientes y desinhibidas que su género, ellas jamás se achicaban en frente de un varón, una condición que él trataba de imitar, de por sí su género “Doncel” era más reservado y tímido, como aún les costaba hacerse un nicho entre hombres y mujeres, para ser un igual, eran mutantes según algunos de ellos ni hombres ni mujeres por completos.


El hombre se giró, Naruto tuvo que hacerse de todas su fuerzas para no soltar una grosería al ver a semejante semental frente a él, casi perdió el habla y el aire, tuvo que parpadear un segundos antes de creer lo que veía, no era un simple varón, no, era un Dios griego de esos que debían ser penados por la ley por la exudación de testosterona, a semejante espécimen que se le había ocurrido regalarle un trago, él y su maldito orgullo se regañó a sí mismo.


 Tenía el cabello negro como el ébano, de piel pálida y lisa, era alto, sus piernas eran largas, seguramente medía más de un uno con ochenta, quizás hasta noventa, no era un cuerpo lleno de músculos pero lo suficientemente fibroso para que cada uno de ellos se remarcaran en la camisa y pantalón, pero no era eso lo que inquietaba a Naruto eran  los ojos ónix inexpresivos de ellos que lo miraban de forma indescifrable, sus labios eran bien dotados no muy carnosos pero tampoco muy delgados eran perfectos, el Namikaze se le antojó la estúpida idea de sentirlos con los propios, pero le molestaba la mueca cínica que adornaba su mandíbula.


¡¿Dios en qué se había metido?!


El moreno, sonrió de lado con prepotencia cuando sus ojos viajaron del exquisito rubio que tenía enfrente hacia el grupo de hombres que los observaban a ellos, colocó con codo sobre el mesón y apoyó su cabeza sobre su mano, cosa que a Naruto lo consterno parecía aún más inmenso y sensual que antes, cómo diablos podía ser eso posible.


-Gracias por el Whisky…-dejó en el aire la oración, la voz del hombre era enigmática y grave.


-Naru-Fue lo único que salió de sus labios, después de haber tragado saliva.


-Sasuke-Susurró el mayor-Un placer-Agregó mientras que con insolencia observaba por completo el cuerpo del menor.


Naruto tomó su coca cola de un trago, solo para darse valor, era ese preciso momento que odiaba ser tan racional y no haber pedido un Roncolla en vez de una Coca Cola con limón.


-Vaya espero que el  Ron no se te suba a la cabeza-Comentó divertido Sasuke.


-Es solo coca cola-Susurró pasando su lengua por sus labios, al darse cuenta que era observado mordió su labio inferior, un tic, que siempre salía a la luz cuando estaba nervioso, el hombre achicó sus ojos sin perder detalle de sus movimientos, encandilado por semejante belleza, no estaba seguro si era doncel o un varón finito, pero poco le importaba mientras pudiera hacerlo suyo, esa noche.


-Entonces qué significa esto-Meció el vaso que contenía el liquido ámbar, mientras sus cejas se levantaban para dar una expresión entre divertida y coqueta.


-Tu espalda- ¡¡Noooo!! Porqué siempre decía lo primero que pensaba, quiso golpearse a sí mismo, pero es que ese hombre era una bomba sexy, ¿existiría alguien que se le resistiese?, tenía ese no sé qué, tan estupendo y guapo que ahuyentaba a todo el mundo, creyendo que les iba a despreciar.


 Naruto no tenía idea que había dado en el clavo Sasuke apenas le interesaba las personas que tenía a su alrededor, solo prestaba atención a aquellas cosas que le fascinaban al instante como en ese momento.


-Mi espalda ¿Eh?, qué tiene de especial-Se acercó más a él, por fin sonriendo sin dejo de altanería en ellos, sus ojos carbón cobraron vida como brazas ardiendo.


-No sé-Contesto subiendo y bajando sus hombros, al ver como Sasuke levantaba un ceja respondió soltando un suspiro-Es perfecta, hipnotiza, lo primero que pensé fue quiero recostarme sobre ella…-Miró el piso avergonzado de sus propios deseos.


-Me tienes intrigado-Dijo con una voz más grave, cosa que el mismo, Sasuke, se sorprendió, no todos los días tenía la oportunidad de que un chico tan hermoso se le acercase, era refrescante por así decirlo, sentir que era tentado de esa manera, un chico tomando la iniciativo, fascínate.


-¡Ah sí! ¿Cómo? – Naruto levantó la mirada para chocar sus pedacitos de cielo frente a las perlas negras perdiéndose en ellos un momento.


Cuando se dio cuenta lo que hacía tragó saliva al tiempo que  tomó un mechón de cabello dorado rebelde y lo pasó por detrás de su oreja, pero al segundo volvió desobediente al mismo lugar de donde el blondo lo había sacado, Sasuke tomó el mechón de cabello entre sus largos dedos, pensó el doncel que lo llevaría tras de su oreja pero en vez de eso el mayor comenzó a jugar con él.


El corazón de Naruto arremetía con violencia en su interior, estaban demasiado cerca, Sasuke irradiaba un calor pecaminoso que lo estaba infestando de un deseo carnal que nunca experimento con tal violencia, así que eso era la famosa química de la que tanto hablaban Deidara y Yahiko, sus hermanos mayores.


-Me invitas un trago, algo sexy y confiado, una invitación clara para coquetear y que deseas que algo más suceda, algo así como tu sobre una cama y yo sobre ti-Su voz grave y erótica lo hizo delirar, mientras su mejillas ya no podían estar más rojas, haciendo reír a Sasuke ligeramente- Pero ahora me pareces un zorrito nervioso después de la travesura, tienes una sensualidad nata pero tus ojos me dicen que eres muy inocente-Susurró al oído del menor, besando débilmente el lóbulo del menor, que soltó un pequeño jadeo, más que suficiente para despertar el miembro de ambos.


-No crees que sacas mucha conclusión de una sola vista-Ttebayo-Le espetó una vez recuperó el aliento, sin percatarse que una de sus manos estaba sobre uno de los hombros del mayor.


-No, mi trabajo consiste en analizar todo en un segundo-Dijo misterioso, soltó un pequeño gruñido antes de levantarse de su asiento y alejarse unos centímetros de ese rubio de infarto. Éste le miró sin comprender, pero en vez de explicarle algo, lo tomó por las caderas y lo bajó del taburete-A mi cuenta-Le dijo al barman quien asintió divertido.


Sasuke no le dio tiempo de reaccionar lo había sacado de ese club rápidamente, ya solos en la oscuridad de la calle, volvió a tomarlo entre sus brazos para estamparlo con suavidad contra una pared, mientras con su poderoso cuerpo le apresaba, sus labios chocaron con pasión, Naruto nunca había sentido ese deseo tan violento por perder su dulce raciocinio como en ese preciso momento, rodeo su cuello con sus gráciles brazos acariciando con un poco de brusquedad los cabellos ébanos del mayor, y sus piernas en la estrechas caderas del mayor. Sentía como Sasuke rozaba adrede su intimidad con la de él, sacándole pequeños jadeos de placer, tuvo que cerrar los ojos para hacer acopio de lo que sentía, sus labios danzaban junto a los del mayor, sus lenguas estaban entrelazadas masajeándose con violencia y ratos con parsimonia, soltó un pequeño ronroneo del cual se avergonzó cuando el moreno mordió ligeramente su labio inferior, al tiempo que una mano traviesa se colaba debajo de su camisa de gaza negra, sus pezones rígidos de placer.


Sasuke separó sus labios, llevándolos hacía el níveo cuello morenito dejando besos, lametones y chupones a su paso, hasta llegar a la camisa completamente deshecha del menor, se llevo un botón rosa a sus labios haciendo que Naruto convulsionara de placer, ese muchacho era perfecto, calzaba como nadie a su lado.


Sintió un pequeño dolor en su hombro, el rubio le había mordido, eso solo sirvió para encender más libido, Sasuke tuvo que tomar aire, cosa que perdió al instante al ver los zafiros del menor brillantes de placer, su boquita rojita hinchada con rastros de saliva, sus mejillas arreboladas de un dulce carmín, al igual que él, Naru trataba de recuperar el aliento.


Lo bajó de aquella cárcel que hacía su cuerpo y la pared, trato de arreglarle la camisa un poco, antes de tomarle de la mano y echar andar bajo unas cuadras, el rubio no tenía idea de donde se dirigía con él, solo sabía lo que iba a ocurrir cuando llegasen a su destino.


Un hotel cinco estrellas, Naruto jadeo de sorpresa, pensó que lo iba a llevar a un lugar más no sé, quizás un motel de amor, un lugar árido, no ahí, el mayor se registró y se llevó a Naruto con él hacia el elevador, apenas aguantaron estar tan juntos en ese cubículo de dos por dos,  más el ascensorista si no hubiera estado ahí, seguramente le hubieran dado el espectáculo de sus vidas a los de seguridad.


Tan solo al llegar al cuarto, uno que Naruto no pudo apreciar la magnificencia del lugar, hasta la mañana siguiente, porque en cuanto pusieron un pie sobre el lugar fue abordado con ferocidad; para el Namikaze nada de lo que estaba haciendo tenía lógica entregarse así a un hombre del que solo conocía su nombre y con suerte sería verdadero.


Pero el placer que llenaba cada poro de su ser con cada intima caricia propinada por el mayor  le dejaba a cada momento más fuera de combate, en algún momento sus ropas quedaron hechas girones en algún lugar de la estancia, solo era consciente del cuerpo formidablemente varonil que tenía frente de él, sus perfectos pectorales, su musculoso vientre, y Oh aquel pedazo de carne que tenía entre las piernas que se erguía a lo alto con soberbia prometiéndole una noche de sueño erótico…


Fue su primera vez, y qué primera vez, Naruto tuvo que volver al presente, tratando de olvidar su primera experiencia sexual, una que lo encumbró al Olimpo del placer, cuántas veces le tomó esa noche, tanto placer le hizo nublar el juicio, solo recordaba haber gimoteado entrada la madrugada cuando Sasuke lo volvió a tomar, dejándose hacer por aquellas manos exquisitas que lo llevaron una vez más al nirvana del placer.


Sonrió como tonto mientras tomaba su chaqueta, estaba perdidamente enamorado de su Sasuke, aunque ni siquiera supiese su nombre, ni todo lo que un Doncel o mujer desease saber de su hombre, para él nada de eso era importante, daba igual cuál era el apellido, su comida favorita o color, mientras el estuviese entre sus piernas nada más importaba, nada más.


Llegó diez minutos antes de lo previsto a su punto de encuentro, una cafetería del centro de Tokio, pidió nervioso un cortado, esperando a su amante, vio la hora en un teléfono móvil, faltaba diez para las cuatro, Sasuke en cualquier momento entraría por la puerta.


Diez, veinte, treinta minutos, una, dos, dos y media, tic, toc, tres horas esperándole, pero nunca llegó, quiso llamarlo cuando ya había pasado un cuarto de hora pero ¡Oh! No tenía el número de Sasuke, siempre quedaban en sus citas anteriores nunca apellidos, ni numero, nada personal, se animó pensando que el tráfico lo habría demorado, después que habría salido un compromiso, y si él se iba jamás podría contactar con él nuevamente.


Sus ojos se llenaron de lágrimas furiosas, Sasuke, no iba a parecer, se levantó con el corazón roto, pagó su cuenta una docena de cortados, salió sin rumbo fijo de ahí, sin saber que pensar.


Caminó, mejor dicho deambuló por todos lados, hasta entrada la noche, llegó al Night-Club donde se conoció con su amante o ex amante, lo que fuese, pasó sin problemas, ya era conocido, iba casi siempre con Sasuke ahí a bailar antes de escaparse a su nido de amor, le esperó para darle una oportunidad pero él no apareció, se fue entrada la madrugada a su hogar.


Al llegar ahí se dejó caer devastado, qué había pasado, por qué Sasuke no había acudido a su cita, a su antro, como le llamaba, le habría sucedido algo malo, aún con el pasar de las horas no sabía qué pensar, aún así un dolor agudo se colocó en su pecho, todo el amor que tenía a por él, todos los recuerdos de él, sus manos como le complacía, su voz diciendo “Naru” vaya ni siquiera le había dado su nombre completo.


Transcurrieron tres semanas, tres en donde no había sabido nada de Sasuke, sus únicos confidentes, uno su hermano gemelo “Menma” le había dicho que quizás esa era manera que encontró el mayor de cortar con él no es que su hermano fuera muy bueno para consolar, pero era un cable a tierra, en tanto Deidara su hermano mayor, le decía que quizás el varón había tenido algún problema y no había podido ir a reunirse con él, quizás estuviera igual de desesperado que él por encontrarle, aún así la voz suave y sensata de Menma se introducía en su mente aunque Deidara trataba de que Naruto no le escuchará, diciendo que solo era envidia de no haber pescado él a semejante hombre, y Menma le respondía con sorna que no tenía ni idea, esos dos peleaban más que los gatos y perros.


Una semana después su miedo más grande se hizo realidad cuando su médico le confirmó que estaba en estado de gravidez, hacía unas semanas despertaba con nauseas y vomitaba sin razón, el aroma del café, pan tostado e incluso del detergente para la colada le hacían temblar las piernas, temiendo estar en gestación fue al médico, quien solo le ratificó lo que él ya sabía.


En su interior se había germinado la semilla de Sasuke, ellos habían dado vida a un pequeño ser en su interior, a pesar de tener miedo de su padre, fue al primero que le contó sobre la noticia, Minato Namikaze a pesar de no estar feliz por la manera en que su hijo había quedado esperando un bebe, la noticia le hizo feliz después de todo Naruto tenía veintitrés años, y era el más sensato e inocente de sus cuatros hijos, casi se le paró el corazón cuando acompañó a su hijo a una ecografía y le dijeron que era un par de gemelitos.


Todos le ayudaban, había dejado momentáneamente su pequeño departamento estilo Carrie Bradshaw, de hecho Naruto buscó por todo Tokio hasta que dio uno con similares condiciones, el cual compró con la herencia que su madre le dejó, Y por su estado ahora volvía a vivir con su padre, quien era viudo hace más de un década, y su hermano Deidara, Yahiko el mayor de todos siempre le iba a visitar y mimarlo, siempre con regalos para los pequeños.


Hasta que un día apareció quien Menma también dejó caer la bomba cuando les comunicó que estaba embarazado de gemelos igual que su hermano, les presento a su novio Sora, un hombre bien parecido, Deidara le había gritado envidioso, y Yahiko no pareció tan contento, algo pasaba entre los tres, algo que Naruto se perdía, no comprendía por qué reaccionaban así ante una noticia tan maravillosa como esa, cuatro bebitos era algo hermosísimo, sí, malditas hormonas. Mas incluso su padre solo suspiró un tanto malhumorado, algo que hirió a Menma y lo hizo llorar en frente de todos, provocando que su hermano gemelo se enojara con el resto de su familia.


Los nueve meses pasaron volando, aún así Naruto extrañaba todo de Sasuke y su único consuelo era el par de pequeños que llevaba en su interior, su recuerdo más amado hasta la eternidad por su amor por Sasuke.


Compartía sensaciones de su embarazo con su hermano gemelo, y este le respondía lo mismo, sentía lo mismo que él, las hormonas lo tenían cada vez más molesto, de un tiempo se había vuelto un gruñón miserable, según Deidara.


Una noche en que solo su hermano gemelo estaba en casa sus contracciones llegaron después de haber tomado una baño caliente que su hermano le recomendó para relajarse, las contracciones eran violentas al punto de asfixiarlo, su hermano llamó a la ambulancia y lo acompañó.


Tuvo una cesárea, en donde según su médico casi pierde la vida y la tragedia vino, el galeno le informó que  sus pequeños amados niños habían nacido muertos, quiso verlos pero el médico se había negado, diciendo que no era lo mejor en su estado, qué sabía él de su estado maldita sea, había perdido sus únicas razones para existir, lloró con furia, peleándose con Dios, ángeles, santos, demonios, y Satanás por su perdida, su padre había sido el único a quien dejó entrar para consolarle.


La vida de Naruto Namikaze, jamás volvió ser la misma a partir de esa triste noche de agosto, mientras su hermano un día después había dado a luz a una pareja de mellizos uno de cabellos dorados y otro de cabellos negro perfectamente sanos, Menma trató de mostrárselos pero Naruto apenas pudo hacerlo, estuvo dos meses internados después de tratar de quitarse la vida, había caído bajo lo sabía, pero sus hijos los había amado tanto, al igual que su padre, y de la misma forma los había perdido, necesitaba a su madre, por qué todo lo que amaba se iba de forma tan violenta de su lado.


Menma les comunicó que se iba del país con su novio por razones de trabajo, de él nunca más supieron, solo unas cuantas llamadas telefónicas y unas postales, algo sucedió entre él y sus hermanos y padre que había hecho quebrar la relación, apenas Menma quiso despedirse de él, más no tenía ánimos para preguntar qué demonios había sucedido, había perdido las fuerzas incluso para encarar a su familia.


Unos meses después, Deidara, Yahiko y él habían creado una empresa de eventos, les iba bien, y él seguía con su maestría en arquitectura. el menor gracias a sus incondicionales hermanos, su padre, y sus amigos había salido adelante, pensó que al fin había superado su depresión, pero nada, nada lo había preparado para lo que el futuro le tenía dispuesto.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, cualquier duda o comentario, con un RR se los responderé... y es SasuNaru todo lo que escribo es SasuNaru aajaja

 

Nos vemos en una semana


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).