Pacto de sangre
En una de las habitaciones destinadas al joven heredero de la casa Bielefeld, este mismo era atendido por Gisela, la medico encargada de la familia real. Fuera de esta se encontraba un rey muy preocupado, los hermanos del rubio y por supuesto su prometido que no dejaba de lamentarse mientras era consolado por su hermano.
Una hora había pasado desde que la sargento comenzó a revisar al rubio, con cada minuto la tensión en el ambiente crecía, la preocupación por la tardanza de la mujer a informarles la situación del menor los tenía muy preocupados.
- ¡¿Cuánto más tendremos que esperar?! – cuestiono el rey molesto sin dejar de caminar de un lado a otro.
- majestad sea paciente no debe tardar en salir a informarnos la situación – comento conrad en un intento de calmar a su ahijado aunque por dentro él estuviera igual o más nervioso.
- ¡esto es desesperante! - grito el menor deteniéndose al tiempo que dirigía su furiosa mirada a kazuo – si algo le pasa a wólfram tu serás el único culpable.- acuso Yuri sin medir sus palabras.
-¡shibuya!
- déjalo ken, admito que yo debí cuidarlo - menciono kazuo manteniendo la mirada con el moreno – esta situación no se volverá a repetir, lo prometo.
- ¡¿lo prometes?! – Interrogo con ironía el moreno - ¡¿Qué te hace creer que en un futuro esto no se repita?! ¿Cómo lo protegerás?
-¡ya basta! – Grito murata – estas siendo muy injusto, sabes muy bien cómo ocurrieron las cosas, kazuo no tiene manejo sobre su majutsu no podía hacer nada, culparlo ahora no hará que von Bielefeld mejore – alego el de lentes.
- además gracias a la ayuda del joven kazuo se salvaron la vida de dos infantes y una mujer embarazada – comento conrad en defensa del oji azul.
Antes de que el moreno pudiera objetar algo el sonido de la puerta al abrirse seguido de la figura de la medico les hizo enfocar toda su atención en ella.
- ¡Gisela! ¿Cómo esta wólfram?- cuestiono Gwendal con un deje de preocupación.
- está estable – informo la joven aliviando a todos los presentes – sin embargo, el ataque daño varios órganos de importancia por lo que tendrá que permanecer una semana en reposo sin hacer esfuerzos, sugiero que alguien lo vigile en las noches, posiblemente le dé calentura pero será normal.
- entiendo ¿podemos pasar a verlo?- interrogo conrad ansiando ver con sus propios ojos el estado del menor.
- en este momento está algo cansado así que solo podrá entrar una persona – menciono Gisela observando como todos querían ingresar.
- iré yo – nombro kazuo sacando de su indecisión a todos.
- ¿Qué te hace pensar que tienes ese derecho?- alego Yuri enojado, wólfram era su… amigo.
- te recuerdo que soy su prometido por lo tanto tengo ese derecho – alego el pelinegro viendo fijamente a Yuri quien no cedía.
- majestad creo que es mejor que él entre – intervino conrad, al ver que su ahijado estaba por alejar se apresuro a decir – es por la estabilidad de mi hermano, nosotros debemos enfocarnos en el verdadero problema
- así es, tenemos que averiguar quiénes son los causantes de esos ataques – secundo Gwendal más serio que de costumbre.
-… está bien, vamos al despacho – accedió resignado antes de ver la puerta donde el rubio descansaba.
- cuando vea que wólfram está bien iré – informo kazuo a el también le interesaba mucho saber quien estaba tras estos desastres.
Sin más los acompañantes del rey y murata abandonaron los pasillos, Gisela se despidió del moreno dejándolo solo, este suspiro tomando valor para ingresar, pese a que sabía que había hecho lo que pudo la culpa por permitir que hirieran a su ángel le pesaba en su conciencia.
Al abrir la puerta la oscuridad apenas iluminada por un par de candelabros inundaron el lugar, su mirada se dirigió a la cama donde yacía el cuerpo de su amado quien volteo a verlo con una débil sonrisa, su piel se notaba pálida y sus ojos carecían de ese brillo que le embaucaba.
- estas bien – musito wólfram algo aliviado.
- soy yo el que debería decir eso – alego tomando la mano del menor para darle un beso – perdóname
- ¿Por qué? –interrogo el rubio mirando con duda.
- debí protegerte, si fuera más fuerte no estarías en esta cama – explico el pelinegro con profundo dolor.
- ¿crees que es tu culpa?- cuestiono wólfram a lo que el mayor asintió – idiota
-¿Eh?
- ¿Cómo va hacer tu culpa que yo este así?- le debatió el menor con el ceño fruncido – si estoy aquí es por mi propia debilidad
- pero… el te pudo salvar mientras lo único que yo podía hacer era ver – menciono con dolor hundiendo su rostro en el regazo del menor quien se dedico acariciar sus oscuros cabellos.
-… es cierto, el me salvo – musito recordando lo que sucedió – pero tu salvaste a esos niños ¿Verdad?- el joven asintió- cumpliste con tu deber, estoy orgulloso de ti
Kazuo alzo su mirada enrojecida viendo como wólfram lo observaba con un sentimiento parecido al cariño.
- quita esa cara – ordeno el rubio acercándose lentamente al rostro ajeno, el mayor lo imito sin perder de vista sus ojos, ambos lo deseaban, ambos lo querían y anhelaban. Sus labios se juntaron por unos segundos deleitándose del sabor ajeno, intercambiando sentimientos y dándose ánimos para lo que fuera a venir.
- te amo tanto – declaro el moreno abrazando al menor quien solo sonrió – si algo te pasara moriría de tristeza. No quiero volver a sentir esto, tuve tanto miedo
- no te puedo asegurar que no ocurrirá otra vez, después de todo soy un soldado – aseguro el rubio.
- entonces me volveré más fuerte para protegerte – prometió viéndolo fijamente- ahora descansa, la joven enfermera dijo que tenias que permanecer en reposo una semana.
-¡¿Eh?! ¡Imposible! Tengo que entrenar a mis soldados y-
- de eso se encargaran tus hermanos- le interrumpió el mayor arropándolo – no me iré de aquí hasta que te duermas.
- pero.. No tengo sueño- alego el rubio con molestia
No pasaron ni diez minutos antes de que el menor se encontrara profundamente dormido.
- y decías no tener sueño – susurro kazuo antes de depositar un casto beso en la frente del menor y salió de la estancia cerrando la puerta con suavidad.
- no me queda otra opción… si quiero proteger a wólfram tendré que recurrir a él
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Templo de shinou.
En la sala donde se almacenaron las cajas, mejor conocido para los aldeanos, como el santuario donde reposaba el alma de shinou este mismo se encontraba sentado arriba de una de las cajas, sus pensamientos no podían dejar pasar esa angustia que le embargaba desde hace unos días.
Ken no parecía ser el mismo, por alguna razón este se veía más pálido y siempre que sacaban el tema el menor se las ingeniaba para desviarlo totalmente. Sabia muy que su esposo algo le ocultaba y él se encargaría de averiguarlo.
- su majestad shinou – la vos de ulrike le saco de sus pensamientos - ¿puedo saber que perturba su paz? Si es por la salud del joven Bielefeld, el se encuentra fuera de peligro – informo la sacerdotisa,
-me alegro ulrike pero es otro asunto el que no me deja en paz- el rubio dirigió su mirada a la esfera
- oh es por su santidad – afirmo la “joven” con tristeza, ella sabía que una sombra opacaba la luz murata.
- sí, pero… ¿acaso sabes algo que yo deba saber?- interrogo agudizado su mirada.
- eh – la repentina pregunta sobresalto un poco a la mujer- yo…
- ulrike – el rubio avanzo un par de pasos haciendo que la sacerdotisa retrocediera - ¿Qué está pasando con murata?
-… no lo sé – respondió honestamente – solo sé que… una nube oscurece su estrella – informo con gran pesar.
-… ¿Qué has dicho? – shinou no podía creer lo que decía él sabía perfectamente lo que eso significaba.
- aun no estoy segura es más un presentimiento – alego la joven juntando sus manos en su pecho.
- debes estar equivocada… cuando la luz de una estrella se oscurece solo puede significar dos cosas – la mirada del antiguo rey se oscureció – o la vida de ken corre peligro o...
- esta prendado – termino de decir ulrike.
- pero él no es doncel eso solo los deja una opción – sentencio el rubio negándose a creerlo.
- majestad es mejor que este al pendiente de su santidad, con suerte este presentimiento sea una falsa alarma – imploro la chica.
- entiendo… pasare la noche en el castillo cualquier cambio avísame- informo antes de salir de la estancia dejando sola a la sacerdotisa quien se encamino a la esfera donde se podía observar una estrella siendo cubierta por la neblina.
- no hay dudas... La vida de su santidad corre peligro – aseguro con gran pesar la “joven” – las estrellas nunca mienten – el rostro de la joven pareció recordar algo- ¡oh! Se me olvido decirle que sir. Arthur esta por regresar…
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En el despacho del maou este mismo juntos a sus ayudantes y fiel amigo se encontraban revisando los informes de los últimos ataques cuando el sonido de la puerta al abrirse les llamo la atención.
- kazuo – el gran sabio se acerco a su hermano quien se veía algo decaído - ¿Cómo está Bielefeld?
- se encuentra bien, algo débil pero estable. Lo deje dormir – informo el moreno para calmar a los presentes - ¿han averiguado algo?
- si, al parecer se han dado tres ataques en los pueblos de la frontera – menciono conrad mientras revisaba rápidamente unos documentos.
- todos los testigos concuerdan con la descripción de los causantes por lo que se concluye que es el mismo grupo que ataco esta vez – aseguro el maou tomando asiento en su lugar correspondiente – con cada ataque su nivel de destrucción aumenta.
- no sabemos cuál será el siguiente por lo que tendremos que reforzar la vigilancia en la frontera – sentencio Gwendal mientras se masajeaba la cien con algo de cansancio.
- ¿creen que eso ayude? – Interrogo kazuo inconforme con la medida – muchas personas murieron y otras casi le siguen, en el siguiente ataque puede que sea fatal para todos.
- ¿crees que no lo sé?- la vos de Yuri resonó con frustración – es mi pueblo el que esta pereciendo, eso nunca lo pasare por alto – el moreno se levantó de su asiento y camino al ventanal mirando a lo lejos el pueblo - … prometí protegerlos y ahora les falle.
- shibuya – musito murata con pesar el sabia que para Yuri su reino era como su familia – estará todo bien. La siguiente vez los detendremos-aseguro el gran sabio con confianza logrando calmar al maou.
- gracias
-veo que tienen una reunión y no me invitaron – la vos del antiguo rey les sobresalto un poco.
-¡shinou! ¿No deberías estar en el templo? – cuestiono murata acercándose a su esposo.
- no hay necesidad, allá esta ulrike ella se encargara de informarme si algo sucede – respondió restándole importancia al asunto – ¿Cómo sigue mi descendiente?
- estará bien solo necesita reposo – informo conrad con fingida tranquilidad
- disculpa – shinou volteo hacia kazuo al ser llamado –necesito hablar a solas contigo – solicito el menor de los muratas.
Por un momento el rey palideció, ¿acaso ya se había enterado de su relación con ken? No, de ser así no creía que estaría tan calmado… ¿entonces qué sería?
Reponiéndose un poco de la sorpresa, miro a su “cuñado” su mirada reflejaba que era un asunto serio el que tratarían.
- claro, vamos afuera – con un movimiento le indico que salieran del despacho para hablar sin interrupciones, kazuo asintió siguiéndolo.
- ¿y ahora? ¿De qué querrán hablar esos dos?- se pregunto en voz alta murata.
-¿aun no le has dicho a kazuo lo tuyo con shinou? – interrogo Yuri mirando a su amigo ponerse nervioso.
- no… prefiero esperar un poco no sé como lo vaya a tomar – la mirada del peli negro azulado reflejaba indecisión.
-lo aceptara. Después de todo eres su hermano y única familia – la vos de Yuri logro relajarlo. A pesar de sus sentimientos de rencor hacia kazuo, le tenía mucho cariño a ambos y sabia que la prioridad de este siempre seria ken.
- es verdad… ¿Qué podría salir mal?
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Había caminado hasta sentir que era seguro y nadie los escucharía, la curiosidad carcomía al rubio pero su semblante serio o más bien superior no le daría el lujo de demostrar su inseguridad.
Por otro lado kazuo no sabía por dónde empezar, su única esperanza erradicaba en si este hombre a quien ni conocía le ayudaría.
-… escuche de mi hermano que eres el rey original de este lugar y fundador del mismo ¿es cierto? – interrogo rompiendo el silencio que los embargaba.
- es correcto. Hace miles de años funde este reino con la ayuda de mi gran sabio y mis súbditos ¿a qué viene esto? – cuestiono recargándose en la pared con los brazos cruzados.
-… - kazuo pareció pensarlo un poco antes de contestar - ¿eso significa que eres el más fuerte de aquí?
- Mhm – el rubio se llevo una mano bajo el mentón pensándolo un poco – depende de lo que consideres como fuerte – esa respuesta confundió al moreno.
- no entiendo
- veras, existen varios tipos de fuerzas: el poder, la inteligencia y sabiduría – explico – en todo el reino no existe nadie más sabio que murata, no por algo ah estado a mi lado por miles de años.
Kazuo al escuchar esto no pudo evitar sentirse orgulloso de su hermano.
- ¿de poder? ¿Eres el más fuerte? – interrogo ansioso.
- Mhm… mi poder es el más grande que se ha registrado en miles de años – respondió viendo el alivio en el menor – pero si soy sincero no puedo afirmar esto al 100%
- ¿a qué te refieres? ¿Hay alguien más poderoso que tú? – cuestiono intrigado.
- puede ser… esa persona solo ha mostrado una porción menor al 30% de su poder, por lo que casi me puedo atrever a decir que si dominara su majutsu en la totalidad seria más fuerte que ninguno otro – sentencio seriamente.
- ¿y esa persona es…?
- Yuri shibuya- respondió viendo el impacto de sus palabras en el moreno – el posee un poder que ni el mismo sabe, ahora puedo preguntar ¿a qué viene todo esto?
-… necesito de tu ayuda – menciono algo cohibido por lo recién escuchado – escuche decir a mi hermano que soy un mazuko de sangre pura por lo cual cabe la posibilidad de que posea majutsu ¿es eso cierto?
El rubio lo miro fijamente por un momento para luego asentir.
- dentro de ti fluye una gran cantidad de majutsu – afirmo- si no me equivoco tu posees el poder del aire.
- ¿aire...? – Kazuo miro sus manos con cierta determinación – por favor ¡enséñeme a usarlo!- rogo haciendo una reverencia.
- Mhn ¿Por qué debería?- cuestiono mirándolo desde arriba.
- ¡se lo ruego! Si quiero proteger lo que más amo en este mundo ¡ayúdeme!- vaya que se estaba tragando su orgullo pero valdría la pena.
-… sabes que no será tarea fácil ¿Verdad? Nunca has estado relacionado al majutsu ni tienes práctica. Usualmente esto llevaría meses sino que años de domino – explico el mayor sonriendo ladinamente.
- ¿usualmente? ¿Significa que hay otra manera?
- así es… el mismo método que uso Yuri, tienes que hacer un contrato con la diosa del viento – sentencio el rubio afilando su mirada.
- ¿Cómo puedo hacerlo? – interrogo dispuesto hacer lo necesario.
- mañana al amanecer espérame en la salida, te llevare con Arcelia la diosa del viento, lo demás dependerá de ti - advirtió el rubio dándole esperanzas al moreno – ahora volvamos.
- si - el pelinegro apretó la funda de su espada que traía consigo, una nueva esperanza había llegado y la aprovecharía – “solo espera Yuri.. no perderé ante ti”
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En el despacho había pasado cerca de veinte minutos desde que el moreno y rubio abandonaron la habitación eso tenia de nervios a murata cosa que no paso desapercibida para nadie y menos para Yuri quien sonrió ladinamente.
- han tardado mucho – comento Yuri con una sonrisa maliciosa - ¿kazuo habrá descubierto lo tuyo con shinou y ¡lo estará retando a duelo!? – exclamo casi riendo al ver la cara pálida del menor.
- ¡shibuya! ¡No digas eso..! – el gran sabio algo asustado ante la posibilidad quiso salir corriendo pero nuevamente su cuerpo le fallo, un leve mareo le hizo flaquear por suerte Yuri lo sostuvo mas eso no evito que cayeran.
-¡majestad!- exclamaron sus ayudantes ante el repentino accidente.
- ita ita – el moreno se levanto un poco apreciando a su amigo debajo de el- murata ¿Estás bien?- interrogo algo preocupado al ver la mirada perdida del menor.
Ken trato de enfocar su vista pero todo se veía borroso, mas no podía darse el lugar de que se enteraran de su condición por lo que asintió tratando de levantarse con el cuerpo de su amigo aun sobre él.
-¿me pueden explicar que pasa aquí?- demando la sombría voz de shinou mirando con claros celos la escena que estaba frente a ellos.
- yo también quiero saber lo mismo – secundo kazuo dirigiendo su mano a la espada de su costado por si la respuesta no le complacía.
Ambos amigos se levantaron como si el contacto con el otro quemara.
- fue un accidente – explico conrad llamando la atención de los recién llegados- su santidad al parecer tropezó y su majestad trato de ayudarlo cayendo ambos, ustedes llegaron cuando se iban a levantar.
Su explicación pareció calmar a las dos personas que estaban listos para degollar a cierto rey. El rubio se acerco a su esposo algo preocupado.
-¿Estás bien?- cuestiono el antiguo rey mientras acariciaba la melena de su esposo.
Murata solo asintió envolviéndose en las caricias de su amado rey, sin notar como su hermano miraba la escena con cierto recelo, más debió suponer que ese trato era solamente por su amistad así que lo dejo pasar por el momento.
- ha sido un día pesado es todo – respondió murata soltando un bostezó que enterneció a varios de los presentes.
-será mejor que nos retiremos a descansar – sugirió el rubio algo preocupado, dentro de sí resonaban las palabras de ulrike.
- ¡sip~! Mi cutis se arrugara de tantas preocupaciones – bromeo el moreno antes de despedirse de los presentes y salir a su alcoba seguido de su marido quien no dejaba de verlo.
Después de que ambos chicos se marcaran Gwendal se retiro a su habitación había sido un día duro y mañana iniciarían una investigación exhaustiva para dar con los culpables.
- bueno ahora solo queda una cosa por aclarar – la voz de conrad llamo la atención de kazuo y Yuri. Ante su cara de duda el castaño se apresuro aclarar - ¿Quién cuidara a wólfram?
-¡por supuesto que yo!- mencionaron ambos morenos al mismo tiempo para después verse con enojo, casi se podía apreciar un aura oscura siendo quebrada por una grieta.
- ¿tu? ¿Con que derecho?- inquirió kazuo sabiéndose vencedor.
- con el derecho que me da ser el rey de este lugar y la persona a quien wólfram ama – menciono sonriendo superior. Ni él sabía que lo llevaba a decir eso pero no cedería esta vez.
- tu – kazuo sintió unos deseos de romperle la cara.
- será mejor que yo lo cuide – la voz del castaño nuevamente les hizo enfocarse en su persona – ustedes no están en condiciones para atenderlo, además yo tengo experiencia en cuidados – explico el castaño al ver que ambos fruncían el ceño y estaban por renegar, sonrío con cierto sadismo - ¿están de acuerdo?
Ambos pelinegros asintieron automáticamente. El castaño coloco en su rostro su habitual sonrisa en el acto.
- iré a ordenar que preparen la habitación de enfrente para sir kazuo con permiso – sin decir más el hombre salió de la estancia dejando un ambiente fúnebre entre ambos “amigos”.
Kazuo no sabía que decir y Yuri no ayudaba a la situación, el silencio era tan pesado pero el joven murata prefirió irse más cuando estaba por salir se detuvo, pensándolo bien si había algo de que hablar.
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Murata caminaba por los pasillos de pacto de sangre siendo seguido por su cariñoso esposo quien venía en silencio, eso nunca era bueno y ken lo sabía. Desde que llego del templo shinou había estado viéndolo insistentemente, la posibilidad de que fuera descubierto le alteraba en demasiada más sabia que de ser ese el caso su esposo ya hubiera dicho algo.
- shinou – le llamo mas este no le contesto - ¿estás bien? – insistió.
- ¿Por qué no habría de estarlo?-cuestiono irónicamente viéndolo fijamente.
- n-no se… ¿Qué te dijo kazuo? – interrogo tratando de desviar la conversación con sutileza.
- Quiere dominar su majutsu – informo seriamente.
No falto mucho para que ambos estuvieran frente a su alcoba, apenas el moreno abrio la puerta shinou lo empujo contra la pared más cercana y cerró la puerta. Eso no era bueno.
-¿s-shinou? – musito el azabache sintiéndose como una presa ante su depredador.
- Dilo – ordeno confundiendo al menor.
-¿no se dé que hablas?- la mirada del mayor se agudizo al tiempo que presionaba mas el agarre y colocaba una pierna entre las de su esposo impidiéndole huir.
- ¿Qué me has estado ocultado? – cuestiono directo. Al ver que el moreno iba a negar se adelanto – ni se te ocurra decirme que nada.
-.. No sé qué quieres que te diga - dijo murata acomodando sus lentes- no tengo nada, sino me quieres creer es su problema “su majestad”
- ¿no me dirás?- el menor lo miro fijamente dándole a entender que de ahí no saldría ni una palabra – entiendo… hay otros “métodos” para hacer que alguien hable- susurro en el oído del moreno quien sintió un escalofrió recorrer su cuerpo al ver su sonrisa algo sádica.
-¿que har…?- no termino de contestar antes de que su cuerpo fuera girado bruscamente dándole la espalda al rubio sintió como este se apegaba totalmente a su cuerpo.
- veremos cuanto tiempo sigues pensando lo mismo- sentencio metiendo su mano en la camisa del menor quien gimió internamente mientras mordía su labio. Esa sería una larga noche para él.
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- ¿no te ibas ya?- cuestiono Yuri al notar como su rival se detenía en la puerta.
- no, antes hay algo que debo hablar contigo – sentencio mirando al moreno quien no se dejo intimidar - ¿Qué sientes por wólfram?- cuestiono sin rodeos, estaba harto de tanta falsedad.
- ¿eso que te importa a ti?- rebatió el rey algo sorprendido por la pregunta.
- mucho.. Yo amo a wólfram, eso no debe ser ningún misterio para ti – menciono kazuo - ¿lo amas?- volvió a preguntar.
- ¿amarlo? – musito el moreno mas para sí mismo que para su invitado.
A su memoria vinieron todos los momentos que compartió, cada sonrisa, cada escena de celos que el rubio le dedico, cada palabra de amor que el cruelmente desprecio
¿Amaba a wólfram?
Nuevamente recordó los últimos días donde tenía que soportar ver a wólfram con kazuo, cuando los vio besarse en la bañera, en el pasillo y sus miradas entre ellos… no podía ocultarlo más, estaba celoso. Pero ¿sería el capaz de hacer feliz a wólfram?
¿Merecía una nueva oportunidad después de ser él quien le rompiera el corazón al rubio? ¿Merecía que wólfram lo amara?
- ¿Yuri? – kazuo miro algo preocupado a su amigo al ver como el moreno estaba sumergido de en sus pensamientos – entiendo – dijo el joven murata sacando de su trance al rey - …. No perderé ante ti Yuri…
Sin decir más Salió de la estancia con la respuesta que buscaba, mientras que dentro del despacho un joven rey miraba con frustración la muerta donde había salido su amigo, un enojo lo encendió con rabia tiro todos los documentos de su escritorio.
- ¡CLARO QUE LO AMO IDIOTA!- grito con lagrimas en los ojos, lagrimas de frustración, de enojo e impotencia… pues él lo sabía, era muy tarde para recuperar el amor del rubio, y eso vaya que dolía.
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Después de que abandonara el despacho, un fuerte sentimiento de tristeza se instalo en su pecho, ahora no que deba duda alguna, su amigo estaba enamorado de wólfram… y este le correspondía ¿serikarma?, murata había dicho algo de que esos dos estaban destinados a estar juntos, entonces ¿Seria él quien los separaría?
Quería quitarse esas inseguridades de encima pero su conciencia le reprochaba por enamorarse del ex de su mejor amigo, sentía que les estaba fallando a todos y no le gustaba.
Pero ya había tomado una decisión y por más egoísta que sonara no se retractaría. Más aunque lo sabía ese sentimiento no lo dejaba en paz.
Algo indeciso cambio el rumbo de su destino hacia la habitación que la noche anterior conrad le había dicho que era la de su hermano. Necesitaba hablar con él, solo este sabría que decirle para quitarse ese peso que cargaba en sus pasos.
Algo perdido trato de orientarse en ese hermoso castillo, ahora abandonado por la oscuridad de la noche, sus pasos firmes y decididos se acercaban aquella alcoba donde su tierno y puro hermano debía estar descansando.
Ese pensamiento le hizo detenerse, lo último que quería era perturbar a su hermano pero este siempre decía que él estaría ahí cuando lo ocupara ¿entonces estaba bien?
Retomando su camino se acerco a donde recordaba era la habitación. Mas al acercarse a la puerta unas voces provenientes dentro de estas lo hicieron detenerse en el acto completamente paralizado.
-¡NO! ahh~ ya te dije que no – esa era la voz de su tierno hermano.
- veo que no sedes, no quería usar la fuerza pero no me dejas de otra – hablo un hombre si no se equivoca era ¿shinou?
- mgh shinou ah~ detente, sabes que no mhg
.- ya que te niegas hablar, usare tu linda boquita para algo mas – escucho como los gemidos ahogados de su hermano morían para dar paso a otro tipo de sonidos indecentes.
- ahh~ si cooperaras no tendría que forzarte – sentencio shinou sacando del shock en el que se encontraba kazuo.
Una furia se desato dentro del moreno y sin dudarlo abrió la puerta de una patada sorprendiendo a los dos amantes que yacían dentro.
Kazuo llevo su mano a su arma con claro enojo ante lo que sus ojos veían: su tierno hermano arrodillado ante ese maldito dándole sexo oral “obligado”, las mejillas de su hermano sonrojada junto con sus ojos llorosos fue el limite.
Ambos al ver a kazuo se separaron rápidamente el rey subió su pantalón mientras que murata no sabía ni dónde meterse de la vergüenza.
- TE MATARE- grito el moreno aventando el arma a un lado para aventarse sobre el rey, le partiría toda la cara.
Un fuerte golpe asesto el moreno al rostro del rubio mientras este de un movimiento logro soltarse
-¡espera no es lo que parece!
Esto solo enfureció a kazuo quien sin oír mas explicaciones volvió a perseguir a ese violador quien trepo la cama evitando que lo alcance, eso se convirtió en una persecución uno corría para que no lo atrapara y el otro le perseguía para matarlo.
Murata asustado por sus gritos trataba de calmarlos pero era olímpicamente ignorado por ambos, estaban demasiados concentrados en sus peleas que ni le prestaban atención,
-¡basta! ¡Deténganse!- rogaba el de lentes, un grito salió al ver que su hermano tomaba la espada que antes había tirado y se disponía a matar a su esposo - ¡BASTA LOS DOS!- grito fuera de sí, seguido de un leve mareo su cuerpo se sintió pesado y lo último que alcanzo a oír fueron los gritos preocupados de su hermano y marido.
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Afuera de la habitación perteneciente al gran sabio, Yuri se encontraba vigilando que kazuo no matara al rey original. Había acudido al escuchar los gritos de su amigo y predecesor rápidamente llamaron a Gisela quien ahora revisaba al menor mientras ellos esperaban afuera.
-¡todo fue tu culpa!- gritaba kazuo siendo detenido por Yuri para evitar otro herido.
- ¡tú fuiste quien interrumpió en nuestra alcoba!- acuso molesto shinou.
-¡estabas obligando a mi hermano a..! – ni siquiera podía decirlo, Yuri se sonrojo considerablemente entendiendo la situación.
-¡ES MI ESPOSO!- grito shinou ya harto de sus acusaciones.
- e-esposo.. – musito el menor de los muratas en una especie de shock.
- así es, ellos se casaron hace dos años – informo Yuri al ver más calmado al oji azul.
- ¡imposible! Murata me lo hubiera dicho – se negaba a creer que su hermanito adorable tuviera su vida hecha y él ni enterado.
- eso fue porque.. – antes de contestar el sonido de la puerta al abrirse los alerto, Gisela salió con un deje de tristeza pero rápidamente lo disimulo.
- ¿Cómo esta?- cuestionaron shinou y kazuo al mismo tiempo.
- se encuentra estable, solo un poco de estrés – mintió – por favor, trate de no hacerlo vivir emociones fuertes – pidió.
- ¿puedo verlo?- interrogo el rubio ganándose la mirada resentida de su cuñado.
-… me pidió que primero entrara su hermano – menciono dirigiendo su mirada a kazuo – quiere hablar con él a solas- sentencio.
El nombrado asintió, antes de mirar a ese violador con patas y entrar en la alcoba con un deje de miedo ante lo que pudiera oír.
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Dentro de la recamara un joven peli negro/azulado esperaba que la joven Gisela dejara pasar a su hermano. Aun recordaba cuando despertó acompañado de esta.
Fue muy irresponsable al bajar la guardia, Gisela había amenazado con declarar todo pero gracias a su poder de convención logro que esta le diera un poco más de tiempo, sabía que este tipo de cosas pasarían pero no había pensado que hacer cuando se empezaran a notar los síntomas de su condición.
- shinou me matara – bromeo con tristeza ¿Qué diría shinou si lo supiera? ¿Lo obligaría a…? ¡No! ni shinou ni nadie lo haría hacer aquella atrocidad primero lo dejaba.
- ¿ken? – la voz de su hermano lo saco de sus pensamientos, se notaba que estaba dolido, y algo preocupado por su condición.
- ¿lo sabes?- cuestiono invitándolo a sentarse a su lado, el moreno asintió y obedeció.
- ¿por qué no me lo dijiste antes?- reclamo levemente dolido – soy tu hermano – tomo las frías manos del consorte – tu eres todo lo que tengo – sentencio besando las mismas con cariño.
- tenía miedo – respondió – miedo a que me rechazaras ¿Cómo te explicaría todo esto?- se cuestiono mirando a su alrededor - … no querías que te decepcionaras de mi – explico bajando la mirada.
- ey – con cariño tomo su mentón obligándolo a verlo – yo nunca me decepcionaría de ti, eres mi hermano, quien me saco adelante pese a estar solos en este mundo... Eres mi mayor tesoro – los ojos del peli negro/azulado se empañaron en lagrimas sin poder ni querer evitarlo se aferro al pecho del menor.
- idiota sniff yo soy el mayor – reclamo entre el llanto.
- no lo parece – kazuo acariciaba la melena del mayor con cariño-… dime… ¿lo amas?
-.. Si, lo amo desde hace mas años de los que puedo contar – la seguridad con la que lo dijo conmovió al menor
- ¿te hace feliz?- más le valía que la respuesta fuera un sí, o de ahí no saldría.
Sin querer evitarlo el cuerpo del moreno se tenso, aquella pregunta le había recordado esa época donde sufrió como nunca, donde el rechazo del rubio le provoco noches de tristeza y dolor, donde solo con verlo las ganas de huir y no volver afloraban en su mente, definitivamente una época a la cual no quería volver.
Kazuo al notar como nuevamente su hermano comenzaba a llorar se tenso notablemente, su entrecejo se frunció mientras consideraba las opciones para matarlo y que nadie descubriera el cuerpo. Haciendo un poco de fuerza separo al menor dispuesto a matar al rubio pero este lo retuvo adivinando sus pensamientos.
-¡no es eso! – negó rápidamente
- no mientas, te conozco muy bien – aseguro el moreno.
- ¡que no es eso!- volvió a negar un poco mas enojado- … es solo que, nosotros no empezamos muy bien pero ahora soy muy feliz con el
- ¿Qué te hizo?- cuestiono al tiempo que ken desviaba la mirada, algo molesto le tomo del mentón y le hizo que volviera a verlo- dímelo TODO.
- e-es muy largo jeje – el menor se sentó cruzado de brazos.
- tenemos toda la noche, inicia- ordeno con un tono que el mayor sabia era imposible llevarle la contraria.
- ahh~ no me interrumpas hasta que termine.
El menor inicio su historia con nostalgia, en ocasiones sus ojos se nublaban de lagrimas ante el recuerdo y en otras sonreía con nostalgia al hablarle de Arthur y su apoyo, kazuo escuchaba todo atentamente mientras sus puños se apretaban ante el esfuerzo por no salir a matarlo.
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Fuera de la habitación hacía rato que Yuri y Gisela se habían retirado a dormir, mientras shinou aun esperaba recargado en una pared los minutos pasaban y no había resto de que fuera a salir, cuando pensó en entrar a la fuerza la puerta se abrió dejando salir a kazuo quien traía su rostro cubierto por el flequillo.
- ¿kazuo?- le llamo el rubio confundido por su falta de insultos o palabras.
. – Tu – bramo el moreno tomando de las solapas con violencias, sus ojos estaban algo rojos - ¡mas te vale hacerlo feliz! O juro que acabare con tu linda cara – sentencio soltándolo para luego irse a descansar no sin antes darle las buenas noches a su ángel.
- jajaja se ve que es hermano de mi amado sabio – se rio el rubio viendo por donde se había ido su “amado” cuñado- creo que me equivocare al ayudarlo.
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Templo de shinou
En la estancia donde se almacenaban las cajas se encontraban shinou y kazuo en la espera de que el primero le digiera al menor que era lo que tenía que hacer, la tensión era notable entre estos dos pero aun así la presencia de ulrike aminoraba esta misma.
-su majestad shinou, los preparativos están listos- aviso la “joven” sacerdotisa.
A su alrededor otras chicas sostenían una roca blanca formando un circulo, esto extraño al moreno ¿para qué querían eso? El se imaginaba que irían a un lugar muy peligroso y haría una locura donde arriesgaría su vida, pero en vez de eso estaba ahí parado viendo a un grupo de chicas con extrañas ropas actuar raro.
-¿Qué? ¿Esperabas algo más extravagante?- cuestiono el rubio adivinando sus pensamientos.
- a decir verdad si.. ¿Para qué me ayudaran unas rocas a controlar el aire?- interrogo dudativo el menor.
- estas rocas fueron traídas de las montañas Aupa, situadas en los confines del mundo. La energía vital se manifiesta en cada cosa que abunda la tierra, por ejemplo mi elegido adquirió su poder al beber agua del lago Aizural – explico sin ánimos de alargar la explicación.
- creo entender
- ¿quieres ver algo extraordinario?- kazuo asintió sin entender a lo que se refería, la sonrisa del rubio se ancho mientras le decía a ulrike que iniciara.
La joven asintió y alzo sus brazos, una especie de neblina azul comenzó a salir de cada roca concentrándose en el centro del circulo formado por las doncellas, kazuo no podía creer lo que veía se sentía como en una película medieval de magia ¡esto era Harry Potter!
La neblina comenzó a concentrarse tomando forma humana en frente de los ojos del moreno, una hermosa mujer hizo su aparición, su largo cabello azul cielo combinaban con sus ojos del misto tomo, su ropa estilo árabe con telas casi transparentes no dejaban mucho a la imaginación.
- ¿puedo saber para que me has llamado mi rey?- cuestiono la vos de la chica una vez materializada por completo.
- necesito que hagas un pacto – explico brevemente, entre más rápido acabaran con esto, sería mejor.
- ¿un pacto? – La joven miro a kazuo sonriente- ¿con ese apuesto hombre? ¡yo encantada!
- Sasel – le llamo el rey- ese hombre es el prometido de mi descendiente más respeto – sentencio el rubio.
- jajajaa no te pongas celoso shinou-heika- la chica rio coquetamente al tiempo que le giñaba el ojo – tu también eres muy apuesto, lástima que estas casado – hizo un mofin.
- si… y con MI hermano- sentencio kazuo cuestionándose si en verdad era buena idea hacer el contrato con esa mujer.
- sasel deja de jugar con el ¿o quieres que azhura se entere? – cuestiono shinou viendo como el rostro de la joven palidecía.
-¡ni se te ocurra! Sabes que ella puede llegar a ser muy posesiva – esto extraño al moreno.
- acaso esa chica es…- insinúo kazuo algo emocionado.
-¿azhura? Ella es la diosa del agua y si, es mi pareja – explico brevemente.
- bueno entonces, supongo que no te negaras hacer el contrato con el ¿Verdad?
- tsk.. Eres un demonio astuto- bramo la joven para luego dirigirse al moreno- en efecto es candidato para mi elemento – la chica cerro sus ojos un momento y dejo que esa extraña neblina cubriera al moreno mientras se adentraban en su piel fundiéndose con su cuerpo.
Al terminar ella solo sonrió divertida al ver la mirada confundida del menor.
-¿ya? ¿Eso es todo?- no lo podía creer.
-¿Qué esperabas? ¿Aventarte de un volcán, luchar con dragones o robar una joya?- shinou quiso reír al ver que kazuo se sonrojaba al acertar en sus pensamientos.
- ¡c-claro que no! – trato de negar. Sus ojos se dirigieron a sus manos viéndolas con duda - ¿en verdad ya puedo dominar el aire?
Tanto sasel y shinou soltaron a reír molestando un poco al menor.
- jaja perdón – se disculpo shinou para luego tomar una postura más seria- en este momento ya eres portador del elemento aire pero el que lo domines dependerá de ti y tus emociones.
Una sonrisa afloro en el rostro del oji azul, ahora podría proteger a su amado ángel.
Continuara….