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La manipulación de la serpiente. por kitsune_nya

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Notas del capitulo:

lamento el retraso, perdi toda lla informacion de mi laptop y por eso tuve que volver a escribir es capitulo.

 

capitulo 2 : viernes 10 de junio 

 

actuaalizacion los viernes o sabados.

 

dejen sus comentaruis. gracias a todos por sus comentarios. respondere sus comentarios enseguida, y de nuevo gracias.

Capituló 1 .

-------4 de febrero de 1984-------
--------Mansión Malfoy--------

-Edad: 4 años.

Narcissa Malfoy, era una hermosa bruja joven. Con cabellos rubios atados en ese momento en un elegante moño, poseía unos profundos ojos azules, los cuales demostraban una frialdad elegante que te hacía imposible sostenerle la mirada por mucho tiempo. Su porte y apariencia fríos y delicados la hacia una figura pública respetada y envidiada.

Estaba elegantemente vestida con una túnica verde claro impecable, un costoso collar de diamantes pequeños adornaban su cuello pálido y elegante. Se encontraba mirando con aburrimiento el panorama frente a ella, pero sin cambiar su expresión fría. Unas cuantas mujeres importantes, obviamente sangre pura que cuchicheando de cosas banales justo frente a ella. Narcissa fingía con cortesía escucharlas, aunque la conversación no fuera de su interés en lo más mínimo.

Se encontraba perfectamente sentada en una pequeña silla de jardín, mientras sostenía una tasa con sus perfectas e impecables manos. Ese día se encontraban reunidas tomaba el té en una de las terrazas enormes de la mansión Malfoy.


—Madre — Una pequeña Pansy Parkison grito en un tono chillón hacia si madre. Corría hacia la mesa donde estaban reunidas, en una (para Narcissa) demostración de total falta de educación. La pequeña de tan solo 5 años hacia pucheros y gritaba en un tono agudo, cosa que desagrado enormemente a Narcissa, la cual frunció el ceño levemente.

—¡Draco no quiere jugar conmigo! ¡ Lo único que hace es sentarse bajo ese tonto árbol, y leer ! — La madre de la pequeña, y matriarca de la familia Parkison miro nerviosa a su amiga, mientras intentaba detener las palabras de su hija desesperadamente.

—Draco se encuentra estudiando señorita Parkinson, así que agradecería que lo dejara por ahora — La niña miro a la hermosa mujer rubia frente a ella, al ver su mirada cortante solo pudo estremecerse mientras bajaba la cabeza —Pero si se siente más cómoda, iré a hablar con el— Narcissa se levanto de su asiento, y sin esperar palabra camino hacia los hermosos jardines de la mansión.

Su pequeño de 4 años se encontraba recostado bajo un árbol, leyendo un libro de tapa gruesa sobre el arte oscura y objetos embrujados y peligrosos.

—Dragoncito — El Niño levanto la cabeza para mirar a su madre. La mujer no pudo evitar estremecerse al ver la mirada nada infantil en los ojos plateados de su hijo.


Narcissa no pudo evitar preguntarse por un momento. ¿Cuándo había dejado de ser ese niño caprichoso, y berrinchudo? para volverse alguien que a veces no podía reconocer cómo su hijo.

—Mami— Draco se arrojó a los brazos de su madre de inmediato y con cariño beso su mejilla . El, con su basta inteligencia y experiencia noto de inmediato que su progenitora había comenzado a sospechar de su nueva extraña aptitud, nada típica de un pequeño de 4 años.


Draco había decidido utilizar toda su experiencia en la actuación y la mentira, para comenzado a actuar a propósito de forma más infantil frente a sus padres, para no levantar sospechas, los cuales se alegraron ( aún desconfiados ) enormemente del regreso de la anterior personalidad del niño aveces. Aunque en ocaciones no podían evitar dirigirles una mirada de duda y aveces hasta con algo de miedo. 

A pesar de decir que era una fachada, Draco sabía muy en el interior que el  lo disfrutaba. Disfrutaba que sus padres ahora vivos, lo mimaran como si fuera un infante, a pesar de sentirse avergonzado de inmediato al tener esos pensamientos tan tontamente infantiles.

— Draco— El anciano disfruto del aroma dulce que desprendía la mujer, al mismo tiempo que disfrutaba de la calidez que lo envolvía al sentirla tan cerca de ella .

—Par-..¿Pansy a ido a llorarle a su madre?— Pregunto Draco en un tono suave tan poco habitual en un niño tan pequeño, la mujer río un poco mientras asentía. Draco disfrutó de la risa dulce de su madre, algo que no muchas personas habían tenido el placer de escuchar, solo miembros de su familia.

—Se que es molesta, pero intenta soportarla un poco — El Niño asintio como si no hubiera otra opción —Chocolates te estarán esperando en tu cuarto si haces esto por mí — Una sonrisa infantil se formó en sus labios. El anciano recordó con fastidio a su enfermera, una mujer vieja y amargada que le había prohibido comer chocolate hace ya 10 años, y durante 10 años los chocolates y dulces estuvieron prohibidos en su hogar, solo por capricho de esa mujer odiosa que en ese momento extrañaba.

—¡Si madre! — Exclamó en tono feliz, su madre río de nuevo.

—Esto lo tome de la fiesta — Le pasó un pequeño pastelillo a su hijo, y 2 chocolates envueltos. Aperitivos de la fiesta de té.

—Gracias madre — El Niño beso su mejilla, en un gesto dulce que se había acostumbrado a hacer.


—Dragón — La mujer beso la respirada nariz de su hijo de forma dulce. Se levanto y dio media vuelta para continuar su camino de vuelta a su fiesta. 

 

-----------O-----------

-----4 de octubre de 1986-------

-Edad: 6 años.

Era un día lluvioso y frío en la mansión Malfoy. El cielo gris tronaba con fuerza mientras se iluminaba con el brillo blancos de lo rayos y truenos, los cuales rompían la quietud del silencio al caer a la tierra fría, las rosas mágicas de los Rosales de Narcissa Malfoy crecían sin control, dándole un aspecto fantasmal a los jardines fangosos y fríos de los jardines de los Malfoy, no había dejado de llover en más de 1 mes, y la temperatura no había subido en ningún momento desde que ese extraño clima habría comenzado. Draco Malfoy de 6 años de edad se encontraba sentado en uno de los enormes sillones de la sala de estar de la mansión. Cubierto por un cobertor grueso y acogedor. Sobre sus pequeñas piernas descansaba un libro de tapa gruesa y bastante grande. Sus pequeñas piernas se balanceaban de un lado al otro al no alcanzar el suelo, por la altura del sillón.

Mientras leía entremetido su libro sobre artes oscuras, disfruta en silencio como el piano se tocaba solo, con sonidos melodiosos y melancólico que completaba el ambiente tétrico y fantasmal de la mansión.

Una fantasmal Narcissa Malfoy entró a la sala con paso firme. La sala de inmediato cayo en un silencio sepulcro a la entrada de la matriarca.  Su rostro ya de por sí pálido, poseía en ese momento un nada sano tono de blanco cal, producto de la enfermedad que la había mantenido en cama casi toda esa semana.

Sus labios normalmente coloridos lucían blancos y agrietados, lo que acompañado con el abrigo grueso y blanco, y el tono claro de su cabello rubio le daba una apariencia aterradora.

—Draco, cariño— El Niño dejó de mirar el libro para poder mirar a su madre, la cual se veía bastante enferma y delicada. Su voz salió en un tono ronco y duro —¿Viste a tu padre? — Pregunto en tono grueso, sus ojos estaban ojerosos y lagrimeaban un poco. Pero, a pesar de lo enferma que se encontraba, Narcissa Malfoy lucia impecable, con el cabello recogido en un moño grande y con un vestido blanco sencillo acompañado de un abrigo grueso y blanco, continuaba tan elegante como siempre a pesar de encontrarse descalza .


—Esta en su estudio, madre — Dijo en tono dulce, su voz salió más aniñada de lo normal. La mujer asintió mientras se acercaba para acariciar su mejilla.

—Suficiente de lectura, estas frío como el hielo— Susurro, mientras le hacía cosquillas. El Niño se retorció dejando caer su libro, disfrutando de las cosquillas de su madre le propinaba. Ella lo cargó con algo de dificultad, para poder besar su frente —Te has vuelto tan pesado ¿Dónde quedo mi bebe pequeñito?— Susurro intentado dulcificar su voz por la ronquera, pero su voz salió en un tono extraño que hizo a Draco reír —Ve por una leche tibia a la cocina, y luego a la cama— El asintio de inmediato, ella lo bajo y volvió a cubrirlo con el grueso cobertor. 

—Si mami— Corrió hacia la cocina dejando su libro atrás. 

 

Narcissa se giró, caminando hacia las puertas de estudio de su esposo con paso firme.

—¡Lucius! — Exclamó furiosa al abrir la puerta de la oficina. Lucius Malfoy, que se encontraba sentado  en su silla de cuero dio un salto de sorpresa. Narcissa miro con desagrado la gran cantidad de papeles a su alrededor, evidencia del trabajo atrasado que tenía pendiente su esposo. 

El rostro de su esposo estaba palido y ojeroso, su nariz estaba roja como un tomate y su cabello estaba totalmente desordenado y despeinado, algo nada común en el. Allado de los papeles había una tasa humeante que Narcissa sabía que era chocolate.


—Querida— El hombre se levanto para mirarla, Narcissa fruncía el ceño con molestia.


—Estas enfermo, vete a la cama— Su tono salió cortante y demandante, con su voz ronca Lucius la escucho aún más amenazante de lo normal. La mayoría de las veces su hermosa esposa era dulce y reservada, mantenia las apariencias con una mirada frío y un rostro inexpresivo, pero realmente cuando estaba preocupado o molesta podía ser realmente aterradora.

—Me siento bien — La mujer camino hasta el, poniendo sus manos en cada una de sus mejillas —Tus manos están frías — Dijo mientras pegaba su rostro aún más, poniendo una sonrisa boba.

—Ya no tienes fiebre, pero debes descansar — El hombre beso con amor las manos de su esposa, la cual no pudo evitar sonreír.

—Tu voz se escucha muy extraña, te escuchas como mi padre— Susurro en un tono dulce, Narcissa rio por el comentario de su esposo.

— Tu luces como el reno de ese cuento Muggle con la nariz tan Roja— Ambos rieron, sin notar la mirada plateada  que seguía sus movimiento con intensidad.

Un sonido llamo la atención de ambos. Una hermosa lechuza totalmente negra picoteaba la ventana empañada, tratando de llamar la atención de la pareja.


—No conozco esta lechuza — Lucius se levanto de su silla, abriendo la ventana para dejarlo pasar a la lechuza. Un sobre negro con un sello rojo fue dejada sobre el escritorio de caoba por la lechuza, la cual de inmediato salió volando por la ventana.

—Este sello— Narcissa tomó la carga, examinando el sello con mirada crítica, el cual le resultaba muy familiar. La mujer abrió la carta al ver que no tenía remitente.


—Hermosa letra— Exclamó la mujer, al ver la caligrafía dorada nada común

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“Malfoy prepárense para morir.

El día de hoy e decidido advertirles sobre su horrible destino.

Mi nombre no es importante.

lo único que a ustedes les concierne es la información que vengo a darle.  

Dentro de 12 años comenzará una guerra que acabara con la vida de Narcissa.

6 meses después, Lucius morirá a manos de él amo que tanto admira.

¿qué pasará con Draco?  El después de la Victoria de Harry potter, quedará preso en Azkaban.

16 años de su vida sin ver la luz del sol.

El ministerio tendrá más problemas en ese momento.

Pronto, la sangre mágica de todos los  mestizos o sangre sucia comenzará a borrar en la parte mágica de la sangre de todos.

Con un 50% de los sangre pura en prision, y la sangre mágica que se debilita cada vez más, el ministerio tomará medidas drásticas.

El matrimonio entre sangre sucia y sangre sucia, o con muggles quedará prohibido, o de lo contrario tendría que dejar cualquier comunidad mágica para siempre.

Y comenzarían a exigirles a los sangre pura que comenzarán a tener muchos hijos.

Todo terminaría como el señor oscuro lo quería, los lazos entre la comunidad mágica y los muggles quedaría completamente roto, pero todo bajo la mano del mismo ministerio, que con el tiempo se habían vuelto bastante tiránicos.

Se comenzaría a implementar una forma para controlar el control natal de los sangre sucia y los mestizos. 

20 años después todos serían magos, los hijos de Muggle terminarán siendo alejados de su mundo y obligados a deshacerse de la posibilidad de tener hijos Muggle. 

Casi todos los hijos de Muggle no volvía a ver a sus padres, si tomaban la decisión a los 16 años de cortar sus lazos con el mundo de afuera y quedarse dentro de alguna de las comunidades mágicas. Pero si renunciaban, sus hijos nunca podrían entrar en la comunidad mágica.

Todo por el miedo que la sangre mágica se volviera a desintegrar como hace algunos años.

Con el tiempo, todo se volvió “Pacífico”. 

Una tiranía aún peor que Voldemort arrasara con todo.

Y al final, Solo quedó silencio.
 


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La pareja se miro entre sí cuando Narcissa terminó de leer.

Hay algo más.


—Hay algo más— Dijo en tono extraño Narcissa —«Volteen el sobre» — Lucius lo hizo. Calleron varias botellitas y una aguija para cocer, golpeando sonoramente contra el escritorio de Lucius —«Ya saben qué hacer con los recuerdos, cuando este lista su repuesta usen la aguja para mandarme su carta. Firma. El oscuro »— Susurro Narcissa en un tono suave, como si toda la energía de su cuerpo hubiera abandonado su cuerpo de repente.

—¿Lucius? — El hombre rubio se levanto de su asiento, y camino hacia el pensadero —Narcissa, pasame las botellas— La mujer asintió. Camino hacia él con las botellas en las manos, le pasó la primera botellita. Lucius arrojó el recuerdo dentro del pensadero  y de inmediato comenzó a examinar el recuerdo. 

Narcissa miró con duda a su esposo, el cual al terminar ver el recuerdo se levanto para mirar a su esposa de nuevo, esta vez totalmente pálido. 


—El señor me matará— Susurro con enojo. Sus ojos brillaron de forma extraña — Pasame el otro — Ella asintió, y así siguieron por 4 frascos más, hasta que solo quedo uno.

—Déjame ver este— Los ojos de Narcissa brillaron con tristeza, al ver cómo su esposo veía la destrucción de su familia justo frente a sus ojos —Por favor— Lucius suspiro pesadamente, dando un paso atrás para darle paso a su esposa. 

Mientras Narcissa miraba el recuerdo, Lucius pensó con amargura en todo lo que había visto hasta ese momento, entre ello la muerte de su bella esposa y la de él mismo a manos de su amo, como Draco se encontraba en Azkaban completamente solo, la horrible tiranía del ministerio, la destrucción de la mansión Malfoy por miembros de ministerio y claro, el horrible comienzo de infierno del ministerio, la guerra de 10 años en la cual había  muerto Severus. 

— Lucius — Su esposa lo saco de sus pensamientos, su cara tenía una extraña sonrisa  —Potter ganó — El la miro con sorpresa.

Lucius Malfoy aún bastante pálido, pero aún con la nariz roja como un tomate. Tomó un pergamino de su escritorio y con el mayor cuidado que pudo comenzó a escribir una carta.
 

---13 marzo de 1987 ---

Edad: 7 años

Lucius Malfoy Sintio como el sudor frío se deslizaba suavemente por su espalda, por la tensión de momento que en ese momento agobiaba su mente.  Miro con intensidad los ojos de su oponente, esperando con impaciencia el siguiente movimiento que por culpa de un descuido, sabía que iba a perder.

—¡Gane! — Su pequeño hijo salto de su asiento, mientras sostenía a la pieza de la reina negra entre sus dedos, la cual hace unos segundos había sellado su derrota al comerse a su rey. 

—Has ganado — Draco feliz corrió para poder sentarse en sus piernas de su padre, con una enorme sonrisa en la comisura de los labios. 

Severus Snape sentado en uno de los cómodos sillones de la estancia sonreía, mientras tomaba un sorbo largo de té. Ese era un día muy especial para Draco, era la reunión de hombres, que se reunía semanalmente en la mansión Malfoy. “ las reuniones de hombres” era algo que Lucius Malfoy había inventado cuando Draco apenas tenía 2 meses de edad. 


Todo había comenzado un día en el cual Lucius había llegado de un largo viaje de trabajo. Había ido de inmediato a ver a su pequeño vástago a su habitación, con la intención de poder pasar algo de tiempo con el, pero algo que Lucius nunca esperó fue que apenas cuando había tomado al bebé, el había comenzado a llorar como si fuera un extraño el que lo tomaba. Lucius, con el ego y el orgullo herido, había decidido convertir todos los domingos en un día especial solo para Draco y para el ( con los años Severus se había unido)  donde solían hacer cualquier cosa con tal de no aburrirse, Lucius deseaba pasar el mayor tiempo que pudiera en la vida de su hijo, pues sabía que el algún día crecería para ser un Malfoy, una persona que no podía (Por regla de los Malfoys) sufrir, ni por sus propios seres queridos

—¿Ocurre algo Dragón? — Pregunto al ver como El Niño se acomodaba en sus brazos, cerrando los ojos con cansancio.

—No es nada— Dijo antes de quedarse dormido. Lucius se levanto, aún con el cuerpo de su dormido hijo en sus brazos .

—Espera aquí— Le dijo Lucius  a su amigo, mientras acariciaba la espalda suavemente de Draco.

Con Draco en brazos, Lucius subió las escaleras lentamente. Entro a la desordenada habitación de Draco, acostándolo en la enorme cama y cubriéndolo con una gruesa manta.

—Lo siento — Susurro mientras acariciaba la blanca mejilla de su hijo —Perdóname Dragón — El rostro de Lucius fue opacado por la sombra oscura que apareció a su alrededor —Tu madre y yo, daríamos todo por ti— Beso la blanca frente de su hijo , antes de levantarse y salir del cuarto. Sin notar como unos ojos grises se abrían para observar la puerta por donde había salido el rubio mayor.

------8 de diciembre de 1988-----

Edad: 8 años.

Un Draco Malfoy de tan solo 8 años se encontraba cómodamente sentado en la sala de su hogar, leyendo un grueso libro de pociones avanzadas y plantas extrañas, mientras disfrutaba de una taza de chocolate caliente y galletas que hace apenas unos momentos le había traído uno de los elfos de su familia .

—Narcissa — Su padre llamo a su madre, la cual se encontraba pálida y bastante nerviosa. Draco sonrió con malicia, mientras los escuchaba cuchichear con secreteo, y con regocijo pensaba en como todas las pequeñas ruedas de su plan comenzaban a girar.

-----/Lucius-------


Lucius Malfoy tomó un sorbo largo de su whisky de fuego, examinando por octava vez la carta sin remitente que había llegado a su escritorio el día anterior, la 10 carta que le había llegado del mismo remitente desde hace 2 años.

—No puede ser cierto— Exclamó al notar los hermosos trazos en tinta dorada, caligrafía clásica, típica de un anciano sangre pura.

—Otra vez firma como “El oscuro” —El hombre trago saliva suavemente — Si esto es verdadero, debo encontrar a este hombre — Lucius tomó un pedazo de papel, y con algo nerviosismo comenzó a escribir  .

—No sabemos quien pueda ser — Su mujer lo vio escribir con impaciencia, su mirada se encontraba invadida de preocupación y tristeza.

—Nos a escrito por dos años Narcissa, y todo lo que a dicho se a vuelto realidad — Su rostro había perdido su color totalmente.

—Solo si hace lo que prometió confiaremos en el — La mujer suspiro pesadamente, sacando de un sobre de color negro bastante viejo una aguja pequeña.

—¿Está listo? —Pregunto Narcissa, Lucius le pasó la carta su esposa, la cual tomó la aguja y con ella toco la carta. La carta desapareció al segundo siguiente.

—Tengo que ir a la oficina— Dijo Lucius levantándose, mientras besaba la frente de su esposa.

—Yo tengo reunión con el comité, todavía tenemos que decidir qué lugar usaremos para la próximo evento de caridad — Ambos caminaron hacia la chimenea, cada uno tomó su camino utilizando el polvo flu.


Draco se levanto cuando ya no noto la presencia de sus padres en la mansión. Camino por un rato por un largo pasillo del ala este de la mansión,hasta llegar a la entrada a las mazmorras. 

Abrió la puerta de pesado metal y comenzó a andar por el laberinto de pasadizos y puertas de las mazmorras, hasta llegar a una de las puertas más escondidas, en uno de los confines más alejados del castillo. Un cuarto del tamaño de un closet lo recibió atrás de esa puerta, el muchacho bajo la antorcha apagada que era lo único que alumbraba ese extraño cuarto.

La pared se abrió, dejando a la vista un enorme estudio bastante viejo, el cual resultaba ser de la propiedad de su difunto bisabuelo. Draco había encontrado ese pasadizo por casualidad, a la edad de 80 años, vagando por el castillo se topó con la habitación tan extrañamente pequeña, la cual solo podía ser vista por un verdadero Malfoy.

Draco sabía que su padre jamás entraría en un lugar como las mazmorras, simplemente por qué el odiaba las mazmorras sobrias de la mansión Malfoy, y su madre al no ser una Malfoy no podría ver nisiquiera la puerta.

—Ya casi— Dijo en un tono suave, mientras caminaba hacia 3 calderos sellados los cuales burbujeaban ferozmente.


—Theode — Exclamó, de inmediato una elfo domestica apareció frente a sus ojos. 

—Amo Oscuro, señor — Hizo una reverencia. La pequeña criatura había sido comprada por Draco hace un año , todo el trámite echo por cartas y lechuzas. La criatura era antes elfo domestico de los potter,  había sido vendido por un hombre que solo se aprovechaba del prestigio de la familia para conseguir dinero , Draco de inmediato le había mandado una carta al hombre que la vendía y le había pagado con una moneda de oro antigua que había encontrado en el estudio de su bisabuelo. Sabía que no podía contar con los elfos de su familia por qué le informaban todo a sus padres, así que había comprado uno propio, el dinero que había encontrado ( que era mucho) le había ayudado a comprar ingrediente para pociones y comida, una lechuza y también un sello para “ el oscuro ” sin tener que tomar grandes sumas de dinero de su padre y no levantar sospechas.


— Harry Potter —Susurro, mientras arrojaba un ingrediente más a una de las 3 pociones —Esta terminada— Su rostro se iluminó de inmediato. Tomó la varita de su bisabuelo, y con ella atrajo 2 pergamino. Las arrojó a la poción, y las saco pocos minutos después, los 2 pergaminos lucían intactos, y ahora estaban de un color más grisáceo.

Se sentó y comenzó a escribir una corta carta en uno de los 2 pergaminos , luego de algunos minutos la metió en un sobre e utilizó el sello del oscuro para sellarlo.

—Espero que funcione — Dijo en un tono triste —Ya sabes qué hacer— Le dijo a su elfo, el cual tomo el sobre y desapareció. 


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Harry Potter de 8 años yacía sentado en su alcoba/desván, mientras leía un libro viejo sobre viajes marítimo famosos. Sus tíos habían salió y lo habían dejado encerrado toda la mañana con un libro viejo perteneciente a su primo, el cual estaba totalmente destrozado y roto.

Harry se recostó en su pequeña cama, aburrido de leer por décima vez el mismo libro.

Suavemente cerró los ojos con sueño, mientras pensaba en cualquier cosa. Abrió los ojos al escuchar un sonido extraño, se levanto para poder mirar afuera con miedo. Algo llamo su atención, algo que antes no estaba allí, un sobre negro descansaba sobre su “Escritorio”. 

—¿Una carta? No tiene remitente— Pregunto al tomarla delicadamente. El Niño con curiosidad abrió el sobre, y comenzó a leer la carta.

«Harry Potter, no tengas miedo.


Escribe sobre esta carta por favor.

Cuando las letras desaparezcan

Yo soy tu amigo.

Siempre té defiendo.

Y algún día.

Nos conoceremos.

Firme, el Dragón» 

Cuando terminó de leer las letras desaparecieron, y un chocolate apareció mágicamente encima de la carta.

—¿Qué? —Harry levanto de su cama con sorpresa y miedo —¿Chocolate? — Pregunto aún más calmado. Harry tomó el chocolate con duda y al ver que no parecía peligroso lo comió de inmediato.

Tomo un bolígrafo y sobre la carta escribió un sencillo “¿Quien eres?” Los cuales desaparición de inmediato.

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Draco sonrió al ver que la descuidada letra de Harry, y como había escrito sobre el pergamino.

—A funcionado — Exclamó feliz, dando un saltito de felicidad —Un león curioso al fin y al cabo—. 

"Puedes llamarme Dragón"

Escribió Draco.

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—¿Dragón? — Pregunto es voz alta el otro niño.

"Es un lindo nombre, pero podrías decirme ¿Cómo hiciste esto?"

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Draco atrajo una silla y se acomodó para comenzar a escribir.


“Soy un mago, al igual que tú "


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Harry soltó una exclamación.


"Yo no soy un mago Dragón"


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"Si, eres un mago pero es un secreto, hasta que tengas 11 no puedes decirle a más nadie, mucho menos sobre mi"

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"Entiendo, pero es muy genial que yo sea un mago, todavía no puedo creerlo.  "


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”Es algo increíble, pero no eres un mago ordinario"

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"¿No soy un mago ordinario ? a que te refieres "

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"Algún día lo sabrás"

Y así continuaron por horas, los días pasaron volando, y luego los meses.

Draco le hablo a Harry sobre muchas cosas que desconocía de su mundo, mientras Harry le contaba sobre su vida dentro de un closet bajo una escalera, cosa que había echo a enojar enormemente a Draco.

En Navidad Draco le había mandado a Harry una cesta de dulces, unas camisetas de su talla, unos libros de hechizos y un pequeño banquete con su elfo doméstico. En año nuevo de nuevo le había mandado comida y dulces. Ya que había tenido que asistir a una de esas fiestas donde habían “personas importantes”, no había podido hablar con Harry, pero se había dedicado en mandarle un banquete ya que su familia tenían invitados, por tanto el permaneció en su habitación y se había quedado sin cenar dentro de su “Cuarto”. 

Con el tiempo, ambos se había vuelo demasiado cercanos, escribiendo siempre que pudieran, o mandándose cosas que en su mayoría eran dulces. Harry le había enseñado algunos dulces muggles, que eran los que no le gustaban a su primo y por lo tanto su tía desechaba, y el terminaba salvaron antes de ser desechados.

Draco le había regalado a Harry en su cumpleaños además de un pastel, también una colección de libros mágicos que se proyectaban, un poco de ropa de su talla, una pijama y al final una taza de chocolate caliente con galletas y le había revelado que tenían la misma edad.

Y así llegó el cumpleaños de Draco, el cual ya Harry sabía por un descuido de Draco. Le había mandado a Harry una rebanada pastel y le había contado sobre la aburrida fiesta, donde había sido acosado por “Chica fastidiosa 1”

Mientras tanto, Draco continuó mandando cartas a diferentes personas importantes y había ganado dinero vendiendo pociones creaciones suyas en el mercado negro.  


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Y así llegó el día, faltando 1 mes para cumpleaños número 11 de Harry. Draco le había prometido que se verían en Hogwarts, y se conocerían al fin, antes de pedirle a Harry que destruyera sus pergaminos por seguridad. Harry había llorado y se había quejado mucho, pero al fin había arrojado la nota al fuego por petición de su amigo. Así habían pasado algunos días en los cuales, por primera vez Draco no había sabido nada de Harry en varios días.

—Draco, se nos hará tarde— Narcissa Malfoy entró a su habitación de su único hijo,  el cual miraba por la ventana con una mirada melancólica. 

—Entiendo— Draco se levanto , caminando tranquilamente con dirección a la chimenea. 

—Primero iremos a la tienda de túnicas— Le susurro su madre con una última sonrisa, pero de un momento a otro la sonrisa de su madre murió. Sus 2 padres endurecieron su rostro, y le dirigieron una mirada significativa que Draco entendió de inmediato «actuara como un Malfoy» cosa que hizo de inmediato.  -


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