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¡Voy a conquistarte! por DNA

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Notas del fanfic:

Volví!!! *u*

Sí, estoy viva aun después de haber visto la perfección de los teaser... sobreviví hasta ahora TTuTT

Espero que la historia que traigo les guste y antes de empezar tengo cosas que aclarar, primero que nada muchas gracias a todas las personitas que me apoyaron tanto con Pequeña estrella, las amodoro.

Ahora sí las aclaraciones, bueno esta historia sera corta no sé todavía cuantos capítulos pero sera cortita, actualizare cada tres días y sera un solo cap, creo que sería todo así que de todo corazón espero les gusta OuO

Notas del capitulo:

Creo haber puesto ya todo lo importante así que sin más les dejo el primer cap.

Disfruten~

¿Por qué le pasaba esto a él?

Era lo único que Luhan podía pensar mientras arrastraba de mala gana sus pies a ese maldito lugar, él lo odiaba inimaginablemente y ahora se veía obligado a ir ahí y no lo entendía. ¿Por qué de todas las personas que tenían que hacer algo que no les gustaba tenía que ser él quien lo hiciera?, era simplemente injusto.

¿Qué de malo había hecho él?

Era una buena persona, amable, educado, estudioso, trabajador, decente y además guapo, bueno tal vez lo último no era necesario mencionarlo pero lo era y era por eso que Luhan simplemente no entendía porque el universo debía ser tan injusto con una persona tan preciosa como lo era él.

¿Qué acto despreciable había cometido para ser castigado de esa cruel manera?

Luhan no le hacía daño a nadie, era un hombre-muy hombre y maduro cabe mencionar-de 16 años normal y pacifico, sus únicos errores eran no pensar antes de actuar y tener un supuesto hermano mayor/mejor amigo muy imbécil, solamente eso y nada más... aunque, probablemente si se ponía a pensarlo seriamente Luhan no era mejor que él.

Si tuviera que describirse, Luhan diría que era algo como...

50% Idiotez, inmadurez, rebeldía entre muchas otras cosas que lo hacían muy imprudente y estúpido como decía su consejera escolar.

35% Inteligencia.

15% Madurez.

¡Bien!

Lo admitía, no era tan perfecto y probablemente el hecho de dejar que Jongdae lo arrastrara en todas sus idioteces era gran prueba de ellos, como la vez que lo convenció de ayudarlo a acosar a ese chico que le gustaba.

O cuando tomaron el auto su tío y se fueron de fin de semana por dos semanas.

O cuando lo convenció de entrar en esa iglesia y gritar que se quemaba.

O hace tres meses que lo convenció de hacerse perforaciones por lo cual ahora usaba un arete en la oreja izquierda que había dolido como el infierno y que no era por presumir pero lo hacía lucir muy sexy.

O el mes pasado que se dejó convencer para que su idiota hermano probara en él ese estúpido producto para cabello que casi lo deja calvo.

O ayer que lo convenció de dejarlo intentar con su bicicleta una acrobacia que vio en internet y que  terminó con el idiota de Chen dejando su rostro en la acera y su bicicleta destrozada y...

¡Argh, maldito fuera Kim Jongdae!

Todo esto era su maldita culpa, por él ahora Luhan tenía que usar el maldito subterráneo, lo cual odiaba profundamente, odiaba ese maldito lugar infestado de gente que corría de un lado a otro como ratas en estampida, donde las personas eran aplastadas por otras personas dentro de los pequeños vagones que llevaban a una multitud en su interior, los malditos olores fétidos que se combinaban por culpa de la gran masa humana al interior de los vagones, los manoseos, los empujones y odiaba todo en general.

-Tranquilo que estoy bien-gruñó luego de que un idiota pasará y lo empujara, ¿qué acaso era ciego?

Suspiró con pesadez tratando de darse valor y convencerse de que no tenía otra opción más rápida para trasladarse más que esa, acomodó su inseparable cámara que colgaba de su cuello y se adentró tan rápido como pudo a ese lugar llenó de personas.

Se sintió como una sardina de inmediato pero no había opción, eran las horas más ajetreadas del día y todo mundo quería llegar a sus trabajos o a donde quiera que fueran a ir, justo como él para quien las siguientes horas fueron una tortura hasta que finalmente en la quinta estación el vagón se vacío considerablemente.

Suspiró aliviado por ello y pudo despegarse de la puerta a la cual prácticamente se había adherido como una calcomanía por culpa de las personas, acomodó un poco su ropa y revisó su cámara para ver que no tuviera daño alguno o su tío, iba a matarlo.

No tenía nada malo para su buena suerte, sonrió por eso y comenzó a recorrer con la mirada el vagón donde solamente quedaban seis personas incluyéndolo a él, una mujer mayor, un señor rechoncho, una chica que al parecer iba a al reunirse con sus amigas, una bonita mujer embarazada y...

Oh-por-todos-los-dioses, ¿quién era él?

Sus ojos se quedaron prendados de ese chico desde el segundo en que lo vio, era como de uno 1.84 de altura, su cabello era de un rubio casi blanco que iba perfectamente con su blanca piel, sus bellos y profundos ojos oscuros lo tenían idiotizado, sus pequeños labios rosas le pedían a gritos que los besara, su perfecta nariz le daba un aspecto casi fuera de este mundo en conjunto con sus cinceladas facciones y ese afilado mentón, todo él gritaba dominio, virilidad y muchas otras cosas que el cerebro hecho papilla de Luhan ya no captaban.

Continuó observándolo sin que él lo notara maravillándose más con sus anchos hombros, su delgada pero seguramente fuerte figura, claro que eso era lo que suponía debido a lo que podía observar a simple vista de su brazo derecho que se sostenía de aquel tubo metálico en el vagón, Luhan estaba prácticamente babeando al ver los como los definidos músculos se tensaban y como las venas de su fuerte brazo se marcaban, la estocada final llegó cuando el sexy desconocido se giró hacia la puerta para poder salir dejando ver su brazo izquierdo donde tenía un tatuaje de algo que realmente no pudo distinguir bien y que comenzaba en su hombro terminando algo más arriba de llegar a su antebrazo, el rubio era todo lo que Luhan había soñado y todo lo que du familia no quería cerca de él, era perfecto.

La siguiente estación llegó y ambas miradas se cruzaron por una fracción de segundo antes de que el rubio abandonará el vagón, el rubio lo miró sin interés y bajó del tren dejando a Luhan ahí parado como un idiota sin poder despegar su mirada de él hasta que estuvo muy lejos de esa estación donde finalmente Luhan se dio cuenta que prácticamente había babeando sobre ese desconocido y no pudo hacer más que regañarse a sí mismo hasta que estuvo por fin en el estudio donde trabajaba los fines de semana.

-Buen día Luhan-lo saludó su amable-cuando quería-jefe y tío, el señor Lee.

-Buenos días tío-respondió de vuelta, lo llamaba tío aunque en realidad no tenían una verdadera relación de sangre.

-Hoy no llegaste en tu bicicleta como de costumbre, ¿le pasó algo?-le preguntó algo extrañado.

-Bueno... -comenzó rascándose un poco la nuca-Un idiota la destruyó-dijo al final.

“¡Te maldigo donde quiera que estés Chen!”

-Que mal, ¿qué harás ahora?-volvió a interrogarle.

-Usaré el subterráneo-respondió tranquilamente con una inexplicable sonrisa.

-Pensé que lo odiabas-comentó algo asombrado ya que era de conocimiento público lo mucho que Luhan detestaba ese medio de transporte.

-Tal vez ya no tanto-sonrió al recordar al rubio del tatuaje, tal vez podría acostumbrarse a viajar en ese feo medio de transporte siempre y cuando lo viera a él.

***

Dos meses pasaron rápidamente y Luhan no había logrado superar su odio por el subterráneo, siempre terminaba aplastado contra una de las paredes del vagón o algún degenerado lo manoseaba pero por lo menos era algo soportable y todo gracias a ese rubio, porque siempre que el vagón se vaciaba Luhan podía verlo y entonces todo lo vivido minutos atrás valía la pena. Sí, sabía que lo que hacía era extraño pero no podía evitarlo, había intentado dejarlo pero no pudo más que evitarlo dos días y después de eso volvió a lo mismo.

Era como si ese chico tuviera un imán que impidiera que Luhan dejara de mirarlo, ya no intentaba luchar contra eso, además, con todo ese tiempo también había averiguado un poco de su rutina, como el hecho de que él siempre se quedaba cerca de la puerta, también iba siempre en el mismo vagón-el séptimo-y bajaba una estación antes de la suya, lleva dos meses observándolo solamente y durante todo ese tiempo no se había atrevido a decirle ni una sola palabra y tan sólo lo miraba de lejos y era raro.

Luhan no era del tipo tímido pero con el rubio sexy simplemente no se atrevía a dar el paso, había aprendido algunas cosas únicamente con observarlo y podía decir con mucho orgullo que sabía que a su bad boy-sí, su nivel de acoso era así de avanzado-le gustaba escuchar música e ignorar a las personas a su alrededor, también parecían gustarle las novelas  de misterio ya que siempre llevaba alguna con él, también parecía tener una obsesión con esa bebida llamada Bubble Tea a la cual también Luhan se había vuelto adicto por culpa suya, había descubierto varios gustos y hábitos sin importancia realmente pero que él disfrutaba descubrir lo cual era estúpido porque ni su nombre sabía.

Estaba siendo infantil y tonto, más de lo habitual de hecho; pero no podía hacer nada al respecto porque el rubio simplemente lo tenía bajo alguna especie de magia negra de la que él tampoco quería liberarse y no lo entendía, había tenido parejas antes pero jamás le había pasado algo así, era incluso inexplicable ese sentimiento.

Era como… no sabía, no podía explicarlo, lo único que tenía claro era que cuando lo veía todo daba un giro de 180°, un huracán de mariposas se desataba en su estomago, su corazón corría a máxima velocidad y terminaba más mareado que esa vez cuando Chen lo había dejado emborracharse por primera vez en año nuevo.

Era todo tan raro, nuevo y contradictorio así que no sabía cómo afrontarlo, se moría por hablarle y saber su nombre pero le atemorizaba tanto acercarse, quería saber más sobre él pero no se atrevía a preguntar, quería verlo más de cerca pero verlo de lejos también le parecía bien, tenía ganas de invitarlo a salir pero tenía miedo de ser rechazado y muchas otras cosas que sólo lo confundían.

-Luhannie…

Él ya ocupaba todos sus pensamientos, venía a su cabeza a toda hora y en cualquier momento, ya no podía concentrarse correctamente y eso no era nada bueno porque siempre le costaba reprimendas de las personas a su alrededor, sobre todo en la escuela.

-Lulu…

Y sí, Luhan ya sabía que todo sería mucho más fácil si se quitara su absurdo miedo y se atreviera hablarle o mucho mejor, si el sexy desconocido se acercaba a él y le hablaba pero no, eso era imposible, el otro ni siquiera era consciente de su existencia y de lo acosador que era al observarlo en el tren cuando ya casi no había personas.

-Lu…

¿Por qué tenía que ser todo tan complicado?, Luhan tan sólo no entendía, estaba por enloquecer, quería a ese rubio, quería escuchar su voz, saber cosas de él, salir a pasear con él, hablar de todo y nada a la vez, reír juntos, tomar su mano, conocer sus aficiones, sus sueños, compartir todo tipo de cosas, experimentar cosas nuevas, sentir sus brazos al rededor de su cuerpo, quería besarlo, pasar su lengua por todo su...

“¡Luhan ya basta, estás siendo un pervertido, tú pequeño sucio y desvergonzado loco!”

-¡Luhan!-casi gritó el imbécil de Chen justo sobre su oído.

-¡¿Qué diablos quieres idiota?!-habló con el mismo elevado tono de voz-¡Casi me destrozas el tímpano!

-Es tu culpa por no prestarme atención-dijo haciendo un ridículo puchero que se suponía debía conmoverlo.

-Sí te estaba escuchando desde la primera vez que me llamaste pero pensé que te había quedado claro que estaba ignorándote-refunfuñó algo fastidiado.

-Pero Lulu~-lloriqueó como el idiota que era-Necesito tu ayuda-pidió con ojitos suplicantes.

-Me importa un cuerno-bufó.

-Hannie~

-No molestes y lárgate Chen-ordenó.

Vio como su hermano, amigo, tutor y compañero de piso se ponía de pie farfullando cosas inentendibles, iba a dejar que se largara hasta que recordó que si alguien podía ayudarlo con su dilema, por mucho que no quisiera admitirlo, Chen era su única opción.

-Espera no te vayas-le pidió consiguiendo apenas sujetarlo de la camisa-Yo... necesito hacerte una pregunta-habló bajito.

-¿Así que el Little deer necesita de la ayuda de este sensual e inmortal ser?

“Oh rayos, ¿por qué sigo siendo su amigo? Ah, ya recordé, estoy atado a él hasta que cumpla la mayoría de edad.”

Kim Jongdae era un idiota que tenía 25 años y se portaba como niño de 3, él no solamente era su mejor amigo sino que también era su única familia y tutor legal. Luhan lo había conocido en el orfanato el primer día que llegó ahí con solamente tres años de edad y un muñeco horrible de Pikachu que abrazaba como si su vida dependerá de eso. Jongdae fue el primero y único en hablarle al pequeño niño chino recién llegado y siempre estaban juntos después de eso, Chen lo cuido desde el principio llegando incluso a decirle a todos los adultos que visitaban el orfanato en busca de un niño que adoptar, que sí querían adoptarlo tendrían que llevar a Luhan también o él no se iría, y así fue.

Los Lee, la pareja que los adoptó, habían visto la hermosa unión de los autoproclamados hermanos como algo demasiado valioso y bello como para romperlo y por ello habían faltado a su propio plan, la idea siempre había sido adoptar únicamente a Jongdae pero al verlo cuidar tan devotamente al adorable niño chino que siempre estaba tomando su mano no pudieron resistirse a la idea de un segundo hijo y cedieron a Jongdae y su: "llévate uno y el segundo es gratis".

Los Lee eran personas muy mayores cuando los adoptaron y aunque eran viejos ya, eso no les impidió ser los mejores padres del mundo, siempre fueron amorosos, protectores, dedicados y tan comprensivos que incluso los habían dejado mantener sus verdaderos apellidos, los cuatro juntos eran una gran familia, nunca les faltó nada y Luhan siempre había estado agradecido por haber tenido el honor de ser su hijo; pero lamentablemente ellos habían fallecido cuando Luhan tenía 13 años y desde entonces Chen se había hecho cargo de él junto con el primo de su padre adoptivo, el tío Lee.

Esos dos juntos lo habían sacado adelante y aunque Luhan había perdido a sus padres nunca fue un chico triste o se sintió solo porque tenía a dos personas a su lado, y sí, ya sabía que molestaba siempre a Jongdae pero en verdad lo quería demasiado porque era más que su mejor amigo y tutor, Chen era su estúpido hermano mayor y lo amaba.

-Baby deer-llamó Jongdae al verlo tan distraído mientras pasaba su mano frente a la cara de su hermanito.

-No molestes-se quejó empujando la mano de Chen.

-Cuanta violencia-bufó indignado por la brusquedad de Luhan.

-Sí, como sea-restó importancia a sus tonterías-¿Responderás a lo que tengo que preguntar?

-Sí pero tú también deberás ayudarme, ¿de acuerdo?-sonrió enormemente y daba algo de miedo cuando hacía eso.

-Bien-aceptó al fin-¿Qué quieres que haga para ayudarte?

-Bueno... -pausó durante un tiempo como pensando lo que iba a decirle-Por alguna extraña razón Minnie se enojó conmigo en nuestra última cita y necesito tu ayuda para que me perdone-sonrió aun más.

-¿Y se supone que tú eres el adulto responsable?-farfulló cruzándose de brazos.

-¡Calla y ayúdame pequeño ser inferior!-ordenó haciendo suspirar fuertemente a Luhan.

-¿Por qué se enojo Minseok hyung?-preguntó curioso.

-Por... ¡espera un minuto! ¡¿Por qué a Minnie si lo llamas hyung y a mí, que soy tu adorable hermano mayor no?!-exigió saber mientras lo apuntaba con el dedo e inflaba los mofles.

-Porque Minseok hyung sí se comporta como alguien de su edad y tú eres como un niño en el cuerpo de un viejo-bufó.

-¡Oye!

-Ya deja de quejarte y dime que le hiciste a hyung-ordenó.

Kim Minseok era el novio de Jongdae desde hacía poco más de un año, un adorable, guapo y amable muchacho al cual ellos habían acosado como por tres meses para conseguir que aceptara salir con Chen, lo extraño ahí era que él nunca se enojaba con su idiota novio-lo cual seguía  teniendo muy asombrado a Luhan-así que o Chen había hecho algo muy tonto o había hecho algo muy... Chen.

-Fue por la película-suspiró fuertemente.

-¿Pues que película lo llevaste a ver?-preguntó desconcertado, le parecía algo exagerado porque el tierno hyung que era novio de Chen no era de molestarse por esas pequeñeces.

-No, la película la vimos en su casa.

-Entonces el problema es que eres un jodido tacaño-afirmó mirándolo mal.

-¡Oye más respecto que soy el mayor aquí!-soltó indignado-Además, eso no fue, él parecía estar bien con que viéramos la película en casa.

-¿Entonces?-bien, Luhan ya estaba muy confundido.

-Te digo que fue la película-resopló-Al parecer es irrespetuoso que haya intentado hacer que viera "Sexboys" conmigo.

-¡¿Estás idiota o qué?!-exclamó dándole un golpe en la cabeza.

-¡¿Por qué rayos fue eso?!

-Por idiota-respondió-¿Cómo diablos sé te ocurre tratar de ver una porno con alguien tan reservado y tímido como Minseok hyung?-soltó indignado.

-¿Qué tiene de malo?

“¡Dios llévatelo o te lo mando yo!”

-Está mal, era obvio que iba a enojarse.

-¿Pero por qué?-frunció el ceño.

-Por...

-Aish, mejor olvídalo, ¿me ayudaras?-me preguntó.

-Está bien-suspiró resignado.

-¡Gracias Lu, eres el mejor hermanito del mundo mundial!-chilló como una rata y luego lo abrazó hasta que Luhan lo empujó suavemente-Okay, lanza tu pregunta-animó.

-Bueno yo...

“¿Cómo se pregunta eso? ¿Lo digo sin más o preparo un poco el terreno?”

-Minseok hyung y tú llevan mucho tiempo juntos entonces yo... ya sabes... me preguntaba que... ¿qué se siente estar enamorado?-preguntó por fin luchando por sonar muy casual.

-¡Waaaaaaa mi baby deer está enamorado!-chilló escandalosamente antes de tratar de abrazarlo a lo que Luhan le dio un golpe en la cabeza-¡¿Ahora por qué rayos fue eso?!

-¡P-por decir estupideces, yo no estoy enamorado de nadie!-aseguró, no era mentira ¿no?, no definitivamente que el rubio fuera malditamente sexy no significa nada ¿verdad? ¡¿Verdad?!

-¿Por qué estás sonrojado entonces?-cuestionó mostrando su fea sonrisa de sabelotodo que algunas veces hacía que Luhan tuviera el deseo de arrojarlo por la ventana, estaban en un tercer piso y seguro moría.

-N-no estoy sonrojado-sentenció aun cuando sentía sus mejillas calientes.

-Aja-dijo con diversión.

-¡Ya imbécil, contesta mi pregunta!-exigió.

-Bien, bien-bufó-Eres peor que nuestro tío.

Ignoró ese comentario y se quedó en silenció esperando su respuesta mientras veía lo serió que se tornaba el rostro de Jongdae lo cual significaba que estaba pensando enserio, la habitación estaba en total silencio dándole a la situación un toque muy dramático, Chen se movió y Luhan lo miró más atentamente sabiendo que ya tenía su respuesta.

-Yo… -comenzó logrando que el corazón del adolescente latiera un poco más rápido por la anticipación-No tengo ni idea-respondió finalmente dejando ver su felina sonrisa.

-¡Imbécil!-chilló y se puso de pie listo para desfigurar su, ya de por sí, fea cara.

-¡No Luhan!-suplicó y salió corriendo fuera de la habitación lejos de su temible hermano menor.

-¡Ven aquí, te matare, te matare y cortare en pedacitos para luego hacer esa sopa que no te gusta con tu carne y se la daré de comer a un perro para que termines en algún basurero como un miserable trozo de excremento!-amenazaba mientras corría tras él.

-¡Espera maldita drama queen!-alzó más la voz-¡Deja que terminé de hablar antes de enojarte!

El menor se detuvo entonces mirándolo con una expresión de incomprensión, él suspiró al ver al de menor edad detenerse por fin y antes de comenzara a hablar nuevamente, dio varios pasos lejos de él temiendo que volviera a tratar de matarlo.

-Luhan, cuando te dije que no sé es porque realmente es algo inexplicable que cada persona siente diferente-se explicó con mucha calma-Veras, cada vez que yo veo a mi Minnie… -“Y aquí vamos de nuevo”, pensó Luhan con fastidio-Es simplemente inexplicable, todo se ve más bonito a mi alrededor, se vuelve brillantes y perfecto, mi corazón se acelera a un punto crítico, sonrió sin saber por qué, es algo casi automático porque él está ahí y cuando me mira. ¡Dios!, es como si me convirtiera en el hombre más maravilloso del mundo porque debo serlo si tengo a alguien como él a mi lado-finalizó poniendo una sonrisa estúpida que lo hacía querer vomitar.

-¿De verdad piensas todo eso?

Ambos miraron rápidamente a la persona que estaba parada en la puerta y realmente a Luhan no le sorprendió nada ver a Minseok ahí, además su hyung se veía muy lindo así todo sonrojado. La sonrisa de Chen se hizo más estúpida y Luhan ya debería saber que eso era una mala señal.

“¡Alerta, alerta, posible coma diabético en camino, huye Luhan, huuuuuuuuuye!”

-Por supuesto que si Minnie, te amo demasiado.

“¡Nooooooo, corre, sal de ahí imbécil, ya se tomaron de las manos!”

-También yo.

“¡Minseok hyung está usando ese tono de voz, está susurrando, tendrán sexo, lárgate Luhan, lárgate, reacciona ya!”

-Te he extrañado tanto.

“¡Se besaran, se besaran!”

-También yo.

“¡CORRE!”

-¡NOOOOOOOOOOOOOOO!-gritó a todo pulmón y salió corriendo con todo lo que sus piernas daban antes de terminar ahí presenciando porno con Jongdae como protagonista, Minseok estaba bien pero Jongdae... ugh, no quería traumarse.

Al final terminó vagando sin rumbo como el triste forever alone que era, se sentó en la banca de un parque pero eso fue mala idea y mucho más deprimente, ver pasar a todo mundo tomado de la mano de su pareja recordándole lo triste y solo que estaba. ¡Dios, inclusive los niños tenían a alguien!

Fue entonces que recordó que tenía que comprar un nuevo mouse para su computadora, el anterior se había roto por culpa de Chen, sí, Luhan se lo había aventado en uno de sus arranques de ira pero seguía siendo culpa del cara de camello. Suspiró sonoramente poniéndose de pie y prefirió ir a buscar lo que necesitaba en lugar de quedarse ahí sentado para deprimirse más, había una plaza comercial cerca de ahí y si tenía suerte habría algo que lo distrajera lo suficiente como para no encontrarse con una perturbadora sorpresa al volver a casa.

Caminó durante un largo rato simplemente observando alguna que otra cosa que le llamaba la atención hasta que finalmente llegó a la tienda que necesita, al llegar al mostrador no parecía haber nadie así que no sabía muy bien que hacer.

-¿Hola?-habló algo alto.

-¿Puedo ayudarte en algo?-preguntó una profunda voz masculina a sus espaldas y Luhan se giró rápidamente con una gran sonrisa.

-Hola, buscaba un... -su sonrisa se fue al verlo.

-¿Un...?-inquirió el rubio de rostro inexpresivo.

“¡Es el rubio del subterráneo!”

Su mente se quedó completamente en blanco al verlo ahí de pie mirándolo fijamente con sus ojos oscuros que parecían atravesarlo, sus piernas comenzaron a temblar, sus manos sudaban, su corazón martillaba con tanta fuerza que iba a salirse de su pecho en cualquier segundo, había un nudo con tres nudos más sobre el primero obstruyendo su garganta y comenzó a mordisquear su labio inferior sin darse cuenta del hecho de que sus dientes estaban por hacerlo sangrar y que estaba quedando como un idiota frente al rubio.

-¿Necesitas ayuda o te quedarás ahí parado con cara de idiota?

Su voz lo trajo de vuelta a la realidad, abrió la boca pero un extraño gruñido fue lo que salió de ella, el rubio arqueó una ceja luego de eso y Luhan sintió unas inmensas ganas de cavar un agujero y meterse ahí por los siglos de los siglos.

-Dudo que tengamos eso pero prueba con otra cosa.

Se estaba burlando de él y era muy obvio pero por mucho que Luhan quisiera defenderse simplemente estaba mudo, maldito fuese él y su deseable apariencia acompañada de la voz más sexy que había escuchado nunca y que dejó el cerebro de Luhan fuera de servicio hasta nuevo aviso.

-Uhm... y-yo... bu-busco un... -“habla idiota”, se presionó.

-Oye, no tengo todo el día-masculló molesto.

-L-lo sé... pe-pero...

-Esto es fácil niño, dime lo que vienes a comparar, yo lo busco, te lo entrego y luego te vas-señaló la puerta.

-E-es...

“Pareces más estúpido de lo normal, ¡reacciona ya Luhan!”

-Oh vamos-resopló-No me pagan lo suficiente como para soportar a un mocoso idiota que no para de tartamudear y que además...

-¡Quieres callarte de una vez por todas!-elevó su voz sintiendo en su rostro los estragos de la vergüenza que llegaba  hasta sus orejas-¡Estoy intentando decirte que vine a buscar un puto mouse para mi jodida computadora pero por tu maldita culpa, lo rápido que está latiendo mi corazón y lo tímido que me siento al tenerte finalmente de frente no puedo ni recordar cómo hablar correctamente!-y ahí estaba Luhan, así bien idiota hablando de más.

Para cuando se dio cuenta de sus muy estúpidas palabras, el otro estaba en estado de shock y Luhan no podía tener la cara más roja, cerró los ojos con fuerza maldiciéndose millones de veces y salió corriendo de ahí sin mirar atrás ni una sola vez.

Ya se había avergonzado lo suficiente como para quedarse a escucharlo mandándolo al infierno, él probablemente era heterosexual pero ahí estaba Luhan diciéndole todas esas estupideces y tan sólo no quería que se riera en su cara o lo golpeara en el peor de los casos.

No supo exactamente cómo pero al abrir los ojos nuevamente, ya se encontraba en su departamento sentado en el piso con la puerta a sus espaldas, sentía su cara muy caliente y su respiración era un desastre al igual que su corazón.

“¿Qué hice?”

Fue la tormentosa pregunta que se hizo a sí mismo mientras dejaba ir un suspiro y escondía su avergonzado rostro entre sus manos, eso no debería haber pasado, había metido la pata y la había metido hasta el fondo, ese chico no iba a querer volver a verlo y de alguna forma dolía mucho.

-¿Luhan?-la voz de Minseok lo trajo de vuelta a la realidad y lo hizo sacar su rostro de su escondite.

-Ah, hola hyung-sonrió lo mejor que pudo para su cuñado.

-¿Todo bien?-preguntó con algo de preocupación.

-Sí, no es nada-aseguró poniéndose de pie para ir directo a su habitación, necesitaba pensar.

Al final pensar de nada le sirvió y únicamente ayudó a que tomara decisiones que no le gustaban pero que tenía que aceptar porque no había podido mantener la boca cerrada, ya no viajaba en el subterráneo y aunque en parte eso era un alivio, porque ya no experimentaba todas esas cosas que no le gustaban de ese medio de transporte, ya tampoco veía al rubio pero no era como si pudiera o quisiera verlo luego de que no se había podido mantener con la boca cerrada.

Viajar en bus sin duda era mucho más cómodo para él pero también tenía que levantarse mucho más temprano si quería llegar al colegio y tampoco estaba el rubio. Últimamente tampoco se sentía como él mismo, estaba muy serio y menos idiota de lo que normalmente estaba y mientras unos cuantos eran felices con ello; como sus profesores y su tío, otros tantos estaban muy preocupados; como Chen y Minseok.

Ah~, su hermano mayor y su cuñado, esas lindas personas que no dejaban de preguntarle que le pasaba, Chen incluso había dicho una idiotez sobre que él no era él sino un clon que el FBI había puesto en su lugar para vigilarlos, Minseok lo había golpeado tras sus muy, muy estúpidas palabras y aunque en otro momento Luhan se habría muerto de la risa, en esa ocasión simplemente había sonreído, tomó su cereal y se fue a su habitación dejando a los otros dos totalmente desconcertados.

¡Pero no era su culpa, él lo juraba! Era culpa de ese rubio que parecía haberse llevado algo importante cuando Luhan dejó de verlo, aunque ciertamente Luhan sabía dónde encontrarlo pero no se atrevía aun cuando todo estuviera saliéndose de control, ahora no solamente tenía que soportar que estuviera en su cabeza 24/7 si no que había comenzado a soñar con él también y eso estaba mal.

Anoche era un buen ejemplo, había tenido un sueño XXX con el rubio y eso era vergonzoso, era un chico de 16 años casi 17 teniendo sueños mojados como un puerto y lo peor era que sus sueños eran con un chico del cual ni el nombre sabía, era sumamente deprimente y ahora pensaba que tal vez su obsesión-o lo que fuera que sitiera por ese rubio-necesitaba ayuda especializada, ni siquiera había podido volver a dormirse y ahora ahí estaba, de camino a casa, luego de haberse quedado un poco más tarde ayudando a su tío en el estudio, cabeceando en el autobús hasta que finalmente el sueño le ganó y se quedo profundamente dormido.

***

Abochornado, incomodo, molesto y algo, muy poco a decir verdad, tal vez casi nada, enternecido al ver la forma que ese pequeño chico se acurrucaba contra su cuerpo de aquella forma, ¿por qué se había sentado ahí si el maldito autobús venía prácticamente vacío?, no sabía muy bien pero le preocupo verlo así de vulnerable y simplemente lo había hecho.

También dejó que el peli-naranja descansara su cabeza en su hombro y ahora el dormido muchacho estaba abrazándolo como si fuese un muñeco. ¿Lo conocía?, por supuesto que sí, era el niño idiota que tartamudeaba y que al final terminó por grítale, en pocas palabras, que le gustaba y si era sincero, ya lo sabía, siempre lo supo.

Lo había notado desde la primera vez que había visto al menor en el vagón del tren, esa vez cuando sus miradas chocaron por una milésima de segundo y el menor tenía cara de haber visto a un Dios, él siempre lo estaba mirando después de eso, lo hizo como por dos meses y Sehun lo supo desde el primer día, la mirada de ese niño era demasiado insistente, obvia e incluso algo incomoda y Sehun era muchas cosas menos un idiota.

Se había sentido descolocado luego de la confesión y dramática huida del peli-naranja, no había querido verlo de nuevo y había agradecido infinitamente cuando él tampoco se había aparecido en el tren al día siguiente, no le tomó mucha importancia al principio pero conforme los días pasaban se dio cuenta que se sentía algo raro sin tener su mirada sobre él pero le restó importancia.

No había pensado volver a verlo nunca pero se había llevado la sorpresa de su vida cuando al subir al autobús lo vio profundamente dormido en uno de los asientos, su plan al principio había sido pasar de largo e ignorarlo pero no había podido hacerlo luego de notar la mirada extraña que un hombre sentado en el asiento tras el del chófer, le lanzaba al pequeño y por eso se había sentado a su lado.

Su parada estaba cerca y entonces miró al chico a su lado, no sabía donde vivía y de hecho no sabía nada de él pero no podía dejarlo ahí a merced de ese hombre con expresión de psicópata y por eso fue que en cuanto su parada comenzó a acercarse intentó a despertarlo pero no lo logró.

El chico tenía el sueño pesado y ha Sehun no se le ocurrió una idea mejor que cargarlo y bajarlo con él, el chófer le dio una mirada extraña cuando lo hizo y él sabía que era raro así que cuando se acercó hasta la puerta sonrió levemente.

-Es mi novio-le dijo sin saber porqué y finalmente bajó con el menor en brazos por muy difícil que le resultó.

Al estar abajo del autobús Sehun no supo que hacer, el chico seguía dormido como si nada malo estuviera pasando, frunció el ceño al darse cuenta entonces de lo que había dicho y miró mal al mocoso en sus brazos.

-¿Por qué le dije eso?-masculló mientras caminaba.

Había podido decir que era su amigo o inclusive un miembro de su familia pero su novio... algo estaba fallando con su cabeza, la prueba más contundente era que lo tenía en sus brazos en ese momento pero ya no había marcha atrás, miró al chico sin saber bien como actuar y no tuvo una mejor idea que llevarlo a casa, sus familia no estaría ese día después de todo así que no habría ningún problema.

***

Una brisa agradable le acariciaba el rostro acompañada de un agradable aroma que no podía identificar del todo, algo cálido estaba cerca de él y se acurrucó más contra la fuente de calor que también era la fuente de aquel aroma.

Lo que fuera que hubiera en ese bus era cálido y agradable, podía incluso escuchar el tranquilo latir de su corazón y... un minuto.

¿Desde cuándo los asientos tenían un corazón?, se preguntó recibiendo la respuesta dos segundos después como un grande DESDE NUNCA.

Abrió los ojos despacio quedándose en shock cuando lo primero que vio fue tela blanca ni cercana al negro de los asientos del bus, alzó la mirada muy lentamente y entonces lo vio.

-¡AH!-gritó sin poder evitarlo y trató de alejarse de él de inmediato.

El rubio lo soltó ante el sorpresivo movimiento y el duro suelo fue lo que recibió a Luhan con los brazos bien abiertos, se quejó con los ojos cerrados y al abrirlos él estaba en cuclillas mirándolo fijamente con sus penetrantes ojos.

Luhan retrocedió tan rápido como pudo aun estando en el suelo hasta que chocó con un contenedor de basura llevándose un golpe en la cabeza la cual sujetó tratando de disminuir el dolor.

-Oye-le habló el rubio.

-Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento-se puso de pie al instante sin dejar de repetir eso mientras hacía reverencias una y otra vez.

-Deja ya de disculparte-ordenó irritado.

-Lo siento-murmuró sonrojándose cuando se dio cuenta que lo había dicho una vez más-Lo siento-se tapó la boca-Lo siento-susurró.

-Olvidado-masculló con fastidio-Te quedaste dormido en el bus y un hombre te miraba raro por eso decidí traerte conmigo pero ya estás despierto así que yo puedo irme-dijo dando la media vuelta.

“Déjalo ir Luhan, ya no hagas nada tonto.”

-¡Espera por favor!-pidió casi gritando.

El rubio detuvo su andar y se giró levemente hacia él que tenía los ojos fuertemente cerrados y el rostro totalmente rojo, ¿qué le pasaba?, él no era así pero ahora... ¿dónde estaba el Luhan valiente, osado y espontáneo que nunca temía actuar?

-¿Qué?

-Yo...

“¿Qué hago?”

-¿Y bien?-lo presionó.

-Yo...

“¿Qué me pasa? ¿Qué me ha hecho?”

-No tengo tiempo para esto-bufó girándose nuevamente a su camino.

“¡Habla ya!”

-¡Sal conmigo por favor!-soltó de último momento.

El rubio se detuvo al escuchar eso y se giró hacia él, lo observó escrutadoramente sin decir ni una palabra, Luhan tenía la mirada clavada en sus desgastadas zapatillas, su rostro debería ser igual a un gran tomate y los latidos alocados de su corazón tenían que ser escuchados hasta Júpiter.

-No-respondió por fin el rubio sin una pisca de piedad para con él.

-¿Por qué?-susurró queriendo saber y a la vez no, la respuesta.

-Eres hombre además de que es obvio que eres menor de edad.

Lo segundo le importaba un pepino pero claro, era obvio que él no era gay, Luhan lo sabía desde el principio pero no quería rendirse, no todavía porque que el mayor hiciera eso de sacarlo del bus por la mirada de un tipo sobre él algo tenía que significar, ¿verdad?

¡Claro que sí!

-¡Pero puedo gustarte!-aseguró.

-No-sentenció.

-Dame una oportunidad, nada más una, déjame demostrarte que puedo gustarte aun siendo un chico-pidió en un desesperado último intento.

-Aunque me gustaran los hombres sigues siendo menor de edad-le recordó.

-¡Eso no importa, soy un chico muy maduro, puedo demostrártelo!-aseguró.

Sehun lo miró seriamente, ese espectáculo que estaba montando el niñito dejaba más que en claro que no era maduro en absoluto, ¿por qué estaba pensándoselo entonces? Luhan en cambio se sentía triunfal solamente de verlo considerar su propuesta, es decir, eso ya era mucho más de lo que esperaba.

-No lograras nada pero dejaré que te des cuenta por ti mismo, tienes un mes-informó como si fuese alguna especie de jefe dándole un plazo a uno de sus empleados para su próximo trabajo.

-¡Muchas gracias!-chilló demasiado feliz-No vas a arrepentirte-prometió mostrándole su sonrisa más grande, brillante y bonita.

Sehun sintió un escalofrió al ver esa sonrisa pero decidió pensar que era incomodidad o algo así, no dijo nada más y volvió a emprender su camino.

-Espera-volvió a llamarlo el menor.

-¿Ahora qué?-bufó fastidiado.

-¿Cómo te llamas?-preguntó tímidamente.

-Oh Sehun-respondió y sin más se fue evitando que le dijera nada más.

-Sehun-repitió despacio y luego sonrió-¡Voy a conquistarte!-gritó dando saltitos de emoción, estaba decidido, Sehun iba a gustar de él fuera como fuera.

Sehun se detuvo a mitad de las escaleras al escucharlo gritar aquello pero no regresó y continuó bajando las escaleras pero… ¿por qué sonreía? 

Notas finales:

Y bueno eso sería todo, espero que el primer capítulo les haya gustado, dejne sus RW si fue así o tienen alguna duda, gracias por leer y recuerdenq que las amuuuuuu <3


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