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Haz realidad nuestros sueños por Paz

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Notas del capitulo: Aquí tenéis un nuevo capítulo...

  Haz realidad nuestros sueños

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capítulo 20: El momento del parto

 

Había estado diciéndose que todavía no, que todavía faltaban un par de semanas, sin embargo, su bebe pensaba lo contrario. Aunque el dolor era fuerte podía soportarlo.

Sintió otra punzada, cada minuto que pasaba era un poco más fuerte que las anteriores y también de las que había ido sintiendo a lo largo de esas últimas semanas.

Sabía que se acercaba el momento del parto. Anglade-san le pidió que se lo tomara con calma, por eso esperó un poco más antes de despertar a Hanamichi, cuando algunos minutos después sintió una contracción más fuerte, tuvo la certeza que había llegado el momento.

Cerró los ojos llevándose las manos al vientre sintiéndolo tenso, le acarició y le canturreó con suavidad para tranquilizarle.

Hanamichi despertó apenas sintió el suave murmullo.

-Tienes molestias? -preguntó.

-No exactamente... -dijo con los dientes apretados al sentir la molesta contracción que experimentaba dolorosamente.

-¡Estas de parto! -exclamó bajándose de la cama apresuradamente, sin hacer caso de la mano que se estiro para detenerle.

Kaede debido a su volumen, en esas semanas había engrosado excesivamente, no pudo evitar que Hanamichi hiciera una llamada, la que pondría en alerta a todos.

En menos de cinco minutos, todas las luces de la casa se encendieron, y no solo ahí, también el pabellón que ocupaba Anglade-san. La propiedad era un faro de luz en la noche.

Debido a su incomodidad para subir las escaleras, le fue preparado un dormitorio en la planta baja, próximo al despacho de Rukawa-sama para facilitar su traslado. Con ayuda de Hanamichi pudo recostarse sobre la camilla que le llevaría de inmediato al paritorio que desde hacía unas semanas esperaba por él.

Su traslado se llevó a cabo en poco tiempo, mientras Hanamichi sostenía su mano, la cual era estrujada cada vez que una nueva contracción le estremecía.

Una enorme lámpara alumbraba con una blancura inmaculada el paritorio, permitiendo ver todo tipo de instrumentales para controlar cualquier contingencia que pudiera surgir durante el momento que Kaede fuera acomodado en la nueva camilla y preparado para extraer mediante cesárea a sus bebes.

Anglade-san llevaba gorro y mascarilla, sus manos enguantadas esperaban en alto a que su paciente llegara, la bata le cubría por debajo de las rodillas, se veía sus zapatos protegidos adecuadamente para no contaminar la sala. A su lado, un par de enfermeras cualificadas le ayudarían en ese trance.

Kaede no quería soltar la mano que sostenía con firmeza.

-No me voy lejos -dijo cariñoso Hanamichi- estaré al otro lado de la puerta esperando por ti y por nuestros hijos -murmuró junto a su oído, a modo de recompensa le dió un suave beso para animarle. Era consciente que Kaede empezaba a asustarse por lo que pudiera pasar en los siguientes momentos- No te demores mucho o me impacientaré.

-Eso díselo a Anglade-san.... -dijo mostrando sus labios dilatados en lo que quiso ser una sonrisa.

-Has pensado que nombre darles? -dijo para ahuyentar de sus pensamientos cualquier resquicio de miedo que pudiera haber.

-El que tú elijas está bien...

-Tiene que salir -la voz de la enfermera tras la mascarilla se le hizo vagamente familiar.

-Recuerda que estoy al otro lado de la puerta, -repitió- y no estaré solo, tu papá y tu hermano están más nerviosos que tú, seguro que Kae se esta comiendo hasta los dedos. -dijo posando sus labios en su frente.

Antes de salir volvió la mirada hacia donde estaba Kaede, en aquel instante le estaban anestesiando. Suavemente cerró la puerta.

Rukawa-sama e Hiroshi le miraron con inquietud. Kae parecía mostrarse más animosa, sin embargo, era consciente que también ella estaba asustada.

-Está tranquilo..., -no deseaba preocuparles diciéndoles que Kaede se sentía asustado, eso quedaba entre ellos dos.

Fue en ese instante, mientras esperaba hizo que cayera en la cuenta que había visto dos cunas para prematuros, estaban preparados para cualquier contingencia que pudiera acontecer, pero ¿dos? ¿Acaso sabían que podía haber problemas?

Kamisama -rogó- no permitas que les pase nada malo a nuestros bebés, que ellos y Kaede salgan adelante, no quiero verme en la alternativa de tener que elegir entre una y otra vida, los amo a los tres, no quiero perder a ninguno.

La expresión preocupada de su rostro, sus continuos paseos ante la puerta del paritorio estaba poniendo más nerviosos a los demás, fue finalmente Hiroshi, quien se acercó a él y le tomó del brazo para detener sus pasos.

-Tranquilo...

¡¡Gemelos!! -Gritó su mente- ¿Por qué nadie les había advertido de esa posibilidad? Apenas si habían tenido unos meses para hacerse a la idea, moldear sus vidas en torno a sus dos hijitos.

De pronto, el suave sonido de un motor se dejo oír, Hanamichi vió llegar a su madre, no habían querido turbar su descanso y nadie le aviso, más ahora al verla, supo que necesitaba su cariño, su consuelo, estaba asustado, asustado por Kaede, asustado por sus bebes.

-Mamita... -dijo yendo a su lado y arrodillándose a su lado, posando su cabeza en su regazo y dejándose acariciar por su madre.

Ella supo que no la buscaba porque hubiera hecho alguna travesura, esta vez se acercaba en busca de consuelo, y ella se lo dio pasando su brazo por sus hombros y meciéndole como si se tratara de un niño pequeño, porque así era como ella le veía cuando con ese tono lastimero se aproximaba a ella.

Rodeó su cintura con sus brazos, manteniéndose junto a ella, esperando el momento que apareciera Anglade-san para hacerles saber que había sido un feliz alumbramiento.

Al mirar hacia Rukawa-sama comprendió el porqué de su enorme preocupación, él lo sabía y también Hiroshi. Anglade-san les había comunicado que Kaede tenía dos nuevas vidas en su interior, dos bebes que desarrollándose en su seno, alimentándose de él, creciendo imparables. Callaron lo que sabía para no asustar a Kaede, para que se mantuviera tranquilo, por ese motivo habían permitido que hicieran ese largo viaje. La seguridad de Kaede era primordial y entonces su estado anímico estaba bajo mínimos. Había que animarle como fuera y su idea les pareció adecuada para ese propósito. Una media sonrisa asomó en sus labios. Al principio, había llegado a pensar que habían conseguido engañarles.

Y ahora Kaede estaba en el paritorio, le estaban abriendo para extraer a sus hijos.

Cada minuto que pasaba era como una tortura para todos ellos, que expectantes se mantenían unidos, ninguno quería alejarse de esa puerta tras la que estaba Kaede, cualquier sonido que llegaba del interior, les podía en alerta, sin embargo, la puerta permanecía cerrada, solo la certeza que todo debía ir bajo cauces normales les tranquilizaba, porque en caso contrario ya sabrían algo.

De pronto, todos se exaltaron, del interior se escuchó el primer llanto y en pocos minutos más el siguiente, para entones ya estaban todos, abrazándose entre si y felicitándose.

Anglade-san salió del paritorio, supo al verles que ya estaban enterados de la buena noticia, aún así carraspeó para llamar su atención y dijo cuando la obtuvo comento:

-Enhorabuena, todos están bien. Tiene una parejita preciosa, completamente sanos. -miró a Hanamichi, quien fue a su lado para estrechar efusivamente sus manos.

-Gracias..., gracias..., puedo verle.

-Aun se encuentra bajo los efectos de la anestesia, ha sido llevado a la habitación de al lado, dadas las condiciones del paciente hubo que abrir más de lo habitual, por lo demás, todo salió según se esperaba. No hubo complicaciones, excepto un detalle que quisiera comentar con ustedes, no ahora no, -añadió al que el padre y el hermano se acercaron más- cuando todos estemos más tranquilos. Apenas los bebes están preparados, los sacaran unos instantes para que puedan conocerles. Ahora si me disculpan...

Rukawa-sama asintió.

Anglade-san se retiró.

Minutos después, salieron las enfermeras, llevando cada una a un bebé.

Hanamichi se acercó a ellas, mirando a uno y otro lado, sin atreverse a tomarlos en sus brazos, temeroso de caer a los bebitos.

Cuando le fue dada la niña, miró su carita sonrosada, sus ojitos cerrados, y una suave pelusilla, extasiado la contempló y posando sus labios en su cabecilla murmuró su nombre.

-Masae-chan... -luego se acercó a su madre emocionado para enseñársela- Tu primera nieta, mamá, -se la puso en su regazo, para que todos pudieran admirar a su preciosa bebita, volvió tomar en sus brazos al niño, era como un duplicado de su hermanita, su rostro sonrosado tenía una expresión que le recordó a Kaede- Masao-kun -tras decir su nombre le beso con suavidad y acercándose a Rukawa-sama le dijo poniéndole en sus brazos- Tu segundo nieto, papá.

-Gracias... -su voz se quebró por la emoción. Su cachorro le había hecho abuelo y era una emoción indescriptible, sentir el pequeño bulto en sus brazos, próximo a su corazón- Masao-kun.

Hiroshi y Kae rondaban alrededor de los emocionados abuelos para ver más de cerca de sus sobrinos, todos ellos sentían la emoción que embargaba a todos, porque era la misma que experimentaban ellos.

-Por favor, los bebes necesitan reposar -dijo una de las enfermeras, su tono de voz no admitía replica, por lo que tras recibir a los bebes se retiraron con ellos para la nursery- Dentro de algunas horas serán entregados a su madre.

-Voy a ver a Kaede... -dijo Hanamichi.

-Y yo me ocuparé del registro de los bebés.

Rukawa-sama tenia contactos en todas las esferas sociales, así que solo necesitó ponerse en contacto con los adecuados y no tardo en disponer de un certificado médico, en el que constaba el nacimiento de los gemelos, esa misma tarde, puesto en contacto con otros, los gemelos estaban registrados debidamente en el registro civil, constando como madre Rukawa Kaede, sin que nadie pudiera poner en duda el sexo de la madre y como padre Sakuragi Hanamichi.

*****************

Despacio abrió la puerta y se asomó, las cortinas estaban echadas y la intensa luz exterior entraba atenuada.

Kaede aun bajo los efectos de la anestesia estaba adormilado porque cuando tomó su mano, vió que abría los ojos y le miraba. Se inclinó hacia su rostro, posando sus labios en los suyos dándole un tierno beso.

-Me duele... -se quejo.

-Quieres que te pida algún calmante? -preguntó dispuesto a salir rápido.

-Puede ser contraproducente... -era consciente que aún no había expulsado por completo la anestesia.

Acarició su rostro, apartando sus húmedos cabellos, despejando su frente.

-Entonces intenta seguir durmiendo...

-Les oí llorar, me los pusieron sobre mí y lloré con ellos. Sentí una emoción tan intensa.

-Te comprendo, son preciosos, tan chiquitines, tan indefensos.

-Nos tienen a nosotros... -cerró los ojos.

-Si..., cuidaremos bien de ellos. -dijo Hanamichi viendo como se quedaba dormido.

Acercó a la cama una silla y se sentó velando el sueño de su koi.

*****************

Transcurrieron más de veinticuatro horas antes que Rukawa-sama pudiera hablar con Anglade-san, por un lado quería agradecerle todo cuanto había hecho por su familia y disculparse por el secuestro. Estaba dispuesto a pagarle generosamente por el tiempo que había pasado encerrado y por los servicios prestados.

Al tiempo que le inquietaba el comentario que hizo respecto a su hijo, y quería saber que había encontrado cuando le abrió, porque cuando habló dio a entender que era algo fuera de lo común.

Apenas pudiera hablar con él, conseguiría que Hanamichi-kun se apartara del lado de su cachorro para enterarse que había descubierto en Kaede.

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Extasiado contemplaba como Kaede sostenía contra sus pechos a sus pequeñines, sus pequeñas boquitas se cerraban en torno a sus pezones y mamaban llevando un ritmo increíble, estaban tan hambrientos y como aquel era su primer alimento lo estaban disfrutando,  extrayéndolo con fruición. Kaede miraba sus pechos llenos, henchidos de leche porque durante los dos últimos meses habían duplicado su tamaño, ya no se sentía como un fenómeno de feria, porque las posibilidades de seguir alimentándoles habían aumentado considerablemente, dándoles el alimento adecuado para protegerles.

Un leve golpe en la puerta, le hizo apartar la mirada de Kaede alimentando a sus bebitos, abrió apenas, cubriendo con su cuerpo la abertura.

-Disculpe, Sakuragi-san..., el señor le espera en el despacho de Anglade-san.

-Gracias. -Cerró la puerta- Voy a ver que quiere tu padre -dijo inclinándose para besar a Kaede en los labios, mientras cariñoso pasaba su mano por las pequeñas cabecillas.

-No tardes mucho... -le pidió- Me contaras lo que te digan.

-No hay secretos entre nosotros... -dijo Hanamichi, cuando estuvo despierto por completo le comentó lo que les dijo Anglade-san y supuso que esa reunión era informarles- Prometo contarte todo.

-¿Y si te piden que no me lo digas? -últimamente estaba muy sensible a todo. La maternidad le estaba mostrando un lado femenino en el que se desconocía por completo y eso le preocupaba.

-No lo harán..., por de pronto, tu única preocupación es alimentar a nuestros pequeñines -le dio otro beso tranquilizador.

*****************

-Aquí estoy -dijo entrando tras llamar sin esperar respuesta- ¿Cómo se encuentra, Anglade-san? Oí decir que se ha tomado un largo descanso.

-Si gracias. Ahora libre de tensiones caí rendido.

-Podemos saber lo que ha encontrado en mi hijo. Malo no tiene que ser, porque no hubiera dejado pasar tanto tiempo.

-Desde un principio me sorprendió enterarme de la existencia de un embarazo masculino, no podía creerlo -miró hacia Sakuragi- como tampoco podía creer que pudiera existir en su familia hombres embarazados, le pido disculpas, pero era improbable que por obra de un ser misterioso, por un deseo en común consiguiera quedarse embarazado Sato-san.

-Queda disculpado... -dijo Hanamichi sin molestarse, si existía otra razón estaba dispuesto a escucharla.

-Fui muy concienzudo y usted lo sabe bien, busque en usted o en Sato-san cualquier indicio que pudiera explicarme las causas de ese prodigio. Solo cuando procedí a efectuar la cesárea a Sato-san encontré el porque de ese embarazo. Sato-san posee órganos reproductores masculinos y femeninos, ambos han encontrado el justo espacio para compartir porque están conectados entre si, se que Sato-san tiene una hermana gemela.

-¿Que tiene que ver ella en todo esto? -preguntó Rukawa-sama.

-Esto es una suposición, se me ocurre pensar que su esposa posiblemente, tuvo trillizos, pero durante el desarrollo de los fetos, dos de ellos se fusionaron, quedando Sato-san y su hermana compartiendo un mismo espacio.

-Me esta diciendo que antes de nacer, mi hijo absorbió a uno de sus hermanos privándole de vivir.

-Por favor, no que querido decir eso. En la naturaleza humano existen casos extraños durante la gestación y por el momento no puedo descartar esa posibilidad, solo así se explica que Sato-san posea órganos femeninos también.

Rukawa-sama se levantó.

-No lo tome a mal...., pero me quedo con la explicación de mi yermo.

-Yo también... -dijo Hanamichi- Anglade-san, le estoy agradecido por todo lo que ha hecho por nosotros, sin usted, no se que hubiera sido de Kaede y de los bebes. Gracias. -Se inclinó respetuoso- Me voy rápido... Kaede esta impaciente por saber que nos ha contado. Hasta luego... -y salió sin darle tiempo a recomendarle silencio.

*****************

Un par de meses más tarde, Kaede comenzó a sentir que sus bebes quedaban con hambre, por recomendación de Anglade-san, que había decidido quedarse a vivir en Japón, bajo la tutela de Komiya-sama que lo aceptó como esposo de su hijo Masamichi,  comenzaron a alimentarlos también con biberón, porque la subida de la leche materna estaba disminuyendo.

A partir de entonces, Kaede se dio cuenta que sus pechos reducían su tamaño hasta alcanzar su forma original, dos pequeñas tetillas en su torso.

Un nuevo examen interno de Kaede demostró que el joven era totalmente un hombre, en su cuerpo no había rastros de sus órganos femeninos, un nuevo misterio recaía sobre Anglade-san, dispuesto a resolverlo se convirtió en el médico-ginecólogo personal de Kaede y en pediatra de sus hijos

Nunca se arrepintió de su decisión, tenía trabajo y al mismo tiempo investigaba el fenómeno del que fue testigo excepcional.

Hasta el próximo capítulo....

Paz

Notas finales: Nos estamos acercando a la meta final... ya solo quedan tres capítulos.

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