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SO FAR AWAY
Severus miraba divertido a su amigo Regulus mientras este se quejaba y limpiaba el salón de pociones. Este formaba parte del castigo que le impuso Slughorn debido a la descomunal pelea entre el menor de los Black con Narcisa, su prima. Muchos sabían que estos no se llevaban particularmente bien, pero desde que Malfoy comenzó a salir con la rubia, esta no perdió tiempo para comenzar a despreciar y burlarse de Rabastan. Severus sabía que muchos podían pensar que los alumnos de la casa de la serpiente eran caprichosos y egoístas pero los Slytherin eran leales amigos. Por lo que mientras Rabastan trataba de ignorar a la rubia, el explosivo Regulus Black, ajeno a toda su refinada educación decidió arruinarle su glamoroso peinado a la forma muggle.
-Listo- dijo después de terminar de cepillar el ultimo caldero- Espero que Narcisa este de rodillas fregando el piso de la cocina… -
-Espero que tus buenos deseos sean escuchados, no le vendría mal darse cuenta que sus palabras hieren a Rabastan…- dijo mientras revolvía por décima vez la poción.
-Es una tonta, pero sabes quién es peor… Malfoy, son tal para cual, olvidar a Rabastan tan fácilmente…- dijo mientras se acercaba a observar el trabajo de Severus- ¿Cómo vas? ¿Ya perfeccionaste el supresor?
-Aun no, pero espero tener mejor suerte esta vez…-
-Yo sería tu mejor cliente, odio el supresor que tomo y no es muy agradable, es bastante doloroso suprimir el celo…
-Y no te olvides que debes contar con una fortuna para poder comprarlo…
Regulus esbozo una cariñosa sonrisa -Estas destinado para grandes cosas Severus Snape… supongo que te quedaras hasta tarde… así que mejor vuelvo a los dormitorios a ver a Rabastan-
Severus solo escucho el portazo que su amigo dio al salir del salón. Snape era el único estudiante con permiso para trabajar en ese lugar después de clases, Slughorn reconocía el talento del ojinegro, por lo que le daba libertad de acción.
Severus se sentía nervioso, la poción era importante, ya que podría marcar un nuevo comienzo en la materia, pero aun así sabía que corría un grave riesgo.
Faltaba por lo menos dos horas para finalizar la poción cuando sintió que comenzaba su celo.
Este se presentaba regularmente cada seis meses, y marcaba una semana en completo aislamiento, la primera hora era solo percibido por el mismo omega lo que le daba tiempo para notificar el celo a la dirección y pedir una habitación aislada. Ya que después de esa hora su aroma se esparcía por el aire atrayendo a los alfas que se encontraran cerca.
Muchas veces esos encuentros “no concertados” acaban en violaciones o peleas entre alfas. Por lo que Severus estaba arriesgando mucho, a pesar que era fin de semana y la gran mayoría regresaban a sus hogares, aún quedaban algunos alfas en Hogwarts que podrían provocar un desastre.
Su familia no se podía permitir el supresor que le permitía llevar el celo sin aislamiento, aún era un poco arcaico, por que provocaba un fuerte dolor suprimir los efectos del celo. Regulus y Rabastan lo tomaban regularmente cuando se acercaba su celo, así como la mayoría de los omega de Slytherin, quienes contaban con arcas llenas de oro.
Severus sentía sus manos sudar, una vez embotellada la poción la dejo en un estante para que se enfriara, no tendría los resultados de inmediato, pero al finalizar su celo en una semana tendría respuestas.
Intento salir lo más sigilosamente posible, estar en las mazmorras implicaba atravesar todo Hogwarts para llegar a la enfermería o a la dirección. Miraba en todas direcciones, listo para pelear y defenderse.
-¿Se puede saber qué haces Snape?- dijo una voz conocida.
Severus estaba jodido, Remus Lupin estaba frente a él, solo unos metros los distanciaban. Sintió el sudor correr por su frente y su corazón latir desbocado. Remus era un alfa, y estaba lo suficientemente cerca para sentir su celo.
-Aléjate Lupin…-dijo intentando tomar distancia del Gryffindor.
Remus lo miro extrañado.- Yo solo quería saber por qué estabas caminabas con tanto sigilo, no es para que te lo tomes a más- y sin más el moreno continuo su camino.
Severus estaba atónito, se suponía que el alfa debería haber estado en un frenesí de hormonas, tal vez el aroma del celo aun no era lo suficientemente fuerte para atraer un alfa.
Snape continúo su camino más tranquilo. Lo que no le permitió reaccionar a tiempo cuando fue obligado a entrar a una sala en desuso.
En ese momento el omega pudo percibir el aroma a alfa en celo.
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