Podía sentir los finos rayos del sol posarse sobre mi rostro, eran molestos, me removí en mi cama para tener una mejor posición y seguir durmiendo. Pero algo no andaba bien, mientras me removía podía sentir mi piel al descubierto, solo una sabana era la que me abrigaba del frio, algo extraño… Por lo general siempre duermo con mi pijama, o por lo menos en ropa interior, nunca desnudo, como lo estaba ahora.
Cerré con fuerza mis parpados y por primera vez abrí los ojos. ¡Definitivamente esta no era mi habitación! Empecé a entrar en pánico, sentí mi corazón acelerarse, ¿Dónde estaba?
Trate de reincorporarme en esa cama que era desconocida para mí pero algo me lo impidió, sentí una fuerte punzada en… ¡ahí atrás! Acompañado con un dolor insoportable en las caderas. Mi mente empezaba a unir cabos, imagines venían a mi mente como relámpagos, recordé aquella fiesta, la música que retumbaba en mis oídos y el fuerte olor a alcohol y después su sensación que hacia arder mi garganta de una forma placentera.
No no no no… Era lo único que repetía mi mente al no querer recordar más. En ese momento había olvidado un pequeño detalle, o más bien un GRAN detalle para ser más claros, había ignorado el cuerpo que estaba al lado mío, sentí un escalofrió recorrer por mi espalda, no lo podía creer.
Era un Hombre
¡Me había acostado con un hombre!
Estaba a espaldas mía, por lo que no pude ver su rostro, y en lo personal ¡No lo quería ver! Estaba en estado de shock, no podía creer el hecho de que yo me había acostado con un hombre sin ni siquiera conocerlo, así de fácil. No soy así, soy muy responsable con mis acciones, siempre pienso con prudencia y tomo decisiones racionales, todo esto era producto del alcohol, si... eso debía ser. Me maldije por tomar aquellas tragos de alcohol, para empezar no era bueno para tomar, no sé en que estaba pensando, maldije aquella fiesta a la cual en un principio ni quería ir y por dejarme convencer a que fuera.
Lleve mis manos hacia mi rostro y peine mis cabellos rubios hacia atrás, cuando sentí que el cuerpo a la par mía se removía de manera perezosa, estaba asustado ¿Y si se despertaba?¿ Que le diré? En un movimiento es se volteo y abrió sus ojos viéndome fijamente al rostro.
No podía ser él, quería que fuera cualquier persona en este mundo menos él, mi día empeoraba cada vez más.
La última persona con la que creí que me acostaría en este mundo, ahora estaba enrollado en las mismas sabanas que yo, compartiendo la cama. Me sonroje fuertemente, sentí el calor subir a mis mejillas, no sabía que decir.
Ante mi estado de sorpresa, me miro con una sonrisa burlona. Dios... como lo odiaba. Les quiero presentar a Marcus Johnson también conocido como el chico playboy del Instituto Lincoln, el mismo instituto al que yo voy, Marcus y yo no teníamos una buena relación... ¿A quién quiero engañar? Teníamos una pésima relación, lo odiaba, con cada fibra de mi ser, y sé que el a mí.
Marcus Johnson era un chico irresponsable, altanero, egoísta… y podría seguir diciendo muchas cosas más de él si ahora no me encontrara en esta situación tan… comprometedora.
Trate de articular palabra pero no podía ¿Qué podría decir en esta situación? Me sentía tan avergonzado, tan vulnerable en esta situación ante él y odiaba eso.
-¿Qué pasa señor perfección? ¿Te quedaste sin palabras?- Y ahí estaba, el estúpido apodo que me decía cada vez que me veía, claramente no lo decía como un elogio o cumplido. El sabia que detestaba que me llamaran así. Pero no podía pensar en mi enojo ahora, si antes estaba sonrojado, ahora estaba hecho un tomate.
¿Como lo decía de una manera tan tranquila y relajada? Yo era un manojo de nervios mientras él estaba ahí levantándose como si nada hubiera pasado… Esperen, ¡Se estaba levantando¡ ¡Y venia hacia mí! No quería que estuviera cerca de mí en esta situación, en un intento por alejarme di un empujón hacia atrás ignorando que estaba en la orilla de la cama, cayendo al suelo y llevándome toda la sabana hacia mí.
Solo a mi me sucedían estas cosas, estaba siendo tan torpe, estaba tan avergonzado que podía llorar en este momento, pero claro que no lo haría, no estando el enfrente mío. Cerré los ojos con fuerza, no tanto por el golpe sino para no verlo a él que de seguro tenía una sonrisa en su rostro burlándose de mí.
Cuando abrí mis ojos pude ver una mano extendiéndose sobre mi ¿me estaba ofreciendo su ayuda? Lo pensé, no sabía si aceptarla, no quería tirar mi dignidad o lo poco que me quedaba de ella aceptando su ayuda.
-Oye, apúrate de una vez por todas, ya me está empezando a doler el brazo- Acepte su ayuda y me levante, enrollando la sabana sobre mí, cuando alce mi mirada pudo ver sus ojos cafés oscuros sobre los míos, aparte mi miraba y ahí fue cuando note que estaba desnudo ¡Completamente desnudo y muy cerca mío! Y de nuevo, me sonroje intensamente. El pudo notar este gesto y dio una sonora carcajada.
-¡No me digas que ahora estas avergonzado de verme así!- Dijo de manera burlesca,puso una mano en mi cadera atrayendome más hacia él, se acerco a mi oído y susurro-Porque ayer hiciste más que solo mirarme-Estaba tan avergonzado, no podía creer en sus palabras, yo no… nunca haría… esto estaba muy mal.
-¡P-pudrete!-Trate de sonar enojado, pero no pude, el me sonrió de manera ladina. Este día iba de mal en peor.