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Heridas por Pikacha-sama

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Notas del fanfic:

Los personajes pertenencen a Kishimoto, yo los utilizo sin fines de lucro D:

Heridas.

 

Prologo.

 

Naruto se sobaba el puente de la nariz mientras suspiraba resignado. No entendía como había llegado a esa situación ¡Ni siquiera la comprendía! Es decir, en menos de un mes todo se había puesto de cabeza. Cerró los ojos y trató de pensar en alguna posible solución a su problema.

 

En silencio se preguntó si en verdad esa situación era un problema, a decir verdad, las cartas se le habían puesto sobre la mesa cuando había aceptado la responsabilidad. Que había estado en un momento tenso y (un poco) desesperado por la solución a otro problema, no quería decir que no hubiera sido consiente a lo que se enfrentaba.

 

Más nunca se imaginó que sería tan difícil.

 

Casi toda la mañana se la había pasado sentado en su sillón favorito con una taza de café para menguar el frio de la tormenta que llevaba varios días visitando Michigan. A penas que era agosto y el invierno ya les estaba dando la bienvenida, esperaba que ese año no fuera tan helado como el anterior, a pesar de que tenía varios años viviendo ahí, todavía no lograba acostumbrarse al clima.

 

Volvió a suspirar con pesadez, en unos cuantos días regresaría a la universidad y todavía no sabía cómo les iba a contar a sus amigos de la situación que estaba viviendo. Lo mejor, en su caso, sería mentir y con mucho descaro. No podía llegar de repente y soltar todo tal cual había sido.

 

Aunque el anillo en su mano no pasaría desapercibido tan fácil.

 

Fijó su vista en la argolla que rodeaba su dedo, era dorado y sin ningún adorno más, simple y sencillamente liso. Lo había comprado sin detallarlo, no era algo que le causara mucha emoción, sino tensión.

 

¡Joder! Sabía que esa simple joya solo pesaba unos cuantos gramos en sus dedos, pero sentía que eran toneladas en su espalda. Negó con la cabeza tratando de olvidarse de pensamientos negativos, no debía ni siquiera pensar en arrepentirse, había tomado una decisión él solo, nadie le había obligado.

 

Ya no valía la pena llorar sobre la leche derramada, al final de cuentas, solo debía de encontrar la mejor manera de sobrellevarlas. No podía ser tan difícil, aunque ese chico le complicaba un poco la situación.

 

Se levantó de su reclinable y dejó su taza en la pequeña mesa de cristal que había cerca. La sala era un estancia medianamente grande, tenía una esquinera de piel negra junto con un tapeque que adornaba, enfrente tenía su televisión de plasma en un mueble de color chocolate. Varias fotos lo adornaban donde salían sus padres y él con varios de sus amigos.

 

Caminó por el pasillo que estaba entre el comedor y la sala que lo llevaba directo a su recamara. No se molestó en tocar la puerta, entró sin invitación y observó que todo seguía en penumbras, tal cual lo había dejado en la mañana que había salido a atender unos asuntos sobre la universidad.

 

La cama matrimonial se abría paso entre en medio de la espaciosa habitación de colores blancos. A un lado de esta se encontraba un gran ventanal con la cortina abierta, se podía observar como la ventisca golpeaba con furia el cristal.

 

El rubio giró los ojos y se acercó para poder detener el sereno que se filtraba por ella, avanzó sin detenerse y cerró las cortinas blancas. Suspiró de nuevo y se dejó caer en los pies de la cama.

 

Estaba preocupado.

 

Sabía que no servía de nada estar preocupado, pero el chico de cabellos azabaches que se encontraba recostado y plácidamente dormido en su cama le despertaba esos sentimientos.

 

— Sasuke… — trató de llamarlo, pero las palabras habían salido en un frágil susurro que no se molesto en repetir.

 

Por cualquier ángulo que lo mirara, no había otra forma de definirlo más que hermoso. Su piel era blanca como la nieve, tan suave y cremosa que varias veces se había tentado a tocarlo, por lo menos una caricia… tenía una compostura delgada y alta. Pero lo que más llamaba la atención era su rostro, sus rasgos eran asiáticos con esos ojos rasgados, pero a la vez tan únicos y profundos. Podía jurar que su mirada embobaba a cualquiera, eran un abismo negro.

 

Su nariz era pequeña y respingada, no conocía una nariz tan perfecta como esa. Además de contar con un cabello negro azabache, con un elegante peinado. Dos lazos de cabellos caían a cada costado de su rostro, mientras la parte de atrás se levantaba en forma de picos.

 

El chico era demasiado atractivo para su propio gusto.

 

Suspiró por decima vez en el día y se levantó de la cama, lo mejor era que se retirara antes de que el chico se diera cuenta de su presencia, se ponía en una actitud demasiada arisca cuando se acercaba a él. En cierta parte lo entendía, la empatía salía de forma natural con su personalidad.

 

El padre del chico lo había casado con un hombre que ni siquiera conocía ¡con un extraño! No es como si él fuera una mala persona, pero era alarmante que Fugaku hubiera tomado una decisión tan apresurada y sin querer medir las consecuencias de sus actos.

 

No entendía como un padre podía tirar a la merced de un desconocido a su hijo. Aunque la situación deba mucho de qué hablar, pero al final de cuentas ¿quién era él para juzgar a Sasuke? Todos cometían errores o tenían accidentes ¡Joder! Que ni siquiera sabía cómo definir esa situación en particular.

 

Le dolía la cabeza de solo pensar en eso, lo dejaría para otro día.

 

Salió de la habitación y se dirigió directo a la cocina, por lo menos prepararía algo decente de comer antes de despertar al chico. Sasuke lo tomaba por tonto si de verdad creía que estaba comiendo, había observado como el azabache tiraba la comida o la ignoraba olímpicamente sin importarle su salud.

 

Ese chico era tan cabeza dura como él.

 

Al principio de todo eso había tratado de amenguar la situación, pero no se lo había puesto fácil, ¡Sasuke tenía más capas que una cebolla! Lo tachaba de tonto por haberse desposado con él, pero no podía culparlo, el también lo hacía. ¿Quién en su sano juicio se casaba con un adolescente de 16 años embarazado de otro hombre? Sólo un idiota como él.

 

 

Notas finales:

Ammm...

Una idea que rondó mi cabeza mucho tiempo, el fic lo tengo bastante avanzado chicas, entre más comentarios tenga más rápido actualizo (?)

No se les olvide que por cada comentario me hacen más feliz ;D

Bye, bye.


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