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LIBRO por Starfugaz

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Notas del capitulo:

Espero que les guste esta historia.

Para aclarar utilice un personaje creado por mi, para la realización de esta historia

en cursiva es la narración del personaje original

 

 


LIBRO


 


— ¡NO! y mi respuesta sigue siendo ¡No!—


—En primera, no te estamos preguntando si quieres o no la misión... Es una orden y debes acatarla jovencita —


La joven solo arrugo la nariz para fruncir la frente, viendo al grupo de personas parados ahí, que tenían fijas sus miradas en ella y ella estaba decidida a no obedecer.


 — ¿Porque no lo hace madame Dika? Ella es la mejor en estas misiones; tiene más poder que yo. Les recuerdo que apenas son una aprendiz y bueno Dika es una bruja, gitana como querrás llamarla más experimentada que yo —


 —Dika se encuentra en otra misión y tú debes aprender a manejar tus habilidades. Es un honor nuestro legado...somos los guardianes del hilo rojo, emisarios para unir a las almas pérdidas con su alma gemela porque lo hemos prometido de generación en generación... —


—Ya terminaron...enserio no puede ir mi hermana ¿Zafiro? ¿Fire? ¿Cometa? ¿Alguien más quien sea, menos yo? —


 — ¡Basta Leila! Sé que es tu primera misión, incluso puede que no confíes en tus capacidades pero sabes que no es cierto. Confiamos en ti.... Eres única y buscaras la mejor forma para cumplir con tu misión —


—No pueden obligarme hacerlo —hablo con desesperación Leila, observando al grupo de emisarios como líder los cuales que tenían varias emociones en el rostro, unos preocupados, otros enojados, incluso la líder la miraba con cariño, compresión a ella.


 —Por favor ayuda a mi hijo. Él no lo sabe pero te necesita porque si, sigue el camino que está trazando se quedará sólo y no puedo ver eso por eso te lo pido —una suave voz se dejó escucha en la sala dejando en silencio el lugar. Leila solo asintió para acercarse a la persona dueña de esa voz y prometió cumplir con su misión como aceptando el otro favor de la voz.


—Sabes  muy bien que mis métodos no son considerados normales que digamos aún si confías en mi líder—


 —confió en ti, ve a la tierra y cumple con tu misión —


 


/////////************///////////


Todos miraban satisfechos  su creación en especial solo miraban con alegría, al nervioso Murasakibara que verificara que todo estuviera en orden, para la llegada del emperador y amor secreto del pelimorado. Ninguno se había negado en ayudar al gigante, incluso dieron ideas para poder ayudarle en cuál sería la mejor manera para declararse al pelirrojo exlíder del grupo como buen amigo aunque, últimamente el carácter de Seijuro no era el mejor, solo esperaban que se diera la oportunidad para amar y ser amado.


— ¿Kise-chin esta las galletas de vainilla con chispas de chocolate? —pregunto nervioso el gigante para morder un poco los labios, el modelo asintió mostrando una bandeja de esos deliciosos postres, para ver que su amigo se iba a preguntar a los demás sobre los detalles finales de la fiesta. Reo esperaba realmente que Atsushi pudiera derretir la muralla de hielo de su Sei-chan.


— ¡AHÍ VIENE! —grito Taiga, tragando nerviosamente, de verdad no quería conocer la ira del emperador porque aunque los demás estaban esperanzados del cambio del bicolor, algo le decía a él que, Seijuro se estaba perdiendo, estaba dejando que la amargura, la ira, el deseo de control a todos a su alrededor lo convirtieran en un monstruo ambicioso  de poder, y lo obtendría sin importar a quien debía pisotear para conseguirlo.


Al escuchar la señal todos se ocultaron para dejar en medio al gigante de Yosen que sonríe nervioso con una rosa de cristal en su mano, esperando a su cerecita (apodo que le dio solo en su mente al emperador). Akashi al entrar al establecimiento solo pudo enarcar una de sus cejas para ver el lugar decorado para una fiesta, varias mesas con diferentes platillos donde las cosas dulces eran lo que abundaba pero su mirada se enfoco al pelimorado, aclarando su garganta para pedir una explicación.


— ¿Qué significa todo esto? —pregunto serio Akashi, viendo como Atsushi algo cohibido le entrega la rosa, pero el emperador estaba molesto al darse cuenta que esto era una pérdida de tiempo y él no estaba para eso, quitando su mano para darse la vuelta no se dio cuenta que  el pelimorado le había entregado la rosa y por la rapidez del movimiento no pudo sostener nuevamente el obsequio dejándolo estrellar en el suelo. 


—Aka-chin —Susurro Atsushi agachándose para recorrer las piezas rotas de la rosa, sin importarle que se cortara, todos los que estaban escondidos sabían que estaba en Shock, Reo como Kise estaban decididos a interferir antes que el emperador lastimara a su niño en cuerpo de adulto —yo, yo solo quería darte algo especial, y confesarte que te amo —hablo con dolor Murasakibara, haciendo que el pelirrojo detuviera su camino para negar con la cabeza.


—Lo siento Atsushi pero no puedo aceptar tus sentimientos, ni muchos menos formalizar una relación contigo. Yo necesito alguien maduro, que no sea un amante de las golosinas, pero sobretodo que no se comporte como un niño —hablo directo el emperador, dejando sin habla al mayor.


—Akashicchi, no era manera —hablo decepcionado Kise —mira, Murasakibaracchi hizo todo esto para ti, y tu ni siquiera un gracias, no es justo para él ni para tus amigos —


—Yo no pedí nada de esto Ryota, fueron ustedes los que hicieron esta actividad. Espero que en un futuro no me llamen para perder mi tiempo —ordeno para retirarse y dejar a todos con un sentimiento de indignación para centrar su atención en el pelimorado que contenía sus ganas de llorar al ser rechazado, sus sentimientos fueron pisoteados.


— ¡SEI-CHAN! —Grito Reo corriendo hasta que al fin lo alcanzo — ¿Qué te pasa? He visto a otro lado, cuando tu comportamiento es cruel con las personas pero esta vez lastimaste a tus amigos,  a la persona que te ama, por lo que eres, no es justo Sei-chan —intento razonar el pelinegro pero vio con dolor como era ignorado, con un suspiro cansado solo se retiro hacia donde estaban los demás.


 


//////******//////


Akashi estaba molesto, de un rápido movimiento se quito la corbata para tirarla al sofá de su departamento, su mirada se quedo viendo a la nada, sintiendo un nudo en su garganta pero no podía llorar, no sabía que tenía y solo deseaba una cosa, poder sentir algo, apreciaba a sus compañeros pero sabía que tarde o temprano se irían de su lado para formar sus propias familia y no podía ser egoísta con Atsushi. El merecía algo mejor y no un ser seco, frio que estaba dejando que algo oscuro lo dominara que lo alejara de todos, y que abrazara la soledad como única compañía fiel.


—Cuándo me dieran esta misión, pensé que sería difícil, pero al verte actuar con tus amigos, supe que iba a ser más complicado que difícil, solo a mí, me pasa estas cosas —hablo una joven con dos colas de caballo en cada lado de su cabeza dejando ver su cabellera de color  rosa platinado, piel blanca y unos ojos que parecían plata fundida, que lo observaba divertida con un libro de pasta negra con detalles en oro.


— ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?  —exigió saber Akashi al ver a la joven que se acercaba con  una sonrisa ladina para mirarlo como si fuera un experimento, pero la mujer ya no hablo sino le entro el libro para caminar hacia la puerta.


—Es un pequeño regalo, de verdad espero que encuentres lo que has perdido —susurro la mujer para abrir la puerta y cerrarla tan rápido que el emperador no puedo ver como desaparecía de su visión pero su vista se dirigió al libro viendo que en la portaba había una descripción con algo de curiosidad acerco sus dedos leyendo cada palabra.


Para las almas que han perdido su camino, su destello, su ilusión este libro, les mostrara lo olvidado  para recuperarlo…pero ten cuidado porque lo que conoces pueda que no lo son. Amigo, enemigo no sabes quién son realmente. Bienvenido a la dimensión de la fantasía, a lo irreal como real, este libro no existe ninguna regla de lo que es y no es…”   


Al terminar de leer esa parte, Akashi sintió como el bendito libro empezó a vibrar para caer en el suelo abierto, solo pudo cubrirse con sus brazos al sentir una fuerte explosión como una luz cegadora, sintió un tirón en todo su cuerpo y todo fue oscuridad.


Sintió un fuerte dolor de cabeza, como el cuerpo entumecido con su mano enorme y llena de pelo se acaricio su frente….SU MANO LLENA DE PELO. Se despertó de un solo viendo su cuerpo estaba transformado de saber qué cosa  soltando un rugido empezó a buscar algo para poder verse, encontrado un                                 espejo a medio romper, se acerco cauteloso y lo que vio lo dejo en cuadros.


—Te ves bien, emperador —hablo divertida Leila para brincar de la mesa en donde estaba cuando el otro sujeto estaba verde de la rabia, causando un gesto divertido en ella.


— ¿Qué me hiciste? —Pregunto alterado Akashi viendo a la mujer que solo se encogió de brazos — ¿Quién eres y que quieres? —


—Mi nombre es Leila, séptima al mando y tú eres mi misión. ¿Quién soy? no sabría cómo explicarte…creo que en tu mundo sería un ángel guardián o protectores del hilo rojo —respondió ella.


—Exijo que me devuelvas mi apariencia y Que es este lugar? —hablo fuerte para mirar desde la ventana un bosque, su mirada bicolor revisó el lugar descubriendo que era un palacio en ruinas pero los aún detalles del lugar indicaba que había sido una bella estructura arquitectónica.


 —Lo siento pero no puedo hacer eso. Una vez que el libro haya detectado lo que perdiste... él se encarga de darte el escenario para encontrar lo perdido. Ahora eres una bestia porque en eso te estás convirtiendo —Susurro ella para desaparecer lento ante los ojos del emperador —Todo lo que necesitas está en el libro, por cierto yo seré la que narre tu historia de cuentos de hadas —hablo divertida Leila para de un chasquido trasportarse para acomodarse en un sillón sería algo inusual ver el comportamiento del emperador una vez que entrara en su mente, en especial esa parte especial, un pequeño rincón en donde los sueños, fantasías del Akashi Seijuro seguían intentos esperando que el pelirrojo dejara salir su niño interior.


 


///////*********/////////


 


REY BESTIA


Había una vez, en un reino lejano, un hermoso príncipe de belleza sin igual y con una intelectual como ninguno. Poseía muy buenos amigos entre ellos uno en especial un humilde campesino que amaba como ninguno al príncipe. Pero con el tiempo el dulce niño se convirtió en un ser egoísta, ambicioso solo deseaba tener el poder para triunfar sin importar el daño que ocasionaba a sus seres queridos. Un buen día una bruja buena al ver el corazón del príncipe optó por convertirlo en lo que era... una terrible bestia y condenó a sus amigos en objetos que adornaban el palacio... La única forma de acabar con el hechizo era que el príncipe encontrar a alguien que lo amara con todo sus defectos como virtudes.  Lástima que se diera demasiado tarde para encontrar a su amado por su actitud condeno de la peor manera…


—BASTA. Esto no puede ser cierto, es una mentira yo no puede ser esto —grito Atsushi al terminar de leer ese párrafo sintiendo que el aire le estaba faltando solo pudo ver como la puerta era abierta y un pequeño peluche de rana se acercaba saltando a donde estaba.


— ¿Akashi te encuentras bien? —pregunto la rana, para ver cómo era levantado por las garras de su amigo que se le quedo viendo para salir corriendo de la habitación viendo en su camino a varios objetos.


— ¿Shintarou? —hablo Seijuro viendo como cada objeto era representado por uno de sus compañeros, Kise como Testsuya como ángeles de cerámica, Aomine como un enorme reloj que adornaba la sala,  Takao era un pájaro adornando la cornisa y su corazón se paralizo pensado en su gigante, no lo encontraba, mientras más lo buscaba no lo encontraba.


 El príncipe estaba arrepentido al darse cuenta que su falta de humildad había condenado a sus amigos a un mundo de sufrimiento como simples adornos.


Sácame de aquí, te lo ordeno —hablo tranquilo Akashi, viendo al cielo buscando a esa mujer que lo había metido en ese problema pero la risa de ella, solo hizo que se molestara—Si quieres, castigar alguien pues aquí estoy y deja a mis amigos en paz —


Vaya, el emperador tiene sentimientos y yo que pensé que solo te importaba tus negociosos, pero como te informe el libro sabrá en qué momento liberarte pero no te has preguntado ¿Dónde está Atsushi? —


Al escuchar el nombre del gigante, solo observo al amigo de este, el tal Himuro como una armadura de decoración que lo observaba indiferente para rodar los ojos y mostrar con su dedo al patio. Seijuro solo salió corriendo quedándose de piedra al ver a Atsushi Murasakibara  como una estatua de piedra, sus ojos empezaron a llorar, golpeando ese cuero esperando que se moviera como los otros.


Murasakibara, el único que intento conquistar el corazón de nuestro príncipe pero este lo rechazaba, aun cuando no estuviera la maldición en el cuerpo de Akashi…Atsushi intentaba entrar en ese duro corazón ¿Quizás nuestro príncipe fuera tan duro, porque perdió a su madre cuando era niño?


No metas a mi madre en este asunto —rugió Akashi,  para acercarse donde estaba Murasakibara. Leila miraba en silencio esa parte de la pagina, esperando que el emperador se diera cuenta de la primera lección: Humildad  como Equilibro. Seijuro debía equilibrar su vida, si bien es que el pensara en siempre ganar, había un tiempo para cada cosa, y no aislarse del mundo, ni de sus amigos la segunda: Inocencia, creer. Tener la inocencia como un niño, que conocería el mundo del gigante sin juzgarlo porque hacerlo madurar cuando el mundo necesitaba ese toque de inocencia, de sentir en la mirada de los adultos a su niño interior y sobre todo creer, que todo se puede hacer con esperanza, contar con una mano amiga, porque todos los amigos del pelirrojo estaban  ahí, esperando que el otro abriera su corazón y la ultima Locura, Amor, porque el amor esta de la mano con la locura.  


Nuestro gigante héroe no pudo entrar en esa coraza que cubría el corazón del príncipe y cuando este lo rechazo, destrozando su corazón en forma de una rosa de cristal…la bruja decidió que lo mejor era que se convirtiera en piedra por pedido del pelimorado que rogo por ultimo que lo dejara ahí en el palacio para estar cerca de su Aka-chin.


—Perdóname Atsushi, todos ustedes amigos míos,  más que amigos son mi familia, perdónenme por  dejar que mi vanidad, mi orgullo, mi prepotencia los arrastrara  a este libro con una loca, que nos trata como personajes de un cuento de hadas, pero haré todo lo posible para liberarlos eso se los juro y mis órdenes son absolutas —hablo con determinación Akashi, al verlo Leila solo mostro una sonrisa victoriosa al ver como el libro estaba empezando a titiritar.


Al ver a su amado con forma de estatua, el príncipe entendió que su comportamiento estaba mal, que muchas veces hería lo que más amaba, recordó la fiesta que ellos con esfuerzo le hicieron y el sin consideración destruyo, con sumo cuidado acerco sus garras al rostro inerte del pelimorado para besar esos labios fríos como piedra…  


humildad, equilibro asimilado —


ATSUSHI PAN


Akashi abrió lentamente sus ojos viendo que no tenía enfrente a su gigante, asustado miro  a su alrededor notando que estaba en un cuerpo hermosamente decorado, vio sus manos y estas eran normales no había ningún rastro de pelo, ni garras, busco rápido un espejo viendo su rostro como lo que era, extrañado apago la luz para ver que no estaba solo, en dos camas estaban dos personas durmiendo con algo de curiosidad se acerco notando en una de las camas un cuerpo pequeño de un niño de no más de cinco años, al  verlo mejor descubrió que era Testsuya rápidamente se fue al otro cuerpo descubriendo que era Kise de unos 8 años.


Nuestra siguiente historia, trata de un jovencito de buena familia que creía en un ser que surcaba los cielos volando, y vivía mil aventuras con un grupo de niños perdidos, el nombre de él era Atsushi pan. El niño que nunca crecía y podía volar como ave.


—Hermano Seijuro, cuenta otra historia de Atsushi pan y lo niños perdidos —rogo Kise, acomodándose en la cama. Akashi miraba todo con horror, él desde hace tiempo dejo de creer en los cuentos de hada y mucho menos tenía el tiempo de fantasear con cosas inexistente hace bastante tiempo que su niño interior murió y no había nada que lo reviviera.


—Ryota, por favor madura un poco, no existe tipos voladores, ni muchos menos los niños perdidos  —hablo duramente Akashi pero se arrepintió de haberlo dicho cuando vio la tristeza en los ojos dorados de Kise que contuvo las lagrimas para salir corriendo seguido del peliceleste que había escuchado todo —Maldición —susurro pero se tenso al sentir una presencia en su espalda, se giro solo pudo enarcar una ceja al ver una enorme sombra moviéndose como si, su cuerpo estuviera cerca por más que busco el cuerpo solo la sombra y le era bien conocida a quien le pertenecía.  


—Atsushi Pan, solo a se te ocurre perder tu sombra, bien me decía Izuki, mi dulce Shun pero no, debo venir a cuidarte —hablo una voz conocida para el emperador regañando a su gigante que venía ¿VOLANDO?.


—Esto es imposible —susurro, deseando que fuera un sueño ya que no todos los días miraba a Himuro con alas y a su gigante con ese traje verde  y sombrero que causo la risa del pelirrojo haciendo que los otros notaran su presencia.


—VES QUE SI ERA CIERTO —gritaron los pequeños de la casa para saltar en los fuertes brazos de su héroe que estaba hipnotizado por esos ojos bicolores del pelirrojo.  


Fue amor a primera vista, aunque nuestro querido Akashi, no diera su brazo a torcer pero por petición de sus hermanos los tres viajaron al país de nunca jamás aunque el pelirrojo fue cargado por Atsushi pan ya que no pudo volar, necesitaba creer y él no era de esos que creían tan fácil y mas con un desconocido.


Basta de juegos, necesito salir de aquí —hablo Akashi, viendo a sus “hermanos” jugar con los niños perdidos. Aun en sus sueños Ryota y Testsuya no podían estar lejos de Daiki y Taiga.


Debiste crecer rápido Seijuro, tu padre fue muy estricto  contigo cuando eras niño en este  tiempo y no lo culpas estaba deprimido, había perdido a tu madre, su complemento porque mientras él era estricto, tu madre era la dulzura. Ambos se complementaban tan bien y cuando ya no estuvo ella. Tu Padre te exigió ser el mejor, una de las razones de lo que eres en la actualidad ¿Pero no crees que puedes revivir tu niño interior? —


Aka-chin ven te enseñare a volar —hablo divertido Murasakibara con un enorme pastel en una de sus manos viendo al pelirrojo que solo asintió pero sabía que para volar con el polvo de hadas debía creer como tener un recuerdo feliz. El recuerdo no era difícil de recodarlo lo difícil era dar su confianza en algo irreal como era volar.


Akashi intentaba volar pero muchas veces dudaba en el último momento pero no podía seguir mintiéndose, al sentir las manos grandes de su gigante, deseaba con todo su corazón que su niño en cuerpo de adulto no cambiara y deseo creer que siempre seria así y lo seria porque era un hecho algo que su corazón se lo indicaba. Y fue en uno de sus intentos que pudo volar tomo la mano de Atsushi pan y volaron los dos juntos en el cielo. Porque había encontró  la inocencia perdida, sentir que su niño interior se removía en su interior con una enorme sonrisa.


inocencia, creer asimilado—


EN BUSCA DE MI HOGAR


Akashi buscaba a su gigante como amigos pero solo pudo ver un gran camino dorado, e iba a seguir cuando vio a Takao con OREJAS Y COLA DE CONEJO, con sumo cuidado se dirigió donde estaba Takao que miraba nervioso su reloj.


—Voy tarde, voy tarde, la reina me cortara la cabeza —repetía como disco rayado Takao para salir corriendo siendo seguido por Akashi el cual se metió en una cueva y cayó en el vacío.


Asustado se levanto del piso para ver una puerta pequeña y donde se podía apreciar la voz del novio de Midorima con rapidez busco una llave encontrando una caja de galletas y una bebida. Con tanto ajetreo su estomago rugió por hable sin medir las consecuencias tomo una galleta para comerla pero la escupió al sentir el mal sabor pero sus ojos se abrieron grandemente al sentir como su cuerpo estaba creciendo demasiado.


Espero la voz de la narradora pero al no tener resultado, leyó la etiqueta de la bebida “Bébeme” lo hizo sintiendo como se estaba encogiendo pero antes de serse más chiquito tomo la llave que abriría la puerta. Solo tuvo un par de tics en su ojo derecho al cerrar la puerta y encender la luz porque el lugar estaba oscuro noto que estaba vestido como niña y no una niña normal sino como se vestía Alicia en el país de las maravillas y rogaba que no fuera esa historia.


Soltando un largo suspiro decidió buscar la salida del lugar, esperando que la loca de Leila le narrara la situación pero llevaba mucho tiempo sin escucharla ni ver alguna pista para la salida.


—Feliz no cumpleaños a ti…a ti; Feliz no cumpleaños — cantaba un par de personas, Akashi algo dudoso de saber quien de sus amigos ocuparía el lugar del sombrerero loco y esa fiesta de té.


¿Veo que conoces la historia? —pregunto Leila viendo como de las dos historias que vivió Akashi esta era la que estaba más tranquilo.


Era la historia favorita de mi madre, todavía recuerdo que antes de dormir me la contaba y cuando falleció, podía pasar horas leyendo esa historia —respondió Akashi para darse un golpe en su frente de todos los sombreros locos que pudieran haber no esperaba ver a Aomine Daiki muy pegado a Kise cantando esa rara canción, solo negó con la cabeza para seguir su camino, necesitaba encontrar a la reina de ese cuento como a su gigante.


—¿Sabias que el amor, no puede ser sino has pasado por la locura? Ambos se necesitan para ser felices  —pregunto Leila, sintiendo como su objetivo detenía su caminata para verlo, ya que no esperaba escuchar esa respuesta.


Akashi caminaba en busca de la salida en especial deseaba estar en los brazos de su gigante pero cada pasado que daba  se acercaba al final hasta que llegaron cara a cara con la reina viendo que se trataba él pero con esa actitud en la que era antes, todo los que estaban parados con la reina temblaban de temor en que cualquier momento le diera la locura y lo sabia solo con verla pero su mirada estaba en busca de Atsushi el cual estaba junto con su contraparte con mano dura para luego darse un abrazo como un beso.


 


 


Nuestro pequeño niño perdido Akashi descubrió que la reina era como los cuentos de su madre, y fue tomar una de esas galletas para hacerlo grande en presencia de todos que salieron corriendo por su tamaño pero su mirada se quedo en el rey en su gigante que solo  le pedía que volviera a su casa.


Mientras corría de ese lugar, su mente recordaba cada fantasía, cada evento que vivió esta semana fue divertido. Conoció una parte de su alma que desconocía al igual ver a Himuro con sus alas y traje no se mato de la risa por respeto a su gigante, y no quitaba como Reo  y junto a Midorima pintaba las rosas blancas de color rojo, rogando que el rey no se diera cuenta de su error.  Viendo que  Akashi esta sonriendo por esa actividad


—¿Quién pinto las rosas blancas de rojo? —Pregunto el rey apuntando a los culpables que tenían pintura roja —QUE LE CORTEN LA CABEZA—


—Eso no es justo —exigió Akashi con los brazos cruzados viendo al rey que se asemejaba a su segunda personalidad para que lo viera de pies a cabeza,


—¿MI rey quien es ese tipo?—hablo el rey, en voz alta para que unos minutos después su gigante apareciera para dar un beso al rey, haciendo que Seijuro lanzara la pintura de color al rey causando el enfado de esta para que Akashi saliera corriendo en busca de la salida gritando por ayuda a la culpable de su situación.


 


—¿responde crees que veces es bueno un poco de locura? —pregunto Leila, esperando la respuesta del pelirrojo que recordaba otra vez su aventura de ese día.


—El amor y la locura se llevan de la mano —hablo Seijuro al notar como casi pierde la cabeza con su contraparte en ese mundo pero que también le enseño que a pesar de estar loco, su gigante permanencia a su lado.


 


—¿Aprendiste algo? —pregunto Leila con una enorme sonrisa al verlos regresar a su hogar


 


—Aprendí muchas cosas y te agradezco que te tomaras el tiempo de enseñarme —agradeció Seijuro.


—Tu alma había perdido a tu niño interior, por eso rechazabas a Atsushi, tenias miedo de fallarle pero has descubierto que sin importar el cuento, los sentimientos de tu gigante seguían intactos…Siempre te elegía a ti. Porque te ama con locura


 


Locura, amor asimilado —


—¿ahora despierta? —


Al escuchar eso sintió como sus ojos se cerraban para sentir como era expulsado por el libro


—Felicidades, has completado tu misión.


 


Akashi suspiro aliviado de estar en su habitación pero dio un salto al escuchar la voz de Leila pero al ver el libro cerrado en las manos de ella, le dio un alivio notorio porque no deseaba volver  a vivir una de esas historias.


—Me alegra que hayas pasado la prueba —hablo Leila para mirar por última vez al pelirrojo, aclarando que tuviera cuidado de no cometer el error de la fiesta que esa era su última oportunidad para estar con su dulce gigante y el emperador no estaba dispuesto a perder esa oportunidad para estar con la persona que amaba.


—Sabia que lo lograrías, tu madre estaría muy orgulloso —menciono Leila para desaparecer dejando con la duda a Seijuro pero la voz de su pareja lo distrajo.


//////*************////////


 


— ¡AHÍ VIENE! —grito Taiga, tragando nerviosamente, de verdad no quería conocer la ira del emperador porque aunque los demás estaban esperanzados del cambio del bicolor, algo le decía a él que, Seijuro se estaba perdiendo, estaba dejando que la amargura, la ira, el deseo de control a todos a su alrededor lo convirtieran en un monstruo ambicioso  de poder, y lo obtendría sin importar a quien debía pisotear para conseguirlo.


Al escuchar la señal todos se ocultaron para dejar en medio al gigante de Yosen que sonríe nervioso con una rosa de cristal en su mano, esperando a su cerecita (apodo que le dio solo en su mente al emperador). Akashi al entrar al establecimiento solo pudo enarcar una de sus cejas para ver el lugar decorado para una fiesta, varias mesas con diferentes platillos donde las cosas dulces eran lo que abundaba pero su mirada se enfoco al pelimorado, aclarando su garganta para pedir una explicación.


—¿Aka-chin quieres ser mi novio? —pregunto con un hilo Atsushi arrodillándose para entregar su rosa, Akashi solo sintió un nudo en su garganta y no iba a desaprovechar esta oportunidad de estar con su gigante, de tener a su lado al amor de su vida, solo asintió para abrazar a su ahora novio para darse un tierno beso que fue aplaudido por los demás que estaban felices de verlos juntos y cada pareja se acurro con su amado para felicitar a la nueva pareja.


—Qué  bello es el amor —menciono Leila viendo en una distancia prudente a la pareja que se abrazaba como notar que Atsushi cargaba a Seijuro para darle un apasionado beso. —Gracias por tu ayuda. Me alegra que al fin mi hijo sea feliz; sé que mi esposo hizo lo posible para criarlo pero eso no quitaba que Sei me necesitará. Necesitaba a su madre para complementar su felicidad —hablo con tristeza Shiori recibiendo un apretón de manos de la joven—Quisiera verlo una última vez pero sé que no es permitido —hablo para darse la vuelta pero Leila solo sonrió para lanzar un silbido captando la atención de la pareja.


 


—"Siempre estaré a tu lado, mi precioso Seijuro, cuídalo Atsushi, cuida a mi mayor tesoro y sean felices " —fue la suave brisa que sintió la pareja como escuchar la voz de Shiori, para que ambos tomados de la mano prometieran siempre estar juntos.


Leila solo cerró su libro para empaquetarlo y con una sonrisa como acomodarse su largo cabello desapareció satisfecha de haber cumplido con su misión. ¿Por qué de vez en cuanto, no cae mal una ayudita, verdad?  


FIN


                                          

Notas finales:

Espero que les hayan gustado nwn


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