-Hakuryuu-
Dicen que los sentimientos cambian constantemente. Lo que te gusta un día puede dejar de gustarte en otro; así como también lo que no te agrada un día en otro te agrade. A mi me pasa lo último, siempre creí que derrotando a Kouen-dono me haría sentir mejor, pero ahora no puedo siquiera pensar en ello.
-¿Qué te pasa?-pregunta Kouha que recién llegaba al lugar.
-Nada-responde hostil.
El mayor suspira y lo ve directamente a los ojos.
-Tener dudas no es malo, lo malo es quedarse con ellas.
-¡¿Qué?!
-Conmigo no tienes que fingir, yo se que tus sentimientos están inestables. Bueno, no es como si no fuese así siempre que estas de emotivo.
-¡Oye!
-Ya en serio, si quieres algo ve por el, no siempre resulta bien el "tarde o temprano" a veces uno deja pasar tanto tiempo que cuando se da cuenta ya perdió lo que deseaba.
-¿Por qué me dices esto?
-Quiero mucho a En-nii y deseo su felicidad, además se que a ti no te es indeferente.
El azabache mira con rudeza a Kouha, este se acerca y posa su mano diestra en el hombro de Hakuryuu.
-Yo los apoyo.
-No te hagas falsas ideas.
-¿Realmente son falsas?
Hubo un silencio.
-Bien, me tengo que ir voy a ver a Mei-nii. Respecto a lo que te dije, espero lo pienses con más calma.
Se retira del lugar.
-Me puso de mal humor, iré a cocinar algo para relajarme un poco.
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-Kouen-
-Kouha me dijo que se gana el corazón de alguien por el estómago. Así que voy a practicar un platillo, he leído algunas recetas que amablemente me consiguió. Veamos, ya tengo los ingredientes, solo necesito el recipiente donde voy a prepararlo...¿dónde está?
En eso llega Hakuryuu al lugar.
-Disculpa, creí que no había nadie-se da la vuelta para retirarse.
-Puedes usarla.
-No, la estas usando tu.
-En realidad no se cocinar, solo quería practicar un platillo.
-Pero aprender a cocinar es más fácil cuando alguien te ayuda.
-Es verdad.
-¿Entonces por qué no le pediste ayuda a alguien?
-Porque es una sorpresa.
-Por eso mismo, yo te ayudo.
-No tienes que hacerlo.
-¿Acaso te incómoda?-pregunta molesto.
-No es eso, pero no le veo caso el que me ayudes en algo que se supone iba a ser para ti.
-¿Para...mi?
-Si.
-¿Por qué?-pregunta entre sorprendido y feliz.
-Quiero hacerte llegar mis sentimientos-se acerca a su primo y le abraza.
-¡¿Qué rayos?!-grita sin afán de soltarse del agarre.
-Disculpa si soy rudo, pero toda mi vida se querido hacer esto. Tenerte cerca de mi hace que pueda apreciarte mejor.
-No lo hagas...por favor-pedía en tono suplicante.
-Pero Hakuryuu, eres tú el que me sigue sujetando.
-Lo sé. Quería evitarlo pero ya no puedo seguir engañándome. Kouen-dono me he enamorado de ti.
-¿Es verdad lo que me dices?-pregunta con ilusión.
-Si, te amo tanto. Yo que decía odiarte hasta la muerte y ahora...totalmente enamorado ¿en qué me convierte eso?
-En la persona con la que compartiré el resto de mi vida, eso si me lo permites.
-Tú tienes hermosas y jóvenes cortesanas. Yo, tengo la mitad de mi cuerpo cicatrizado ¿me dices entonces que me prefieres sobre ellas?
-No hay cuerpo más perfecto que el tuyo, el de un guerrero que vive día a día dando lo mejor de si. Pudiste simplemente quedarte a llorar tu miseria, en cambio hiciste todo para cambiar no solo tu vida, sino la de un imperio corrupto. ¿Cómo no elegirte?
El más pequeño sintió como su corazón se aceleraba con cada palabra que su primo decía.
-Cada vez que debo estar con una persona, deseo que seas tú, aunque solo en sueños puedo hacerlo.-vaya que son sinceros.-Tan cerca y tan lejos que me hace enloquecer.
-Kouen-dono...
-Hakuryuu-posa sus manos en los hombros del azabache-permiteme hacerte feliz.
El oji celeste quita las manos del otro para acomodarse en sus brazos.
-Si, pero más te vale que sea el único a partir de ahora.
-Te lo prometo.
-Serás un buen emperador.
-Solo si tu estas conmigo.
-Así será...Kouen.
Jamás creyó que llegaría a ser tan feliz, por fin con la persona que ama, aquel chico de tan bellos ojos azules.
Y ahora no solo en sus sueños. Todo gracias a su querido hermano Kouha que les dió un empujoncito.