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Destronado por MyDarkestDesires

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos! Aquí traigo un nuevo cap. del fic

Os agradezco a todos todas las reviews, me hizo mucha ilusion leerlas.

En cuanto a las actualizaciones, espero poder subir al menos un cap una vez por semana si la uni me lo permite.

Y sin más dilación, ¡a leer se ha dicho!

Hoy el ambiente era relajado en las oficinas de Amaterasu corp. Me enteré de que Rasa-dono había ido de viaje de negocios a visitar una de las filiales dirigidas por su hijo y por ello, sin tener la amenaza de tener a su jefe controlándolos, hoy los empleados se tomaban su jornada con mucha más calma.

Mis tareas de momento eran sencillas ya que, como todo empleado nuevo, estoy en periodo de pruebas. Al darse cuenta de que mi trabajo era eficaz y realizaba mis tareas con soltura y rapidez, mis compañeros no tardaron en pedirme que les echara una mano.

Terminé mi trabajo ya entrada la noche, cuando todo el mundo ya se había ido. Debí haber imaginado que todos se  aprovecharían de mí por ser una persona amable y confiada y además por ser el nuevo e inexperto para pedirme favores y encargarme tareas que, en realidad, no me correspondían.

Suspiré y me estiré en mi asiento. Apagué el ordenador y  cogí mis cosas para marcharme  de ahí lo antes posible. El enorme edificio vacío y a oscuras daba la impresión de  estar encantado. Un escalofrío recorrió mi espalda. ¡Odiaba los fantasmas! Tranquilo, Naruto. No pienses en ello repetía una y otra vez para mis adentros.

Mis pasos hacían eco por el pasillo recordándome que ahora me encontraba solo. Un sonido crecía cada vez en el denso silencio del pasillo. Di un respingo cuando reconocí que aquel ruido procedía de unas pisadas. Me apresuré lo más rápido posible hacia el ascensor, completamente aterrado. Enfrascado en mi súbito ataque de pánico no me di cuenta de que tropecé con alguien y caí al suelo. Una luz me cegó por unos momentos y cuando mis ojos se adaptaron de nuevo a la oscuridad, me encontré con la cara extrañada del vigilante de seguridad.

Me disculpé torpemente y cada uno seguimos nuestro camino. Me regañé a mí mismo por pensar que podría haber fantasmas en  el edificio pero otra vez mi cuerpo se encontraba alerta al llegar al ascensor que se encontraba en funcionamiento. La pequeña pantalla encima de la puerta mostraba cómo el ascensor subía hasta detenerse en la última planta donde se encontraban las salas de reuniones y el despacho de Sabaku no Rasa.

Tragué saliva tratando de serenarme. Presioné el botón y la puerta del ascensor se abrió ante mí. Hubiera preferido bajar por las escaleras pero el edificio carecía de ellas. A pesar de mi miedo, sentía curiosidad ¿Qué estaría pasando ahí arriba? Podría ser otro vigilante de seguridad que simplemente ha ido a revisar esa planta o podría ser cualquier otra cosa.

Vencido por mi curiosidad innata, presioné el botón que me llevaría hasta la última planta y, tal vez hacia un destino no muy afortunado.

La última planta era lo que podía esperarse del lugar de trabajo de un empresario de éxito. Tenía una recepción donde seguramente trabajaba la secretaria personal de Rasa-dono y las decoraciones de los pasillos eran exquisitas con cuadros de grandes artistas y centros florales estratégicamente colocados. El suelo alfombrado amortiguaba mis pasos por lo que me relajé  un poco ante la posibilidad de verme descubierto.

Paseé por los oscuros pasillos procurando no tropezar con algo hasta que oí una voz soltando improperios de una de las salas que se encontraban cerradas. Abrí la puerta ligeramente y asomé la cabeza. Un resplandor blanquecino proveniente de la pantalla del ordenador iluminaba débilmente la estancia la cual parecía estar vacía. Pero no lo estaba. Al silencio le siguió el ruido de alguien rebuscando entre papeles y abriendo y cerrando cajones.

Alguien está intentando robar pensé. Miré a mi alrededor buscando ayuda pero ahí solo estábamos el ladrón y yo. Puede que sea una persona cobarde pero no puedo quedarme parado cuando veo a la gente a mi alrededor haciendo cosas como esta.

Me armé de valor y me acerqué con sigilo hasta el buró. El sigilo no duró mucho ya que tropecé con algo que seguramente había acabado ahí tirado por el ladrón. El ruido lo alertó y sacó su cabeza de entre los papeles para dirigir su atención hacia mí.

Me congelé en mi sitio presa del pánico. Solo esperaba que no llevara un arma.

-Tú…- murmuró una voz profunda y familiar.

Ya no sentía miedo, sentía sorpresa y poco a poco el enojo me invadía.

-¿Qué haces aquí? ¿Estabas robando?- pregunté-. Tienes suerte de que Rasa-dono no esté aquí para contarle lo que hiciste ayer y reza porque no te despidan cuando le cuente lo que has hecho hoy- le grité enervado.

-No dirás nada- contestó acercándose a mí.

-Sí lo haré. La gente como tú…-

-Si lo haces, te destruiré- me interrumpió mirándome con ojos amenazadores.

Temblé de miedo. Sus ojos no expresaban más que odio e ira. Me sentí pequeño frente a él y me pregunté cómo una persona tan imponente como él, que podría haber conseguido todo lo que se propusiera, había acabado perdiéndolo todo.

-No me puedes destruir, no tienes nada- contesté haciéndome el valiente.

-Cuando recupere mi imperio no me olvidaré de ti. Lo prometo.

-Ni siquiera sabes mi nombre- reí escéptico.

-Pronto lo sabré- una sonrisa demedio lado se dibujó en su cara. A pesar de la oscuridad supe que se veía atractivo.

-¿Qué estabas buscando?- pregunté tratando de cortar el hilo de mis pensamientos.

-No necesitas saberlo.

-Necesito saberlo para llamar a la policía.

-¿Tú qué crees que estoy buscando?- dijo en tono burlón.

-No estoy para juegos, Uchiha- miré a mi alrededor y entonces caí en la cuenta-. ¡Este es el despacho de Rasa-dono!

-Qué agudo, dobe.

Antes de poder reaccionar, él ya me había acorralado contra la pared y me susurró al oído con tono ¿sensual?:

-Si te portas bien, cuando vuelva al poder te recompensaré.

Me sonrojé. Su cercanía me resultaba demasiado abrumadora y me encontraba confuso por la situación. No tenía que haber venido hasta aquí a investigar.

-¿Qué pasó para que lo perdieras todo?- acerté a preguntar.

Sus hombros se cuadraron, todo su cuerpo se tensó y afirmó aun más su agarre sobre mí. Pero a pesar de ello, evitó mi mirada.

-No lo sé. Y eso es lo que trato de averiguar pero parece que tú te quieres meter en mi camino desde que llegaste, dobe.

-¿Cómo no puedes saberlo?- inquirí ignorando el insulto.

-Apuesto a que has oído las historias que circulan por ahí. Hay algo de verdad en ellas pero eso a ti no te concierne.

-¿Crees que ha habido un complot por parte de la familia Sabaku no para robarte la empresa?- pregunté incrédulo-. Rasa-dono no parece ese tipo de persona.

- Eso creo y pienso demostrarlo.

Un tenso silencio se apoderó de la habitación.

-Y si…- comencé a decir manteniendo la mirada fija en el suelo- ¿Y si te dijera que quiero ayudar?

Él rió con amargura y arqueó una de sus perfectas cejas.

-¿Por qué?

Lo pensé. ¿Por qué me había ofrecido a ayudarle? Tal vez porque así evitaría que me “destruyera”, tal vez porque soy una persona curiosa por naturaleza y el caso en el que está envuelto Sasuke es misterioso y sospechoso sin duda o tal vez porque mi mente se vio nublada al tenerlo tan cerca que ya no tenía control sobre lo que decía.

Ante mi silencio el volvió a hablar:

-Lárgate, puedes decírselo a la policía o decírselo a Rasa, poco me importa.

-¿Tan poco tienes que perder?- pregunté.

-¿Todavía no te has dado cuenta de que ya lo he perdido todo?

Notas finales:

¡Nos leemos pronto! :)


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