Transilvania - 4 meses después.
- siempre tuviste problemas con los demás? - preguntó curioso a su acompañante - me refiero por lo de tus orejas - respondió a la pregunta muda de la menor.
- si, ningún niño o monja del orfanato se me acercaba o hablaba, me temían - dijo viendo la ciudad que a esas horas de la noche daba un espectáculo de luces que ellos veían desde una terraza de uno de los edificios mas altos - por que preguntas? - preguntó volteando a verlo.
- por que no eres una muggle - mencionó con tono reflexivo - el collar que tienes es un hechizo de camuflaje y sello, siempre lo has tenido contigo? - explicó ante la mirada interrogante de la menor y pregunto al final.
- si, siempre - respondió para tomarlo entre los dedos de su mano derecha y acariciarlo - que quieres decir con camuflaje y sello - Quiso saber.
- me refiero a que tu eres especial - menciono com una sonrisa ladina.
- Dragón si antes no te entendía ahora menos - murmuró confusa - dejate de rodeos y habla de una ves - pidió.
- Me refiero a que eres una elfo antiguo ... Tu mencionaste que cuando tenias 11 años un libro apareció ante ti y que aun no has podido abrir - mencionó con una de sus cejas alzadas viendo como la chica ascentia positiva - eres una guardiana de la magia, así como también eres la única que puede mantener el equilibrio de ambos mundos, ahora entiendes a lo q me refiero? - explicó viendo la confusión reflejado en el rostro de esta.
- si es verdad lo que me dices, porque estoy en el mundo muggle y no en el mágico - alegó. Lo cierto es que en esos 4 meses el dragón le había hablado mucho de ese lugar, tanto que anhelaba conocerlo pero el se negaba a ir. Había muchos recuerdos dolorosos que ansiaba olvidar y lo entendía.
- eso es lo que aun no entiendo, además quienes fueron tus padres? Y quien querría camuflar tu presencia y sellar tu magia? ... Esto únicamente sucede para protegerte del ministerio de magia y el mundo mágico haciéndote crecer como una muggle común, pero a pesar de lo poderoso de este hechizo no pudo ocultar tus orejas - terminó de explicarle algo pensativo.
Un silencio se estableció entre ambos, en el cual veían hacia la ciudad perdidos en sus pensamientos.
- quitate y rompe ese collar - ordenó serio a la menor, la cual hizo lo pedido.
Al instante una luz blanca segadora rodeo el cuerpo de esta, haciendo que se cubriera los ojos, cuando la luz ceso vio que esta se encontraba en el suelo.
- Estas bien? - Pregunto ayudandola a ponerse en pie.
- si, aunque me siento algo rara - murmuró extrañada viéndose las manos - siento como si una corriente de electricidad recorriera mi cuerpo - alego dirigiendo su mirada al rubio.
- tu magia se liberó, es eso lo que sientes, lo que circula por tu cuerpo - dijo para ver de nuevo hacia la ciudad - una vez mencionaste que siempre cumples tus promesas - murmuró haciendo que la menor lo viera sin entender.
- ahora a que viene eso? - quiso saber. Sabia que el asunto era serio pues siempre se negaba a verla a la cara cuando le pedía algo fuera de lo común, como una ves que le hizo prometer que siempre se mantuviera a su lado, ya que detrás de sus huesos (osea de ella) babeaba un vampiro turco realmente guapo, pero jamás le llamó la atención así q no hubo problema con cumplirla y eso fue en su primer mes de vida.
- Quiero que me primeras algo - hablo para suspirar y virar su rostro hacia la menor - Te enseñaré todo lo referente a la magia y prometes que cuando terminé, me mates cuando te lo pida - terminó de decir serio haciendo que la menor abriera grandemente sus ojos.
- Eres el rey de los vampiros, no hay nada que pueda matarte - dijo consternada tratando de que olvidará el tema.
- Yo se eso - corto las represalias de esta - como también se como morir si asi lo deseo - mencionó viendo la luna.
Se quedaron así por un largo rato, la menor teniendo una lucha interna consigo misma y el rubio simplemente pensando en su amado.
- Entonces, me lo prometes? - pidió de nuevo, viendo a la menor la cual en ningún momento dejo de verlo.
- Si - fue su corta respuesta suspirando resignada.
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15 años y 8 meses después. Sampetesburgo.
Caminanban uno detrás de el otro, separados por algunos metros, cada uno metido en sus pensamientos. A lo largo de esos años aprendieron a conocerse mejor de lo que nadie los había conocido, el rubio cumplió con lo que dijo, había enseñado todo lo referente a la magia a la menor, viajaron por todos los continentes, conociendo muchos lugares hermosos, compartiendo momentos inolvidables juntos, a pesar de que la mayoría solo lo hacían en la noche de debido al estado de la menor ya que esta no podía andar a la luz del sol, pero aun así el rubio la concentia y esta no se quejaba. Pero el rubio ultimadamente se comportaba raro y eso la desconcertaba mucho, algo pasaba y no tenía idea de que, pero esperaba que no fuera nada malo.
- "Este lugar es hermoso" - pensó viendo su alrededor, a pesar de que faltaba poco para que el sol saliera, no tenia miedo pues podía esconderse en la espesura del bosque - Oye - se quejó al golpearse la nariz con la espalda del rubio que se había detenido sin darse cueta.
- Es mas hermoso a la luz del sol - menciono viéndola por encima de su hombro izquierdo.
- Bueno, tal ves tengas razón, pero también así es hermoso - alegó situándose al lado de este.
- recuerdas nuestra promesa - murmuró ganando se inmediato la mirada insistente de la menor.
- Fue hace 16 años, creí que - balbuceaba con temblor en su voz.
- Así como tu siempre cumples tus promesas, yo jamas olvido - aclaro con una media sonrisa ladina.
- quieres que lo haga aquí? Por eso me haz traído - afirmó mas que otra cosa recibiendo un leve asentamiento por parte del rubio platinado.
- Tendrás que sacarme el corazón, bañar con la sangre de este tu varita y luego beber toda mi sangre ... Hasta la ultima gota - dijo viendo en pequeño claro frente a el.
- Esta bien - suspiro - también cumpliré nuestra segunda promesa - con una mano en su pecho cerrada en puño - haré que tu y Harry sean felices juntos ... Y que todo aquél inocente se salve de las garras de la muerte, aunque eso signifique sacrificar mi vida a cambio de las de ellos - dijo muy determinada.
- Me hubiera gustado conocerte antes de ser esto - mencionó con melancolía - pero no por ello me arrepiento de haberte encontrado - dijo con una sonrisa sincera - bien, inicia - ordenó.
De un movimiento rápido, la mano de la menor atravesó el pecho de rubio e igual de rápido la sacó con el corazón de este en su puño, apretando fuerte hizo que este escurriera la sangre que tenia, sobre la varita la cual brilló intensamente por inantes. Se situó a espaldas del Rubió, mordiendo el cuello de éste, succionando la sangre sin desperdiciar ni una sola gota de está.
Ambos terminaron en el césped del claro, con el rubio aun de espaldas a ella recostado, viendo juntos un nuevo día nacer y como el lugar se hacia mas hermoso con la luz del sol.
- Voy a extrañarte Draco - susurro cerca de la oreja del rubio abrazándolo por los hombros.
- Siempre estaré contigo... Solo tú podrás verme y oírme - respondió igual que la menor aceptando el abrazo de está - te quedo bien el nombre que ye dieron - mencionó sonriendo, viendo como su cuerpo empezaba a hacerse polvo dorado que ascendía al cielo.
- Fénix - mencionó interrogativa.
- sabes porque? - preguntó escuchando su propia voz en eco sin aparatar su vista uno del otro, ella negó levemente con los ojos cubiertos en lágrimas - Porque es la segunda vez que renaces de las cenizas - dijo con tono juguetón - gracias fénix - agradeció sonriendo de felicidad mientras una lágrima escurría por su mejilla - Ahora tú eres la reina de los vampiros, confía en ti y en tu poder, no me olvides - pidió estando a punto de desaparecer - Harry - llamó con anhelo alzando toda la mano derecha hacia el cielo y desapareciendo en polvo dorado - te amo - fue lo último que escuchó decir al Rubió antes de que este desapareciera por completo.
Con lágrimas recorriendo sus mejillas contempló el cielo, sintiendo el sol sobre su cuerpo sin que este le hiciera daño, tomó su varita y se puso de pie.
- Cuidarlo Harry - pidió al viento - prometo que serán felices - murmuró para limpiarse el rostro - muy pronto nos encontraremos de nuevo, aunque no sepas quien soy, cumpliré con nuestra promesa - mencionó con determinación para dar la vuelta y alejarse del lugar.