LUNA
Cuenta una vieja leyenda que la luna no era una fémina como lo hacen creer sino que en un tiempo fue hombre para convertirse en el dios de los amores, el confidente de los enamorados y guía de los marineros en alta mar como los caminantes guarda muchos misterios. Pero sobre todo en su manto guarda a los amantes dueños de un amor prohibido, imposible porque él entiende lo que es eso. Luna amo pero su amor era imposible y aún así siguió adelante. Ahora espera el canto de su amado. Esta es su historia. La historia de un vampiro y un hombre lobo que jamás debieron amarse...
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Observaba el panorama de la ciudad desde su hogar y no podía sentirse más agradecido con la vida, pueda que para llegar a ese lugar tuvo que luchar, incluso pactar tratados para encontrar la paz que estaba viendo pero era grafícate estar ahí, con su familia y pueblo.
— ¿Que hace su majestad en este lugar? —pregunto una suave voz acercándose al hombre, colocó una mano en el hombro del mayor viendo la mirada de su esposo, sobre ella.
—María por Dios, mujer debes descansar, no es nada bueno que tu y nuestro bebé estén caminando afuera; la noche está demasiado fría y les puede hacer daño —hablo un hombre acercándose a su esposa y su abultado vientre para agacharse y dar un beso en esa zona.
—Howard Stark no seas un exagerado. Amor te recuerdo que a nosotros no, nos afecta en nada el clima. Por lo otro este pequeño quería dar una vuelta —menciono divertida la dama para sentir los fuertes brazos de su esposo.
Los dos miraban al horizonte observando las estrellas aparecer adornando la noche oscura, hasta que María hizo un gesto de dolor enterrando sus uñas en su pareja —DEFINITIVAMENTE QUIERE SALIR ESTÁ NOCHE —Grito ella para que el otro la cargará y llevará a su habitación llamando al médico de turno.
UN PAR DE HORAS DESPUÉS
—míralo amor, no es hermoso —susurro cansada María, colocando su mano en las mejillas regordetes de su recién nacido, ambos padres observaron el bostezo del menor miembro de su familia —Mi precioso Anthony, mi Tony querido, mi lucero — susurro con amor besando los cabellos castaños de su primogénito
Howard observaba a su pareja y estaba orgulloso de ver a su pequeño omega, e iba a darle un beso a la madre de su hijo pero los gritos de los sirvientes hicieron que se tensara.
—SU MAJESTAD NOS ESTÁN ATACANDO —Grito un alterado hombre con una profunda herida en su pecho, su mano apretaba esa zona manchándola se sangre, horrorizado a Howard porque esa herida mortal solo podía hacerlo ellos.
—Cuida a mi familia —Susurro a un soldado para correr al pasillo y defender su hogar, su familia.
La batalla fue ardua, Howard lucho con todas sus fuerzas, hasta que el último enemigo retrocedía pero sus sentidos se intensificaron al escuchar el grito agónico de su esposa, su vista se elevó al cielo descubriendo que pronto amanecía y eso indicaba sólo una cosa...María.
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María corría con todas sus fuerzas, acunando a su recién nacido todo lo que podía en su pecho, sintiendo como su depredador se estaba acercando, sentía que su corazón iba a explotar y solo rogaba que su hijo estuviera bien pero no pudo reaccionar rápido, al sentir como era lanzada a la pared agrietándola a la mitad y salir disparada al exterior solo cubrió con su cuerpo más a su hijo pero el golpe la había dejado aturdida.
—Huele a humano —menciono con voz rasposo su depredar olfateando el aire, para acercarse con hambre a las dos personas que estaban tirados en el suelo, saco la lengua saboreando su presa. María solo se levanto al ver como ese hombre estaba cerca de su hijo, olfateándolo quiso levantarse pero estaba débil y por su naturaleza no podía generarse más rápido por su condición, grito con agonía cuando sintió los primeros rayos de sol caer en su cuerpo pero aun con el dolor, solo cerró los ojos para tomar impulso con la poca fuerza que le quedaba, se abalanzo a su cazador, escuchando el llanto de dolor de su hijo al haber caído sin ninguna delicadeza al solo pero ella no podía ayudarlo, no si deseaba que su atacante terminara el trabajo en devorar a su hijo.
Ella antes de morir pudo sentir como otro de esos sujetos se había lanzado contra su atacante, agarrándolo del cuello y zangoloteándolo cuando uno de ella se giro hacia ella, solo le regalo una sonrisa de agradecimiento para sentir como el sol la convertía en ceniza como pudo se acercó a su bebé derramando una lágrima en el pecho del menor, sus últimos momentos solo sintió la presencia de su esposo que venía corriendo para ayudarla pero ya no se podía ser nada por ella.
—Howard cuídalo mucho, Tony es la prueba de nuestro amor pero solo te pido que sea feliz con la persona que sea dueño de su corazón. Te amo y siempre lo haré —
Fue demasiado tarde para cuando llego Howard, su esposa había muerto cuando el sol salió completamente, muchos de los supervivientes solo guardaron silencio por el luto de su majestad, incluso los otros seres solo bajaron la cabeza. El llanto de un bebé saco del letargo a Stark al escuchar en su mente las últimas palabras de su esposa. Corrió donde estaba su hijo que solo se retorcía de dolor, el hombre se quito su capa para cubrir a Anthony, viendo como su pecho brillaba y algo sobresalía de ese lugar, su hijo iba a ser especial, una mezcla única de su especie y la de su esposa.
— ¿Pensé que la reina, era una vampiresa de sangre pura? —pregunto un hombre, pero se quedo callado cuando su líder lo fulmino con la vista, ya que Howard parecía estar ido, pero al verlos se podía notar el odio en esa mirada y la sed de sangre pero no los mataba en ese momento, era por la promesa que le hizo a su esposa y eso era ley para Howard.
—Ella era una convertida, mi dulce María era una humana, pero nos enamorados, y ella decido convertirse en un monstruo como yo. Éramos felices, estábamos en paz pero ustedes, chuchos mugrosos, tenía que pelear por su territorio. Tú hermano debió venir atacarnos, aun cuando nosotros optamos por la paz Rogers. Ustedes los hombres lobos, puros, o convertidos dependen de sus instintos, y muchas veces los convertidos como el caso de tu hermano lograba hacer, no controlan que es bueno y malo, pero esto se acabo. No dejare que dañen a mi hijo. Declaro que desde hoy, ningún vampiro, puro, convertido tendrá contando con ustedes Lobos —ordeno con odio puro Howard, sacando todo su poder para crear una muralla que se iba activar cuando esos tipos salieran de su hogar. El hombre lobo entendía el dolor del vampiro, el había perdido a su esposa mucho tiempo atrás, dejando un hijo su pequeño Steve que en esos momentos tenia la apariencia de cinco años y estaba durmiendo en su habitación ajeno a esta situación. Vio el cadáver de su hermano y solo negó con la cabeza por la estupidez que hizo, había condenado una amistad, una alianza con futuros cachorros con un vampiro y solo quedaba bajar la mirada y llamar a su gente, debían dejar en paz a Howard quizás más adelante pudiera arreglar ese asunto.
MUCHO TIEMPO DESPUES
—Señor Howard, el señorito Tony, deseaba que usted pase la tarde con él —hablo un vampiro de cabellos rubio ceniza, su piel blanca haciendo una reverencia a su señor pero este estaba concentrado en un plano, verificando que su muralla como las trampas que tenía a su alrededor fueran impenetrables. El sirviente solo negó con la cabeza, desde que su rey perdió a su esposa, se obsesiono en proteger a su único hijo, tenía prohibido salir del castillo, de la vista protectora de su padre, pero eso no era lo malo. Lo malo era que Howard estaba tan metido en cómo proteger a su hijo que se había olvido pasar tiempo con él, de ser un padre para su pequeño.
—Ahora no Jarvis, dile a mi hijo que será en otro momento —respondió Howard metiéndose de lleno a buscar posibles puntos ciegos a sus defensas y que los hombres lobos pudieran aprovechar y atacarlos, Jarvis solo asintió pero ninguno de los dos pudo sentir a un pequeño de apariencia de cinco años contener las ganas de llorar, con su mano hecha puño trataba de no alertar a los dos hombres dio unos pasos atrás para salir corriendo a su escondite, utilizando sus poderes no fue difícil invadir la seguridad que tenia Howard, sabía que estaba saliendo de los límites de la muralla pero necesitaba su lugar secreto.
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Se movía con mucha agilidad, agudizando sus sentidos, de vez en cuando olfateaba el aire en busca de una presa, para mostrar sus capacidades, y es que siento un alfa como lo era, su cuerpo no se había desarrollado como un fuerte lobo, para su desgracia era un licántropo flacucho y débil. Cosa que lo molestaba porque cuando cumpliría la mayoría de edad, se convertiría en el líder de su manada pero a ese paso, su padre se sentiría decepcionado de tener a un hijo enfermizo. Salió de la línea de sus pensamientos al sentir un aroma desconocido era un humano pero había algo en ese humano, algo extraño, movido por la curiosidad se acerco al origen del aroma, solo ladeo la cabeza al ver a un niño no mayor de cinco años por la compresión de su cuerpo, hecho bolita llorando, algo en ese niño hizo que su corazón latiera diferente, no era cuando estaba con una hembra de su manada, no había algo extraño en su corazón al estar en esa presencia.
— ¡¿Sal quien, sea que sea de tu escondite?! —ordeno Anthony, sintiendo que alguien estaba compartiendo su preciado lugar y quien sea que fuera, el que se atrevió a estar en su territorio lo sacaría de ahí, levanto su mirada chocolate para buscar a los alrededores pero solo miraba curioso a un niño flaco que salia de unos arbustos desnudo, al verlo de esa forma dejo que sus ojos se abrieran grandemente para cerrarlos con el rostro encendido porque su papá y Jarvis le habían dicho que solo miraría a un hombre desnudo cuando este fuera su marido y ese niño no podía ser su esposo ¿Verdad?— CAMBIATE —grito ruborizado, logrando que Steve solo se volviera a meter en el arbusto para reír nervioso y buscar algo para cubrir sus partes nobles.
—Lo siento —medio pudo articular Steve, acercándose al pequeño que solo tenía su rostro tapado con sus dos manitas, haciendo que el rubio suspira por ver ese gesto tan inocente en el menor pero mientras más se acercaba podía sentir esa mezcla de aromas —¿Eres humano o que cosa ? —pregunto curioso, viendo que la mirada chocolate se dirigía a él para hacer un puchero, que paso a una pose orgullosa, altiva como egocéntrica.
—Soy un vampiro de sangre pura —hablo con orgullo Tony para acercarse al muchacho de seguro era un vampiro, quizás un convertido porque su aroma era desconocido para su nariz, pero había algo en esa mirada azul que le trasmitía confianza, que no podía mentirle, se fue acercando para tomar una mano del muchacho, el cual estaba en shock por su confesión —Pero ves, esto, mi pecho brilla porque mi madre fue una convertida y de esa unión, nací yo. Soy el primer hibrido que tiene esto en su pecho como el aroma de humano, pero tengo mis poderes —hablo con alegría, para sentir el cuerpo del mayor en su cuello, logrando que se erizara esa parte.
—Hueles rico —respondió Steve para separarse de esa zona y ver al castaño que dejo relucir sus colmillos, se sintió feliz de ver a un vampiro, siempre había querido conocer a uno de los que fueron en el pasado buenos amigos.
—Eres un tonto ¿lo sabías? —cuestiono el menor viendo curioso a su nuevo amigo, y se sintió raro pensar eso que se ruborizo, pero solo causaba que la curiosidad del licántropo creciera.
—Amigos —hablo feliz Rogers estirando su mano al vampiro que solo asintió para acercar su mano a su nuevo amigo. Luego de ese encuentro tanto Anthony como Rogers se escapaban de sus obligaciones para verse en ese claro del bosque, fueron en unos de sus juegos que se observaron y se prometieron siempre estar juntos sin importar nada más que su amistad.
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—Eres tan engreído lo sabías —hablo divertido Rogers sacudiendo su pelaje con la atenta mirada de su amigo que estaba recostado en una rama reluciendo su mirada rojiza como colmillos.
—Se te olvido narcisista, egocéntrico y playboy capi-paleta —contesto orgulloso Anthony con una apariencia de 13 años dando un salto cayo al lado de su amigo que por estar pendiente de sacudirse golpe el abdomen de Stark logrando que perdiera el equilibrio estaba a punto de caer al suelo cuando de un rápido movimiento Rogers lo sostuvo de su cintura, quedando inclinado.
Ambas miradas se conectaron…Azul y chocolate se fundieron en un dulce beso, Stark con sus manos se sostenía del pecho de Rogers y este intensificaba el beso hasta que se separaron sintiendo el palpitar loco de su corazón.
—Esto está mal capi —susurro Tony, sintiendo que un par de lágrimas iban a salir, ambos sabían que no debían pasar a más su relación, que solo podían darse el lujo de ser amigos y aun así su amistad estaba prohibida —Debo irme, esto, no lo siento, no puedo —hablo angustiado Anthony para salir volando de los brazos protectores de su amigo.
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Stark desde su habitación miraba como las estaciones pasaban, fue testigo de los atardeceres, de las noches oscuras donde solo las estrellas brillaban alto en el firmamento, eran el mismo tiempo que no vio a Rogers luego de su primer beso el miedo fue mayor, prefirió alejarse de su amigo antes que su padre se enterara y fuera capaz de matar a su capitán.
—18 años han pasado Steve —susurro Stark viendo su reflejo que parecía tener 17 años y era la edad que iba a tener hasta que encontrara una pareja y madura con él los siguientes años, en todo ese tiempo su padre le había dado a conocer futuros pretendientes pero ninguno pudo hacer latir su corazón. Su corazón ya tenía dueño y era Rogers pero su hombre lobo tal vez ya tenían una hermosa hembra que le daría una cría y él bueno el seria el recuerdo de Steve, uno bonito esperaba.
—Señorito su padre lo solicita en el salón principal —hablo Jarvis, viendo la mirada triste de su niño, pero fue solo cuestión de segundos porque nuevamente colocaba su máscara de indiferencia, esa mascara de egoísmo cosa que Stark no era, pero con un padre ausente, vampiros peor que aves de rapiña deseos de casarse con el príncipe para tener una posición social, manipulaciones habían hecho a su niño, un hombre de acero, alguien que no dudaba en manipular la situación para su beneficio.
Anthony caminaba elegantemente con su antifaz puesto, uno de color blanco que combinaba con su traje negro con rojo, robando las miradas de los vampiros reunidos, algunos deseos de conquistar su corazón para emparejarse, pero Tony solo los miraba altivo; la suave música de un vals se escucho y fue indicador para los Stark tomar asiento en sus respectivos tronos observando la fiesta. El castaño solo rodaba los ojos, a la distancia miraba a sus amigos Rhodey, Pepper bailando feliz con unos invitados y él solo moría de aburrimiento…que buenos amigos tenía. Pero sus ojos se quedaron estáticos y su respiración se corto cuando en la puerta principal un fuerte hombre apareció, su capa oscura, al igual que su traje y antifaz no lograba que lo reconociera pero esa cabellera rubia no podía ser ¿o sí? No aparto la mirada ni aun cuando el sujeto estiro su mano indicando que bailara con él. Su instinto le indicaba que lo rechazara que Rogers no podía ser tan imbécil en meterse en la boca del león pero su corazón le dictaba otra cosa con una sonrisa burlona acepto dirigiéndose ambos a la mitad del salón.
—Estás loco Rogers —susurro Anthony sintiendo la mano de Steve en su cintura y la otra tomando su mano para que ambos bailaran a los compas del vals que se escuchaba.
—Por ti, si Anthony —Respondió en un susurro Rogers guiando a Tony fuera del salón con la atenta mirada de Howard que solo se dedico a olfatear el lugar.
—Esto está mal, Capi-idiota —hablo preocupado Stark dejando relucir sus colmillos como su mirada se pintaba de un color rojizo, solo lanzo un puño en la cara a Steve pero este solo tomo su mano para darle un beso.
— ¿Qué está mal? Cuando nos amamos Tony, y no me mientas, trate de alejarme de ti, al igual que tu lo hiciste pero no pudimos olvidarnos —hablo seguro Rogers acariciando el rostro de su amado —Nuestro amor es más fuerte, y aun cuando decidiéramos casarnos con otro de nuestra misma especie no podríamos —
—Tú eres un hombre lobo, sabes lo que significa que si mi padre, sabe que estas aquí te mataría, lo he intentado todo para que exista una tregua y no es posible, por favor Rogers vete LARGO —grito Stark sintiendo que las lagrimas iban a salir de sus ojos —No puedo, IDIOTA, Te amo, Vamos de aquí, huyamos. Seamos felices —
Al escuchar eso Rogers acepto feliz de que su escurridizo vampiro aceptara su proposición, se alejo un poco de Stark para empezar a transformarse con la atenta mirada de Tony que miraba fascinado como la piel humana se llenaba de vellos, de la boca de Rogers salia una enorme trompa con dientes filosos, un pelaje dorado y sus ojos de un azul eléctrico que lo hechizaba, el enorme animal le indico que subiera a su lomo y Tony acepto para acomodarse en ese lugar.
—UN LOBO, UN LOBO A SECUESTRADO AL PRINCIPE TONY —grito un sirviente, alertando a Howardque solo sintió el odio engullir en su interior, y ese maldito chucho iba a morir con sus garras enterradas en su corazón, dejo salir una gran energía para transformarse en un vampiro e ir detrás de ese futuro cadáver.
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Stark sentía la presencia cercana de su padre, y con ella la sentencia de Rogers.
— ¡Detente Rogers! —grito desesperado Anthony, haciendo que su pareja se detuviera en el claro, sabía que siendo joven no podía igualar la fuerza de su padre, pero si podía ganar tiempo cerró sus ojos dejando que su pecho brillara de un azul metálico, logrando que una muralla se formara alrededor de ellos, no era mucho pero al menos le daría tiempo de hacer su cometido.
— ¿Qué vas hacer Tony? —pregunto Rogers, viendo como Anthony se quitaba el antifaz como dejar expuesto su cuello.
—Márcame —hablo Tony haciendo brillar su mirada de una forma misteriosa, Steve no entendía el porqué de la actitud de Tony, pero al sentir como el vampiro dejaba salir su esencia, incitándolo a morderlo y dejo que su instinto tomara el control se acerco al cuello de Stark sacando sus filosos colmillos, su lengua saboreo ese lugar para luego morder sacando un gemido en Tony, como este enterraba sus garras en su espalda, lo libero viendo la marca de sus dientes en esa sensible piel iba a lamerla para curarlo pero Tony negó para que el sacara sus colmillos y se enterrara sin ninguna delicadeza en su cuello sorbiendo grandes cantidades de sangre —Hazme tuyo, aquí en esta noche estrellada antes que todo termine esposo mío —sedujo Stark al oído a Rogers que hizo lo que le pedía Stark.
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Howard se topo con esa muralla y conocía el origen de ese poder, su hijo estaba impidiendo que entrara, lucho por varias horas fue testigo cuando la noche finalizo y la luz del sol ilumino ese claro y luego el manto oscuro de la noche lo volvió a cubrir pero eso no detuvo de hacer su cometido. Tony estaba con un hombre lobo, y él iba a matar a ese maldito.
Un último esfuerzo y la muralla cedió con la furia recorriendo todo su cuerpo, no se daba cuenta a su alrededor, hasta que sus pupilas se dilataron por la rabia de ver a su hijo durmiendo desnudo sobre el pecho de ese licántropo.
—MALDITO —rugió Howard despertando a los amantes que solo se pusieron de pie, haciendo que Stark mayor se fijara en la marca de unión en el cuello de su hijo y la de ese lobo —Vamos a morir lobo, tú has deshonrado a mi hijo, tu sangre adornara el suelo, con su dedo aventó lejos de su hijo a Rogers. Tony miraba todo en cámara lenta, vio como su padre saco sus garras apuntando directo al corazón de su ahora esposo, no lo pensó ningún segundo, no era capaz de ver a sus dos personas más queridas matándose, fue cuestión de un segundo en que Howard ataco pensando que iba a travesar el corazón de ese lobo cuando sus ojos se abrieron al darse cuenta que su hijo, al que se juro proteger estaba en medio de ellos dos, con sus garras enterraras en su corazón.
— ¡Tony! —gritaron ambos hombres, siendo Rogers el que recibiera el cuerpo moribundo de su esposo; Howard estaba en shock viendo sus garras llenas de la sangre de su único hijo.
— ¿Qué, porque esas caras? —pregunto con su siempre sarcasmo Stark, tratando de no escupir sangre en su boca —Vaya Rogers fuimos el matrimonio más corto de la historia. Howard no crees que sea tiempo de cambiar esa estúpida ley —
—No hables Tony, descansa debes recuperarte, no puedes morir, no de esta forma —Hablaba desesperado Rogers, apretando la herida para que dejara de sangrar pero ambos sabían que era inútil, un ataque de su especie era muerte segura.
—Te amo Rogers, en esta y en las otras vidas que tengamos. Padre no te culpes, y aprende de tus errores, deja ir ese odio contra los licántropos, es hora de que ambas especies estén en paz —hablo Tony, sintiendo un fuerte dolor en su cuerpo para ver por última vez a su esposo y cerrar los ojos para siempre, poco a poco su cuerpo se convertía en ceniza, ni los gritos de Steve y Howard lograba que se quedara, su pecho brillo por última vez para que una enorme luz azul fuera lanzado al cielo. Los dos hombres cerraron los ojos al abrirlos en lo más alto, alumbrando como una enorme estrella que no se apagaba en ningún momento. Brillaba en lo alto y Rogers solo se limpio una lágrima al recordar algo
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—Tony tu eres mi luna —hablo Rogers de 12 años a su pequeño amigo de siete años. Ambos recostados en el pasto viendo las estrellas tan pequeñitas que alumbraban un poco la noche oscura.
— ¿Luna, Que es eso? —pregunto curioso Tony
—No, lo sé, solo sé que tu eres mi luna y siempre te aullaré para que me recuerdes cuanto te quiero —
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/////El lobo y la luna en la antigüedad eran amantes (…) pero un hechizo los separo, es por eso que el aúlla para decirle a la luna que el todavía la sigue amando (…)
FIN
—Fue hermoso Peter, gracias por hacer un buen trabajo—felicito la maestra viendo al menor de siete años que solo se ruborizo por el halago para apretar con sus manitas el papel en donde había leído su tarea — ¿pero porque tus personajes tenían el hombre de tus padres? —cuestiono ella a esa duda que desde que el menor leo su ensayo, los personajes principales tenían el nombre de sus progenitores.
—Papá Steve, siempre que esta solo con papi Tony, le dice que es su luna, que no se cansa de admirarlo pero cuando estaba investigando para hacer la tarea me encontré esta historia, y me recordó a ellos ahora que están peleando por lo de los acuerdo…Papi es como la luna en su torre, siempre en lo alto, viendo abajo como si anhelara algo y ese algo es papá Steve que como el lobo aúlla recordándole a su luna que no lo puede olvidar, que lo perdone —susurro Peter abrazando su papel tratando de no llorar, la maestra solo sintió una punzada de dolor en su corazón al ver el sufrimiento de su alumno —Pero ya no están separados Maestra —hablo feliz Peter viendo como sus dos padres luego de haber hablado y que su papá Steve rogara por el perdón a Tony este no podía negar que lo amaba más que su vida acepto.
Ahora los tres eran nuevamente una familia, una enorme superfamilia-
—Vamos campeón —hablo Rogers cargando a su hijo que le enseñaba con orgullo su historia.
FIN