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Inesperadamente por Zoodie

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Notas del fanfic:

Esta es una obra original mía con temática MPREG. No copiar ni plagiar. si no les gusta la temática, NO LO LEAN. 

Notas del capitulo:

¡Primer Capítulo! 

(Tobías)

Cuando salí del bar, una brisa invernal corría, calándome los huesos. Cerré mi gabardina y prendí un cigarro… debía quitarme este maldito hábito.

Preferí caminar antes de tomar un taxi… sabría que tomaría esta noche, por eso no conduje, pero tampoco esperaba estar congelándome. El barrio estaba muy poco iluminado, y daba un aire perverso a altas horas de la noche. Noté miradas desde la oscuridad, como sombras que siseaban la forma de hacerme caer y dejarme con nada más que el apellido… pero no tenía miedo.

Doblando la esquina, pasé frente a un callejón… y oí gemidos. No era que me interesaba, pero esos gemidos me llamaban la atención. No eran de gozo o de cualquier cosa que  podría oírse por ahí… estos contenían desesperación.

Entorné mi vista, para ver en la oscuridad, pero me choqué con la figura de un hombre mayor que yo, vestido con un traje, guantes y sombrero. Me miró de reojo y salió pitando, como alma que lleva el Diablo… ¿era el que gemía? Vaya, no me lo esperaba. Me dispuse a irme, pero ahora se presentaron quejidos desde lo más recóndito del callejón. Miré para ambos lados, e ingresé en la oscuridad.

Alumbré con mi teléfono (no sabía si era seguro o no, pero ya qué) la esquina oscura, y vi una figura masculina. Estaba con el torso descubierto, la bragueta de los finos pantalones abierta, y lágrimas caían en un rostro inexpresivo. Notó que lo alumbraba y se encogió, cubriendo el rostro con las rodillas. El cabello, largo y desordenado hasta por debajo de los hombros, no me dejaba ver su cara

-¿estás bien?- atiné a decirle, para entablar una conversación. Al observarlo más tiempo, vi un par de billetes tirados de cien Libras. Todo encajó a la perfección

-no soy prostituta- respondió, leyéndome el pensamiento. Desvié la mirada hacia otra parte, aunque mis palabras seguían siendo para él

-¿no tienes frío? Hacen cerca de menos dos grados centígrados- noté sus ojos en mí y le devolví el gesto. Eran muy azules, me hacían quedarme sin aliento. Se levantó, respaldado por la pared de ladrillo, y pasó a mi lado. Vi que sus pies estaban descalzos y terriblemente enrojecidos. Cuando lo noté, se desmayaba frente a mí, dando fuertemente contra el pavimento.

 

Hospital central Welliot, 3:46 a.m.

(¿?)

Cuando abrí los ojos, estaba fundado en una bata azul, recostado en una cama de hospital. Tenía una bolsa de agua caliente en el vientre, la espalda y los pies… que conveniente. Oí que hablaban del otro lado de la cortina

-…por lo tanto, fue muy suertudo… estaba con una hipotermia muy fuerte, y no resistiría una noche más… ninguno de los dos lo habría hecho

-entiendo… ¿cómo se encuentra el niño?- mi corazón se detuvo

-no sufrió complicaciones graves, aún con el tiempo… once semanas. Pero pudo haber tenido un aborto natural espontáneo. ¿Sabe quién es, o dónde trabaja?

-lo ignoro… lo encontré en la calle.

-lo entiendo… pasará la noche aquí, para controlarlo... mañana le daremos de alta. ¿Se ocupará de los gastos?

-me ocuparé de todo.  ¿puedo quedarme aquí?

-no hay problema… nos vemos

-adiós doctor- oí los pasos marcharse y bajé la vista. La cortina se corrió, para dejar ver al hombre que seguramente me había traído al hospital. No lo había notado en la oscuridad, pero tenía la piel algo tostada, los ojos verdes y el cabello corto, medio desordenado. Traía un traje negro, ningún anillo. Se quedó observándome en silencio, hasta que no pude más´.

-ya… dime que soy un monstruo- le dije, muy cortante, mirando mis manos.

-¿por qué?- me remató. Lo miré, entre incrédulo y furioso.

-soy un maldito hombre embarazado… estoy maldito, soy una abominación, soy…

-no eso- me cortó- eso ya lo sé…- suspiró, me volvió a mirar- ¿por qué estabas teniendo relaciones, a la intemperie, semi desnudo, con este frío? Y no es la primera noche… casi mueres de hipotermia, y el niño dentro de ti también. ¿Acaso no piensas por ti mismo?- lucía molesto… no tenía nada que ver conmigo, pero se molestaba por mí… ¡¿quién se creía?! Fruncí el seño, pero no le respondí- ¿dónde está el padre?- una punzada me recorrió el pecho.

-me echó a la calle…- susurré, más para mí que para responder… aún me costaba asimilarlo. Kyle me había jurado amor eterno, a pesar de mi condición física… pero, tras haberle informado la noticia de nuestra imprudencia, se horrorizó completamente,  me despojó de la vivienda que teníamos juntos. Maldito juego del destino.

-bastardo inhumano- le oí murmurar, pero no sabía si me lo decía a mí o a mi ex. Se levantó de la silla que estaba al lado de mi cama y suspiró- no hay nada que pueda hacerse… te vienes conmigo

Tardé en reaccionar.

-¿disculpa?

-¿quién eres?- me ofendí… estaba invitándome a vivir, ¿y ni siquiera sabía mi nombre?

-¿quién eres tú?- le contraataqué, mostrándole los dientes. Dos saben jugar este juego, idiota. Me miró de reojo y vi una media sonrisa salir de la comisura de sus labios. Debo admitirlo, se veía lindo así

-Tobías Williams. Eventualmente tendrás que decirme tu nombre… en fin, descansa… mañana vamos a hacer muchas cosas- se separó de la cama en donde estaba recostado y se tiró en la contigua. Dándome la espalda. Fruncí el seño ante tal actitud, y también le di la espalda…ya que, no quería pensar, ni reflexionar, ni recordar… mucho menos recordar. Cerré los ojos, esperando a que todo esto no sea más que un sueño.

Notas finales:

Y allí se fue el prólogo... ¿qué piensan de Tobías? ¿qué me dicen del chico que encontró?

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