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Mi amado cerdito (Yuri on ice) por Crimson angel

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Notas del fanfic:

Holi minna!

Gracias por el apoyo a mi otro fic Snow angel

Este es mi segundo fic y espero les guste.

Surgió de una loca idea que tenía en mente y no me dejó hasta que la comencé a escribir. XD

Espero que sea de su agrado x3

Los personajes de YOI no me pertenecen...sino, ya habria hecho que Víctor se robara a Yuri xD

 

Notas del capitulo:

Holi minna!

Como bien les decía en las notas del fic, este es mi segundo fic de este maravilloso fandom. Espero les guste mucho!!

Gracias a quienes me han leido en el otro fic, Snow angel, y les comento que la continuacion estará lista pronto :)

Los dejo con este primer cap.

Saludos!!

 

Academia Sorrington, célebre lugar ubicado en Detroit, y considerado como uno de los centros educativos más prestigiosos del mundo. Lugar donde los hijos de muchos empresarios y magnates estudiaban y siendo grandes profesionistas luego de egresar, no solo de América, sino de todo el mundo. La historia comienza con uno de sus más destacados alumnos…Su nombre es Víctor Nikiforov: hijo de un magnate ruso, dueño de una cadena de joyerías y promesa estrella del patinaje.

Era ya la enésima vez que suspiraba como enamorado esa mañana. Eran ya tantas veces que había perdido la cuenta. Hasta había dejado de ponerle atención a la profesora de historia que daba su clase sobre cultura japonesa por ponerle atención a otro objetivo, y no a la fémina quien le miraba ya con sospecha, y como no: el alumno estrella y presidente del consejo estudiantil, Víctor Nikiforov, no le prestaba atención.

—Señor Nikiforov.

Víctor salió de su trance romántico para prestarle atención a la profesora y decirle que todo estaba bien dándole una sonrisa encantadora que la encandiló para seguir con la clase. Y Víctor pudo retomar su labor de andar emitiendo suspiros soñadores. Se acomodó el cabello plateado a un lado haciendo chillar a sus admiradoras.

—¿Qué le pasará a Víctor, J.J.? Tiene cara de idiota.-murmuró un rubio ojiverde viendo al peliplateado. Era Chris Giacometti: uno de los mejores amigos de Víctor, heredero de una cadena de empresas de chocolates finos, y quien fungía como el tesorero del consejo-Ya es la segunda semana que anda así.

—No lo sé, incluso en los entrenamientos anda así. Hasta hizo reventar a Yakov del coraje.-le respondió un moreno de ojos verdes asintiendo al otro: Jean-Jacques Leroy, o J.J. para los amigos: el otro mejor amigo de Víctor, hijo de los dueños de una marca deportiva muy famosa, y el vicepresidente del consejo estudiantil-Pero de hoy no pasa. Hoy le sacamos la sopa.

—Sí, de hoy no pasa.

Ni bien sonó la campana de salida ambos jóvenes agarraron a su amigo, que aún seguía en las nubes, y lo llevaron a rastras hacia la oficina del consejo estudiantil. J.J sacó a las dos chicas que estaban ahí, a bases de sutiles coqueteos, para que pudieran interrogar  a su amigo con toda la calma posible.  

—Ahora sí, Víctor, nos vas a decir que te pasa.

—¿Qué me pasa de qué, Chris? Estoy bien.-Víctor suspiró, visiblemente molesto, por haber sido sacado del salón de ese modo-¿Qué se traen ustedes?

—¿Qué te traes tú, Víctor? Tú eres el raro.-J.J se cruzó de brazos-Andas todo distraído, no pones atención ni en clases ni en el entrenamiento, y lo más notable…emites suspiros bobos y emanas corazones de tus ojos. Dinos lo que te sucede.

Demonios, sus amigos si lo notaron. Y no lo dejarían en paz hasta que soltara la sopa. Se quedó pensativo unos momentos ¿Les diría aquello que lo tiene de cabeza? ¿Confiaría lo que más celaba en esos momentos? Ladeó la cabeza sopesando las posibilidades de si o no decirles. Optó por decirles de una manera que no les causara tanta conmoción.

—Se los diré…Yo…Yo…Estoy…enamorado.

Ambos amigos suyos le miraron como si le hubiese crecido un cuerno en la frente. ¿Acaso era posible? No era verdad: Víctor Nikiforov era algo así como la constelación más lejana en el firmamento, lejos del alcance de los mortales pero a la vista de todos. Nadie era lo suficientemente bueno para estar a su altura, nunca había salido en planes amorosos con alguna chica que llevasen a algo más serio. Si bien había tenido novias, todas terminaban porque no lograban satisfacerlo. Víctor decía que “su alma gemela andaba por ahí” pero que aun no la encontraba.

Ellos se alegraron por él: merecía encontrar a alguien que lo quisiese por ser quien es y no por los millones de su padre o su fama como patinador. Quería que conocieran al auténtico Víctor: al chico dulce y amable, no al patinador heredero de los Nikiforov.

—Eso es genial, Víctor. Te felicito. Tu búsqueda ha dado frutos.-Chris le palmeó el hombro al igual que J.J.-Y ¿Quién es la afortunada?

—Es afortunado.

—Da igual, eso no importa.- manoteó el canadiense al aire, ansioso por la respuesta-Ya dinos quien es quien te trae de cabeza. Quien te trae arrastrando la cobija y babeando la camisa.

—No seas vulgar, J.J.- masculló Víctor avergonzado pero al instante volvió a su modo enamorado-La persona es…Es…Es Yuri Katsuki ♥u♥

—¡¿QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE?!

Ellos no podían creer lo que escuchaban: su amigo, el sex simbol de la academia estaba enamorado de la persona menos agraciada de la misma. Debían estar sordos, o tal vez locos, pero la cara boba de Víctor junto a sus suspiros románticos les decían que no. Ambos echaron una mirada por la ventana viendo al culpable del estado amoroso de su amigo:

Ahí abajo, comiendo arroz y unos bocadillos junto a sus dos amigos, estaba Yuri Katsuki. Un chico japonés que venía de intercambio proveniente de un instituto en Kyushu. Excelentes notas, buena persona, actitud tímida, hechos que le valían ser el blanco de múltiples burlas sumándole el hecho de que tiene un ligero problema de sobrepeso y le ponían apodos ofensivos. Burlas que mantenían a raya por sus dos mejores amigos que repelían a los que lo molestaban.

Lo conocían mejor porque el chico estaba con ellos en sus clases y en el equipo de patinaje: si bien era algo torpe al momento de hacer saltos, le envidiaban por la excelente resistencia. Podía aguantar más de tres horas patinando sin parar y seguir así. Era muy tímido, y permanecía muy rezagado a la sombra de sus amigos. Pero debían aterrizar: ese debía ser el sueño más bizarro de todos. ¿Su amigo, quien levantaba pasiones tanto en hombres como en mujeres, había caído ante los encantos de un cerdito?

—A ver Víctor, ¿Estás diciéndolo enserio? ¿Tú, el hombre más popular y codiciado de la academia, enamorado del cerdito más nerd y antisocial de la misma?-J.J esquivó por poco el libro de biología que le había lanzado el plateado furioso. Eso era malo-¿Lo estás diciendo enserio?

—Lo digo muy enserio.-siseó con los ojos achicados- Vuelves a decir cerdito y te juro que te meteré los patines por el trasero.

—Víctor, piénsalo bien. Ese chico no es de nuestro grupo.-ahora le tocaba a Chris esquivar otro libro, ahora de física-Es la verdad, sabes muy bien lo de los grupos aquí en la academia.

—No me importa si es o no es popular, si es un nerd, un cerdito, no me interesa.- sus ojos llamearon fulminando a sus amigos para después ponerse melosos-Yo lo amo ♥u♥.

—Está enamorado.

Exclamaron los dos viendo por perdido a su amigo quien miraba de manera soñadora por la ventana al objetivo de sus suspiros. Sus cambios de humor tan raros, sus manías nuevas, que ya no pelara a sus admiradoras ni admiradores, y por fin comprendían a quien estaba mirando en clases y cuando vagaban por la academia.

—¿Estás totalmente seguro?

—Absolutamente. Nunca me he retractado de algo y menos de esto.- sus ojos se volvieron soñadores emanando felicidad-Él es el amor de mi vida. ¡Lo llevaré a casa con papá y seremos felices para siempre! ¡Y ustedes me van a ayudar a conquistarlo!

—Wow, wow, para tu tren, Romeo. Espera un poco.- le detuvo J.J. a Víctor cuando este se disponía a salir disparado del lugar-Escucha…

—¿Están diciéndome que no me ayudarán?

—Por supuesto que sí, eres nuestro amigo y estamos contigo en esto.- J.J. asintió junto con Chris-No podemos actuar así como así. No señor. Analicemos la situación primero.

—¿A qué te refieres con eso, J.J.?

—Víctor, por si no lo has notado…él huye cada vez que te ve.- mencionó Chris recordando que cada vez que ellos llegaban a la pista, veían al chico literalmente irse al otro lado de la misma-Incluso entre clases y en almuerzos. Pareciera que fueses la peste.

—Sí, incluso en los entrenamientos de patinaje se la pasa detrás de Plisetsky y Lee.

—¿Me estás diciendo feo?

—No, no, lo que digo es…quizás Yuri se sienta intimidado.- si decía algo equivocado, Víctor le aventaría otro libro-Oh vamos, es normal. Tú eres popular y muy sociable. Él es todo lo contrario.

—Mm, tienes razón.-reflexionó un poco-Continúen, y no lo llamen Yuri con tanta confianza.

—Bien, además…no es muy popular que digamos y toda la escuela lo llama un nerd soso y santurrón.

—Ya les dije que no me importa si es popular o no. Y aquellos que se burlen de él, sufrirán en mis manos.- ambos chicos tragaron saliva al ver a ese Víctor sádico-Nadie se mete con MI cerdito.

—Otro punto es precisamente eso…él es gordito.

—¿Y eso qué? Yo lo amo con todo y su gordita figura.-declaró muy seguro de sí Víctor-Con todo y sus gorditos ♥u♥.

—Bien, y el punto al que todos queremos llegar…sus dos perros guardianes.

Los tres se quedaron en silencio y un aura deprimente los tapó. Tal vez Yuri Katsuki no fuese la persona más popular de la escuela, o la más agraciada, o la más bonita. Pero tenía algo más que todos morirían por tener, aparte de tener una dulce personalidad, un sazón increíble y una resistencia envidiable…dos mejores amigos que le cuidaban hasta del mismo aire: Yuri Plisetsky, alias Yurio, y Seung Gil Lee, patinadores del club de la academia y compañeros suyos.

El primero, Yuri Plisetsky, es el primo de Víctor Nikiforov: su padre y la madre de Yurio son hermanos, y es una persona demasiado arisca y con un genio terrible. Experto en ballet y en peleas callejeras. Todo un señorito rebelde. Considerado como uno de los chicos más atractivos de la misma academia, pero no se sentía muy a gusto con los populares, pese a pertenecer antes a ellos. Después de que Yuri Katsuki, o su querido Katsudon* como lo llamaba cariñosamente, le ayudara cuando estuvo en problemas juró protegerlo de toda alimaña o cucaracha rastrera que quisiera hacerle daño. Y lo demostró cuando un tipo le rompió los lentes a su gordito amigo: le rompió dos dientes y lo dejó más golpeado que una piñata después de una fiesta infantil. Esa era la fiera número uno.

El segundo, y quizás el más peligroso, era Seung Gil Lee. Un chico de intercambio proveniente de Corea del Sur, hijo de un magnate hotelero. Demasiado serio para su gusto y muy enojón también si osabas molestarlo. Era algo atractivo, pese a usar ropa algo anticuada como Yuri, escondiéndose bajo una fachada de chico nerd, aunque también lo es. La fama de este chico precede precisamente por su mal genio y debido a que es experto en artes marciales. Al llegar a la academia no socializaba con nadie, pero Yuri Katsuki fue el primero en darle una mano ganándose su confianza junto con Yurio. Él también ayudó a Yuri cuando dos chicos de grado superior quisieron hacerle una broma mientras iba por su almuerzo: Seung Gil los sometió con un par de llaves y los dejó fuera de combate con un combo de puños y patadas. E hizo una amenaza en general: quien osase, ya sea hombre o mujer, meterse con Yuri Katsuki iba a terminar peor que ese par de rufianes. Esa fue la fiera número dos.

Los tres se estremecieron ya que conocían el muy mal genio de ambos y sabían que no medirían ni pelo ni color para atacarlos. En especial J.J., que ya había sufrido en carne propia los dolorosos métodos macabros de ambos patinadores. En especial del gatito ruso, como apodaba al primo de su amigo.

—Bueno, no importa. No me rendiré en esto.-se levantó Víctor con una actitud renovada y con los ánimos por los cielos- Haré que Yuri se enamore de mí. Y viviremos felices por siempre…así que ahora vayan y averigüen todo sobre mi querido Yuri.

—¿Qué? ¿Ahora?

—Sí, ahora. O ¿Acaso quieren que toda la escuela sepa…?

—¡Ya nos vamos!

Ambos chicos salieron pitando de la sala del consejo estudiantil antes de que a Víctor se le ocurriese decir lo que tenía en mente. Cuando se trataba de venganzas, Víctor era terriblemente malvado. El plateado rio sentándose en el sillón del escritorio y del bolsillo secreto de su chaqueta sacó una fotografía en un peculiar mini portarretrato cuyo protagonista era Yuri Katsuki sonriendo de manera dulce.

—Voy a conquistarte, mi cerdito. Y cuando Víctor Nikiforov quiere algo lo consigue.-le dio un beso a la fotografía y un abrazo-Te lo juro, Yuri.

Notas finales:

¿Qué les pareció?

¿Les gustó?

Comenten para saber sus opiniones con respecto a este nuevo proyecto.

Nos leeremos pronto!

:D


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