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amor para dar por laraila

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- ¿¡otabek!? – gritaba Yuri por todo el hotel

- ¡Yuri! – Gritó yakov desde la cafetería - ¡no puedes hacer un escándalo así!, ¿terminaste de arreglarte? Ya debemos irnos

- pero… debo hablar con…

- lo harás después – acto seguido lo tomó del brazo y lo llevó al salón. Yurio llevaba puesto un traje azul marino, casi negro, con una corbata verde obscuro, que resaltaba el color de sus ojos claros.

“joder, necesito explicarle a otabek lo que ocurrió, no creo que piense que lo engañé… aunque aún no somos nada oficialmente… ¡es complicado!”

La fiesta era aburrida como siempre, todos se detenían a felicitar al Yuri japonés, luego a él, y al final a JJ, quien de alguna manera u otra había logrado llegar a tiempo. “ojalá lo hubiese pateado más fuerte y dejarlo sin descendencia” pensaba el rubio con rabia por lo que había sucedido.

El joven corazón de Yurio era un caos total, por un lado, su amor platónico se había desfigurado con la realidad, el hecho de haberse metido a su habitación e intentar forzarlo no le gustó nada. Además de ser egocéntrico y narcisista. Por otro lado, estaba otabek, hasta ese minuto Yuri pensaba en él como un amigo, pero la situación había cambiado radicalmente, tal vez si sentía algo por él.

Por fin lo vio llegar, iba con un traje negro, corbata roja, camisa blanca y cabello ordenado, era condenadamente guapo… ¡en qué diablos estaba pensando! Debía concentrarse en arreglar las cosas.

- ¿por qué miras tanto a otabek? – le preguntó de la nada el otro Yuri

- por nada – respondió toscamente

- …

- …

- ¿te puedo preguntar una cosa?

- ¿qué? –  le dijo agresivamente… como siempre

- mmm, bueno… tú conoces mucho a otabek ¿cierto?

- sí, ¿por qué? – preguntó algo desconfiado

- porque se de una persona que le gusta, y que quiere conquistarlo, ¿le ayudarías?

La mente de Yurio estaba aún más confundida, ahora además de aclarar sus sentimientos, tenía un tiempo límite hasta que esta otra persona hiciera algún movimiento… ¡¿por qué todo debía ser tan confuso?!

- no puedo, no me voy a meter en esa clase de problemas, me largo – dijo para poder salir rápido de ese problema antes de que el otro yuri intentara persuadirlo.

- ¿habrá funcionado? – le preguntó Víctor al cerdito japonés

- no lo sé, en una de esas se decide más rápido, pero no sé qué tan buena idea haya sido sacarle celos porque sí

- yurio es el tipo de persona que necesita un empujón ¿cierto?

- supongo que sí – dijo algo resignado – otabek lo ama con locura, y es muy responsable, cre que no habría mejor pareja para yurio que él

- mi niño crece tan rápido – decía Víctor con su típica boca de corazón y ojos de cachorrito – pero si le llega a hacer algo – su actitud había cambiado drásticamente a una más seria

- pareces padre celoso, mejor nos vamos – le dijo algo coqueto, invitándolo a… ya saben qué.

 

.

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.

Caminó largo rato por las afueras del hotel, no quería volver a la fiesta ¿Qué sentía por otabek? ¿Cómo le explicaría lo que había sucedido? El solo pensar en ayudar a otra persona a estar con otabek… le había dolido, y mucho.

Distraído en sus pensamientos, lo vio salir también, tenía una meca de amargura, y se le notaba el cansancio.

- ¡otabek! – lo llamó mientras se acercaba a él

- yurio – dijo con su típico semblante sin emociones

- tengo cosas que explicarte, sobre lo que pasó con JJ, yo…

- da igual –  le interrumpió – si te gusta JJ, y quieres estar con él, no hay nada que yo pueda hacer más que desear que sean felices, y perdón por haberme entrometido en su relación.

- ¡no! – le gritó algo desesperado, ¿por qué su corazón dolía tanto? – JJ entró sin permiso, y me forzó a besarlo, te lo juro

- aun así, Yurio... yo…

- ni siquiera ha empezado – dijo yurio casi como un susurro, apenas audible para el joven kázajo

- ¿qué? – le preguntó algo confundido, ¿empezar? ¿a qué se refería?

- dijiste en la carta que tiraste a la basura que el cortejo apenas empezaba… en algo tienes razón, y es que no sé qué siento por ti, pero… si te doy una oportunidad, y tú lo intentas – sus lágrimas de frustración empezaban a acumularse en sus ojos, mientras que una a una empezaban a caer – si lo hacemos bien tal vez… tal vez… funcione, pero si nos rendimos al primer problema... entonces será imposible… ¡el cortejo ni siquiera alcanzó a empezar!

- yurio… –  intentaba calmarlo el chico de cabellos negros

- solo tengo 15 años, y no entiendo mucho cómo funciona el mundo, pero desde que vi esas flores tiradas, mi pecho duele… ¡es tu culpa! – le gritó, pero antes de seguir con sus maldiciones, fue apresado por unos brazos que rodeaban toda su espalda.

- lo siento – escuchó decir en su oído – prometo hacerme cargo de esos sentimientos, me alegro que sientas algo por mí.

- aún no sé qué siento por ti

Otabek se separó un poco de él, lo miró directo a los ojos, a esas esmeraldas verdes que le quitaban el aliento. Enredó sus dedos entre las hebras rubias.

- por ahora me conformo con saber que no te soy indiferente – y plantó un beso en sus labios.

“este beso si me gusta” pensaba yurio para sus adentros

El beso se tornó algo más demandante, otabek lamió la comisura de los labios de yurio, y aprovechando un ligero jadeo de éste metió tímidamente su lengua, lamiendo toda tibia cavidad de éste. Sus lenguas se encontraron, y empezaron una dulce danza dentro de la boca del rubio. Finalmente se separaron, quedando unidos por un hilito de saliva, que otabek limpió mientras miraba la carita sonrojada y jadeante de su “amigo”.

- por favor sal conmigo, prometo hacerte feliz yurio

- es… está bien – dijo

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Al día siguiente, a todo el mundo había llegado la noticia del noviazgo del par de patinadores

Notas finales:

si si, ya sé... me demoré infinito en actualizar, he estado algo ocupada XD

díganme que les pareció :D


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