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El Dolor De Un Ángel por RozenDark

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Notas del fanfic:

Se que algunas personas se preguntarán, ¿quien es Eliot Von Wincott?, bueno, es aquí cuando les respondo. Si no han visto las otras historias ligadas a esta, les sugiero que lo hagan, de lo contrario no entenderan absolutamente nada. Y respondiendo las dudas, Eliot Von Wincott es un personaje original mio, al igual que los hijos de todas las parejas :D

Espero y les agrade esta historia ;)

Notas del capitulo:

Como les dije en un principio, asegurense de leer las otras tres historias que estan ligadas a esta, sino no podrán entender nada :)

Y bueno, para las personas que ya conocen la saga, "La Travesía Del Ángel", podran ver que regreso con una historia más. Historia en la que el odio a Yuuri pasará a segundo plano con ciertos padres idiotas que no saben valorar las cosas que tienen, ¿quiénes serán? ¬¬

En fin, los personajes de Kyou Kara Maou son propiedad de sus respectivos autores, y los demás de mi propia autoria.

Y sin más que decir, les invito a leer ^3^/

"Sorpresiva Noticia"

 

~°ɞ°~ღ~°ɞ°~

 

Sus azules ojos mostraban completa sorpresa y confusión. Trato de buscar algún signo de mentira en aquellos ojos verdes, pertenecientes a la doctora del palacio, pero solo pudo ver seriedad y verdad en ellos.

Negó una y otra vez con premura, no creyendo en esa posibilidad, no entendiéndolo del todo, más eso acabo de esfumándose, cuando sus temblorosas manos se dirigieron a su vientre. Aquel lugar se sentía tan cálido y mágico, lógico si allí crecía el ser más hermoso ante sus ojos. Sonrió como tonto al pensar en su bebé, pero de un momento a otro, su boca se curvo hacia abajo, recordando así al otro padre de esa hermosa criatura. Miro una vez más a la peli verde, madre de su amado y soltó un lastimero gemido.

 

—Temo preguntar, pero debo hacerlo para salir por completo de mis dudas —, se encargó de mirar al doncel con seriedad. — ¿El hijo que esperas es de Albert? —, preguntó seriamente.

 

El doncel hipo con dolor, creía que la doctora lo odiaba por eso. Seguramente pensaría que engatuso a su hijo, pero él bien sabía cuánto amaba a ese varón, el cual se la pasaba viajando de aquí para allá, junto con su padre.

 

—No estoy molesta, al contrario, me alegra saber que pronto seré abuela y estoy segura de que Albert se alegrará al saber que será padre —, se encargó de mimar al chico, recordando así, el cómo se encargó del padre doncel de aquel dulce doncel. —Aprovecha que hoy viene, por el cumpleaños del príncipe Alexis —, le ánimo, mientras guiñaba un ojo.

 

El doncel solamente asintió, lloraba, pero sonreía, lo atribuía a las terribles hormonas. Aún recordaba a su querido tío Wolfram, cuando se embarazo de su primo Alexis y ni que decir con los cambios que tuvo, durante el embarazo de Irina.

Recibió atento las indicaciones de su futura suegra, porque según ella, Albert le pediría matrimonio, apenas se enterará y hasta él sabía que aquello era verdad.

 

~ஐ~

 

Salió alegre del consultorio de Gisela y comenzó a buscar a su buen amigo Gilbert, seguro de que el peli verde se alegraría al saber que sería tío, pero estaba tan distraído, que no se dio cuenta de que un pequeño rubio lo seguía con una enorme sonrisa en el rostro. Para cuando vio a su amigo, se acercó, viendo a Gwendon alterado, debido a los preparativos de su boda, boda que celebrarían en unos cuantos meses.

 

— ¡Gilbert! —, le llamo alegre.

 

Los donceles miraron al doncel que acababa de llegar y en seguida sonrieron. Ambos sabían lo que su amigo tenia, o al menos lo sospechaban, claro, eso era un secreto, cosas de donceles.

 

— ¿Y?, ¿qué te dijo Gisela-san? —, el peli rosa estaba ansioso.

—Dime que si tuve razón —, el peli verde sonreía a más no poder.

—Gisela dijo que…sí, estoy embarazado —, les revelo sonriente.

 

Los otros dos, chillaron emocionados, para después lanzarse y abrazar a su querido amigo. Claro que hay que aclarar, ese trio de donceles, ya no eran unos niños, los tres estaban en edad casadera y tenían la clara idea de a quien amaban y con quien formarían una familia.

Gwendon por ejemplo, estaba tan cerca de comenzar una nueva etapa en su vida, a pesar de no estar embarazado, ni haber tenido aventurillas con su prometido, se casaría en tan solo dos meses.

Guilbert por su parte, cada que podía, le pedía tanto al Heika, como al gran Shinou, que le dejaran visitar a su novio, el hijo del Maou de la tierra, claro, también el varón iba a visitarlo.

Eliot en cambio, si tuvo un desliz y este tuvo consecuencias, que más bien era una hermosa bendición, y sabía que Albert se alegraría con aquella noticia.

Los tres siguieron hablando del tema, emocionados por imaginar la cara del mayor de los hijos de Adalberto Von Grantz, todo visto y escuchado por el pequeño cumpleañero, que andaba emocionado por su adorado primo. No se dijo nada más, los tres vieron la hora y decidieron que mejor se alistaban para la celebración de esa noche, mientras que Alexis se alejaba, ya decidido en felicitar a su tío, por las buenas nuevas.

 

~ஐ~

 

Ya era de noche, oficialmente había comenzado la fiesta del pequeño cumpleañero, el cual revoloteaba por todo lo ancho de aquel salón, junto con su prometido, el pequeño, Christopher Von Winsord.

A la fiesta habían llegado Greta y su esposo Rinji, después de todo, no podían perderse el cumpleaños del pequeño Alexis, quien siempre los ayudo en sus citas a escondidas del Heika y el primogénito de este. También había llegado Shori y su familia, eso incluía a su esposa e hijo. Y como olvidar a Waltorama y su hijo Walter, el cual lleno de mimos y regalos a su sobrino consentido.

Stoffel llego con mala cara. Fue invitado por mero respeto hacia la familia, más eso no impidió tener una plática de advertencia, por parte de Waltorama, Damián, Yuuri y por supuesto, el mismo Yuuki, el cual fue más cruel al decirle que le quitaría aquello por lo que se jactaba ante las mujeres y donceles como hombre, sin duda su sobrino nieto era el peor de aquellos hombres.

Wolfram por su parte, no solo recibía las felicitaciones por su cumpleañero hijo, también por el nacimiento de su pequeña hija, a la cual llevaba de aquí para allá con una enorme sonrisa surcada en su rostro.

Irina Shibuya Von Bielefield, era muy linda. Ya con unos cuantos meses, lucía sus enormes e inocentes ojos negros, y su apenas largo y ondulado cabello negro, lo único que diferenciaba a la bebé de su padre varón, era aquella fina piel blanca, heredada de su padre doncel.

La atención paso a otro lado, cuando anunciaron la llegada de Adalberto y Albert Von Grantz. Eliot se puso feliz al ver a su novio y padre de su hijo llegar, pero no podía simplemente ir hacia él, así que Gilbert como buen amigo y futuro tío, fue  a hablar a su hermano mayor, aprovechando que su padre fue a saludar a su madre. Ahora la joven pareja estaba en el jardín de flores, sin nada, ni nadie que los molestara.

 

— ¿Qué querías decirme? —, Albert se encargó de preguntarle, mientras abrazaba a su doncel, que tanto extraño.

—Eliot se sonrojo con ese agradable gesto. Miro al rubio con pena completa y le sonrió apenas. —Hace unos días que no me he sentido bien…así que hoy fui con tu madre y ella me dijo que…—, silencio sus palabras. Las dudas comenzaron a asaltar su mente.

—Albert tomo de los hombros al castaño, todo sin lastimarlo, pero con el miedo de una mala noticia. — ¿Qué te dijo?, ¿estas enfermo? —, cuestionó alarmado.

—Sus azules ojos vieron preocupación en los del mayor, así que se armó de valor —, dijo que yo estoy… ¡estoy embarazado! —, le dijo de manera rápida.

 

Había cerrado los ojos, esperando cualquier cosa, menos que Albert lo abrazara y besara de aquella manera tan ansiosa y amorosa. Lo miro buscando indicios de cualquier cosa negativa, pero solo veía alegría y emoción.

 

—Nos casaremos —, sentenció sonriente. —Y dejare de viajar, no quiero que tu padezcas lo mismo que mi madre, así que después de la fiesta, le diremos a nuestros padres.

 

Eliot solo asintió sonriente. Al parecer sus dudas de último minuto no fueron del todo certeras, bien sabía que Albert lo amaba, tanto que estaba dispuesto a darle lo mejor.

Ambos regresaron a la fiesta, tomados de la mano, pero apenas pisaron el salón, Albert fue lanzado al suelo por un fuerte puñetazo, otorgado por el padre de Eliot, Conrart Weller, el cual veía al rubio en el suelo con absoluto odio.

 

~ஐ~

 

Alexis andaba por todo lo ancho de aquel salón, con una enorme sonrisa. De vez en cuando miraba a su prometido y le sonreía aún más cuando Chris lo miraba.

Sus verdes ojos vieron con emoción a su primo salir al jardín, junto al mayor de los hijos Von Grantz. Para su inocente pensar, creía que Eliot ya le había dicho sobre la grata noticia a su tío Coni, así que como príncipe que era y como muestra de educación, tomo con fuerza la mano de Chris, el cual lo veía con confusión al ver que su sonriente expresión, paso a ser a una llena de seriedad.

 

— ¿Qué te ocurre Alex? —, Chris dejo de caminar, mientras jalaba levemente el brazo del pequeño rubio.

—Nada, solo que como heredero de la realeza es mi deber felicitar a mis humildes súbditos —, se paró derechito y se puso la mano derecha en el pecho.

—Chris solo rió divertido, su novio podía llegar a ser muy divertido. —Pero si tú eres el cumpleañero, ¿no?, se supone que a ti es al que deben felicitar —, le dijo sonriente.

—Alexis solo hizo un mohín de protesta. —Sé que deben felicitarme, pero también a mi primo Eliot y al tío Coni —, le respondió.

— ¿Por qué? —, preguntó curioso.

—Es que Eliot esta embarazado, justo ahora le está diciendo a Albert, y lo más seguro es que ya le dijo a mi tío, y yo como bue príncipe debo felicitarlo —, se explicó con orgullo.

—Chris asintió, para después darle un suave beso en la mejilla a su adorable prometido. —Entonces vamos, estoy seguro que tu tío nos dará dulces apenas le recuerdes que va a ser abuelo —, se divirtió apenas vio aquella mirada brillosa y esa enorme sonrisa.

 

No se dijeron más, ambos se tomaron las manos de nueva cuenta y comenzaron a caminar hacía Conrart, el cual solamente observaba la fiesta a distancia, observando melancólicamente a las parejas.

Los pequeños llegaron donde el castaño se encontraba. Conrart solamente los vio con curiosidad y le sonrió a su pequeño consentido.

 

— ¿Qué necesitas pequeño? —, se agacho y revolvió los rubios cabellos de su sobrino.

—Alexis solo le sonrió, mientras lo abrazaba. —Vengo a felicitarte —, le dijo animado.

—Conrart se extrañó ante eso. Miro con duda a su sobrino, devolviéndole la sonrisa con la suya propia. —Pero tú eres el festejado. No entiendo el porqué de tus palabras —, le dijo.

—No te hagas tío Coni. Te felicito porque vas a ser abuelo, Eliot espera un hijo de Albert, tú lo sabes —, el pequeño hablo con inocencia, creyendo que su tío bromeaba con esa pregunta.

 

El castaño borro su sonrisa al oír aquello. Se agacho  de nueva cuenta, para estar a la altura de su sobrino y lo tomo con algo de fuerza por los hombros. Alexis se asustó con aquel comportamiento y miro a su tío con temor.

 

— ¿Qué quieres decir? —, preguntó. — ¡Responde Alexis! —, le exigió en voz alta, alarmando a todos y asustando al pequeño doncel.

—T…Tío…me lastimas. —, le dijo temeroso, casi al borde del llanto.

—Conrart solo frunció el ceño. —Alexis Von Bielefield, responde a mi pregunta.

 

El pequeño comenzó a llorar, temiendo por la repentina reacción de su tío Coni, el cual, generalmente era el más amable y cariñoso, pero ahora, lo veía con gran temor.

 

—Creí que sabias…yo solo quería felicitarte…porque vas a ser abuelo —, respondió apenas, debido al llanto y temor.

 

Al ver como trataban a su inocente prometido, Chris congelo levemente las manos del mayor, el cual soltó a su pequeño rubio de inmediato.

Conrart miro con pena lo que había hecho a su pequeño sobrino y el como hizo tremenda escena en su fiesta. Iba a disculparse, cuando a lo lejos vio a su hijo entrar del jardín y a su lado estaba el verdadero causante de todo ese embrollo.

No pudo contenerse, simplemente corrió hacia la pareja y le propino un fuerte puñetazo a ese maldito rubio. Tan fuerte fue el golpe, que Albert cayó al suelo.

Todo quedo en silencio. Todos miraban como Conrart veía con odio al rubio, Eliot temblaba, mientras veía a su padre con miedo y como Albert se sobaba la mejilla afectada. Tan concentrados estaban en esas tres personas, que nadie se dio cuenta cuando Adalberto se lanzó sobre Conrart. Para cuando lo hicieron, los dos rivales estaban en el suelo, golpeándose entre sí, cada uno peleando en defensa de su respectivo hijo.

 

— ¡¿Cómo te atreves a golpear a mi hijo?! —, Adalberto dio un certero golpe al rostro del castaño.

—Conrart no se dejó amedrentar y de inmediato devolvió el golpe. — ¡¡ME ATREVO PORQUE TU HIJO SE ATREVIÓ A DEJAR EN CINTA AL MÍO!! —, grito furioso.

 

Para cuando ambos padres captaron completamente lo que habían hecho, ya era demasiado tarde. Ambos miraron a su respectivo hijo y solo vieron decepción y vergüenza, mientras los murmullos no se hicieron esperar, especialmente por la filosa lengua de Stoffel, el cual hablaba mal de alguien más para variar, lástima que ahora hablaba de un nervioso doncel al punto del colapso.

Esa noticia sí que había sido una sorpresa para todo el mundo.

 

 

 

 

 

Continuará

Notas finales:

Y eso fue todo para este capitulo :D

Trataré de actualizar pronto xD

Próximo capitulo, "Decepción Y Dolor"

En fin, nos leemos pronto

Chau chau (*_-)/


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