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Healing the Wounds por Akins

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Gaara no sabía exactamente qué era eso que había sentido la noche anterior pero sin duda le había gustado mucho. Nadie lo curaba cuando se lastimaba, siempre era él quien se curaba las heridas, ni siquiera Temari que era su hermana lo ayudaba en eso.


Siempre que bebía se metía en alguna pelea y normalmente salía victorioso pero esa vez le fue muy mal, no fue una pelea justa, él estaba completamente solo contra 5 hombres armados de cuchillos y navajas.


 Aún consciente y todo adolorido pudo regresar a "casa". Sabía perfectamente que Temari no estaba y que aunque estuviera no iba a curar sus heridas y ninguno de los sujetos que estaban a su disposición iba hacerlo, todos le tenían el suficiente miedo como para no acercarse a él y si lo hicieran sólo lo harían para tratar de acabar con su vida.


No se sentía bien, lo único que quería era reposar su cuerpo en algún lugar para poder descansar.


Sus ojos se cerraron y escuchaba  pequeños susurros en el vacío


Alguien estaba ahí con él, podía sentirlo claramente y luchaba por abrir los ojos y poder verlo, entonces sintió su piel arder y abrió los ojos súbitamente. Era un niño, un pequeño de cabello y ojos negros que lo miraban sorprendido y con cierto temor.


 


— Voy a curar tus heridas —  le dijo con su suave voz


 


Su mente estaba procesando todo, a ese niño lo había olvidado en el sótano, hace días debió de deshacerse de él  pero por algún motivo lo olvido y ahora estaba ahí curando y  siendo cuidado por  él.


Luego de unos segundos lo soltó y volvió a cerrar sus ojos permitiéndole al pequeño hacer su labor


Mientras  curaba sus heridas dejo escapar unos pequeños pero muy leves gemidos de disgusto.


Una vez terminado de limpiar todas las heridas las cubrió con gasa y vendas.


"¿Cuánto tiempo estuvo bajo la lluvia?"— lo escucho decir mientrassentía una de sus manos sobre su frente —  tiene la temperatura muy alta


Fueron un par de minutos, tal vez segundo cuando sintió algo frio posarse sobre tu frente, eran paños de agua fría, la idea del niño era bajarle la temperatura utilizando eso.


No tenía muchas fuerzas, sólo podía sentir y escuchar lo que el niño hacia y decía. Se sentía bien ser cuidado por alguien más, sentía seguridad de que nada malo iba a pasarle al estar bajo los cuidados de ese niño, se sentía bien todo lo que ese mocoso estaba haciendo, entonces  se despreocupo de todo y simplemente entregó todo su ser para ser cuidado.


Esa fue la primera vez que alguien cuidaba de él.


 


 


---


 


Cuando despertó se halló sólo en aquella habitación, en la mesa de noche sólo habían algodones con manchas de sangre, alcohol, gasa y algunas vendas, un pocillo de agua y una pequeños paños flotar en él.


Tenía el torso desnudo, unas vendas rodeaban su pecho y parte de su abdomen, su antebrazo también estaba vendado.


Entonces lo recordó


 


“Voy a curar tus heridas"


 


Esos ojitos negros, esa carita tan dulce, ese niño había cuidado de él, había curado sus heridas.


Sus pantalones estaban húmedos al igual de todo lo demás, se levantó y se vistió con ropa que estuviera seca y limpia


— Ya despertaste —  escucho la voz de su hermano desde la puerta


— ¿En dónde está?


— En el sótano...


Entonces recordó que aquel niño había estado en el sótano varios días y lo único que él había ordenado fue que no le hicieran daño al niño. Nunca mencionó que le dieran de comer o algo por el estilo


— Dale de comer


— ¿Que?


— Que le des comida al niño —  ordenó con dureza


Su hermano obedeció y salió para cumplir con la orden que Gaara le había asignado, ahora que recordaba, tenía que hacer varias cosas. Aún tenía algo de tiempo, descansaria un rato más para luego poder hacer lo que tenía que hacer.


Pero por más que trataba su mente no dejaba de pensar en ese niño, tenía algo que lo inquietaba, no sabía que era, pero quería verlo una vez, bajo hasta el sótano sólo para encontrarse con una desagradable sorpresa.


Recordaba el nombre de ese mocoso, se llamaba Rock Lee.


Escucho la voz de Lee gritar por ayuda, uno de esos sucios sujetos que Madara había designado para él estaba tratando de abusar de Lee. Se llenó de ira cuando lo vio darle una bofetada y forcejear con él.


El sujeto detuvo todas sus acciones en cuanto sintió un arma apuntando su cabeza


— aléjate de él — Dijo con voz seria y fría y el tipo trago en seco y lentamente se separó del cuerpo de Lee liberándolo mientras que el arma seguía pegada a su cabeza


— Gaara yo…


— Cállate


Observo a Lee arrastrarse de espaldas lejos del sujeto mientras trataba de cerrar su camisa


—  ¿Qué fue lo que  dije? — se dirigió hacia el sujeto


El sujeto se giró y se inclinó suavemente hasta las rodillas del pelirrojo que seguía apuntándolo con el arma


— Gaara lo lamento mucho yo…


—  ¡¿QUÉ FUE LO QUE TE DIJE?! —  demando furioso con el ceño fruncido


Se podía notar el miedo que Gaara ejercía sobre él


— Por favor…  no me mates Gaara


— no has respondido mi pregunta


El hombre había empezado a temblar de miedo  


—  ¿No vas a responderme?


—  ¿vas a matarme?


— eso ya lo debes de saber


Gaara apretó el gatillo y la bala atravesó la cabeza del hombre a sus pies, la pared tras de él se pintó de rojo y los ojos de Rock Lee se abrieron como platillos. Le había disparado sin compasión aun cuando le había suplicado por su vida


La mirada de Gaara se posiciono sobre Rock Lee y este empezó a temblar de puro miedo, agacho la mirada y todo dentro de su ser rogaba porque Gaara se fuera sin decirle nada, cosa que no ocurrió.


Para Gaara, Lee era el ser más lindo que jamás haya visto, tan frágil y débil, sus ojitos negros, su piel acaramelada y esa expresión de total inocencia lo cautivaron,  Gaara sintió por primera vez el deseo de poseer a alguien. Quería tener a ese niño sin importar que tuviera que hacer, esas ganas de hacerlo suyo lo invadieron y sintió su cuerpo vibrar de la emoción.


El pelirrojo dio unos cuantos pasos y se inclinó hacia él. Rock Lee pudo ver esos zapatos negros posicionarse frente a él y de pronto sintió el arma levantar de su mentón, cuando alzo la mirada se dio cuenta de la cercanía del pelirrojo


—Fuiste tú quien curo mis heridas — le dijo acariciando una de sus mejillas esperando que el pequeño diga algo, pero Lee no dijo nada


—  ¿Qué sucede? ¿Acaso tienes miedo? —  le hablo el pelirrojo con un tono divertido pero a la vez sádico, la ternura y la inocencia de Lee avivaban más sus ganas por poseerlo


Lee se preguntó cómo podía ese muchacho estar así como si nada, como si hubiera disfrutado del haber matado a ese sujeto, como si no le afectara en lo más mínimo haber acabado con su vida


De pronto sus labios fueron atrapados por unos labios demandantes, salvajes,  que lo besaban frenéticamente, el pelirrojo lo tomo de la nuca para profundizar el beso e invadir la boquita del niño para explorar cuanto él quisiera.


Rock Lee no podía  respirar, nunca antes había sentido tanto temor de alguien hasta ese instante, sintió un frio incontrolable sobre toda su piel, trato de separarse de ese sujeto y apoyo sus suaves manos sobre el pecho del muchacho que no dejaba de besarlo para apartarlo de él


—ni siquiera pienses que puedes huir de mí… —le dijo totalmente furioso y el menor volvió a temblar — serás mío…


De pronto Gaara se le acercó al oído y un choque eléctrico ataco la espina dorsal de Lee que  pegó  su espalda de una manera casi imposible contra la pared


— si tratas de huir  te encontrare y te arrepentirás de haberme conocido


Gaara se alejó de Lee y se fue dejándolo solo con el cadáver de ese sujeto.


Por las mejillas del pequeño  empezaron a correr gruesas lágrimas, su corazón latía incontrolablemente, no sabía explicarse que era eso que sentía recorrer todo su ser;  sus ojitos se inundaron de aquel líquido salado  y Rock Lee deseo más que nunca salir de ese lugar.


 


 


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