Fuego, fuego mortal, frio y sin piedad. Fuego era lo que se veía en todas parte. Fuego era lo que se esparcía poco a poco sobre aquellos sedimentos, los cuales se tragaban todo a su paso. Sangre, sangre tan roja como la manzana del edén, sangre caliente y sucia por el pecado, aquella sangre derramada se esparcía como la seda sobre aquella madera de caoba, antes pulida, ahora negra, que crujía en favor del fuego. Un recinto sagrado, de oración y paz, manchado con la sangre y sudor de aquellos que una vez fueron parte de ese lugar. Su verdugo, un dios de la muerte, vestido de solo unos harapos viejos y rasgados de color negro como la oscuridad. Aquel ángel caído que descendió de los cielos para dar su implacable castigo a los miserables mortales, que prosperaban todos los pecados del mundo con el libre albedrío entre sus manos en aquella, que una vez fue la catedral mas hermosa y prospera de un lugar muy cerca de España. El fuego comía todo a su paso, arrasando con aquella edificación con fuerza, como si de un dragón se tratase. Nadie estaría tan loco para adentrarse y buscar lo que no se le ha perdido, pero mientras si existiera esa persona, por tan curioso que fuera, hubiera visto aquella imagen tan grotesca y hermosa que sucedía dentro de la catedral. Aquel joven de piel arena, manchada por pequeños cortes en su piel, estaba cubierto de las cenizas que caían a su alrededor, y de la sangre de muchos de los que perecieron ahí. Su cabello tan rubio como la espiga brillaba con ayuda del fuego santo que lo rodeaba, mientras que sus ojos antes verdes , ahora rojos, se encontraban sediento de poder y rabia, brillando como dos rubíes en la bella y estrellada oscuridad, un ser hermoso, lleno de venganza y odio hacia el mundo, perfecto pero no para este mundo . Sus brazos acunaban el cuerpo de un sacerdote joven, de piel morena que mantenía entre sus manos, la empuñadura de una espada sagrada y santificada. Clavada en el pecho del bello ángel; los ojos ya mortales ,estaban ya apagados, con la ultima esperanza hacia el cielo, mientras que su pobre alma era succionada por ese ser de rubia cabellera con total pasión. Lágrimas caían de ambos ojos. Verdes y rojos se encontraron por ultima vez cuando aquel sacerdote suspiro su ultimo aliento, mientras que su ángel y único amor le quitaba la vida a través de su sangre. Con una pequeña mordida en aquel delicioso y frágil cuello que solo los humanos tiene, un momento que podría ser retratado por los mejores pintores del barroco y que seria admirada por los siglos de los siglos.
Siglo XXI
Madrid/ España. Antonio pov
Mi corazón latía a mil por hora. Mis ojos observaban aquel techo que ya conocía muy bien, sudaba todo mi cuerpo y mi brazo derecho estaba apoyado en mi rostro. Estaba desorientado y no sabia donde me encontraba, poco a poco fui retomando la conciencia, notando que estaba en mi habitación. Había despertado de nuevo de ese sueño recurrente que me pasa cada año en estas épocas. Un sueño del cual me despierta el morbo que hay en mi interior. Cada vez que cierro los ojos ,encuentro observándome aquellos ojos rojos, esa piel tan pálida y ese cabello rubio que brillaba, pero lo que mas me duele al cerrarlos, es aquel dolor y soledad que veo en sus mirada, aquel sentimiento de traición, traición provocada por mi.
Golpeó la cama y comienzo a llorar como cada mañana que tengo ese sueño. Me arropo con las sabanas y espero a que ese dolor tan agudo en mi pecho pase y así empezar mi rutina, observó el reloj ,tratando de limpiar mis ojos de las lágrimas,pero al hacerlo mis ojos se abren de la impresión.
-mierda!....- me levantó lo mas rápido de la cama y busco mi ropa.
- mierda,mierda,mierda, ostia ,ostia,ostia! Gilbert me va a matar!- me puse el pantalón lo mas rápido que pude y seguí con la camiseta.
Una hora después salí de mi casa,con un pan con mermelada hacia el aeropuerto. Hoy venia de visita dos viejos amigos que se fueron a vivir hace mucho lejos de aquí. Gilbert beilschmidt, un viejo amigo de preparatoria que se mudo a berlin por asuntos familiares y Francis, aunque el tenia los mismo motivos que Gilbert; llego a temprana edad y solo por alejar a unos de sus hermanos de su ciudad natal, en Inglaterra. Lo conocí desde mi infancia pero como dije el se había mudado a Francia ,solo para estudiar cocina, llevándose a sus pequeños hermanos con el. Ahora ambos vuelven y yo debía recibirlos hace como unos treinta minutos, lamentablemente me había quedado dormido y ahora ando corriendo lo que mas puedo o lo que mis piernas me dan para tomar un bus y llegar al aeropuerto lo mas pronto posible.
-mierda!...-
Fin pov
El castaño por fin había llegado al aeropuerto por completo cansado, apoyado en la barandilla del lugar de espera ,decidió volver a recuperar el aire que había perdido por la carrera que se hecho. Rápidamente observó el panel de los vuelos y noto que ambos vuelos desde París y Berlín estaban retrasados ,cosa que hizo que el joven español respirara mejor.
Rápidamente se arreglo los cabello y un poco la ropa para si verse presentable. Tras minutos de espera y espera noto que solo un avión había desembarcado ya y ese era el París. Antonio ni corto ni perezoso fue hasta el lugar donde saldrían los que llegarían de ese vuelo.
Ansioso miraba para todos lados a la espera de ver una cabellera rubia asomarse pero sin éxito. Suspiro desilusionado de ver que aun no llegaba, hasta que por fin escucho una voz un tanto peculiar y conocida para el.
-dahahahaha, el héroe llego…he vuelto España! Dahahahaha-
-Alfred! Cheri no grites-
-así es bro… ya no estamos en casa, estamos en un aeropuerto , deberías tener mas respeto con las personas al-
Antonio observo de donde provenía esas tres voces y noto que eran tres rubios de diferentes tamaño,que caminaban en fila con un montón de maletas.
-Francis!- grito el moreno, mientras agitaba su mano para que lo vieran
El nombrado de inmediato había volteado al escuchar su nombre, encontrándose con esos ojos manzana los cuales conocía muy bien. Una sonrisa apareció en el francés y apuro el paso de sus dos hermanos menores. Antonio noto que Francis venia con dos rubios que al parecer eran gemelos y un pelirrojo alto y cejon que recordaba era su hermano mayor .
Al acercarse a el , abrazo a su mejor amigo con entusiasmo ,dando pequeños saltitos.
-ohhh mon petit Antonio…cuanto tiempo sin verte- pronunció el rubio con alegría ,mientras aun lo abrazaba.
-mas de tres años, se os aseguro tío-respondil con la misma alegría el abrazo del francés.
-antonio quiero que conozcas a mi familia- respondió el chico.
Ambos se acercaron a la familia del rubio y este de inmediato presento a sus hermanos, aunque para el español aun los recordaba y sabia quienes eran.
-Francia, cuando lleguemos a mi casa, debemor celebrar. También tu puedes ayudarnos scott- el pelirrojo solo gruño un poco
-dejalo antonio…es un aguafiestas, no se a quien salio el-se burlo el rubio el cual abrazaba aun a su amigo.
-shut up Francis, es mejor que no digas nada- lo fulminó el pelirrojo,mientras los otros reían. -bueno…solo nos falta uno y estamos completos-exclamo entre risas el español.
-espera, Gil no ha llegado- antonio negó con la cabeza.
-su vuelto se retraso al igual que el tuyo-le respondió con simpleza.
De inmediato el francés corrió con maleta y todo ,solo para observar el vuelo. Noto que el vuelo de Berlín por fin había llegado pero que estaban desembarcando, Francis llamo el resto y todos se acercaron al rubio y observaron el panel. Cuando estuvieron seguros por cual salida saldrían ,se dirigieron allí.
A lo lejos tanto el castaño como el rubio notaron una cabellera platinada moverse escandalosamente. Ambos se dieron miradas cómplices y supieron de quien se trataba, era su amigo Gilbert.
Se pusieron mas cerca para ver mejor y notaron que el chico no venia solo. Mas bien el pruso venia con un rubio mas alto que el,acompañado de un risueño castaño que lo abrazaba por el brazo, junto a un estoico japones que sonreía con suavidad.
-gilbert! Amigo mio!- grito eufórico el español una ves tuvo al pruso a su lado.
-antonioooo, mi hermanaso del alma- el albino corrió a abrazarlo con euforia y luego siguió con el francés.- kesesese, el asombroso yo ha llegado a ustedes!- dijo con entusiasmo cosa que hizo reír a sus dos mejores amigos- uhh antes de que se me olvide…Antonio, Francis, quiero que conozcan a mi bruder, este grandullón es west, su nombre es ludwig y es mi pequeño hermano- tomo al rubio en un fuerte abrazo que sonrojo al grandulon.
-bruder…por favor. Me a vergüenzas- respondió el rubio quitándose del agarre.
-kesesesese, ay west no seas tan serio…no importa estos dos son amigos de west, el es kiku y el feliciano-dijo señalando a ambos por igual.
-ve~ un gusto, Feliciano Vargas-estrecho la mano del español. Antonio lo miro sorprendido.
-Vargas? Ese apellido…lo he escuchado antes-
-creo que aun estas dormido,mon petit Antonio-le palmeo la espalda el rubio.
-ve~ tal vez nos hayas conocido antes ve..~-sonrio aquel castaño de forma boba.
-si tal vez ,puede ser- se lo pensó un poco mas-creo que mejor nos vamos, ya estamos todos- tomo las maletas de algunos ,pero antes de dar un paso el único pelinegro los detuvo.
-esperen…aun faltan mi familia-dijo con duda el japones.
-Gil no me dijiste que vendrías con mas gente- cuestiono mirándolo serio.
-se me paso kesesesese-fue la respuesta del albino al momento.
-Gilbert!-gritaron ambos, tanto español como francés.
A mitad del sermón al pruso,escucharon a lo lejos una discusión que e acercaba cada vez mas. Todos los presentes al voltear, notaron a una chica de cabellera negra que discutía con un joven corpulento ,el cual caminaba a su lado sin prestarle atención. Detrás de ellos venían un castaño con atuendos chinos, una niña de cabellera larga con un riso al frente,la cual era fastidiada por un joven pelinegro muy hiperactivo.
-que te digo que no es así aru!- pudieron escuchar lo que decía la joven una vez se acerco a ellos. -yao nii-san!- grito el japones.
De inmediato aquella dama de ropas chinas volteo a ver a la dirección de ellos ,sonrió con ternura y se acerco corriendo a el japones, ignorando al oso con mala cara que la venia escoltando.
-no podían esperar un poco mas aru? Saben lo problemático que fue el controlar a vanya aru?-
-sumimasen- pronuncio el japonés disculpándose.
-vaya no sabia que estuvieras acompañado de dos lindas jovencitas- dijo el español ,codeando a su amigo albino
-joven…ah ,ah,ahhh kesesesese- comenzó a reír ,mientras cierto español retrocedió un poco cuando fue fulminado por la asiática.
-no soy una chica!-
…..
Habían pasado unas horas desde que por fin estaban todos, antonio se sobaba su pobre cachete, luego de haber sido golpeado por una persona a la cual creyó que era una chica, pero que en realidad era un chico.
-debiste decírmelo- gruño el castaño a su amigo.
-de verdad lo siento Antonio san, mi hermano es un poco agresivo cuando lo confunden con chica- Suspiro el japones, aunque ya el español no le daba importancia.
Decidió dar media vuelta a su cabeza cuando no escuchaba las burlas de su otro amigo, iba a preguntar por que no se burlaba,pero cuando lo vio noto que ni siquiera se había dado cuenta de lo sucedido y mas bien observaba con sumo interés a la familia del pelinegro, su expresión era alterada,pero estaba camuflada por una seriedad. Sigilosamente antonio se acerco al francés y palmeo la espalda de este con tranquilidad .
-hey! ¿Te encuentra bien?- estaba preocupado ya que era la primera vez.
-EH? Si estoy bien, ¿Por qué preguntas?- respondió, sonriéndole con naturalidad .
-hmmm , esta bien- volvió a palmear sus espalda y giro su mirada hacia los asiáticos.
Antonio no le creyó a Francis ,pero lo dejo pasar. Ambos se quedaron viendo al chino que peleaba con el cenizo, cuando de la nada este se detuvo y volteo a un punto, ambos se alertaron por ese brusco movimiento pero luego se relajaron al ver que de nuevo el pelinegro, volvió a lo suyo con el muchacho.
Aquello fue extraño para el español, pero no dijo nada, mas bien , en cambio volteo hacia la dirección en que el chino volteo. Sus ojos se sorprendieron. Era el , el chico de sus sueños. Una figura se veía al otro extremo de ese lugar, era un hombre rubio de ojos verde como la esmeralda, vestía un atuendo ingles de la época de los años 19, era alguien hermoso del cual no podrías dejar de apreciar. Antonio no entendía como una persona tan peculiar estuviera ahí parado y sea el único que lo viera, varias veces volteo la mirada a los lados confirmando que en efecto el era el único que lo veía. Su ojos estaban detenidos en aquel hombre,casi se sentía hipnotizado por la belleza de ese chico, deseo de posesión comenzó a crecer en el ,poco a poco su mente se fue desconectando de si,hasta que sintió unas manos que lo volvían a la realidad.
-señor Antonio, no debería estar perdido en sus pensamientos aru- pronuncio el joven de cabellera larga.
Yao se había acercado a el ,el español noto que el asiático estaba ahí observándolo lo mas sereno que podía, parpadeo varias veces notando que solo estaba preocupado al igual que el resto.
-esta bien? Lo noto alterado aru-volvio a preguntar
-si! Estoy bien…mejor vamos- antonio le dio la mejor sonrisa al pequeño asiático.
Su sonrisa hizo que yao se calmara y se acercara al resto del grupo que esperaban a su guía. Antonio volteo de inmediato al punto donde había visto al rubio, sintió que esa imagen había sido su imaginación loca que le jugaba una broma, ya que al ver al frente ,ya no había nada y nadie. Suspiro ,restregando sus ojos y decidió dar la vuelta y así alcanzar al resto. Solo Antonio sabía que merecía unas buenas vacaciones de todo. Y así con ese pensamiento ,salieron por fin del aeropuerto hasta la casa del español.