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SÍ, SOMOS PADRES por The_dark_Duchess

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Notas del capitulo:

Hola a todos/as :D

Bueno, aquí estoy como dije en el episodio pasado, viernes a las 2pm aquí xd

Como estamos en el décimo episodio (segun amor yaoi xd), consideré hacer esto para agradecer vuestro apoyo, ya que sin pensarlo, me habéis animado a continuar episodio tras episodio:

Agradezco encarecidamente a Vale otaku, naoko chan, Muguiwara no jess, ***Melanie***, vanev29, Zuzú, iwasblue, Ekathe of the Shire, Belén, Moon2, Sunak, Gorgona, Zafiro119, Midori no me, Anónimo, Anónimo (sí, me acuerdo que hay dos anónimos diferentes hee!!! xD) por haberme comentado a lo largo de algunos episodios del fic y decirme que tal les parecía o si deseaban conti, y animarme; sé que muchos/as andáis ocupados pero valoro mucho el hecho de pasarse a comentar cuando tienen la oportunidad w<

A MaryHyuga, Player Zero, Eli-chwan, YaID, Akatsuki-san, Elizabeth Sayonara, GumilliaMB, Dashdragneel, Iri; porque desde que empezaron no han parado de apoyarme continuamente en cada episodio, me sacan una sonrisa al leer vuestras palabras, sois muy geniales y aunque algunos sois recientes, han ido dejándome sus palabras al menos los dos o tres últimos episodios sin falta xD

Y los lectores fantasma también os lo agradezco, ya que me apoyan en silencio con sus hits, gracias por seguir la historia xd

Para todos, este fic no solo es mío, sino también es vuestro, ya que los autores nos animamos cuando los lectores responden y aunque no lo crean, las ideas locas llegan sin querer. Esta historia, aunque ya tiene una estructura general, también se alimenta y crece con vuestro apoyo, por eso os lo agradezco de corazón ¡Montones de besos y abrazos!

Y una mención y récord especial a Aaron Senki, aquel que me ha comentado sin falta y apoyado desde el primer episodio, Sholo sos la voz querido :’v

Hice esto porque estamos pasando a la segunda parte del fic, ya que lo que se tenía que decir por parte de muchos personajes ya está dicho XD y bueno, llega el desmadre de algunos con las nuevas experiencias que les tocará vivir :’v

 

 

Al episodio:

Departamento donde viven Shanks y Sellawk: CLICK AQUÍ (vista interior) CLICK AQUÍ (vista exterior) God, yo también quisiera un depa así e.é

¡Hoy es un episodio cargado de lemon! XD estoy agotada, literal :’v espero que os agrade <3

 

Sin más preámbulos, les dejo leer en paz xd

¡Nos vemos abajo!

Capítulo 9:


Cosas que no debían ser descubiertas (Parte 3)

 

*****.*****

 

Una vez el pelirrojo entró a su departamento, observó en la penumbra una silueta femenina, de pie, mirándolo con esos ojos color caramelo que brillaban y lo acechaban desde la oscuridad. Shanks prendió la luz de la sala y entonces vio a su hija, con los brazos cruzados y con esa mirada que por algún motivo, no le gustaba.

 

-        Sella, cariño…

-        ¡Eres un mentiroso! – le gritó la menor con ese tono de voz que Shanks jamás le había escuchado antes

-        No… escúchame

 

Intentó acercársele pero la niña retrocedió la misma cantidad de pasos que él había avanzado, tragando saliva y sin saber exactamente qué hacer, intentó hablar, más la dama lo interrumpió.

 

-        ¿¡Qué me vas a decir!? ¿¡Que no soy tu hija!? – señaló a Mihawk – ¡Ese hombre de ahí es mi padre! ¡Tienes menos de cinco minutos para que te expliques Akagami Shanks!

 

No sabía ni qué decir, las palabras se le atoraban en la garganta. Entonces Mihawk, un poco consternado por la actitud de su hija, decidió intervenir.

 

-        Sellawk, estas siendo bastante histérica…

-        ¡Usted silencio! – el azabache abrió los ojos ante el reto de su hija – ¡Esto es entre él y yo! ¡Además también me debe explicaciones!

 

Estaba claro que una niña con la valentía de ambos, combinadas, era bastante peligrosa.

 

-        Yo… yo…

-        ¿Quién es mi madre? – preguntó la pelirroja, presionando más a un Shanks que no podía manejar la situación - ¡Responde!

 

Y al ver la poca capacidad de hilar palabras por parte de Shanks, continuó.

 

-        ¿Cómo es que terminé aquí, viviendo contigo? ¡Explícate!

-        Cariño, todo… todo tiene… tiene una… buena explicación

-        ¿A sí? ¿¡CUAL!? ¿¡ACASO ME ROBASTE!?

-        ¡SELLAWK! – Levantó la voz el mayor, un poco molesto – No seas malagradecida ¿Vas a cuestionar así al hombre que te ha criado toda tu vida?

-        ¿Acaso usted tiene algo mejor que decir? – atacó de nuevo – ¿sabe? Lo he estado pensando, y también tengo una pregunta ¿usted me abandonó y Shanks se hizo cargo?

 

El pelirrojo desvió la mirada al suelo y el oji miel tragó saliva en seco, ¿cómo se definía lo que había pasado? Un padre que no sabía que tenía una hija y otro que lo mantuvo oculto, literalmente, ambos tenían un poco de culpa.

 

-        Con que así fue ¿Uh? – ella sonrió sarcásticamente – usted me abandonó y usted – señaló a Shanks – usted me mintió todo el tiempo ¿tan difícil era decirme la verdad?

-        Estás malinterpretando las cosas, Sellawk

-        ¿Qué quieres que piense? ¿Que ambos son mis padres? ¡Ja!

 

Mihawk frunció el ceño un poco a la defensiva, una discusión de este calibre con su propia hija era algo para lo que aún no estaba preparado, de hecho, nadie ni nada te preparaba para eso.

 

-        ¡Di algo rayos! – le gritó al pelirrojo – ¡No te quedes ahí, estático!

-        ¡Ambos somos tus padres! – se apresuró a decir el aludido, escupiendo las palabras, impresionándose de sí mismo al decirlo, Mihawk sólo cerró los ojos

-        ¿¡Qué estás diciendo!?

 

La chica retrocedió, como si fuera acechada por ambos, lanzándoles una fiera mirada, advirtiéndoles que se mantuvieran a raya.

 

-        Escúchame Sella, es cierto, ambos somos tus padres

-        ¡No me vengas con esas cosas moralistas! ¡Yo llevo la sangre de ese hombre! – señaló al azabache

-        ¡Y la mía también! – espetó al borde del colapso

-        ¿¡Qué!? ¡ESO ES IMPOSIBLE!

-        Si es posible, Sellawk – dijo el mayor, cruzándose de brazos – y ahora mismo Shanks nos lo va a explicar – dirigió su amarilla mirada hacia el pelirrojo a su lado

-        ¿Estás de broma? – le susurró Shanks

 

Aún a sabiendas de que los nervios del pelirrojo no daban para estar dando ese tipo de explicaciones, lo acorralaron. Tanto Mihawk como Sellawk tenían dudas y unas ganas de enterarse cómo era posible que algo así estuviera pasando. Aunque el tiempo de descanso para el pelirrojo había sido casi nulo, sin siquiera poder preparar un discurso comprensible; como antaño en la universidad, cuando a veces preparaba exposiciones en cinco horas, aunque esto era mucho más precipitado.

Y ante la mirada desconfiada de su hija, quien aún permanecía de pie y a la defensiva, botó aire para relajarse y decidió de una vez aclarar las cosas.

 

-        Soy un hombre fértil – dijo mirando a un punto perdido en la sala – lo que significa que puedo… puedo quedar en estado

 

La expresión de la chica se endureció sorpresivamente, nada de eso tenía sentido para ella.

 

-        ¿Estás insinuando que yo estuve dentro? – le señaló con un dedo tembloroso al menor de sus padres

 

El aludido sólo asintió, mirándola suplicante.

 

-        Estás bromeando ¿cierto?

-        No

-        Te creo, Shanks – dijo el pelinegro mirándolo de soslayo

-        Sella, sé que piensas que es una locura pero…

-        ¡Obvio que es una locura! – empezó a caminar apegada a la pared, directo hacia la escalera del departamento – ¿Cómo crees que me crea eso?

-        Shanks y yo tuvimos una especie de relación hace once años, tuve que irme del país sin saber que tú estabas en camino – se animó a explicar el de dorados orbes – pero cuando regresé…

-        ¡Basta los dos!

 

Los ojos caramelo de la chica se abrieron de par en par, acusatoriamente, hasta que los señaló a ambos, como si fueran lo más aterrador de su mundo.

 

-        Yo… no puedo tomarme esto con tanta normalidad – dijo, jadeante – toda mi vida, crecí con la esperanza de conocer a mi madre alguna vez – negó silenciosamente por unos segundos – y ahora… se supone que no tengo una, que nací de ti – miró fijamente a Shanks – y que soy una anormalidad de la sociedad y… y que además mi otro padre aparece luego de once años como si todo fuera tan simple

-        ¿Te parezco tan horrendo, Sella? – inquirió el pelirrojo, herido hasta el alma

-        No lo sé

-        ¡SELLAWK! – Gritó Mihawk, recriminándola

-        ¡Usted todavía no tiene derecho a corregirme, señor Dracule! ¡Me largo a mi habitación!

 

Shanks corrió hasta poder alcanzar el delgado brazo  de su hija.

 

-        Sella, cariño, sabes que eres lo más importante de mi vida… – su voz era suplicante

-        Lo sé – se zafó del agarre – siempre me lo hiciste saber – suspiró con pesadez y los miró una última vez – al fin y al cabo, ambos son mi familia pero… necesito descansar, ha sido suficiente por hoy, y para mañana, espero más detalles de todo – Shanks asintió – y usted – esta vez se dirigía al mayor – si quiere recuperar el tiempo perdido, tendrá que esforzarse más

 

Subió las escaleras con pesadez mientras era observada por el par de hombres abajo, en silencio, su cabeza había sido abrumada por una serie de noticias impresionantes que le daban a su pasado y presente un sentido extraño y un nuevo rumbo inesperado, lo único que quería era lanzarse sobre su cama, colocarse los auriculares en la oreja y escuchar música a alto volumen, tanto que no tuviera que pensar en el exterior de su habitación. Tal vez deba deshacerse de todos sus dibujos en donde salían ella y la señora que imaginaba era su madre, alguien que nunca existió y que ahora, era Shanks.

Abajo, en la sala, un sepulcral silencio invadió cada rincón hasta asfixiar al pelinegro, que se sentía endemoniadamente terrible con todo lo que había pasado, en parte culpa suya. Sabía que después de esto, ganarse a su hija sería una tarea un poco complicada, pero nunca difícil. Aunque lo que más le preocupaba, era la actitud del pelirrojo, así que creyendo lo peor, se acercó lentamente hasta él, sin embargo, este se giró y empujándolo suavemente se dirigió hasta la entrada de la cocina.

 

-        ¿No vienes? Tenemos que hablar – le espetó con un tono serio

 

Mihawk sólo botó aire estresado, al menos lo peor ya había pasado, o eso esperaba. Una vez estuvo donde el pelirrojo, lo observó preparar un par de tazas de café y lo invitó con el gesto a sentarse sobre la mesa redonda de la cocina. El pelinegro hizo caso en silencio, expectante hasta que le acercaron la taza correspondiente y agradeció con un susurro. Ambos se quedaron mirando las mezclas en sus manos, ayudando a entibiar el frío ambiente.

 

-        Shanks…

-        Te precipitaste – le dijo, serio

-        Estaba… muy confundido y… ansioso de la verdad

-        ¿Y eso te dio derecho para soltarle la verdad de un momento a otro?

-        Lo admito, no fue lo más adecuado, pero el saber la verdad era… algo que ansiaba demasiado

-        Tengo que agregar que enterarte así nunca fue mi plan

-        Tú no tenías ni intenciones de decírmelo – Mihawk se cruzó de brazos – por ti como que ella y yo jamás nos enterábamos

-        Sí, ese era mi plan ¿contento?

-        Tú no hubieras sido feliz con tu maravilloso plan

-        ¿Y qué? Mihawk, no podía simplemente entrar en tu oficina y decirte que éramos padres

-        Pero lo somos…

-        Sí…

-        Sí… ¿qué? – le susurró retándolo

-        ¡SÍ, SOMOS PADRES!... – gritó hastiado y… liberado

-        Qué bueno fue oírlo de tus labios

-        Si Sella no me vuelve a querer yo te juro que…

-        ¿Qué te hace pensar que tu propia hija no te va a querer? – le dijo con un ligero tono burlesco – Shanks, por favor, la has criado toda su vida; quien debería estar preocupado soy yo

-        Es lo mínimo ¿no?

 

Ambos sonrieron ligeramente, tomando un sorbo de café para quitar la tensión.

 

-        Eres un salvaje – susurró Shanks, tocándose el brazo – me trajiste a la fuerza, ahora que lo recuerdo

-        Conociéndote, hubieras corrido

-        ¡Tú tampoco tienes tacto para estas cosas! Enloquecerías a cualquiera – cuando dijo lo último se sonrojó levemente, eso había tomado un sentido poco favorable dada la situación

 

Mihawk enarcó una ceja, suavizando su posición a la defensiva que había adoptado.

 

-        Lo siento – susurró tomando un sorbo más

-        ¿Así nada más?

-        Shanks, no te hagas el difícil, ahora ya sé lo de Sellawk… que por cierto, un nombre original le escogiste – una sonrisa burlesca se dibujó en su rostro

-        Ca-cállate – dijo incómodamente sonrojado

-        Se nota que no me pudiste sacar de tu cabeza

-        ¿Ahora eres arrogante? Te recuerdo que estás en falta

 

De improviso, la pálida mano del mayor se acercó hacia la mejilla de Shanks, quien lo observó abochornado.

 

-        ¿¡Qué crees que haces!? – le giró el rostro para evitar el contacto

-        Tomo lo que es mío

-        ¡JÁ! No me hace gracia

-        Es la verdad, mi empresa, ahora recuperaré a mi hija y… obviamente a ti

-        ¿Quién te hace pensar que puedes hacer eso? Yo no te pertenezco, y reza porque Sella te acepte y no te conviertas en un fantasma en su vida

-        Es cosa de tiempo, ella no puede negar que lleva mi sangre en sus venas… y acerca de ti… me has demostrado que ahora más que nunca eres mío

-        ¡Eres un ególatra orgulloso!

 

Mihawk puso su dedo índice sobre los labios de Shanks, acallándolo suavemente.

 

-        No hagas mucho ruido, recuerda que Sellawk quiere descansar

-        Te odio

-        Me amas

-        No es cierto

-        Tú más que nadie sabe que lo es

 

Shanks intentó ocultar su sonrojo tomando otro sorbo de café.

-        Por cierto, aún no me explicas cómo es que tuviste a Sellawk

-        Ni siquiera yo lo entiendo del todo aún, tengo una ascendencia peculiar… investigando, me enteré que mi bisabuela había nacido de un varón ¿Puedes creerlo? – soltó la taza y se recostó sobre la silla – supe que estaba gestando un par de meses después de que te fueras…

-        ¿Por qué no me lo dijiste?

-        ¿Es enserio? Mihawk, dejaste de hablarme y te fuiste lejos, no tenía ganas de escuchar tu voz y ni siquiera estaba seguro de si conservabas el mismo número

-        Tenía derecho a saberlo

-        Y yo tenía derecho a ocultártelo, quien la llevó y tuvo los mareos, antojos y todo fui yo, merezco mérito

-        Y no lo niego… pero si me lo hubieras dicho yo…

-        ¿Qué?... ¿hubieras regresado? ¿hubieras dejado tu prometedor futuro por un chico descuidado que te embaucaba una responsabilidad para la que de seguro no estabas preparado? Sí claro

-        Lo hubiera hecho con mucho gusto, Shanks, yo te amaba…

-        Por favor

-        Es cierto

-        Y lo demostraste de la mejor manera

-        Tuve miedo, Shanks… me estabas volviendo loco, tanto que me aterraba depender de ti hasta para respirar…

-        Yo me armé de valor para decírtelo, ingrato… rompiste mi corazón en mil pedazos – susurró molesto, recordando momentos amargos

-        Y me arrepentí toda mi vida de eso… pero ahora… – acercó tímidamente su mano a la del otro – ahora tengo una oportunidad nueva

-        Habla por ti

-        ¿Estás seguro?... deja el rencor atrás…

-        No es tan fácil

-        Perdóname

 

Los ojos café de Shanks finalmente se cruzaron fijamente con los amarillos, sabía lo mucho que le costaba a ese hombre testarudo el dejar su orgullo para aceptar su redención; lo mejor era que… él era el motivo.

 

-        Yo…

-        Perdóname – volvió a decirlo, esta vez apretando fuertemente el agarre de su mano sobre la del pelirrojo

 

Tragó saliva y en un susurro, casi inaudible decidió hacerle caso a los ruidosos latidos de su corazón.

 

-        Está bien… además… además…

 

Mihawk interrumpió la frase de Shanks con un beso suave e insinuante que le dejó al pelirrojo la sensación de querer otro. Cosa que no le fue negada, envolviendo a ambos en un continuo ir y venir de sensaciones que terminaron por acorralarlos al borde del acantilado de la pasión.

 

-        Espera… aún es muy pronto – Shanks se separó del azabache, intuyendo lo que este quería y de seguro no le negaría si no ponía un alto

-        Deseas esto tanto o más que yo – le susurró con seducción cerca del oído, que le mandó una corriente eléctrica por todo el cuerpo

-        No… yo…

-        He esperado muchos años por esto, Shanks… depende de ti si me sacas de esta tortuosa agonía y finalmente me permites acariciar el paraíso que tu cuerpo representa para mí

 

Sí, Shanks estaba listo para lanzarse a sus brazos y no fue cuestión de mucho tiempo antes de que lo hiciera; la silla se volcó con su tempestivo movimiento y Mihawk estuvo listo para sostenerlo en sus brazos; las piernas del pelirrojo se envolvieron en las caderas del mayor y así este último lo asió sobre si, llevándolo a la sala y posteriormente dejarse caer sobre el sillón.

Se acariciaron con rudeza, ninguno tenía la intención de alargar la sesión. Shanks suspiró infinitas veces cuando los labios del azabache empezaron a besarle el cuello, ambos se ayudaron a desabrochar la camisa contraria y mirándose fijamente desabrocharon sus pantalones.

Mihawk empujó a su pareja sobre el sillón y se colocó encima, le quitó el pantalón con brusquedad, avivando la erección del sometido y haciéndolo jadear.

-        Estás muy sensible

-        Apresúrate y hazlo

El azabache optó por sonreír con superioridad cuando las caderas del pelirrojo empezaron a mecerse, demostrando la impaciencia y la necesidad de sentirlo. Con una mirada rápida lo observó jadeante y sonrojado, en verdad necesitaba profanar ese cuerpo que le fue negado hasta ese día, esa noche.

Sus toscas y pálidas manos tocaron las piernas tersas de su pareja, mientras recorría con lentitud los muslos con su lengua, mordió la erección del pelirrojo sobre la ropa, causándole un sonoro gemido que no había escuchado hacía tanto. Fue cuestión de segundos el retirar el bóxer correspondiente y acercarse al oído de Shanks.

-        ¿Tienes lubricante?

-        ¿Ah? Maldición, no

Con el gesto, le acercó los dedos a sus labios y le indicó que los lamiera. Shanks hizo caso sin chistar, no era la primera vez que tenían que usar lubricante natural para tener sexo, así que la táctica era más que conocida para ambos.

Con deseo infinito, Mihawk preparó a Shanks, impaciente, sin perderse ningún detalle de sus gestos y sus jadeos, el cuerpo bajo suyo se removía inquieto, nervioso y agitado, tan sensible a las caricias del azabache. Quien no tardó en desabrocharle la camisa sin nada de cuidado, tirando de las telas y prácticamente haciendo volar lejos algunos botones. Mientras lo preparaba, se acercó con ternura a los erectos pezones de Shanks, succionando uno antes de morderlo, sonriendo con perversidad al escuchar otro ligero gritito; con su dorada mirada recorría una y otra vez el ahora más maduro cuerpo de su pareja, no había cambiado mucho, aunque ahora sus curvas eran más profundas en la cadera, había trabajado un poco su abdomen y caderas, pero manteniendo la delicadeza de su contextura. Sí, el cuerpo perfecto de un hombre fértil.

Cuando su erección se lo exigió, el azabache dejó de jugar con sus dedos, buscó un cojín del sillón y lo situó debajo de las caderas de Shanks, facilitándose el trabajo un poco; el pelirrojo abrió sus piernas, irguiéndose un poco, avergonzado y temeroso. El de dorados orbes agarró firme su erección y la frotó suavemente contra la rosácea entrada de su acompañante antes de introducir la punta.

-        ¡Ah! Espera…

-        Shanks… sólo he metido la punta… - bufó incómodo

-        Es que… hace mucho… que no tenía sexo…

Mihawk entendió enseguida, así que lo hizo con delicadeza; estaba de más mencionar que le dolería ya que al no tener sexo hacía tanto, obviamente sería como profanarlo siendo virgen. La espalda del azabache se enderezó con parsimonia, el pelirrojo le apretaba realmente rico, se mordió los labios para acallarse un gemido y optó por respirar profundo antes de empezar a moverse, suavemente.

Los ojos de Shanks salpicaron lágrimas, sentía ese pedazo de carne grueso y duro como roca friccionando su húmedo agujero; que cuando supo llegar y moverse, le rozaba tan bien ese punto sensible que mandaba latentes espasmos de placer primitivo, que lo único que anhelaba era sentir ambos cuerpos vehementes y acalorados; el dolor era lo de menos si podía tocar el cielo esa noche. Apretó los puños cuando el ritmo del azabache empezó a aumentar cada vez más, la lentitud los estaba matando a ambos desde hacía un rato.

Una vez las caderas de Mihawk empezaron a cobrar vida propia, las manos de este empezaron a tocarlo con brusquedad, presionando donde era debido, siendo rudo en algunos lugares y delicado en otros, arranchando suspiros cariñosos de Shanks, quien sólo se dejaba hacer, ya ni siquiera tenía fuerzas para hacer algo, puesto que la corriente de placer a duras penas y le dejaba gemir.

-        ¡Ah! ¡Ahí!... ¡Oh… cielos! ¡Maldición ahí!... más fuerte…

-        Shhhh… - sin dejar de moverse, le mordió el labio inferior – no querrás que nos escuche

La negativa por parte de Shanks hizo sonreír a Mihawk con superioridad, más cuando el primero empezó a morderse los labios, descomponiéndose bajo suyo, agonizando por no poder gritar a su antojo.

Las uñas de Mihawk rasgaron con suavidad los muslos de Shanks antes de aferrar sus dedos a sus caderas para follárselo feroz, deleitándose con los reprimidos sollozos del pelirrojo que se rendía sometido, aferrando sus manos al mueble, que se mecía y arrastraba forzado por la fuerza de las estocadas.

El azabache se dejó caer suavemente sobre su pareja, rozando ambos pechos con su vaivén, lamiendo la mejilla de Shanks mientras seguía penetrándolo, una de sus manos tomó la otra y la libre se dedicó a masajear la olvidada erección del pelirrojo.

Unos minutos de tóxico e hipnotizante placer, friccionando sus cuerpos sudorosos fueron eternos antes de que se corrieran al mismo tiempo, el cuerpo de Shanks se estremeció  cuando sintió la tibia esencia de Mihawk calentarle hasta el vientre. Pero lejos de terminar, el azabache salió suavemente de él y cogiéndolo del tobillo le dio la vuelta; el pelirrojo le alzó las caderas, acomodándose y de un solo impulso fue penetrado, para reprimir su grito, mordió uno de los cojines, que le sirvió para reprimir ese y más sonoros gemidos que escapaban de su autocontrol.

Mihawk se movía rápido, duro y con frenesí, exaltado y con la sensación de que aún no tenía suficiente; le mordió una oreja con suavidad, dejando a Shanks echo una revolución de pasión por él.

-        Extrañaba hacerte esto mi amor – profirió con su voz sepulcral que terminaron por deshacer a Shanks

Le besó la espalda y continuó embistiendo sin intenciones de dejar la actividad por al menos un buen tiempo más.

 

 

 

******.******

 

El escándalo causado por el rubio aún seguía más que vigente, y en ese momento, Zoro estaba pensando en cómo le diría a toda su familia ahí afuera no solo que era homosexual, sino que había dejado en estado a un chico e iba a ser padre. Definitivamente no tenía planeado que esa noche sea el momento y mucho menos la manera, pero ya todo estaba hecho, pues tenía a un nervioso Sanji sentado en la cocina, observando lo bien equipada que estaba para ser una casera.

 

-        ¿Cocinas? – le preguntó al peli verde

-        No, pero así venía la cocina en el diseño

-        ¿Y nadie la usa?

-        Yo para prepararme el desayuno, prefiero almorzar fuera, la cocina no es lo mío

-        Ya veo…

-        Pero ese no es el punto, Sanji, mi familia… debo decirles

-        ¿Y qué esperas?

 

El moreno chasqueó los dientes, tal vez para Sanji podría resultar fácil valerle poco si su familia estaba o no de acuerdo con algo así; sin embargo, Zoro estaba pensando más en el bebé que venía, de la sola idea de pensar que sería rechazado como un Roronoa se le descomponía el cuerpo.

 

-        Espera aquí, si quieres puedes comer lo que quieras

-        ¿Les dirás?

-        Sí

 

Se asintieron y Zoro salió con pasos nerviosos hasta estar finalmente frente a frente con su familia, que minutos antes estaban comentando la extraña actitud de Mihawk antes de irse jalando al pelirrojo. Cuando el anfitrión apareció, todos se callaron, hasta que una de las damas rompió la tensión.

 

-        ¿Estás bien, hijo? – inquirió preocupada – ¿Ese loco que vino ya se fue?

-        Mamá, ese chico es… es…

-        ¿Dónde está? ¿deberíamos llamar a la policía?

-        Es mi novio, mamá

 

Un sonoro “Ohh” de horror se hizo presente en la sala, aunque algunos listillos ya se habían hecho a la idea, otros simplemente esperaban que fuera un demente amigo que vino borracho a hacer escándalo.

 

-        Querido, creo que no he entendido muy bien…

-        Él ha sido claro – habló Koshiro – eres gay ¿verdad Zoro?

-        ¿Qué estás diciendo, querido? Es obvio que no…

-        Sí, mamá… no tenía planeado que se enterasen así; me he juntado con un chico y estamos planeando vivir…

-        ¿¡Con ese loco!? – los presentes murmuraban mientras prestaban atención a la madre de Zoro – hijo, te golpeó y balbuceó tontería y media…

-        Estaba alterado, pasó algo

-        ¿¡Qué cosa podría ser excusa para hacer tamaño show!?

 

Koshiro se masajeó las sienes, mirando de reojo a los demás.

 

-        Voy a tener un hijo, con él…

-        ¿¡QUÉ!?

 

Uno de los primos de Zoro corrió cuando vio a la mujer desvanecerse ahí mismo y así sostenerla, Koshiro sonrió levemente, en realidad, era muy estricto y disciplinado con su hijo; siempre le preocupó lo que le pasara a él y Kuina, quien dicho sea de paso era la hermana mayor y en esos momentos estaba de viaje en otro país. La mayoría se aglomeró alrededor de la mujer desmayada para husmear o echar vanamente aire.

Pero Zoro y su padre permanecían en el mismo lugar, mirándose.

 

-        Así que… vas a ser papá… explica eso

-        Él es especial… y bueno…

-        Si tengo vaga información acerca de las anomalías de la sociedad varonil

-        Él no es ninguna anomalía

-        Lamento si te ofendí

-        Si le ofendes a él, también a mi hijo

-        ¿Por qué nunca lo dijiste? Siempre aceptabas a tus prometidas

-        Pero luego las espantaba, papá… no estoy pidiendo que me aceptes a mí… pero sí a tu nieto

-        Tiene que ganarse su lugar, si es digno, será un honor

-        ¿Es enserio? ¿Pondrás a prueba a tu propio nieto?

-        Va a salir de un hombre… no es normal ¿cómo dices que se llama ese chico desubicado?

-        Sanji, papá, y te guste o no, viviremos juntos

-        Haz lo que desees, me voy

 

Zoro quiso ir detrás de él, pero algunos de sus tíos y primos lo distrajeron.

 

-        Oye Zoro, enserio… no pensé que pateabas de ese lado

-        Sobrino, deberías reconsiderar tus planes…

-        Mira nada más cómo se ha puesto la tía Jade al enterarse

-        ¡BASTA! – se alejó de sus familiares – lamento que esto acabe así, pero la reunión ha terminado, agradecería que se retiraran

 

Algunos rodaron los ojos y otros simplemente empezaron a reír disimuladamente, fue cosa de quince minutos antes de que la casa sólo quedara con Zoro, Sanji (en la cocina) y… Tashigi.

 

-        Primo, dales tiempo, la noticia hasta a mí me ha desconcertado un poco

-        Te apuesto que si hubiera sido una chica de clase acomodada, estarían aquí celebrando

-        Bueno – suspiró pesadamente – le contaré a Kuina que ya será tía

-        Como gustes

-        Nos vemos

 

El peli verde asintió cansado, y una vez cerró la puerta, se recostó sobre esta. Mas el tiempo de soledad no le duró ya que su rubio novio se asomaba tímidamente por la pared de parquet comiendo una barra de chocolate que de seguro sacó de la alacena.

 

-        Nos fue mal ¿verdad? – farfulló algo decepcionado

 

El peli verde se sonrojó con el “nos” al entender que Sanji ya los consideraba como “uno”, una familia, y los asuntos eran de ambos.

 

-        No pienses en eso – se dirigió hacia Sanji con pasos suaves – ¿tienes hambre? – le señaló la barra de chocolate

-        No, pero esta marca de chocolate es muy fina, quería probarla

 

Lo tomó de la mano y lo condujo hasta el sillón, donde finalmente pudieron reposar un rato.

 

-        Hace cuanto te enteraste que… estabas… ya sabes

-        Hoy mismo

-        Y no tardaste en venir y hacerme un show

-        Por favor, marimo, ¿cómo crees que estaba? Si ni siquiera fue consentido

-        Alto, tú y yo ya nos acostamos hace un par de días… ¿tan rápido lo sospechaste? Y si es el caso, fue consentido

-        ¡Ahí no fue, idiota! Fue ese día… de tu fiesta…

 

El peli verde abrió los ojos algo desconcertado.

 

-        Así que mis muchachos son bastante rápidos – dijo serio refiriéndose a sus espermas

-        ¡Eres un…! – Sanji le gritó algo sonrojado – ese día… ni siquiera recuerdo cómo fue…

-        Sí… fue bastante intenso, ponlo así, estabas más que caliente con la borrachera y yo… pues me gustaste mucho… y así como te me ofrecías… no podía negarme

 

Sanji se sonrojó hasta las orejas y se juró no volver a beber tanto nunca más. Pero es que estas cosas sólo les pasaban a las protagonistas de películas o telenovelas. Sí, jodido destino que vino a juntarlo con ese cabeza de alga. Aunque de alguna manera agradecía que fuera así.

 

-        Y ahora… ¿qué haremos? – inquirió el rubio

-        Primero, te mudarás aquí, luego habremos de ir a las clases para preparación al parto… talleres para padres primerizos y esas cosas, también comprar cosas para el bebé, alistarle un cuarto y ni bien podamos saber el sexo elegiremos los juguetes…

 

Sanji se estaba sonrojando mucho más de lo que ya estaba, sus mejillas le ardían con intensidad y las orejas por poco y explotaban fuego; nunca creyó ver a Zoro diciendo esas cosas de una manera tan seria, le parecía un súper papá con esa expresión ruda y madura. Pero se dio una cachetada mental al darse cuenta de que eso lo estaba excitando en sobremanera…  ¡No podía ser! Esas hormonas del embarazo lo desestabilizaban a favor de sus instintos más bajos.

 

-        Yo… ¡Yo no voy a dar a luz como las mujeres, estúpido marimo! – afirmó sonrojadísimo

-        ¿Ah no?

-        ¿¡Cómo mierda te estabas imaginando que sería si fuera el caso!?

-        Pues…

-        ¡No quiero oírlo! – se acomodó el cabello – pero sí me harán cesárea…

-        Entonces no hay preparación al parto

-        No, pero sí masajes en pareja y yoga para llevar mejor esto… aunque no sé si quiero llevar el curso

-        Lo llevarás

-        ¿¡Quién eres tú para obligarme, marimo!?

-        El padre del bebé, por lo tanto, tengo derecho a exigirte que lo hagas porque también es mi responsabilidad que nazca saludable, punto ¿entendiste, cejillas?

 

Zoro apenas y pudo sostenerse cuando el rubio se le abalanzó y le dio un beso tan fogoso que terminó por encenderlo. No entendía por qué o cómo era que Sanji estaba tan excitado, ya que con una impaciencia desesperante este le desabrochó la camisa y le tocó los músculos del abdomen, acariciando la cicatriz suavemente antes de desabrochar su pantalón y tomar su virilidad aún semi despierta con ambas manos y frotarla con rudeza.

-        Ngh… Sanji… estás impaciente

-        Shhhh…

El peli verde se dejó seducir por el tacto poco delicado de su pareja y se dejó empujar sobre el cómodo sofá, relamiéndose los labios al tener al rubio sentado sobre sus caderas, intentando masturbarlo con sus manos.

-        No es necesario que me masturbes para que me pongas animado, Sanji

Sonrió ante el sonrojo de su pareja y optó por observar cómo el rubio intentaba lamer su erección. Sacudió un poco su cadera antes de estremecerse gracias a la boca inexperta de Sanji, era cierto que este último nunca había practicado la felación, sin embargo, para Zoro, del sólo hecho de ver la cara nerviosa de Sanji intentando complacerlo era más que suficiente.

Con suaves y algo torpes subidas y bajadas lo observó, apretando los dientes porque se quiera o no, esa parte era muy sensible para los varones, y más si de esto se trataba. Sin poder más, enredó sus dedos en las hebras de oro y lo guió a su ritmo. Las manos pálidas se apoyaban en su pelvis, intentando acostumbrarse.

Sanji sentía cómo esa gruesa y dura erección se entrometía hasta la comisura de la garganta, y si no controlaba su respiración de seguro se ahogaría; intentó morderlo con suavidad y de vez en cuando dar lengüetadas como si de un gran caramelo se tratara, cosa que le funcionó bastante bien porque al poco rato ya tenía el espeso fluido del peli verde abarrotando su boca.

Se apartó de inmediato, tragándose lentamente la esencia mientras miraba fijamente los ojos de Zoro, con ansias, bajó su mirada sobre el trabajado abdomen de este y tragó saliva al observar esa erección mortalmente gruesa e hinchada que le pedía otra ronda. Con el dedo índice, el peli verde lo llamó a acercarse y le plantó un beso desesperante, mientras el rubio se bajaba los pantalones a un ritmo desesperado, cuando al fin pudo deshacerse de esa prenda, Zoro le metió tres dedos de una sola, no antes sin embadurnarlos con el semen esparcido del anterior orgasmo.

Haciéndolo a propósito, palpó lentamente, enloqueciendo al rubio hasta hacerlo jadear suplicante; al darse cuenta de que el peli verde planeaba hacerlo agonizar de ansiedad, empezó a tallarse y restregarse con insistencia y sin nada de pudor sobre su pareja, sacudiendo sus caderas, buscando provocarlo.

-        Maldición – susurró el peli verde sintiendo la firmeza de aquel cuerpo sobre él con la necesidad de hacerlo suyo, abrazando la cintura de Sanji con un brazo y con su mano libre, acomodó su erección lista para entrar en la entrada del rubio

La sonrisa cargada de perversión que le dedicó Sanji cuando al fin se adentró en él le indicó que estaba bien.

-        Tan apretado…

Un suspiro anhelante del rubio fue lo que obtuvo como respuesta, este se sentó bien sobre la erección y empezó a mecer sus caderas de a poco, buscando sentirlo más profundo. Sanji se sentía mejor que nunca, los cosquilleos que recorrían su cuerpo y se acumulaban en la parte baja de su vientre apenas y le dejaban pensar en algo coherente. Echó la cabeza para atrás, comenzando sus suaves movimientos al montarlo, buscando sentirlo cada vez más y más… algo lento pero enloquecedoramente duro.

Las manos de Zoro se aferraron a las pálidas caderas de Sanji con rudeza, forzándolo a aumentar la intensidad y el ritmo de la montadura, convirtiendo los movimientos en erráticos que mantenían al rubio subiendo y bajando sobre la erección del peli verde.

-        Ah… ¡ah!... sí… Zoro…

-        Me vuelves loco…

Ambos jadeaban complacidos, entre susurros insinuantes y palabras cariñosas, inundaron la casa de Zoro con una armonía inestable de idas y venidas que eran acompañadas con el golpeteo húmedo de las pieles chocando bruscamente.

Sanji se movía sin descanso, gritando, gimiendo, gesticulando sin ninguna pizca de decencia; hacerlo con Zoro lo sentía realmente rico, y no tenía intenciones de parar en toda la noche o al menos hasta que alguno de los dos cayera rendido. Y por la pérfida e insinuante expresión que le dirigió el peli verde, ninguno de los dos tenía planeado darse por vencido en la ronda.

-        Ah… Zoro… te… te siento tan profundo... – jadeó acariciándose la parte baja del vientre

Con un impulso suave, Zoro se inclinó hasta alcanzar los labios de Sanji, mientras ahora mecía sus caderas para acompañar la cabalgata del rubio penetrándolo más fuerte, deleitándose con los sonoros gemidos de este sobre sus labios; sus morenos, musculosos y fuertes brazos fueron apresados por los dedos de Sanji, quien no dejaba de susurrarle lo bien que se sentía, tenía la razón nublada y el pudor hecho trizas por el placer de la noche.

Una noche que aún era muy joven.

 

 

 

******.******

 

(Un par de semanas después)

 

-        Torao, hoy me quedaré ¿verdad? – inquirió Luffy con inquietud, sujetando su bolsito al entrar a la casa del ojeroso

-        Sí, pero… ¿has pedido permiso?

-        Err… sí… por supuesto – le dedicó una sonrisa antes de desviar la mirada

 

Era más que obvio que el menor no había pedido permiso, porque también era obvio que ni en sueños se lo darían; y Law lo sabía, así que prefirió obviar esa parte, después de todo, no tenía planeado hacer nada malo. O al menos eso pensaba.

 

-        Iré arriba, sacaré los CD’s, ahora regreso

-        Claro

 

Luffy asintió varias veces mientras observaba a su novio subir las escaleras, se sentó en uno de los sofás y empezó a jugar con sus dedos mientras esperaba. La distracción no le duró mucho ya que escuchó un ruido extraño proviniendo de detrás de una de las puertas de madera blanca a unos metros de la sala. Mirando súbitamente hacia todos lados y cuidando de no ser descubierto, caminó sigiloso hasta la puerta, muerto de la curiosidad por saber qué eran esos extraños ruidos.

¿Han escuchado alguna vez esa frase que dice… “La curiosidad mato al gato”? Pues obviamente Luffy era un gato en toda regla para ese momento.

Sobre la mesa, o más bien dicho, contra la mesa se aferraba Sir Crocodile sin su ropa inferior, quien jadeaba con la mirada perdida en placer, ya no tenía ni pizca de vergüenza al gemir y hacerle saber a su pareja que lo estaba volviendo loco. Detrás de él, Doflamingo, con los pantalones abajo, embestía como si la vida se le fuera en ello, sonriendo perversamente como sólo él sabía, apegando sin nada de cuidado las caderas del azabache a su pelvis que se movía frenéticamente.

-        Carajo, estás tan rico cariñito

-        C-Cállate… ¡AH! idiota

-        Pareces una cualquiera ffuffuffuffuffu~ sígueme gimiendo así…

La lengua del rubio, que tenía el don de ser endemoniadamente larga para su suerte, se paseó por la piel canela del cuello perteneciente al azabache, causándole un tóxico escalofrío. Un sonoro gemido hizo eco en la cocina cuando Crocodile se vino, manchando el suelo.

La mesa comenzó a chirriar, intentando contrarrestar la fuerza de los cuerpos que mantenían actividad apoyándose en esta, cosa que no tuvo éxito en cumplir pues Doflamingo parecía estar cada vez más brusco, abriendo hasta el límite al azabache.

Ambos gemían sin tacto, entregándose al pecaminoso territorio del placer sucio y ahogante. Entre gimoteos y súplicas por piedad, Crocodile finalmente apretó su interior con desdén para lograr que su pareja se corriera.

-        Eres… un maldito animal

-        Ffuffuffuffu~ te gusta duro, no lo niegues

Retomaron sin siquiera percatarse del observador de la comisura de la puerta, bueno, Doflamingo sabía que estaban siendo observados pero le valía una mierda quien fuera y en todo caso, le daba morbo saberse observado follándose a Crocodile.

El menor sentía cómo las piernas le temblaban y el ardor en sus mejillas se acentuaba con intensidad, más de la normal. Una mano tapó sus ojos y lo condujo unos pasos lejos de los bordes de la cocina. Un poco sonrojado, observó a Law una vez este le destapó los ojos y se paró frente a él.

 

-        Luffy-ya te dije que… bueno, no importa

-        Torao… ellos… ellos estaban…

-        Tsk, otra vez el imprudente del señor Doflamingo jodiendo la situación

 

Negó un poco incómodo, era cierto que Doflamingo hacía lo que le daba la gana en su casa y por él como que se follaba a Sir Crocodile en pleno jardín, dando un espectáculo a sus vecinos; pero por favor, no frente a Luffy. Estaba totalmente seguro que el chico jamás había visto alguna cosa parecida a la pornografía y ahora… ahora hasta la había visto en vivo y en directo, teniendo como protagonistas a su padre adoptivo y su profesor catedrático… genial.

 

-        Ven, vamos arriba, te enseñaré los CD’s que te dije y tal vez veamos alguna película – trató de sacar de su trance al muchacho

 

Permanecer en esa sala, con los ruidos nada disimulados de esos dos en la cocina, no era una buena idea.

Subieron con la calma un poco impropia de Luffy, que se comportaba extraño y más callado de lo normal. Law lo observó de reojo cuando luego de cruzar el pasadizo de alfombra roja, al fin llegaron a la habitación del anfitrión. Abrió su puerta y con paciencia espero a que el menor tuviera la confianza de entrar; una ligera sonrisa surcó su rostro al ver la sonrisa emocionada de Luffy al observar la habitación, era cierto que antes había estado ahí pero no tuvo la oportunidad de observar con detenimiento esos fabulosos póster en las paredes oscuras, sobre todo los de medicina, que aunque no fuera la vocación del menor, le llamaba la atención.

 

-        Torao… me gusta tu habitación shishishishi

-        Qué bueno, ponte cómodo

 

De inmediato, Luffy saltó sobre la cama de Law y se acurrucó en su almohada, ello hizo sonreír levemente al mayor mientras lo observaba de reojo, rebuscando entre los CD’s que quería escuchar junto a su novio. De improviso, escuchó un jadeo no tan propio del menor que lo obligó a girar sobre sus suelas y prestarle atención a lo que hacía el chico en su cama.

El menor de los azabaches había empezado a tocarse inocentemente por debajo de su camisa, con las rodillas apoyadas sobre la cama y el rostro hundido en la almohada del ojeroso.

“¿Qué…?” alarmado, se acercó al chico que desesperadamente, había colocado su mano sobre su virilidad aún por encima de la ropa, apretujándola con desdén sin lastimarse.

-        Oye… Luffy-ya… ¿estás bien?

La respuesta que obtuvo fue sólo un gemido inútilmente contenido; a continuación, el azabache menor giró su rostro terriblemente sonrojado y con ojos vidriosos le suplicó.

-        L… Law… me duele desde hace rato… ah… - señalaba su entrepierna

Un escalofrío jodidamente agradable le recorrió desde la punta de los pies, pasó toda su espina dorsal y le llegó con furor a la cabeza. ¿Sería posible que Luffy se haya excitando viendo el porno en vivo? Bueno, cualquiera lo haría, menos Law ya que se trataba de su padre adoptivo y su profesor, demonios. Aunque lo que sí estaba empezando a animar a Law era la cara sonrojada y jadeante de Luffy que sin saber, le estaba pidiendo calmar su erección… ¿Cómo no se dio cuenta antes?

Tragó saliva por enésima vez y con la razón un poco nublada, se posicionó detrás del menor, quien empezó a sacudirle las caderas por mero instinto. Ya ninguno era muy consciente de lo que iba a pasar, o tal vez lo estaban, pero querían aparentar que a culpa era del contrario.

Con temblorosas manos, el chico de tatuajes forzó el bajar los pantalones de Luffy hasta sus rodillas, seriamente, se los terminó sacando con la colaboración del menor. Un suspiro nervioso salió de ambos, Law observó la piel de Luffy, clara y sedosa, se animó a palparla, sí, muy suave.

Besó sus piernas, mientras Luffy empezó a tocarse con más desdén. Un bulto muy sobresaliente en el pantalón del ojeroso les indicaba a ambos lo que iba a suceder, y que de todas maneras no podían evitar. Con mudas acciones, le retiró el bóxer al menor hasta podérselos quitar por completo; observó la entrada de seguro virgen del chico y con ello la idea de meterse ahí. Pero demonios, no tenía lubricante.

Con una vaga idea, se posicionó encima del menos y lo ayudó a masturbarse; los jadeos del menor subieron de tono cuando la mano de Law subió la velocidad, y como ya llevaba un rato, fue cuestión de poco para que por fin el mayor obtuviera su lubricante natural: el semen de Luffy.

Con poca paciencia, empezó con el primer dedo – Ah… espera… se siente… raro – no hizo caso al susurro del menor y continuó, optó por acariciarle las piernas e intentar volver a excitarlo, cosa que logró sin mucho esfuerzo, Luffy era joven y vigoroso, para él y su nueva aventura en el campo del sexo era fácil tener múltiples orgasmos.

Eternos fueron los minutos para que al fin los tres dígitos de Law se estuvieran abriendo paso en la estrecha entrada de Luffy, y cuando lo supo lubricado, los retiró para liberar su ya para ese entonces más que impaciente erección.

-        Luffy… escúchame… esto puede doler pero es necesario

El menor asintió y tratando de controlar sus instintos, fue introduciéndose de a pocos. Un quejido doloroso del menor no se hizo esperar, por lo que Law trató de calmarlo con palabras dulces; de a pocos, empujó un poco más hasta que finalmente estuvo dentro. Ambos respiraron entrecortadamente, uno intentando no profanar con desdén y el otro acostumbrándose a la dolorosa intromisión.

Sus movimientos al principio eran suaves, imprevisibles y caprichosos mientras la estrechez del muchacho obligaba a Law a morderse los labios; sus instintos le imploraban que embistiera con fuerza y más ritmo, pero primero él quería que el chico se acostumbrara.

Luffy se dedicaba a apretar la almohada y gritar entre excitado y quejoso; Law buscaba con tacto el punto sensible del menor, y lo encontró cuando escuchó un gemido complacido de su sometido. Perfecto.

Se dedicó a frotarle ahí una y otra vez con ímpetu, los gemidos de ambos se mezclaron con armonía y con dificultad fueron contenidos por la mediana habitación. Law se encorvó, recostando la mitad de su peso en la espalda de Luffy; cerró los ojos al sentir las maravillosas sensaciones y esos cosquilleos que amenazaban en explotar fuera de su virilidad.

La espalda sudorosa del menor hacía transparente la camisa, de este; Luffy finalmente se entregó a la dulce tentación y con húmedos jadeos empezó a suplicar más contacto, el cual no le fue negado, la fuerza de las embestidas de Law aumentaron junto con el ritmo, sus largos y morenos dedos se aferraron a las estrechas caderas del menor y lo apegó más a él. Inmediatamente, Luffy apretó su interior como acto reflejo, logrando que el blanquecino líquido llenara su interior, este se mordió los labios y al sentir la calidez de los fluidos dentro de él, también se vino.

Ambos azabaches cayeron rendidos, había sido su primera vez y vaya que había sido agotador.

 

 

******.******

 

Sabo y Ace se habían quedado solos, al fin; dado que era imposible quedarse a solas en la residencia de los Monkey, finalmente optaron por ir a la casa del pecoso, donde sólo vivían él y su padre.

 

-        Bien… creo que hoy es el día – dijo Ace notablemente nervioso una vez entraron a la casona

 

Sabo asintió algo sonrojado antes de torpemente abalanzarse sobre el pecoso.

 

-        Espera, aquí no… es la sala – susurró divertido el azabache

-        Entonces…

-        ¡En mi habitación!

 

Habían acordado avanzar al siguiente nivel desde hacía unos días, pero las ocasiones para estar solos eran casi nulas, así que hoy era el momento. Ya la residencia de Ace había sido la escogida.

Entre besos y pasos torpes, subieron con trompicones por los escalones hasta llegar al segundo piso. Ace lo condujo con una sonrisa coqueta hacia su habitación, sin decir mucho, el pecoso se sentó sobre su cama y llamó a Sabo con sus gestos.

Se desabrocharon las camisas con sudorosas manos y una vez pudieron quitarse los pantalones se miraron sonrojados.

-        Y ahora qué… – preguntó el azabache

-        Pues… se supone que… no sé

-        Diablos – susurró el pecoso abochornado

Ace rebuscó en el cajón de su mueble contiguo y sacó un pote de lubricante.

-        ¿Quién lo usará? – inquirió nervioso

-        No tengo idea – rió indeciso el rubio

-        Quién se la meterá a quién…

-        ¿Te parece si soy yo? – susurró Sabo con lentitud

El azabache dudó insidioso, las veces que la pasaba con alguna señorita si se daba la oportunidad en alguna fiesta, obviamente él tomaba las riendas. Sabo notó la indecisión de su pareja antes de dedicarle una tierna sonrisa y besarle antes de empujarlo sobre la cama.

Se tocaron tímidamente sin saber exactamente qué hacer hasta que con astucia, Sabo embadurnó sus dedos con algo de lubricante y con cautela empezó a preparar al pecoso y a sí mismo, cosa que sorprendió a este último que lo observaba embobado.

-        Qué es lo que…

Lo calló con un beso y con una coqueta sonrisa, le indicó que Ace los masturbara a ambos, quien hizo caso con inquietud. Los suspiros de ambos hacían eco por toda la habitación; Sabo se mordió los labios y besó a su pareja, estaban relativamente cerca, ya que el prepararse y masturbarse les exigía encorvarse para alcanzar las intimidades de ambos.

-        Maldición hazlo ya – exigió el pecoso con impaciencia al tener los dedos de Sabo jugueteando con dureza dentro suyo

El rubio dejó de prepararlos a ambos y con una de sus manos condujo su erección a la entrada del azabache; se miraron fijamente mientras Sabo se introducía en  Ace con lentitud. Ambos jadearon intentando acostumbrarse a las nuevas sensaciones y empezaron a moverse.

Sabo trataba de ser cariñoso y paciente, el interior del pecoso, húmedo y estrecho, lo absorbía con insistencia, veía a Ace apretar los dientes mientras este masajeaba su propia hombría. Sus movimientos ansiosos y lentos empezaron a ser más profundos y directos.

Ambos se envolvieron en una utopía de idas y venidas que conducían desordenadas corrientes de placer que los obligó a jadear, perlados en sudor y con los pensamientos totalmente nublados. Una vez se vinieron al mismo tiempo, Sabo le sonrió algo agotado y salió con lentitud del pecoso para sentarse en sus caderas y con manos temblorosas, masturbó la virilidad de su pareja para despertarla.

Y sin dejarle tiempo de recuperarse del primer orgasmo, presionó sobre su entrada ya húmeda por su anterior preparación, gracias a la excitación post-orgásmica, el proceso de auto empalarse con la erección del pecoso no le resultó tan dolorosa, el calor en su vientre se hizo más ardiente y en pocos segundos, se terminó sentando sobre las caderas del pecoso, acostumbrándose a la intromisión.

-        Rayos… Ace… ah… no todo lo voy a hacer yo…

El azabache, que se había quedado observando con atención los movimientos de rubio, reaccionó por acto reflejo y sacudió hacia arriba sus caderas, causando que Sabo gimiera apretando los ojos con fuerza, le dolía pero quería hacerle sentir lo mismo que él sintió a su pareja.

Respiró con dificultad y tomó aire para empezar él mismo a mecerse suavemente, ayudado con los movimientos de Ace, fue cuestión de minutos para que sus gemidos contenidos empezaran a resonar nuevamente; el pecoso había sido hacía unos minutos el pasivo y ahora tenía su virilidad dentro de Sabo; mucho para su proceso mental, el rubio estaba lleno de sorpresas.

De pronto, escucharon la puerta principal del primer piso abrirse.

-        Ugh… mi padre… joder…

Ace sabía que Roger había llegado, pero en ese momento le importaba realmente muy poco, ahora entendía cómo era posible no poder despegarse, cuando estabas en pleno placer, era realmente difícil tener la voluntad necesaria para detenerse.

Optaron por morderse los labios y contener sus gemidos, suavizando los movimientos para que la cama no rechinara tanto; pero demonios que era difícil.

Y sería un milagro si lograban el segundo orgasmo sin que los descubriesen. Pero gracias a la cautela de Sabo, apretó su interior lo suficiente como para forzar el orgasmo del pelinegro, seguido del suyo. Y aunque sabía que para Ace eso no iba a ser suficiente, lo besó con desdén antes de comenzar otra creativa ronda, el reto de la ocasión era no hacerle enterarse al dueño de casa lo que ambos estaban haciendo en ese momento.

 

 

******.******

 

(Un par de semanas después)

Shanks’s PoV

Sí, seguro muchos se preguntarán… ¿qué demonios ha sido de mi vida después de la furtiva noche donde mi hija se enteró de todo y… bueno, tuve un encuentro un poco intenso con Mihawk?

Pues tuve que explicarles con lujo de detalles sobre mi naturaleza tanto a Sellawk como a Mihawk, este último, a pesar de tener siempre esa expresión de pocos amigos, estaba entusiasmado con recuperarnos. El problema fue mi hija, bueno, nuestra hija… al principio se portaba recia y seca, en los desayunos tomaba rápido lo que quería y se iba con una seria despedida. Mihawk aún no se muda con nosotros pero viene a las seis de la mañana para desayunar como familia, hemos ido a buscarla todos los días para almorzar, pero a veces se escapa y sale con sus amigas. No la culpo, es joven y de seguro querrá su espacio. Luego regreso a casa junto a Mihawk para cenar los tres, y aunque al principio Sellawk cuestionaba del por qué lo dejaba entrar a nuestra vida con tanta naturalidad; ahora se está acostumbrando.

Sí, la situación y el cambio repentino de rutina la han desencajado un poco, no la culpo, al menos pone de su parte para hacer ingresar a Mihawk a nuestras vidas, otras hijas (como en las telenovelas que veía cuando estaba gestando) son más rebeldes y amargadas, uf, gracias al cielo mi Sellawk ha sacado un poco de mi carácter, eso creo.

Y acerca de mí con Mihawk… pues, estamos intentándolo, supongo, nos va bien, pero no nos apresuramos ya que ello podría desagradar a Sellawk, así que se supone que ella cree que aún no tenemos sexo, porque estamos intentándolo lentamente… si supiera que desde la primera noche…

Ok, creo que no estaría bien que se entere.

Porque con Mihawk hemos tenido sexo hasta en su oficina, ¡no me culpen! Que de seguro a ustedes les encantará la idea, ¡no se hagan!

Pero ahora lo que me preocupa es otra cosa, y creo que ya todos lo suponemos. Ahora mismo Makino me mira con una expresión desencajada desde el otro lado de su escritorio, sí, he venido a revisarme.

 

-        Shanks… bueno… no sé cómo decirte esto

 

Solté aire ya sabiendo lo que me diría.

 

-        Sólo… dilo, descuida, vengo preparado mentalmente

-        Estas en estado, de nuevo

 

Genial.

Un momento… pero si yo me tomaba los anticonceptivos.

 

-        Makino, yo me tomaba los anticonceptivos ¡no funcionan!

-        Se toman con dos horas antes de la actividad sexual y te protegen durante 12 horas… ¿leíste las indicaciones?

 

Que me lleve el diablo. Mierda.

 

-        Con tu expresión es obvio que no

-        ¿Qué clase de anticonceptivos se toman dos horas antes?

-        Los que son para hombres fértiles, ahora ¿quién es el padre?

-        El mismo para Sellawk

-        Felicitaciones – me sonrió divertida – así que ahora tienes tu familia junta

 

Asentí algo sonrojado… pero dejando de lado eso… ¡Maldita sea mi flojera! Por no leer bien las instrucciones de los anticonceptivos ahora estoy preñado, otra vez. Encima me los tomaba después, como las mujeres. Ahora ¿cómo se lo diré a Mihawk? ¿Y a Sellawk?

 

-        Deberías reconsiderar usar condones, porque a este paso, te aseguro que te llenas de bebés

 

Opto por sonreírle un poco nervioso, dudo que Mihawk quiera usar condones.

 

 

*****.*****

 

 

 

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Notas finales:

Bueno >//.//< ¡gracias por leer! xD estoy entusiasmada porque nuestros cientificos ya descubrieron mas planetas en zona habitable :'D si, soy una aficionada de la astronomía XD ojalá pueda vivir para cuando se viaje :'v oki no

Como ya es tradición :’v les dejo imágenes MISHAZOSAN (es hermosa esta imagen, parece muy canon) – LAWLUACESABODOFFYCROC

Espero que os haya gustado los créditos iniciales, ya habrá nuevos créditos en el episodio final xd

Shanks: ¿Por qué te diviertes llenándome de hijos en tu historia? DX

Yo: No sé :v bueno sí sé pero no te voy a decir uwú

Mihawk: A mí no me incomoda la idea ._.

Shanks: ¡Es porque tú no sufres los malestares!

Mihawk: Shanks, es un fanfiction -__-

Shanks: ¡Da igual! TT-TT lo siento como si fuera real

Mihawk: ¿Sientes todo como si fuera real?

Shanks: o////o no era mi intención insinuar eso…

Mihawk: *se lo lleva cargado*

Yo: *¡u¡*

 

XD Bueno, qué más decir, mis estimados/as, que si tuvieran algún comentario, critica, sugerencia, carita, saludo, etc que desearan dejarme, no dudéis en hacerlo :D los recibiré y responderé con cariño <3

¡Nos vemos en el siguiente! Que muy probablemente esté siendo publicado el sábado de la otra semana hee!!!

Cuídense mucho ¿Capishi? (ya saben que es capisci =w=) ¡Buen fin de semana!

<3

 

 

Viernes 24 febrero 2017


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