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SÍ, SOMOS PADRES por The_dark_Duchess

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Notas del capitulo:

Buenas noches a todos/as :D

Bueno, son las 7:32 pm de la noche aquí hahaha disculpa la demora, pero aun es jueves hee!!!! no sé si en vuestros países o en amor yaoi sea igual :'c

Muuuuchas gracias a las amables personitas que me habéis comentado el capítulo anterior, sois geniales :3 gracias por incentivarme a seguir <3

Hummm Ah! sí... ¡El pueblo ha hablado! con respecto a lo de Ace y Sabo... alguien ganó con mayoría de votos jajajaja ¡no miento! podéis revisar si es que queréis asegurarse hahaha he aquí el resultado :'v

 

Hoy les traigo un episodio más tranquilo que el anterior XD ya que al siguiente habrá un salto temporal :s así que sólo presento las situaciones en las que quedarán antes del salto jajaja

 

Bueno, no les quito más tiempo, nos vemos abajo con noticias :'s

Capítulo 11:

Sólo un descuido

 

 

****.****

 

-        Bueno, hoy vamos a comenzar con los ejercicios de relajación cotidianos, pero antes, démosle la bienvenida a este par de guapos hombres que se nos incorporan

 

Tanto Shanks como Sanji saludaron silenciosamente con la mano una vez la guía les presentaba con una sonrisa, el pelirrojo estaba sonriente y algo entusiasmado, era la primera vez que iba a ese tipo de talleres ya que con Sellawk sólo se la pasaba internado en casa; Sanji estaba mosqueado, no había nada más jodidamente vergonzoso que eso y más si bellas mujeres le miraban, aunque su casanova interior permanecía tranquilo ya que, eran mujeres embarazadas y casadas, no quería incomodarlas o estresarlas con sus hostigosos halagos de siempre, con que fuera dulce y respetuoso con ellas le bastaba.

 

-        Listo, ahora, por favor, colóquense alrededor de mí por favor y siéntense con las piernas cruzadas, espalda recta

 

Todas hicieron caso, inclusive Shanks, pero era Sanji el que aún no se pasaba bien la situación, hacía caso a los ejercicios de respiración y demás, sin embargo, hacerse a la idea de que estaría así de rellenito como las hermosas damiselas, a quienes por supuesto se les veía hermosas con sus pancitas, no le cabía en la cabeza.

“Marimo tonto ¿por qué me hiciste esto?” se dijo antes de echarse sobre la colchoneta y respirar un par de veces, relajando sus brazos, como le indicaban.

 

-        Hola, soy Conis ¿primera vez en esto? – le saludó una chica de cabellos color rubio pálido

 

Sanji la reconoció de inmediato, era la chica que le propinó una buena bofetada al marimo aquella vez en su primera cita. Tal vez la chica no le reconocía, bueno, no es como si hubieran entablado conversación alguna.

 

-        Hola, soy Sanji, bella dama – le sonrió amablemente

-        Al parecer no te la pasas tan bien como tu amigo

 

Ambos miraron cómo Shanks era rodeado de varias mujeres que le enseñaban cómo hacer los movimientos y de paso le acariciaban los cabellos. Sanji rodó los ojos, si bien Shanks no era un casanova, era algo coqueto en su natural manera de ser, de seguro ese tal Dracule Mihawk estaría furioso si le viera así, como él lo estaría si fuera el marimo.

 

-        Bueno… él está más entusiasmado que yo en esto

-        Es la primera vez que veo a hombres fértiles, y debo decir que son bastante apuestos

-        Hahaha me halaga, pero usted se ve mucho mejor que yo se lo aseguro

-        Oh, no… estoy gorda jajaja

 

Sanji examinó minuciosamente el bultito en el vientre de la dama, no estaba tan grande pero sí lo suficiente como para que cuando se le viera en la calle se dieran cuenta. Por una extraña razón, se le vino a la mente cuando le reprochó a Zoro el haber roto el compromiso con ella; un amargo sabor se le depositó en el paladar de solo imaginar que Zoro no hubiera deshecho el compromiso y ese bebé que la chica llevaba fuera del alga, de hecho hasta sintió un malestar en el pecho.

 

-        ¿Sucede algo? – le preguntó al ver la mueca del rubio

-        No, nada… si me disculpa…

 

Y salió del salón a prisa.

Casi al minuto, Shanks fue tras él, no sin antes disculparse con las mujeres que amablemente le ayudaban con los movimientos. Mas no lo encontró cerca, miró hacia todos lados buscándolo… ¿tanto se había alejado en tan poco tiempo?

 

-        No esperaba verte otra vez, y menos en un lugar como este

 

Shanks se exaltó un poco al escuchar esa grave voz a unos metros detrás de él; hacía un buen pack de años que no la escuchaba. Giró rápidamente para verlo… ahí estaba, un hombre alto, corpulento y de cabello gris que se recostaba en la blanca pared del pasillo. Tenía un par de puros en la boca y una mueca tan forzada que si hubieran sido otros tiempos, se hubiera carcajeado señalándole, como antaño, sólo para molestarlo.

 

-        No deberías fumar, este es un hospital ¿qué… no caes en cuenta?

-        No estoy fumando – farfulló – ¿no ves que están apagados?

-        Pero igual es una tentación que los tengas en la boca

-        No, estos no son una tentación… tú sí lo eres

 

El pelirrojo tragó seco por unos segundos, ¿aquello fue coqueteo? ¿Lo fue?... porque si fuera el caso, tenía que pensar cómo evadirlo de una manera inteligente; pero a decir verdad, no tenía idea de cómo responder ante ello.

 

-        ¿Te comió la lengua el gato? – preguntó el otro, sonriendo burlescamente

-        N… No claro que no

-        Ya veo – se quitó los puros de la boca – así que… ya tienes pareja, ¿cuántos meses ya tiene tu bebé?

-        ¿Cómo es que…?

-        Por favor, no me digas que saliste de esa sala sólo porque estabas de visita

-        Quién sabe – suspiró profundo – bueno, supongo que estás en lo cierto

-        Me alegro

 

La culpa invadió al pelirrojo por un momento.

 

-        O… oye… Smoker, esa vez… te juro que no fue mi intención…

-        Ya déjalo – el peli gris miró un punto perdido del pasillo – ya ha pasado bastante tiempo

 

Ambos volvieron a mirarse.

 

-        Bueno… supongo que… debo irme

-        ¿No me vas a preguntar cómo he estado o algo? – dijo Smoker con una seria mueca

-        Pensé que te incomodaría, sólo trataba de no ser inoportuno

-        ¿Tú? Por favor… eres uno de los seres más inoportunos de la tierra… hazme el favor

 

Shanks soltó une pequeña risita.

 

-        He venido a traer a mi novia a las clases de preparación – dijo Smoker finalmente, analizando las expresiones del pelirrojo

-        ¡Oh! Me alegro por ti y el bebé que viene

-        ¿Enserio? – le lanzó una fugaz pero intensa mirada

-        Lo digo enserio, que tengas una buena tarde – intentó irse

-        ¿Y tu pareja? ¿Dónde está? – esa pregunta detuvo la huida

-        Ah… bueno… él… está trabajando

-        No tiene tiempo para ti y tu bebé ¿he?

-        ¿Qué?... ¡No! Dahahaha claro que lo tiene… sólo, está muy ocupado, además, no soy una nena, puedo venir solo

-        Ya veo – susurró nuevamente con una insidiosa mirada

 

Y esta vez, Shanks prácticamente trotó para alejarse de ahí. Smoker nunca fue una mala persona, al menos no con él; pero de hecho, aquel incidente vergonzoso que los unía llenaba de remordimientos al pelirrojo.

 

******.******

 

Sanji había tomado el bus de regreso a casa, era sábado, así que no le tocaba trabajar, aunque no era lo mismo con Zoro, quien sí tenía trabajo los sábados por la mañana. Aunque el rubio se sentía culpable por dejar a Shanks en las clases de preparación, debía irse… se había sentido realmente mal con la mala pasada de su imaginación, ¿será que estaba sensible por lo del bebé? Porque del solo imaginarse al marimo con otra persona… no, definitivamente no, fue desesperante y triste.

Llegó a la casa donde se había mudado, era realmente bonita… mucho mejor que su departamento alquilado.

Entró con sus llaves y se tiró de lleno en el sofá, estuvo un tiempo reducido ahí ya que… quería distraerse y no se le ocurrió otra cosa más que cocinar, su mejor hobbie. Antes lo hacía limitadamente ya que vivía solo y cocinaba sólo para él, y a decir verdad; no consumía mucho… y Sanji detestaba desperdiciar la comida. Al menos cuando solía vivir en casa de Makino entre todos se devoraban sus postres y demás. Aunque ahora… ahora podía cocinar para el marimo, sí, cocinaría para el marimo y tendría que comérselo todo, junto a él claro… y cuando llegara el bebé… también cocinaría para este y los tres comerían juntos en una mesa… tal vez luego se decidan por uno más y así tener más gente que disfrute de sus platillos.

Sí… tener hijos… muchos para que todos disfrutaran y amaran su comida… prepararles la comida, la lonchera, la cena… engreírlos con sus postres… sí, no era que quería más bebés porque amara al marimo, “no claro que no”, intentó convencerse un poco avergonzado… pero en el fondo sabía que quería más cosas de ambos… que Zoro fuera suyo y sólo compartirlo con sus hijos.

Se tiró una cachetada mental, era una locura… seguro estaba sensible por lo del bebé, eso era.

Pasó cerca de una hora cuando estuvo todo listo, espaguetis al pesto y una tarta de postre.

De pronto, un ruido proveniente de la puerta le avisó que Zoro había llegado, y por alguna razón, su corazón se aceleró e intentando acomodarse la ropa y sacudirse un poco la harina, salió de la cocina.

 

-        ¿No me das la bienvenida a casa, cejillas? – le dijo con burla, sabía que decirle eso molestaría a Sanji

 

Pero se llevó una sorpresa al verlo un poco sonrojado.

 

-        Oe… ¿estás bien? – lo examinó de lejos - ¿pasa algo?

 

Ya de por sí ver a Sanji sin intentar joderle con algún insulto o algo era extraño, y le hubiera valido madres si no fuera porque estaba de encargo.

Zoro tragó saliva en seco cuando Sanji empezó a caminar con dirección hacia él con pasos coquetos mientras se desabrochaba la camisa en el trayecto. ¿Acaso estaba caliente otra vez?... si no estuviera cansado no presentaría queja alguna, pero esta vez al menos quería un respiro, no había dormido bien toda la semana, y no precisamente por los antojos del rubio. Tener a Sanji embarazado en casa era un tanto agotador.

Pero en cuestión de segundos, ya era lanzado al sillón, sentándose bruscamente, observando cómo Sanji se despojaba de sus ropas. Y cuando lo vio desnudo una vez más, mandó al carajo su cansancio… iba a complacer al rubio, por el bien del bebé, por supuesto.

Sanji se sentó sobre los muslos de Zoro, apegando ambas frentes y meciendo sus caderas con desdén; sintió la piel erizarse cuando un ronco gemido de los labios del moreno salió cuando empezó a masturbar su virilidad.

No fue cuestión de mucho hasta que tuvo esa enorme virilidad entre sus manos, escurriendo líquidos de a poco, el rubio se mordió los labios e incitó a su pareja para que le preparara.

Zoro sacó el lubricante de su bolsillo y embadurnó sus dedos para así poder meterlos con cuidado, aunque Sanji no ayudaba mucho en sí, con cada mínimo roce que se hacía en su interior jadeaba con agonía, susurrándole y suplicándole que lo hiciera más dentro.

-        Ah… Zoro… más… quiero… quiero más contacto

El peli verde a duras penas y podía mantener el control, y aunque no lo decía, estaba encantado con los suplicios del rubio. Su mano libre se paseó por el pecho de Sanji y se detuvo haciendo círculos en su vientre, acariciando con cariño y suavidad; eso desesperó al rubio y pintó un fuerte rubor en sus mejillas para que este mismo opte por besarlo con rudeza, mordiéndole los labios cada que podía.

-        Ah… Zoro… ya… lo quiero…

Fue recostado sobre el sillón y girado sin esfuerzo, a sabiendas de lo que pasaría, Sanji alzó las caderas, tallándose con fuerza en la hombría del peli verde.

-        Te lo ganaste… Sanji – acarició las piernas del rubio – ábrelas un poco más

Y el rubio hizo caso de inmediato. Zoro apretó los dientes a la vez que presionó su endurecida punta contra la suave entrada de Sanji, quien jadeó impaciente, contrayéndose una y otra vez, apretujándolo. El moreno lo hizo sufrir un par de segundos cuando se retiró sólo para tomar impulso y enterrarse hasta la mitad, torturando a Sanji, que empezó a mover sus caderas en contra para buscar más contacto; un jadeo complacido llenó la sala cuando a la siguiente, Zoro se enterró por completo.

Ambos gimieron ansiosos mientras el rubio se retorcía debajo, agitando sus caderas. Las fuertes manos del peli verde se aferraron a las caderas de Sanji y empezó a moverlas a su ritmo: errático, desenfrenado, seco y duro.

Sanji se dejaba hacer, con el calor llenándole en exceso, gritando más fuerza, exigiendo poca contención. Zoro lo penetró con violencia, viendo como el cuerpo lechoso de su pareja se contraía desesperado. Para el rubio no había dolor… estaba tan complacido que los enloquecedores cosquilleos iban y venían por todo su cuerpo. Se sentía muy, muy bien.

Sanji se corrió entre sonrisas y espesas lágrimas, agobiado de placer… pero Zoro lo volvió a animar con sus caricias poco recatadas. En segundos volvió a arder en deseo, disfrutando las duras estocadas, gritando cada que lo sentía presionar en su punto sensible y aferrándose a los cojines. Pero a la vez era amado, pues Zoro no dejaba de susurrarle cariñosas frases y le besaba la espalda y de vez en cuando su nariz hurgaba entre sus rubios cabellos para  olfatearlos y besarlos.

Ninguno de los dos supo cuánto tiempo estuvieron perdidos; Zoro cargó a Sanji sobre sí y aún sin salir de él lo sentó en sus caderas, empezando a embestirle así, logrado arrancarle más gritos obscenos al tenerlo saltando sobre sus caderas. Los guturales gruñidos del peli verde se perdían en los oídos del rubio, que desesperado rogaba más tención, logrando que su erección y sus pezones fueron atendidos con tosquedad.

Unos minutos más de primitivo placer fueron necesarios para que ambos se corrieran a la vez. Un poco cansados y complacidos al exceso, respirando agitados.

Zoro salió lentamente cuando sus respiraciones se normalizaron, tratando de no ser brusco con el rubio. Una vez todo fue terminado, Sanji lo empujó y se apartó, sollozando un poco. Cosa que desencajó al peli verde.

 

-        Oe… Sanji ¿qué…?

-        Sólo no digas nada – azuzó cortante y le dio la espalda

-        ¿Ah? ¿Ahora que hice?

 

Escuchó los sollozos mal contenidos del rubio y se alarmó. Se acurrucó con él y lo abrazó de espaldas. Bueno, a pesar de no tener nada que ver con su estilo, decidió poner en práctica los tips para “parejas durante el embarazo” que había leído.

 

-        ¿Qué pasa? ¿Te lastimé? ¿Fui muy brusco?

 

Sanji solo negaba.

 

-        ¿No te gustó?

-        No seas tonto…

-        Entonces es eso

-        ¿Ah?

-        Que no te gustó

-        Sí… sí me gustó – se sonrojó al admitirlo – estúpido marimo tonto insensible

-        ¿Qué? Entonces si te gustó… ¿por qué lloras y me dices eso?

 

Zoro lo apresó entre sus brazos a pesar de los manotazos que daba Sanji, estaba extrañado, el rubio no daba espectáculos así nunca… ¿a qué se debía este cambio repentino de humor?

 

-        Júrame marimo insensato, ¡Júrame que yo soy el único en tu vida!

 

Al peli verde lo descolocó esa exigencia, ¿a qué venía eso?

 

-        ¿¡No lo quieres jurar!? ¡Seguro es porque no me quieres! ¡Te odio! ¡Vete con quien te haga feliz! ¡No te necesito! Seguro… seguro estás cansado de mí y mis problemas…

 

Bueno, esto era nuevo… Sanji estaba inseguro, bastante. Pero… ¿el cejillas inseguro? ¡Qué locura!

Y todo eso era atribuible a una sola cosa: El embarazo. Era propio de eso… la inseguridad, la hipersensibilidad, la furia repentina… todo. Zoro sacó paciencia de donde no tenía y suspiró. Mientras Sanji aún maldecía.

Sin pensarlo mucho, lo calló con un beso. Firme, seguro, cariñoso y sensual; así besaba Zoro a Sanji, y mientras lo besaba, le retiraba las lágrimas con sus pulgares, tratando de ser dulce a su manera para calmarlo, cosa que consiguió con mucho éxito. Sanji dejó de hacer su rabieta mientras se entregaba al beso; lentamente se sentó sobre su peli verde y empezó a sacudir sus caderas, buscando contacto, tenía los nervios alborotados y el corazón palpitándole muy aceleradamente.

 

-        Aún… aún no lo juras marimo tonto – le susurró cuando se separaron en busca de aire

-        Eres el único en mi vida  – sonrió divertido al ver la ilusionada mirada que le dedicaba Sanji – y lo serás siempre

-        Te amo, idiota

-        Yo también te amo, cejas de sushi

 

Sanji presionó la hombría de Zoro con su rodilla y empezó a animarla.

-        Ngh… Sanji… ¿quieres otra ronda?

-        ¿Tú qué crees?

Zoro aprisionó con sus manos la cintura del rubio y lo asió hacia él para después bajar hasta sus glúteos y empezar a tantear para encontrar la entrada.

-        Ah… marimo… acabamos de hacerlo… no necesito preparación

-        Como digas

Un sonoro jadeo de Sanji resonó por toda la sala al ser penetrado bruscamente de una sola vez, empezando la cabalgata debido a los desenfrenados movimientos de las caderas de Zoro.

 

 

*****.*****

 

Era un almuerzo en la casa de los Monkey; supuestamente debía ser una reunión tranquila, o al menos eso esperaban los mayores.

Luffy aún no había comunicado a nadie sobre su sorpresa. Y esperaba decírselo al abuelo ese día, para dejar el cargo de consciencia al fin, seguro que con el apoyo de su familia al menos habría algo asegurado para su inesperado encargo.

En situación parecida se encontraba Ace, que jugaba con sus cubiertos mientras esperaban la comida y de reojo miraba a Sabo de vez en cuando. El nuevo dato era que su novio también traía nuevo integrante a la familia.

¿Cómo? Bastante simple; Sabo había conocido tanto a Ace y a Luffy cuando visitaba constantemente la casa de Makino, de ahí que ella le confiara su farmacia unos años después, porque era usuario. Goa Outlook, el padre de Sabo, siempre decía que Sabo era inferior a lo normal, que era rarito y por el amor de padre que le profesaba intentaría erradicar esa imperfección. Outlook también había sido usuario en su juventud (de hecho lo seguía siendo pero no había “peligro” en su caso), pero logró tener una vida digna, casarse con una adinerada mujer y tener una familia normal, como todos. Al menos él no era homosexual, se decía, por ello su “problema” no era de preocupación mayor. Sin embargo, cuando nació su hijo y en una ocasión lo vio entregándole flores a otro niño, se alarmó, y de inmediato lo mandó donde Makino. Lamentablemente, la mujer estaba cansada de que llegaran padres con la esperanza de “curar” a sus hijos por algo que tenían en los genes, en todo caso, se tendrían que someter a operación cuando fueran adultos.

Sabo jamás le comentó esto a Luffy y Ace porque se sentía avergonzado de ser hijo de un hombre con dinero que lo catalogaba como calamidad. Con los años fue entendiendo de a pocos la desesperación de su progenitor y aunque permanecía alejado de su familia, no le guardó mucho rencor, al menos esa ineptitud de su padre lo ayudó a conocer personas maravillosas.

Y a decir verdad, tentó a su suerte en lo de Ace y él, no le incomodaba la idea, pero sí le asustaba un poco.

Por otro lado, Ace estaba que se atragantaba en saliva, se la pasaba pasando y tragando en seco todo lo que podía, si bien los resultados de Sabo en parte le emocionaban… no sabía cómo la familia reaccionaría ante todo el embrollo.

 

-        ¿Qué pasa mocosos? ¿Por qué tan callados? – inquirió el mayor de la familia ante la inusual escena

 

Todos estaban demasiado callados como para ser considerado algo normal, por lo general Luffy estaría reclamando más comida, Ace igual y Sabo riéndose de todas sus tonterías. Pero no, todos tenían caras de habérseles muerto una mascota.

 

-        ¡La comida llegó! – exclamó la única mujer de la familia

 

Y todos los adultos se abalanzaron sobre las cacerolas y estantes para coger lo que se les apetecía. Sin embargo, Luffy sólo cogió unos cuantos trozos de carne del estante más cercano y empezó a comer con los cubiertos, lentamente. Ace hizo lo mismo y bueno, en Sabo ese comportamiento era habitual así que no trajo extrañeza.

El almuerzo fue tranquilo, aunque poco habitual porque Ace no se quedaba dormido en plena comida o Luffy no intentaba robar la comida de otros. Y la madre de Luffy sabía que algo no estaba bien, conocía bastante a su hijo como para leer a través de él.

 

-        A ver mocosos ¿Se puede saber qué se traen? Llevan callados demasiado tiempo – Garp los analizó con cautela

-        Papá, no los presiones, seguro nos lo dirán más tarde – dijo Dragon lanzándoles a todos una inquisitiva mirada

 

Inclusive Roger, sobrino de Garp, se sentía un poco extrañado por la seriedad de su hijo.

Finalmente, Ace decidió hablar.

 

-        Hump… familia…

 

Todos lo miraron de reojo sin dejar de comer.

 

-        Bueno, quisiera anunciarles algo muy importante

-        Que… ¿que Sabo y tú son novios? Eso ya se sabía

 

Inclusive Sabo dejó de comer para prestarle atención a lo que dijo Garp.

 

-        ¿Cómo lo supieron?

 

Todos miraron a la mujer de la mesa, quien simplemente alzó los hombros despreocupada y les dedicó una siniestra sonrisa. Aunque que lo dijera ella había sido lo mejor, ya que tuvo tiempo de amenazar a los mayores antes de que armen cualquier escándalo.

 

-        Bueno, no importa, pero eso es sólo una parte de lo que quería anunciar hoy

 

Garp siguió masticando con cautela, algo no olía bien en ese anuncio. Bueno, cuando se trataba de sus nietos, nada era esperado. Mientras, Ace tomó aire para tranquilizarse y vio de reojo a Sabo.

 

-        Quiero anunciarles… que… que… que Sabo y yo vamos a tener un bebé

 

Silencio total, inclusive Luffy se asombró. Garp intentaba tragar un trozo de carne mal masticado por la sorpresa, y cuando Dragon quiso ayudarle, el menor de todos decidió aprovechar la oportunidad.

 

-        Ahhh… que bueno Ace, de paso también quería decirles que yo también voy a tener un hijo – soltó como si nada, escudándose en el primer anuncio

 

Total, dos noticiones de una vez era lo mejor.

 

-        ¿¡QUÉ!? – azuzó Dragon, soltando a su padre, quien se atragantó aún más por la noticia de Luffy

 

O tal vez no.

 

-        ¡Dragon no sueltes así al señor Garp! ¡Que se está ahogando! – habló la dama

-        ¿¡CÓMO ES ESO DE QUE VAN A TENER UN HIJO, ACE!? – inquirió Roger, tomando de su refresco, aunque no se notaba molesto, pero les hizo una mueca de “hay que solidarizarse con Garp”

-        ¡LUFFY! ¿¡QUÉ HAS DICHO!? ¡REPÍTELO! – gritó Dragon con los ojos tan abiertos que parecían que se saldrían de su lugar

 

Y en ese momento, Luffy supo que decirlo así de repente había sido una pésima idea.

 

-        Pues… aquí – se señaló el estómago – un nuevo integrante shi… shi… - ni siquiera una risa forzada podría disimular su malestar

 

En eso Garp, aún con la cara semi roja, intentó coger lo primero que pudo, que fue una cuchara, e intentó lanzárselo a Luffy o Ace, a quien le cayera primero.

 

-        ¡Señor Garp! ¡Por favor no se mueva mucho! – suplicó la señora Monkey

 

Pero aún con los intentos de Roger y la dama por detenerlo, Garp intentó ir a por sus nietos con la bandeja, listo para golpearlos, mientras daba patadas. Dragon le hizo una señal a Luffy de “ya veremos” y fue a ayudar a su padre. Todos juntos lograron que el mayor escupiera el trozo de carne, respirando con dificultad.

 

-        Us… ustedes… insen… insensatos… ¡ERES UN IRRESPONSABLE ACE! ... pero… pero… – tomó una bocanada de aire para luego mirar al menor de sus nietos – ¡Lu… Luffy! ¡Aún… no… terminas… la universidaaaaaad! ¡Ven aquí! ¡TE VAS A ENTERAAAAR!

 

E intentó correr pero la falta de aire y la impresión fueron demasiado. Cayó desplomado.

 

-        ¡Señor Garp!

-        ¡Papá!

 

Roger, un poco preocupado pero algo divertido, fue a ayudar – hay que llevarlo al hospital, creo que se le subió la presión, pobre, ya no está para impresiones fuertes – dijo

Los dos mayores cargaron a Garp y lo subieron dentro del auto

 

-        ¿No vienes? – preguntó Dragon a su esposa

-        Luego, querido… yo arreglaré las cosas con Luffy

 

Una mueca de disgusto de su esposo fue lo que obtuvo como respuesta. Roger se subió en el copiloto y arrancaron. Ace tomó a Sabo de la mano y retrocedieron un poco cuando la mamá de Luffy entró a la casa.

 

-        Ustedes dos se salvan porque ya tienen un trabajo estable – les dijo antes de mirar a su hijo

 

Una mirada de compasión fue dedicada hacia Luffy por parte de Ace y Sabo para después retirarse.

 

-        Bien, Luffy, alístate ¿dónde dices que está tu novio a estas horas?

-        ¿Ah?

-        Porque él lo sabe ¿verdad?

 

El silencio del menor le dijo todo. La dama no era mala persona, pero dado su personalidad tampoco era la mamá más cariñosa y blanda del mundo, solía ser divertida y despreocupada. Pero ahora entendía que tenía que darle una lección a su hijo.

 

-        ¿Dónde está el padre? – le preguntó esta vez, con una tétrica mirada

 

Luffy negó, intentando plantarle frente.

 

-        Si no me dices donde está, juro que nos vamos a vivir a la casa del campo y te aislaremos

-        ¡No pueden hacer eso!

-        Oh claro que podemos

 

Luffy apretó los puños, nada le costaba salir por la ventana o algo, pero dado su estado, temía que perjudicara al bebé.

Un fuerte agarre en su dorso evitó que el menor intentara huir y en el segundo auto, que pertenecía a Garp, la mujer decidió llevarlo a la universidad, donde Luffy le había indicado.

 

****.****

 

Law recién había culminado sus clases ese día y se preparaba para una jornada más en el Ishida hospital, donde le habían considerado sus prácticas como algo para sumar a su internado, aunque le faltaban seis meses para poder sacar el título oficialmente, al menos se graduaría con honores.

Eran finales de noviembre y como los cursos ya casi los tenía asegurados, sólo le quedaba decirle adiós a la universidad. Suerte que la tesis la hubiera avanzado desde su tercer año de universidad.

Una inusual escena lo distrajo de sus pensamientos, en la entrada de la universidad, la seguridad intentaba retener a una mujer que estaba acompañada por… ¿Luffy? Este último le señaló y vio como la mujer giraba su cabeza para verlo como si quisiera desaparecerlo.

Luffy corrió a su alcance ni bien lo vio y se abrazaron.

 

-        ¿Pasa algo Luffy-ya?

-        Escúchame Torao – le hizo morritos apenados – no era mi intención ocultártelo tanto tiempo pero…

 

De pronto, la mujer dio una patada acertada a uno de los guardias y se liberó. Con una agilidad impropia de una señora, corrió como gacela a pasos apresurados. Los estudiantes que se encontraban en su camino, o eran apartados a punta de empujones bruscos, o ellos mismos le daban pase.

 

-        ¡HAS PREÑADO A MI HIJO CHICO IRRESPONSABLE!

 

Y la mamá de Luffy apartó a su hijo y enganchó sus manos a la camisa de Law, quien creía haber escuchado mal.

 

-        ¿Mn? Creo que se ha confundido de persona

-        Ah no, claro que no – miró a Luffy – ¿este es tu novio cierto?

 

Law supuso de inmediato que ella era algo de Luffy.

 

-        Luffy… ¿la conoces?

-        ¡Soy su madre! ¡Y la abuela de tu hijo!

-        ¿¡Qué!? Luffy, por favor dime qué está pasando aquí

 

Finalmente, el menor de los azabaches se dignó a hablar.

 

-        Law… ¿recuerdas esa investigación de la que hablaba Cocodrilo?

-        Sí

-        Pues… soy un chico fértil y… y…

-        ¡Y ahora está de encargo! – sentenció la madre

 

Por unos segundos, el rostro de Law permaneció inexpresivo. Todo a su alrededor se hizo silencio absoluto y un zumbido interno acompañó su sorpresa. ¿¡Por qué demonios no lo había supuesto antes!? Aunque debía reconocer que no había dado suficiente importancia a enterarse de dónde o cómo se conocía Luffy con el catedrático Crocodile.

Y tampoco es como si Luffy fuera a ser un chico fértil si se supone que le iban a hacer la vasectomía el día que se conocieron…

O tal vez no era vasectomía…

Law cerró los ojos, tragando saliva y respirando profundamente antes de tomarse el entrecejo y finalmente, aceptar la realidad.

 

-        Así que… podías… Luffy tú podías…

 

La dama, una vez se calmó, se cruzó de brazos.

 

-        Perfecto… mi hijo aún no termina la universidad y se ha quedado en cinta… y tú tampoco la has terminado

-        La termino este año

 

Ella dio un suspiro aliviado.

 

-        Buen, entonces… ¿cómo harán?

-        ¿Cómo haremos? – preguntó Luffy

-        Por supuesto, ¿te vienes a vivir con nosotros o se va contigo? Porque mantendrás a mi hijo, más te vale

-        Sí, lo tengo claro, señora – Law miró de reojo a Luffy – lo llevaré a mi casa, es bastante espaciosa… no tendremos inconvenientes

-        ¡Sí! Además Cocodrilo también tendrá su bebé ¡Nos haremos compañía!

-        ¿Tu casa es albergue de hombres en cinta? – preguntó la dama alzando una ceja

-        No… solo que mi padre llevó a su pareja que también está esperando y…

-        Oh – la madre escaneó a Law de pies a cabeza

 

Definitivamente a Garp le iba a dar otro infarto si veía al chico, pero eso ya era común. La cosa era Dragon… eso iba a ser el verdadero problema, aunque a ella le daba lo mismo, siempre y cuando su hijo estuviera cómodo.

Pero por otro lado… ¡Iba a ser abuela! Eso lo tenía que celebrar… aunque primero debía comportarse como una madre responsable.

 

-        Señora Monkey… si me permite… ¿puedo llevar a su hijo a mi casa?

-        ¿Ahora mismo?

-        Si fuera posible

-        Bien, es todo tuyo, después de todo van a vivir juntos

 

La dama se resignó. De todas maneras, ya la situación no podía estar peor.

Law tomó de la mano a Luffy y ante la mirada inquisitiva de los estudiantes que los rodeaban, salieron de ahí antes de tomar el bus.

 

-        Torao, enserio lo lamento

-        Ya está hecho

-        ¿No te gusta la idea?

-        ¿Hace cuánto que lo sabes?

-        Una semana

-        ¿Y por qué no me lo dijiste?

 

Silencio por unos momentos.

 

-        Escúchame, Luffy… si no hay confianza entre nosotros… no habrá una buena relación

-        A veces tu cara da miedo cuando te molestas

-        Eso no es excusa – Law botó aire, estresado – sólo… bueno, ya, ya está hecho

 

El resto del viaje estuvieron en silencio, Law intentaba ordenar ideas mientras que Luffy lo miraba de reojo de vez en cuando. En realidad, si bien no hizo una escenita, para Law era tan repentino… estaba a un mes de terminar la universidad y debía culminar su internado para al fin conseguir un sueldo digno para mantener una familia… todo eso y más pasaba por su mente.

Cuando llegaron a su paradero, ambos bajaron y fueron directo, a pasos apresurados a la casa donde vivía el mayor.

 

-        Oye… Luffy… tranquilo… esto es algo nuevo y… me tomó asimilarlo

 

Lo miró antes de abrir la puerta.

 

-        Pero no está mal tener un bebé… de hecho creo que no pudo haber sido mejor… me refiero a que…

-        ¡Por fin llegaron los futuros padres! – era Rosinante, quien se adelantó a abrir la puerta – pasen, pasen

 

Luffy sonrió a Law, quien vio extrañado la actitud de su tío. De hecho, Luffy había hablado con Crocodile la noche anterior acerca de cómo informarles a sus padres lo ocurrido… y las orejas de Rosinante estuvieron atentas en la penumbra de la noche.

Hasta que Law recordó la bendita apuesta.

 

-        Yo, acepto orgullosísimo ser padrino del mocoso que viene

-        Qué manera más cariñosa de decirlo – azuzó el oji gris con un tonito un poco sarcástico

-        ¡Por supuesto!

 

Y en la sala, estaba Doflamingo cruzado de brazos, mirándolo seriamente.

 

-        Interesante… Law… ¿serás padre aún sin graduarte? ¡Fuiste descuidado! – finalizó el rubio de gafas

-        Mira quien lo dice – habló Crocodile, sentado mientras revisaba un libro

-        Croco-chan, esto es entre Law y yo

 

El mayor de los azabaches rodó los ojos.

 

-        ¿Te molesta?

-        Rechazaste ser el heredero de mi marca de ropas por esa profesión y ahora ni siquiera la vas a culminar porque viene un regalito

-        Por si no lo sabías, este año termino, me faltan seis meses de internado y…

-        ¿Y qué? ¿No vas a atender a tu pareja? ¡Tú mismo vez como Croco-chan exige atención todo el tiempo!

-        ¡A mí no me metas en tus sermones, Doflamingo!

 

El mencionado se crispó un poco.

 

-        Doffy… entiende al chico… va a ser padre… todos nos la arreglaremos

 

Doflamingo alzó una ceja un poco incómodo pero decidió dejar el asunto por el momento, estaba cansado y necesitaba un buen relajo.

 

-        Haz lo que quieras… pero cuando puedas, intenta independizarte, Law… a juego de adultos, consecuencia de adultos

 

Y subió las escaleras, siendo seguido por su pareja.

 

-        Los estás corriendo de tu casa, prácticamente

-        No, le he dicho que se vayan cuando puedan

-        Eres despreciable

-        Tú te estás ablandando mucho, Croco-chan… ¿será que estás sensible por el bebé?

-        Cállate, no digas sandeces

-        No lo hago con tan malas intenciones – sonrió como solo él sabía hacerlo – pero, ¿qué clase de padre sería si no lo hago hacerse cargo de sus obligaciones? Ffuffuffuffuffu~

 

Luffy se sentó en el sillón de la sala, cansado… no había sido un día muy feliz que digamos… de hecho, necesitaba una siesta.

 

-        Descuiden, chicos… relájense un rato

 

Al instante, tanto Rosinante como Luffy quedaron dormidos, era un poco curioso la manera en cómo se rendían ante el sueño. Law sonrió levemente al verlos, se quitó el saco y tapó a Luffy con este, acarició con cuidado los suaves cabellos negros del menor, le dio un beso en la frente y se fue a la cocina para prepararse algo de comer.

 

 

*****.*****

 

Shanks observaba divertido lo que yacía sobre su cama: era un conjunto de bebé color amarillo. Casi gritaba de la emoción, sabía quién se lo había comprado. De inmediato salió a la sala para darle un beso a Mihawk. Pero inmensa fue su sorpresa al encontrarse a Sellawk encarando al azabache. Hacía apenas unos minutos que había dejado a Mihawk solo en la sala.

 

-        Dime ¿Te acuestas con mi papi? ¡Los escuché el otro día!

 

Shanks carraspeó notablemente impresionado.

 

-        ¡Ah! Aquí estás

-        Sellawk… cariño

-        ¡No es posible! ¡Apenas vuelve y tú ya te le abres de piernas!

-        ¡SELLAWK! ¡MÁS RESPETO! – gritó el azabache, consternado

-        Creo que ese asunto nos corresponde a ambos cariño

 

La pelirroja, celosa hasta más no poder, fue hacia la escalera.

 

-        ¡Bien! Hagan lo que quieran… mientras no me hagan un hermano… creo que toleraré esto… ¡Por qué son tan apresurados!

 

Shanks se dejó caer sobre su sillón, definitivamente no todos los problemas le iban a dar cabida libre. Mihawk se sentó a su lado y le acompañó en silencio por unos segundos.

 

-        Creo que eres muy ruidoso cuando hacemos el amor, dice que nos escuchó en tu habitación

-        Y ahora resulta que la culpa es mía

-        Eres quien grita como desquiciado

-        Tramposo – se acarició los cabellos – genial… nada me sale bien

-        No digas eso

-        Por cierto… ese ropón de bebé…

-        Me pareció… correcto

 

El pelirrojo sonrió ante la timidez de su pareja, le costaba expresar algunas cosas de vez en cuando.

 

-        Me gustó – animó el menor

-        Se supone que tiene que gustarle al bebé

 

Shanks rodó los ojos pero sin quitar la sonrisa de su cara, así era Mihawk, y así lo amaba.

Una mano traviesa del pelirrojo se posó sobre la entrepierna de Mihawk, sobresaltándolo un poco.

-        Shanks… qué… pero si acabamos de discutir por esto… – no pudo decir más por el masaje en una zona desventajosa

-        Me gusta el peligro – le sonrió coqueto antes de besarlo

Las manos del menor le desabrocharon el zíper y hurgaron impacientes hasta liberar la semi despierta hombría del azabache.

-        Ahora me dirán quien hace más o menos ruido

Y empezó a practicarle una felación experta, mordiendo, succionando como si tuviera sed y acariciando las piernas de Mihawk con suavidad de vez en cuando.

El mayor optó por dejar caer su cabeza para atrás y respirar con dificultad, botando aire inquieto. Ya sin mucho autocontrol, enredó sus pálidos dedos a las hebras rojas de Shanks para guiarlo y profundizar las estocadas.

No iba a ser una tarde tranquila, pues sabía muy bien que Shanks se excitaba rápido, así que luego de la atención a su erección, le tocaba complacerlo.

 

 

*****.*****

 

 

 

 

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Notas finales:

Bueno! jajaja gracias por llegar aquí, literalmente, como todos saben, la época escolar y universitaria ya llega, para muchos ya llegó. Mis clases empiezan la otra semana, y como sabrán, he estado en silla de ruedas, las cuales me serán retiradas a más tardar el sábado que me vean los terapistas, porque ya camino, aunque no la distancia de una cuadra, pero para lo que estaba antes al comienzo del fic xD es bastante progreso.

Así que la próxima actualización estará con más seguridad el domingo de la otra semana (domingo 19 de marzo) agradecería su comprensión por anticipado T.T estudio ingeniería, así que me exprimirán el cerebro un semestre más TwT, piedad, no os enojéis conmigo u.u

Bueno, les dejo imágenes MISHA - ZOSAN (+18 ADVERTENCIA!!!) - LAWLU - ACESABO (están escaseando estas pics T-T) - DOFFYCROC (también escasean xD)

Me voy retirando ya que los horarios de los cursos han sido publicados xD y aun no armo mi horario DX asi que debo hacerlo hahaha <3

 

¡Recuerden que en el próximo habrá un salto temporal!

 

Sanji: Cuidense hermosas mellorines

Shanks: Y caballeros que lean por supuesto

Mihawk y Zoro: ¡A quién despiden! *celosos* D:<

Shanks y Sanji: Par de celosos compulsivos ¬_¬

 

Tengan un buen fin de semana! Y si tuvieran algún comentario, duda, sugerencia, crítica, saludito, reclamo xD, grito, carita que deseéis dejarme, los recibiré y responderé con gusto c:

Cuidense mucho ¿capishi?

Nos vemos! <3

 

 

Pdta: Si habéis quedado disconforme con el AceSabo, hablen ahora o callen para siempre XD jajaja bueno, poner esta nota fue una sugerencia de un amigo, aún hay time :v pero solo sería ambos estuvieran en cinta uwú

 

Jueves 9 marzo 2017


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