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SÍ, SOMOS PADRES por The_dark_Duchess

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Notas del capitulo:

Buenos días a todos/as

Sé que muchos desearán matarme por no cumplir con la fecha prometida, aun así, no voy a desvivirme narrando mi vida estos meses porque sonaría más a una pleonastra excusa con la que no quiero incomodarlos/as.

Sólo quisiera disculparme encarecidamente y pedir que por favor me perdonéis la ausencia. Al menos los que aún siguen la historia, porque, lógicamente, la terminaré, de eso no hay duda c:

Y también agradecer a esas buenas personitas que me dejaron un review la vez pasada, siéndoles sincera, me leí todos hace un par de días para estar motivada a seguir, hahaha la realización de este episodio se los debo a vosotros también.

 

 

Al capítulo:

Como en el anterior, en este también hay una pareja invitada, la vez pasada fueron Shunsui y Jushiro de Bleach… esta vez son mis amados Sherlock y John, porque, no encontraba pareja mejor para el papel que quería, así que los incluí.

El Johnlock es, una pairing que lleva existiendo cerca de 130 años, así que son una leyenda en el mundo del slash, era el material de shipeo de las amantes BL del siglo XVIII – XIX (aunque en los 70’s nació el Spirk que también es una leyenda y los amo xD).

Un par de fotos de la pareja invitada:

 JOHNLOCK 1  (Oh Dios, lloré con esta parte TuT, esa bebé tiene dos padres maravillosos) y otra por aquí JOHNLOCK 2

Sin más preámbulos, aquellos que aún siguen por aquí, muchas gracias y os dejo leer.

Capítulo  14:

Llegadas cantadas

 

******.******

 

Smoker llegó al hospital en tiempo récord, se había pasado dos luces rojas y por poco atropella un par de policías; él también iba a ser padre y tenía a su chica en espera, no podía tolerar hacerse a la idea de perder a su bebé, y aunque por la pareja de Shanks, él no sintiese ni la más mínima pizca de simpatía, no le deseaba ese terrible dolor a nadie.

Los minutos pasaban y lo único que le habían dicho era que esperase fuera, como siempre, Smoker sabía que Hina lo estaba esperando, sin embargo, no podía dejar al pelirrojo a cargo de nadie. Así que sin pensarlo dos veces, incurrió a una de sus prácticas poco aprobadas por parte de muchas de sus ex parejas: revisar el teléfono, en este caso, el teléfono de Shanks.

 

****.****.****

 

Mihawk entró escandalosamente al hospital, por poco e irrumpe en la sala de emergencias dando un portazo sonoro, lo que de seguro le hubiera causado la expulsión. Sus dorados ojos examinaron la sala con cautela antes de torcer la mueca a disgusto cuando divisó a Smoker sentado, mirando fijamente a la nada. No hay que ser genios para deducir que el interior del azabache se abarrotó de una molesta furia, muy parecida a los celos, sin embargo, ese hombre de cabello plateado había ayudado, oportunamente, a Shanks; aunque no lo quiera admitir, se sentía un poco agradecido.

Pregunto a algunas enfermeras acerca del estado del pelirrojo, afortunadamente no pasaba de un maldito susto, es decir, la caída claro que había comprometido la seguridad del futuro Dracule, sin embargo, el pequeño aún vivía, claro, ahora debía tomarse con más cautela todo el proceso.

 

-          Dejar que tu pareja en espera se haga cargo de las compras, solo, es un acto de completa imprudencia – farfulló Smoker, cuando Mihawk se sentó un par de sillas lejos

-          No le he pedido su opinión

-          No he pedido permiso para darla

 

Ambos se retaron con la mirada, por mucho que le pese, el pelo plata tenía la maldita razón, pero no tenía que recordarle lo obvio.

 

-          Enmendaremos nuestros errores, en privado, si no es molestia

-          Al menos tiene la intención de arreglarlo

 

Mihawk quiso irse, pero no podía, esperaría a que Shanks saliera.

 

-          ¿Qué relación tienes con Shanks? – inquirió, escupiendo las palabras

-          En la actualidad ninguna, estoy casado y espero mi primer hijo con mucho entusiasmo

-          Disculpe, no formulé bien la pregunta entonces… ¿Cómo, cuándo y dónde se conocieron?

 

Una carcajada hizo eco por la sala fría del hospital, Smoker se regodeaba con lo dócil del azabache.

 

-          No responderé eso explícitamente, pero… Si le sirve de algo, solo le diré que… Lo conocí lo suficiente como para tener la necesidad de pedirle matrimonio

-          ¿Disculpe?

 

La mirada inquisitiva del pelo plata respondió lo último.

 

-          El desenlace de eso, no es una experiencia grata de contar

-          ¿Le pediste matrimonio a mi Shanks?

-          ¿Por qué te sorprende?

 

De hecho, recién se había plantado la semilla de la duda en el complejo cúmulo de ideas que gobernaba la mente de Mihawk. Lo que cosechó, ipso facto, una intrigante analogía.

Smoker y Shanks no compartían nada, tal vez, pensó con mucho desagrado, un tiempo de “citas”… y le había pedido el matrimonio. En cambio, entre él y Shanks tenían una hija de once años, ¡una hija ya algo crecida! Y encima, pronto llegaba su segundo hijo… iban a mudarse a su mansión, a vivir como una familia y… Y no se le había cruzado por la mente la palabra “matrimonio”.

Algunos años atrás había pensado en ello, pero ahora, vivía tan ensimismado en su mundo de negocios y el asunto de la paternidad que, daba por sentado que Shanks y él se pertenecían mutuamente, sin necesidad de… Alguna ceremonia extra, esas eran ilusiones de jóvenes y prematuras relaciones, quizá. Shanks tampoco había insinuado nada al respecto, pero Mihawk no podía dejar de pensar en el asunto.

 

-          Por cierto, sé que no me incumbe, pero… Deberían conversar la ligera debilidad por el alcohol que Shanks aún no ha podido erradicar

-          Qué...

-          Sugiero, que le preguntes cuál fue la causa de su accidente

 

El oji miel asintió con un seco gesto y no quiso darle más vueltas al asunto, aunque había quedado perturbado con lo último. Smoker se fue luego de ello, ahora el pelirrojo estaba acompañado.

 

 

Shanks salió un prolongado tiempo después, un poco pálido y notablemente cansado. El doctor le dio las indicaciones correspondientes a Mihawk y, en silencio, salieron del hospital. El mayor dirigía la caminata un par de pasos delante, mientras era seguido de cerca por un peculiarmente callado Shanks. El silencio no fue interrumpido hasta que ambos estuvieron dentro del auto.

Mihawk estaba molesto con Shanks, tal vez en otras circunstancias estaría regañándole o algo parecido, pero tenía a su pareja en espera, y eso evitaba que el azabache descargara toda su frustración con él.

 

-          Solo… Una cosa, Shanks

-          Dilo, Mihawk, estás en tu derecho

-          Dime que no bebiste nada, y que tu caída no fue otra cosa más que un infortunio del destino

 

El silencio del pelirrojo le dijo mucho, los ojos dorados del mayor miraron al frente antes de hablar y arrancar el vehículo.

 

-          Debí suponerlo

-          Mihawk, yo…

-          ¿No te das cuenta que eso fue muy irresponsable de tu parte? ¡Tu cuerpo está en exceso delicado, asimila cualquier cosa que ingieras!

-          Tienes razón, pero… Me conociste y sabes que yo antes solía darme mis gustos

-          Tú mismo lo dijiste, tiempo pasado, ahora… Shanks, por favor, eres un adulto, las costumbres del pasado deben ser olvidadas

-          ¡Lo lamento! ¿Ok? Sí, fue una pésima idea, no sabes lo culpable que me siento – se acarició donde yacía lo que minutos antes creía en peligro – no volverá a pasar

-          Cómo puedo estar seguro de eso

-          ¿No confías en mí?

-          ¿Cómo hacerlo? Si hasta fue tu ex futuro esposo quien te llevó al hospital, lo que significa que se vieron

 

Shanks ahora miraba un poco sorprendido a Mihawk.

 

-          Cómo es que…

-          Oh Shanks, créeme, no debes ocultarle nada a tu pareja

-          Pero si no te he ocultado… Nada

-          ¿Sueles encontrarte con ese hombre?

-          ¿¡Qué!? ¡No! Coincidimos en el supermercado

-          Supongo que esperas que te crea eso

-          ¿Es enserio? Mihawk ¿Crees que necesitaría de otra persona? Por favor, no, no quiero otra escena de celos, es absurdo y, sobre todo, estresante, entiendo que dudes con respecto al trago, pero con lo demás no viene al caso siquiera

-          Si tú lo dices…

 

No dijeron más después de ello, se dedicaron a mirar al frente. Cuando llegaron a casa, Sellawk se abrazó a Shanks, había estado angustiada desde que su azabache padre salió del departamento para recoger a Shanks en el hospital.

 

 

 

***.***.***

 

Dada la tensión entre sus progenitores, Sellawk exigió que el domingo más próximo salieran al parque de diversiones. Ninguno de los dos manifestó objeción, así que ahí estaban los cuatro, frente a la boletería sin decidirse qué juego convenía primero.

La menor pidió los “carritos chocones”  en vista que el pelirrojo no podía subirse, fueron Mihawk y Sellawk. A pesar de que la pareja estaba distanciada, Shanks tomó varias fotografías de ambos durante su turno. El azabache estaba arisco a subirse al principio, y aún durante la primera oleada, pero cuando fueron “atacados”, no se contuvo y parecía tan o más agresivo que su hija.

Entre risas por parte de los pelirrojos, una vez acabó el juego se encaminaron a la sala de tiros y entre los tres se turnaron, para sorpresa de Sellawk y Mihawk, quien ganó la ronda fue Shanks, quien no quiso explicar de dónde demonios había aprendido a disparar con tanta precisión.

Continuando con el recorrido, los de ojos dorados se subieron al “Mega Dragón”, una especie de paseador donde se daba la vuelta completa a una ruleta vertical a una velocidad “vomitable”.

Mihawk salió de ese juego con dolor de cabeza, lamentable porque no tuvo tiempo de recuperarse, Sellawk escogió la noria como objetivo, sometiendo a sus padres a un estado de incomodidad ligero ya que, exigió que ellos fueran juntos en una cabina. La chica se juntó con otra adolescente para subir, sin embargo, un cambio de último minuto la hizo perder a su compañera y entrar a la cabina con un joven de su edad o tal vez un par de años más.

Cuando Mihawk cayó en cuenta de ello, quiso bajarse de la cabina.

 

-          Mihawk ¿Qué haces?

-          No voy a dejar que nuestra hija pasee ni una sola vuelta con un chiquillo desconocido

-          Son niños, sólo han subido a una cabina y la vigilaremos cuando salgan, asunto solucionado

-          Shanks, no puedo creer que…

-          No me agrada mucho la idea, pero la conozco, no quieres verla enojada por avergonzarla con una sobreprotección paternal

 

El mayor chasqueó por la evidente falta de simpatía por su hija, el pelirrojo la conocía mejor, una idea redundante porque la había criado desde que vio la luz del mundo.

Una vez que la noria empezó a rodar, ambos permanecieron en silencio, Mihawk de brazos cruzados mientras golpeteaba su dedo índice con su codo y Shanks apoyaba sus manos en el asiento. Ambos frente a frente, ignorándose con la carcunda excusa de mirar afuera por la ventana de la cabina.

La circunstancia, incluso para el de pocas palabras, Mihawk, estaba excesivamente incómoda. Desde hacía un par de días que no se hablaban más que apenas lo necesario y en este caso, Shanks parecía firme con su orgullo, cosa extraña cuando de estos asuntos se trataba. Y ya sin mucha paciencia, el azabache decidió hablar.

 

-          Shanks

-          ¿Dime?

-          Acabemos con esta situación

-          ¿Qué situación?

-          Esta, la tensión es tan filosa que podríamos cortarnos

-          Ah… ¿Y qué sugieres?

-          Shanks, deja esa actitud

-          Mihawk, a veces no sé qué decir cuando estamos discutiendo “armoniosamente”, dime tú cómo discutir

-          Lo que busco es que no discutamos

-          ¿Y cuál fue el motivo de todo esto?

-          En incidente en el hospital, Shanks

-          Ah – se miró las manos – ambos sabemos perfectamente que fue todo mi culpa, aunque creo que no debiste recordármelo durante los días siguientes

-          Estaba… Muy enfadado

-          Y estabas en todo tu derecho, pero… Creo que no es del todo conveniente que se lo recuerdes a tu pareja a cada rato

-          Lo lamento

 

Shanks iba a seguir hablando pero la disculpa del azabache lo dejó un poco impresionado.

 

-          Mihawk… Creo que escuché…

-          Shanks, estoy disculpándome

-          Bueno, yo también te debo una disculpa, por ser tan… Irresponsable

 

Ambos se quedaron viendo por escasos segundos, que significaron la eternidad para ambos, hasta que al fin se abrazaron y dieron un efímero pero dulce beso. Tal vez, Sellawk había logrado su objetivo, reconciliar a sus padres.

 

-          Shanks… Yo… Quisiera saber…

-          Dahahaha no te pongas tan nervioso, Mihawk

-          Tú y Smoker… ¿iban a casarse?

-          Oh… Tenemos un pasado extraño pero… Yo era muy joven aún, era padre soltero antes de mis treinta y… Quizá le tuve miedo a cosas de compromiso más serio, no estuvimos comprometidos si es lo que deseas saber

-          Ya veo

 

El azabache mantuvo la mirada baja por un momento.

 

-          ¿Sucede algo Mihawk? – inquirió Shanks algo preocupado – no me digas que eso te preocupa – sonrió – no hay de qué preocuparse, ahora sólo somos conocidos, los adultos superan sus rupturas…

-          Sí pero el asunto es que él te propuso matrimonio

-          ¿Y? No acepté, asuntó terminado

-          Pero él te lo propuso

-          Sigo sin entender…

-          Él te lo propuso y yo no, ese es el caso

-          ¿Ah?  No veo el inconveniente

-          ¿No has pensado en nosotros como un matrimonio?

 

El menos contuvo la respiración por un momento. No era que no “quisiera” casarse con Mihawk, pero las cosas habían sido tan rápidas que no lo había analizado.

 

-          Hummm… He pensado en nosotros como una familia, pero una ceremonia extra para enraizar…

 

La mirada desconcertante del mayor lo alertó.

 

-          ¡Es decir! Estoy preocupado por la llegada del bebé, un matrimonio no es mi prioridad ahora, no es que no quiera

-          Lo entiendo Shanks, pero…

-          No son cosas por las que deberías angustiarte, descuida

-          Cásate conmigo

 

Shanks creyó haber oído mal.

 

-          ¿Y lo dices así de improviso?

-          ¿Quieres casarte?

-          ¡Sí! Pero… Pero…

-          Es a largo plazo, Shanks, cuando nuestro futuro bebé ya esté dando sus pasos, pare planearlo con más detenimiento, pero quiero estar seguro de que…

-          ¡Obvio que me caso contigo! ¡Hay que decírselo a Sellawk!

-          No, aún no, las mujeres se desesperan más rápido que los hombres

-          Ok dahaha

 

Si no fuera por el bulto en su vientre; el pelirrojo hubiera saltado de la emoción. Más se contuvo y sólo lo besó efusivamente.

Al salir de la noria, tomados de la mano, Sellawk supo que había logrado su objetivo, más ahora estaba concentrada en el nuevo amigo que había hecho, Mark, un jovencito mayor por un año de cabellos rubios y cara de niño. Había encontrado su mini Justin Bieber.

Mihawk tuvo que tragarse su ira cuando fueron juntos al pump it para bailar y bailar, al tiempo que atraían la atención de muchos.

 

-          Ya Mihawk, déjalos divertirse – Shanks le palmeó el hombro suavemente

-          No, Shanks, no es normal que conozcas a alguien y en menos de media hora ya te lleves tan bien, ese mocoso me da mala espina

-          De hecho, mi querido, eso es justamente lo que todo el mundo hace, hace amigos, que sean del sexo opuesto no garantiza nada

-          Hubiera estado más tranquilo si hubiera sido una chica, nunca debimos dejarla subir a la cabina con ese niño

-          Como os dije, del mismo sexo o no, no te garantiza nada

 

El azabache miró con reproche al pelirrojo y tuvieron que continuar el resto del paseo con el jovencito Mark de compañía hasta cierto punto, ya que él también debía ir con su familia. Sellawk no dejaba la sonrisa de lado y hasta dio tres vueltas en el aire mientras caminaba. Shanks estaba divertido y Mihawk con el ceño fruncido.

 

 

 

***.***.***

 

Era una de las típicas sesiones para padres primerizos, solo que esta vez, entrarían a un campo más práctico. Cada pareja tenía un bebé artificial a su cargo.

 

-          Marimo coge un bebé más – ordenó Sanji mientras cargaba con el muñequito

-          ¿Por qué un bebé más? Aquí no se nos va a malograr el muñeco, de eso se trata

-          Conociéndote, vamos a necesitar una docena, sería un milagro que nuestro hijo sobreviva hasta el año

 

El rubio tragó saliva al ver a su peli verde pareja ir por uno más a regañadientes; él mismo se preguntaba cuándo le diría a Zoro lo de los gemelos, porque el tiempo pasaba volando.

Shanks cogía al muñequito como si realmente fuera un juguete, lo paseaba de aquí para allá con una sonrisa.

 

-          Shanks, eso no debería ser legalmente posible

-          ¿Qué cosa?

-          Si ese muñeco fuera Amadeus, definitivamente estaría muerto

-          ¡Eres un exagerado!

-          No, según el manual – revisó un librito de bolsillo – pasearlo en ese tipo de ángulos podría causarle al bebé un…

-          Ok, entendí – Shanks le quitó el librito y en su lugar hizo que Mihawk cogiera el muñeco – tenlo tú, padre talentoso, estaba jugando un poco, porque como sabemos, ya he estado al cuidado de una bebé antes

-          ¿Entonces para qué venimos a estos cursos? – inquirió Mihawk

-          Para que no mates a nuestro hijo cuando debas quedarte a cargo de él

 

Luffy sonreía mientras escogía los colores de la ropa para el muñeco, Law estaba como repelido por esa acumulación de plástico con forma humanoide.

 

-          Luffy, esta es una pésima idea

-          ¿Cuál?

-          Este curso, podemos aprender de cursos online de una manera más rápida

-          Torao, tenemos que conocer más papás primerizos, es parte del desarrollo

-          Por lo que veo, entre los papás primerizos también está tu ex – farfulló mirando con desconfianza hacia Sabo

-          ¡Coincidencia!

-          Si claro

-          Shishishishishi eres un celoso empedernido

-          ¿Algún problema con eso?

-          Mientras no intentes matar a alguien, creo que está bien shishishi

 

El par de azabaches intentó darse un beso pero el muñeco empezó a chillar.

 

-          ¿Qué le sucede a este plástico?

-          Creo que presionamos el botón de llanto sin darnos cuenta

 

Un caso diferente eran Ace y Sabo, que miraban curiosos los implementos.

 

-          Este es el biberón, según el manual, debería… ¿¡Qué haces, Ace!?

-          Mira, pestañea cuando le presionas la barriga jajaja

-          No hagas eso, no vas a presionarle la barriga a nuestro bebé

-          Pero este no está vivo

-          ¡Debemos simular que lo está!

 

El azabache puso de cabeza al muñeco y empezó a sacudirlo.

 

-          ¿¡Pero qué diantres crees que haces!?

-          ¿Crees que vomite caramelo o plástico si lo sostengo así?

 

Sabo falló al intentar quitárselo, como resultado, el muñeco cayó al suelo, sin cabeza.

 

-          ¡Ace! ¡Busca la cabeza! – Sabo se sobaba las sienes de la sola vergüenza

-          ¡Ok! ¡Hey, esa cabeza de bebé es nuestra! ¿Podrías patearla hasta aquí por favor? – Ace miraba hacia una de las mesitas, donde había rodado la cabeza

 

Law se dio cuenta que la dichosa cabeza había besado sus pies; chasqueó los dientes con desagrado y la recogió. Miró con malicia hacia sus cuñados a una distancia prudente y se las lanzó como si fuera un pitcher dentro de un campo de béisbol.

 

-          ¡Señor Trafalgar! – llamó Viví, asombrada - ¿Qué fue eso?

-          Nada, señorita Nefertari, sólo estaba… Devolviendo a mis amigos, la cabeza de su… Bebé – curvó sus labios con una malicia pretensiosa, provocando una risa general por parte de todas las demás parejas

-          ¡Cielo santo! – la peli celeste caminó hacia el par involucrado – pónganle la cabeza al muñeco y… Comencemos la clase – dijo lo último en voz alta para que todos tomaran atención

 

Luffy pellizcó a Law por debajo de su mesita.

 

-          No tenías que dejarlos en vergüenza general

-          Apostaría que te divirtió

 

Luffy curvó sus labios con ternura y no dijo más.

 

-          Muy bien, parejas, todos van a arropar a su bebé, con cuidado, sobre todo con los dedos de las manos y pies, su nariz…

 

De todas las parejas, habían dos que vislumbraban con su talento. Pero la diferencia era que una de ellas tenía un miembro con experiencia: Shanks; la otra era una pareja de novatos (llevaban un mes apenas) por lo que causaban fascinación en la instructora. Algunas mamás se agruparon alrededor de Shanks y Mihawk para verlos trabajar en equipo, atraídas por la elegancia del segundo y el entusiasmo del primero, observaban maravilladas.

Sanji no estaba del todo conforme con el hecho de que Shanks y su pareja obtuvieran la atención de tantas mujeres a la vez, empezó a desesperarse.

 

-          Y dices que yo soy el que va a matar a nuestro bebé – Zoro farfulló con sorna, al ver los torpes movimientos del rubio por intentar hacerlo mejor

-          Guarda más silencio, marimo, estoy tratando de vestir al bebé con cuidado, haz lo mismo

-          Pero si tú ya lo arropas, se supone que nos debemos apoyar, ya que será sólo uno

 

El rubio carraspeó un poco nervioso.

 

-          Ahá, pero… Deberíamos practicar a la vez, así ambos aprendemos juntos

-          Así pareciera como si fuésemos a tener dos de una sola jajaja qué locura

 

Viví perdía la paciencia con Ace y Sabo.

 

-          Chicos, a ver, no es posible que hayan asesinado al bebé tres veces seguidas. ¡Sólo cambiando el enterizo!

-          Seguro estos muñecos son chinos – susurró Ace, por lo que recibió un codazo

-          Lo lamentamos mucho instructora, esperamos que no pase una vez más

-          Tengo que ir a monitorear más parejas… Pero… Por la seguridad de ese muñeco – la dama señaló el bebé de plástico que tantas veces tuvo que reparar – podrían pedirle ayuda a una de las parejas que ya dominan el proceso

-          Nosotros no necesitamos…

-          ¡Sería de gran ayuda! – se apresuró en afirmar Sabo, harto de fallar en varios intentos, antes de que el orgullo de Ace hablara

 

Lo de la paternidad no era un juego y a la vez, no parecía ser un talento innato en ellos.

 

-          Perfecto – afirmó Viví, aliviada – bueno… - carraspeó un poco – pareja Watson-Holmes ¿podrían ayudar un poco por aquí por favor?

-          ¿Y esos quiénes son? – musitó Ace en voz baja, hablándole a Sabo

-          ¿No los conoces? El detective y el doctor; tienen un blog bastante interesante

-          Ya, pero… Aquí me refiero… Si dominan el proceso quiere decir que son antiguos, y no veo que ninguno tenga una panza abultada – Ace analizaba al par que se acercaba

-          Llevan un mes aquí, supongo que… Quien sea que lleve el bebé… No debe tener ni tres meses de gestación

-          ¿Un mes? ¡Nosotros casi ese mismo tiempo!

-          No seas envidioso, Ace

 

Viví se aclaró la voz, irguiéndose un poco intimidada por el par, en realidad sólo por el más alto de la pareja que se acercaba, Sherlock Holmes, que emanaba un aura apodíctica, este era esbelto, delgado, ojos azul verdoso y cabellos ondulados y oscuros, pareciera que sabía tus más vergonzosos secretos y los fuera a decir en cualquier momento, aunque muchas veces lo hacía; el otro, John Watson, era más bajo, ojos avellana y cabellos rubios cenizos, este tenía un aura más amigable y normal, aunque no se dejen engañar, había sido médico militar y capitán en el ejército.

 

-          Holmes-Watson – Aclaró el más alto

-          ¿Disculpe? – susurró Viví

-          Que no es Watson-Holmes, sino Holmes-Watson

-          ¿Enserio, Sherlock? ¿Importa el orden en el que mencionen nuestros apellidos? – reclamó John

-          Para la mayoría de personas corrientes, el orden les ayudaría a identificar al más brillante de nosotros, piensa en los individuos de esta clase, John, sabrán a quién consultar primero, lo que les ahorraría la energía que implica hablar de más

-          Oh, no te creas que eres el único de los dos que…

-          ¡Ambos son brillantes! – exclamó Viví, nerviosa – ahora, por favor… ¿Ayudarían a la pareja… Portgas con este procedimiento?

 

Sherlock alzó una ceja mirando a Sabo, este estaba fascinado, al ser él también un investigador, sentía una gran admiración hacia el mejor del mundo en su clase, de hecho, lo tenía en frente; como un fanático que se encuentra con su ídolo.

 

-          Soy un gran admirador suyo, señor Holmes – Sabo le estrechó la mano, entusiasmado, lo que elevó el ego del más alto

-          ¿Por qué no mencionan tu apellido también? El simple hecho de que tú seas el que lleva al nonato no te quita dominio

-          Ugh… Bueno… Supongo que tiene razón y… ¿Cómo supo que yo no era el de apellido Portgas?... No recuerdo mencionarlo…

 

Law estaba exasperado, observando con terror las coloridas ropas del bebé.

 

-          Luffy-ya, cuando nazca nuestro bebé, yo me encargaré de conjugar los conjuntos

-          Shishishi ¿Por qué? ¡El bebé se ve genial!

-          No, parece un mini payaso

-          Los payasos son divertidos

-          Son aterradores

 

El par de azabaches se miró por un rato, estuvieron a punto de besarse hasta que Viví cambió de actividad. Era hora de medir la temperatura del agua de baño. Los materiales fueron alcanzados por un par de asistentes que parecían adorar a Viví.

 

-          ¡No lo sumerjas aún! – reclamó Sanji, asustado – ¡El agua está hirviendo!

-          Pensé que ya nos la daban a temperatura

-          Entonces no se llamaría “aprender a medir la temperatura”

 

Era cierto, el agua de las tinas estaba hirviendo; probablemente a 100 grados. Las indicaciones de Viví fueron claras, con el termómetro, deberían poder llegar entre los 34 a 36 grados, usando también el instinto paternal que la mayoría de parejas al parecer carecía.

 

-          Entonces ¿soplo? – inquirió Zoro empezando a soplar el agua

-          Sí, pero hay que medir de rato en rato – susurró Sanji

 

Lamentablemente, uno de los bebés se le resbaló a Sanji, y no hay que ser científico para saber cómo reacciona el plástico ante el calor.

 

-          ¡Marimo! ¡Sálvalo! – gritó horrorizado Sanji

-          Genial, cejillas, oficialmente acabas de cocinar al bebé – farfulló Zoro al ver el blando plástico rosáceo

-          No fue mi intención lo juro – suplicó un poco asustado

-          Oye, tranquilo – susurró Zoro – no es tan…

 

En su intento por tranquilizar al rubio, Zoro quiso abrazarlo, descuidando al bebé en sus manos y sufrió el mismo destino.

 

-          Zoro, somos malos padres, hemos matado a nuestros bebés

-          Al oficial y al de repuesto – corrigió el peli verde

 

Por su lado, Mihawk tenía complicaciones con el suyo.

 

-          Shanks, no creo que…

-          Está bien Mihawk, sólo sumérgelo con cuidado

 

El pelirrojo rió divertido al ver a su pareja temblar cuando se animó a “sumergir” al muñeco. Inclusive tomó una gran bocanada de aire para concentrarse.

 

-          Si… Cuando tenga al de verdad algo sale mal y…

-          Hey, estaremos juntos, serás mejor papá de lo que fuiste con Sellawk

-          Eso no me hace gracia

-          Dhahahaha lo siento

-          Veo que les va bien – se acercó Viví con su folio

-          Tengo algo de experiencia con bebés

-          Es una ventaja, parece no ser lo mismo con el señor Dracule – afirmó mirando al azabache

-          Es una larga historia – Shanks carraspeó un tanto nervioso

-          Sigan así – sonrió Viví poco antes de cambiar de actividad

-          Tú bañarás al bebé cuando nos toque hacerlo – ordenó el de mirada de oro

-          ¿Eh? De eso nada Mihi, lo dices por el miedo, nada va a pasar…

-          Esto no es lo mío

-          ¿Qué cosa?

-          Todo esto

-          ¿La paternidad?

-          Probablemente

-          Pues, cariño, debiste pensarlo antes de regar el agujero equivocado

-          Shanks, no digas esas cosas en estos lugares

-          No he dicho nada que no sea cierto

 

Mihawk rodó los ojos.

 

-          No me arrepiento de haber “regado” tu agujero

 

Shanks le dio un codazo, sonrojado.

 

-          No lo digas así…

-          Ya vez que es vergonzoso…

 

Sabo y Ace parecían haberse reivindicado con la actividad de la bañera. Por lo que estaban trabajando solos.

 

-          Esto, definitivamente, es lo nuestro

-          ¿Bañar a un bebé?

-          Por supuesto, no se nos ha “muerto” y ya vamos a terminar. Viví no ha venido a regañarnos

-          Lástima que otros no corran nuestra misma suerte

 

Ambos miraron a la pareja Roronoa-Vinsmoke y se hecharon un par de risas libres de cualquier mal intención, mera amigable diversión. La pareja Portgas-Goa al fin estaba satisfecha con al menos una de las tantas actividades que llevaban haciendo desde hacía unas cuantas semanas.

 

-          Sabo…

-          Dime

-          ¿Crees que lo haga bien?

-          ¿El qué?

-          Esto

 

El rubio sonrió tiernamente.

 

-          ¿Porqué lo harías mal?

-          Creo que durante este proceso no he hecho una labor muy admirable

-          Nadie te enseña a ser padre, Ace, estos son solo unos tips para no “morir” en el intento

-          Bueno, entonces yo soy el encargado de bañar al bebé

-          ¿Y eso porqué?

-          Creo que es lo único en lo que ambos saldríamos vivos

 

Ambos rieron.

Todo iba bien, lamentablemente, la última actividad de la sesión tenía que llegar, y lo hizo: pañales de bebés; que por más burdo que parezca, habían parejas con una gran capacidad de torpeza para ello.

 

-          No Mihawk, lo estás poniendo al revés

-          Esto no tiene dibujos de indicación

-          Ni tampoco viene con un manual, es sentido común... ¿Qué te dice tu instinto paternal?

-          Que debo aprender a cambiar de manera rápida a mi hijo o empezará a oler muy mal

 

Shanks le dio un leve empujón a modo de reprimenda.

 

-          No tendrás “asco” de tu hijo, ya verás, ni de sus desechos naturales

-          ¿Tan fuerte es el vínculo padre-hijo?

-          En la mayoría de casos, sí

-          No habrá sido fácil

-          ¿El qué?

-          Criar a Sellawk, solo

-          Uh… Bueno, tuve ayuda los primeros meses y… Ya sabes, pero… Fue una experiencia gratificante, aún lo es y lo será, seremos padres hasta que muramos

-          Lo haces ver trágico

-          Romántico diría yo dahahaha

 

El azabache tuvo todas las intenciones de besar al pelirrojo al tomarlo de las caderas y apegarlo suavemente, pero sus planes fueron interrumpidos por las miradas indiscretas de algunas mamás que los oteaban intentando ser disimuladas.

 

-          Yo creo que esas mamás son amantes del Boy Love

-          Yo más bien diría entrometidas chismosas

 

En el otro lado de la sala, Luffy miraba curiosamente a su pareja que había optado por tomar un par de pinzas y un clip de cabello para realizar la tediosa tarea.

 

-          Torao, no hay popó de verdad aquí

-          Lo sé, pero debemos practicar como lo vamos a hacer en realidad

-          Shishishi lo estás haciendo mal

-          ¿Desde cuándo eres experto cambiando pañales?

-          No lo soy, pero estuve observando a Shanks hace un rato

-          Oh… Nosotros lo haremos mejor

 

El menor tomó el talco y polvoreó al muñeco con “delicadeza”.

 

-          Luffy-ya, el muñeco parece una empanada

-          Olerá muy bien, es lo positivo

 

Law rodó los ojos y empezó a sacudir al bebé.

 

-          ¡Vas a matarlo!

-          No está vivo, no se puede matar lo que no tiene vida

-          Pero debes imaginar que lo está

-          Luffy-ya, esto es como un juego, todas las equivocaciones se cometen aquí

-          Pero lo tuyo es intencional – reclamó con un puchero

-          Oh… Señor Trafalgar, si va a quitarle el extra de talco a su hijo, debo decirle que esta no es la manera – afirmó Viví, cruzada de brazos y mirando a la pareja

-          Lo que me faltaba – espetó Law en voz baja

 

Por su parte, Zoro parecía haber entendido el concepto de cambiar pañales, pues aunque no lo hizo a la perfección, el resultado que obtuvo fue aceptable.

 

-          Ash… Hump, Zoro… ¿Podrías ir por más talco y pañales?... La banda elástica de este vino fallida

-          Hey, no te precipites, no es una carrera

-          No puedo demorarme media hora cambiando un par de pañales

-          Solo uno, Sanji, últimamente duplicas todo

-          Hahaha… El estrés… supongo

-          Iré a por los materiales extra

 

Ese día, Sanji sentía que sus manos estaban torpes, cosa rara, ya que él como cocinero y un hombre de movimientos elegantes, tenía manos hábiles y suaves. Tragó saliva antes de soltar aire un tanto estresado, mirando ambos muñecos, tiesos y con esa expresión vacía; sabía que si no lograba algo en esa práctica; cuando tenga a sus bebés de verdad, sería más que un reto.

 

-          No deberías tirar del elástico con tanta fuerza, por eso se aflojan

 

Sanji se viró un poco al darse cuenta que un hombre más alto se había acercado, el mismo que ayudaba a Sabo hace un rato.

 

-          Oh, pero…

-          Debes calcular la fuerza cuando veas los abdómenes de tus bebés, una mini regla te ayudaría bastante – afirmó con seguridad

-          Disculpe… ¿Qué?

 

El novato más brillante de la clase, Sherlock, miró directamente a Sanji, con una estoica expresión que el rubio no supo definir entre lo divertido y lo sarcástico.

 

-          Ocultar a tu pareja la naturaleza dual de tu gestación es una apuesta con pocas probabilidades de buen desenlace – lo miró de arriba abajo – la verdad dará luz en poco tiempo

-          ¿Co… Cómo es que…? ¿Quién se lo dijo? – en ese momento, Sanji solo podía pensar en Robin, aunque el chisme no era un rasgo que la azabache disfrutara

-          Debo admitir que me ofende su sospecha de poder basar mi afirmación bajo la nula seguridad de la vulgar incertidumbre de un rumor

-          No le encuentro sentido de otro modo sino

-          Tu postura y la forma de tu columna dan un aproximado de seis u siete meses, pero tu vientre tiene claramente tamaño extra para esta etapa, inclusive es simple ver la curvatura peculiar que tiene; la forma en que te paras, te cansas muy rápido en comparación a otros con ciclos más avanzados y por último, hay que ser muy poco detallista para no darse cuenta que tu afán de duplicar todo e instar a tu pareja a practicar doble con la nimia excusa de los repuestos, tiene, sin dudas, intenciones ocultas. Elemental, simplemente, gestas gemelos o mellizos.

 

Lo dijo tan rápido que Sanji se le quedó viendo un rato, aquel azabache de rulos parecía orgulloso de acertar, como siempre.

 

-          Simple observación y deducción, no tienes que aplaudir

-          Eres demasiado extraño – farfulló Sanji entre lo avergonzado y asustado

-          Oh, pudo habérsele ocurrido un insulto mejor, ya estoy acostumbrado a esa frase

 

Sanji se miró el vientre, qué locura, si ese chico lo había descubierto de manera tan simple, al menos así parecía, de seguro otros lo habrían notado ya.

 

-          No, no, nadie más tiene la mínima idea – se apresuró a decir el genio – parece que incluso la instructora es… muy común – dijo lo último con molestia

 

El rubio ni se preocupó por preguntar cómo rayos sabía que estaba pensando en si otros lo sabían. Aunque tuvo algo claro que decir:

 

-          Bueno, no quiero ser descortés pero, no es…

-          “No es mi asunto”; sí, sí, es cierto, pero antes de que gastes saliva en vano, lo explicaré. Recientes estudios psicológicos de la universidad de Cambridge han revelado que…

-          Sherlock, ¿Otra vez espantando otro padre? – se acercó un rubio cenizo algo más bajo que Sanji

-          John, acabas de interrumpir mi…

-          Lo lamento mucho, y discúlpelo por favor – el recién llegado le extendió la mano a Sanji – mi esposo a veces dice cosas impertinentes ¿Lo ha incomodado?

-          Humm no precisamente, pero... – le respondió el saludo

-          John, no hables de mí como si mi mente fuera un peligro andante, yo sólo digo siempre la verdad

-          Pues a veces eres demasiado sincero para el bien social, Sherlock, ya van tres parejas de padres que nos miran mal por tu culpa, no tienes que pasarte deduciendo a toda la clase del taller ¡es el colmo! ¿Te das cuenta que nadie invitará a nuestro hijo a las fiestas de los suyos? No arruines la vida social de nuestro hijo que apenas tiene el tamaño de un frijol

-          Hamish no necesitará relacionarse con niños comunes, John, él aprenderá a ser brillante como yo y tal vez algunas cosas normales de tu parte

-          ¿Y que sufra bullying en la escuela? No, y por enésima vez ¡no se llamará Hamish!

 

La pareja se miró intensamente por un par de segundos, antes de que el más alto se enderezara, un poco más serio y mirando en alto, se retiró de la sala en silencio con aire de desbordante autosuficiencia.

 

-          Ahí va, ya se resintió otra vez – afirmó John con un tic en el pie

-          Su esposo es un poco difícil de tratar – le dijo Sanji, algo nervioso por la pelea marital que acababa de presenciar

 

Se preguntaba si así estarían él y Zoro, por las decisiones acerca de sus hijos. De seguro que sí, él quería que fueran al club de cocina, y el peli verde lucharía por mandarlos al club de kendo. En fin, esas cosas después seguro.

 

-          Para la mayoría sí… Pero, para mí él es… Bueno, tenemos una gran historia – sonrió con melancolía y felicidad

-          ¿Es posible convivir a pesar de las diferencias en una pareja? – inquirió Sanji

-          Por supuesto – afirmó el doctor – en todas las parejas hay diferencias que deberás aprender a tolerar o adorar – rió cómplice – el amor implica más que la atracción física, siempre va a haber problemas, y es en estos cuando te das cuenta cuán intenso es el sentimiento y tu voluntad de permanecer al lado de la persona que se dice amar. Es una aventura incierta llena de subidas y bajadas, un eterno desafío, a veces doloroso, a veces precioso

-          Usted debe querer mucho a su esposo, aún con lo… Extraño que es

-          Jajajaja él y nuestro futuro hijo son todo mi universo – le puso una mano sobre el hombro – no le digas que dije eso – susurró divertido – hablando de él, debo ir detrás, le gusta el drama a veces

-          Oh sí, vaya, un placer conocerle… Señor…

-          Doctor John Watson, espero que sus bebés nos incluyan en su fiesta de primer año

-          Vinsmoke Sanji, ah y descuide… Mis… Espere ¿qué? ¿Cómo…?

-          Soy doctor, además, vivir tantos años al lado de mi esposo me han enseñado algunas cosas, nos vemos

 

Bueno, ese matrimonio era muy peculiar, y pensar que creía que él y el peli verde eran de las parejas más curiosas que existían; Sanji meditó un poco antes de ver a Zoro trayendo unos pañales. Era increíble que apenas hayan pasado unos cuantos minutos desde que se fue. ¿Tal vez ya era hora de decírselo?

 

-          ¿Y si contratamos una niñera para el bebé? – sugirió Zoro ni bien llegó

-          ¿Qué?

-          Mi tío Mihawk piensa hacerlo cuando le toque estar a cargo, se supone que Shanks no debe saberlo, así que no se lo digas… Tal vez nosotros también…

-          ¡Ni lo sueñes!

 

“¿Quién va a querer hacerse cargo de un par de gemelos?”

 

-          Pensé que necesitaríamos ayuda

-          Sí – “Definitivamente la necesitaremos pero…” – aunque ¿no me digas que Roronoa Zoro teme a ser padre?

-          ¿Qué? No insinúes tonterías, cejillas

-          ¡Entonces asumiremos esto! Yo no tengo la culpa de tus espermas anormales – susurró lo último

-          ¿Qué dijiste?

-          ¡Nada! Marimo… Er… Voy a cambiar a los muñecos

 

Otro día más que tal vez no diría la “sorpresa”.

 

 

 

***.***.***.***

 

(Un mes después aproximadamente)

 

La tarde de ese día estaba nublada, Sanji se encontraba en la azotea de la casa de Zoro, sacar la licencia de descanso por su evidente estado no había presentado mucho problema. Lo triste era que se aburría todo el día, sumándose a ello que no podía salir de casa y se sentía pesado. Él sabía que en cualquier momento ese par de niños saldrían, de hecho, era demasiado extraño que su “parto” programado fuera en una semana todavía. ¡Era una bendita cesárea! ¿No debería asustarle?

Tal vez sí estaba asustado, pero la ansiedad y la culpa de que Zoro no sabía que eran dos lo agobiaba. Probablemente debió decírselo el mismo día que lo descubrió, así el “truco” de decir que necesitaban repuestos nunca hubiera sido necesario. Nunca debió pensar que era prudente evitarle “preocupaciones” a Zoro; ¿Cómo se le ocurrió?

Quizás esa vez en la clase de paternidad, cuando ese matrimonio lo descubrió, era la señal perfecta para hablarlo. Bueno, nunca es demasiado tarde, esa noche, cuando Zoro llegara de trabajar, se lo diría, tal vez le dará un par de ataques de sorpresa y nervios, pero tenía derecho a saberlo.

Con cuidado, fue a preparar algo para la cena, quizá onigiris, los favoritos del peli verde, así se suavizará la situación.

Y cuando iba a cortar el pescado, una punzada intensa lo molestó; Sanji casi creyó que se había cortado con el cuchillo, se revisó varias veces pero nada, intentó respirar con calma y caminó con las piernas un poco abiertas, despacio; entonces un par de punzadas más lo obligó a ceder, con cautela, se sentó en el sofá más cerca, parecía que desde adentro le estuvieran golpeando.

Malestar general, como si le hubiesen golpeado por todo el vientre.

Y lo supo, su cesárea programada se había adelantado, porque esta vez dolía como los mil demonios.

Tomó su celular del bolsillo y marcó a Zoro. Este estaba aún en la oficina, tecleando un par de aprobaciones mientras bebía café.

 

-          ¿Sanji? – contestó luego de ver el número que le llamaba

-          Zo… Zoro… Ugh

-          ¿Sucede algo? Te oyes pésimo

-          ¡Será que me duele la panza! ¡Demasiado!

-          ¿Ah?

-          ¡Necesito la cesárea ya! No lo soporto

-          ¡Está bien! No grites

-          ¡Si te pasara a ti estarías lloriqueando! ¡VEN INMEDIATAMENTE!

 

Zoro tragó saliva nervioso y salió corriendo de la oficina, a pesar del grito del supervisor, no sabía si estar en shock o emocionado o nervioso o quién demonios sabe – Emergencia de nacimiento – dijo a la secretaria de su sección y bajó escaleras abajo con digna velocidad.

Tomó su auto de la cochera y manejó como protagonista de película de acción hasta que llegó a la casa que compartía con Sanji, ni siquiera la física explicaría cómo es que esta vez no se perdió, tal vez su subconsciente estaba en alerta.

Encontró al rubio acurrucado, semi inconsciente y emitiendo penosos quejidos. Se ahorró las palabras y lo cargó con cuidado, tragó saliva al verlo tan vulnerable.

 

-          Zoro… Hay algo, algo que no te he dicho…

-          Luego Sanji, no es el momento

 

Lo subió al auto, recostándolo en el asiento de atrás y fue directo al hospital más cerca, guiado del GPS y con una capacidad de emergencia de saber cuál era su izquierda o derecha.

 

 

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Notas finales:

Creo que está de más decir que el próximo hay nacimientos :'v

Bueno, hoy no hay imágenes, debido a que mi proporcionador (?) de ellas no está activado para mi iPad. Estoy publicando desde el iPad, así que si os habéis encontrado errores, agradecería que me lo hicierais saber, para corregirlos cuando pueda usar la laptop.

Sólo como punto final, para aclarar, el Johnlock que tomo claramente, es la actualizada, donde se desenvuelven en nuestros tiempos: Sherlock de la BBC ¿La habéis visto? Pues si tenéis tiempo, yo la recomiendo bastante, encima están en internet todos los capítulos en español :’v nunca me había enamorado de un shipeo “real human” así, la química es tan intensa que me enamoraron desde el primer capítulo jajaja

Sin más que decir, me despido, agradeciendo a los que aún leen esta loquilla historia. Mi conciencia me recordaba la falta en la que estaba, y aún queda algo de historia por contar.

Espero verlos pronto.

Sé que es un atrevimiento de mi parte pedirles reviews después de la falta, aunque si alguno de vosotros decide dejar uno, lo agradeceré muchísimo y lo responderé con cariño.

Goodbye, que tengan un buen día y fin de semana.

¡Cuídense mucho!

 

 

Viernes 19 mayo 2017


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