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SÍ, SOMOS PADRES por The_dark_Duchess

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Notas del capitulo:

Buenas tardes a todos :D

Sinceramente, intenté tener este capi hace tiempo, pero hubo “distracciones” productivas (Ah sí, también me demoré cerca de muchos días buscando imágenes XD soy muy fácil de distraer DX); entre las cuales se encuentra el haber escrito un one-shot Johnlock para un reto de junio (ocupó todo mi junio D:) y de cuyas críticas constructivas he aprendido muchísimo, recién soy una bebé en pañales en esto de la redacción (no colgué ese fic en AY, aquí solo publicaré yaoi, no slash, sino me hago zafarrancho xD). Para serles franca, he cambiado mi estilo de párrafo, sin embargo, al menos en este fic seguiré fiel al estilo con el que comencé hasta el final.

¡Muchas gracias a los que se tomaron el tiempo de comentar el episodio pasado! Sois un amor, realmente, muchas gracias por seguir apoyándome. Son menos los que leen esta historia :’v pero aún si son pocos, la continuaré ;D

 

Al capi de hoy:

A ver, aquí ya tenemos presentes unos cuantos bebés heee hahaha además de algunos cambios en el estilo de vida de muchos personajes, así que si deseáis, podéis ver las siguientes imágenes de guía.

CUARTO DE LA BEBÉ DEL DOFFYCROC = IMAGEN 1  -   IMAGEN 2

CUARTO IMPROVISADO DE LOS BEBÉS DEL ZOSAN = IMAGEN AQUÍ

GRAN CASA DE LOS DRACULE = IMAGEN 1  -  IMAGEN 2 IMAGEN 3

CUARTO DEL BEBÉ DEL MISHA = IMAGEN AQUÍ

Tengan en cuenta que todos son aproximaciones, es decir, no 'al pie de la letra'. Todas las imágenes se abren pestaña aparte.

 

Muchas gracias a los que habéis decidido seguir la historia *---*

Capítulo 15:

Bienvenidos (parte 1)

 

***.***.***

 

El moreno pateó la entrada de doble hoja e ingresó con Sanji acurrucado en sus brazos, algunas enfermeras los miraron alucinadas, en especial al peli verde que entraba perlado en leve humedad, apegando su camisa de una manera que debería estar prohibida por el bien de las bragas femeninas.

 

— ¿Qué tanto me miran? ¡Tenemos una emergencia! — gritó ya sin una pizca de paciencia y apretando todos sus dientes

 

Corrió con su pareja en plena agonía hasta que fueron auxiliados y finalmente se llevaron a Sanji en una camilla. Entre tantas idas y venidas pudo localizar a Robin, quien sería la que atendería la cesárea del rubio.

 

— Oh, Roronoa-san, Sanji-san al fin alumbrará

— ¿Puedo ser parte de ese proceso?

— Me temo que no es lo mismo con los varones, Roronoa-san

 

Zoro la miró con notable decepción en sus ojos, respirando pausadamente pero un poco desanimado.

 

—Aunque podría estar a su lado — hizo que el moreno la mirara esperanzado — siempre y cuando use la indumentaria de desinfección requerida

— ¿Dónde debo cambiarme?

 

En menos de diez minutos, Zoro entró donde ya preparaban al rubio, quien respiraba convaleciente y agotado sin haber comenzado, oh, en efecto, el dolor agota. Una celeste barrera fue puesta desde el pecho de Sanji en forma de rectángulo, colocada de manera horizontal y separando a Zoro de los bisturíes. Le pusieron anestesia local y el rubio casi queda adormitado durante el proceso.

Un taje suave pero preciso, luego paños desinfectados limpiaban el líquido rojo que escurría suavemente. Robin hizo su trabajo lo más rápido que pudo y con una eficiencia en absoluto satisfactoria.

El peli verde, en su ataque de ansiedad, se levantó para dar unos cuantos pasos hacia los lados de la sala, evitando ver la sangre; hasta que escuchó el primer llanto y quiso acercarse para ver a su pequeño. Sin embargo; una enfermera lo detuvo con amabilidad.

— Espere a que nazca el otro

— ¿Qué?

— Son gemelos

Y como si fuese Anakin recibiendo la noticia de que Darth Vader era su padre; retrocedió un par de pasos de la enfermera, quien sólo atinó a sonreírle por debajo de la mascarilla— ¿Se siente bien?

Zoro había retrocedido tanto que chocó con una de las mesas de metal donde había toallas calientes, volcándose junto a ellas hasta que su espalda se estrelló contra las duras mayólicas del suelo. Por un momento, el rededor se tornó sordo y blanquecino hasta que un par de brazos lo sacudió.

— ¡SAAAANJIIII! ¿¡PORQUÉ COÑO NO ME DIJISTE QUE ERAN GEMELOS!?

En efecto, todo cobraba sentido. Entre alegría, euforia y desconcierto; Zoro no supo qué dejar salir primero; quizá dejó explotar todo a la vez. ¿Por qué Sanji no le había contado nada? ¿Había algo que estaba mal consigo mismo?

— ¡SANJIIIIIIIIII!

— Sáquenlo de la sala ¡ahora!

Entre quejas y preguntas ciegas, el peli verde fue arrastrado por un par de enfermeros, dejando un camino de destrozos leves en el proceso. Hasta que finalmente la gran puerta de doble hoja se le cerró en la cara, en efecto, esto no era de lejos parte del plan. Estaba confundido pero a la vez emocionado, la bruma de sentimientos revoloteándose en su pecho no era posible de ser descrita con palabras; Zoro sólo sabía que necesitaba estar allá dentro, para ver a sus dos bebés.

Dos bebés.

Cielos.

 

Bueno, al menos por los restantes veinte minutos el moreno permaneció nervioso pero menos histérico, caminando de un lado para otro hasta que alguien se digne a darle buenas nuevas. Finalmente, luego de una espera eterna a los ojos de Zoro; salió Robin.

— Roronoa-san

— Oiga, realmente lamento ese show allá dentro, pero quiero ver a mis hijos. ¡Recién me entero que soy padre de dos!

— Justo venía a hablarle de ello

— ¿Hubo algún problema?

— Bueno...

 

*

 

Sanji sacudió su cabeza con parsimonia, intentando recuperar la conciencia absoluta del estado  de portento en que se alucinaba enfrascado. Lo primero que logró ver fue una luz blanca, luego paredes blancas, sábanas blancas... más blanco por todos lados. ¿Se había muerto? ¡Oh no! Él no podía morirse porque... bueno, porque tenía dos bebés que cuidar, sin contar al alga con patas. Pero obviamente a las leyes de la naturaleza eso le importaba bien poco.

— Qué bueno que despertó —una enfermera ingresó al cuarto donde descansaba.

Uf, seguía en este mundo.

— No intente hablar —sugirió ella mientras se acercaba al rubio para revisarle y tomar su temperatura— intente no hacer ningún esfuerzo; la herida de la cesárea está curando internamente, lo último que queremos es abrirla ¿verdad? Así que por favor, permanezca en reposo

— Pero...

— Shhh —ella le asintió con una sonrisa— voy a ponerlo al día ¿le parece?

Sanji asintió sutilmente, sin apartar sus orbes color cielo de la chica.

— Usted, Vinsmoke Sanji, cesareado por gemelos ayer...

El rubio abrió los párpados más de lo que era estéticamente permitido; a un segundo de protestar por la sorpresa, la enfermera hizo señales de 'stop' con sus manos; efectivos en su intento de detener al rubio.

— Señor Vinsmoke, lleva dormido desde ayer; su pareja está fuera y los bebés bajo cuidado. Ahora, debo darle el almuerzo, por favor, le pediré que colabore...

 

*

 

Reizei Phillip y Michiko Sophie; esos eran los nombres que Zoro había escogido entre los pares que le sugirió Sanji. Reizei Phillip iban a ser los dos nombres del bebé si era varón; Michiko Sophie si era dama. No obstante; no era necesario ser un genio para percatarse que Sanji había escogido cuatro nombres para asegurarse de que ninguno de los gemelos quedara en el 'aire' al momento de nombrarlos; sí, bien jugado Sanji. Ya que se suponía que ambos serían del mismo sexo, empero optó por ponerle dos nombres a cada uno.

Aunque, Zoro se encontraba preocupado. Es decir, ok, estaba endemoniadamente feliz por sus dos pequeños, pero la noticia que Robin le había dado acerca de uno de sus hijos lo tenía exasperado y ansioso. Pues no era posible el nacimiento de gemelos de distinto sexo, empero sus hijos lo eran. El mayor por siete segundos, Reizei, era un bebé con una matita de pelo verde, ojos celestes y cejas levemente rizadas; la segunda, Michiko, era una bebé más pequeña, de cabellito verdoso y ojos celestes con cejas rizadas más pronunciadas que las de su hermano, y también era la que estaba bajo observación médica.

A esa hora del día, Chopper ya había tomado el caso y dado con la 'anomalía'; Zoro estaba al tanto de que Michiko era una bebé con Síndrome de Turner, por eso mismo era mujer. Le faltaba un cromosoma en su ADN y por la naturaleza de la cuestión, era el X.

Bien, según Chopper, gracias al hecho de haberlo descubierto tan temprano, comenzarían con el tratamiento lo más pronto posible. Turner no tenía cura, pero Michiko podría llevar una vida normal si tanto Sanji como Zoro eran disciplinados y cuidadosos con ella. El peli verde ya se lo había propuesto, su hija sería una niña común a todas, no, mejor; Michiko iba a ser su tesoro, junto a Reizei, por supuesto.

El moreno quiso levantarse para ir a ver a sus hijos en la sala de observación, pero la enfermera que había entrado a ver a su pareja salió de la habitación donde estaba Sanji— Él está despierto, pero no debe tener emociones fuertes, procure no hacerlo hablar —la cansada mirada que le dedicó el peli verde la hizo tragar saliva— si es que decide pasar a verlo, claro.

Zoro se sacudió el corto cabello con leve paranoia y optó por ir a visitar a Sanji.

El de cabellos rubios enfocó su atención hacia la persona que ingresaba a su habitación; quería decir algo, empero no sabía qué y ni debía, la herida interna dentro suyo necesitaba al menos un día más de descanso absoluto. Ambos se observaron por tiempo indefinido una vez Zoro estuvo dentro, el ambiente era tan helado para el de pie, que se recostó sobre la puerta y abrazó ambos brazos consigo mismo.

—     No entiendo por qué no me lo dijiste —habló al fin, taladrando los azules orbes— pensé que habíamos logrado algo estos meses, me refiero a la confianza

Sin poder evitarlo, sus oscuros ojos comenzaron a pasearse lentamente por toda la habitación. Perfecto, Sanji no le dijo de los gemelos, pues ahora él no le diría lo de Michiko, aunque sus posiciones eran muy diferentes, esta vez Zoro no se lo diría porque necesitaba que el rubio estuviera tranquilo, lo último que querían todos era un bajón en los ánimos de este último, eso retrasaría su recuperación.

— Se llaman Reizei y Michiko, espero no te moleste haberlos firmado yo, por ende llevan mi apellido —Sanji negó con la cabeza sutilmente, dándole a entender que ese asunto no era controversial para él— recupérate pronto… los bebés te necesitan, yo… yo también, supongo

El moreno abrió la puerta y salió rápidamente, con su semblante serio totalmente intacto.

Sin más percances, fue directo hacia la sala de observación donde estaban sus bebés junto a un par más. Las cuatro incubadoras simétricamente ordenadas tenían los nombres de los que albergaban en la parte superior del cabezal, mas Zoro no necesitó leer ninguno para encontrar a los suyos; no todos los días veías un bebé con matiza de pelo verde, encima estos venían en pack doble.

Robin se le acercó silenciosamente cuando lo vio, de alguna manera simpatizaba con la situación del moreno, había visto infinidad de casos “similares”, pero ese en cuestión era único en su especie.

— Son bebés hermosos, Roronoa-san

— Yo solo necesito saber si la mujercita tendrá una vida normal…

— Usted necesita ir e investigar un poco, las mujeres con ese padecimiento logran tener una vida muy normal si es que se lo proponen; con las hormonas, su hija se desarrollará exitosamente, aunque me temo que no será muy alta

— ¿Cuán baja será?

— Si es que se la ayuda con deportes, inclusive podría alcanzar a medir entre 1.50 a 1.60

— Bueno, algo es algo

— Pero… ella no podrá tener hijos, de ninguna manera

— Entiendo, ahora esperemos que cuando llegue la edad, ella lo entienda

Zoro tenía razón, muchas mujeres sufrían por el hecho de ser estériles y esperaba que su hija fuera una excepción, empero no lo será tal vez. Otra cosa que atemorizaba al moreno era que su hija lo sabría muy joven; de niña hará preguntas acerca de por qué toma esas medicinas, quizá será posible engañarla con simples palabras por unos años; pero cuando tenga once o doce, será un hecho que lo investigará a fondo y sabrá todo o mucho acerca de sus limitaciones físicas. Y Zoro tenía que prepararse para ese día, cuando su niña vaya con él y Sanji a exigirles una solución o… solo a lamentarse, de cualquier manera será endemoniadamente doloroso, si solo pensarlo le resultaba terrible.

— No le quedará otra opción

— Acerca de su desenvolvimiento intelectual... ella...

— Oh, descuide Roronoa-san, su IQ no debe verse afectado de ninguna manera

— Ya veo, y… ¿Cuánto tiempo tendrán que quedarse en la incubadora?

— Por lo visto, el varón ha nacido muy saludable a pesar de que debiera estar aproximadamente un mes más. Si las cosas siguen igual para él, calculo que en dos semanas podrán llevarlo a casa. Sanji-san ha resistido más de lo que pronosticamos, es una buena noticia para los bebés.

— ¿Y la bebé?

— Su llanto es débil, me temo que permanecerá un poco más en la incubadora

— Bien, creo que iré a casa a cambiarme de ropa

Habiendo finalizado sus preguntas, en realidad, ni tenía ánimo para más; Zoro asintió a Robin y se retiró, la azabache solamente se le quedó viendo mientras se recostaba sobre el separador de ambientes.

 

 

 

***.***

 

—  Oye, Torao... ¿puedo ir al hospital?

— ¿Te duele algo? ¿Tienes síntomas o malestares relacionados a...

— No, shishishi —rió con ternura— pero quiero ir a conocer a los bebés de Sanji

— ¿Ya nacieron?

— ¡Si! Hablé con Shanks por mensaje y me dio la buena noticia

— Entiendo, pero no saldrás

— ¿¡Qué!? Pero...

— La fecha del nacimiento se acerca, no te arriesgarás

— ¡Pero!

— No

— ¿Puedo ir a cuidar a tu hermana?

El moreno se recostó en el espaldar de su silla y se quitó los anteojos para masajearse el puente de la nariz, un poco hastiado por la referencia de su pareja.

— No es mi hermana, creo que esta es la milésima vez que te lo digo, no tengo lazos sanguíneos con ella.

— ¡Pero es hija de tu papá!

— Padre adoptivo

— Eres un cabeza dura

Hana había nacido hacía poco; con solo una semana de salida del hospital, era la novedad de la casa, una bebé de cabellos color cenizo y ojos avellana que en el poco tiempo que llevaba ya tenía visitas de distintas casas de espectáculos.

El nacimiento había sido todo un acontecimiento en la casa Donquixote, pues Crocodile se encargó de que fuera lo más sacrificado posible para el rubio, no solo lo golpeó cerca de veinte veces, sino que casi lo ahorcó poco antes de entrar a cesárea. Law estuvo al pendiente de manera disimulada ya que lo último que quería era que Rosinante se burlara de él o le hiciera bromas con respecto a su media hermana. Era de esperarse que uno de los más entusiasmados de la casa sea Luffy, quien junto a Rosinante no dejaban de 'ofrecerse' como voluntarios para cuidarla, sin embargo Crocodile se negaba en el noventa y nueve por ciento de las veces.

— ¡Cocodrilo! ¿Puedo ver a Hana?

El mayor chasqueó los dientes cuando vio aparecer a Luffy por la puerta; bueno, aunque jamás lo aceptaría en voz alta, prefería que el menor fuera el que lo hostigara antes que esos entrevistadores de revistas publicitarias, venía discutiendo con Doflamingo por esa razón cada vez que algunos periodistas tocaban el timbre.

—Pasa, pero no hagas ruido, Hana se altera con la bulla

La pequeña ya había heredado un carácter autoritario desde muy pequeña, cuando algo le desagradaba simplemente lloraba a todo pulmón hasta que fuera complacida; quizá la combinación de caracteres entre Doflamingo y Crocodile resultó ser explosivo.

— Es muy calmadita shishishi —susurró Luffy en voz baja cuando acercó su cara hacia la bebé dormida en la cuna; su 'progenitor' leía el periódico más unas cuantas revistas en un mullido sillón al lado de la cuna donde descansaba la bebé.

— Está dormida, niño, además esos periodistas la han tenido hostigada desde hace bastante

— ¿Hoy vinieron también?

— Fue para la sesión de fotos, ese tonto de Doflamingo...

Los periodistas la habían visitado más gracias a la popularidad del rubio, agregándole a eso que el dueño de la casa de modas también aceptaba cada cita que se le solicitaba. La nueva línea de moda para recién nacidos estaba resultando ser muy popular.

— Siéntate, Luffy —ofreció peculiarmente calmado al ver que el azabache menor no se sentaba y se dedicaba a rodear la cuna con fascinación— no es conveniente que seas muy activo las últimas semanas

— Pero es muy aburrido—protestó— Torao no me deja salir ni para comprarme un helado ¡Es un histérico!

— Es natural que se le desarrolle el instinto de sobreprotección cuando empieza a formar una familia, más si su... pareja está esperando. Lo tenemos en nuestro código genético.

Luffy se miró el bulto sobresaliente justo debajo de su pecho, acariciando la curva firme por debajo de la ropa.

— Cuando el bebé salga, quedaré gordo —afirmó con una expresión confusa que no se sabía bien si era molestia o diversión

— Hay métodos para recuperarse, si uno engorda luego de esto es por la mala alimentación que prosigue y la falta de actividad una vez se pueda hacer

— ¡Pero a mí me gusta comer cosas deliciosas!

— Sueles quemar grasas con deportes en cantidad de igual manera, simplemente no dejes de hacerlo.

— ¿Puedo ver cómo has quedado?

— ¿Perdón?

— Quisiera ver si estás gordo debajo de esa bata oscura, para calcular cuánto deporte debo hacer yo para...

— Niño, largo

— ¡No soy un niño! Además, no veo cuál es el problema

— He dicho que os vayáis ahora y para tú información ¡yo no estoy gordo!

Luffy hizo un puchero silencioso pero no se fue sin antes agregar— La paternidad te ha hecho más sensible Cocodrilo shishishishi —finalizó para retirarse lo más rápido que le permitía su estado físico. Lo bueno es que toda la 'disputa' pequeña se había hecho en voz muy baja, por lo que lograron que la bebé sólo se removiera suavemente sobre su cuna. No obstante, el recién estrenado papá rubio había escuchado la última parte de la conversación y no pudo resistirse a entrar y molestar a su pareja, por lo que estuvo frente al de mirada caramelo casi al mismo tiempo en el que Luffy se retiraba.

— Croco-chan, no estás gordo, pero definitivamente iremos al gimnasio para que recuperes la figura que tenías... —una de las pantuflas del aludido le dio de lleno en la cara e interrumpió su intención de epítome

— ¡Ya me cansaron las charlas de gordura! ¡Largo de aquí tú también!

— Pero yo vine para ver a mi pequeña

— ¡Lo hubieras pensado antes de joder! ¡AHORA VETE!

Esta vez no hubo contención en el tono de voz de ambas partes, por lo que Hana empezó a llorar gracias al escándalo; su llanto opacó la discusión y de paso llenó toda la casa.

 

*

— Luffy, Hana está llorando otra vez, me desconcentra —musitó Law ni bien su aludido ingresó a la habitación

— Sí, pobre bebé

— Es una casualidad que su llanto haya comenzado poco antes de que regresaras —agregó el ojeroso con cierta ironía

— Yo no he hecho nada, fue Mingo quien hizo enojar a Cocodrilo

Law resopló con pizca de alegría, la habitación permaneció en silencio mientras Luffy se apegaba a la puerta ya que su pareja se acercaba con auras acechantes, finalmente, el mayor le dio un largo beso en la frente para resollar muy cerca de sus labios.

— Será mejor que descanses, Luffy-ya

Esta vez, el azabache menor hizo caso sin chistar y con carmín polvoreando sus mejillas. Law sabía cómo hacer obedecer a su inquieto chico.

 

 

 

****.****

 

Tres semanas después, la casa de los Roronoa-Vinsmoke daba la bienvenida a la bebé que faltaba. Tal y como lo había recomendado Robin, Michiko permaneció en la incubadora el tiempo que fue necesario y finalmente era llevada al lado de su hermano.

El inconveniente entre Zoro y Sanji se había resuelto en dos días, so pretexto de la responsabilidad compartida como padres y cuidadores de uno de sus bebés: Reizei; necesariamente tuvieron que hablarse en menos de la primera hora que estuvieron en casa, como era de esperarse, arreglaron las cosas por el bien de ambos. Quizá la situación se tornó bastante exagerada desde un principio, pero la ternura de un bebé recién llegado era sin duda superior a todo tipo de vileza.

Los amigos y familia habían llegado en diferentes días a visitar al bebé y algunos acompañaron a Zoro en sus visitas diarias a la dama de sus hijo; al estar Sanji tan convaleciente, no iba tan seguido como el peliverde, en vez de ello, quedaba al cuidado del recién nacido y lo vigilaba todo el tiempo que podía.

Si las noches eran un poco frustrantes a veces con el nuevo integrante, ni se diga lo que sería con la pequeña, en ese escenario justamente se ubicaban ahora, la primera noche de los estrenados papás con sus dos gemelos en la habitación de al lado.

La que comenzó la llorera primero fue Michiko, aún poco acostumbrada al nuevo ambiente e invitando a su hermano a corearle el llanto, en menos de tres minutos, los llantos sincronizados encendieron, ipso facto, los instintos paternales de los dos adultos de la casa.

— Cielos —refunfuñó el peli verde removiéndose en su lado de la cama antes de sobetearse el rostro con ambas manos

— Te toca ir —sentenció Sanji, arrebujándose entre bostezos

— Ambos están llorando

El moreno se levantó de un salto poco habitual en su persona, impeliendo los pies en un intento de enfocar su motivación en el dormitorio de al lado. Una vez llegó, se acercó a ambas cunas e intentó mecerlas para ver si los bebés se calmaban, como no daba resultado, optó por cargarlos. Un bebé en cada brazo y así caminó por la habitación mientras mecía a cada uno por intervalos.

— Pásame uno —ordenó Sanji extendiendo los brazos

El moreno a duras penas podía percibir las respiraciones de sus bebés, con el sueño encima no se había percatado que el rubio había llegado a la habitación y ahora estaba dispuesto frente suyo.

Zoro le pasó el que llevaba funda azul y siguió con su tarea de hacer dormir a Michiko.

— Quizá tengan hambre

— Acaban de tomar leche hace dos horas

— Eso nunca los detiene —afirmó Sanji mientras mecía al varón que parecía estar dispuesto a darles tregua

— Tal vez no sea necesario

Zoro se acercó a su pareja con la bebé dormida enseñándole orgulloso su logro antes de regresarla a la cuna.

— Reizei también se está durmiendo —avisó el rubio antes de ponerlo en su respectiva cuna— quizá deba llamar a Shanks para preguntarle si debimos darles leche antes de volverlos a dormir

— Él debe tener sus propios problemas con su recién nacido —susurró Zoro— hablando de eso, mi tío vaga por las oficinas como zombie, se nota que no duerme

— Al igual que nosotros

— Pero tú tienes descanso médico, yo sigo yendo a trabajar sin consideración

— No te quejes, ¿a quién intervinieron para que nuestros hijos pudieran vivir? Estoy convaleciente

— Al mismo que me ocultó que eran dos y no uno

— ¡Ya habíamos arreglado eso! Además, tú me ocultaste lo de Michiko hasta hace tres días

— ¡Lo mío sí está bien fundamentado!

— So pretexto de....

La pareja no tuvo el cuidado de salir de la habitación para 'charlar' y en vez de ello terminaron elevando la voz más de lo prudente, lo que acarreó el despertar de los gemelos y una nueva oleada de llantos.

— Alga con patas ¡los despertaste!

— ¿Y por qué me hechas la culpa solo a mí? ¡Tú también estabas gritando!

— ¿Osas insinuar que mis hijos se alterarían con mi melodiosa voz?

— Como con cualquier sonido ¿no?

Antes de empezar el 'show' cotidiano, en silencio fueron a por los gemelos e intentar hacerlos dormir, otra vez.

 

 

 

***.***.***

(Una semana y algo más antes...)

 

Luego del incidente en el supermercado, Mihawk había, literalmente, prohibido a Shanks salir de la casa sin supervisión o sin que él lo sepa. La última vez que el pelirrojo salió a comprar un tarro de queso crema sin avisar, terminó con la policía yendo en su 'rescate' al mini market dos cuadras a la derecha de la mansión dónde vivían, tal vez dos cuadras era poco, sin embargo, en el barrio donde ahora vivían se caracterizaba por tener residencias grandes y espaciosas, así que ‘dos cuadras’ era una distancia considerable.

Y como Mihawk siempre dice: ‘Shanks, a veces eres demasiado terco para ser saludable’; el pelirrojo había ido por un gran pote de natilla de manzana al supermercado, el cual no estaba a más de treinta minutos de la nueva casa. Ok, según él no había problema, pero estaba en la semana de su cesárea programada, sólo tenía que esperar en casa hasta su cita y ¡pum! Bebé nuevo en los Dracule-Akagami.

En ese preciso momento, ya tenía la bendita natilla entre sus manos luego de hacer una larga cola para pagarla e iba al paradero para tomar algún taxi o bus que lo dejara cerca ya que por alguna fucking razón, se estaba agitando más de lo normal, ¡sólo por subir escaleras!

Intentar cruzar el semáforo lo desequilibró, tres flashes de diplopía y perdió el equilibrio de sus pasos, por último solo fueron necesarios cuatro traspiés finales antes de que el pelirrojo cayera en cuenta de que su situación estaba jodida.

Se sentó con sumo cuidado en la vereda contigua al paradero, prácticamente había olvidado que tenía la natilla en sus manos, naturalmente, optó por abrazarse a sí mismo a esperar que el malestar desaparezca, empero estos se acentuaron más y más. Cuando un quejido agonizante escapó de sus labios, una joven pareja se acercó a él, mientras los demás transeúntes les echaban miradas cargadas de escepticismo.

— ¿Te encuentras bien? —inquirió la chica— su estómago está demasiado grande, necesita que lo llevemos al hospital

Shanks solo aseveró la sugerencia en silencio y la pareja lo ayudó a colocarse de pie antes de tomar un taxi, una vez dentro, el silencio gobernó el ambiente hasta que fue derrocado por la voz del pelirrojo.

— ¿Saben? Se va a llamar Alastair dahahaha —susurró con átona entonación

— ¿Quién? —preguntó el joven alzando una ceja antes de mirar a su chica con una expresión que decía e'seguro está alucinando'

— Mi hijo —aclaró palmoteándose donde yacía el aún nonato

"Definitivamente está alucinando" se dijo el chico con nerviosismo, es decir, ese bulto parecía lo que Shanks insinuaba, pero ¡era imposible!... o al menos eso le habían enseñado en la escuela.

—Oigan, debo llamar a mi marido, es decir… ugh… debemos —pidió Shanks entre jadeos— o sino se va a enojar dahaha

La pareja nuevamente se miró expectante, ese hombre no solo está diciendo incoherencias, sino que a pesar de agonizar seguía manteniendo su cálida y sonriente expresión.

 

*

 

Cuando Mihawk fue avisado, en primer lugar pensó que era un experto en bromas pesadas que había, de alguna extraña manera, secuestrado a su pareja. No obstante, cuando empezó su amenaza fulminante, el celular ajeno le fue pasado a Shanks y comprobó con temor que, en efecto, estaba a punto de ser padre, otra vez, por supuesto, pero ustedes entienden ese sentido.

Eran las tres de la tarde cuando pasó, Mihawk tenía sólo diez minutos de haber llegado a casa y sabía que le tomaría un rato encontrar a Shanks dada su costumbre de jugar a las escondidas la mayoría de veces.

Durante diez segundos no supo cuál era el protocolo a seguir, cuando finalmente cayó en cuenta de que no había ninguno, corrió como alma que lleva el diablo hacia la cochera, las manos le temblaban cuando intentó introducir la llave al auto y una vez listo, emprendió la marcha. Cuando pudo coger el celular, le dejó un mensaje a Sellawk para que lo revise cuando saliera de su clase de baile.

 

*

 

Parecía un alma en pena cuando caminó por los pasillos del hospital, pálido y errante, absolutamente desorientado. Hizo un par de consultas a las enfermeras de los pasillos que le indicaron dónde, de seguro, se traía al mundo a los bebés.

En la sección de partos y cesáreas, Mihawk miraba a las enfermeras corriendo y observaba a las mujeres que eran llevadas en camillas directo a ser atendidas, justo a ese día y a esa hora parecía haber gran circulación de bebés.

—Disculpa, estoy… estoy… buscando a mi pareja, es… de cabello rojo…

—Lo lamento, no ha llegado ninguna pelirroja, no al menos hasta hace cinco minutos

—No, no… mi pareja es un hombre, uno pelirrojo

—¿Está seguro que lo busca en la sección correspondiente?

—Sí, seguro

La enfermera a la que consultó lo escaneó de pies a cabeza— pues ha llegado uno… —añadió trastabillando y guiándolo por el barullo.

Cuando Mihawk reconoció a su pareja, hizo caso a la enfermera que lo guiaba con la ropa para poder estar presente en el lugar, al menos dando apoyo moral a Shanks. Aunque fuera la segunda vez, de todas maneras no dejaba de ser estresante; aunque para el azabache, sí era la primera vez en semejante situación, de hecho, nunca en su vida se había sentido tan nervioso, hasta le daban mareos y le costaba respirar, pero no quería informárselo a nadie ya que podrían recomendarle no estar al lado del pelirrojo.

Luego de unos segundos, entró poco antes de que intervinieran a su pareja, quien permanecía consciente y la anestesia local le entumecía los músculos del vientre.

—Llegas tarde —jadeó un sudoroso Shanks con un adolorido y cansado rostro que se esforzaba por convertirse en una mueca más idílica

Por un momento, todo el ambiente se silenció, empezó a percibir las cosas en cámara lenta y los latidos de su corazón empezaron a bombearle la cabeza, de pronto, ni la voz de Shanks llegaba a sus oídos, de sólo imaginarse lo que estaba sucediendo detrás del protector celeste, sentía que sus terminaciones nerviosas dolían.

Pero de pronto, tal vez… la presión fue demasiado para Mihawk.

—Oh… Mihawk… dahaha —masculló con pocas fuerzas, Shanks

—¡Hombre desmayado! —avisó una de las asistentes cuando se percató, increíble que apenas hayan pasado unos segundos desde que Mihawk y Shanks se reunieron

—¿Quién lo dejó entrar?

—Creo que es el otro progenitor

—¡Pues sáquenlo de aquí!

—¡Saquen al desmayado!

—No deberían dejar entrar a estos papás primerizos, se emocionan demasiado rápido

Luego de unos minutos, se escuchaba un llanto, un pequeño varón de cabellos negros, ojos grandes y profundos color almendra, que tenía un llanto potente y firme. Mihawk estaba recostado sobre las bancas en la sala de espera, aún inconsciente.

 

*

Una hora después, Sellawk llegó lo más rápido que pudo, detestaba haber estado en clases mientras que su papi estaba en una situación tan extrema. Fue a preguntar por su hermanito a recepción y cuando escuchó el nombre completo que le habían puesto, casi da un grito al cielo, bueno, lo único que impidió eso fue el lugar en el que se encontraba. Finalmente, se encontró con su azabache padre caminando de un lado para otro; caminó hasta él con los brazos en las caderas, pisoteando el suelo bajo suyo.

—Sellawk, al fin llegas

—Papá… ¿Cómo se te ocurre?

—Explícate

—¿Por qué le pusiste Alastair Koichi Randolph Wolfgang?

—Porque fue lo que acordamos

—¡No! Se acordaron los dos primeros

—Shanks y yo te lo explicaremos luego, ahora, vayamos a ver a tu hermano en la incubadora

Ella refunfuñó un par de veces, pero decidió dejarlo pasar. Sellawk estaba en contra del último, en absoluto, no podía ni escucharlo, pero de alguna u otra manera, Mihawk seguro tendrá una buena excusa para ella — ¿cómo está papi? —preguntó mientras caminaba para ver a su hermano en la incubadora.

—Estable, se encuentra dormido hasta mañana quizá

Una vez frente a las incubadoras, ella pudo ubicar al reciente integrante de su familia gracias al largo nombre con el que lo habían condenado.

—Cielos, le van a hacer bullying a mi hermano en la escuela

Lo único que consolaba a la chica, era que la habían dejado decorar la habitación del pequeño.

 

 

***.***

 

 

 

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Notas finales:

u.u Siento lo que Michiko, pero había planificado que fueran mujer y varón desde hace bastante, y como este fic ya rompe las reglas de la ciencia :’v no quise “faltarle” más, así que no fue tan fácil encontrar una explicación viable para lograr mi cometido, yo ni sabía que eso era posible xD pero las cosas no pueden ser siempre tan ‘simples’, no al menos en el alternative verse en el que se desarrolla esta historia. Recuerden que gemelos y mellizos son definiciones diferentes, y ya había puesto que eran gemelos, así que bueno. Pero descuiden, no es nada “trágico”, ella tendrá una vida normal y tranquila con los extras que necesitará en su alimentación y estilo de vida (el cual probablemente sea más saludable que el mío :’v).

 

Bueno y como corresponde, el sentido general de los nombres escogidos (que aunque no crean, me toma mucho tiempo :’v ya os dije que me distraigo fácilmente con estos asuntos):

 

DOFFYCROC: Hana: Flor, es encantadora y agradable.

 

ZOSAN: Reizei: Idealista, leal y dinámico. Fue el nombre de un Emperador japonés. Phillip: Creativo, excepcional e imperioso. // Michiko: Hermosa, de una belleza sabia, curiosa, simpática y directa. Es también el nombre de la actual* Su Majestad Imperial la Emperatriz de Japón. Sophie: Sabia y sensible, aunque a veces aparenta una actitud glacial.

 

MISHA: Alastair: Guerrero, defensor y guardián de la humanidad. Significa fuerza y protección. Koichi: ‘Príncipe que brilla con luz propia’ (ese lo escogió Sella xD). Randolph: Amantes de la libertad, independientes. Wolfgang: ‘Lobo que va adelante’ Reservado, introvertido, observador, paciente y perseverante.

 

Gracias por haber decidido continuar leyendo esta historia :D los que deseéis dejarme algún review, os agradeceré bastante y responderé con cariño. En el siguiente se vienen los últimos nacimientos.

 

Besos y abrazos a todos, cuídense mucho, ¡que tengan un buen y enérgico inicio de semana!

 

 

 

 

 

*Aunque el Emperador ha anunciado que pronto abdicará en favor de su  hijo, Su Alteza Imperial el Príncipe Heredero de Japón, Naruhito. Así que si este fic es leído el próximo año por alguna alma curiosa, probablemente la Emperatriz de Japón ya no sea Michiko, sino la (en este momento) Princesa Heredera del Japón Masako (por matrimonio con Naruhito).

 

 

 

 

Domingo 16 julio 2017


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