Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

LA NOCHE HATES DE LA PARTIDA ES LA MÁS DURA por Mariposa23

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Sin querer aquel día, recordé lo último q nos pasó ya hace años.

No pude evitar el hacerlo. Pues aquella madrugada. Era muy similar a la de hoy.

Hacia frio y llovía levemente, el viento azotaba por la ventana, el fuego encendido calentaba algo la alcoba, mientras dibujaba sombras deformes q parecían asecharnos.

Aquella fue la primera y única vez q compartimos lecho de esa manera…ya antes habíamos dormido juntos. Siempre alguno de los dos, se colaba en la cama del otro.

Solo q aquella vez, había sido diferente.

Aquella vez fuiste tú quien se coló a mi cama. Con el objetivo claro desde el principio.

Después de q padre, durante esa semana. Te confesara tu verdadero origen. Todo había cambiado tanto. Tú te aislaste y claramente te hallabas deprimido, madre estaba preocupada, y creo q padre tenía, otra expectativa de lo q iba a pasar. Y yo. Yo estaba muerto de la angustia, yo solo quería q volvieras a sonreír como antes, quería q tu felicidad regresara. Aun a costa de la mía…nada me importaba más q verte contento y en paz q incluso mi propio bien. Recuerdo q toda esa semana hice llover causa a mi estado de ánimo.

Tú ya no querías hablar conmigo o estar cerca de mí. Eso me produjo un gran dolor. Uno q hasta aquel momento para mi había sido inexiste. Pues ahora se mejor q nadie, cuanto duele tu indiferencia.

Aquel día no era la excepción en la semana. Comiste solo una comida, y lo hiciste en tu alcoba a solas. Aun q esa noche, mi vida cambio por completo. Y no fue entonces solo hasta q la luna cayó sobre Asgard aun con la lluvia de fondo. Que entraste en mi alcoba.

Recuerdo a verte llamado por tu nombre más tú no me respondiste. Entonces capte el aroma q esa noche presumías. Era un olor único q hasta ahora no he vuelto a olerlo en otra persona u otro lugar. Un olor embriagante, con el sello de tu propia esencia, emanando desde tu alma.

Un fino y ecuánime conjunto. De hiervas aromáticas y esencias metálicas un olor divino, de sándalo  y especias oscuras. Tan seductor como solo el dios Loki sabe serlo.

Encima solo  llevas, un fino hábito verde, q nunca antes te había visto usar y creo q no usaste de nuevo, te veías tan hermoso aquella vez. Tu pelo estaba algo despeinado, por fin habías dejado los risos salvajes y rebeldes de tu cabello caer algo enmarañados sobre tus hombros y las equinas de tu cara, enmarcando tu bello rostro de piel pálida.

Entonces pensé q eras un sueño.

Tu cara no era seria ni triste, tampoco contenta…simplemente, era una mirada perdida la q me dedicabas y tu rostro parecía entonarla también…

Te subiste a mi cama, destapándome de mis sabanas y te echaste a mi lado. Yo pensé q como otras veces, habías venido en busca de paz o de calor, asique rodee tu cintura con mis brazos, soltaste un suspiro, q fue a mí a quien dio tranquilidad.

Me sentía bien estando a tu lado, seguro dándote seguridad.

Me perdí un instante, entre el olor de tus cabellos a moras silvestres mientras descuidadamente acaricia tu vientre y el contorno de tus caderas preponderantes.

Tu cuerpo siempre fue perfecto.

Estabas muy tranquilo aquella noche. Lo supe por el pausado latido de tu corazón, un ritmo q sintonizaba con el mío también.

Pero cuando mi rutina de carisias no cambio a otras. Fuiste tú quien se dio la vuelta para encararme, deteniéndote en mi rostro, tocándolo con tus suaves manos; delineaste mi barba, y perfilaste mis labios, ¿tus manos buscaban algo?.

Una lágrima descendió de tus ojos verdes y la desesperación invadió mi ser nuevamente.

Mi corazón se aceleró de dolor mientras, mis manos torpemente borraban tus lágrimas tratando de borrar así cambie, tus tristezas…

Tu llanto no seso por un rato, entonces mis palabras se abrieron paso; te pregunte, ¿Por qué llorabas? Y ¿si había algo q yo pudiera hacer?. Esa noche jure mover el cielo de los nueve mundos y la tierra de los nueve reinos solo para conseguirte una sonrisa.

Tus ojos verdes me apuntaron, y tu mirada dolida me asfixio de apoco, mientras sentía como escapabas de mis brazos. Me desespere aún más y te retuve a la fuerza, forcejeaste un poco, pero no lo sufriente, al fin conseguí ponerte debajo de mí, donde yo pudiera verte por completo.

Entonces, solo sonreíste un poco, ni la mitad de la felicidad q yo sabía, podían alcanzar tus delgados labios.

Tus manos volvieron a mí, una de ellas acariciaba mis cabellos mientras la otra se posaba sobre mi corazón. Entonces sentí, como por primera vez y para siempre, te cedía el control, de mi mente y de mi alma. Fue como si tus manos me calmaran, mi corazón empezó a bombear al ritmo de tus caricias, tan subes y serenas, tan lentas en su andar. Me sentí repentinamente urgido, de algo q en el momento no supe nombrar.

Entonces cosas raras empezaron a pasar por mi cabeza.

Cosas como, la necesidad de tenerte para siempre entre mis brazos, debajo de mí. Viéndome a mí, y solo sintiéndome a mí. Esa noche, en ese momento solo quise q tus manos me pertenecieran a mí, para q no tocaras a nadie más con esta dulzura q aún no sé cómo cabe en un solo cuerpo. Tu aroma hacia q me den mareos y me derretía entre tus manos.

Jadee sin pensarlo o sin poder controlarme más.

Entonces debajo de mí, sentí como tus piernas se abrían a mis costados. Como si me dieras paso, al santuario entre tu torso y la mitad sur de tu cuerpo.

Fue como una muda bienvenida tan cálida y algo descarada. Exactamente como lo eras tú…no sé porque sonreí. O bueno, en aquel momento no supe porque, ahora lo sé. Y afiance mi posición sobre ti, metiéndome aún más, adentro de tus largas piernas, tú me rodeaste con ellas.

Apresándome tan fuerte, como yo también quería retener en mi vida.

Me sorprendió lo natural q se sentía tenerte de esta manera, no estaba seguro de q todos los hermanos se recostaran así, pero en ese momento era lo q menos me importaba. Sonreíste para mí, como dándome confianza, entonces solo te balanceaste un poco, chocando tus caderas con las mías, gemí desconociendo q pudiere hacer eso contigo abierto de piernas…y gemí por el solo rose de tu cuerpo q desde ya me enloquecía.

Te mire extrañado, buscando alguna respuesta entre tu rostro, siempre hacia eso cuando tenía una duda, pues siempre eh sabido, q tu tenías todas las respuestas q hay en los mundos.

Tú me sonreíste con algo tierno entre las comisuras de tu boca, aun q tus ojos, me contaban historias diferentes, pues seguían lloros y en ese momento más, porque se estaban llenando de lágrimas otra vez. Mi angustia retorno y quise consolarte, me precipite asía tu rostro sin pensarlo demasiado, y sin querer rosando nuestras caderas de nuevo, fuiste tú en ese entonces quien gimió a escasos centímetros de mi cara. Mi cuerpo se estremeció y un extraño deseo lo hizo su presa; quería escucharte de nuevo, ese sonido, q se escuchaba tan provocador entre tus labios y emanado de tu cuerpo, quería escucharlo de nuevo contra mi cara, contra mis labios,  producido por mi…

Restregué nuestras caderas y algo más, mientras inesperadamente besaba tus labios.

Y como lo quería, gemiste contra mí. Con los ojos serrados.

Cuando los volviste a abrir, tu mirada era lo sufrientemente excitada y segura, como para trasmitirme a mí también aquellas mismas sensaciones.

Entonces empezó nuestra. Primera noche. La tuya, tu primer vez, y la mía, la única vez en la q fui capaz de hacer este acto; no solo con la mente nublada, sino más bien lucida y clara y el corazón emergiendo hasta tus manos, siendo este su único lugar, estando solo entonces verdaderamente a salvo.

Me asuste cuando yo entre y tú sangraste. Yo no era inexperto en el sexo con otro macho. Pero…en ti. Contigo todo era diferente. Vi sangre y pare con verdadero temor a lastimarte. Para mí, entre mis brazos te sentía tan frágil y volátil. Me pediste q continuara pero lento. Al principio no quise. Entonces me lo suplicarte. Y yo no pude contenerme. Metí solo la punta de golpe y me acerque a tu rostro para decirte. Que a mí, nunca para nada, tendrías q suplicarme. Tu rostro en ese momento presumía dolor, y el mío se deforma en un semblante arrepentido. Me abrase a tu cuerpo y al borde de las lágrimas. Rogué q me perdonaras. Te lastimaba aun cuando prometí jamás hacerlo, aun cuando era lo q menos quería hacer.

Me abrásate trasmitiéndome paz, me dijiste q todo estaba bien. Y fuiste tú quien me dio palabras de seguridad y palabras suaves, para q continuara. Se q debía ser yo. Quien en ese momento te protegiera, pero nuevamente había fallado era yo quien se desmoronaba entre tus brazos. No pareció molestare y por fin suspire aliviado…entonces entre en ti completamente.

Tengo q admitir q al principio fue incómodo. Yo estaba muy nervioso por ti. Como si se tratara de mi primera vez, aun q las cosas fueran distintas y precisamente opuestas. Y claro tu debiste estar igual o peor q yo, pues esta si era la primera vez q habrías tu cuerpo para otro ser…y ese, tenía la fortuna de ser yo.

Por eso también, estaba alucinado del placer q nunca antes había concebido de esa forma tan esplendorosa. Solo Loki podía ser el causante de semejante placer.

Paso un corto tiempo, hasta q ambos nos sentimos relajado. Comenzamos a movernos con fluidez. Tú alababas mi ritmo, y yo adoraba tu cuerpo, era una melodía perfecta.

Los dos por fin haciendo algo q se sentía pleno y no es q en otras ocasiones junto a tu compañía me sintiera incompleto. Es solo q el acto en sí, se sentía cortado.

Por ejemplo, cuando me recibías de las batallas q regresaba. Solías abrazarme y yo terminaba emocionándome más de la cuenta y te cargaba diciéndote palabras de afecto q solo para parejas estaban destinas. Seguro después fingirías enfadarte conmigo y me darías algún castigo leve. Aquellas veces puedo decir, no había ninguna otra intención de fondo. Aun no descubría q te ama. O más bien q te amaba de esta manera. Yo sabía q te ama. Lo supe desde la primera vez q te vi. Pero entonces solo pensé q te amaba como hermanos. Y eso, no siempre me bastaba, a eso me refiero con decir, cortado. Yo cuando regresaba de las batallas tenía necesidad de tocarte. No sabía de qué manera solo quería sentirte contra mí. Para saber q los mundos, q mi mundo seguía siendo real. Eres mi ancla…

Pero aquella noche. No hubo nada incompleto. No hubo secretos.

Me dijiste q me amabas. Y yo te respondí igual, pues era cierto.

Te jure amarte para siempre, y tu entre lágrimas prometiste lo mismo.

Sin darnos cuenta del tiempo. Los dos juntos llegamos al orgasmo. Con los nombres del otro, consumiendo nuestras gargantas. Aquel fue el momento perfecto.

Pero no paramos ahí. Tu cuerpo y el mío querían más. Y siendo tu primera noche de placer, tenías muchas curiosidades. Esa noche nos tocamos y nos conocimos de todas las formas posibles…hicimos muchas cosas. Y una y otra vez, consumamos el lazo q siempre nos había unido, solo q esa noche entre nuestros actos por fin se sintió condensar, tan real q podíamos tocarla. Te hice mío, muchas veces esa noche…

Pero tú, ya desde siempre me tenías, ya me habías echo tuyo desde aquella primera vez, q me miraste a los ojos, impactándome para siempre con tus ojos como esmeraldas.

Y ya para el alba. Una amanecer como el de hoy justamente. Nos acurrucamos en mi cama. Los dos apretados, mi pecho contra tu espalda. Aun jadeábamos pues acabamos de terminar, por, innumerable vez durante esas horas.

Te dije una vez más q te amaba y me respondiste igual. Te enrede entre mis brazos, despidiéndome del mundo de los despiertos…

Quien imaginaria. Que entrando un poco más los rayos del sol. Tú abandonarías mi lecho. En silencio y en completo dolor. Para irte y no volver de nuevo…

Esa mañana ya muy tarde desperté confundido por no tenerte a mi lado. Desperté sobre todo asustado. Y aun cuando a mi mente trataba de meterme diciéndome q no podrías a ver ido lejos. Termine por rebatirme crudamente, cuando se me informo q habías huido del palacio…

Cuando escuche eso, prácticamente perdí la cordura, el cielo relampagueo conmigo, y mis lágrimas mudas descendieron incontenibles por más tiempo. Ordene de inmediato una búsqueda rigurosa por los nueve mundos. Dictamine a caravanas enteras, con el único propósito de encontrarte. Regrese a mi alcoba para vestirme rápidamente con mis armaduras. No sin antes quitar las sabanas y esconderlas porque estas aún tenían nuestros residuos, tú sangre en ellas y la exclusiva esencia de nuestros cuerpos juntos en el sexo. Las guarde bien; como adivinando q en el furo, eso sería todo mi recuerdo de la única noche q me concediste contigo.

De inmediato, después de eso, partí con mis amigos en armas hasta donde Heimdall. Interrogándole si te había visto. Él dijo ver muchas cosas esa noche. Pero dijo. Que te escondiste de su mirada para el alba. Yo no pude creer esas palabras. Porque nada se escapaba de su vista, excepto tú, supuestamente.

Yo mismo comande muchas de tus búsquedas. Sin éxito alguno. Desmoronándome más por tu lejanía a diario. Y a mi paso, en cada mundo, solo llovía, probablemente cause inundaciones y otros desastre en las cosechas y viviendas…pero no podía evitarlo, de la manera en la q tampoco podía evitar mis sentimientos por ti.

Me preguntaba todos los días. ¿Por qué me habías dejado? Después de eso q hicimos los dos.

¿No era suficiente, mi amor? ¿No te parecía verdadero?... ¿Qué fue lo q te llevo a irte tan lejos?

Te llore,  aun lo hago. Te extraño, q más puedo hacer  en mi poción de enamorado, más q anhelarte aun q tú ya no quieras más verme…

Pero el tiempo avanzo. Y mis padres se dieron por vencido. Me dijeron q suspendiera las búsquedas. Yo me negué rotundamente, en una cólera feroz. Entonces se me anuncio q era el momento. El momento q tanto, se supone había esperado.

Mi coronación. Iba a ser nombrado rey. Y no lo quería. Porque entonces yo tendría q dejar de buscarte, las labores reales, me absorberían. Y me ahogaría en guerras q me parecerían interminables mientras no tuviera nada ya en Asgard porque regresar…

Y tuve q dejar de buscarte.

Más no mis hombres…y aun te buscan. Y aun llueve en Asgard y en cado uno de los mundos q tengo la oportunidad de visitar, no sin antes preguntar. Si te han visto o si hay algún dato q me puedan darme, para encontrarte o acercarme un poco más a ti, de nuevo. Como antes, como aquella noche…

Soy el rey de Asgard la ciudad de los dioses. Me han dicho q soy un buen rey, q soy justo y próspero. Intento concentrarme en mi trabajo. Pero quiera o no mi mente solo escapa hacia tus brazos. O por lo menos al recuerdo de ellos. De milagro salgo vivo en las batallas, pues honestamente siento, q estaría mejor muerto. A estar otro minuto más sin ti.

Lo injusto es q, en un lugar donde hay tanta muerte. Hela no llega por mí…

Y aun q soy, supuestamente, un buen rey todos lo han notado. La tristeza q es fuerte en mí. La depresión q no me ha abandonado desde q tú si lo hiciste. Pues nunca más, otra vez, eh vuelto a sonreír, como aquellas veces cuando tú estabas junto a mí.

A habido alguno q otro, loco osado, q se atrevió a mencionar, la posibilidad de q desposara alguna doncella. Entre esos zafados a estado padre. Al cual respondí de la misma manera violenta. En negativa.

No puedo evitarlo. Yo solo parentesco a un ser, desde siempre y desde esa noche. Te pertenezco a ti.

Y no pienso casarme con otro q no sea tu. Mis hijos solo pueden venir de ti. Mi cuerpo solo al tuyo se puede unir. No es algo q ya pueda decidir, porque lo decidí hace mucho, cuando te entre mi corazón y tú te me entregaste floreciendo por primera vez.

Después de un tiempo. Olvidaron el preguntarme o el insistir con desposarme.

Ahora ya nadie te nombra. Mas q mis guardias. Para anunciarme q aun no te han encontrado. Heimdal no tiene respuestas para mí. Y hace tiempo q deje de creerle. Es imposible q en todo este tiempo no te haya visto ya. Tal vez es solo, q simplemente, no quiere decírmelo. Lo cual…me desconcierta aún más…

No eh vuelto a ser el mismo. No eh vuelto a sonreír, ni siquiera en los actos públicos donde obligatoriamente debería hacerlo. No puedo…

Y voy a morir. Lo sé…Loki, sin ti sé q me moriré y lo are muy lentamente. Y nada sería morir, en mi poción eso se ha vuelto, un inalcanzable anhelo…es solo q moriré de la peor forma. Moriré lento, consumido por este silencio de tu voz, el silencio de tu cuerpo.

Porque todas las albas me parecen como el alba de ese día, porque desde esa noche. Solo el recuerdo de ese tiempo existe y vivo para evócalo en cada nuevo día durante todos estos años. Encontrando una y otra similitud en el presente. Al día en el que comenzó y finalizo mi vida.

Sigo diciendo q no quiero perderte, pero ya te eh perdido.

Sin  embargo aún q te hayas ido. Se q una parte de ti aún está aquí, y me pertenece.

Y no hablo solo de la parte física q aún sigue plasmada en mis sabanas q guardo con tanto recelo y cuidado. Hablo de algo mucho más profundo q me entregaste aquella noche, por fin, consiente. Aun q antes, cuando nos vimos por primera vez, me lo hayas ya dado.

Y fue aquello. Fue tu alma. En un mudo y quizás en un, incomprendido de la magnitud. Te quiero.

Eso fue lo q me entregaste esa noche, no solo con tu cuerpo y tus palabras. Simplemente con tu mirada verde…en realidad. Me volviste a entregar tu alma, de manera consiente, porque me la habías dado, la primera vez q nos vimos, cuando nuestras miradas se chocaron y fue ese instante, cuando te di mi corazón y tú me diste tu alma. Quien diría q años después, nos volveríamos a dar esto, solo q en otras circunstancias, y para ya no vernos más luego…

Y ahora te amo de muchas maneras. Y se q tú también. Para siempre como aquella noche. No has dejado de hacerlo, lo sé por qué un te siento…y no dejare de hacerlo. Ni siquiera en los brazos de Hela o en los amplios pasillos del Nirvana…

Siempre estarás junto a mí porque somos inseparables…

Y lastimosamente. Estrás junto a mi incompleto. Hasta q el caprichoso destino. Nos ponga en alguna situación en la q sea inevitablemente. Estaremos juntos porque ese es nuestra verdadera naturaleza. Estar juntos no solo porque lo necesitamos, sino también porque queremos estarlo.

Mientas tanto moriremos, en soledad. Con mi atisbo de cordura atorado en el pecho. Que es aquello q me impide por fin en algo parecido a la compasión el hundirme una daga en cuerpo. Mientras tanto seguiré esperando, de manera pausada y de manera paciente, a que alguno de mis guardias o algunas de las tropas q envió en tu búsqueda tenga la suerte de decir. Que aun q sea vio tu reflejo en un mar remoto, de alguna tierra olvidad. Se q solo eso bastara para impulsarme y perseguir solo tu sombra o lo q supone de ella hasta los confines de los mundo y sus universos.

Y hoy como entonces. Como ayer, desde de aquel día en q te fuiste seguiré esperándote y pidiéndote q vuelas. Se q escuchas Loki.

Asique. Por favor regresa…

Fin.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).