Él es brutal, es letal con los labios.
Ni siquiera avisa o pide permiso, él no lo necesita. Simplemente. Descaradamente. Me toma por el cuello y estrella nuestras bocas. Lo hace con saña. Con rabia contenida q se q me guarda. Aprovecha para morder y desgarrar de cerca, mis labios ya sangran, están partidos desechos entre esas fauces de fieros colmillos. Prácticamente no siento su respiración contra la mía, es como si un muerto me besara. Un muerto q sabe besar muy bien.
Su lengua no explora, solo se entromete con violencia y rapidez. Húmeda, ardiente. Jodidamente afilada.
En todo ese revoltijo de carne y dientes, entre dos bocas q se comen. Entonces me siento cuerdo. Completamente cuerdo. Curado.
Redimido en esa boca. Porque así es como Batman me castiga, me purifica y me condena.
Es por medio de esta “catarsis” q puedo volver. A las calles de Gotham o tras los muros de Arkham, da igual. Si te llevas el buen recuerdo de lo q esa agresiva boca te puede hacer.
Y si mi lengua intentara entrar entre esos labios delgados y pálidos. Se q la perdería. Conozco muy de cerca la fuerza de sus dientes. Probablemente, de un mordisco me la cercenaría.
No, definitivamente, no. Yo no estoy aquí para saborearlo a él. Más bien él está aquí para comerme a mí. Para sepultarme. Ya sea en su boca o tres metros bajo la tierra.
Dicen q Batman no mata.
Pero ¿entonces q me está haciendo a mí, ahora?
Que es este maldito dolor por todo el cuerpo. Este pinchazo en el pecho. Mucho peor q un disparo a quemarropa o cualquier daga afilada.
¿Por qué cada vez q Batman me besa siento q vuelvo a caer en asido?
Todo de él me lastima tanto. Y creo q decide ignorarlo, o tal vez, eso es lo quiere. Quizá descubrió q esto es lo único q realmente me lastima. Porque después de tanto, de tantos años en las calles y en otros lugares menos agradables; el cuerpo se acostumbra, pierde sensibilidad y es, algo similar a un muñeco de pruebas. Hecho para recibir el impacto.
Pero esto, esto toca algo diferente. La única terminal nerviosa y sensible q aún existe en mi cuerpo, sobreviviendo no sé cómo.
No es mi psiquis, esa está muy dañada, no es locura, pues esa la conozco bien. Es peor. Es cordura.
Es raciocinio; completa conciencia de tus acciones, de tu situación. De ti en general.
Es como si sus besos tuvieran la droga q me conecta con la realidad. Solo entonces, me doy cuenta q soy la blasfema cara opuesta de un payaso feliz. Soy un payaso triste a un q no quiera. Porque a pesar de mi imborrable sonrisa tengo lágrimas tatuada en los ojos. Jamás llegan a caer, pero aun así en mis mejillas, se dibuja un rastro salado de su recorrido asía mi mentón. Y lo odio, odio darme cuenta de lo roto q estoy, y aun q el contacto me lastima tanto. No puedo evitar querer volver a sentirlo, a caer en este precipicio y estrellarme contra la cruda verdad. De la mano de Batman.
Si tan solo, si pudiera. Recibir algo más. Si un día sus labios fueran gentiles, si sus manos en vez de estrangularme, tan solo me guiaran. Si sus dientes no hicieran más q arrancarme placer en vez de piel…si pudiera ser menos cruel…
Entonces. Estaría curado.
La cordura volvería para dejarme en la miseria en la q en realidad vivo.
Pero mientras sus labios sean rápidos. Mientras esto, no sea más q otra expresión para recordarme cuanto me odia y el control q tiene sobre mí. Entonces sobreviviré.
A este amargo trago de sangre y saliva. De labios q pasan tan deprisa q nunca se si son fríos o si son suaves…
Yo pienso q lo son. Como la muerte. Fría y suave…serena y silenciosa aun q completamente incisiva.
Asique esta es solo otra noche más. Yo ya se q gano él. Porque en cuanto me suelte. Estaré tan aturdido q no podré escapar y me llevara de vuelta a Arkham. Esta noche. Todo termino.
Hasta q vuelva a escapar y todo comience otra vez. Y mis pies corran más rápido. Más lejos del sanatorio, mucho más lejos de Gotham y sus calles, del impasible cielo nocturno. Solo lejos de los labios de Batman…