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Pacto por Mariposa23

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Notas del fanfic:

23-Hola!! Bueno aquí esta. Me han pedido, hemos prometido. Una continuación. De “Conjuro” y aquí la hemos traído. Espero q esto también sea de su agrado.
Mariposa: esto es lo q pasa después, orientado por Ciel. Gracias por leernos. Y esperamos no decepcionarlos, en especial por la sin-cesos 23…ejem
23-¡tú cállate!.
Mariposa: bien no diremos nada más…SOLO Q 23 Y YO ESTAMOS PELEADOS. ºwº

Es por la mañana, cuando Ciel se despierta sobresaltado.
El corazón le explota, y tiene las mejillas arremolinadas. Sus pequeñas manos aprietan en fieros puños las sabanas. Hoy algo inusual ha pasado.
O más bien. Anoche…
Su mente algo letárgica recuerda, el pánico creciente en su interior, las náuseas en su estómago, el mal sabor de boca y las violentas imágenes q pasaron por su mente al recordar…todo, todo de su pasado.
Pero al instante esa secuencia se interrumpe de nuevo como anoche, al recordar; los ojos rojos, la piel pálida el cabello negro. La cara demoniaca. Y solo es entonces cuando siente q le regresa la paz.
Y de ser eso lo extraño, no lo sería realmente porque a Ciel le pasan esas cosas desde hace mucho, Sebastían es su paz, su seguridad. Su bien estar…
Es por las palabras de Sebastián; no las puede repetir, y no sabe lo q significan. Pero aun ahora. En sus recuerdos suenan como un idioma celestial, como aquello q llevaba demasiado tiempo queriendo escuchar.
Lo raro pasa después. Cuando sueña, cando recuerda q soñó con él.
Porque en sus sueños lo llama y esta vez es Ciel quien es tan complaciente, y toca a su demonio de manera, ¿limpia?. Le acaricia un poco en el cabello, sus pequeños dedos se enredan en los mechones largos y negros. Y los huele, los besa…
Mientras se busca un lugar sobre las piernas de Sebastían; es sus sueños, su mayordomo no lo detiene, no se burla ni lo mira raro. Más bien le incentiva. Y hay, hay algo demasiado familiar en su trato, como si no fuera la primera vez q Ciel lo toca así. En sus sueños, el tampoco está sorprendido. Solo placido. Solo en calma.
No hay ansiedad u anhelo. Solo plenitud. Sensación de estar haciendo lo q debes.
Y al final, de ese tan raro sueño, casi alcanza a mirar como Sebastían sonríe. Pero no es su típica sonrisa, esa muy estudiada, muy sensual. Esta es otra, porque esta es de verdad.
Y. De nuevo esta ahí. En su cama, sonrojado pensando en cosas imposibles. Pensando en su demonio. Y casi como invocado Sebastían toca la puerta.
Ciel se entierra en las mantas, como un pequeño bultito en la enorme cama.
Lo q se pierde, porque Sebastían está sonriendo. Como en sus sueños.
Lo saluda, tan propio como siempre. Ciel escucha y no más bien se pierde en esa voz, melodiosas, única y anestésica.
Quiere seguir escuchándole hablar quiere q diga en específico unas palabras pero no sabe cuáles…
Y se hunde en las dudas, y en las frazadas también.
Piensa q por lo pronto, se conforma con q los sonrojos se le pasen. Para q Sebastían no los vea. Pero el calor no desiste de sus mejillas y peor, ahora invade todo su cuerpito, más específicamente una zonas más q otras.
Aquello llama la atención del demonio, ya q Ciel nunca actúa así.
Asique intenta levantarlo, Ciel se resiste. Y entre q tira y afloja, entre berrinches y paletas.
Al fin Sebastían tira lo suficientemente fuerte de las fresadas y descubre a Ciel.
Hecho un ovillo, rojo hasta las orejas, con los ojos cerrados y la pena en la cara.
Ciel reacciona casi de inmediato, y su única acciones empujar al demonio, solo q esta tan avergonzado y confundido. Que no se da cuenta q lo empuja contra sí mismo y la cama…
Y Sebastían, Sebastían reconoce q es demasiado voluble a esos delicados brazos, porque cae, como una sólida pieza de ajedrez, contra las abanas, y lago más.
Contra el pecho de Bocchan. Ciel abre mucho los ojos, cuando nota en la posición en la q a caído Sebastían y no sabe q pretende realmente, cuando cambia de posiciones y con nada de esfuerzo consigue voltear a su mayordomo y ser ahora, él el q esta sobre el pecho del demonio.
Sebastían tiene una expresión ilegible en el rostro. Pero ni se acerca a la sorpresa o al reproche. Es más bien como si fuera cuestión de tiempo.
Como cuando sabes q algo vendrá. No sabes q es, ni cuándo vendrá. Pero sabes q esta cerca.
Así se siente la situación ahora…
Ciel no se da el lujo de pensar si es lo correcto o no, hace mucho q dejo de hacerlo. Porque siempre importo lo q quería. Sus deseos. Fueran o no buenos. Para él o para el resto.
Por eso, ahora cree q es lo correcto ir acercándose. Lentamente su rostro al de su mayordomo.
Claro, esto no está estipulado en el contrato. Así q Ciel va a un más lento. Le da un regalo a su sirviente. La opción de huir si lo desea, le da tiempo suficiente para apartar el rostro, porque por alguna extraña razón, Ciel espera q esta vez Sebastían sea sincero, y se rebele. Para tomar lo q quiere, para apartarlo si así lo siente él. Si Sebastían reaccionara así, Cil no sabe lo q aria realmente, tampoco sabe lo q va a hacer ahora. Pero está seguro de una cosa…esto es lo q quiere.
Y le sorprende en verdad.
Cuando es el mismo Sebastían el q levanta el rostro, en busca de un acercamiento. Y sus labios salen prestos a recibirlo.
Y lo besa.
Lo besa, como nunca permitió q nadie le besara. Lo besa por primera vez. Y Ciel duda. Duda de si Sebastían es realmente un demonio. Porque besa como los mismos ángeles.
Sebastían nunca lo había tocado así. Nunca se esperó tal suavidad, tal mimo solo con esa parte de su anatomía…
Ciel suspira.
Y Sebastían se toma ese aire, cuando lo lame, cuando sus labios se lo quieren tragar. Y no, no se confundan. Sebastían quiere comerse a Ciel. Pero no comer su alama. Ahora, no está más interesado en otras cosas…
Y los labios pequeños, los labios traviesos de Ciel, cooperan, y exploran. Baja su boca por el cuello del mayor. Lo olisquea como en sus sueños.
Y cuando Sebastían se apodera de sus caderas.
Ambos están seguros de algo.
De q ya no hay vuelta atrás.
Y Ciel, cierra los ojos, decidiendo creer en q su sueño se hace realidad.
No piensa demasiado, esta aturdido por la técnica, por lo desconocido. Está en un punto místico y extraño. Todo lo q puede representar besar un demonio. Entre retorcido y profano. Un pedazo de cielo o infierno q Ciel no esperaba poder conocer.
Y es como descubrir algo olvidado, algo solitario, tan hermoso. Tan misterioso, en su interior.
Es q está descubriendo su corazón. Sus emociones. Su amor.
Y lo hace gracias a él. A esos labios. Gracias a Sebastían.
Y casi quiere echarse a llorar, porque en el beso, se da cuenta q tiene un alma. Cuando la siente removerse inquieta entro su cuerpo, porque quiere, porque anhela correr contra Sebastían.
Es su misma alma. La q lo busca. Ya no solo Sebastían quien lo caza. Es él mismo quien se entrega ante su demonio…en más de una forma.
Y se siente bien y correcto. Tanto como Ciel nunca había sentido y no creyó sentir jamás.
Y por ello. Está seguro de algo. Que quiere.
Supuestamente no es muy bueno para él, pero eso no lo dice el resto de su cuerpo complacido. Está seguro de lo q le pedirá ahora a Sebastián.
C-hazlo Sebastían.-le dice con voz, sofocada y apañada, en un vaho de excitantes sensaciones.-toma mi alma. Ahora. Así…
Pero, entonces algo pasa…
Y es como si hubiera roto el encanto. Porque Sebastían se aparta.
Ahora se siente frio, todo. Sus sabanas, su piel, el cuarto entero.
S-ese no es el pacto.
Afirma el prolijo demonio mientras se acicala el traje de espaldas a Ciel.
Esto desquicia al pequeño amo. Porque Ciel podrá ser comprensivo y todo lo que quieran creer. Pero hay algo q no soporta. Y eso es q no se le haga caso.
Es una pequeña reina. Que cuando da su orden se la cumple o se paga con la vida. Así de sencillo.
C-es una orden.-es todo cuanto debe decir. Es todo cuanto piensa decir.
Solo entonces Sebastían lo encara. Su rostro permanece tan frio como una máscara hasta q sus rasgos se curvan lo suficiente para formar una de sus típicas sonrisas.
Seductoras, zalameras, engatusaste. El anzuelo de todo diablo. Pero Ciel no caerá tan fácil…
S-¿Qué está diciendo joven amo? Si acabamos de empezar la mañana.
Fácilmente su mayordomo cierra los ojos. Y Ciel se da cuenta q Sebastían pretende olvidar lo q paso. Pero está muy equivocado si cree q puede hacer eso. Ciel se lo va demostrar.
Porque rápido, como puede, de un brinco se para en la cama. Alcanza como sea el cuello de Sebastían para envolverlo entre sus brazos. Y presiona su boca contra la del demonio. …l no sabe cómo besar, nunca q en su vida lo había hecho, pero no lo necesita. Porque Sebastían no resiste demasiado el contacto. Y mueve su boca, ciñendo los labios de Bocchan entre los suyos.
Sujeta la cintura de Ciel entre sus brazos y lo carga dándole afianza a sus movimientos.
Nuevamente todo es un torbellino de sensaciones, y corrientes. Pero hay algo q Ciel no quiere olvidar, no quiere perder de vista su orden. No quiere q Sebastían lo mare con cosas nuevas. Que lo calle con besos, y lo ate con mentiras.
Está decidido. Quiere ser consumido ahora.
Sebastían rápido pierde el control, y apoya la espalda de su amo, contra uno de los doseles de la cama. Y siente, complacido como el palo, se le clava entre las nalgas a Ciel y las separa…
Toca todo de su amo. Esta prohíbo, pero q más da.
Entonces, cuando Ciel consigue algo de aire. Se separa. Y vuelve a ordenar. Quiere ser consumido ya.
Sebastían esta vez, se da el lujo de fruncir el ceño. Lo mira desaprobatorio y lo q no sabe es q está asustando a Ciel.
La cara asustada de Bocchan fue todo lo q Sebastían necesitó para tomar una decisión.
Fue simple en realidad. Solo se dio cuenta de q. Odiaría mucho ver miedo de nuevo en los ojos de Bocchan, miedo asía él; comprendió q simplemente era algo q no soportaba.
Pese a ello, desvistió a un más rápido a Bocchan, lo recostó, servido en la cama. Lo apretó contra su cuerpo escondiéndolo entre sus brazos y notando como Ciel se aferraba a él.
S-escúchame pequeño niño. Hoy voy a tomar algo más q tu alma. Voy a robarte aquello q nunca tuvo dueño. Porque eh decidido q eso es más delicioso q tu misma alma. Asique…por favor, discúlpame, déjame continuar a tu lado Bocchan…
Fue lo q dijo sellando un nuevo pacto. Uno q nunca se podría romper.
¿Cuál sería? ¿Esta vez q entrego Ciel? Y ¿Qué entrego Sebastián?
Fin.
Notas finales: 23-Creo q al final quedan con más dudas q aciertos. Pero ese es el chiste ¿no? Dejarlos enganchados. Hasta la próxima.
Mariposa: esto es para ustedes. Gracias por animarnos…

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