Un rubio platinado se encontraba caminando entre el cuerpo de gente a su alrededor, tenia la mirada altiva mientras se dedicaba a escudriñar en busca de alguna otra señal de vida de aquellos que osaban retar al gran Voldemort, aunque no estuviera de todo de acuerdo con lo que pasaba no había otra cosa más que hacer si no quería que su familia lo pagara caro, si, como siempre Draco Malfoy no tenia opción.
—Joven Malfoy, no hay señal de otras personas— mencionó una persona a su lado con respeto
Apenas había acabado la guerra y el bando de la oscuridad gano, Lord Voldemort les había dado el puesto que se merecían a cada uno de sus aliados y el gracias a su padre que siempre se mantuvo a lado derecho del Lord y también por aquella vez que pudo infiltrar a los mortifagos en el castillo había ganado un puesto muy bueno, siendo el, el jefe de todo el grupo que se encargaría de desaparecer a todo aquel que fuera una amenaza para el reynado de Voldemort
—Bien, lleven a los jóvenes ante el Lord, pueden acabar con los demás— ordenó el rubio y se retiro inmediatamente de ahí, odiaba obedecer ordenes y tener que darlas era mucho peor, mucho mas por que estas no venían de el de verdad
Se desapareció en una nube negra dirigiéndose a la mansión Malfoy donde podría descansar un rato, después de tanto tiempo con mortifagos había aprendido muchas cosas, y tenía que ser fuerte.
—Hoy se cumple un año— murmuró el rubio frente al ventanal que daba una tétrica vista al bosque
Un año había pasado desde que toda esperanza se había ido, Voldemort había matado a Harry Potter y aun pese al esfuerzo de muchos todo había terminado como ahora...como un inferno.
—¡Joven Malfoy! Se detecto una fuente de energía en las profundidades del bosque prohibido, en Hogwarts, puede ser una señal de los grupos rebeldes—
El rubio asintió para luego volver a desaparecerse en la misma nube negra en dirección a la entrada del bosque prohibido estar ahí le traía crudos recuerdos, como la muerte de Harry Potter, sacudió la cabeza viendo a su grupo llegar, los dividió en dos para cubrir mas terreno mientras que el iba solo a investigar, después de todo sabia defenderse solo, ya no era un adolescente cualquiera las circunstancias lo habían hecho cambiar.
Caminó con la guardia en alto, hasta llegar a lo que parecía una cabaña, se le hizo raro no encontrar ningún animal o algo, aunque no le importo, con varita en mano se fue acercando a la entrada del lugar, abrió la puerta mirando el lugar mientras se adentraba cada vez más.
—¡Expeliarmus!— se escuchó gritar a una voz por detrás, Draco tuvo el suficiente tiempo para esquivarlo y voltear a ver al culpable
—¡Petrificus totalus!— regreso el golpe el rubio mirando a una figura varonil frente de el, un castaño que no se le hacia conocido.
Se compartieron muchos hechizos uno a otro hasta que Draco tomo más ventaja y aprovechando un descuido le lanzo un "desmayus" que dejó a su oponente en el suelo.
Se acerco a este y después de quitarle la varita y conjurar un hechizo para que unas cuerdas invisibles lo atrapen se dedico a investigar la casa en busca de algo que le diera pistas de aquella fuente de energía, al parecer el sujeto era el único en casa ya que no había rastros de otra persona.
Se en caminó a la habitación no viendo nada extraño en aquella cabaña, pero la insistencia de aquel hombre en acabar consigo le daba que pensar —¡Finite Incantatem!— pronunció por quinta vez para ver si había algo oculto pero nada.
Se dirigió al armario dándose por vencido y lo abrió no viendo nada fuera de lo normal, revolvió la ropa y los percheros que estaban colgados pero no encontró nada, hasta que vio lo que parecía ser una trampilla en el suelo, eso ya no era normal, abrió esta dejando ver que había un especie de sótano, así que tomó aire y bajo a ese lugar que parecía sombrío.
Miro alrededor y efectivamente había un sótano, era una habitación tal como la de arriba a diferencia que esta no tenia cama era más bien como una biblioteca pues había libros ahí, un caldero con muchos frascos que parecían ser pociones, observo el lugar detenidamente se le hizo extraño ver todo ahí, descubrió muchos libros de medimagia entre otras cosas.
Vislumbró una puerta y con la curiosidad ya a flor de piel se acerco a esta y la abrió definitivamente su rostro no podría disimular la sorpresa, era una habitación como cualquier otra la única diferencia es que en la cama descansaba una persona y no cualquier persona se trataba de Harry Potter, quien hasta donde había pensado se encontraba muerto.
Se acerco rápidamente para ver si se trataba de algún hechizo o algo parecido pero no, el era real acerco su mano al rostro de Harry acomodando su cabello lo suficiente para poder ver aquella cicatriz que lo caracterizaba sin duda tenia que hacerle muchas preguntas a aquel hombre ¿Por que tenia a un Harry Potter inconsciente en su casa?
Su sorpresa no se iba y el corazón le empezó a latir con fuerza cuando vio los párpados de Harry abrirse lentamente dejando ver esos orbes color esmeraldas que lo miraban con aparente confusión
—¿Malfoy?—
—Potter...—