Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Rompo contigo por Haku1008

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, son de las geniales CLAMP, usados porque son la principal fuente de inspiración y porque ultimamente no me puedo sacar de la cabeza a estos dos ^^

 

Aclaraciones:

El fic es un AU (universo alterno).

Subaru tiene 19 años y Seishirou 23.

Notas del capitulo:

Songfic inspirado en la canción Rompo Contigo de Paty Cantú.  

Dedicado para maar, tarde un poco pero espero que te guste y que llegues a leerlo :3

 

Apartó la mirada de la libreta en cuanto escuchó algunas risas que venían acompañadas de un nombre que captó su atención al momento. No muy lejos de donde se encontraban él y Kamui, sentados en una de las mesas en el área de descanso del campus, se encontraba un pequeño grupo de chicas acompañadas de un chico de curso superior en la universidad.

 

–Oh ¡Seishirou, basta!– Soltó una de las chicas luego de que el mencionado le susurrara algo en el oído, algo lo suficientemente atrevido como para hacerla sonrojar y lo bastante agradable como para que una sonrisa se instalase en su rostro, insinuando así que, a pesar de sus palabras, no deseaba en lo absoluto que el otro se detuviera.

 

–Ahí está ese pedante de nuevo– mencionó Kamui frente a él llamando su atención –es tan molesto.

 

–………– Subaru volvió la vista a la otra mesa, en ese mismo instante su mirada coincidió con la castaña de Seishirou quien le sonrió con diversión, sostuvo su mirada por varios segundos antes de volver su completa atención a su libreta para continuar con su tarea, ignorando así el bullicio que se propiciaba en la otra mesa.

 

Nadie como tú qué sabes medir

Como hacer mí sangre doler hasta hervir

Y es que sólo tú me haces sufrir

Casi tanto como me haces reír.

 

–¿Quieres que vayamos juntos a casa?– preguntó Kamui una vez que la última clase terminó, su amigo era así, muy atento para con él, amable y sincero… lástima que por su parte él no fuese tan buen amigo.

 

–Tengo que regresar algunos libros a la biblioteca, lo siento.

 

–Puedo acompañarte– se ofreció de inmediato.

 

–No es necesario, gracias– dijo apresurándose a tomar sus cosas para salir de prisa. En efecto, se dirigió a la biblioteca, sin embargo no entró en ella y por en cambio espero afuera del edificio.

 

Mi talón de Aquiles siempre has sido tú,

Y sólo tú.

 

–Subaru– dijo a modo de saludo y al instante en que dejo un beso nada casto en el cuello del oji-verde.

 

–No hagas eso, te lo eh dicho– dijo seriamente mientras evitaba a toda costa la mirada de Seishirou.

 

–¿Por qué estás tan serio?– preguntó juguetón, invadiendo por completo el espacio personal del otro –acaso ¿fue por lo de esta tarde?

 

–…….

 

Es mejor que me aniquiles que esta cruz,

Es una cruz.

 

–Acaso ¿estás celoso?– preguntó deleitándose de cada palabra, su mano fue hasta la mejilla de Subaru acariciándola con delicadeza.

 

–………..– Con calma tomó la mano ajena y la apartó de su rostro –Deja de jugar conmigo.

 

–Hm, Subaru, pero si eres tú quien siempre está dispuesto a jugar, tu aceptaste esto en primer lugar.

 

Y el de ojos verdes se sintió abofeteado por la verdad, porque Seishirou tenía razón en aquello, de alguna manera era él mismo quien siempre terminaba enredándose en los juegos del mayor, aceptando una relación sin compromisos, sin sentimientos de por medio, completamente en el anonimato, completamente accesible y desechable al mismo tiempo… ¿Por qué había aceptado algo así? la respuesta era simple, estaba justo frente a él. Porque desde que lo había visto por primera vez se había sentido atraído, le había gustado, Seishirou había despertado sensaciones en él que no creía que existieran siquiera y sin embargo ahí estaban, vivas y cada vez más latentes, porque su sola voz bastaba para erizarle la piel y él, ingenuo como era, llegó a enamorarse de ese chico imposible, no creyó que el mayor llegara a notar su existencia siquiera pero de pronto un día estaba frente a él, ofreciéndole apenas un poco más que sexo, una relación basada en él, ser un contacto más en su agenda, disponible para el disfrute y el  placer que ambos podían ofrecerse… y aun en contra de todas sus creencias y principios, aceptó.

 

Vengo a suplicarte, vengo a rogarte

Por favor que me digas que no

Cuando yo te busque, cuando yo te hable

No contestes si escuchas mi voz.

 

–Vamos, ya me eh hecho tiempo para estar contigo– besó el lóbulo de su oreja y le mordió levemente –¿desperdiciaremos la noche de esta manera?– susurró de manera tan sensual que logró estremecer al chico de ojos verdes.

 

Cerró los ojos, su parte racional le decía que no, que debía de terminar con todo aquello, sin embargo había otra parte que, no sabía de dónde provenía, pero que reaccionaba al simple tacto de Seishirou y que parecía tomar el control absoluto de él, obligándole a asentir casi al instante, mandando castigado en algún rincón a toda su posible racionalidad como si de un niño pequeño se tratase.

 

Demasiado poco, demasiado tarde

Si no eres capaz de dejarme, dejarte te digo

Que esta vez decido que rompo yo contigo.

 

–¿Aquí?– preguntó sorprendido.

 

–Sí. ¿Qué tiene de malo?

 

–Está a la intemperie, ¿qué pasa si alguien nos ve?

 

–Sentirá envidia seguramente– responde divertido mientras tira suavemente de la mano de Subaru para bajar a la playa.

 

–No quiero hacerlo en un lugar así.

 

–¿Me dirás que no tienes la fantasía de hacerlo sobre la arena?

 

–¿¡quién podría fantasear con algo así!?– pregunta sorprendido y alterado por igual.       

 

–Hm, a veces me olvido que hablo contigo.

 

–……..– bajó la mirada un tanto avergonzado, porque sí, era seguro que de todos los “amantes” del mayor él era el más inexperto en esos temas, y recordar a los otros le escoció en el alma.

 

Y quise parar, y quise seguir

Y no sé quién soy si se trata de ti

Sabemos caer y como subir

Si tomas mi mano me vuelves a hundir.

 

Sigue sin problemas el ritmo de los labios ajenos, bastante acostumbrado a ellos se podría decir. Sus manos por en cambio aún son tímidas y únicamente se sostienen de los brazos del más alto para no perder el equilibrio, dedicándose a sentir con deleite la manera en la que las manos de Seishirou se deslizan por su cuerpo dejando un placentero cosquilleo a su paso. La ropa comienza a ser sacada con lentitud y no siente vergüenza hasta que el mayor desliza sus bóxer para que éstos caigan sobre la arena dejándolo completamente desnudo.

 

–No, espera– pide, forzándose a apartar a Seishirou que ya se estaba engolosinando con su cuello –¿y si alguien nos ve?

 

–Subaru, mira el lugar, está completamente desierto.

 

–P-pero….– no puede seguir porque un gemido escapa de sus labios, Seishirou ha tomado su miembro entre las manos comenzando a masajearlo lentamente –¡¡ghm!!– se abraza a él para evitar perder el equilibro cuando el placer parece segar sus sentidos, Seishirou acaricia la punta haciéndole arquear la espalda y sigue asiéndolo de una manera dolorosamente lenta, dibujando círculos al rededor con traviesa maestría, es por ello que una de sus manos baja a tocarse a sí mismo dándose tirones veloces para darse pronto alivio.

 

–Mírate, y pensar que cuando comenzamos ni siquiera eras capaz de tocarte– le dice con burla.

                                                                                                         

Mi talón de Aquiles siempre has sido tú,

Y sólo tú.

 

–………– Cierra los ojos y lo ignora, su mano y la de él continúan masturbándole. Aprieta los labios para no gemir pero termina por abrirlos cuando el aire parece negarse a entrar por su nariz, jadea, siente los espasmos previos pero no alcanza su clímax ya que de pronto se ve rudamente lanzado de espaldas sobre la arena. Observa resentido al mayor pero Seishirou no le da importancia siquiera, libera su propio miembro y se acomoda sobre él.

 

Es mejor que me aniquiles que esta cruz,

Es una cruz

 

Demandantemente le abre las piernas y sin más ceremonias lo penetra casi por completo de una sola estocada, tiene que simular retirarse para empujarse una vez más contra las nalgas del ojiverde y es entonces cuando su cuerpo le recibe entero. Subaru gime con fuerza y arquea la espalda debido al dolor, el aire se le escapa de golpe pero no tiene tiempo de recuperarlo cuando el otro comienza con las envestidas, para ese punto el dolor y el placer parecen llegar en igual medida. Seishirou no le da tregua, el vaivén es rápido y rudo, no puede seguirle el ritmo así que simplemente se deja hacer, admite que quisiera ser tratado con un tanto más de cuidado, con una pisca de amor, pero mentiría si digiera que no lo está disfrutando, le gusta la manera en que lo llena, la forma en la que su propio cuerpo se aferra a esa extensión invasora, el placer que atormenta a cada parte de su cuerpo cuando lo siente llegar hasta lo más hondo…

 

Hecha la cabeza hacia atrás y observa las estrellas, la arena bajo su cuerpo aún se siente cálida, pero debido a los movimientos del sexo ésta termina colándose a lugares incomodos.

 

Vengo a suplicarte, vengo a rogarte

Por favor que me digas que no

Cuando yo te busque, cuando yo te hable

No contestes si escuchas mi voz.

 

Titiritaba de frio, todo su cuerpo estaba mojado luego de haberse metido al mar, el agua estaba helada, pero prefirió meterse en ella para poder limpiarse la arena y los fluidos corporales del sexo. Seishirou termina cubriéndolo con su chaqueta. El simple acto le hace sentirse un poco más cálido y se reprende mentalmente por su ingenuidad, por creer que ese gesto pudiese esconder algo más, por el hecho de haberse enamorado de Seishirou, por esperar que algún día éste se enamore de él y le mire, y entonces no necesite a nadie más.

 

Pero una parte dentro de sí lo sabe, eso jamás pasara.

 

Demasiado poco, demasiado tarde

Si no eres capaz de dejarme, dejarte te digo

Que esta vez decido, que rompo yo contigo.

 

La culpa lo golpea entonces y el sentimiento de miseria lo atrapa una vez más.

 

–No quiero seguir con esto.

 

–Hm, eso dices siempre.

 

–Esta vez es en serio– dice, pero su voz delata su poca convicción.

 

–Siempre lo dices en serio– vuelve a burlarse con la verdad, deja su objetivo de vestirse y se acerca a Subaru para tomarle de la cintura y besar sus labios. Tal como terminaba pasando siempre, el ojiverde corresponde –lo ves– dice triunfante terminando el beso, entonces se aleja a buscar el resto de su ropa.

 

–…………

 

(Vengo a suplicarte) vengo a suplicarte,

(Vengo a rogarte) vengo a rogarte,

(Vengo a despedirme) vengo a despedirme,

(Vengo a dejarte, vengo a suplicarte) vengo a rogarte

(Vengo a despedirme, vengo a dejarte)

 

 

Caminaba con Kamui hacia las mesas que se encontraban en el área del descanso, su amigo parecía muy animado ese día, lo que le hacía alegrarse enormemente por él. De camino se cruzaron con Seishirou, quien venía tomado de la mano con una chica a la cual besó sin ningún tipo de reparo a pesar de que Subaru le estuviese mirando.

 

Mi talón de Aquiles siempre has sido tú,

Y sólo tú

 

El ojiverde sintió una punzada en el pecho pero continuó como si nada pasándoles de largo, después de todo se suponía que ni él ni Seishirou se conocían.

 

Es mejor que me aniquiles que esta cruz,

Es una cruz.

 

–Justo ayer coqueteaba con una y ahora anda con otra. Te apuesto a que mañana le vemos con alguien diferente– menciona Kamui con molestia.

 

–…… seguramente– murmuró tristemente.

 

–No me sorprende que sea así, lo que me sorprende es que conociendo su fama haya alguien que quiera estar con él.

 

–…………

 

–Deben ser chicas y chicos muy desesperados o de plano muy idiotas.

 

–………..– ¿Si supieras?, pensó Subaru.

 

Vengo a suplicarte, vengo a rogarte

Por favor que me digas que no

Cuando yo te busque, cuando yo te hable

No contestes si escuchas mi voz.

 

Esperó bastante tiempo a que el grupo de Seishirou terminara sus clases, en cuanto le vio caminar hacia su auto lo abordó no importándole mucho que estuviese acompañado por un chico, el cual era seguro su acompañante del día, se interpuso en su camino con determinación.

 

–Tenemos que hablar.

 

–Justo ahora no puedo, estoy algo “ocupado” sabes– dijo y dejo un beso en los labios de su acompañante que correspondió al instante.

 

Demasiado poco, demasiado tarde

Si no eres capaz de dejarme, dejarte te digo

 

–Ya no quiero….. Se acabó, estoy cansado.

 

–¿Subaru?

 

Que esta vez decido, que rompo yo contigo

 

–¡Te amo!– gritó Subaru con los ojos humedecidos, sacándole una expresión de enorme sorpresa a Seishirou y una carcajada a su acompañante –Te amo….. por eso acepte todo desde un principio pero…. ya no lo quiero….

 

–……….

 

(Vengo a suplicarte) vengo a suplicarte,

(Vengo a rogarte) vengo a rogarte,

 

–Oww esto es tan tierno– se burló una vez más el acompañante ocasional de Seishirou pero fue ignorado por los otros dos.

 

–Fue tonto de mi parte pensar en que algún momento tú llegarías a sentir algo por mí, pero, soy así.

 

(Vengo a despedirme) vengo a despedirme,

 

–……….

 

–Quiero terminar con esto. No vuelvas a llamarme, no vuelvas a quedar conmigo, esta vez es definitivo.

 

–………….

 

(Vengo a dejarte, vengo a suplicarte) vengo a rogarte

(Vengo a despedirme, vengo a dejarte)

 

 

–A menos que…. estés dispuesto a jugar mi juego.

 

–¿Cuál sería ese?– preguntó Seishirou.

 

–Uno donde sólo hay lugar para dos jugadores.

 

–…………..– Sonrió –¿Realmente crees que alguien como yo pueda jugar ese juego?

 

–………. Sí.

 

–A veces me olvido de que hablo contigo.

 

–…………..– formó una leve sonrisa –ya te lo dije, soy así.

 

Ambos sostuvieron la mirada del otro hasta que Subaru bajo la mirada finalmente, ya no tenía nada más que decir así que comenzó a alejarse con una parte de sí muy destrozada, pero consiente de que era lo mejor que podía hacer por sí mismo.

 

Que rompo yo contigo.

 

 

Seishirou le observó hasta que desapareció completamente de su vista. –Jugar el juego del amor ¿eh?..... – sonrió.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).